Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

꒰🍓꒱ 07

Jimin se quedó perplejo al ver a Jungkook en esa faceta despreocupada, disfrutando de la leche de banana, pero esa calma se desvaneció rápidamente cuando el Jeon notó la presencia de Taehyung.

El chico levantó ambas manos cuando Jungkook lo apuntó con un arma.

—¡Baja el arma ahora mismo! —chilló Jin, pero Jungkook no se movió, su mirada fija en Taehyung.

—¿Quién es este? —preguntó Jungkook, su voz firme y desafiante.

El pelirosa sintió que el aire se le escapaba mientras contemplaba la tensión que llenaba la habitación. Sabía que debía intervenir, pero las palabras se le atascaban en la garganta.

Namjoon, aún sentado en el suelo, se quejó con voz débil.

—¿En serio? No necesito más problemas… —murmuró, su mirada entre asustada y molesta. —Mierda, no me vayan a disparar a mi, ya recibí demasiado esta noche.

Jin, percibiendo el creciente nerviosismo de Jungkook, intentó calmar la situación.

—Jeon, relájate. No es una amenaza, es un amigo de Jimin —dijo con una voz tranquila, intentando relajar el ambiente.

Jimin estaba paralizado y no se podía mover.

Taehyung, aprovechando la distracción, se movió discretamente hacia un costado, buscando su propia arma, manteniendo la mirada fija en Jungkook para no provocar una reacción.

—¡Tú no necesitas eso! —gritó Namjoon, cada vez más tenso—. Por favor, sólo bajen las armas.

Jungkook, sin bajar la vista de Taehyung, parecía deliberar, sus ojos parpadeando entre la desconfianza y la necesidad de proteger lo que consideraba suyo.

Taehyung, decidido a proteger a su amigo y a Jin, sacó su arma y la apuntó a Jungkook, sorprendiendo a todos con su rapidez.

—Baja el arma, Jeon —dijo con voz firme, sin apartar la mirada.

El pelinegro se quedó paralizado, sus ojos abriéndose en sorpresa ante la situación inesperada. Namjoon y Jin contuvieron la respiración, cada uno preparado para lo peor.

Sin embargo, fue Jimin quien intervino en ese momento crítico, su voz resonando en la habitación.

—¡Tae, baja el arma! —ordenó, sorprendiendo a todos con su tono autoritario.

La tensión en el aire creció mientras Taehyung lo miraba, incrédulo.

—¿Qué? ¡Es un Jeon! —protestó, sin entender la decisión de su amigo.

—Bájala —insistió Jimin, su mirada fija en Jungkook.

Taehyung dudó, la confusión y la necesidad de proteger a Jimin y Jin enredándose en su mente. Antes de que pudiera actuar, Jimin tomó su muñeca con fuerza y le quitó el arma.

—Confía en mí —susurró el pelirosa, su voz firme.

Sin darle tiempo a Kim para protestar, Jimin se lanzó hacia Jungkook y, con un rápido manotazo, desvió la pistola de su mano, haciendo que esta cayera al suelo. La velocidad de Jimin sorprendió al Jeon, quien apenas pudo reaccionar ante el movimiento.

El sonido del arma al chocar contra el suelo resonó en la habitación, creando un silencio pesado. Todos miraban a Jimin, atónitos por velocidad.

Namjoon rompió la tensión en la habitación, mordiendo su labio con una sonrisa traviesa.

—Saben, los Park son muy sexys. Estoy empezando a pensar en quedarme aquí para siempre —dijo, su tono juguetón aliviando un poco el ambiente tenso.

Todos lo miraron, atónitos. Jin soltó un suspiro, mientras Jungkook arqueó una ceja.

Namjoon miró a Jin con una sonrisa burlona.

—No te pongas celoso, corazoncito. El más guapo de la habitación eres tú, sin duda.

Jin lo miró con desdén y, con una expresión de frustración, le respondió:

—Cállate, Namjun.

—¡Que es Namjoon! —replicó Namjoon, riendo mientras se acomodaba.

Mientras el herido intentaba romper la tensión con sus comentarios, Taehyung y Jungkook se mantenían en sus respectivas posiciones, cada uno con un odio palpable en sus miradas.

El Kim, con los dientes apretados, no apartaba la vista de Jungkook, sus ojos chispeantes de ira contenida. Cada vez que Jungkook movía un músculo, Taehyung se tensaba, listo para actuar en un instante. Jungkook, por su parte, respondía con la misma intensidad, sus ojos oscuros reflejando una mezcla de desdén y una peligrosa curiosidad.

La habitación parecía estar atrapada en un juego de miradas, donde cada uno intentaba intimidar al otro.

Jin y Namjoon intercambiaron miradas nerviosas, sintiendo que en cualquier momento podría estallar una confrontación.

El pelirosa, sintiendo que la tensión en la habitación se volvía insoportable, decidió que era hora de intervenir. Con un tono firme, alzó la voz:

—¡Paren! —exclamó, llamando la atención de todos—. Necesitamos  relajarnos. Debo irme a casa ahora mismo, o mi padre vendrá a buscarme, y eso solo traería problemas para todos.

Las miradas desafiantes entre Taehyung y Jungkook se interrumpieron, pero la incomodidad persistía. El pelirosa se pasó la mano por el cabello, tratando de aliviar la presión en su pecho.

—No quiero que esto se convierta en un caos. Lo último que necesitamos es más problemas, ¿entendido? —miró a Taehyung y luego a Jungkook, buscando que comprendieran la gravedad de la situación.

Namjoon, aún medio recostado, murmuró en tono burlón:

—Los tienes a todos controlados, ¿no?

El pelirosa se sonrojó fuertemente, no sabía si era por las palabras de Namjoon o porque Jungkook lo estaba viendo como cachorro regañado.

—Vamos, todos, es mejor que nos movamos antes de que la situación se complique más.

Jimin respiró hondo, aliviado al ver que su mensaje había calado.

Taehyung lanzó una última mirada amenazante a Jungkook antes de salir de la casa, sus ojos chispeando con desafío. Una vez afuera, se cruzó de brazos y esperó a Jimin, que todavía estaba dentro.

Jin se acercó a Jimin, su expresión seria.

—Escucha, Jimin —dijo, tratando de mantener la calma—. Sería peligroso que Namjoon se fuera ahora. Su herida podría infectarse, y sería mejor que pase la noche aquí.

El de cabello rosa asintió, comprendiendo a Jin. Pero su mente estaba dividido entre sus responsabilidades y su inquietud por la situación con Jeon.

Después de despedirse con un asentimiento, justo cuando Jimin se dirigía hacia la puerta, Jungkook lo siguió, acercándose rápidamente. Al llegar a la entrada, tomó a Jimin por la cintura, deteniéndolo.

—¿Qué pasa? ¿No te vas a despedir bien, fresita? —preguntó, con un tono coqueto.

Jimin, sintiéndose tenso, intentó esquivarlo, pero Jungkook lo detuvo firmemente del cuello, acercándose peligrosamente. El corazón del pelirosa latio desesperado, sus mejillas se sonrojaron más todavía.

Sin previo aviso, Jungkook estampó sus labios contra los de Jimin, capturándolo en un beso que era tanto urgente como posesivo. Jimin, sorprendido, se quedó inmóvil por un momento, antes de reaccionar, pero era difícil resistirse a la intensidad del momento.

Era difícil resistirse a Jungkook.

De repente, todos los pensamientos sobre lo que había discutido con Jin y Taehyung se desvanecieron de la mente del pelirosa. Era como si un telón de olvido hubiera caído, y solo existía el calor del Jeon a su alrededor. La intensidad del beso lo arrastró como un ave en picado.

Sin pensarlo, Park tomó el cabello negro de Jungkook, entrelazando sus dedos en los mechones oscuros, guiando su cabeza a su antojo. El beso se volvió más apasionado, y Jimin, sorprendido por su propia audacia, se entregó por completo al momento. La conexión entre ellos se intensificó, y el pelirosa se sintió liberado, dejando de lado todas sus preocupaciones.

Jungkook respondió con la misma urgencia, sus manos en la cintura de Jimin, acercándolo más a su cuerpo. Era solo él y Jungkook, un mundo de deseo y necesidad en el que no había espacio para dudas ni miedos.

Jimin, respirando con dificultad, se separó de Jungkook y, con una sonrisa traviesa, se mordió el labio inferior. Sin darle tiempo a pensar, dictó rápidamente un número de teléfono que Jungkook memorizó al instante.

—Llama a las tres de la mañana, estaré esperando —dijo el de cabello rosa, lanzándole una mirada desafiante. Luego se acercó y le dio un suave beso en la comisura de los labios antes de girarse y marcharse.

—Lo haré, fresita.

Jin, que había estado observando todo desde la distancia, negó con la cabeza, sintiendo una mezcla de preocupación y curiosidad. Había visto cómo se había encendido la chispa entre ellos, pero esperaba que Jimin realmente supiera lo que hacía. La situación era complicada, y la vida de Jimin podría estar en peligro.

Y no solo eso, sino que también su corazón.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro