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Veintiuno.

Alexander vio al rubio a su lado con una mezcla de curiosidad y molestia.

—¿Entonces? —enarco la ceja cruzándose de brazos—...ya besé a una chica —hizo una pausa—, y mi respuesta es la misma...me gustas solo tú, Zed...

El más alto se quedó callado, sintiéndose algo molesto al saber que beso a alguien más que no era él, aunque la idea fue suya aun así lo hacía enojar.

—¿Con quién te besaste?

—¿Eso importa? Solo dijiste que besara a una chica —hizo un mohín—, lo hice y ya tienes la respuesta... ¿Puedes creer en mis sentimientos?

El Weasley no tenía una respuesta, él sentía exactamente lo mismo por el Malfoy, le gustaba demasiado, pero estaba muy asustado.

Asustado por lo que dirían sus padres y todo el mundo mágico, era el hijo de la ministra de Francia y el punto de mira de diarios como el profeta.

No quería que su madre fuera mal vista o que la criticaras por su culpa.

—No...pero...es difícil —se mordió el interior de la mejilla bajando la mirada para no ver los azules ojos de Alexander—, no es tan fácil todo esto.

—Solo... ¿Qué es a lo que temes, Zed? Te he demostrado por todos los medios lo mucho que me gustas y que lo que siento por ti es serio, no solo un gusto momentáneo.

Alexander que era más bajo que el Weasley lo tomó de la mano para llamar su atención, Zed veía a todos lados menos hacia él.

—Sabes muy bien...que esto...lo que está pasando entre nosotros no está bien visto —murmuro con voz aguada—...todos nos verán mal...tus padres...mis padres...

El Malfoy paso la mano entre su cabello de manera frustrada soltando un gruñido.

—¿Y qué hay con lo que nosotros queremos? —se escuchaba la angustia y frustración que experimentaba Alexander en esos momentos, él realmente quería estará al lado de Zed Edrak Weasley, estaba harto de solo ser su amigo y que ahora él pareciera tan reacio lo hacía sentir demasiado mal— ¿Qué hay de lo que yo quiero...de lo que tú quieres?

Zed se recargo en contra de un árbol echando la cabeza hacia atrás y viendo al suelo como si esperara a alguien que le diera una respuesta.

—Sé que te quiero a ti—los ojos de Alexander se iluminaron ante esas palabras—, pero también sé que si la gente sabe que estamos juntos nos tratara mal.

Alexander se acercó deteniéndose a medio metro de él.

—Hagamos lo que hagamos la gente siempre nos criticara —explico tratando de contenerse—...Zed—llamo, el rubio soltó un suspiro y por fin lo vio a los ojos, ambos adolescentes demostraban un cariño inmenso con tan solo verse a los ojos, ambos necesitaban estar juntos—, quiero estar a tu lado, y no como tu amigo...y sé que tú quieres lo mismo que yo...por favor...deber de haber una manera, yo...yo, siento que no podría seguir sin estar a tu lado.

Zed se mantuvo en silencio por varios minutos meditando lo que dirían.

Quería estar con Alexander, eso lo sabía.

Pero, conforme se decía eso de nuevo las dudas lo atacaban.

No estaba seguro de ser homosexual, tal vez era bisexual o algo así, pero... ¿Qué dirían los demás?

Podía escuchar las voces de las personas diciendo que no era algo "normal", ver como todos se iban sobre su madre y decían que era una pésima madre al igual que su padre, incluso a sus compañeros de Hogwarts molestándolo, sin embargo, había otro lado, otro lado donde él era feliz a lado de Alexander, donde no le importaba nada de lo que dijeran los demás, donde lo único que interesaba era lo que él quería, lo que lo hacía sentirse completo, y eso era lo que él más deseaba.

—Me gustas ¿sí? Créeme que nunca jamás había sentido nada así por nadie —soltó de golpe—, me muero por estar contigo desde hace tiempo, pero tampoco quiero afrontar todo...yo...aun no soy lo suficiente valiente para hacerlo.

Alexander sonrió, si a Zed le faltaba valentía él se la brindaría.

—Zed, me gustas—lo vio y sonrió suavemente—...y mira...podemos estar juntos ¿sí? Tal vez a escondidas hasta que veamos la forma de decirles a nuestras familias...y después a todos los demás, podemos ir de a poco, no necesariamente tenemos que irnos de lleno.

—¿No te molesta que lo quiera mantener en secreto?

Pregunto el Weasley sintiéndose algo culpable por lo que Alexander estaba dispuesto a hacer por él.

—No....no sé, pero sé que quiero estar contigo y si tengo que hacer eso lo hare sin pensarlo.

Zed le agradeció internamente por todo lo que estaba dispuesto a hacer, de algún modo podrían estar juntos, solo quería más tiempo para confrontar todo eso, eso que era nuevo para él.

—¿Entonces...quieres —parecía dudar ya que no tenía ni idea de cómo hacerlo o si él debería de hacerlo o dejárselo a Alex, que parecía mucho más seguro en esas cosas —...ya sabes...tú y yo...juntos?

—¿Juntos? —enarco la ceja con una sonrisa socarrona— ¿Cómo novios?

—Si...eso me gustaría.

Confeso Zed, Alexander sonrió dando una zancada para terminar frente a él, el Weasley al ver que estaban completamente solos se inclinó rompiendo la distancia entre los dos y unirse en un cálido y cariñoso beso que de inmediato fue devuelto.

Ambos adolescentes se sentían completo juntos, la sensación era simplemente maravillosa al por fin estar juntos, algo que llevaban ansiando por mucho tiempo.

Los labios se movían con suavidad y a un compás lento disfrutando de cada segundo de esa caricia.

Los corazones latían con vehemencia, al separarse rozaron sus narices sonriéndose e intercambiando pequeños besos rápidos.

—Anired va a gritar cuando se entere —murmuro Alex con una sonrisa, pero al recordad que Zed no quería que nadie supiera frunció las cejas —...ella ¿si puedes saber?

—Si...ella sabe todo desde el inicio.

Alexander le sonrió asintiendo para abrazarlo con fuerza, debido a la diferencia de estaturas Zed recargo la barbilla en el cabello plateado que olía a hierba buena relajándose ante tan fresco aroma.

Los dos varones se quedaron unos minutos más detrás de ese frondoso árbol a las orillas del lago negro, hasta que varias voces se acercaron por lo que con rapidez se alejaron y con sonrisas de complicidad caminaron hacia el gran jardín en busca de la azabache que formaba parte de la tría de amigos, estaban emocionados por contarle lo que acaba de suceder.

Se extrañaron demasiado al no encontrar a Anired en la mesa de Slytherin donde tampoco se encontraba George Sirius, observaron en la de Gryffindor y tampoco estaba el azabache ni Freddos, aunque este último probablemente se encontraría con Brooke Wilson.

—Qué extraño.

Murmuro Zed que se detuvo en la mesa de Ravenclaw y ni un rastro de Denvers

—A lo mejor Nired siga durmiendo —comento Alexander distinguiendo a su hermano en una de las esquinas del pasillo platicando alegremente con los gemelos de D'Acanto e Itziar—, vamos con Scorp, tal vez él sepa donde esta Anired.

Zed asintió siguiendo al peli plata, que al llegar con ellos saludo rápidamente.

—Oye, Scorp —llamo, el mayor lo volteo a ver con la ceja enarcada dándole a entender que le dijera lo que tenía que decirle — ¿No has visto a Nired? No la vi en la sala común y no ha bajado a desayunar.

Scorpius negó.

—Pensé que estaba con ustedes, aunque tampoco he visto a George Sirius y me extraña porque siempre se levanta temprano—analizo con un gesto pensativo—, aunque puede ser que estén en la sala de Gryffindor o Ravenclaw ya que ni Stefan o Regulus y Damián están en su mesa.

—Es raro —comento Zed sin estar de acuerdo con lo que decía el Malfoy mayor, todo los miraron de manera interrogante —, a lo que voy, Anired y yo siempre sabemos dónde está el otro, y hoy es como si se la hubiera tragado la tierra, siempre que se queda dormida Anubis está en la sala común de Slytherin esperándola y hace rato que fui tampoco estaba ella, y, o sea, Anubis nunca la deja sola al menos que Nired le diga que se quede en un lugar, es demasiado extraño.

Explico moviendo las manos nerviosamente, comenzaba a estresarse el hecho de no saber nada de los tres Black-Weasley.

Los estudiantes de Beauxbatons ponían atención a la conversación tratando de llevar el hilo de esta.

—Mira, ahí viene Zoe en compañía de Sarahi, tal vez Anired y Anubis estén en el dormitorio hay que preguntarles —sugirió Scorpius viendo a las dos chicas entrar al comedor, de inmediato les hizo una seña para que se acercaran—, sea lo que sea ellas pueden saber algo.

La rubia y castaña se acercaron a ellos, Zoe los saludo de inmediato, Sarahi solo los observaba con los brazos cruzados, a pesar de ser compañera de habitación de Anired y Zoe no le gustaba convivir con los varones que siempre rodeaban a la azabache, incluso los ignoraba cuando podía.

—Oye, Zoe —Scorpius se rasco la nuca — ¿Anired sigue durmiendo? No la hemos visto.

La rubia observo a Alex y Zed con confusión.

—Pensé que se había quedado a dormir con uno de ustedes, ya ven que luego hacen pijamadas —ambos negaron—, no llego al dormitorio, pero no nos preocupamos porque sabemos que luego esta con ustedes o en el dormitorio de alguno de sus hermanos.

—Es que tampoco ellos han aparecido.

Sarahi soltó un bufido mientras sonreía con obviedad.

—¿No se dan cuenta? —todos la miraron confundidos—, era obvio que Anired no llegaría a dormir ayer, estaba el rumor que el director de Durmstrang tendría que salir y dejaría el barco a cargo de los prefectos —explico—, Deyan es prefecto, Anired es su novia, aten los cabos y es obvio donde se encuentra.

Maxence soltó un gruñido, recordaba que él la vio entrar al castillo y simplemente no quería aceptar que la azabache había pasado la noche con ese idiota.

—¿Qué? —Zed negó varias veces—, no, Anired me habría dicho si planeaba hacer algo así, no solo desaparecería.

—Que sea tu prima no quiere decir que te cuente todo —Sarahi se encogió de hombros—, es normal que haga cosas sin avisarte.

—Si...pero, Anired no es así, nos contamos todos, aparte de primos somos mejores amigos, sabemos todo de nosotros mismo, ella me habría dicho si se quedaría con Deyan.

—Le doy la razón a Zed —apoyo Alexander—, Anired no se quedaría en otro lado sabiendo que nos preocuparíamos.

—Anired y Deyan son novios, es obvio que van a querer pasar tiempo juntos y mucho más cuando no hay nadie que los vigile, ambos tienen hormonas. No sean tan inocentes —negó la castaña—, tal vez aparezca más de rato o incluso se quede todo el día con su novio, dejen de ser tan sobre protectores con Anired.

—Si te hablaron fue para preguntarte donde estaba Anigget, no para que nos de tus ideas y suposiciones tontas de donde esta ella —Maxence la veía con molestia—, ellos dicen que no haría algo como eso sin decirles y me imagino que la conocen mucho más de lo que tú lo haces.

Sarahi lo barrio con la mirada.

—¿Tú qué te metes? Anired ni te tolera y estás hablando como si la conocieras.

Scorpius tuvo que intervenir al ver a Max tensarse ya que parecía a punto de atacarla.

—Bueno, creo que lo importante es que encontremos a Anired —se puso en medio de los dos—, iré a ver a los dormitorios de Slytherin, tal vez este en el de George Sirius, Alex, Zed ¿por qué no van al dormitorio de Gryffindor? Puede que este con Regulus.

Ante toda la tensión en el ambiente, ambos asintieron, pero justo antes de irse pudieron ver a el matrimonio Malfoy entrando al castillo.

—¿Qué hacen mamá y papá aquí?

El menor vio a Scorpius como si él supiera algo.

—No sé, no dijeron que fueran a venir este día.

Los ojos grises de Draco se detuvieron sobre sus hijos, así que le murmuro algo a Tanith y fueron de inmediato con ellos.

Amalie, Maxence e Itziar notaron el gran parecido de Alexander y Scorpius con su padre, especialmente el mayor que era una copia idéntica a él solo que con muchos años menos.

—¿Mamá, papá?

Tanith abrazo a Alex y Draco saludo con un apretón en el hombro a Scorpius, hizo lo mismo con los demás seguido de un buenas tardes.

—Niños, me alegro de ver que ustedes están bien —le acaricio cariñosamente el cabello a Alexander —, estaba preocupada porque a alguno de ustedes también los hubieran envenenado.

—¿De qué hablas, mamá?

Scorpius la miraba con confusión ante lo que acababa de decir.

—¿Cómo? ¿No lo saben? —todos negaron, Draco se sobo el puente de la nariz buscando las palabras para explicarles —, Anir y Fred nos pidieron que viniéramos de inmediato... es Regulus...alguien lo intento envenenar con una extraña mezcla de ojos de halcón, nueces y Amortentia.

—¿Cómo que envenenaron a Regulus? —exclamo Zed demasiado confundido— ¿Dónde está?

—No sabemos muchos detalles, pero el sanador al parecer no encuentra realmente que es lo que más lo afecto, como yo nosotros llevamos el expediente médico de Regulus, sus tíos nos llamaron —Tanith soltó a su hijo con suavidad —, está en la enfermería, si no encontramos que es lo que lo está afectando tendremos que trasladarlo a San Mungo.

Todos los adolescentes estaban callados tratando de procesar las palabras de la rubia, esperaban cualquier cosa menos eso.

Después de unos segundos decidieron seguir al matrimonio que se dirigió al ala de la enfermería.

El matrimonio Black-Weasley observaban a sus cuatro hijos, todos tenían el rostro demacrado y cansado a espera que el azabache reaccionara, el sanador Dylan Tarner tuvo que utilizar por décima vez el hechizo arácneo para abrirle la garganta y que pudiera respirar.

George Sirius estaba sentado en una silla a lado de la camilla de su mellizo, cualquiera que le pusiera atención notaria que estuvo llorando en silencio mientras Anired se aferraba a la mano de Regulus entre sollozos ya que siempre era la más expresiva, Louis solo caminaba de un lado a otro con desesperación.

No menos importantes, Stefan y Damián se recargaban de una pared observando cada detalle sin saber que decir o hacer, lo único que querían era que Regulus John despertara, pero todo parecía demasiado difícil.

La nuez, a la que era alérgica Regulus ataco todo su sistema respiratorio mientras que el polvo de ojo de halcón, era demasiado nocivo en el sistema nervioso y ni decir de la Amortentia mezclada con todo eso, no sabrían que efectos secundarios tendría.

La azabache mayor alzo la mirada al ver al matrimonio Malfoy entrar, ambos le lanzaron una mirada tratando de brindarle alivio para hablar con el sanador Turner, toda parecía estar en mute, algunas palabras las comprendía y otras cuantas no, lo único que deseaba era ver a su hijo abrir los ojos y que le dijeran que todo estaba bien, Fred le sobaba los hombros besándole la sien, trataba de darle apoyo, pero a pesar de mantener un rostro serio sin ninguna expresión sabía muy bien que al igual que ella se estaba muriendo de la preocupación.

—Anired —llamo Tanith acercándose a ella—, necesitamos que salgas de la enfermería, tenemos que revisar a tu hermano y será mucho más cómodo si no hay tantas personas.

—No...no —murmuraba negando y aferrándose al brazo de Regulus—...no puedo dejar a mi hermano...alguien tiene que estar con él porque a veces no comprende algunas palabras —mientras hablaba las lágrimas escurrían aún más y su voz se cortaba con cada palabra—...alguien se las tiene que explicar...no...no lo puedo dejar....

—Anired...si él despierta te hablaremos ¿sí? —trataba de explicarle con voz dulce, pero al parecer la menor seguía consternaba ya que solo lloraba repitiendo lo mismo—...por favor, Nired, te prometo que estará bien.

—Pero...él... ¿y si no despierta? ...Necesito a Regulus...necesito a mi hermano.

Murmuraba una y otra vez, Fred se acercó a calmar a su hija y brindarle consuelo.

—Nired...si Regulus despierta no va a querer verte de esta forma —murmuro el pelirrojo mayor alejándola con cuidado de su hermano—, sabes que odia verte llorar y se va a sentir mal si sabe que es por su culpa —con delicadeza la tomo del rostro para que lo viera a los ojos limpiándole algunas lágrimas —...él estará bien, veras que va a despertar.

La palabra que le decía a su hija las trataba de creer él mismo para sonar seguro.

—Pero...

—Solo serán unos minutos, cielo, entraras una vez que Draco y Tanith lo revisen.

Con dificultad Anired se puso de pie y siguió a George Sirius, Stefan y Damián que salieron de ahí.

A fuera de la enfermería estaban los dos Malfoy, Zed, los D'Acanto, Itziar, Zoe, y hace unos minutos que Deyan en compañía de Hannah habían hecho acto de presencia.

Todos esperaban, viendo el estado de la menor de los Black-Weasley, que fuera de inmediato a refugiarse en los brazos de su novio buscando consuela, pero para su sorpresa se acercó de inmediato a Zed quien la abrazo con fuerza, a ella sin importarle quien la viera o escuchara soltó todo el llanto que no podía parar dejando escapar muchos sollozos que reflejaban el dolor que sentía en esos momentos.

George Sirius se alejó de las personas recargándose en una pared junto a la puerta de la enfermería viendo fijamente el suelo, se sentía en el limbo, sus movimientos eran automáticos y solo podía repetir una y otra vez en su cabeza la imagen de su hermano dejando de respirar para que el sanador Tarner utilizara diversos hechizos. No entendía de donde saco esas galletas que tenían nuez, siempre era cuidadoso debido a su alergia que podría llevarlo a la muerte.

—¿Estás bien?

El tacto en su mejilla izquierda lo hizo sobresaltarse, topándose con unos ojos café que lo veían con curiosidad.

Apretó la mandíbula y los labios dibujando una fina raya, trataba de controlarse, pero cada vez se sentía más molesto.

—Hannah.

Murmuró entre un gruñido.

—Sé que es difícil lo que estás pasando, lo siento mucho.

El pequeño pulgar se movía sobre la mejilla del pelirrojo formando círculos en la piel que era suave.

—Déjame —mascullo tratando de mantener la calma, sentía las miradas de los demás sobre él y si la rubia seguía de esa manera comenzarían a decir diversos rumores relacionándolos—...hablo enserio.

—Vamos, Georgie —le resultaba demasiado molesta esa voz, como si le taladraran los oídos—, sé que en estos momentos necesitas quien te apoye.

Ese apodo fue lo que derramo la poca paciencia.

—¡Maldita sea, Hannah! —exclamó con enojo en la voz, cosa que llamo la atención—... ¿Tienes mierda en el cerebro o qué demonios?¡Entiende de una puta vez que no quiero que me toques! ¿Es tan difícil o eres una retrasada que no procesa las palabras?

Tenía el cuerpo tenso y lleno de ojo, sin un gramo de delicadeza alejo la mano de la rubia de un manotazo, tuvo que apretar el puño derecho tratando de contenerse antes de empujarla con fuerza ya que la podría dañar.

—¡Déjame en paz, no necesito la estúpida compasión de nadie!

Los ojos grises parecían unas afiladas dagas, Stefan y Scorpius se dieron cuenta del inminente mal humor de George, que si seguía de esa forma explotaría y más si no había consumido su medicación.

Hannah sentía el rostro arder, la humillación se hizo presente ya que estaba más que segura que él iría corriendo a sus brazos buscando consuelo.

—George...ven —pidió Scorpius acercándose y alejando a Hannah de ellos—...deberías de estar con Nired, no deja de llorar.

—Vamos—Stefan estaba al otro lado del Black-Weasley—, lo mejor es que evites más estrés, no has dormido, ni comido tu irritabilidad llego a su límite.

Él desvió la mirada viendo a su hermana, que en esos momentos era consolada por Amalie, la cual la abrazaba y le acariciaba el corto cabello con suavidad, ante esa imagen se relajó un poco.

Soltó un suspiro y asintió para seguir a los dos menores, importándole poco lo que sucediera con Hannah.

George se detuvo frente a Amalie que seguía con Anired, amabas miradas se cruzaron y ella le dedico una mirada que él interpreto como si tratara de decirle que todo estaría bien.

[...]

—¿Quieres hablar?

Alzo la mirada para ver a la rubia que se sentó a su lado en el suelo.

—No...no sé...

Ni siquiera tenía ganas de hablar o de hacer cualquier cosa, seguía a la espera de tener noticas de Regulus.

—Anired acaba de pelear con Deyan —comento viéndolo—, Scorpius la convenció de ir a la cocina a comer algo, fue con él y mi hermano, así que estará bien.

—¿Por qué peleo con él idiota?

—Deyan tenía la entrevista de los tres campeones el día de hoy, al parecer iba a llevar a Anired a las fotos —soltó un suspiro—, ella no quiso alejarse de aquí y él comenzó a decirle que no podía "arruinar" su gran día y que ya le había prometido que iría con él, ella se enojó y discutieron hasta que el profesor de vuelo corrió a Deyan.

—No sabes cuánto deseo que termine con él, es un imbécil.

Amalie asintió dándole la razón, George recargo la cabeza en la pared girándola unos centímetros para ver a la chicha a su lado.

—Veras que se dará cuenta, y cuando menos lo esperes lo habrá dejado.

—Geori es demasiado inocente, y Deyan es su primera relación...siento que él la puede manipular con facilidad para que no lo deje —se mordió el labio interior—, si Regulus hubiera visto esa discusión habría saltado sobre él para golpearlo sin pensarlo.

D'Acanto noto como la mirada del pelirrojo se aguadaba al decir la última frase, incluso una pequeña y traviesa lagrima escapo recorriéndole la mejilla izquierda, ella coloco la mano sobre su pómulo limpiando la gota de agua.

—Despertará, veras que pronto estará bien —Amalie recordó como se puso con Hannah—...lo siento.

Murmuro rápidamente para alejar la mano, pero no le fue permitido por la gran mano del Black-Weasley.

—Quédate de esa forma...solo un poco más.

Las suaves caricias de Amalie lo relajaban brindándole alivio en esos momentos en los que solo quería morir o estar en lugar de su hermano, cerró los ojos durante algunos segundos para descansar.

—George Sirius.

La voz de Jerome lo obligo a abrir los ojos, le sonrió con suavidad a Lie poniéndose de pie y extendiéndole la mano para ayudarla a levantarse.

—¿Qué paso?

—¿Sabes de donde saco tu hermano esto? —Robert Burke, que estaba a lado del rubio, mostro una pequeña caja—, me dijo Damián que Regulus comió unas galletas que venían aquí...y...decía: "para: George Sirius", así que...creo que al que querían envenenar era a ti.

George enarco la ceja con curiosidad tomando la caja y la reviso por dentro y por fuera, y como decía el castaño tenía su nombre.

—Regulus se las comió porque dijo que no te molestarías, que las dejaste el día de la "reunión" —Damián Nott se unió a la conversación—, eran doce y cuando las termino...paso todo.

Los ojos del pelirrojo se abrieron con sorpresa recordando quien se la había dado, sintió el pecho dolerle al atar los cabos queriendo no creer que eso era cierto, pero lamentablemente no podía desviar la realidad.

—Freddos—el rubio que se encontraba atrás del pelirrojo se acercó—, Damián—llamo— ¿Dónde está JJ?

Lo veían con confusión por la pregunta, Amalie noto como la mirada de George se endurecía reflejando un brillo que parecía mostrar un poco del gran enojo que guardaba.

—¿Para qué quieres saber de ella, Sirius?

Cuestiono Jerome con los brazos cruzados.

—¿Dónde está Alyssa?

Repitió la pregunta con voz más alta y firme.

—Cuando los estaba buscando, vi a JJ en la sala común, supongo que no ha de saber que le paso a Reg y por eso no ha venido.

Explico Freddos.

George lanzo la caja con ira al suelo para dar grandes zancadas, escuchaba distintas voces llamarlo, pero los ignoro.

Quería a JJ.

No le importaba quien se interpusiera en su camino, los ignoraba o pasaba golpeándolos con el hombro para abrirse paso, algunos lo insultaron, pero no le interesaba ni un poco, con rapidez llego a la torre de Gryffindor donde la dama gorda le pidió la clave, él la susurró de forma audible para entrar.

Encontró de inmediato a la morena que platicaba con unas chicas sentada en los sillones rojo.

—¡Alyssa!

Llamo molesto, ellas voltearon a verlo para soltar risas tontas que solo lo hacía enojar más.

—Georgie —la sonrisa de JJ se tornó coqueta, seguramente las galletas ya habrían surtido efecto, intercambio unas miradas de complicidad con sus amigas y se puso de pue yendo con el Black-Weasley—... ¿Por qué me llamas así y no «JJ»?

Cuestiono con la ceja enarcada, el mayo la tomó de la muñeca llevándola a rastras con él, salieron de la sala común y caminaron por el largo pasillo.

Alyssa se sentía algo emocionada y extrañada por la actitud de George, pero tal vez era debido a que estaba enfrentando sus verdaderos sentimientos.

Se detuvieron y él de manera brusca la empujo en contra de la pared, Alyssa soltó un quejido por el golpe.

—¿Cómo te atreviste?

Los ojos grises reflejaban odio en contra de ella, parecía un animal salvaje a punto de atacar a la de cabello rizado.

—¿De qué hablas, Georgie?

—¡¿De qué hablo?! —el roño irónico lleno la voz del pelirrojo, apretando más la muñeca de la morena, su madre muchas veces le dijo que midiera su fuerza cuando tomaba a alguien con una complexión más pequeña, pero en esos momentos nada le importaba—... ¡Le pusiste nuez, Amortentia y otra cosa rara a las galletas que me diste! ¡Maldita sea, Regulus está inconsciente por tu puta culpa!

—¿Qué? ¿De qué hablas? —el desespero recorrió a Alyssa, olvido por completo la alergia de Regulus ya que nunca se imaginó que las comería en lugar de George— ¡¿Por qué Regulus las comió!? ¡Eran para ti!

Soltó un fuerte quejido cuando la muñeca le dolió con intensidad, George en lugar de aminorar su fuerza la apretaba más.

—¡Porqué Reg siempre come lo que yo como, compartimos todo! ¡Siempre dije que odio la nuez por ese motiva! —odiaba saber que Alyssa estuviera tan loca y obsesionada con él como para atreverse a darle esas cosas, lo peor era que su hermano estaba inconsciente en la enfermería— ¡No quiero volver a verte en mi puta vida, olvídate que alguna vez fuimos amigos! ¡Mantente lejos de mi o de mis hermanos, o juro que voy a matart...!

—¡George Sirius!

No pudo terminar su amenaza ya que la voz de McGonagall lo interrumpió, giro el rostro topándose con ella, Jerome y su padre.

—Suéltala —ordeno Fred—, hazlo ahora.

Ambos intercambiaron miradas, George soltó a Alyssa alejándose de ella, la morena sollozaba mientras espesas lagrimas bajaban por sus mejillas, nunca vio a George Sirius de esa manera y mucho menos espero que reaccionara así.

—¡Por culpa de Alyssa mi hermano esta inconsciente! ¡Trato de atarme con Amortentia!

Soltó con enojo, Fred vio a Alyssa con sorpresa y decepción en la mirada, nunca espero eso de ella.

—Iremos a la dirección a arreglar esto —pidió McGonagall—, mandare a traer a Lee y Angelina Jordan-Johnson...


[...]


—¡Mi hija no sería capaz de eso! —replico el moreno viendo a Fred y Jerome—... ¡Por Merlín, ellos han sido amigos desde niños, Alyssa nunca haría algo como eso...ella no es así!

George Sirius observaba la escena sentado en una vieja silla con los brazos cruzados contra el pecho, tenía unas terribles ganas de llorar una por el gran enojo que sentía y otra por la decepción y traición.

Esperaba que cualquier persona intentara una cosa como esa contra él, varias veces le había pasado y siempre fue cuidadoso cuando le regalaban algo de comer, pero, nunca espero que Alyssa, su mejor amiga de toda la vida y una de las personas en las que más confiara intentara algo como eso.

Crecieron juntos, compartieron muchas cosas y aventuras, que creyó que siempre seria así, y ahora con eso ya no tenía ni idea en quien confiar.

—Lee —llamo Minerva acomodándose los lentes sobre el puente de la nariz—, lamentablemente es cierto, Alyssa le dio unas galletas a George Sirius con una mezcla extraña que incluía Amortentia y nuez, y por desgracia quien las comió fue Regulus John, poniéndolo en un estado demasiado grave debido a la severa alergia que presenta con las nueces.

Angelina se mantenía callada escuchando todo lo que decían, Alyssa no paraba de llorar.

—¡Yo no fui la de la idea! —expreso JJ con sufrimiento en la mirada— ¡Ella me dijo que nada dañaría!

—Alyssa, ya basta de culpar a alguien más —pidió Angelina sintiéndose avergonzada por la situación en la que estaban —, Lee es suficiente, Alyssa ha aceptado que fue la que le dio las galletas a George Sirius.

—Como sabrán es algo demasiado grave, el uso de Amortentia está prohibido en Hogwarts y debido a que resulto en algo muy serio el departamento de seguridad mágica se verá involucrado.

Señalo a Jerome Delacour.

—¿Qué? ¡No, no, no! ¡Solo es una estupidez de adolescentes!

Exclamo Lee viendo a Fred.

—¡¿Una estupidez de adolescentes?! ¡Mi hijo puede no despertar por culpa de eso! ¡Tu hija trato de embrujar a mi otro hijo! ¡No es solo una estupidez! —respondió exasperado—¡Regulus puede morir si no encuentran una solución!

Jerome trataba de mantenerse sereno y no irse a los golpes sobre el moreno, que también era su amigo.

—El uso de Amortentia es algo penado en Hogwarts con expulsión—explico el rubio—, y debido a que Regulus está debatiéndose entre despertar o no, el departamento de seguridad mágica procederá con una demanda por motivo de intento de asesinato.

—¡Eso es demasiado! —Angelina paso la mano entre su cabello—...Alyssa se equivocó y se disculpará, incluso se alejará de ellos, pero no la pueden expulsar y mucho menos ir a Azkaban.

—Como Regulus se encuentra inconsciente no puede tomar una decisión, tendrá que ser su padre el que elija si demandara o no.

Todas las miradas se toparon sobre el pelirrojo mayor, George Sirius lo único que deseaba era venganza y que Alyssa pagara por lo que hizo, a pesar de haber sido su mejor amiga ahora el odio era creciente.

—Fred, por favor...

Fred era demasiado sobre protector con su familia, cualquier cosa que los dañara el trataría de frenarlo de raíz, y tanto él como Jerome estaban de acuerdo en proceder con una demanda.

—Lo siento, Lee, pero no es algo que pueda perdonar con facilidad.

—Es solo una niña —excuso el moreno viendo a McGonagall—...es un castigo demasiado grande.

—Debió de pensar en las consecuencias antes de hacer eso.

Respondió Jerome, si algo odiaba es que dañaran a las personas que él amaba y si estaba en sus manos haría lo posible para que la persona culpable fuera castigada, sin importarle la edad, tal vez era que el enojo lo cegaba.

Los sollozos de Alyssa eran más audible, Angelina y Lee trataban de pedir ayuda a McGonagall la cual no parecía muy de acuerdo con la decisión que estaban tomando los mayores.

George Sirius vio a Alyssa sin ninguna emoción mientras recordaba una y otra vez todo lo que habían vivido y como con tanta facilidad ella rompió ese lazo.

Unos golpes se escucharon en la puerta, McGonagall con un movimiento de varita la abrió, y el pelirrojo menor soltó un jadeo de sorpresa al ver quienes estaban en la puerta.

—Lo trate de detener, pero es igual de terco que tu —explico la azabache viendo a su esposo—, quiso venir de inmediato.

Fred se acercó a su esposa para ayudarla con su hijo que le costaba caminar.

—¿Llegue tarde? —pregunto con cansancio, George se quitó de la silla cediéndola a su mellizo — ¿Ya estabas llorando por mí, canuto?

George no respondió nada, era una mezcla de sentimientos se sentía feliz y aliviado por ver a su hermano consiente, pero también quería golpearlo por estar ahí.

—¿Cuándo despertaste?

Cuestiono Jerome.

—Hace media hora, mamá me conto todo junto con Nired —vio a su tío—...no quiero que demanden.

Lee y Angelina soltaron un suspiro de alivio.

Algo que diferenciaba a los mellizos es que Regulus John solía disculpar con facilidad a quien le hiciera daño, por el contrario de George Sirius que era más vengativo y rencoroso.

—¿Qué demonios, Regulus? —interrogo Fred—, casi mueres.

—Pero no lo hice —se encogió de hombros viendo a la directora y a Jerome—, se lo que ella hizo...y que estuvo mal, pero...la expulsión y una demanda o Azkaban es un castigo demasiado fuerte —paso las manos sobre sus muslos de manera nerviosa—, tal vez la podrían castigar con algo más y sé que JJ aprenderá de sus errores.

Jerome soltó un suspiro de frustración, Anirak solo se encogió de hombros tratando de calmar a su esposa, mientras George Sirius negaba.

El matrimonio Jordan-Johnson parecía aliviado y agradecido con el menor.

—De acuerdo —murmuro Minerva—, hablaremos sobre el castigo de Alyssa...ahora, George Sirius ¿por qué no acompañas a tu hermano de vuelta a la enfermería? No creo que sea bueno que este aquí, aun luce algo mal.

El pelirrojo asintió ayudando a su hermano a ponerse de pie, Regulus le rodeo el cuello con el brazo apoyándose en él para caminar ya que se sentía aun mareado, ambos salieron de la oficina.

—Eres un idiota —mascullo George bajando las escaleras—, debiste de dejar que continuaran con lo que ya estaba decidido.

—Lo pensé en hacer —soltó un suspiro—, pero recordé que es tu mejor amiga.

—Lo era, ya no —caminaban a la enfermería de manera lenta—, y espero que tanto tú como Geori tomen su distancia con ella.

—Ahora lo dices porque estas molesto, pero cuando pase el tiempo te vas a arrepentir —trataba de explicar su punto—, sé que eres rencoroso con la gente y obviamente yo estaría igual si hubieras sido tú el que habría terminado inconsciente por casi un día. Pero, te conozco demasiado bien y sé que muy en el fondo sigues queriendo a JJ.

—Me traiciono, no es algo que vaya a perdonar —entraron a la enfermería y lo ayudo a entrar en la camilla—, tú también saliste herido...pensé...pensé que no despertarías.

—No empieces a llorar que suficiente he tenido con mamá y Nired —le sonrió con burla—, estoy bien...el tío Draco y la tía Nith encontraron una poción para contrarrestar los efectos de mi alergia y la Amortentia no funcionó bien con toda esa mezcla, así que solo debo de descansar.

—Temí lo peor —confeso sentándose en la silla de al lado de la cama—, no quería perderte, Regulus.

—Y no lo hiciste —le sonrió—...juntos nacimos, juntos morimos.

Le golpeo el brazo de manera juguetona.

—Juntos nacimos, juntos morimos —murmuro esa frase que usaban cada que se metían en algún problema o pelea—, ¿por qué no te fijaste en las galletas?

—Tenía hambre y sé que no guardas nada que no te de alguien en quien...confías.

George sonrió de manera triste recargando la cabeza en la orilla de la cama dejando que las lágrimas fluyeran.

—Reg —murmuro, el azabache sabía lo mal que la estaba pasando el pelirrojo—...me traiciono—hablo con la respiración errática—...confiaba en ella, era mi mejor amiga —le costaba respirar mientras más hablaba—...yo nunca pensé en hacerle algo que la dañara... ¿por qué lo hizo? ¿Tan mala persona soy para merecerme eso?

—Hermano —llamo el mellizo menor acariciándole el cabello—...no sé, a veces las personas actuamos sin pensar en las consecuencias o en el daño que le causaremos a las personas que nos rodean, tú no eres mala persona todo lo contrario. Alyssa prefirió el camino fácil para tener lo que tanto quería.

George siguió llorando dejando salir todos sus sentimientos y mostrando lo roto que estaba ante la única persona que sabía que nunca lo traicionaría: su hermano, su otra mitad.


[...]



Hannah observo al chico que iba saliendo de la enfermería y se acercó de inmediato.

—¡George! —llamo deteniéndose frente a él con un gesto de arrepentimiento—...yo, vengo a disculparme...no debí de haber actuado de esa manera hace rato, estabas en un mal momento y debí saber que te pondría peor...

El pelirrojo soltó un suspiro viendo a la rubia y asintió.

—También lo siento...solo trataste de animarme, no debí de reaccionar de manera tan brusca.

Hannah le dedico una sonrisa que derretiría a más de uno.

—Entonces... ¿estamos bien?

Cuestión jugando con cierre del jersey del Black-Weasley.

—Si...estamos bien.

El pelirrojo que ya estaba mucho más tranquilo le sonrió suavemente.

Hannah decidió aprovechar ese momento que él parecía mucho más complaciente, así que se levantó en las puntas de sus pies acercándose peligrosamente a los carnosos labios de George Sirius, cuando la puerta de la enfermería se abrió.

—¿George? —pregunto con molestia al ver a los dos adolescentes tan juntos — ¡¿Hannah?!

La rubia se alejó de inmediato del más alto.

—¡Regulus! —exclamo con felicidad—, vine a verte y me topé con tu hermano, me alegro de saber que ya despertaste.

—¿No, ya te ibas? —cuestiono el azabache viendo enojado a su mellizo, la tensión se sentía entre ambos y Hannah no evito sonreír —...me alegro que vinieras, Hannah.

—Como sea.

George se encogió de hombros alejándose de ahí y dejándolos solos sin comprender porque su hermano actuó de esa manera, tal vez era debido a todo lo que sucedía ese día, incluso él se sentía de mal humor.

Pero, lo que no se imaginaba es que Regulus John se había sentido celoso de él.

⚜⚜⚜

La música inundaba el gran comedor mientras Stefan maldecía una y otra vez, le dolía la espalda al estar encorvado para poder tener la misma altura que el profesor Flitwick —profesor de encantamientos y su jefe de casa—, que para su desgracia era el encargado de enseñarles como era un tonto vals para el baile de navidad.

Stefan tenía dos pies izquierdos, nunca le intereso aprender a bailar y sumado a eso tenía que conseguir pareja.

Unos minutos más y estaba seguro que lanzaría al bajo profesor unos cuantos metros lejos de él.

—Bien, Denver, ahora dame una vuelta como si fuera la chica con la que iras al baile.

Escucho los virotes y risas de sus compañeros de casa mientras soltaba la cintura del profesor, se irguió y trato de darle una delicada vuelta.

—¡Muy bien, Denvers, esperemos y no vayas con tu rata!

—¡A ver si lleva a una chica de verdad!

Varios gritaban, él los trataba de ignorar cosa que resultaba una gran prueba para su paciencia.

—¡Y así es como se baila! —exclamo con emoción el profesor soltando la mano de Stefan que suspiro aliviado porque esa tortura terminara—...con esta pequeña clase de baile estoy seguro que todos dejaran en alto el nombre de Ravenclaw, ahora espero vayan y consigan pareja. ¡Nos vemos mañana!

Stefan asintió para tomar su mochila donde se encontraba Kairo y salir rápidamente de ahí, varios se reían cada que pasaba a su lado, maldijo una y otra vez.

De todos los alumnos y alumnas, ¿Por qué Flitwick lo tuvo que obligar a bailar a él?

Si eso no fuera poco también debería de preocuparse por obtener una pareja y no podía ni imaginar las burlas de sus primos y amigos una vez se enterarán de lo que acababa de pasar.

Era un buen momento para que la tierra se abriera y se lo tragara o incluso, el hecho de una tercera mágica no sonaba tan mal.

Al entrar al salón de defensas contra las artes oscuras los murmullos llamaron su atención, todos parecían leer algo y cuando alzo la mirada a la pizarra se quedó sin palabras.

Rápidamente se acercó para arrancar esos pedazos de pergaminos que estaban colgados por todos lados leyendo el gran título:

La heredera Black-Weasley aprendió de su madre! ¡Le es infiel al búlgaro!"

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¡Hola!

¿Cómo están?

¿Qué les pareció el capítulo?

¿Creen que George Sirius vuelva a ser amigo de JJ?

¿Alguna idea de cuáles serán las parejas para el baile?

Bueno, nos leemos, lovu♥

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