Veintitrés.
Tomó su mochila colgándosela al hombro para seguir a la morena que ya había salido del salón, solo entro a la tonta clase de Herbología por petición de su amiga.
—¿Ya invitaste a alguien al baile?
Cuestiono la más baja al sentir que Moldovan ya caminaba a su lado.
—Ni si quiera sé si vaya —se encogió de hombros restándole importancia—, no es como que me interese mucho ir, ya sabes, los lugares llenos de gente no me gustan tanto... ¿y tú? ¿Aceptaste a alguien?
Valentía arrugo el ceño y soltó un suspiro.
—Oye...Lorenzo...
— Si me quieres invitar al baile de una vez te digo que la respuesta es no.
—No...no era eso, tonto —se quejó acomodándose el gorro sobre las rastas tratando de que su cuerpo se acoplara a esa baja temperatura, ya que el barco era mucho más cálido que ese gran castillo—...solo que... ¿Qué opinas que una mujer invite a un chico al baile?
—Pues...está bien ¿no? —arrugo las frondosas cejas—... no veo nada de malo en eso... ¿o a qué te refieres?
—Quiero invitar a alguien —jugo con los dedos cubiertos por guantes, el castaño la tomo del brazo ya que todo el suelo estaba lleno de nieve y no quería terminar en el suelo—...solo que temo que se lo tome a mal...
—No veo porque se lo tomaría a mal, al menos yo no lo haría —Se detuvieron en el gran jardín, podían observar a distintos estudiantes pasar de un lado a otro y como varios parecían ponerse de acuerdo para el baile—, es algo extraño que la chica lo haga, pero si quieres ir con él, deberías de tomar al dragón por las alas —le palmeo el hombro brindándole animo—, vamos has curado dragones heridos, invitar un chico es pan comido para ti.
—Espero tengas razón.
—Veras que sí.
Val le sonrió y volvió al carruaje ya que él decidió quedarse unos minutos más a recorrer los jardines, Lorenzo disfrutaba de la soledad y tranquilidad, era una buena forma de relajarse más porque casi no podía platicar con su mejor amigo: Deyan Granger-Krum sin ser el centro de atención.
Nunca entendería como es que a Deyan le gustaba siempre ser el centro de atención estuviera donde estuviera, aunque últimamente no lo entendía para nada.
Eran mejores amigos desde el primer año, pero ahora era como si fuera otra persona especialmente con la azabache.
Lorenzo aun recordaba las veces que le llegaban cartas y Deyan se emocionaba al saber que eran de la menor de los Black-Weasley, le contaba todo respecto a ella, cuanto le gustaba y que estaba seguro que una vez que fueran mayores de edad y tuviera un trabajo estable como jugador de Quidditch profesional le propondría matrimonio, aunque a inicios de ese año todo cambio.
Era otro Deyan, a veces incluso parecía molesto cuando tenía que escribirle alguna carta o cuando en vacaciones ella lo iba a visitar a Bulgaria, varias veces le dijo que estaba mal que la tratara como lo hizo en el partido de Quidditch de Bulgaria Vs. Alemania.
Evidentemente su mejor amigo poco le hizo caso, había algo que le causaba mala espina, no hablaba mucho de eso, pero no le gustaba lo cercanos que eran últimamente Stella y Deyan, si bien eran mejores amigos desde niños, últimamente hacían todo juntos, y no lograba explicar el enorme odio de Domerling por Anired, que era agradable, todo lo contrario, a la castaña.
Sus pensamientos se detuvieron al reconocer cierta silueta femenina.
No evito sonreír débilmente al notar que no fue expulsada como la mayoría de los rumores decían.
Siempre noto que estaba rodeada de gente y parecía tener muchos amigos y amigas, en cambio esos momentos se encontraba completamente sola.
Soledad, una palabra que muchas veces escucho, pero que nunca experimento, de una u otra forma siempre estaba rodead de gente, pero en esos últimos días era como si su vida se hubiera ido lentamente a la mierda.
Estuvo suspendida por tres semanas del colegio y castigada en su casa sin ningún aparato electrónico ni salidas a ningún lado, y también le habían prohibido que volviera a tener contacto con algún miembro de la familia Black-Weasley.
Sus padres no lo decían, pero podía distinguir el reflejo de decepción en sus ojos cada que la veían, a esas alturas sentía demasiada culpa y decepción de sí misma.
Por sus caprichos tuvo que pagar un precio demasiado alto.
Perder la amistad y todo lo relacionado a George Sirius Black-Weasley.
De todas las consecuencias posibles nunca paso por su cabeza eso, creyó que todo saldría como deseaba y se veía como novia del pelirrojo, y ahora nadie le dirigía la palabra, desde que llego sus compañeras de habitación le aplicaron la ley del hielo, evidentemente todo el colegio y los visitantes se enteraron de lo que hizo, a sus espaldas escucho como la llamaban: "perra traicionera", "traidora" entre más insultos demasiado fuertes.
Se arrepentía de haber hecho eso, debido de haber pensado más antes de actuar, pero las palabras de Hannah parecían tan reales cuando se las dijo, que no habría ninguna mala consecuencia.
—Con esa cara parece que te están torturando para volver al colegio.
Giro sobre sus talones topándose con unos ojos de tonalidades verdes que la veían fijamente, los orbes eran enmarcados por unas frondosas cejas dándole un aire mayor de misterio.
—No es como que sea muy agradable volver, todos parecen odiarme.
Lorenzo se encogió de hombros asintiendo.
—No lo puedo negar, la mayoría esperaba que no regresaras a Hogwarts —hizo una pequeña lanzándole una mala mirada a dos chicas de Beauxbatons que pasaron a lado de ellos cotilleando sobre la morena, ellas al notar al rumano se alejaron de inmediato—, algunos llegaron a decir que terminarías en Azkaban.
Alyssa soltó un suspiro de cansancio, todos parecían conocer cada uno de los hechos que pasaron ese maldito día, desearía tener un gira tiempo para evitar todo eso.
—Casi termino en Azkaban —confeso Alyssa, a esas alturas poco le importaba tratar de cambiar la versión de los hechos—, si no hubiera sido por Regulus me habrían demandado por intento de asesinato u homicidio, no estoy segura que cargo sería.
—Es que si...se llegó a rumorear que el campeón de Hogwarts tal vez nunca despertaría...no sé quién comenzó a esparcir el rumor, pero poco a poco nos fuimos enterando de los hechos.
—Son cosas que llaman demasiado la atención.
Moldovan se sentía algo impaciente y molesto al ver la expresión de la chica, parecía demasiado herida y no era para menos, la estaban tratando como si fuera una prófuga de Azkaban o si tuviera viruela de Dragón.
Si bien lo que hizo fue algo muy malo, estaba seguro que todo fue culpa de Hannah MoongBlaxott-Blyley, si algo sabia es que esa rubia era una bruja manipuladora, siempre lograba que todos hicieran lo que ella quería, como si supiera de qué manera usar a las personas, por eso trato de advertirle a la Jordan-Johnson, quería evitar que algo como eso pasara, lamentablemente ella no le hizo caso.
Lorenzo decidió desviar la conversación, tal vez cambiando el tema ella quitaría esa expresión.
—¿Iras al baile?
Cuestiono el castaño rascándose la nariz, JJ negó.
—McGonagall como parte de mi castigo me prohibió ir al baile —sonrió amargamente—, aparte, que todos me odian, dudo que para pasado mañana se les olvide todo lo que paso.
—No es justo que no vayas —frunció las cejas con molestia—, está bien que quizá fue demasiado malo lo que hiciste, pero por lo que se el Black-Weasley pelirrojo una vez dejo inconsciente a alguien a puro golpe y no lo castigaron de la misma manera que a ti.
Al hablar con enojo se notaba más marcado su acento.
—Fue distinto, ya que fue provocado y tiene problemas de ira —sin darse cuenta se le salió algo que solo lo sabían los más cercanos a George Sirius y algunos profesores, se quedó en silencio uno segundos en lo que procesaba lo que acaba de decir, sin darse cuenta que cierta chica paso a lado de ellos escuchando la conversación—... ¡Olvida lo último que te dije!
—¿Tiene problemas de ira?
Cuestiono, Deyan le había hablado de los hermanos Black-Weasley, sabía que el azabache era disléxico, pero de George Suris solo que era alguien demasiado explosivo, nunca creyó que llegara a tener problemas de ira.
—¡No escuchaste, nada! ¡Me tengo que ir!
Aferro la mochila a su hombro, Lorenzo solo un suspiro y asintió, no sabía qué hacer para detenerla por más tiempo.
—Nos vemos, Alyssa.
—JJ—él enarco la ceja con curiosidad—, no me gusta mi nombre, llámame JJ...hasta luego, Lorenzo.
Él solo sonrió viéndola alejarse a toda velocidad.
Alyssa se regañaba por haber dicho lo de los problemas de ira de George Sirius, sabía que todos evitaban de hablar de eso, ya que al pelirrojo no le gustaba que lo vieran como un bicho raro, solo esperaba que Lorenzo no dijera nada.
Camino por los jardines y a unos metros reconoció a aquella chica que según era su amiga.
Se sentía demasiado molesta con ella, si Hannah no le hubiera mencionado nada sobre la Amortentia y la receta de galletas nada habría pasado.
Sus pies parecían moverse por sí solos y se acercó a ella que se reía con una castaña de forma escandalosa.
—¡Hannah!
La llamo, la rubia la vio de arriba abajo con una extraña expresión para después sonreír.
—Hola, JJ...
—¡Dijiste que no habría ningún efecto secundario! —acuso de inmediato, Hannah pasaba los dedos entre uno de los mechones de cabello mientras Stella se burlaba de la actitud de la morena— ¡Me dijiste que todo saldría bien!
Hannah se encogió de hombros soltando un bostezo.
—No fue mi culpa que ni siquiera pudieras hacer algo bien...tan simple como darle las galletas al pelirrojo.
El enojo en Alyssa crecía aún más al ver a Hannah, ya no había ningún rastro de la chica amable que la escucho en el baño o la misma chica que la ayudo a hacer las galletas.
—¡Tú me ofreciste la Amortentia, tú me dijiste como hacer las galletas! ¡Si no hubiera sido por ti no lo habría hecho!
JJ saco la varita, la ira la estaba cegando y solo quería que ella y su amiga borraran esa estúpida sonrisa.
Hannah chasqueo la lengua negando varias veces.
—Yo no te obligue a hacer nada—no parecía para nada asustada con la varita frente a ella —, solo te ofrecí una alternativa, que no pensaras en las consecuencias no es mi culpa.
—¡Me dijiste que no habría ninguna consecuencia!
Los ojos oscuros de Hannah brillaron por unos segundos y espesas lagrimas comenzaron a adornarle las mejillas.
—¡Alyssa, yo no hice nada! —grito llamando la atención y actuando completamente asustada— ¡Yo solo quise ser tu amiga!
Stella también cambio la expresión en su rostro borrando cualquier rastro de burla por uno lleno de preocupación.
—¡JJ, baja eso! —pidió Stella—. Ninguna de nosotras te hicimos nada...
Alyssa no entendía para nada esos cambios de actitud, hasta que unos pasos y una voz masculina se hizo presente.
—¿Qué haces, Alyssa?
Giro suavemente sin bajar la varita topándose con unos ojos grises que lo veían con confusión.
—Regulus...
Murmuro reconociendo al azabache y por si eso no fuera poco, el mellizo mayor se hizo presente.
—¿No te basto con casi matar a mi hermano? —cuestiono de manera seria, lo vio a los ojos y no había ningún rastro de amabilidad, sino algo que podría describir como odio hacia ella, esa clase de mirada que les lanzaba a Pucey y Flint—... ahora también tienes que amenazar a ella dos... ¿Qué demonios es lo que quieres, Alyssa?
La forma en la que dijo su nombre la hizo sentir un vacío en el pecho, se notaba cuanto la odiaba y para él parecía ser una completa desconocida.
Regulus se acercó a Hannah revisando que estuviera bien sin apartar la mirada de lo que sucedía entre su hermano y ex mejor amiga.
—George...ella fue la que me dio la am...
—¡Cierra la boca, Alyssa! ¿A cuántas personas más quieres dañar? —paso la mano entre su cabello—... ¿Qué demonios quieres? ¿Piensas dañar a todas las personas con las que me he relacionado?
—¡No es eso! ¡Ella solo se hace la víctima, George, tienes que escucharme!
Él puso los ojos en blanco, negando.
—No, desde que mi hermano casi muere por tu culpa, yo no tengo nada que escuchar que provenga de ti —cada palabra era como una filosa daga apuñalando una y otra vez el roto corazón de JJ—...te lo dije ese día, no te quiero cerca de mi o de mis hermanos...para mí tú estás muerta, así que desaparécete y mantente lejos de las personas con las que hablo.
Paso a lado de la morena ignorando como ella lloraba, y se acercó a su hermano y la rubia que tenía la misma expresión de terror en el rostro.
—¿Estas bien, Hannah?
Cuestiono, Regulus frunció el ceño ante la preocupación de su hermano y aún más al ver como la rubia le sonreía, se mordió el interior de la mejilla tratando de controlarse antes de decir cualquier estupidez.
—Si...gracias a los dos por intervenir —se limpió las pequeñas lagrimas que aun adornaban las largas pestañas, Stella le lanzo un guiño al ver como JJ se alejaba aun llorando—...no sé porque actúa de esa manera, se suponía que éramos amigas y ahora parece odiarme, incluso me culpa cuando yo no hice nada.
George no negaría que se sentía tan mal ante esa situación, pero el enojo y odio que sentía contra Alyssa Jordan-Johnson era mucho más fuerte.
—Te prometo que no lo volverá a hacer —murmuro Regulus con una sonrisa de esas que podría animar a cualquiera—, hablare con ella.
—No —sentencio George Sirius de manera seria llamando la atención—, no hablaras con ella, Regulus, mantente al margen de la situación.
El azabache frunció el ceño, el pelirrojo no dijo más para darse la vuelta y alejarse, en su caminar se podía notar lo enojado que estaba.
Hannah maldijo por dentro al darse cuenta que George Sirius seguía siendo igual de evasivo que siempre, creyó que se preocuparía un poco más y trataría de consolarlo.
—George por lo regular suele ser algo duro, y a veces ni siquiera se despide —explico Regulus—, supongo que en estos momentos se encuentra de mal humor.
—Me imagino que con todo esto no ira al baile.
La rubia estaba más que segura que no iría al baile, ya que había visto como rechazaba algunas chicas y ni siquiera supo a quien le dio esas estúpidas flores que llevaba la otra vez.
—¿Qué? no, no, George si va a ir al baite...
Hannah evito poner los ojos en blanco al escuchar cómo se confundían, le estresaba que Regulus se equivocara tanto al hablar.
—¿Ah, ¿sí? ¿Con quién? Pensé que no había aceptado ninguna invitación.
—Es que no acepto ninguna invitación —el más alto se rasco la nuca—, mi hermano invito a Amalie, la campeona de Beauxbatons...
Hannah permaneció en silencio por varios segundos procesando lo que dijo el Black-Weasley y comenzó a sentirse extremadamente molesta al saber eso.
¿Qué tenía esa estúpida rubia y por qué George Sirius parecía ser tan unido con ella?
—Cielo —llamo con una pequeña sonrisa y le beso la mejilla—, tengo que volver al barco, ya que hare una tarea con Stella, nos vemos después ¿sí?
Regulus hizo un mohín y soltó un suspiro asintiendo.
—Sí, nos vemos después...
Hannah le sonrió para alejarse e ir por la castaña que la esperaba a unos metros, Stella reconoció el enojo de la rubia en el rostro.
—Pareces demasiado molesta.
Murmuro caminando hacia el castillo.
—El idiota de George Sirius invito a la rubia tonta.
Chillo llena de ira.
—¿D'Acanto?
—Si esa tonta —apretó los puños, pero de repente una idea paso por su cabeza—¿Quieres ayudarme en algo?
—Depende... ¿nos pueden castigar por eso?
—Muy probablemente si madame Dubois se entera que nos metimos a su carruaje.
Stella comprendió esa sonrisa en el rostro de Hannah, sabía muy bien de lo que ella era capaz, nunca le había molestado eso, al fin de cuentas eran mejores amigas y siempre se apoyaban en todo.
—¿Qué planeas, Hann?
Hannah la vio con una expresión de maldad y travesura.
—Si ella no tiene vestido, no podrá ir al baile ¿o, ¿sí?
—Definitivamente no.
Las dos intercambiaron una mirada entrando de inmediato al barco ideando como colarse al carruaje de Beauxbatons, aprovechando que la mayoría estaba en clases en el gran castillo.
⚜⚜⚜
—Si sigues frunciendo el ceño de esa manera te saldrán arrugas.
Riño Alexander picándole la frente a la azabache que seguía igual de molesta que hace unos minutos.
—Tiene razón en estar molesta —Zed tenía los brazos cruzados sobre el pecho—, Deyan no debería de enojarse porque Anired no quiere usar un vestido dorado, que en mi opinión es un color.
Comento con asco, al parecer había heredado el odio al color dorado de su madre: Lyssane Delacour.
—¡Y no solo es eso, escuche que Stella también usara un vestido dorado! —gruño dejando caer el lápiz sobre el pergamino— ¡No puede esperar que utilice el mismo color que ella, aparte el vestido lo entregan mañana y pasado es el baile! ¡No puedo conseguir otro!
—Independientemente de eso, no es justo que Deyan te diga que usar, solo porque ya tiene el traje y trae accesorios dorados, debió de preguntarte antes si irían a juego—respondió Alexander, la pareja compartía el enojo de la Black-Weasley—, y mucho menos debe de decidir cómo te vistes, no cambies nada y ves con el vestido que ya tenían planeado, literal, desde que supimos sobre el baile tú y Zed se la pasaron viendo lo del vestido.
—Zed lo diseño todo para mí —murmuro sobándose la cien—, yo solo escogí el color, y no, no lo pienso cambiar en absoluto.
—Deyan es tan estúpido.
Murmuro Zed para que solo escuchara Alexander, cada día toleraban menos al búlgaro.
Los tres se distrajeron cuando la lechuza de plumaje azul se detuvo en la mesa, todos de inmediato supieron por quien venía.
—¿Sigues sin saber quién es?
Cuestiono Alexander, viendo como Anired tomaba la pequeña caja que llevaba el ave, ya eran varias veces que recibía pequeñas notas y detalles como postres, plumones, lapiceros con figuras, joyería demasiado bonita e incluso diversos calico critters que eran pequeños muñecos con forma de animales, que la azabache coleccionaba desde hace años, algo que solo sus amigos más cercanos sabían ya que no quería que los demás se burlaran de ella por ser infantil.
Le extrañaba demasiado que la persona que le mandaba todo eso supiera tanto de ella, y no lo negaría las notas que le escribía siempre la hacían sonreír y sentirse feliz.
—No tengo ni idea —suspiro tomando la caja y acariciando el plumaje de la lechuza que se acicalaba contra su mano—...me gustaría saber quién es.
—¿Dejarías a Deyan por esa persona? —cuestiono Zed viendo la caja con curiosidad, Anired le lanzo una mala mirada—...solo era una opción.
Anired le extendió un pedazo de panque al ave para abrir la carta y soltar un pequeño gritito de emoción.
—¿Ahora que tienes?
Cuestionaron los varones y soltaron una pequeña risa al ver el calico cráter con forma de un pequeño gato cubierto con una sábana dando a la idea que estaba disfrazado de fantasma.
—Con este a completo la colección del especial de Halloween—respondió sin dejar de sonreír—, mis papás, Mon y Louis la estuvieron buscando, pero estaba agotada, solo había en Alemania y Bulgaria, pero era por medio de pedido...
—Quien sea esa persona...realmente pone atención en todo lo que dices —Alex vio la figurilla—, pero me extraña, nadie sabe que los coleccionas, es extraño...
—Demasiado extraño —Zed se quedó durante unos segundos pensando—...al menos...que sea amigo de alguien que te conoce demasiado bien.
—¿Algún amigo de Reg o George?
Cuestiono Anired tomando la pequeña nota para leerla:
"Él no quiere que seas real, que pienses y vivas.
Él no te quiere. Pero yo sí. Quiero que tengas tus propios pensamientos, ideas y sentimientos.
Incluso cuando te abrazo."
No podía evitar sonreír, será como si corazón se volviera a sentir vivo, siempre que tenía un mal día o algo malo pasaba, esa persona lograba animarla a través de unas palabras escritas en un papel.
Sabía muy bien de quien hablaba, pero cierta parte de ella se aferraba a creer que solo era una etapa en una relación ya que no tenía experiencia alguna.
—¿Damián Nott? Está enamorado de Anired.
Sugirió el peli plata viendo fijamente a la lechuza que terminaba con el panque.
—No, él se lo daría de frente...tal vez no amigo de los impostores, quizás de Freddos o Stef...aunque Stefan no contaría tan fácilmente algo como la colección secreta de Anired.
—Pregúntale quien es —sugirió Zed atrapando a la lechuza de plumaje azul—, escríbele una nota y mándasela con esta cosa azul.
—Te va a picar—advirtió Alex que corto un pedazo de pergamino extendiéndoselo a la azabache—, pero es buena idea.
Anired lo pensó por unos segundos, pero al final de cuentas acepto esa idea, la curiosidad de saber de quién se trata era demasiado grande, tomo una pluma y rápidamente escribió en el pedazo de pergamino.
"¿Quién eres?"
Se podía leer, formo un pequeño rollito y con un movimiento de varita lo amarro.
—Perdón por tratarte así —murmuro hacia la lechuza que ululó—, pero...necesito que lleves esto hasta tu dueño, por favor.
El Weasley soltó al ave, la cual emprendió vuelo y justo cuando paso sobre él sintió algo caliente en el cabello, los dos Slytherin no pudieron contener la risa al ver la popo de pájaro en la cabeza del rubio.
—Maldito pajarraco...
Murmuro el más alto, Alex entre risas se levantó sacando un pañuelo de la mochila y lo ayudo a limpiarse.
—¿Irán juntos al baile?
Cuestiono Anired, recargando la barbilla en la palma de su mano viéndolos con una pequeña sonrisa, se alegraba mucho por verlos juntos y felices, con tan solo ver esas miradas y sonrisas tímidas podía notar el cariño que se tenían.
Soltó un suspiro silencioso, deseando que ella y Deyan volvieran a ser así, cuando solo eran unos niños que se tomaban de las manos tímidamente.
—No.... Bueno, si...pero no —respondió Zed de manera nerviosa sin saber explicarse—...yo...invite a Zoe—se rasco el cabello de la nuca—, estaré un rato con ella y luego veré a Alex, ya sabes...para que nadie sospeche.
El peli plata arrugo el rostro por esa respuesta, ya que sabía que Zoe Scamander, la mejor amiga y compañera de cuarto de Anired, tenía un crush con Zed e incluso se le declaro cuando iban en tercer grado, así que no le agradaba la idea de que fueran juntos.
—Zoe es divertida y linda...supongo que no le molestara que Alexander se les una durante la noche —acomodo los plumones que tenía sobre el escritorio—... ¿Tú iras con alguien, Rex?
—No tanto así —se rasco la barbilla—, acompañare a Sasha durante la primera parte del baile y luego ella se ira con alguien más.
—¿Sasha? ¿La lesbiana que encerró a Anired en el baño en primer año?
Cuestiono Zed viéndolo de mala forma.
—Ya se disculpó por eso —murmuro la Black-Weasley con las mejillas rojas—...y pensar que casi tengo mi primer beso en el baño con una niña que me encerró.
—Al menos mi hermano te salvo.
Alexander conservaba la esperanza de que tarde o temprano Anired y Scorpius se volvieran novios, le gustaba creer que en el futuro ellos se casarían y él sería uno de los padrinos.
—Si —Anired llevo la mano hasta el pequeño dije con forma de una espada con una serpiente enrollándola, que adornaba su cuello, un collar que el Malfoy mayor le regalo y nunca se lo quitaba—, Scorpius siempre está para salvarme.
—Teniendo tantas opciones y sigues con la peor —murmuro Zed lo suficiente audible para que solo Alex lo escuchara, este asintió dándole la razón a sus palabras— ¿Por qué iras con Sasha? Crei que no le gustaban...los varones.
—Plan con maña, celoso —le lanzo un guiño a su novio ganando que se pusiera rojo—...solo estaremos juntos un rato y luego ella se ira con su novia, así nadie sospecha de ninguno de los dos.
—No estoy celoso —murmuro Zed haciendo un mohín—, solo fue algo de curiosidad.
—Lo que digas —el Malfoy sonrió al ver la lechuza regresar de nuevo—...vaya, eso quiere decir que está cerca de aquí, respondió demasiado rápido.
Zed atrapo de nuevo a la lechuza ofreciéndole más pan para que se quedara quieta, Anired tomo el pedazo de hoja y leyó en voz alta:
—"No esperaba que algún día respondieras esas cartas, me había hecho a la idea de nunca admirar tu letra, que por cierto es tan hermosa como tú—las mejillas de Nired se volvieron rojas, Alex y Zed soltaron unas pequeñas burlas—, espero te haya gustado todo lo que te he mandado. Sobre tu respuesta: puedo ser quien tú desees que sea, Anired Georanne. Pd. La lechuza se llama: Barlow"
—Uy, puede ser quien tu desees —se burló Zed—, pídele que sea Chris Evans.
—Eres tonto— Alex le enseño la lengua viendo a Anired — ¿Vas a volverle a responder o la dejamos ir?
—Voy...
Anired corto otro pedazo de pergamino escribiendo rápidamente:
"Gracias por todos los regalos y las cartas...son lindas, pero la curiosidad me carcome y esa respuesta no me satisface, así que lo vuelvo a preguntar.: ¿Quién eres?"
Realizo el mismo procedimiento que hace unos minutos y Zed la volvió a soltar, agradeciendo que esa vez la paloma no le cagara de nuevo el cabello.
—Bueno —Alexander se puso de pie guardando sus cosas—, quede de ir a ver a mi hermano, hoy mamá y papá mandarían nuestros trajes así que tengo que ir a medírmelo, nos vemos mañana.
—Hasta mañana, Rex.
Anired le deseo buenas noches, pues pasaban de las ocho.
—Nos vemos mañana.
Zed también se puso de pie y Anired desvió la mirada a sus apuntes.
La pareja sintiéndose en más privacidad se abrazaron.
—Descansa, y no te metas en problemas con Nired.
—Lo prometo.
Zed se distancio un poco y choco los labios en contra del más bajo, Alex de inmediato respondo el beso con una sonrisa, le gustaba demasiado ese sentimiento que solo provocaba el Weasley.
Estuvieron besándose por algunos segundos más y se dieron un último corto beso para que él Malfoy saliera de la biblioteca que ya se encontraba completamente vacía.
—Estaba pensando en algo —comento Zed sentándose frente a su prima.
—¿En cómo será tu boda con Alex?
—Sí, pero otra cosa más —recargo la barbilla en el escritorio viendo a Anired fijamente—... ¿No quieres saber cuál será el vestido de Stella?
Anired dejo de leer para verlo con la ceja enarcada,
—¿Cuál es el plan?
Zed sonrió para guardar sus cosas y Anired lo imito.
—Albus le robo la capa de invisibilidad a James—explico rápidamente—, la mayoría de alumnos ya están en sus habitaciones y no dudo que lo mismo sea en el barco de Durmstrang...
—¿Colarnos al barco?
Zed asintió y los ojos de la menor se iluminaron, ambos se pusieron de pie y salieron corriendo de ahí yendo a la sala común de Hufflepuff donde seguramente encontrarían al Potter menor.
[...]
—Nos van a castigar.
Hablo el azabache con voz preocupada extendiendo la capa de invisibilidad a los dos mayores, mientras se preguntaba internamente como fue que esos dos lo convencieron de ayudar en eso.
—Vamos, Albus...no pasará nada, si nadie nos ve —comento la Black-Weasley con una pequeña sonrisa que provoco el sonrojo de Albus, ella entro bajo la capa—, será súper rápido.
—Nired tiene razón—Zed se acomodó a lado del azabache, dejando en medio al Potter—, solo entraremos y veremos el vestido de Stella, con la misma volvemos.
Albus soltó un suspiro y asintió, los tres primos comenzaron a caminar, aunque Zed tenía que encorvarse y agacharse demasiado debido a la diferencia de estaturas
Vigilaron el barco de Durmstrang hasta que un alumno dejo la puerta abierta, aprovecharon ese momento para entrar, tuvieron que caminar con mucho cuidado evitando chocar a los demás alumnos, ya que, si los descubrían, Lyubomir los podría castigar de una u otra manera.
Pasaron el pequeño salón y Zed tuvo que sostener a Albus cuando casi tropieza con sus propios pies, Anired se tapó la boca evitando exclamar algunas malas palabras lo suficiente audible para ser descubiertos.
Recorrieron varias habitaciones, en unas Zed y Anired querían quedarse un poco más al ver a los tonificados búlgaros hacer ejercicio, el rubio tuvo que recobrar la compostura al recordar que iban con el Potter menor y lo podría descubrir.
Cuando por fin encontraron la habitación que tanto ansiaban entraron de manera silenciosa, agradecían que al parecer los alumnos de Durmstrang no tenían la manía de cerrar la puerta.
Se recargaron de la pared junto a la puerta, Zed le hacía señas a Albus para que se quedará quiero, la azabache se pegó al pecho del Weasley ocupando un espacio más chico y poder escuchar la conversación de Hannah y Stella.
—Me gusta ese color —comento Hannah viendo el vestido dorado—...resaltaras mucho más que ella, tú si parecerás la novia de Deyan, no como esa mocosa...
Zed tuvo que sostener a la Black-Weasley antes de que atacará a la castaña.
—Lo sé, ella sigue con ese cuerpo de niña, nunca resaltaría un vestido como este —los ojos de Stella se detuvieron frente al de color negro y sonrió—...fue demasiado fácil conseguirlo.
—Sí, la chica de Beauxbatons debería de ser más cuidadosa —soltó una pequeña risita burlona—...dudo que a estas alturas pueda conseguir otro, en todos lados están agotados y... no va a saber dónde conseguir uno en el mundo muggle, aparte que se me verá mucho mejor a mí que a ella.
—Serás la única que se vea bien en la fila de los tres competidores —alabo Stella acariciando la tela del vestido—...puedes aprovechar que seguramente George Sirius estará solo.
Anired y Zed intercambiaron miradas reconociendo el vestido negro, Amalie se los había enseñado el día que le llegó por medio de lechuza, al parecer Hannah y Stella estaban demasiado empeñadas en arruinarle el baile a D'Acanto.
Estuvieron unos minutos más hasta que ambas amigas fueron por sus pijamas, por más que quisieran no podrían recuperar el vestido de Amalie sin ser descubierto, incluso a Anired dejo de importarle el vestido de Stella al darse cuenta que seguramente la rubia que si le agradaba no podría asistir al baile sin un vestido.
Salieron de la habitación con sumo cuidado, al menos ya nadie estaba en la entrada ni en la sala de estar así que fue mucho más fácil salir.
Una vez que estuvieron a fuera se quitaron la capa de invisibilidad, Anired comenzó a caminar dando vueltas.
—No entiendo nada.
Comento Albus viéndolos.
—No hay mucho que entender, Albus, solo que dos tontas se robaron el vestido de la campeona de Beauxbatons —explico Zed de manera seria—, al mano no nos topamos a tu tonto noviecito.
—En la noche tenia entrenamiento con el equipo de Quidditch, le pidieron a la directora el campo para entrenar —explico—...tenemos que decirle a Lie...tal vez pueda conseguir algún vestido...
—¿Cómo vamos a verla? Todos ya están en sus habitaciones...
—Vamos al carruaje, encontrare una forma de entrar o de que alguien le hable.
Albus que no entendía nada siguió a los dos que caminaban rápidamente evitando hundirse en la nieve, sin duda que algunas veces sus primos eran demasiado extraños.
Por primera vez, Anired se sintió feliz de ver a cierto varón que estaba fumando a unos metros del carruaje, al parecer ese día el universo estaba a su favor, ella comenzó a trotar para llegar frente a él, Zed y Albus la siguieron de inmediato.
—¡Max Steel!
El rubio volteo a verla al escucharla y tuvo que lanzar el cigarrillo lejos y casi se ahoga al contener el humo para expulsarlo al otro lado evitando que le diera de lleno en la cara.
—Maldita sea, Mein herz, no hagas eso cuando estoy fumando casi te tiro todo el humo en la cara —riño viéndola con curiosidad—, sé que soy demasiado guapo, pero nunca crei que vinieras tan emocionada a verme... ¿Vienes a invitarme al baile? Déjame y te digo que no soy tan fácil, si no me traes rosas no acepto.
Anired rodeo los ojos tratando de mantener la calma, ya estaba dejando una gran parte de su orgullo al estar a punto de pedirle un favor a ese tonto.
—Maxence...necesito...que me hagas un favor...
—¿Un favor? —Max sonrió viéndola con curiosidad—¿Qué clase de favor, tabla de planchar?
Zed aguanto la risa ante esos apodos que eran muy estúpidos, no entendía para nada la relación que tenían entre ellos, pero sabía que si a Anired no le agradara no estaría hablándole.
—Necesito...que me lleves a donde está tu hermana.
—¿Quieres ver a mi hermana? —la sorpresa y molestia se hizo presente en su voz, no entendía porque la menor quería ver a su gemela y no a él— ¿Para qué? ¿Te gusta o qué?
—Sí, de hecho, la amo y pienso pedir su mano en matrimonio —respondió llena de sarcasmo—...solo necesito hablar con ella...por favor, háblale.
Maxence parecía pensarlo, Zed decidió intervenir.
—Si lo haces te pagaremos.
El rubio alzo las cejas y sonrió traviesamente al escuchar eso.
—¿Cuánto me pagaran?
Anired y Zed intercambiaron una mirada y sonrieron.
—Te daremos cinco galeones si haces que podamos hablar con ella.
—Mmh...solo puedo llevar a uno para que hablen con ella —mintió, realmente podría solo decirle a Amalie que saliera, pero no desaprovecharía esa oportunidad—, preferiría que fuera Nugget, ya que ella podrá pasar a los dormitorios de las chicas, y sobre el pago —vio a la azabache frente a él con intensidad—, sobre mi pago...lo arreglaremos una vez que hables con Lie, para que no piensen que no lo hare.
Zed no parecía de acuerdo con la idea, ya que no le agradaba demasiado dejar a su prima sola con ese rubio que apenas y conocía.
—De acuerdo.
Anired se acercó a su primo.
—Te espero en la entrada del carruaje, si no te apuras no te ayudare, solo tienes dos minutos.
Agrego Max alejándose de los tres menores.
—¿Confías en él? —cuestión Zed—...no me agrada la idea de dejarte a solas con él y más que entres a ese carruaje.
—Scorpius es su amigo —murmuro y recordó la vez que la ayudo cuando Stella le vacío la malteada encima, tal vez confiaba un poco en él—, estaré bien ¿sí?
—Te esperaremos aquí.
La azabache negó.
—Vuelvan al castillo, si se dan cuenta que están afuera los castigaran.
—Si no regresas en menos de una hora, le diré a Louis que entraste al carruaje con ese para que venga a buscarte ¿entendió?
—Estaré bien.
Anired le sonrió y se despidió de ellos para ir al carruaje, donde Maxence aun la esperaba, él al verla le hizo una seña para que lo siguiera.
—No esperaras que entremos por la puerta principal, se supone que debo de estar adentro.
—¿Entonces por dónde?
Rodearon el carruaje hasta detenerse en una ventana que estaba medio abierta.
—Sube por aquí —de forma silenciosa la abrió por completo—, te cuidado con la cabeza porque es litera.
Anired asintió, se levantó de puntillas tomando el borde de la ventana, por más que intentaba no lograba subir a la ventana.
Maxence se rio silenciosamente al ver esa escena, por más que ella lo seguía intentando no subía ni un poco.
La menor se estremeció al sentir las grandes manos de Max sobre su cintura.
—Kleiner Hase, si no saltas más alto no lograras subir —murmuro contra su oreja—, no pesas nada.
La alzó con facilidad, Anired sentía las mejillas arderle y se deslizo por la ventana, como dijo él cayo en la cama y se movió hasta lograr salir de la litera cuidando de no golpearse.
El alemán subió con facilidad como siempre lo hacía y la siguió, Anired veía a todos lados tratando de distinguir algo, pero estaba completamente oscuro, iba a hablar cuando él le cubrió la boca.
—Mis compañeros están durmiendo—susurraba—, no hagas mucho ruido que te descubrirán y nos meteremos en problemas.
Anired asintió, él la empujo con suavidad para que caminara sin descubrirle la boca, lograron salir de la habitación sin llamar la atención.
Una vez en el pasillo, Max la soltó y ella observo toda la decoración azul y de cristal luciendo muy elegante.
—¿Te gusta?
—Es lindo...parece tan frágil.
Ambos hablaban en voz baja, Maxence rodeo la pequeña y fina mano de Anired con la suya para caminar por el largo pasillo adornado de algunas imágenes de los viejos directores y pinturas, la mayoría de los retratos ya estaban dormidos así que no presentaron ningún problema.
De nuevo la sensación de comodidad recorrió a la Black-Weasley, el calor corporal de Max le resultaba reconfortarle algo que no lograba encontrarle un por qué.
—¿Te gustan las cosas frágiles?
—Por lo regular lo frágil es lo que más cuidas y lo que más llama la atención —el carruaje por dentro era demasiado grande gracias a los hechizos de ampliación—, pero más allá de eso, me gusta cómo está decorado ya que no pierde la elegancia y a diferencia del castillo de Hogwarts parece más moderno.
—Me gusta el castillo más que el carruaje —comento con simpleza—, siento que tiene demasiada personalidad y una gran historia...
—Sí, la tiene, grandes eventos históricos del mundo mágico han sucedido en Hogwarts, hay muchos libros que cuentan la historia en la biblioteca, aunque ha salido uno más reciente hablando sobre la segunda guerra mágica, creo que aún no lo traen.
—¿Segunda guerra mágica?
Había escuchado poco y nada sobre ese evento en historia de la mágica, pero el profesor Sanders se centraba más en los eventos históricos de Francia tocando superficialmente a cualquier otro país.
—Técnicamente inicio el veinticuatro de junio de mil novecientos noventa y cinco, aunque no fue anunciada oficialmente por el ministerio hasta el diecisiete de junio de mil novecientos noventa y seis, esta abarca todos los conflictos derivados del segundo ascenso al poder de Voldemort, uno de los magos más poderos y peligrosos que el mundo mágico ha presenciado —explico de manera breve, recordando todo lo que había visto en historia de la magia y aquello que le contaron sus familiares que participaron en la guerra mágica—, fue demasiada dura y dejo muchos muertos en combate, tuvo su fin el dos de mayo de mil novecientos noventa y ocho.
Max la miraba fijamente escuchando cada palabra que le decía, le gustaba el tono de voz que usaba en esos momentos, era demasiado relajante y con eso quería saber más de esa segunda guerra mágica, siempre le había gustado la historia y que Anired fuera la que le contara solo aumentaba sus ansias.
—Parece que sabes mucho, me imagino que hay más detalles que conoces ¿no?
—Conozco muchos detalles, son cosas que se cuentan en mi familia —D'Acanto la vio con curiosidad ante ese comentario—, casi toda mi familia participo en ella, creo que solo mi tía Lys y mi tío Jerome no lo hicieron. De ahí en fuera todos tuvieron algo que ver, incluso mi padre casi muere en batalla al igual que mi madre.
—Estuviste a punto de no existir.
Anired sonrió, le resultaba demasiado graciosa la historia de su nacimiento.
—Más de lo que parece —ambos se detuvieron frente dos pequeños escalones — ¿Pasa algo?
—A partí de aquí yo no puedo pasar...tiene un hechizo para que los varones no nos colemos a los dormitorios de las chicas —señalo la tercera puerta a la izquierda—, mi hermana duerme ahí junto con su amiga, sé que solo hay dos chicas por dormitorio así que toca, pero no tan fuerte, si esta despierta te abrirá —le explico soltándole la mano—, tienes menos de diez minutos—observo el reloj en su muñeca—, por lo regular madame Dubois y la profesora Stanley pasan a revisar que todo esté bien a las diez con diez minutos, así que apresúrate, te esperare aquí para volver.
—No tardare nada.
Le dio una última mirada para caminar por el pasillo, volteaba a todos lados esperando que ninguna chica saliera de las otras habitaciones, todo se encontraba en completo silencio solo lograba escuchar sus propias pisadas.
Se detuvo frente a la puerta que le dijo el rubio y toco varias veces tratando de hacer el menor ruido, esperaba que alguien le abriera.
Estuvo alrededor de tres minutos esperando hasta que la puerta se abrió dejando ver a una pelirroja que tenía el cabello en una coleta despeinada y usaba un pijama demasiado afelpado debido al frio que traía el invierno consigo.
—¿Mmh? —murmuro tallándose los ojos, enfoco la mirada reconociendo a la azabache que la veía fijamente— ¿Anired?
La vio y supo que se trataba de Itziar Arwen, sabía que sus hermanos y Freddos no la toleraban y se la pasaban haciéndole bromas, especialmente Regulus, ella trataba de mantenerse neutral y no interceder en nada de eso, aunque no negaría que si la hizo molestar cuando se enteró lo que paso entre ella y Reg y como se sintió su hermano, aun así, la saludaba y algunas veces había platicado con ella cuando se la topaba en los pasillos, tal vez llegaría a llevarse más con ella en un futuro.
—Hola —murmuro con una pequeña sonrisa—...necesito hablar con Lie, por favor.
—¿Paso algo? —le hizo una seña—, pasa, pasa.
Anired entro y Arwen cerró la puerta para hablarle a la rubia que estaba acostada en una de las camas y tapada hasta arriba.
—¡Amalie! —D'Acanto solo soltó un quejido—...párate, te buscan.
—Agh— se quejó ya que faltaba poco para que por fin se quedara completamente dormida, de mala gana se destapo sentados en la cama y viendo a las dos chicas en la habitación— ¿Qué? —reconoció a Anired y por un momento pensó en George Sirius—¿Paso algo malo?
—Anired dice que necesita hablar contigo.
—Hola —la menor la saludo moviendo la mano suavemente—...no tengo mucho tiempo —observo el reloj y le quedaban menos de cinco minutos para salir de ahí—...pero, es extraño y tendrás muchas preguntas, pero necesito que vea si aún tienes el vestido que usaras en el baile donde lo guardaste.
—¿Mi vestido? ¿Qué tiene?
Amalie salió de la cama, respingo cuando piso el frio piso, pero lo ignoro caminando al closet de manera rápida.
—Zed, Albus y yo nos metimos al barco de Durmstrang —trato de explicar de la manera más rápida mientras movía las manos para dar un mayor énfasis—...entramos a la habitación de Stella Domerling y Hannah MoongBlaxott-Blyley...y bueno, Hannah robo tu vestido.
Itziar la vio sin creer lo que decía la menor, Amalie de inmediato abrió el closet y soltó un jadeo notando que solo se encontraba el vestido de su amiga, removió entre la ropa y no había ningún rastro de el.
—¡No está aquí! —Itziar se acercó a ella para buscarlo— ¡Yo lo deje ahí hoy en la mañana que estaba alistando las zapatillas!
—No sé qué planea Hannah, pero no quiere que vayas al baile, por eso lo robo...
—Amalie, tranquilízate —pidió Itziar viendo a su amiga—...tal vez podamos conseguir uno en Hogsmeade...
—Las tiendas de vestidos se encontraban vacías —murmuro Amalie haciéndose el cabello hacia atrás—...y ya no tengo tiempo para conseguir otro...si le pido a mamá que me mande otro no llegara antes del baile ¡Es pasado mañana!
Anired veía la desesperación de la rubia, ella tenía muchos vestidos en su casa, tal vez podría prestarle alguno.
Observo a Amalie y se dio cuenta que era más alta que ella, y dudaba mucho que sus vestidos le quedaran, aunque tal vez si lo llevaban con Madame Malkin ella podría arreglar alguno.
Pero, de pronto una idea paso por su cabeza, sabia donde conseguirían alguno.
—Amalie —llamo acercándose a ella—, cálmate, se dónde conseguir uno.
—¿Qué? ¿Dónde?
—No me queda más tiempo para explicarte donde, pero mañana ve a sortilegios Weasley y dile a Valery que vas de mi parte y que te deje usar la chimenea, ve a la sucursal de Sortilegios Weasley en Londres, te veré ahí a las cinco y media de la tarde ¿de acuerdo?
—No sé si funcione...
—¿Confías en George Sirius? —cuestiono viendo la duda en los ojos azules, ella asintió—, entonces confía en mí, te prometo que te ayudare con eso.
Amalie asintió viendo la decisión en los ojos de la más baja.
—Me tengo que ir, hablaremos mañana.
Fue lo último que dijo para salir corriendo de ahí, solo esperaba no toparse con la profesora o con madame Dubois, recorrió el pasillo rápidamente y distinguió a Max que veía hacia donde ella estaba.
—Kleiner hase —la tomo de la mano nuevamente y comenzó a trotar a los dormitorios de los varones—, acaban de pasar a la biblioteca, te dije que no te tardaras.
—Lo siento...
Murmuro, entraron al dormitorio de Maxence donde se escuchaban los ronquidos de los otros varones que ni siquiera notaron que entraron.
—Saldré primero —Max se subió a la cama seguido de Anired—, ten cuidado al bajar.
Anired miro como salía por la ventana y saltaba de ella, escucho el golpe de los pies contra el piso.
Ella paso las piernas y con cuidado saco el torso viendo hacia afuera, Max le hacía señas para que bajara y ella trago saliva, la altura le aterraba un poco, ya que no quería caerse frente al rubio que seguramente se burlaría.
Tomo aire y dio un brinco sabiendo que tal vez le dolería el golpe en los pies, pero antes de caer al suelo el rubio la sostuvo de la cintura frenando su caída.
—Estas muy enana, Kleiner Hase —murmuro dejándola en el suelo y empujándola hacia el carruaje—...demasiado pequeña.
Anired alzó el rostro y puso las manos contra el pecho del más alto para empujarlo alejándolo de ella, sin embargo, fue en vano ya que le soltó la cintura y la tomó de las manos entrelazando los dedos y pegándolas contra el frío carruaje.
La menor quedó acorralada entre el cuerpo del D'Acanto y el vehículo, no tenía ninguna forma de escapar ya que él la sostenía por las manos evitando que se moviera.
—No empieces de molesto.
Murmuró viéndolo de manera desafiante, él sonrió con burla y un brillo extraño en los ojos.
—Prometiste que me pagarías si te ayudaba a entrar al carruaje
Explico perdiendo la mirada en los pequeños dedos de Anired entre los de él, las uñas con barniz negro le rozaban el dorso ya que ponía un poco de fuerza para moverlo, pero no eran nada comparada a la de él, no negaría que le gustaba ver las manos de la azabache entre las de él al igual que disfrutan de sentir la suavidad de ellas.
—Si no me sueltas no te puedo pagar los cinco galeones que te dije...
Anired sentía el corazón latir desbocadamente al ver cómo se inclinaba deteniendo el rostro frente al de ella, el aroma a cigarro le golpeó la nariz, pero no le resultaba desagradable, todo lo contrario.
—Lo pensé mejor, no quiero que me pagues con galeones.
La voz de Max era más ronca y convincente de lo normal, la Black-Weasley se sentía demasiado extraña como si no pudiera dejar de verlo e incluso un extraño hormigueo en el vientre bajo se hizo presente bajando de manera lenta hacia su entre pierna que comenzaba a sentirse más caliente y húmeda, ya no tenía fuerzas y las piernas le temblaban.
—¿En....entonces?
Tartamudeo un poco debido a los nervios que la recorrían, Maxence no mentiría también se sentía nervioso por esa cercanía podía distinguir las pequeñas pecas que le salpicaban la pálida piel gracias a la tenue luz de la luna que la iluminaba.
Ambas narices se rozaron, Anired se regañaba internamente por no hacer ningún movimiento para alejarlo o insultarlo, era como si cierta parte de ella quisiera que se quedará de esa manera.
—Con un beso —respondió perdiéndose en los oscuros ojos grises—...quiero que me pagues con un beso.
Anired trago saliva de manera audible, la garganta de pronto la tenía extremadamente cerca, Max sonrió aún más.
—¿Un...beso?
—En los labios —contesto sin dejar de verla a los ojos—...arriesgue mi culo para poder meterte y que hablaras con mi hermana, lo mínimo que me merezco es que me des lo que te pido....
—Tengo novio —murmuro con voz baja y las mejillas teñidas de rojo.
—Tu novio me la pela.
Maxence se tomó unos segundos más para observarla y después soltar una pequeña risa al ver la expresión nerviosa de Anired al igual que sus mejillas completamente rojas, tenía el cabello algo despeinado y los labios entre abiertos y levemente rojizos.
Si se acercara unos centímetros más podría darle, aunque fuera un pequeño beso, pero decidió no hacerlo, le gustaba demasiado y si bien adoraba molestarla para llamar su atención no quería hacer algo que la llegara a molestar enserio o hacer sentir mal.
Vio al lado izquierdo escuchando unos pasos y algo en un idioma que no comprendía, pero sabía de cual se trataba: búlgaro.
Anired bajo la mirada para alzarla y verlo con curiosidad cuando apretó sus manos.
—No hagas ruido y quédate detrás de mi espalda —le susurro al odio soltando sus manos—, hablo enserio, Mein Herz.
Le lanzo una mirada que ella no supo interpretar, Maxence se dio la vuelta dejando la espalda frente a Anired y tomo la varita del bolsillo izquierdo de su chaqueta.
Apretó la varita en su mano al reconocer al hombre mayor que lo veía con molestia.
—¿Qué haces aquí? Deberías de estar en el carruaje.
Maxence chasqueo la lengua y sonrió con burla.
—No es como que le interés o ¿sí? Debería de estar al pendiente de sus alumnos y no de los de Beauxbatons.
Lyubomir apretó la mandíbula, no toleraba para nada a ese adolescente que parecía creerse mejor con los demás con esas sonrisas burlonas que siempre le lanzaba.
—Madame Dubois debe de tener mano dura con mocoso como tú...sigo sin entender como recibe a sangres sucias como tú.
Desde que conoció el mundo mágico escucho esa forma tan despectiva con la que los llamaban a su hermana y a él, pero nunca le había molestado tanto como en esos momentos debido a que la azabache tras su espalda estaba escuchando eso.
Anired apretó la chaqueta de Max tratando de controlarse antes de salir y decirle algunas cosas a Asen Lyubomir ya que les había prometido a sus padres que no se metería en problemas con el director por el peligro que presentaba.
—En lugar de preocuparse por eso, debería de tratar de corregir a sus alumnos que son tan asquerosamente molestos —seguía todos los movimientos del adulto evitando por todos los medios que viera a Anired, sabía muy bien que Lyubomir armaría un escándalo si distinguía a la novia de su alumno favorito con él en medio de la noche y en un lugar tan alejado—...aunque teniendo un ejemplo tan pésimo como director no me sorprende.
—Maxence D'Acanto eres una maldita molestia, quiero que te quede en claro que si sigues siendo un estorbo o vuelves a golpear a mis alumnos me encargare de desaparecerte...bueno —sonrió con arrogancia viéndolo de arriba abajo—, siendo sinceros a nadie le importaría tu ausencia.
—Tomaría su advertencia en cuenta, si me importara.
Asen Lyubomir sonrió de manera torcida y decidió alejarse al escuchar algunos pasos algo cerca, prefería evitar tener testigos sobre lo que acababa de advertirle al alemán.
Max lo observo alejarse y cuando estuvo lo suficiente lejos se dio la vuelta de nuevo, Anired soltó de inmediato la chaqueta.
—¿Qué? ¿Estabas asustada, Nugget?
—No me da miedo —respondió evitando verlo a los ojos recordando la insinuación de hace unos minutos—...pero, te acaba de amenazar.
—Como si lo fuera hacer, solo es un idiota con cara de perro buldog.
—¿Golpeaste a sus alumnos?
—¿Eres policía o por qué preguntas?
Alzo la ceja viéndola y buscando sus ojos, Anired lo vio por unos segundos y desvió de inmediato la mirada como un pequeño conejo asustado.
—Ya quítate.
Mascullo haciendo un mohín, él sonrió acariciando con la punta de los dedos un pequeño mechón de cabello oscuro.
—Kleiner Hase, hör auf, so züβ zu sein, bitte.
(Pequeño conejo, deja de ser tan adorable, por favor)
—¡La tuya por si acaso! —se defendió creyendo que era un insulto—...deja de hablar en alemán.
Maxence solo se reía por verla disfrutaba demasiado eso porque era una persona demasiado expresiva, con tan solo verle la cara podía saber si estaba enojada, molesta, triste, feliz o nerviosa.
—Wenn du mit ihr auf Englisch sprichst, würde ich nitch glaube, dass du sie beleidigst.
(Si le hablaras en ingles no creeria que la estas insultando)
Ambos vieron hacia la izquierda distinguiendo a un chico que usaba una bufanda con detalles azules en el cuello a juego con el gorro que le cubría el cabello.
—¡Stefan! —Anired lo vio fijamente— ¿Entendiste lo que dijo?
Maxence maldijo al darse cuenta que uno de los primos de Anired acaba de entender lo que dijo, trataba de que ella no supiera por que la molestaba tanto y ahora todo se podría ir a la mierda tan fácilmente.
—Den mund halten...
(Cierra la boca)
Ordeno Maxence al verse descubierto, no podía intentar amenazarlo físicamente o con la varita porque Anired los veía sin comprender nada de lo que hablaban.
—Warum?
(¿Por qué?)
Stefan trataba de obtener contexto de toda la situación que acababa de presenciar, sabía que su prima y ese rubio siempre se la pasaban discutiendo, sin embargo, nadie había intervenido ya que a pesar de todo él no llegaba a hacerle daño y sabían que si Anired quisiera que alguien interviniera ya se habría quejado.
—Un...erzähl es ihm nicht...
(Solo... no le digas)
Esta vez hablo con un tono de voz más tranquilo, pidiendo internamente que no dijera nada más.
—¡No entiendo nada! ¡Stefan, dime!
Pidió la Black-Weasley acercándose a Denvers.
—Dijo que eres tonta —respondió viéndola con una pequeña sonrisa —...y que pareces una niña pequeña con ese puchero.
Anired vio a Max y le enseño la lengua.
—¡Tú eres tonto, feo! —tomo el brazo del pelirrojo y vio por última vez a Max—...gracias.
Fue lo último que dijo haciendo caminar a su primo, Maxence soltó un suspiro sabiendo que debería de hacer algo para que Stefan Denvers no dijera nada de lo que escucho.
Los dos primos caminaron de vuelta al castillo, la nieve les golpeaba el rostro con fuerza así que apuraron el paso.
—¿Qué hacías fuera del castillo?
Cuestiono Anired con curiosidad.
—Zed y Albus me contaron lo que paso, y vine a buscarte antes de que llamaran a Louis... ¿Estas bien? ¿Él...te hizo algo?
—¿Max? —Stef asintió—...no, no —recordó lo del casi beso, pero decidió no contarle nada de eso al mayor—...solo me ayudo a entrar, y después empezó a molestar...
Stefan comenzó a atar cabos, comprendiendo que era lo que hacía Maxence...molestaba a su prima porque quería llamar su atención, y al parecer ella no tenía ni la menor idea.
Ese alemán era demasiado raro.
—¿Son amigos?
—Conocidos...no sé, a veces es molesto —se detuvo en la puerta del castillo—, aunque cuando se porta normal es...agradable...creo.
—Si te molesta me puedes decir ¿sabes? no lo iré a golpear como lo harían Reg o George, pero puedo tratar de ponerle un alto...
Ofreció Stefan, no le gustaría saber que su prima estaba sufriendo Bull ying o algo parecido.
—No...no me molesta como tal, es raro, porque no dice cosas que me hieran o intenta maltratarme físicamente —analizo todo lo que pasaba entre ellos dos—, en si ambos nos insultamos, pero...cuando es necesario me ayuda...
—¿Te cae bien?
Anired sonrió recordando al rubio.
—No sé, pero estoy bien con eso —vio a su primo— ... gracias por preocuparte.
—Ve a dormir, ya es noche.
—¿No entraras?
Stef negó.
—Entro un rato más, me toca vigilar los alrededores.
—Esta bien, gracias por ir a buscarme.
Anired le beso la mejilla despidiéndose y entro al castillo.
Stefan se sentó en las escalinatas frente a la puerta viendo la nieve caer, soltó un suspiro con algo de aburrimiento ya que Kairo se quedo durmiendo en su habitación por el frio clima pues temía que le hiciera daño.
Se santa demasiado frustrado y decepcionado de si mismo, faltaba un día para el baile y no logro invitar a Valentia, lo intento por todos los medios, pero su timidez era mucho más grande y lo peor es que ese chico de cejas frondosas siempre estaba con la morena haciéndole la tara más difícil.
Se regaño a si mismo por ser tan cobarde, todos sus primos ya tenían pareja para el baile y él sería el único yendo solo, bueno llevaría a Kairo con él y sabia muy bien las burlas que escucharía toda la noche.
¿Por qué era tan difícil invitar a alguien?
Le hubiera gustado ser más valiente y extrovertido para hacerlo, realmente quería ir con ella y nunca logro hacerlo, seguramente Valentia ya tendría pareja, tal vez iría con el castaño y él tendría que verla toda la noche bailar con otro.
Se paso la mano por el rostro sin saber que más hacer, incluso estaba planeando en no asistir y quedarse a dormir como normalmente lo haría, pero sabia que sus primos o incluso Robert lo obligarían a salir del dormitorio.
—Te estuve buscando —alzo la mirada al escuchar esa voz con un marcado acento, tal vez era una señal del mas allá —...chico jengibre, te escondes demasiado bien.
—¿Que...qué haces aquí?
Fue lo primero que logro preguntar sintiendo como la lengua se le trababa.
—Me costo demasiado juntar valor, y falta demasiado poco por lo que no me sorprendería si dices que no —comenzó a explicar, Stefan la veía sin comprender nada—, hoy te estuve buscando, pero fue como si la tierra te hubiera tragado.
—Es...es que fue el último día de clases —murmuro explicándose —... tuve que terminar varios pendientes y ayudar al profesor Flitwick...aparte no sabia que me estabas buscando, porque si lo hubiera sabido habría estado en un lugar más visible —comenzó a balbucear y a hablar demasiado—...no es que quisiera esconderme o algo por el estilo, solo q...
—Ve al baile conmigo —interrumpió la morena antes de que siguiera hablando más—...bueno, si no tienes pareja podríamos ir juntos, solo si quieres.
—¿Lo dices en serio?
—Si, en serio...por eso vine a verte, y si vas a ir con alguien más lo entiendo...
Stefan grito internamente demasiado emocionado por eso, quizá no fue como lo planeo, pero al parecer lograría ir al baile con la chica que quería.
—Yo...si...si quiero ir contigo, Val —le sonrió alzando la mirada viendo los ojos oscuros que se iluminaron ante sus palabras—, en serio, me gustaría que fuéramos juntos.
Valentia no pudo con la emoción que se inclinó y abrazo a Stefan con fuerza, él se puso completamente rojo y las palmas de la mano se le llenaron de sudor.
—Estoy segura que será demasiado divertido—se separó de él con una sonrisa—...por merlín, pensé que dirías que no.
—No crei que quisieras ir conmigo al baile —se mordió el labio inferior—, gracias por invitarme.
—Gracias por aceptar—le sonrió acomodándose el gorro que le cubría las rastas—...solo quería preguntarte eso, mañana hablamos ¿te parece? Lyubomir no tarda en volver al barco y cerrarlo, así que tengo que ganarle.
—Nos vemos mañana.
Ambos adolescentes se sonrieron igual de nerviosos, la chica se alejó dejando a Denvers completamente solo que no podía borrar esa tonta sonrisa de su rostro, dándose cuenta que tendría que pedirle a Robert que le explicara como bailar bien un vals, porque si era pésimo en algo era en bailar.
Stefan Denvers tenía dos pies izquierdos.
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¡Hola! ¿Cómo están?
Feliz navidad, espero se la hayan pasado muy bien.
¿Teorías sobre lo que sucederá en los próximos capítulos? Jeje.
¿Creen que Stefan diga lo que descubrió sobre Maxence o qué Lyubomir cumpla su amenaza?
Bueno, nos leemos en unos días, Lovu♥
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