
🍓treinta y nueve.
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"Gracias por dejar que me quede, lo aprecio mucho." Dio una palmada en la espalda de Doyoung mientras se quitaban los zapatos para entrar al departamento de su mejor amigo.
"No tienes porqué agradecer, lo hago con gusto." Dijo con un tono suave de voz, compadeciendose del corazón roto de su amigo, le daba mucha tristeza como sus ojos se habían llenado de lágrimas y no podían caer. "Ya sabes, es tu casa, toma todo lo que quieras."
"Gracias."
"...¿Cómo estás?" Pregunto en un susurro, arrepintiendo se rápidamente por casi ser indiscreto.
"¿Cómo crees?" Rió sarcástico. "Iré a dormir, estoy muy cansado y mañana tenemos que comenzar con las grabaciones.
"Buenas noches, ya sabes qué cuentas conmigo para todo, si quiera hablar ahí estaré." Sonrío.
"Lo sé." Se sentía bien saber que tenía a alguien en quien recostar su cabeza para echarse llorar, pero ahora no quería hacerlo, quería combatir este sentimiento de vacío y traición solo.
Al entrar a la habitación de huéspedes sintió como sus piernas le temblaron, sus manos también y como su garganta comenzó a cerrarse por las lágrimas retenidas. Pero no quería llorar, Jimin no se merecía sus lágrimas y una traición como la suya no merecía su pena. Pero era tan difícil.
Se había sentido el hombre más afortunado de la tierra al creer tener el amor correspondido de quién estaba enamorado, se sentía en un sueño al creer que Jimin le amaba como él lo hacía. Y vaya que era un sueño del que despertó sudando frío.
Estaba destrozado, nadie sabe el dolor que sintió al oír a Minho hablar por el celular de Jimin, nadie jamás podrá saber cómo es que todo colapso dentro suyo en cuanto le arrebataron su ilusión de amor.
Soltó un suspiro, quería refrescarse de la jaqueca que le molestaba desde el incidente que cambió su vida por completo. Una, dos, tres veces empapó su rostro en agua fría, se miró al espejo y se sintió demasiado miserable. En su reflejo veía un perdedor que no era merecedor de ningún amor, un perdedor de todos sus sueños, alguien que no podría ser genuinamente feliz porqué siempre habrá algo dentro de su zapato que lo impida.
Se sintió tan miserable que una vez más sus piernas se tambalearon haciendo que se sentará en el mármol helado, dejando que sus sentimientos se apoderen de él; llorando al fin todas las lágrimas que había retenido desde que le rompieron el corazón por una llamada.
Sollozo en un baño ajeno porque ni siquiera era capaz de sollozar en su propio baño; porqué no podía enfrentar a Jimin y ser testigo de cómo todo lo que había intentado con su pequeño amor se desvanecía.
Él en serio hubiera querido ser feliz con Jimin, él en serio estaba intentando que todo saliera bien entre los dos. Pero el destino se había enzañado con todo lo que le hacía feliz, el destino dejaba lágrimas en sus ojos que ya dolían limpiar.
Lloro toda la noche en el baño por su corazón roto, las siguientes semanas se la paso en el departamento de Doyoung escondiéndose de Jimin. Una mañana revisando su celular su corazón se rompió una vez más.
Parecía que en su destino jamás había estado escrito que podía ser feliz con Jimin.
cortito 😪 pero ya se viene la temporada angustiosa :3
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