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Veintiuno.

(Hola, perdón por tardar, pero finalmente les traigo la actualización, espero la disfruten.
+300 comentarios para el próximo capítulo...🫰🏻)

Miró los estantes con una incipiente sonrisa al ver lo bien que había acomodado los nuevos artículos para venta, del más grande al más chico y dividido por especie, sin duda, se sentía orgulloso del trabajo recién hecho.

—Veo que eres mucho más ordenado que tu padre —la mano en su hombro lo hizo voltear a ver los ojos olivos —, él lo habría hecho al ahí se va como siempre, qué bueno que te tenemos aquí.

George Sirius sonrió recordando que su padre siempre ponía las cosas sin mucho orden o en ocasiones prefería emplear un poco de magia para que de alguna manera se viera ordenado, todo por terminar rápido.

—Papá siempre es así —comentó viendo a su tío por quien llevaba el nombre de George—, a veces discutimos con eso, supongo que Regulus heredó eso de él.

El mayor sonrió y asintió.

—A veces me recuerdan tanto a él y a mí —comentó con nostalgia y el pelirrojo mayor tomó unos flyers que descansaban sobre el mostrador—, pero ahora como tu padre decidió irse a Rumania junto con Freddos, me vas a ayudar a pegar esto.

George Sirius no evitó virar los ojos al ver que su tío le daba las tareas que evidentemente no quería hacer él mismo.

—¿Qué? ¿Por la edad ya te duele la rodilla cuando sales al frío? —comentó con burla tomando los flyers—, ay, anciano, yo me encargo de esto por ti.

El Weasley mayor puso los ojos en blanco en un mismo gesto que su sobrino ante el comentario.

—Tengo cosas que hacer en la oficina —comentó con seriedad que nadie le creería, ni su mismo sobrino—, así que sé bueno y encárgate de eso.

El menor finalmente asintió sabiendo que no le ganaría a su tío, así que era mejor apurarse en lo que no había gente o cuando estuvieran ahí no podría hacer nada dejando más trabajo para la noche.

Con los flyers en una mano y la varita en la otra salió de la colorida tienda dirigiéndose al enorme ventanal donde algunos viejos volantes se podían distinguir con promociones pasadas, optó por quitarlos y limpiar el cristal que estaba un poco polvoso.

Una vez que el cristal estuvo lo suficiente limpio comenzó a elegir qué flyer iría primero y e que orden, todos eran tan llamativos que sin duda voltearon a verlos, era probable que en día posteriores tuvieran que ir a pegar otros en las demás sucursales de la famosa tienda mágica, esa tienda que tanto amaba.

Nunca se había aburrido de estar ahí, por el contrario, desde chico supo que quería dedicarse a lo mismo que su padre y tío, le gustaba inventar nuevos productos de bromas mágicas, le gustaba atender a la gente que iba a comprar y en general todo lo que tuviera que ver con Sortilegios Weasley, aunque en ocasiones resultaba un trabajo demasiado pesado, justo como en esos días que aún no encontraban un empleado o empleada que les hacía falta en la sucursal del Callejón Diagon,

Por más que entrevistaba a diversas personas ninguna parecía cumplir con el perfil que deseaba encontrar, mientras más pasaba el tiempo parecía más difícil encontrar a la persona o criatura mágica indicada, y no es que fuera demasiado exigente, solo deseaba a alguien responsable, confiable, honesto y trabajador.

¿Era mucho pedir?

Tras pensar en eso un suspiro de cansancio escapó de sus labios colgando el segundo flyer con ayuda de magia de permanencia temporal para que ni el viento o la helada nieve los pudiera tirar.

Ver la nieve lo hizo sonreír, al darse cuenta que la noche buena que cerca estaba sería muy nevada, algo que le gustaba, el solo pensar en esa noche causó que su estómago rugiera imaginando la deliciosa comida que le esperaba, porque no solo se celebraría la Navidad sino también la boda de su tía Kaira, que ya estaba a la vuelta de la esquina, en menos de cuatro días sería ese evento por el cual se estaban preparando con emoción.

—Hola, George.

Como si su paz necesitará una interrupción esa molesta voz retumbó en sus oídos disparando todas sus señales de alerta al máximo, giro de inmediato topándose con unos ojos que parecían brillar con intensidad, como si disfrutaran al verlo de esa manera, como un pequeño animal siendo cazado.

—¿Qué mierda haces aquí? —escupió con enojo y entre dientes, apretaba la quijada con tanta fuerza que comenzaba a dolerle hasta la cabeza — ¡Te dije que te mantuvieras lejos de aquí, Inara!

Rugió, el enojo y la ira era evidente en él, tanto que la vena del cuello se marcaba en su pálida piel y sus ojos grises estaban opacos por la bruma de molestia.

Los preciosos y característicos ojos grises de los Black siempre habían sido expresivos demostrando cada sentimiento que experimentaran y George Sirius no era la excepción.

—Esa no es forma de tratar a tu ex, ¿sabes?

La sonrisa de Inara parecía volverse más grande al ver la molestia en el pelirrojo, disfrutando que con tan poco se alterara.

George Sirius tratando de mantener la compostura supo que era mejor volver a Sortilegios Weasley, lejos de su ex novia antes de que terminaran peleando como en otras ocasiones.

—Solo lárgate de aquí, no quiero verte.

Fue lo único que dijo tomando los flyers con tanta fuerza que podría romperlos y guardando la varita en su bolsillo como precaución antes de cometer una estupidez de la que se arrepentiría más tarde.

Dio grandes pasos dirigiéndose a la tienda de su familia para evitar seguir escuchándola, sin embargo, su comentario lo hizo frenar.

—Desde que regresé a Londres hace un año, las cosas habían sido demasiado aburridas—comentó con tristeza viendo a George Sirius esperando con ansias su graciosa reacción—, pero hice una muy buena amiga, ¿quién diría que Amalie sería tan buena amiga? escucha todo lo que digo al igual que me cuenta cada cosa que le sucede —la espalda del pelirrojo se tensó ante esas palabras y aún más cuando dijo el nombre de la rubia—, es tan dulce...pero, debe de ser una lástima que tu noviecita odie tanto a tu amada hermanita, recuerdo lo mucho que importaba para ti que Anired y yo nos lleváramos...

El más alto se dio la vuelta de golpe, sus músculos estaban tan tensos que le dolían al igual que la mandíbula que apretaba con tanto enojo que sentía los dientes castañear.

—¡¿Fuiste tú la que le metió esas ideas?!

Dio una zancada quedando frente a ella, de esa manera parecía más grande y amenazante, pero Inara en lugar de asustarse solo sonreía más y más, gustosa de lo que provocaba en él, como parecía un animal indefenso, dispuesto a atacar por miedo.

—Si se puso así con tan poco —hizo una pausa y se relamió los labios como una víbora a punto de engullir a su presa — ¿Cómo crees que reaccione cuando se entere de que me golpeaste cuando éramos novios? Estoy muy segura que te odiara más de lo que odia a Anired

EL entrecejo de George se arrugó usando toda su fuerza de voluntad para no atacar o acorralarla contra la pared y amenazarla, le era demasiado difícil, pero sabía que si no lo lograba todo sería aún peor de lo que de por sí.

—¡Te recuerdo que tú también me golpeaste! —rugió, los ojos grises estaban inundados de ira, su rostro se contrajo en diversas muecas sintiendo como todo el enojo e ira subía por su cuerpo como la caliente sangre que circulaba por las venas —... ¡Se supone que te alejarías, eso lo dijiste frente a la policía muggle y a los aurores para que te soltaran!

—Vamos, Georgie, ¿realmente creíste que todo sería así? —trató de acariciarle la mejilla, pero el Black-Weasley la alejó con un manotazo que provocó que el femenino dorso de la mano tomara un color rojizo—... ¡Auch! —se quejó—...veo que sigues siendo igual de salvaje que antes, aunque bueno, eso es lo que te vuelve demasiado atractivo.

—¿Qué es lo que quieres, Inara? Ya estoy cansado de esto —pasó la mano entre su cabello con una expresión llena de desasosiego y cansancio por la situación—, te daré lo que quieras, pero ya para con todo esto.

Inara lo recorrió con la mirada, usaba el uniforme magenta de Sortilegios Weasley el cual se ceñía a su cuerpo resaltando cada músculo trabajando reflejando todas las horas invertidas en ejercicio y gimnasio.

—Sí, de hecho, hay algo que quiero —los dedos de Inara pasaron con una suave caricia sobre el duro pecho de George que se alejó de inmediato, como si se tratara de la peste o algo peor—...te quiero a ti.

George la miró y negó varias veces.

—Está loca, solo desaparece de mi vida, Inara y aléjate de Amalie—le dedicó una última mirada—, deja de envenenarla con tus palabras, siempre has corroído a las personas que no tienen la culpa.

—¿Por qué te gustan las mujeres sin personalidad? —cuestionó Inara al ver que estaba por irse —...mira lo sosa y manipulable que resultó tu querida Amalie.

George Sirius finalmente decidió dejarla hablando sola, sabiendo que si la escuchaba por un segundo más finalmente la atacaría, Inara al ver que ya había subido la escalinata de la tienda mágica chasqueo la lengua para hablar con voz alta, lo suficiente para que el mayor de los mellizos Black-Weasley la escuchara.

—Dime George... ¿Cuánto tiempo crees que aguante Anired escuchando como Amalie la culpa por lo que le pasó a su hermano, diciéndole que fue su culpa que Maxence casi muriera? ¿Qué crees que pase primero? —la voz de la castaña se encontraba llena de burla— ¿Terminarán peleando o Anired se volverá a provocar el vómito? Bueno, creo que tiene mucha experiencia en vomitar sus problemas ¿no?, pero bueno, todas las modelos tienen fama de bulímicas, ya quiero ver cómo reaccionan los medios cuando se enteren que tu perfecta hermanita es una bulímica.

—¡¿Quién mierda te dijo eso?!

Toda su familia se había esforzado en mantener oculto de los medios y de gente externa la bulimia que sufrió Anired en un intento de no causar rumores en los que estuviera involucrada la menor, era solo la gente cercana a ellos la que sabía de eso.

—Te dije que Amalie me cuenta todo lo que sucede —Inara lo veía, los ojos grises de George reflejaron una enorme decepción al escuchar esas palabras—, al inició era al reacia al contarme las cosas, pero finalmente todo salió de su boca, desde como tú y ella se conocieron, hasta esos pequeños detalles como que Anired es una bulímica, según fue culpa de Deyan o eso fue lo poco que entendí —se relamió el labio inferior — ¿Pero, realmente lo fue? Anired siempre ha sido demasiado arrogante, quizá fue eso lo que la llevó a ser la vergüenza de tu familia... ¿no te da pena que tu hermana sea una bulímica?

—¡Cierra la boca!

Ordenó tomando su varita, pero antes de que la atacara o saltara sobre ella para obligarla a borrar esa sonrisa y dejar hablar de su hermana, fue detenido del brazo con fuerza.

—Basta, George—reconoció esa voz dándose la vuelta para toparse con su tío quien fue el que detuvo que atacara a la castaña—, Inara —llamo reconociendo a la mujer—, que yo sepa ambos tienen una ley de alejamiento, no puedes estar a más de diez metros ¿no?

Inara miro al pelirrojo mayor.

—Yo ya me iba, es George Sirius el que se altera con tan poco —respondió de manera tranquila para ver al Black-Weasley—, nos vemos pronto, Georgie.

Con esas palabras se alejó dejando a los pelirrojos.

—¡Por Melin! ¿Pensabas en atacarla?

Recrimino George viendo a su sobrino que aún estaba tenso y respiraba con pesadez.

—¡Escuchaste lo que dijo de mi hermana!

Sabía que su tío seguramente escuchó la pelea y por eso fue que intercedió antes de que las cosas se volvieran aún peor o alguno saliera herido.

—¡Y sabes que lo hace para provocarte! —gruño George Weasley para hacerlo entrar a la tienda en la que para su buena suerte no había clientes—, la conoces, sabes que te va a dar donde más te duele para hacer que la ataques de una u otra manera ¿Quieres terminar en problemas como la última vez?

—¡Inara es una...!

Dejó las palabras en el aire al ver la mirada nada normal de George Weasley, una completamente seria que indicaba que se calmara. El menor suspiro pesadamente maldiciendo por lo bajo.

—Lo mejor es que te calmes, y hables con tus padres, Inara sigue teniendo la orden de alejamiento y tú también, si ella la rompe primero tiene que recibir su castigo...

—Como si eso fuera suficiente para ella.

Masculló para caminar a la oficina de la tienda, necesitaba estar solo para calmarse o sentía que iría a buscar a Inara para que se retractara de todas las cosas que dijo.

Pero, no solo era el enojo y la ira, sino también la decepción al saber que fue Amalie quien le contó lo que había pasado con su hermana a pesar que él le había comentado de su mala relación con Inara Delilah, no quería ni imaginarse que más le habría dicho.

Se dejó caer en el sillón recargando la cabeza en el descansa brazos.

No entendía en qué momento Amalie D'Acanto había cambiado de esa manera, porque le contaría esas cosas sabiendo que su familia trataba de no tocar ese tema, ¿tanto odiaba a Anired?

¿Qué fue lo que él hizo para que las cosas terminaran de esa manera?

⚜⚜⚜

La oficina se encontraba vuelto un caos a pesar de la poca gente que se hallaba, pero ni siquiera el mismo Harry Potter, el niño que vivió sabía cómo llevar esa situación.

Los pocos aurores que estaban aún de pie se encontraban asustados, temiendo que terminaran envenenados en cualquier momento, ya que nadie sabía de dónde provino ese veneno que golpeó a sus compañeros volviéndolos en personas irreconocibles que ahora debían de estar inconscientes en San Mungo.

—Si terminaras envenenada solo te dejaremos inconsciente —comentó Regulus viendo a la morena que no terminaba de archivar esos viejos documentos, debido a que estaba nerviosas hacia las cosas más, revolviendo los documentos y teniendo que iniciar por tercera vez—, mi mamá está trabajando en encontrar una cura junto con otros investigadores, así que solo es cuestión de unos días más para que todo esté listo, por lo que si terminas envenenada tendremos la cura.

Alyssa lo miró seriamente viendo que el azabache no parecía ni un poco preocupado.

—No estoy asustada por terminar envenenada —hizo una pausa y suspiro—, lo estoy por el hecho de que tu madre o el director de Seguridad Mágica podrían estarlo, incluso Harry Potter... ¿Te imaginas lo que pasaría? —cuestiono con notable preocupación—, si es el Director de Seguridad Mágica o Harry Potter podrían ser detenidos por la ministra...pero...si fuera tu madre... ¿Quién podría hacer algo? —Regulus la miró comprendiendo un poco de su preocupación—, todos sabemos que es la mejor bruja de su generación, su magia es demasiado fuerte por algo es que ningún mago oscuro ha vuelto a aparecer cuando ella tomó el cargo de ministra... ¡Por Merlín! Ni siquiera los locos de Azkaban han intentado escapar al saber lo que pasaría.

Alyssa trató de que comprendiera su punto de vista, pero Regulus solo sonrió.

—No te preocupes por tonterías, mi mamá no sería envenenada por algo así —hablo con total confianza por su madre—, deja de pensar en eso y mejor apúrate, que a como esta Harry de estresado va a terminar enojado porque los tontos archivos no están listos.

Alyssa suspiro y asintió sintiéndose un poco más tranquila con las pocas palabras de Regulus, porque tenía razón, él más que nadie conocía a su madre, así que era probable que pronto estaría el antídoto y solo era cuestión de días para que la oficina volviera a la normalidad.

Regulus dejó a Jordan-Jhonson sola para que continuara con el trabajo mientras iba al sanitario, estar tanto tiempo en la oficina le estaba causando un dolor de cabeza terrible debido al ruido y a la poca ventilación que en esta había.

No quería seguir ahí, ansiaba sus vacaciones, pero a cómo iban las cosas cada vez parecían más lejanas.

A pesar de las palabras que le dijo a Alyssa, realmente esperaba que su madre no terminará envenenada, porque como bien decía la morena sería casi imposible pararla, trago saliva y agito la cabeza entrando al sanitario de hombres.

Eso no sucedería, su madre no sería envenenada porque sabía muy bien que consumía el elixir de la piedra filosofal, lo que no permitía que los venenos actuarán, estaba comprobado por él mismo ya que estuvo expuesto a lo mismo que los demás aurores y no presentó ni siquiera un síntoma, de hecho, fue el único, ya que si bien los demás no se volvieron violentos si presentaron una enorme debilidad y desorientación durante un par de ora.

Bendito Nicolás Flamel.

¿Quién en algún momento podría igualarlo?

Su cuerpo se movía con facilidad de un lado a otro, tomando los matraces y tubos de ensayo que necesitaba mientras diversas pociones se notaban por los colores llamativos, algunos libros volaban a su alrededor los cuales leía con rapidez tratando de buscar de qué otra manera podría reaccionar esas muestras de sangre que se encontraban frente a ella.

—¿Dijiste Mimosa Tenuiflora? —preguntó la mujer mayor leyendo los documentos en sus manos — ¿Qué se supone que es eso?

—Es una planta muggle —respondió la Black-Weasley mayor que se encontraba parada a lado de ella—, a pesar de haber leído varios libros, Anired ni yo hemos encontrado que clase de síntomas presenta.

Explico viendo a su hija que no apartaba la mirada de los libros, la sangre y las pociones.

—Tal vez no de un síntoma como tal, sino en mezcla con la valeriana, ajenjo y las sustancias muggles: heroína y éxtasis provocan una reacción peor, podría decir que las actitudes violentas —analizar con facilidad la menor de las tres, parecía no perder la atención de lo que hacía a pesar de las diversas voces que inundaban el lugar provenientes de los demás magos e investigadores que trataban de buscar una solución—, sabemos que la raíz de valeriana y la infusión de ajenjo se utilizan como ingredientes principales del filtro muertos en vida por lo que llegó a la conclusión que actúa en el veneno provocando la pérdida de conciencia interna, por lo que investigue en el mundo muggle la heroína y el éxtasis causan ansiedad, agresividad e hiperactividad, eso podría explicar los ataques de violencia e ira de las personas que fueron expuestas...los síntomas más notables fueron: agresividad, desconocimiento a sus compañeros de equipo, cambio de personalidad e inconsciencia—enumero con los dedos—, estoy más que segura que fueron provocados por los ingredientes que ya dije...pero hay otros dos síntomas: no controlar las acciones y cada que intentan detenerse algo los obliga a seguir...

—¿Estás diciendo que la Mimosa Tenuiflora provocó el no controlar las acciones y provocar que cada que trataran de detenerse los obligará a seguir? —cuestionó Laetitia Flamel, abuela de Anired, madre de Anirak y auror e investigadora de pociones retirada, sumando que era la hija única de Nicolás Flamel. La azabache menor asintió —...de cierta manera tienes razón—Laetitia se movió rápidamente para tomar un libro de plantas que flotaba alrededor de Nired —... ¿Qué tal si no tiene el mismo nombre en nuestro mundo? Hay cientos de cosas que difieren, puede que solo se de en el mundo muggle, quizá es tan poco conocida por la poca producción por lo que existiría en nuestro mundo, pero con otro nombre...comenzaré a buscar cada planta que provoque esos síntomas.

Anirak guardó silencio por unos segundos y agregó de inmediato.

—: Eso quiere decir que la persona que envenenó a los aurores tiene conocimientos demasiado grandes del mundo muggle como para saber de esa planta y conocer que nosotros no la empleamos...

Anired confirmó con un movimiento de cabeza.

—La persona que los envenenó...también lo hizo con Maxence.

Comentó viendo la prueba de sangre que había obtenido gracias a Scorpius; la cual era perteneciente al rubio alemán que no lograba olvidar.

—¿Estás segura?

Cuestiono Anirak viendo a su hija, la que tenía el cabello recogido en un extraño chongo que era sujeto por su varita mágica, unos lentes enmarcaban sus ojos y una túnica blanca, que fungía como bata, cubría su cuerpo evitando que las pociones le salpicaran la ropa o piel. De esa manera, la menor de la familia Black-Weasley parecía más seria y adulta de lo que era.

—Sí, leí su informe médico y los síntomas son exactamente los mismos a excepción que Maxence saco todo el veneno debido a que el alcohol que consumió le provocó vómito y que le hicieran un lavado de estómago —al decir eso y recordar todo lo que pasó sintió una opresión en el pecho—, y su sangre coincide con los mismos agentes extraños que presentan las muestras de sangre de los aurores envenenados.

—¿Por qué querrían envenenar a un muchacho que nada tenía que ver en ese entonces con el ministerio?

Cuestiono Laetitia apartando la mirada del libro en sus manos viendo a su hija y nieta, que eran como dos gotas de agua, aún más al usar casi el mismo vestuario y con esas muecas de seriedad que provocaban que fruncieran los labios suavemente.

—Es hijo de Lyssandre, todo el mundo mágico lo sabe, a lo largo de sus años de carrera ha ganado varios enemigos —analizó Anirak—, quizá todo esto ha sido una forma de ataque a él, probablemente la persona que envenenó a los aurores creyó que estaría con ellos, y trato de lastimarlo anteriormente atacando a su hijo.

Anired interrumpió a su madre.

—Pero, es extraño —Anirak la miró con curiosidad—, Elijah y Khalil no estaban en el mismo lugar que los otros Aurores, se encontraban en Irlanda del Norte mientras que los demás en la oficina en el ministerio... ¿no es extraño? ¿Cómo supo la persona que los envenenó que estaban lejos? Khalil fue el primero en presentar síntomas y el veneno lleva más tiempo en su sistema.

Anirak la miró y asintió dándole la razón.

—¿Y si el veneno estaba desde antes? Quizá en un lugar en donde se reunieron antes de irse a Irlanda.

Comentó Laetitia, pero Anired negó.

—Ellos partieron dos noches antes del envenenamiento —habló con seguridad sabiendo que partieron días antes de la programada misión pues estaban en búsqueda de Deyan del que aún no tenían conocimiento de su paradero y fue visto recientemente en Irlanda—, dudo que tardara tanto tiempo en presentar síntomas, lo que me hace más ruido es ¿Por qué solo unos Aurores fueron afectado? Entiendo que Regulus no haya presentado síntomas, pero ¿y los demás? Es como si fueran seleccionados, la mayoría contaban con una gran experiencia en duelos, ataques e incluso peleas físicas...

Anirak comprendió las palabras de su hija, con eso tenía en cuenta que quizá no iban detrás de Lyssandre, pero entonces ¿detrás de qué o quién?

Si fuera tras el Director de Seguridad Mágica no solo habrían atacado a Maxence sino también a Amalie los cuales eran, en comparación de los aurores que contaban con un gran entrenamiento, presa fácil.

—Debe de haber algo que tanto Maxence como esos aurores compartan, quizá sabiéndolo nos demos cuenta detrás de qué está la persona que provocó todo esto.

—Tienes razón, pero debemos darle prioridad a encontrar el antídoto —Anired tomó otra pócima—, me gustaría saber o al menos conocer a la Mimosa Tenuiflora, quizá de esa manera podría conocer un poco de ella o que puedo emplear como antídoto.

Soltó un suspiro cansado, llevaba más de tres días sin descanso en el departamento de misterios del ministerio, para ser más exactos en el área de investigación de pociones y venenos mágicos que pueden atentar contra los magos, nunca creyó estar en ese lugar.

Pero al parecer tanto su abuela y su madre tenían altas expectativas en ellas, pues Anirak de inmediato la trajo consigo argumentando que era muy buena en pociones y que por la especialidad en venenos mágicos que quería iniciar era la mejor opción para que adquiriera más experiencia.

Pero, lo que en realidad Anired no sabía, es que Anirak conocía su pequeño secreto: que podía preparar venenos que su abuelo Nicolás Flamel invento o investigó, los preparaba a la perfección como sólo lo podía hacer el fallecido y aclamado alquimista, al igual que diversas opciones y elixir, la azabache mayor estaba segura que si su hija se esforzaba y adquiere más conocimientos podría ser aún mejor que ella, si lo deseaba incluso podría volverse en una aclamada alquimista tal y como su abuelo lo fue, solo necesitaba la oportunidad de demostrárselo a sí misma, y sabía que ese momento era una buena oportunidad no solo para ella misma sino para demostrar al mundo mágico todo su potencial y que era la digna princesa Black-Weasley como varias lenguas la nombraban con sonrisas llenas de cinismo y sarcasmo.

—¡Jurema! —la voz de Laetitia causó que Anired soltara un matraz de no ser porque Anirak uso magia había terminado llena de la poción que manejaba—, lo siento, cielo —se disculpó con su nieta por espantarla—, debes de mejorar eso, cada que alguien habla te desconcentras y tiras las cosas.

Anired tuvo que evitar formar una pequeña sonrisa al recordar aquella tarde cuando sacaba la basura y Maxence habló, cosa que la sorprendió y casi tira la basura la cual fue detenida en el aire por un hechizo del más grande, casi lo mismo que sucedió en ese momento.

—¿Qué es jurema, mamá?

Preguntó Anirak haciendo que la poción volviera al matraz y colocándolo en la mesa.

—Es la Mimosa Tenuiflora —quito unos matraces y tubos de ensayo para colocar el viejo libro en medio de ellas, Anired y Anirak pudieron reconocer la letra del viejo Flamel—, papá en algún momento la utilizo para uno de sus elixires y venenos, y Anired, tienes razón —la miro por unos segundos con los ojos llenos de orgullo—, la Jurema o conocida en el mundo muggle como Mimosa Tenuiflora causa alucinaciones las que no permiten controlar las acciones y cada que intentan detenerse las alucinaciones se vuelven más fuertes —hizo una pausa—, las alucinaciones pueden ser controladas por la persona que hace el veneno...me refiero a que es una forma de usarlos como marionetas, si quien lo hizo pone un poco de su sangre en la preparación puede controlar a la otra persona, no sus acciones, pero si lo que dice —miro a su nieta que la veía expectante y agrego algo que la menor debía de saber de una vez por todas—: Anired, a lo que quiero llegar es que... Maxence nunca pensó esas cosas de ti ni te las quiso decir...quién sea el causante de todo eso, fue la misma persona que dijo esas cosas, me imagino que para herirte o para que terminaran.

El rostro de Anired se quedó sin expresión, a pesar de que el alemán ya se lo había dicho que fue como si lo hubiesen controlado, justo con esas palabras que decía su abuela y el hecho de que la estúpida planta cumplía con ese fin la hacían por fin aceptar lo que era verdad:

Que Maxence nunca pensó eso de ella, que Maxence nunca le diría esas cosas tan horribles que la dañaron rompiéndola nuevamente, Maxence nunca había hecho nada para romper su corazón, por el contrario, siempre había tratado de juntar esos pedazos que Deyan provocó y pegarlos para que Anired estuviera bien.

Sintió los ojos escocer y los lentes empañarse por lo mismo sabiendo que se avecinaban sus lágrimas, pero decidió enfocarse en el veneno, ese no era momento para llorar, tenía un antídoto que encontrar.

—Entonces si se trata de la misma persona...pero ¿cuál es el motivo?

—Es una buena pregunta —Anirak trataba de atar cabos, pero no lograba entender cómo se relacionaban los aurores y Maxence, o bueno, por unos momentos pasó una loca idea por su cabeza, pero no estaba demasiado segura, aun necesitaba investigar ciertas cosas de todos los aurores envenenados, cosas que le preguntaría a Lyssandre antes de causar más preocupaciones por su hipótesis—...la información dice algún antídoto.

Laetitia soltó un amargo suspiro para señalar las anotaciones.

—Este libro fue de la última investigación de mi padre, la Mimosa Tenuiflora fue la última planta que estaba estudiando...pero...su investigación —tomó la hoja para darle vuelta—...no terminó, solo tiene los síntomas y donde se reproduce...

Anired se acercó para ver más información de la planta.

—Crece como un árbol —señaló los dibujos de su bisabuelo—, dice que cualquier mago la puede cultivar en el interior de una casa, solo que es raro que sientan interés por ella ya que es sumamente de preparar el veneno porque solo se puede utilizar cada veinte años después de su siembra...si nos basamos en eso, deben de ser limitados los magos que la usen, podríamos quizá comenzar a investigar quien posee una en el mundo mágico, no deben de ser varios.

—Necesitamos conseguir una para analizarla —comentó Laetitia—, de esa forma podremos experimentar para ver a que reacciona y con que se puede alterar cada uno de sus componentes.

Anired volvió a mirar la imagen sintiendo que ya la había visto en un lugar antes, estaba más que segura que había visto ese árbol espinoso de corteza color castaño rojizo, siguió leyendo y decía que no crecía más de los quince centímetros por lo que debía de estar en una pequeña maceta.

Maceta color café oscuro con pequeños relieves que se asemejaban a los dibujos que hacían las culturas antiguas en las cuevas.

Paso por su mente la imagen de esa maceta de donde salía un pequeño árbol con esas características.

Esa maceta la vio sobre un fino escritorio de madera, trataba de hacer más memoria recordando a qué lugar pertenece ese escritorio.

—¡Ministra! —la voz de Daniel, el asistente de su tío Jerome la hizo salir de ese recuerdo para ver porque llamaba a su madre con tanta urgencia, se notaba que había corrido pues estaba agitado y respiraba con dificultad—...el director Delacour la necesita en el departamento de aurores, para ser más precisos en el ala de interrogatorios.

—¿Qué? ¿Por qué?

Anirak no comprendía porque parecía tan preocupado, por lo regular Jerome se comunicaba por medio de patronus o mensajes, y era más raro aún porque el solo se encargaba de los interrogatorios cuando no dejaba que otros aurores lo hicieran.

—Es que...es sobre su hijo, sobre Max —Anired sintió la preocupación recorrerla al no saber porque Maxence estaría en medio de un interrogatorio—, él terminó en una pelea en el mundo muggle...no usó magia, pero fue contra otro mago...

Daniel miró a Anirak y después a Anired con preocupación, temiendo por las palabras que estaba por decir.

La Black-Weasley mayor se dio cuenta de esa mirada y comprendió que lo que estaba por decir afectaba a Anired y quizá más de lo que esperaba.

—¿Maxence resulto muy herido o...mato a alguien?

Fue lo que salió de los labios de Anired, ya que probablemente hirió al otro mago de gravedad como para que terminaran en el ministerio.

Daniel negó.

—No...está un poco herido y tiene la nariz rota —hizo una pausa y la miró con culpabilidad, como si estuviera por golpearla o algo peor—...el otro mago...con el que se peleó...se trata de—hizo una pausa mordiéndose el interior de la mejilla.

—Daniel —llamó Anirak con una mirada seria— ¿Quién fue el otro mago?

Daniel miró nerviosamente a las tres brujas y finalmente suspiro para soltar de golpe

—: Deyan...Granger-Krum...

Al decir ese nombre, Anired sintió como su presión bajaba de golpe y todo dejaba de escucharse como si le hubiera puesto mute a una película, todo su cuerpo se puso en alerta máxima al comprender:

Deyan estaba en Londres.

Deyan y Maxence se habían enfrentado.

¡Deyan había golpeado a Maxence!

—¡Anired!

Llamarón las dos brujas y Daniel al ver como la azabache soltaba de golpe el libro para salir corriendo del departamento sin detenerse a nada como si su vida dependiese de eso, ignorando la arritmia en el corazón, las manos sudadas y como las lágrimas salían de sus ojos sin poder detenerlas repitiendo una y otra vez que Deyan estaba en Londres.

Que Deyan estaba demasiado cerca de ella.

Estaba asustada.

[...]

El paño en la nariz era molesto y aún más la fuerza que usaba el mayor tratando de detener el fluido de sangre, podía ver que tenía un semblante preocupado, pero al mismo tiempo lleno de enojo.

—Deja de verme así.

Pidió Maxence aburrido y sintiéndose peor en esa tonta sala de interrogatorios de colores sombríos, era demasiado fría a pesar de usar dos abrigos encima, al menos el frío logró entumecer el dolor de su rota nariz.

—Mira como terminaste —riño Lyssandre apretando con más fuerza la nariz de su hijo el que se quejó ante eso—, y no dejas que la cure... ¿A caso quieres desangrarte? ¡No puedo creer que te agarraras a golpes como un vil cavernícola, Maxence, pensé que ya no te meterías en peleas!

—Sé que lo dije —habló con voz gangosa debido a que aún le apretaba la nariz—, pero...todo es parte de un plan.

—A veces dices muchas cosas que no entiendo y por lo regular la ignoro —Maxence lo miro ofendido—, pero justo ahora quiero saber de qué plan hablas y como eso implica que te agarraras a golpes en un centro comercial muggle.

—Bueno, no es un plan que haya hecho hace mucho tiempo...pero, lo hice en cuanto vi a ese Bastard Hurensohn lo idee —hizo una pausa soltando otro quejido—, primero quise golpearlo o incluso matarlo al recordar todo lo que le hizo a Anired —al decir esas palabras ambos pares ojos de azules se oscurecieron llenándose de ira recordado todo lo que Deyan le había hecho a la pequeña azabache—, pero de nada iba a servir si era yo el que terminaba en Azkaban, así que me acerque y comencé a decirle unas cuantas cosas que le dieron en el ego, y como lo pensé solo fue cuestión de segundos para que me lanzara el primer golpe iniciando una peleas...las grabaciones del centro comercial muestran claramente que él fue el primero que me ataco y que yo solo me defendí...
(Bastardo hijo de puta)

Lyssandre cambio de pañuelo, ya que actual se encontraba lleno de la sangre de su hijo.

—¿Tú gran plan fue provocarlo hasta que te golpeara?

Enarco la ceja sin comprender a lo que quería llegar.

—Y a que me amenazara con la varita, decidí dejar que me golpeara, porque siendo sinceros pude haberlo mandado al hospital si quisiera.

Comento con el ego por los cielos, pero al ver la mala mirada de su padre decidió continuar hablando antes de que lo regañara.

—En pocas palabras yo fui la victima de todo esto, incluso me rompió la nariz, y con eso puedo demandarlo —sonrió con orgullo—, lo voy a demandar en el mundo mágico por golpearme y amenazarme con la varita enfrente de muggles, de no ser porque tú estabas quien sabe que habría hecho —hablo con un tono de victimismo lo suficiente creíble para que cualquiera sintiera lastima por él—, entonces el ministerio lo va retener en lo que se lleva el caso...estando aquí y sin poder irse—hizo una pausa para ver a la nada—, el caso de Anired podría volver a abrirse, si ella quiere volverlo a denunciar sería más fácil porque Deyan tendrá otro antecedente de violencia, no podrá huir con la demanda por golpearme la que hará que este en Londres en lo que el proceso se concluye, así que —alzo la mirada para ver fijamente a su padre—, tú puedes buscar más cosas o testigos que demuestren que Deyan es el culpable, incluso podrías intentar irte por el uso de veritaserum u otras formas de que diga la verdad.

Lyssandre lo miro con sorpresa comprendiendo las palabras del menor que ya sangraba menos.

—Estas diciendo... ¿Qué dejaste que te golpeara para que se pudiera volver a abrir el caso de Anired?

Maxence asintió.

—Solo fueron unos cuantos golpes y la nariz rota, me curare...pero, sé que Anired no va a poder tener una vida tranquila hasta que Deyan tenga su castigo o que algo la haga saber que él nunca podrá volver a acercarse para dañarla —tenía una pequeña sonrisa—, y sé que tú vas a poder abrir de nuevo su caso si ella lo decide de esa manera, esta vez su madre ya no es ministra por lo que no podrá poner ninguna nueva tonta ley o lo que sea para ayudarlo.

Lyssandre miro a Maxence con una extraña mirada llena de orgullo y preocupación.

—No sé si eres demasiado inteligente o demasiado tonto como para hacer eso—hizo una pausa para sonreír al ver la mueca de Maxence—, pero tienes razón, si lo demandas por romperte la nariz y golpearte tendrá que estar en Londres hasta el juicio...el cual se puede retrasar unos días si algunos miembros del Wizengamot no tienen tiempo para atender.

Maxence sonrió al comprender las palabras de Lyssandre, era evidente que tenía conocidos en el Wizengamot, por lo que intercedería para que el juicio fuera con ellos y se retrasaran en atenderlo lo que permitiría hacer la acusación por el abuso que sufrió Anired por parte del búlgaro estúpido que tanto Maxence como todos los que rodeaban a la azabache querían verlo muerto o mínimo tras las rejas.

Era evidente que cualquiera ya habría terminado con la vida de Deyan como castigo por lo que causo en la menor de los Black-Weasley, pero nadie lo había hecho por pedido de Anired, la que no quería que su familia se manchara las manos de sangre por su culpa.

—Me imagino que el interrogatorio comenzará hasta que los padres de Deyan vengan...

Lyssandre asintió.

—Sí, es lo que estamos esperando y a Anirak...no me van a dejar actuar como tu representante legal ya que aparte de tu padre soy el Director de Seguridad Mágica —explicó—, por lo que te buscare un...¿abogado o abogada?...creo que así le llaman en tu mundo, para que te represente, ya que Fred no lo podrá hacer debido a que si Anired demanda a Deyan lo va a necesitar como su representante —Maxence asintió comprendió sus palabras—, hablare con Anirak la que tiene bastantes conocidos y Lyssane mandara a una persona del ministerio Francés para que tome la declaración y proceda la demanda en búsqueda de que sea alguien neutral, así que solo debemos esperar un poco más de tiempo, los sanadores ya fueron llamados para que tomen el reporte de los golpes que tienes.

—Está bien, me imagino que me tendré que quedar en este aburrido lugar... ¿no puedo irme a tu oficina? Al menos ahí tienes comida y creo que deje mi Nintendo la otra vez...

—Si te llevo a la oficina y dejamos al tonto aquí—Max no pudo evitar sonreír al escuchar cómo se refería a Deyan—, van a decir que te damos un trato preferencial por ser mi hijo y eso podría afectar en la demanda.

Maxence suspiro con aburrimiento.

—Ya que, me quedaré aquí ...aburriéndome y muriendo de hambr...

Iba a seguir quejándose cuando la puerta de la sala de interrogatorio se abrió de golpe, Lyssandre se giró dispuesto a regalar a la persona que acababa de entrar sin siquiera tocar.

—Vaya, quien diría que tan rápido tendría a mi doctora personal.

Comento con gracia el rubio viendo la vestimenta de la menor, pero de inmediato borro la sonrisa.

Lyssandre lo iba a regañar ante sus tontos comentarios, pero al ver los ojos grises llenos de lágrimas la preocupación lo lleno al igual que su hijo.

Mon ciel —llamó Lyssandre —... ¿Qué te pasó? ¿Estás bien?
(Mi cielo)

Anired paso la mirada del mayor al menor un par de veces para sorber por la nariz y negar.

—Y...yo...estoy bien...

Murmuró apenas audible.

Maxence al verla de esa manera se levantó quitándose el pañuelo de la nariz y limpiándose un poco la sangre que tenía en la barbilla, se acercó a su padre que era el más cercano a la puerta.

—Anired...

Llamó temiendo que se hubiera topado a Deyan en el camino y que eso la hubiese alterado.

Lyssandre se quedó sorprendido al igual que Maxence, el mayor esperaba que se refugiara en sus brazos como era costumbre, pero esa vez no fue así.

Anired se acercó a Maxence y el alemán se quedó quieto al sentirla abrazarlo con fuerza, le rodeo el torso y escondió el rostro en su pecho sin importar que tuviera manchas de sangre en el abrigo.

Al sentirla temblar y volver a sollozar la abrazo apegándola más a él y acariciándole el cabello en un intento por calmarla, lo más probable es que ya supiera que Deyan estaba en Londres y a unos metros de ella.

Maxence y Lyssandre intercambiaron una mirada, con la cual el rubio mayor supo que lo mejor era dejarlos unos minutos a solas para que hablar de lo que necesitaran, así que le hizo una seña a su hijo con la que indico que saldría.

D'Acanto al ver como su padre salía le acaricio por unos segundos más el cabello a Anired, para moverse sin soltarla hasta que se pudo sentar en la silla que antes estaba y dejar a la menor sobre sus piernas.

Anired alzo la mirada al darse cuenta que estaba sentada en las piernas de Maxence, el rostro paso a un tono más rojizo si eso era posible, ya que debido al llanto y al correr por todo el ministerio su rostro se encontraba sonrojado y la respiración agitada.

—Estoy bien —Maxence fue el primero en hablar para acariciar uno de los rebeldes mechones de cabello que se había salido del recogido—...ya lo sabes ¿verdad? —con delicadeza le quito los lentes para dejarlos sobre la mesa de alado, Anired confirmo con un movimiento de cabeza sabiendo que se refería a la presencia de Deyan en ese lugar—...lo voy a demandar por golpearme.

—¿No deberías estar en San Mungo? —hizo una pausa hablando con una voz baja tratando de evitar que el llanto volviera a ella—... ¿Por qué te golpeo?

Anired aún no comprendía como es que Maxence había terminado golpeado de esa manera, cuando sabía que era mucho mejor peleador que Deyan.

—Lo provoque, no necesito ir a San Mungo, estoy bien —explico viéndola a los ojos aun llenos de lágrimas—...lo vi en el centro comercial muggle y comencé a provocarlo para que me golpeara, deje que lo hiciera, porque ya sabes, si me hubiera defendido bien, él que terminaría en el hospital seria ese estúpido y no yo.

—¿Por qué hiciste eso?

Lo miro sin curiosidad, conociendo a Maxence nunca habría dejado que Deyan le ganara en una pelea y más si era a los golpes de manera muggle, cosa en la que tenía bastante experiencia por todas las peleas en las que se había metido.

—Para demandarlo —le sonrió acariciándole la pequeña oreja y jugando con el arete en forma de copo de nieve—...de esa forma no podrá irse de Londres...y eso significa que podrían volver a abrir tu caso, claro siempre y cuando tú quieras volver a denunciarlo y hacer todo ese proceso... sé que es algo demasiado difícil y pesado...pero, esta vez podría obtener su castigo, su madre ya no es ministra y estoy más que seguro que nadie va querer apoyarlo al saber que ya no tiene nada de poder en el mundo mágico.

Anired lo miro sintiendo las manos temblorosas cosas que no pasó desapercibida para el rubio, quien las tomo entre las suyas y le beso la sien cariñosamente.

—No tienes que tener miedo, Mein Herz—murmuro contra su sien disfrutando del dulce aroma a frutos rojos y canela —, esta vez, te prometo que no te volverá a dañar ¿sí? Nadie te va a lastimar de esa manera.

La voz de Maxence era suave y varonil, resultando relajante para la azabache sobre sus piernas.

—¿Seguro que estas bien?

Cuestiono, y Maxence no evito sonreír al escuchar la preocupación en su voz, al parecer las cosas entre ellos no estaban tan perdidas como temió.

—¿Estas preocupada por mí? — pregunto con gusto y la volvió a besar, pero esta vez en la mejilla—, la sangre esta seca así que ya no te manchare y la nariz ya no me sangra como hace rato.

—Tonto —se quejó para verlo y acariciarle la mejilla donde también tenía sangre y justo más arriba un moretón—... ¿te duele mucho?

—No, ya estoy acostumbrado, quizá el más fuerte fue la nariz que aún me molesta para respirar —se encogió de hombros disfrutando de los dedos de Anired acariciándole la piel —, me duele un poco el labio que también está roto —Anired lo observo y ciertamente tenía el labio inferior roto—, pero, ahora tengo a mi enfermera personal —sonrió viéndola fijamente y con intensidad en las lagunas azules que tenía por ojos—, estoy seguro que ella me hará sentir mejor.

Anired le acaricio el labio inferior con suavidad tratando de no ponerse nerviosa ante sus comentarios, trago saliva al sentir la gran mano de Maxence sobre su cadera la cual presiono con dulzura.

—No trates de coquetearme.

Recrimino Anired, él mantenía la sonrisa, si debía de tolerar una golpiza para tenerla de esa manera sin duda lo haría.

—Creo que eres tú la que me está coqueteando de manera física —con suavidad la jalo para acercarla más a él—, pero me gusta que me toques con tus suaves y bonitas manos.

—Tienes una muy mala definición de coquetear porque no lo estoy haciendo.

—Yo creo que sí, Kleiner Hase —Anired aguanto la respiración por unos segundos al tenerla tan cerca —...y lo haces a propósito.

—C-claro que no...

Alejo la mano del rostro de Maxence quedándose quieta al ver su rostro tan cerca.

Max no decía nada y pronto pudo rozar sus labios, quería besarla, pero temía que el sabor a sangre la incomodara.

Como si leyera sus pensamientos, la voz de Anired lleno sus oídos.

—No me molesta la sangre.

Maxence la vio y curveo los labios, mantenía los ojos cerrados y alzo el mentón un poco esperando por que la besara.

Se veía demasiado tierna de esa manera.

Du bist schön...
(Eres hermosa)

Murmuró contra sus labios.

—¿Cuándo me dirás lo que significa todas las cosas que dices en alemán?

Anired abrió los ojos dejando ver como sus pupilas se encontraban completamente dilatadas.

—Solo te digo cosas que son verdaderas...como que eres tan hermosa que duele.

Anired sonrió, extrañaba demasiado escucharlo decirle esas cosas y estar de esa manera con él.

—Max—llamó Anired y el alemán sonrió al escucharla nombrarlo de esa manera—...yo...

Las palabras de Anired fueron interrumpidas cuando la puerta se abrió.

—¡Max!

La voz femenina hizo que el alemán pusiera los ojos en blanco y su molestia aumentara aún más al sentir como la menor se levantaba rápidamente de sus piernas.

Anired trago saliva al ver a la gemela de Maxence que acababa de entrar, temiendo lo peor.

—¿Por qué no tocas? ¿A caso no tienes modales?

Pregunto Maxence con el ceño fruncido y poniéndose de pie.

Amalie miro a su hermano y después a Anired.

—¿Qué haces aquí? —soltó de golpe—... ¿Vienes a seguir jugando con mi hermano? Ya una vez lo abandonaste, déjalo en paz...

—¡Amalie! —Maxence dio un paso hacia adelante para encarar a su hermana viendo como Anired solo desviaba la mirada —... ¡Deja de decirle esas tonterías a Anired, discúlpate ahora!

—¡No me voy a disculpar, quiero que abras los ojos de una vez! —chillo viendo a su hermano con molestia—...ya terminaste en coma por su culpa, casi mueres y ahora hasta su ex novio te ha golpeado, mira cómo te dejo, ¡¿qué más quieres para abrir los ojos de una vez y darte cuenta que solo acabas en problemas por su culpa?!

—¡No, Amalie, ya estoy cansado de esto! ¡Te estas comportando como una niña! —respondió Maxence—... ¡¿Qué demonios tienes?! ¡Antes eran amigas e incluso siempre me apoyaste en todas las veces que pelee con Deyan para poder estar con Anired! ¡¿Por qué ahora la tratas de esta manera?! ¡Ella no ha tenido la culpa de nada!

—¡Me pasa que sigues como un tonto tras ella! ¡Para ti solo existe ella, si ella no está contigo o no te hace caso es como si los demás no existiéramos para ti, Maxence! —señalo a Anired y después a Maxence—, ¡ella puede tratarte de la manera que quiera y tú siempre estas como su perro faldero!

—¡Estás loca, Amalie! ¡Discúlpate con Anired en este momento!

—Maxence —llamó Anired tomándolo del brazo—...déjalo así...por favor, ya no pelees con tu hermana por mi culpa.

Pidió viendo lo enojado que parecía, Maxence la miro y se sintió mal recordando que estaba afectada por lo de Deyan y verlo pelear con Amalie seguramente no iba a ser de ayuda.

—¡Por Merlín! —Amalie soltó una risa cínica — ¡¿Lo ves?! ¡Ella te controla, solo tiene que poner esa cara de niña mimada y decir por favor para que tú cedas a todo! —señalo a Anired—...tú... ¿no te cansas de usar a mi hermano de esa manera? Estuviste ignorándolo por casi un año, dejándolo a su suerte en su peor momento para disfrutar de tu fama como modelo...y justo cuando ves que mi hermano por fin lleva una buena vida aparece tú para volverlo a usar a tu antojo.

—¡Deja de señalarla! —otra voz inundo la sala de interrogatorio y tomaron de la muñeca a Amalie para que ella volteara a ver a la persona que acababa de entrar — ¿Quién demonios te crees para hablarle de esa manera?

De cualquier persona que pudiera interrumpirlo, nunca pensó que la que acababa de llegar le hablara de esa forma tan iracunda.

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¡Hola!

¿Qué les pareció el capítulo?

¿Creen que Inara planee hacer algo? ¿Qué teorías tienen? Pronto se viene la explicación de lo que paso entre George y ella.

¿Regulus lograra tener sus vacaciones?

¿El antídoto estará listo?

¿Quién tendrá la planta que Anired recuerda?

¿Les gusta la relación de Lyssandre y Maxence? ¿Qué más les gustaría ver entre ellos?

¿Anired abrirá su caso de nuevo y Deyan terminará en Azkaban?

¿Anired y Max volverán?

¿Quién creen que haya sido la persona que interrumpió a Amalie?

Bueno, nos leemos, loviu♥

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