Capitulo 6: La Llama de la Desesperación
La atmósfera en la Academia Kuoh estaba cargada de un aire tenso y electrizante. Mientras la luz del Dragón de la Luz avanzaba hacia Freezer, Rias y el resto del Club de Ocultismo sintieron un impulso de esperanza, pero también el oscuro peso del riesgo que estaban asumiendo. Este no era solo un combate; era un enfrentamiento que podría decidir el destino de su hogar.
Como si el tiempo se detuviera, Freezer echó su cabeza hacia atrás, dejando escapar una risa retumbante que resonó en cada rincón del campo de batalla. La confianza del tirano parecía inquebrantable, incluso ante la embestida de su ataque combinado.
- ¡Miserables, piensan que pueden derrotarme con trucos tontos!- exclamó Freezer, levantando su mano con desprecio y canalizando su energía. Mas su poder era más oscuro que la misma tempestad. Un torbellino de energía oscura comenzó a girar a su alrededor mientras absorbiendo el impacto del ataque de Rias y sus amigos.
- ¡Debemos seguir!- gritó Kiba, empujando su propia energía a la vez que se plantaba firme frente a sus amigos. Sin embargo, algo pronto se volvería claro: esta no era una simple batalla de fuerza o resistencia; era una prueba de fe y sacrificio.
A medida que el choque de poder entre los estudiantes de la Academia Kuoh y el tirano alienígena se intensificaba, el terreno comenzó a temblar. Las naves espaciales brotaban explosiones en el cielo, desatando escombros y esquirlas que caían como simples hojas de otoño, mientras que un intenso rugido resonaba en los corazones de los guerreros.
Y entre todo el caos, en la última línea de defensa, Asia, cuyo poder de curación nunca había sido más necesario, comenzó a sentir la presión del miedo y la desesperación. A pesar de su luz interior, un susurro oscuro la acechaba, anidando la inseguridad en su corazón.
- ¿Y si no puedo curar a todos? Si alguien resulta herido por mi culpa...- pensamientos perturbadores comenzaron a consumirla. La sombra de Freezer parecía engullir no solo su entorno, sino también su espíritu.
Mientras tanto, Rias centraba su energía y su enfoque. Era consciente del peligro inminente.
- ¡No puedo dejar que se interrumpa su luz! Necesito reafirmar mi voluntad...- se dijo a sí misma. Recordó la razón por la cual luchaba. La amistad, el hogar... todo lo que amaba estaba en juego.
Su estómago se retorció, pero se mantenía firme. El desasosiego estaba desbordando sus venas, el miedo al fracaso palpitaba en su pecho, pero no podía permitir que prevaleciera.
Como si la oscuridad de Freezer la estuviera desafiando, ella respondió con una explosión de fuerza- ¡No, no estoy sola! ¡Estamos juntos en esto!
- ¡Ahora!- Rias alzó la voz para coordinar la ofensiva final. Simultáneamente, los miembros del Club de Ocultismo, cada uno en sintonía con sus emociones más profundas, reforzaron su voluntad y levantaron sus manos hacia el cielo.
Un torrente de luz emergió, como si fueran lamentos y gritos de su voluntad colectiva. La esfera de energía comenzó a agitarse violentamente, y desde su centro brotó una resistencia sin igual; una manifestación palpable del deseo de justicia y renovación.
- ¡Vamos, amigos! ¡Luchamos por nuestra casa! ¡Luchamos por todos los que amamos!- gritó Rias, dando un paso al frente, como líder y símbolo de su unidad.
Freezer, sintiendo la intensa presión de sus ataques combinados, no solo se veía sorprendido, también se vislumbraba una inquietud en su rostro. Por primera vez desde que había llegado, sentía que la victoria no sería tan simple.
- ¡No me creen un Dios!- prosperó, en sus ojos había un destello oscuro- ¡Sufrirán! ¡Sufrirán por sus agravios hacia mí!
Mientras la esfera se acercaba a él, Freezer destrozó su energía oscura con un grito que resonó hasta los confines del campo de batalla. La oscuridad retumbaba, clamaba y se agitaba como un inquietante océano a punto de desbordarse.
La presión era palpable en el aire mientras la esfera de luz, resultado de la unión inquebrantable del Club de Ocultismo, se acercaba cada vez más a Freezer. Sin embargo, el tirano no estaba dispuesto a dejarse vencer tan fácilmente. Con un grito ensordecedor que parecía sacudir los cielos, Freezer extendió sus manos y canalizó la energía oscura, formando un imponente muro de poder que se elevó ante él como una ola oscura lista para engullir todo a su paso.
- ¡No lo lograrán!- gritó, su voz reverberando con una malicia casi palpable. Con un movimiento explosivo, lanzó su energía oscura hacia la esfera luminosa, creando una onda de choque que sacudió la tierra bajo sus pies. El impacto fue como un trueno, y el aire se llenó de escombros y polvo.
Rias apenas pudo mantenerse en pie, pero la determinación brillaba en sus ojos- ¡No nos rendiremos!- gritó, reforzando su conexión con cada miembro del club. Sus corazones palpitaban al unísono, cada latido una declaración de resistencia- ¡Ahora, todos juntos!
Kiba, sin dudarlo, lanzó una serie de espadas de luz desde su mano, que se convirtieron en destellos veloces, atravesando el campo de batalla y dirigiéndose hacia Freezer. Cada espada brillaba con la luz de sus sueños y esperanzas, un testimonio de su lucha. Freezer giró su cuerpo rápidamente, escupiendo ráfagas de energía oscura con la intención de desviar los ataques, pero la manada de espadas brillantes lo alcanzó, desgarrando su energía oscura y golpeando su cuerpo con una fuerza devastadora.
- ¡Grrr!- rugió Freezer, sintiendo la mordida de su ataque. La frustración comenzaba a invadirlo- ¡No pueden jugar con fuerzas que no comprenden!
Al mismo tiempo, Asia, superando su miedo, hizo un esfuerzo monumental. Con sus manos abiertas, canalizó su poder de sanación, creando un resplandor dorado que envolvió a sus compañeros, reparando las heridas y alimentando su energía con cada segundo que pasaba. Sin embargo, algo oscuro acechaba en el fondo de su mente, un grito interno que amenazaba con tragársela.
- ¡Debo hacerlo!- se dijo, sintiendo cómo su luz interior se iluminaba aún más a medida que la oscuridad avanzaba. Pero cada vez que pensaba en el dolor y el sufrimiento, un escalofrío la recorría. Asia se aferró a la visión de sus amigos sonriendo, y eso la empoderó para seguir adelante.
Rias, viendo que el torbellino de ataques oscuros avanzaba hacia ellos, formó un escudo protector con su magia. Al alzar las manos, una barrera brillante emergió, chocando contra la ola de energía de Freezer, creando un espectáculo de luces brillantes y sombras oscuras. Con cada golpe, la tierra temblaba y el aire era atravesado por corrientes de energía que destellaban como relámpagos.
- ¡Juntos, ahora!- gritó Rias una vez más, y todos respondieron, canalizando su energía en un único punto de luz, una explosión resplandeciente que tomó forma en una gigantesca esfera. A medida que se unía a la esfera de luz inicial, se convirtió en un ataque formidable que hizo temblar a Freezer.
Con una rabia infinita, Freezer lanzó un poderoso ataque que hizo que el cielo estallara con horrendas ráfagas oscuras, pero el Club de Ocultismo, impulsado por cada uno de sus deseos y lealtad, replicó con fuerza. El choque de las dos fuerzas fue inmenso, y la energía oscura se fragmentó a su alrededor, enviando escombros volando en todas direcciones.
- ¡Sufran!- gritó Freezer con una sonrisa torcida, mientras sus ojos destellaban con maldad- ¡Causaré su inflación y los destruiré uno por uno!
El campo de batalla se convirtió en un infierno viviente mientras Freezer comenzaba a desatar ataques letales, rayos de energía oscura que desgarraban la tierra. Kiba se lanzó hacia adelante, desenvainando sus espadas y cortando cada rayo oscuro que se dirigía hacia ellos, mientras que Akeno invocaba relámpagos y llamas, conjurando tormentas que amplificaban sus ataques.
- ¡Akeno! ¡Cuidado!- gritó Rias cuando una ola oscura avanzaba, pero Akeno rompió el suelo mientras se sumergía profundamente en su magia. Una explosión de energía eléctrica se generó en su posición, compartiendo su poder a través de sus compañeros.
- ¡No hay lugar para el miedo!- respondió Akeno, sus ojos centelleaban con una ferocidad formidable, y mientras se levantaba de nuevo, sus alas de oscuridad se desplegaron, revelando el poder de su herencia. Invocando llamas de tormenta, lanzó un poderoso rayo hacia Freezer, que atravesó la onda de energía oscura.
El planeta temblaba, el cielo era un caleidoscopio de luz y oscuridad. Freezer retrocedió, visiblemente afectado por el esfuerzo colectivo del grupo. Sus ojos reflejaban una impotente furia, pero también comenzaba a entender que este no sería un paseo en su camino hacia la aniquilación.
- ¡Los aplastaré a todos!- rugió Freezer, mientras se lanzaba hacia el grupo, su mano llena de energía oscura dispuesta a destruir todo lo que se interpusiera en su camino, pero el Club de Ocultismo, fuerte y solidario, se preparaba para su ofensiva. La batalla no había terminado; un nuevo capítulo de enfrentamientos se estaba escribiendo entre la luz y la sombra.
La lucha por el destino de la Academia Kuoh apenas comenzaba.
Freezer avanzó como un huracán, sus movimientos eran rápidos y mortales, una danza macabra entre sombras y destellos de luz. El aire a su alrededor se tornaba espeso, lleno de electricidad, mientras el Club de Ocultismo se preparaba para Resistir. La esencia de su unión pulsaba con una intensidad que era casi palpable; cada uno de ellos se convirtió en un conductor de energía, una chispa brillante en el vasto abismo que representaba el poder del tirano.
- ¡No se rendirán tan fácilmente!- gritó Rias, sus ojos brillando con una determinación feroz mientras sentía cómo el peso de la responsabilidad recaía sobre sus hombros. Estaba dispuesta a arriesgarlo todo, a empujar sus límites más allá de lo imaginable. El aire estaba impregnado con la mezcla de adrenalina y peligro; el combate se volvía cada vez más visceral, intensamente emocional. Las pasiones de la batalla se reflejaban en cada golpe, cada ráfaga de energía.
Con cada ataque de Freezer, una oleada de pánico recorría el grupo, pero también se convertía en una llama que avivaba su resistencia. Kiba fue el primero en lanzarse nuevamente, su espada de luz resonando con la esperanza de un futuro diferente. Cada corte que realizaba salpicaba el aire con destellos brillantes que contrastaban fuertemente con las sombras oscuras de Freezer.
- ¡Esto no es el final!- reiteró Asia, sintiendo la angustia de cada uno de sus amigos como un eco en su corazón. A medida que sus manos emitían más luz dorada, se unía con la energía de Kiba, creando una explosión de luz pura que disipaba parte de la oscuridad del tirano. Sus pensamientos estaban llenos de imágenes de momentos felices con ellos, dotándola de valor.
Sin embargo, la oscuridad de Freezer no se detendría. Con un rugido que resonó en lo profundo de la tierra, lanzo una esfera negra de energía pura hacia el grupo. La cosa parecía devorarlo todo a su paso, una encarnación del miedo en forma física.
Rias, concentrándose, reunió su magia en un escudo, pero a medida que la esfera se acercaba, se dio cuenta de que necesitaban más que solo defensas. Era entonces cuando Akeno, cada vez más en armonía con su lado oscuro, elevó su voz en un canto, su poder envolviendo el campo de batalla como una tormenta eléctrica.
- ¡Vamos a demostrarle que somos más fuertes que su oscuridad!- gritó, su sonrisa desafiando la fatalidad. Con un gesto de su mano, convocó un rayo que no solo iluminaría el cielo sino que también conectaría su poder con el de Rias y Asia. La energía se arremolinó a su alrededor en un espectáculo deslumbrante, creando una sensación de unidad en medio del caos.
El impacto fue monumental. La esfera oscura chocó contra el escudo de Rias, creando una onda expansiva que los lanzó a todos hacia atrás. Sin embargo, la unión de sus fuerzas liberó un rayo de luz que impactó directamente en Freezer, causando que el tirano retrocediera, visiblemente herido.
- ¡Esto no es suficiente!- el guerrero maligno gritó, y su piel se oscureció aún más, como si absorbiera todo el odio y la rabia que lo definían. Una aura temible comenzó a emanar de él, un fétido recordatorio de su verdadera naturaleza.
Freezer, enfurecido, se lanzó hacia el grupo, cada paso resonando como un trueno. Kiba bloqueó su avance con sus espadas, pero el golpe derribó a varios de sus compañeros. La desesperación agrandaba el vacío en el aire. Pero el Club de Ocultismo no cedería. Ellos sabían que juntos eran más que la suma de sus partes.
- ¡Todos juntos!- gritó Rias mientras se levantaba, sus ojos se llenaban de luz y determinación-¡La esperanza nos unirá!
Con un grito resplandeciente, todos levantaron las manos, uniendo su energía en un solo punto. Una esfera de luz brillante se formó entre ellos, un faro en la oscuridad que se precipitaba hacia Freezer con la fuerza de mil esperanzas, mil sueños y promesas cumplidas. La luz estalló en el aire, devorando la oscuridad y creando un eco de poder que resonaba con cada uno de sus corazones.
El coloso de energía oscura de Freezer se desvaneció ante esa luz, su sonrisa torcida lentamente convirtiéndose en un grito de rabia mientras intentaba dar un paso atrás. La explosión de poder creó una onda expansiva que sacudió el paisaje hasta los cimientos, mientras Freezer se desvanecía en la oscuridad, incapaz de contener el poder de la unidad del Club de Ocultismo.
En aquel instante, sintieron no solo que la batalla había terminado, sino que también habían forjado un lazo más profundo como grupo. Las cicatrices de la lucha dejaron una huella imborrable en sus almas, cada uno reconociendo las profundidades de su conexión.
El campo de batalla se tornado en silencio, el aire se despejó y el estruendo de la lucha fue reemplazado por el murmullo de las hojas y el canto distante de los abejas. Mientras el sol comenzaba a ponerse, bañando el horizonte con colores de rojo y dorado, el Club de Ocultismo se miró entre sí, sabiendo que el verdadero desafío apenas comenzaba. La Academia Kuoh era su hogar, y estaban dispuestos a luchar por él, una y otra vez, hasta el final.
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