🍓 final.
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Después de la sorpresa que su jefe tenía para él en el bar se fue a donde había planeado ir desde ayer por la tarde, tenía que recoger el regalo que había hecho para Jimin. Al hacerlo se sintió orgulloso de sí mismo, como es que había podido cumplir algo con poco; todas las noches trabajando y reuniendo las propinas habían pagado bien.
Compro unos helados de oreo, recogió un paquete de correos y se subió a un taxi para encontrarse con Jimin en su departamento. Probablemente el rubio este preparando el desayuno y recogiendo su habitación, esperaba encontrarlo así la ansiedad del regalo le dejaría.
Cuando abrió la puerta del departamento confirmo sus suposiciones, Jimin cocinaba unas tostadas francesas mientras hacía pasar café. Ambos se sonrieron al mirarse.
“Buen día.” Saludo Jungkook, se quitó los tenis y se puso las pantuflas de conejo que Jimin le había regalado.
“Buenos días.” Le respondió con el mismo tono alegre de siempre, siempre tan hogareño, siempre tan amoroso. “¿Quieres café o té?”
“Chocolate.” Sonrío. “Pero no lo sirvas aún, quiero mostrarte algo.”
“Esta bien, pero espérame a que termine con esto.” Apuntó con su cabeza las tostadas que hacía.
Jungkook le asintió y se fue a sentar al sofá. Estaba nervioso, siempre que se trataba de Jimin lo estaba, podría pasar años y aún sentiría lo mismo. Soltó una bocanada de aire y comenzó a abrir el paquete que había recogido, lo hizo con delicadeza y dejó las piezas envueltas en papel sobre la mesita de enfrente.
“Ya terminé, podemos desayunar.” Dijo Jimin acercándose, se sentó al lado de Jungkook y espero. “¿Qué pasa?”
“Mira.” Señaló con su cabeza hacia el presente en la mesita.
Jimin puso su atención en el regalo, lo tomó en sus manos y lo destapó con cuidado. Pronto las lágrimas de felicidad llenaron sus ojos, estaba feliz y se sentía nostálgico de ver los dos vasos de frutillas que se habían roto hace mucho tiempo atrás, ahora los volvía a tener en sus manos.
Representando como es que una vez más ambos habían vuelto a su lugar, como es que los pedazos quedaron en el pasado y ahora eran dos nuevas personas dispuestas a amarse las veces que necesiten hacerlo.
“Los vasos…” Sonrío ampliamente aún sosteniendo el regalo.
“No podíamos vivir juntos otra vez sin los vasos que alguna vez compraste.” Dijo. “Esta vez, los tenemos que usar mucho.”
“Si, si. Lo haremos.” Asintió rápidamente, dejó los vasos sobre la mesa y abrazó a Jungkook, se abalanzó a él.
Una vez que su abrazo fue correspondido, Jungkook hizo que se sentará en su regazo, colocó una mano en su cintura y se separó ligeramente para darle el verdadero regalo. Los vasos solo eran una decoración para el hogar en el que vivían, el regalo era algo que había prometido al viento.
“Hey, los vasos no eran un regalo en sí.” Dijo.
“¿En serio?” Abrió un poco la boca en sorpresa, aún se abrazaba del cuello de Jungkook mientras le miraba.
“Este es el regalo.” Le entregó un folder sellado por derechos reales, algo que hizo que el ceño de Jimin se frunciera.
“¿Qué es?” Pregunto dejando de abrazar a su novio. Comenzando a abrir el sobre que le había entregado.
Estuvo atento a la reacción de Jimin, leía cada expresión de confusión y sorpresa en su rostro. Cuando leyó su nombre en el título de la pastelería que le había comprado en Seúl Jungkook solo sonrió ampliamente.
“¿Por qué tiene mi nombre?” Pregunto emocionado.
“Porque es tu pastelería.” Sonrió apretando el muslo de Jimin.
“¿Pero por qué…?” Estaba confundido, eran muchas nuevas emociones. Mucho se movía dentro de él.
Jungkook se rió por la ternura que le provocaba Jimin, le dio un beso en la nuca y volvió a abrazarlo. “Alguna vez te prometí comprarte una pastelería para que te sea más fácil llegar al sueño que tienes, mi promesa era en serio.”
Las palabras eran cortas para lo que sentía Jimin, no sabía qué decir o cómo actuar. Quiso llorar, quiso reír, quiso besarlo. Pero no hizo nada. Solo se mantuvo congelado, mudo ante la muestra de amor del hombre de su vida.
“Como no es permanente el quedarnos en Busan podrás comprar cosas para adornar tu pastelería, podrás pensar en el nombre y cómo lo llevarás a cabo, ¿qué te parece?”
“Eres…” Suspiro. “No sé qué decir, Jungkook. Estoy tan feliz que siento explotar.” Sonrío y volvió a abrazar a Jungkook, llenó su rostro de besos mientras soltaba risitas. “Te amo mucho, mucho, mucho.”
El rubio besaba el rostro del pelinegro mientras le repetía lo mucho que lo amaba, ambos reían por el momento tan cursi y agradecían a la vida por haberlos cruzado en el camino del otro. No imaginaban una vida sin estas risillas sacadas desde el corazón.
“Eres un sueño hecho realidad, Jungkookie.” Sonrió tomándolo del rostro, besando su nariz. “Quiero que tú le pongas nombre a la pastelería, mi cabeza no sirve ahora mismo. Por mi, se llamaría Jungkook.”
Jungkook río. “¿Qué te parece fresitas? ¿ah?”
“¿Fresitas?” Jimin río. “Suena tan lindo, tan cursi. Tan nosotros.”
El pelinegro sonrió, tomó las mejillas de Jimin y lo beso en los labios, escurriendo sus manos por sus mejillas y sosteniéndolo cerca de su cuerpo. Se besaron hasta que se ahogaron por la falta de aire, se rieron mirándose a las caras por lo rojos que estaban.
Jungkook cargo a Jimin hacia la cocina para desayunar, compartieron el momento romántico con el rubio desayuno. Con risas e ilusiones se miraban a los ojos.
Sus corazones se sentían seguros, se miraban y sabían que ese era su sitio destinado. Estaban bien, habían logrado todo lo que se habían susurrado durante noches enteras. Cumplieron sus sueños, cumplieron el alcanzar la estrella del amor.
Ahora, cuando se miraban y tomaban un poco de café con las mejillas rojas cual frutillas, se sentían felices. Se sentían completos.
Estaban bien, siempre lo estarían.
fin.
y bueno :3 este es el fin amiguitas, muchas gracias por su apoyo, votos y comentarios 💗 las/os/es quiero mucho, agradezco mucho por su apoyo💗
espero vernos en otras historias :3 (en unos días publicaré un nuevo au, uno cortito y chistoso jeje)
nos vemos💗
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