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🍓Capítulo cinco-Postre favorito🍓

Al dormir parecía inocente, un angelito...
¿Quién diría que era todo un experto en la cama?

Al bajar del automóvil, Jungkook le entregó las llaves a uno de los empleados del hotel para que lo estacionara e ingresó con pasos seguros por las puertas principales, yo lo seguí hasta la recepción. Una vez ahí dialogó con la señorita del mostrador, no presté mucha atención de lo que hablaron porque estaba mirando la lujosidad del hotel, luego nos asignaron una habitación. La señorita nos entregó las llaves y nos dio la bienvenida al hotel.

Subimos por el elevador a uno de los últimos pisos, los dos estábamos en silencio, él tecleaba frenéticamente en la pantalla de su teléfono y yo veía cada detalle del lujoso elevador. El elevador era de vidrio y ofrecía una vista impresionante de la ciudad. Me sentí un poco mareado al mirar hacia abajo, pero Jungkook me miró de reojo y me sostuvo con suavidad como si supiera que me temblaban las piernas, siempre sin soltar su teléfono.

Luego, cuando llegamos a nuestro piso, Jungkook guardó su teléfono y me miró con una sonrisa. Me tomó de la muñeca con suavidad y me arrastró por el pasillo para ir a nuestra habitación. Me sentí un poco nervioso porque sabía lo que haríamos, pero no sabía con exactitud qué haríamos. Sin embargo Jungkook parecía saber exactamente lo que estaba haciendo.

La habitación era impresionante, con una vista espectacular de la ciudad. Había una gran cama en el centro, un sofá y una mesa en un rincón. Jungkook me soltó la muñeca y se dirigió hacia la ventana, desde donde podía ver la ciudad. Me sentí un poco solo, pero luego Jungkook se dio la vuelta y me sonrió.

—¿Te gusta? —me preguntó, refiriéndose a la habitación. Asentí con la cabeza, sonriendo también.

—Es impresionante —le dije. Jungkook se rió y se acercó a mí.

—Me alegra que te guste —me dijo, y se sentó en un sofá para quitarse los zapatos—. No voy a ocuparlos —añadió.

—Esto es raro, regu-regularmente cuando me acosté con mis exnovios fue algo no planeado y ahora aquí estoy con alguien que acabo de conocer, a punto de...

—Me conoces hace tiempo —dijo al terminar de quitarse los zapatos—. Pero nos acabamos de ver hoy. —Alguien llamó a la puerta, Jungkook se dirigió hacia allá, era un empleado que llevaba un carrito dorado con algunas cosas que Jungkook había pedido en el mostrador, pero que yo no había escuchado qué era.

—Vo-voy a lavarme el cuerpo, estoy sudado.

—Pareces un virgen, Jimin —dijo al levantar la tapa del carrito y asentirle con la cabeza al empleado del hotel para que se marchara. Cuando el empleado se fue continuó hablando—. Hueles bien, relájate.

—¿Qué pediste? —pregunté acercándome al carrito.

—Fresas, crema, champán y condones jumbo. ¿Quieres que pida otra cosa?

—Ah, no... No tengo apetito.

—¿Solamente me quieres probar a mí? —preguntó con una sonrisa pícara.

—Ah...

—¿Por qué te pones tímido? Tú fuiste quien pidió venir, yo quería cortejarte de manera dulce para después lograr montarte. —Se acercó a mí, acariciando mi barbilla y sentí que mi piel se erizó.

—Tal vez estoy tímido porque vas a meterme tu verga en el trasero.

—Y mi crema. —Sonrió, después me dio un besito en la mejilla y tomó las fresas del bowl de cristal para colocarles la crema despacio—. Desvístete, o de lo contrario comenzaré a creer que en realidad eres un virgen romántico como dije en el auto.

—Ja. ¿Crees que no lo haré? —Alcé las cejas, luego me quité el saco y la camisa.

Jungkook se sentó en el sofá, mordiendo una fresa con crema mientras me veía. Luego me quité el pantalón y cuando estuve en boxers me acerqué a él, tomando la fresa que tenía en su mano y metiéndola a mi boca.

—Ahora es tu turno de quitarte la ropa, Cremita. —Sonrió y asintió.

Dejó el bowl por un lado y se desvistió de manera rápida, quedando también en bóxers.

Se acercó a mí de una manera tan sensual que me fue imposible evitar que mi erección creciera, sonrió de lado al ver el bulto creciendo entre mis piernas, después de eso colocó ambas manos encima de mis hombros empujándome con ligereza hacia abajo y comprendí que tenía que arrodillarme.

Me parecía irreal estar arrodillado frente a Jungkook, es que era todo muy loco, mi amigo por videolove, un jugador profesional de videojuegos, un hombre apuesto y sexy. Estar con él en una habitación de hotel a punto de cometer actos lujuriosos en lugar de estar celebrando en mi fiesta de graduación, todo era muy loco y me encantaba.

Se quitó los boxers, dejando ver su trozo de carne que aparte de largo era tan grueso que de inmediato supe que iba a doler, vaya que he visto varios penes a lo largo de mi vida, pero este, este era un macropene.

—¿Sorprendido, fresita? —preguntó y alcé la vista para hacer contacto visual con sus ojos oscuros.

—Dime que pediste lubricante —dije y soltó una risa deleitante.

—No lo vamos a necesitar.

No dije nada más, acerqué mis labios hacia su punta rosa, pero antes de que pudiera comenzar a lamer, Jungkook colocó en mi boca una fresa, metiéndola sin permiso.

—Eres mi fresa y voy a colocarte de mi crema. ¿Te gusta la idea de irte completamente lleno a casa?

Mastiqué la fresa con el ceño fruncido, luego la tragué y coloqué mi mano en su erección.

—Si retrasas esto tardaremos más, no me interrumpas —susurré y sonrió.

Finalmente coloqué mi lengua en su piel suave, sintiendo el fluido salado que emergía de su interior, hice que la punta de mi lengua fuera un poquito más puntiaguda, logrando introducirla en la entrada de su pene, en su uretra. Lo escuché suspirar y contener sus gemidos.

Eso significaba que lo estaba haciendo bien.

Me puse más violento, pasando mi lengua desde la punta hasta la base, saboreando el dulce sabor del pecado, sintiendo sus venas gruesas a mi paso, midiendo e imaginándome hasta qué tan hondo podría meterlo.

Sin avisar lo introduje en mi garganta, cuidando que no chocara con mis dientes para no lastimarlo, es que el raspón de los dientes en esa zona sensible en lo personal no me gustaba y quería darle placer a Jungkook, quería dejarle una buena impresión.

Lo sentí hasta el fondo, tan adentro que tocó mi campanilla, entonces comencé a moverlo de adentro hacia afuera, succionando y haciendo soniditos.

—Queda demostrado que no eres virgen, tú ganas. —En ese momento colocó su mano en mi cabeza, sosteniéndome con fuerza del cabello para que me detuviera.

Se apartó, tomándome del torso con las manos y jalándome hacia arriba. Estando de pie, pegó sus labios en los míos, dándome un beso que alteró todos mis sentidos. Este no era un beso de amor, estaba lejos de serlo, era un beso invadido de lujuria, deseo y pasión desorbitante, un beso que me decía a gritos que Jungkook anhelaba cada parte de mi piel. Él me tocaba y acariciaba con suficiente fuerza para hacerme desear más, pero suficiente delicadeza para no lastimarme.

—¿Te había dicho que las fresas con crema son mi postre favorito? —preguntó al finalizar el beso.

—Mhjm... —contesté, sintiendo que me palpitaban los labios.

—Quítate los boxers y túmbate en la cama.

Obedecí, no quería llevarle la contraria porque estaba disfrutando esto tanto como él. Lo miré ir hacia donde estaba el carrito, tomó el bote de metal donde estaba la crema batida, se acercó a mí, sonriendo, luego presionó el botón rojo de la crema colocándosela en la palma de la mano, se acercó a mí, abrí las piernas y sin avisar me colocó la crema en parte de mis testículos y mi trasero, pero más que nada en mi trasero, estando ahí, hundió los dedos con suavidad provocándome gemidos.

—¿Eso es higiénico? —pregunté asustado.

—Shhh... Te lavas al terminar —contestó con voz ronca.

Para ese momento, él ya sabía no era virgen porque sus dedos entraban y salían sin dificultad

Era tan pegajoso, pero también delicioso, mientras seguía metiendo los dedos presionó el botón rojo de la crema embarrándola en mi ombligo mientras me veía con ojos cautivadores, yo no podía hacer más que dejarme llevar.

—Este es el ritual de conversión... —susurró.

—No te entiendo... —Solté un jadeo.

—Para convertirte en mi fresa, ya te puse crema de la barata. En un momento te pondré de la premium.

—Ah...

Jungkook se inclinó hacia mí, lamiendo la crema en mi ombligo, después la de mi vientre, mi pene y mis testículos, saboreando y chupando al mismo tiempo que aumentaba el ritmo con sus dedos.

—¿Te importa que no use condon? No es como si fueras a quedar embarazado... —preguntó apartándose de mí.

—¿Qué hay de las ETS?

—Estoy limpio, parece que tú también, pero tienes razón. —Se alejó de mí, tomando los condones del carrito, abriendo la caja sellada y después se lo puso con habilidad.

Me tomó de los muslos, luego colocó la punta de su glande en mi entrada, introduciéndose en mi interior de una sola estocada, amplié los ojos, agarrándome de sus antebrazos, sintiendo mis entrañas siendo sacudidas, sintiendo un placer que me volvía loco.

Por un momento olvidé que estaba manchado de crema pegajosa, olvidé todos mis problemas, me dejé llevar por sus embestidas rudas, me dejé envolver por sus gruñidos y me sentí embelesado al ver su cuerpo desnudo y tonificado tomarme y follarme con deseo.

Jungkook entraba con brusquedad deleitándose al mismo tiempo que yo, ambos estábamos gozando, grité, estirando las manos y aferrándome a su cuello, encajándole las uñas con fuerza y él se puso de pie sin detener el ritmo.

—Me... Me voy a caer...

—No lo harás, no lo permitiré. —Jadeó, sosteniéndome fuerte de las nalgas, enrosqué más las piernas y sentí la gloria.

Entraba y salía, una y otra vez, sin parar.

El ritmo de Jungkook era cada vez más rápido, estaba haciendo todo el trabajo, yo quería demostrarle que también podía montarlo, que podía sentarme arriba suyo y cabalgar como un dios del Olimpo, pero no me daba oportunidad, estábamos haciendo lo que él quería.

—Bésame —dijo a mi oído.

Obedecí sin dudar, sin pensarlo, pero no le di un simple beso, le succioné los labios, bastando ese gesto simple y mortal para que me arrojara en la cama, tomándome con fuerza de las caderas e ingresando de un solo golpe hasta el fondo. Chocando con fuerza, en ese momento me ardía mi interior, estaba golpeando de manera más salvaje que antes.

Después de unos segundos las lágrimas escurrían de mis ojos de lo abrumador que estaba siendo, doloroso y delicioso, sentía un placer infinito y un dolor que estaba ignorando para centrarme en el hombre bestial frente a mí. Sin avisar llegó el orgasmo, me corrí, una ola interminable que me hacía temblar encima de la cama.

¿Por qué estaba disfrutando tanto? Ya antes había tenido sexo, pero nunca antes había disfrutado de esta manera. ¿Era por la crema? ¿Era despecho porque me pelie con Taehyung? ¿O era que simplemente Jungkook era el mejor en la cama?

Me sentí tan relajado que solté el cuerpo, mirando borroso, Jungkook me había follado tan duro que mis muslos y nalgas estaban enrojecidos.

Pero él no se había corrido, no lo había hecho todavía.

Salió de mi interior, se quitó el condon sonriendo con malicia.

—Te juro que estoy limpio —susurró, dejando caer en mi estómago la crema premium, embarrando su semen  caliente y exquisito en mi cuerpo.

—De todos modos, hace rato te la chupé. —Sonreí y ambos reímos.

—Y este es, mi postre favorito —dijo parado frente a mí, dejando caer lo que faltaba de su crema, mirándome con ojos lujuriosos, mirándome satisfecho, mirándome con deseo.

Me gustaba ser la fresa de la crema de Jungkook, me gustaba ser ese postre, me gustaba que nuestros usuarios en videolove hubieran coincidido, era casi mágico.

—Tengo que limpiarme —Fue lo primero que dije al ponerme de pie.

Sentí la mirada lujuriosa de Jungkook escanearme el cuerpo a medida que me alejaba para ir a darme una ducha. Me encerré en el baño, me miré en el espejo, tenía las mejillas notoriamente rojas al igual que mis labios, me puse de espaldas y mis nalgas también estaban rojas.

Sonreí y me metí a la regadera, ajustando la temperatura a una agradable. El agua se sentía demasiado bien y el jabón del hotel era suave y oloroso, no parecía corriente, es que estábamos en una suite de lujo. ¿Cuánto dinero tendría Jungkook? Supuse que bastante, para estar hospedados en ese lugar...

Con cuidado me limpié el trasero y cada parte de mi cuerpo, al finalizar me sequé con una toalla y tomé una bata de felpa color blanco que tenía el nombre del hotel bordado en la parte de atrás, salí del baño y me encontré con Jungkook duchado y limpio. Él tenía una toalla cubriéndole la parte baja de su cuerpo. ¿Había otro baño?

—¿Te duele algo? —preguntó curioso.

—Hoy no, tal vez mañana —contesté, él estaba sirviendo en un par de copas de Champaña color rosa.

—¿Brindamos? —preguntó al entregarme mi copa.

—¿Por qué? —cuestioné al tomar la copa entre mis manos.

—Por nuestra primera noche juntos, por tu graduación y por tu reset. Supongo que Taehyung formará parte de tu reset. ¿Verdad?

—Ni quiero hablar sobre eso, no es fácil dejar de hablarle de un día para otro. Lo mejor será brindar nada más por nuestra primera noche y por la graduación.

—Entonces, salud. —Alzó la copa en el aire, chocándola con la mía.

—Salud —contesté.

El primer contacto de la champaña con mi lengua fue suave y refrescante. La espuma se desvaneció rápidamente, dejando lugar a un sabor intenso y complejo. La fruta era la protagonista, con notas de fresa, frambuesa y arándano que se mezclaban en armonía. El sabor es dulce, pero no empalagoso, gracias a la acidez natural del vino que lo equilibraba.

—¿Te llevo a casa o prefieres pasar la noche aquí?

—¿Tú qué harás? —pregunté y dejó la copa en la mesa.

Se acercó a mí, tomándome de la cintura y pegándome a su cuerpo, después colocó sus labios en mi cuello, dándome un beso húmedo.

—Haré lo que tú me pidas —susurró a mi oído.

—Bésame —dije al dejar la copa medio llena en la mesa, Jungkook me tomó con suavidad de la barbilla, dándome un beso en los labios, justo como se lo pedí.

—¿Qué más?

—Duerme conmigo. —Sonrió, seguramente esperaba que dijera eso, o tal vez quería que follaramos de nuevo.

Sin embargo, dormimos agotados y juntos, perdí el conocimiento en medio de los brazos del hermoso hombre, pero me despertó el timbre de mi teléfono. Al abrir los ojos pude ver a Jungkook tomándolo de la mesita de noche con el ceño fruncido, después, invadiendo mi privacidad contestó la llamada.

—¿Qué putas quieres?... —Me tallé los ojos, mirando que sonreía mientras escuchaba lo que le decían al otro lado de la bocina—. Jimin está dormido, anoche quedó completamente satisfecho luego de llenarse de crema su lindo trasero rosado.

—¡Jungkook! —chillé intentando quitarle el teléfono, pero no me dejó hacerlo.

—Llámalo más tarde, por cierto, no lo vuelvas a besar. —Finalizó la llamada y me entregó el teléfono.

—¿Era Tae? —pregunté y asintió con la cabeza—. ¿Por qué le dijiste eso?

—Son las ocho de la mañana. ¿Quién llama a esta hora?

—¡¿Ocho?! —pregunté asustado, al ponerme de pie—. ¡Tengo que estar en el hospital a la de ya!

—¿Tienes cita o algo?

—Sí... —dije buscando mi ropa—. Hoy desconectaré a papá, prometí hacerlo hoy. ¿Dónde diablos está mi ropa, Jungkook?

—La están lavando —contestó al levantarse, mi cara fue de horror—. No te estreses, pediré otro cambio.

—Tengo que estar en el hospital ya.

—Me hubieras dicho anoche y yo mismo te despertaba, no pude dormir...

—Se me olvidó comentarte.

—Respira y tranquilízate, vamos a cambiarnos y después haremos todo lo que tengas que hacer.

—¿Haremos? —pregunté tratando de evitar sonreír.

—Ajá, ese Taehyung quiere verte y no te dejaré solo con él.

Lo prometido es deuda, gracias por seguirme en Instagram😭☝🏻🫶🏻🍓🫂

Si tienen teorías colóquenlas (AQUÍ)

¿Qué piensan de Jungkook? ¿Es una red flag o green flag?🙊🤙🏻

AHORA SÍ, NOS LEEMOS HASTA EL SIGUIENTE SÁBADO, LAS AMO LOBAS FRESITAS🐺🍓

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