MI PEQUEÑO OSITO
ESTA HISTORIA ES FICTICIA Y NO REPRESENTA PERSONA O HECHO ALGUNO EN PARTICULAR.
ADVERTENCIA LA SIGUIENTE HISTORIA CONTIENE CONTENIDO SHOTACON, SI NO ES DE TU AGRADO TE RECOMIENDO IGNORAR ESTA PUBLICACIÓN.
Gracias a @kikaisentaizenkaiger por la idea... si gustas de dejar alguna sugerencia siéntete bienvenido.
En una pequeña ciudad del estado de Utah, una joven mujer de pelo castaño preparaba las maletas para un viaje de negocios que tenía que acudir, por su parte un niño pequeño estaba en la sala viendo la televisión con un puchero, pues se suponía que debían pasar tiempo juntos.
—Oh Freddy lo siento mucho hijo— dijo la mujer mayor.
Freddy no dijo nada sólo miró a un lado molesto, Martha no tenía mucho tiempo para discutir, antes de que pudiera decir algo escuchó que alguien tocaba la puerta, la castaña fue a abrir la puerta, y allí estaba una joven de pelo color plata y ropa oscura.
—Buenas tardes Señora Andrade— dijo la joven.
—Hola Mai, perdona que te haya pedido esto de último minuto, pero no pude librarme— dijo Martha.
—No se preocupe señora... Me gusta pasar tiempo con Freddy— dijo la mujer.
Mai entró a la casa, fue a donde estaba Freddy, lo miró, se percató de que el niño estaba muy enfadado.
—Hola Freddy— dijo la chica de pelo plateado.
—¡¡¡MAI!!!— gritó el castaño al ver a su niñera favorita y saltó a abrazarla.
Martha, terminó de acomodar las últimas cosas que le faltaban y finalmente cuando estaba por partir intentó despedirse de Freddy, pero este seguía enojado y la ignoró.
Cuando Martha se fue, Freddy se notaba decaído, algo que Mai pudo notar al instante, ya era malo que no tuviera mucha atención por parte de su madre que debía tener trabajar horas extras para poder tener una vida "normal" si se podía decir, y del padre... Había sido un policía y perdió la vida en un enfrentamiento así que por ese lado nunca ha tenido una figura paterna para compartir su experiencia, un poco asocial y con una dificultad para hacer amigos lo único que podía hacer era ver la television.
Mai empatizaba con Freddy, los padres de ella no le prestaban atención a ella y su hermana, además de tener una personalidad muy "peculiar" no hizo muchos amigos y siempre trataba de dar su mejor cara.
Mai pensó en una forma de animar al "osito" por lo que ordenó una pizza, la favorita de Freddy.
Una vez que la pizza llegó Freddy estaba contento y empezaron a comerla, para el castaño en el pasado por un viejo amigo de su padre escuchó decir "las penas con pan son buenas".
Mai se divertía alimentando a Freddy le estaba dando un trozo de pizza, al cual este último estaba contento, al acercarse accidentalmente empujó la botella de refresco.
—¡Ah! ¡Freddy, cuidado!— intentó agarrar la botella de refresco, pero sólo consiguió que los dos cayeran al piso y la botella con refresco encima de ellos dejándolos empapados.
—Ay Ay Ay Ay— se quejaba del dolor Mai cuando se percató en la posición en la que habían quedado, casi haciendo un 69.
—Mai ¿Estás bien?— preguntó el pequeño castaño
—Estoy bien... Dios quedé toda empapada... Y tú también... Voy a preparar la bañera para los dos— dijo Mai y se fue a hacer lo que había dicho.
Una vez que la bañera estaba llena, Mai trajo a Freddy y le ayudó a quitarse la ropa mojada con el refresco.
—Ven Freddy... Voy a lavarte— dijo y le puso un poco de shampoo y comenzó a enjabonarle la cabeza —¿Sabes Freddy? Hacer esto me hace sentir que tengo mi propio hermano menor—
Freddy estaba un poco avergonzado, nunca había visto a Mai en esa situación desnuda, la única vez que tuvo un acercamiento al cuerpo desnudo fue cuando a veces su madre se bañaba con él, pero eso había sido hace mucho tiempo.
—Y-Yo puedo bañarme solo— dijo un poco apenado.
—Lo se Freddy... Sólo que yo también me empapé pensé que así podíamos ahorrar agua y tiempo— dijo Mai.
La albina continuó lavando el cuerpo del castaño, su voluptuoso cuerpo era muy llamativo para Freddy, acercó un poco su cuerpo al del castaño, el cual al sentirlo no pudo evitar reaccionar, poco a poco su miembro empezó a ponerse duro.
—Ahhh Mai yo puedo hacerlo— dijo y trató de separarse de la albina revelando su miembro completamente erecto.
Mai al percatarse de eso es como si alguien hubiera activado un interruptor, y puso sus manos sobre el pene de Freddy.
—E-Espera— dijo Mai.
—Ya veo... Después de todo, eres un chico... Así que te excitaste por mi— dijo.
Mai empezó a estimular el miembro del castaño, la calidez y suavidad de las manos de Mai hacían que Freddy se estremeciera del placer.
—Todo estará bien... Freddy es algo normal en los chicos— dijo sin dejar de masturbar al castaño.
Los movimientos de la albina iban en aumento, al igual que los gemidos de Freddy, al cabo de unos minutos Mai sintió como el miembro del castaño comenzaba a palpitar y a hincharse un poco.
—Está bien Freddy no te contengas— dijo sin dejar de estimularlo.
Con su libido en aumento Mai se llevó a la boca el miembro de Freddy y comenzó a estimularlo oralmente, su cabeza iba de arriba hacia abajo saboreándolo como si se tratara de dulce.
—¡Ahhh! ¡Ahhh! ¡Ahhh! ¡M-Mai!— gemía el castaño.
Mai continúo estimulandolo oralmente, al cabo de unos segundos el castaño terminó por eyacular sobre la albina.
—Wow, te viniste mucho... ¿No te sientes mejor?— preguntó Mai.
—Ahh Ahhh S-Si Ahhh Ahh— dijo el castaño.
—Buen chico... Buen chico— dijo Mai y lo abrazó provocando que la cabeza del castaño quedara a la altura de sus pechos.
Freddy se metió en la bañera, sumergió su cuerpo en el agua caliente dejando únicamente su cabeza de la nariz para arriba, Mai no tardó en meterse también, allí Freddy pudo apreciar mucho mejor el cuerpo de Mai, a pesar de haber eyaculado hace algunos minutos (la magia del lemon) su pene no tardó en tener otra erección a lo cual Mai soltó una risita dulce y despreocupada.
—Bueno, siempre he sido una chica grande— fue lo que le respondió al chico —A los chicos siempre le gusta mirarlas y tocarlas también ¿Quieres tocarlas tú también, Freddy? ¿Quieres ver cómo se sienten en tus manos?— dijo la albina.
—Yo... ¡No sé!— El niño siguió mirándolo, con los ojos muy abiertos y la boca abierta —M-mamá dice que nunca debería mirar esto... dijo que era malo mirar esto. M-mamá dijo que no era... um... respetuoso— contestó con nerviosismo el castaño, el corazón de Mai se derritió al oír eso.
—Ohh eres un niño dulce— preguntó, sonriendo genuinamente —Adelante, Freddy— dijo, sacando el pecho— Está bien... Te estoy dando permiso para tocarlos todo lo que quieras. ¡Está bien!
Freddy colocó sus temblorosas manos en los enromes pechos de la albina y comenzó a amasarlos con delicadeza, Mai soltó tenues gemidos de placer al sentir las pequeñas y suaves manos del castaño.
Lo siguiente que Freddy supo fue que estaba presionado contra la pared, con Mai cerniéndose sobre él como una nube gris a punto de traer la lluvia más fuerte, apoyó su pelvis contra la de él.
—¿M-Mai? ¿Qué estás...?— dijo el castaño.
La chica hizo callar al chico con un beso agresivo en los labios. Su otra mano se deslizó por el pecho desnudo y liso de Freddy, el castaño lo podía creer. Una chica lo estaba besando en ese mismo momento. Ella mostró su experiencia cuando su lengua se deslizó entre sus labios y comenzó a jugar con los suyos, algo que a él le costó seguir. Una mezcla de sentimientos se arremolinaba caóticamente en su interior, sobre todo excitación, que se notaba a leguas.
Freddy sintió que sus labios vibraban cuando Mai soltó una risita con la boca cerrada mientras sus labios permanecían unidos. Ella no se detenía, sus pequeñas risas se intensificaban hasta que se separó por completo.
—Veo que alguien sigue ansioso por seguir jugar— señaló Tambry mientras giraba sus caderas sobre la cima de la erección de Freddy para enfatizar su apariencia.
—M-Mai Ahhh Ahhh— el chico se esforzó intento recuperar el aliento.
—Oh, aún no terminamos osito — Mai ronroneó.
Mai, con una risa pequeña pero reveladora. Permaneció en su posición, levantando las piernas en forma de V antes de que sus manos se deslizaran a la vista desde los costados de su trasero. Separó los labios de su coño, dejando al descubierto sus intenciones y su interior de un rosa intenso. Mientras Mai tomó suavemente el hombro de Freddy con una mano y su miembro con la otra, lo guio hacia ella, logrando que acoplara la cabeza de su pene antes de empujarlo más profundamente dentro de su cavidad vaginal.
A Freddy se le hizo un nudo en la garganta mientras empujaba más profundamente, la vagina caliente y flexible de la jovencita cedió mientras también se apretaba con cada centímetro enterrado. Tan pronto como logró llegar hasta las bolas, Mai lo apretó tan fuerte que casi le dolió, pero Freddy nunca se había sentido tan bien en toda su vida.
—Jejejejejeje ¿Te gusta cómo se siente?— Mai se rio, pero Freddy no pudo contestar.
Mai no perdió el ritmo y comenzó a una velocidad moderada, saboreando cuando Freddy empujó hacia adentro, sus entrañas se contrajeron y expandieron para masajearlo mientras él enterraba cada centímetro. Cuando él se retiró, ella apretó aún más fuerte, asegurándose de que él tardara más en regresar, pero que disfrutara de su coño de todos modos.
Concentrada en la euforia de poder follar a un chico por primera vez, Freddy se perdió en la mezcla elaborada por su placer y el de Mai. Todo en esto se sentía tan bien que pensó brevemente en darse una bofetada solo para asegurarse de que no estaba soñando.
Con cada movimiento que hacía su hombrecito, Mai gruñía mientras Freddy parecía tocar muchos de los puntos correctos mientras ella permanecía sensible por su orgasmo anterior. Arqueó la espalda, y dejó caer la cabeza hacia atrás mientras al recibir las embestidas de este chico preadolescente, con constante vaivén de Mai provocaba que el agua chapoteara y se regara de la bañera, el dúo de gemidos y las palmadas de sus caderas en su trasero.
—Ahhh Ahhh Freddy Ahhh— gemía la albina
No sabía por qué, pero encontraba mayor placer en tener sexo con un chico más joven e inexperto que con la multitud de adolescentes y hombres adultos mayores y más experimentados que había tenido como compañeros en el pasado. Nunca pensó que sería capaz de encontrar a alguien que pudiera ofrecerle un subidón que superara su primera vez, pero se alegró de que esto demostrara que estaba equivocada.
Después de todo lo que han hecho hasta ahora, lamentablemente todo debe culminar en un final, y Freddy puede sentir que se acerca rápido y con fuerza. La sensación aguda y ardiente en su pene le dijo que necesitaba liberar toda la tensión acumulada en ese mismo momento.
—Ahhh Ahhh Ahhh Mai Mai Ahhh— gimió Freddy tembló profusamente, sus ojos se tensaron mientras los cerraba con fuerza y sus dientes se apretaron mientras los mostraba.
—Está bien, amigo, ¡hazlo adentro!— pidió Mai con firmeza y sin dudarlo en absoluto.
—Ahhh AHHHH ¿Estás segura? Tú...— Freddy estaba tan ansioso, pero Mai lo interrumpió.
—¡Quiero sentir cómo viertes cada gota en mí, Freddy!— dijo Mai para enfatizar sus deseos febriles, y envolvió fuertemente sus brazos alrededor de su pareja, bloqueando cualquier forma de escape.
—Ahh Ahhh Ahhh Ahhh Ahhh Ahhhh Ahhh— gimió el castaño.
—Ahh Ahh Sí, estoy segura ¡Deja de hablar y hazlo! ¡Córrete! ¡Dentro de mí osito!— dijo la albina
—¡Ahhh Ahhhh T-También yo!— dijo el castaño.
Mai le dio tres embestidas finales antes de obligar a Freddy a soltarlo todo. Sus cuerpos estaban apretados uno contra el otro como si fueran uno solo, lo que garantizaba que cada chorro de eyaculación espumosa del chico alcanzara su objetivo en todo momento.
—¡¡¡AAAHHHHH!!! — Mai apretó con fuerza su pequeño juguete mientras sentía cómo su cremoso calor, una y otra vez, llenaban su estrecho y húmedo canal. Se aferró a él como un koala, negándose a soltarlo mientras él la siguiera llenando de forma constante.
Ninguno de los dos sabía cuánto tiempo había pasado. Ambos estaban tan absortos en sus respectivos orgasmos que sus mentes se quedaron en blanco y cuando volvieron en sí, Mai estaba recargó su espalda contra la pared con las piernas abiertas mientras que Freddy tenía la cara enterrada en sus tetas.
A través de la confusión de su mente, Mai recordó que ella y su pareja estaban en una bañera, lo que significa que limpiarse sería muy fácil. Miró a Freddy y pudo escuchar débilmente ronquidos entre sus pechos. Mai no pudo contener la risa.
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