Cuando Violet salió hacia el jardín del que vino el ruido algunos de sus hermanos ya estaban allí. Todos miraban asombrados lo que parecía ser un portal de color azul.

-¡Detrás de mi!

Gritó Luther extendiendo sus brazos para cubrir a sus hermanos.

-¡Sí! ¡Detrás de nosotros!

Añadió Diego, también tratando de cubrir a sus hermanas.

Violet rodó los ojos y se apartó de ambos para observar como Klaus salía corriendo de la casa y lanzaba un extintor hacia el portal.

-¿¡En serio!?

Preguntó Allison ante la estúpida acción de su hermano.

-¿¡Tienes una idea mejor!?

Una vez más fue el turno de Violet para rodar los ojos, agarrar la muñeca de Klaus y alejarle del portal, pues este cada vez era más fuerte.

La pelirroja observó estupefacta como la figura de una persona comenzó a emerger de aquel vorte azul, hasta que esta cayó al suelo.

-¿Alguien más ve al pequeño cinco o soy solo yo?

Nadie contestó a la pregunta de Klaus, pues todos estaban en estado de shock al ver allí al hermano que pensaron que habían perdido.

La pequeña figura se miró a si mismo durante unos segundos para luego fruncir el ceño.

-¡Mierda!

Fue lo único que dijo para entrar a paso rápido a la casa.

-¿Cinco? ¡Cinco!

Llamó Luther para seguir a su hermano, el resto de ellos imitando sus acciones.

Violet se sentó en una silla algo apartada del resto de sus hermanos, quienes estaban en la mesa y observó aún sin creerse lo que estaba ocurriendo como Cinco se hacía un sándwich.

-¿Cuál es la fecha?

Preguntó este sin pararse a mirar a ninguno de sus hermanos.

-El 24 de marzo.

Se apresuró a contestar Vanya.

-Bien.

Fue lo único que dijo antes de seguir preparando su comida.

-¿Vamos a hablar de lo que acaba de ocurrir?

Preguntó Luther, expresando lo que el resto de personas de la sala decía.

-¡Han pasado 17 años!

Exclamó el hombre al no recibir respuesta de Cinco.

-Ha pasado más tiempo.

Respondió este para teletransportarse junto a Violet, quien le extendió el cuchillo de untar.

-No he echado eso de menos.

Dijo Luther al ver como Cinco se transportaba de un lado a otro de la habitación.

-¿Dónde has estado?

-En el futuro, es una mierda.

Klaus dio una palmada emocionado.

-¡Lo sabía!

Violet puso sus manos en sus sienes intentando que el dolor abandonara su cabeza, pero la situación comenzaba a superarla, por lo que se levantó.

-Voy a salir a tomar aire.

Dijo para luego levantarse, más ninguno de sus hermanos pareció prestarle atención, cosa que no le sorprendió demasiado.

Volvió a salir al jardín y encendió un cigarro, dejando que el humo de este entrara a sus pulmones observó la estatua de Ben.

Toda la situación de Cinco volviendo era demasiado para ella. Había aprendido a aceptar que su hermano había muerto, el hecho de verle allí haciéndose un sandwich como si nada hubiera pasado le removía el estómago, haber vuelto a aquella mansión le removía el estómago. Miró el rostro de Ben esculpido en la estatua y suspiró, él hubiera sabido que hacer.

Unos minutos más tarde sus hermanos, Pogo y su madre salieron al jardín. Violet se acercó a ellos, asumiendo que el funeral de Reginald iba a empezar, colocándose junto a Klaus y Cinco, evitando mirar a este último.

Luther abrió la urna y lanzó las cenizas, las cuales cayeron al suelo de forma abrupta.

Violet no lo pudo evitar y dejó que una pequeña risa saliera de sus labios, ganándose algunas miradas.

-Quizás hubiera sido mejor con viento.

La pelirroja negó con la cabeza, aquel era exactamente el final que el viejo se merecía.

-¿A alguien le gustaría decir unas palabras?

Al notar que nadie iba a contestar a su pregunta, Pogo dio un paso adelante y se aclaró la garganta.

-El señor Hargrevees me hizo ser quien soy, me dio vida y por ello le estoy agradecido. Siempre fue un gran amigo y...

-Era un monstruo.

Klaus soltó una pequeña risa y Violet asintió con la cabeza ante las palabras de Diego.

-Era una mala persona y un peor padre.

-El mundo está mejor sin él.

Afirmó Violet, uniéndose al discurso de su hermano sin ni siquiera mirarle. Puede que estuvieran de acuerdo en eso, pero sabía que Diego la despreciaba.

-¡Diego, Violet!

Reprochó Allison causando que la nombrada rodara los ojos.

-Mi nombre es número dos, ni siquiera se molestó en ponernos un nombre, mamá lo hizo.

Contestó Diego, ignorando a Violet.

-¿Alguien quiere algo de comer?

La pelirroja frunció el ceño mirando extrañada a su madre, mientras que Vanya se apresuraba a decirle que no.

-Si queréis presentar vuestros respetos hacedlo, pero al menos ser sinceros sobre el tipo de persona que era.

-Será mejor que pares Diego.

El nombrado se acercó a Luther de forma amenazante.

-De todos nosotros tú serías el que tiene que estar de mi lado número uno. Después de todo lo que te hizo.

-Para Diego.

-Te mandó a la luna porque no soportaba verte.

Y antes de que nadie tuviera tiempo de reaccionar ambos hermanos comenzaron a pelearse.

Klaus extendió sus brazos apartando a Violet y Cinco de la pelea, pero ambos se libraron de su agarre.

-No tengo tiempo para esto.

Dijo cinco antes de desaparecer.

Violet observaba aburrida una escena que en sus años en la mansión siempre fue muy normal.

-¡Pégale, dale!

Animaba Klaus dando palmadas.

-¿A quién estás apoyando?

Preguntó la pelirroja mirando extrañada a su hermano, quien respondió encogiéndose de hombros.

-¡Parar!

-¡Luther, Diego, déjadlo!

Allison y Vanya trataron de detenerlos, pero fue en vano.

La pelea se detuvo o al menos para Violet cuando Luther golpeó la estatua de Ben, causando que esta cayera al suelo y se destrozara.

La pelirroja dejó de prestar atención a lo que ocurría a su alrededor solo para mirar los restos de la estatua, recordando el momento en el que su hermano perdió la vida, el momento en el que su vida desapareció tan rápido como la estatua.

-¿Qué Violet?

La nombrada levantó la cabeza y miró a Diego, quien la había llamado, dándose cuenta de que ya sólo quedaban ellos dos y Klaus.

-¿Contenta de que al menos no has sido tú esta vez?

Dijo señalando con su cabeza la estatua rota.

Violet sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas y una presión familiar aparecía en su pecho.

-¡Diego!

Reprochó Klaus, pero el número dos entró a la casa rápidamente sin prestar atención a nada más.

Klaus suspiró y observó a su hermana, la cual parecía haberse quedado paralizada.

-Habla con ella, ayúdala.

Ordenó Ben en un tono preocupado.

Por una vez Klaus no discutió contra los deseos del fantasma y se acercó a su hermana, posando una mano en su hombro.

-Violet, ¿Estás bien?

Las palabras de Klaus hicieron que la mujer volviera de su trance. Se apartó del tacto de su hermano y comenzó a andar hacia la casa.

-Si... Estoy bien... Voy a...voy a irme.

Dicho esto entró en la casa y atravesó la cocina a paso rápido.

Recuerda el plan, todo va a salir bien.

-¿Violet? ¿A dónde vas?

La nombrada siguió andando, sin frenar ante la pregunta de Allison y llegó hasta el salón.

Eres una parte crucial del plan número ocho, la vida de número seis está en tus manos.

Una lágrima se escapó por su mejilla cuando salió de la mansión y siguió caminando hasta llegar a un callejón, en el que se sentó y posó sus manos en sus oídos, tratando de expulsar sus recuerdos.

¡No puedo Ben, no puedo!

¡Violet! ¡Violeeet!

Le has matado, es tu culpa.

Con las manos temblorosas Violet sacó el móvil de su bolsillo y marcó el único número que se sabía de memoria.

-¿Hola? ¿Puedes venir a buscarme? No creo que pueda conducir... Sí, te lo contaré luego. Gracias.

Colgó la llamada y enterró su cabeza entre sus brazos, dejando que la lluvia la empapara y se mezclara con sus lágrimas.

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