Personajes: Makoto Tachibana, Hanako Honma (OC), Ran y Ren Tachibana, también Haruka Nanase.

Shipp: MakoHana

Universo: Free!

Género(s): Romance y Comedia

"Cariño... Estamos juntos, y eso es lo que importa. Podemos afrontar esto, lo sé".

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El cielo era hermosamente azul, hacía un día lindo y fresco. Entonces, los recuerdos llegaron a mí al pensar que, de no vivir en tal situación de aislamiento debida a la pandemia, las cosas serían muy distintas. Seguramente, el club de natación Iwatobi, aprovechando que era fin de semana, habría planeado algo con la especial ayuda de Gou. Quizá se habría acordado una reunión para comprar trajes de baño nuevos y pasar un rato agradable en casa de Haru, planeando además los entrenamientos de la semana.

Decidí ir a primera hora a casa de mi novio, Makoto, ya que estaba pasando por momentos emocionales algo difíciles, el estrés por pensar en el pasado me solía tener cansada y comenzaba a deprimirme al recordar la antigua normalidad, a lo que acordé con mis padres, suegros y pareja el pasar algo de tiempo juntos como algo usual, para así distraernos todos y no preocuparnos de más, sería un respiro en medio del caos. Ya que vivíamos muy cerca y ambas familias nos cuidábamos como debíamos, nuestras acciones no eran riesgosas, y a decir verdad mi querido poseedor de mirar verde se veía sombrío a veces, algo que tampoco ayudaba al ánimo de sus hermanos menores, por lo que debíamos estar más unidos entonces.

Los cuatro jugábamos juegos de mesa y veíamos ánime, a veces imaginando situaciones anteriores o que posiblemente viviríamos algún día en el futuro cuando llegó el tema de "nuestro día ideal". A decir verdad, yo le temía al agua, pero al superar ese miedo, podía entender a los que nadan por amor al agua, por lo que, en serio añoraba ver a los chicos nadar un montón en ese líquido vital y sentirlos divertiéndose, también extrañaba las clases que recibía de parte de ellos, ya que su actividad predilecta no era mi fuerte y estuve trabajando en pulir tal hecho, algo que logré en gran parte gracias a todos, pero en especial a mi adorado Tachibana.

Ya quería apreciar la mirada de niños que el cuarteto de nadadores tenían al ver una piscina o el amplio mar, era algo que me hacía espabilar y dejar el miedo atrás. Cuando de pronto se me ocurrió algo, miré al de cabello marrón verdoso y le propuse la idea de ir a la playa más cercana para apreciar el atardecer, así nos relajaríamos un poco. Después de meditarlo, aceptó mi propuesta y todos procedimos a asearnos, vestimos y a prepararnos para salir con nuestras mascarillas y guantes de tela, además empaqué algo de gel antibacterial en mi bolso, donde también guardé bocadillos para todos y un bento especial con caballa para nuestro querido amigo Haru. Primero podríamos sentarnos en la arena sin preocupación alguna, y luego se procedería a hacer una parada por la casa del de mirar azul.

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Después de caminar un buen trecho para llegar, divisamos el precioso y ancho mar frente a nosotros, a lo que todos nos emocionamos y sonreímos al haber logrado nuestra meta. Tendí un par de sábanas en la arena y nos sentamos tranquilamente, bajando nuestras mascarillas aunque fuese por un rato.

—¡Onii-chan! ¿En serio nadabas cuatro kilómetros por día en aquel campamento? —Interrogó mi tierna cuñada, con sus orbes verdes brillando con intensidad y admiración.

—Sí, así lo demandaba nuestro programa de entrenamiento —explicó Makoto con una sonrisa cálida, mientras entrelazaba nuestras manos por detrás de la espalda de Ren.

—¿No había alguna piscina allá? —Preguntó esta vez el lindo pequeño de cabellos marrones.

—Sí, pero mientras Samezuka la usaba, nosotros practicamos en la playa —comentó con tranquilidad, su voz denotaba alegría.

—Onii-chan —siguió Ren de nuevo—, ¿no se cansaban? —Y el alto varón rió con simpatía. ¿Cómo cansarse tan fácilmente de algo que adoraban? Sentí que podía leer su mente.

—No era tan arduo para nosotros, el más afectado era Rei, y aún así pudo acostumbrarse para alcanzarnos.

—¡¿El hermano Mariposa?! —Vociferaron los gemelos al unísono de forma ansiosa, a lo que el mayor de todos asintió.

Entonces cierto nadador de estilo libre se hizo presente de manera inesperada, y supuse que Makoto había hablado con él mientras los gemelos y yo nos acomodábamos, o quizá desde antes.

Los chicos no escondieron su emoción y se le fueron encima al recién llegado gritando felizmente: "¡Haru!", a lo que el mencionado acarició sus cabezas con los guantes puestos, y pude suponer que había una pequeña sonrisa bajo la tela que cubría parte de su rostro. Entre un círculo tan pequeño y cuidadoso como el de nosotros, considerábamos que podíamos dejar un poco ciertas formalidades y protocolos, algo que era un alivio para todos, ya que, aunque no lo pareciese, esa calidez no estaba de más.

—Ya te puedes bajar la mascarilla, Haru —sugirió mi pareja con una sonrisa, mientras palmeaba un lugar a su lado libre, invitando a nuestro amigo a sentarse, a lo que el Nanase aceptó.

—Pensábamos ir a tu casa luego —confesé, rascando un poco mi nuca, y luego colocando uno de mis mechones castaños tras mi oreja.

—Pueden subir en un rato, no hay problema —dijo con su característica serenidad, asintiendo.

Su mirar azul se notó inmensamente anhelante al ver lo que teníamos enfrente, y eso me dio algo de lástima con él por su espíritu.

—Libre... —salió un murmullo de él, fue cuando observé a mi pareja, y en efecto, ambos nos sentimos preocupados por el de cabello azulado.

—Haru —le miré—, esta es sólo una etapa. Verás que luego podremos salir y nadar todo lo que queramos.

—¿Nosotros también participaríamos en un evento como aquel del campamento? —Interrogó Ren.

—Claro ¿por qué no? Hana-chan tiene razón, es sólo una etapa —respondió el Tachibana mayor, apoyando mi optimismo e intentando subir los ánimos con esperanza.

Y el de cabellos azabaches nos dedicó una mirada fugaz, pero ansiosa, queriendo creer nuestras palabras, seguramente imaginando todo aquello que decíamos.

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Disfrutamos de un delicioso té en casa de Haru, y poco después decidimos hacer un pequeño juego, qué consistía en: armar un plan de "Actividades para después de la Cuarentena".

—¿Qué hay de un campamento en la playa? Quisiera vivirlo con ustedes —propuse con ilusión, con mis labios curvados en una ligera sonrisa.

El Nanase posó unos dedos en su mentón, mostrándose pensativo.

—¿Con caballa a la parrilla? —Añadió el dueño de la casa, a lo que asentí un par de veces, animada.

—Un campamento en la playa~ —dijo la pequeña de orbes verdes, fantaseando.

—¡Parrilla! ¡Waa! —Exaltó Ren frenéticamente.

—Y contaríamos cuentos de terror —ante el repentino comentario de Ran, detallé como Makoto palidecía, por ende, sonreí con nerviosismo, tratando de calmarme para pensar en algo.

—Estaríamos todos juntos, así que no habría problema —le recordé, sonriendo y recostándome un poco en su hombro. Mi buena intención fue breve, pero quise molestar un poquito a mi amado novio—. Pero debes prepararte, Nagisa no dejaría pasar la oportunidad para asustarte, o bueno, asustarnos...

De súbito, me gané una expresión horrorizada de parte del nadador de espalda como recuerdo memorable del día.

—¡H-hana, no ayudas! —Chilló, evaluando la posibilidad, a lo que el resto dejaba salir algunas risitas— ¡Chicos, paren! —Se quejó, vociferando con molestia debido al evidente miedo.

—Lo siento —dije por lo bajo, haciendo un puchero y abrazando uno de sus fuertes brazos—. Vamos Mako, calma~ ¿Sí? —Pedí, usando mi potente mirada café a favor.

—A veces parece que eres casi o tan siniestra como Nagisa —comentó de repente Haru, a lo que inflé una mejilla aparentemente ofendida y en protesta, pero la verdad era que él tenía razón, por lo que reí para mis adentros.