Veintiséis.
—Te llevare al carruaje ¿sí? —el más alto caminaba por el castillo sin soltar la mano de la chica y viendo todo a su alrededor—...perdón por tener que dejarte antes de que termine el baile...pero, tengo que buscar a mi hermana, no es normal que desaparezca y deje su varita.
La rubia trataba de seguir los pasos del Black-Weasley, él caminaba demasiado rápido y sus zancadas eran muy largas a comparación de las suyas.
—George —llamo ella tratando de detenerlo cosa que era imposible por la masa muscular y tamaño—... ¡George Sirius, escúchame!
Ordeno con voz alta, George freno de golpe para voltear a verla, Amalie noto la preocupación en sus facciones y la mirada algo perdida, incluso ya no parecía nada ebrio como hace unos minutos.
—Perdón...es que tengo que encontrarla, enserio, siento arruinarte la no...
Amalie soltó un ruido dándole a entender que guardara silencio.
—No me lleves al carruaje, te voy a ayudar —antes de que él pudiera interrumpir ella siguió hablando—...Anired también es mi amiga, y yo puedo buscarla en el baño de chicas e incluso entrar a su dormitorio ¿sí? —George Sirius parecía algo dubitativo ante lo que decía—...y aunque digas que no, lo voy a hacer, así que o me acompañas o voy por mi cuenta.
Él la vio por unos segundos y asintió, no era quien para prohibirle nada, y tenía razón ni su hermano o él podrían subir al dormitorio de las chicas.
—Empecemos por el baño del primer piso...a lo mejor y se sentía mal y ni siquiera se dio cuenta que dejo la varita.
Trato de sonar positivo aunque temía lo peor, Regulus se encargaría de buscar a Deyan mientras que Zed, Alex y Scorpius recorrerían los demás pisos del castillo, al igual que Damián, Zoe y Abigail, pero no se confiaba mucho de esa última. Después de lo sucedido con Alyssa no tenía ni una pizca de confianza en la familia Jordan-Johnson.
Paso la mano entre su cabello con exasperación y tomo una gran bocanada de aire tratando de mantener la calma.
—¡¿Por qué la tienes que ir a buscar?! —mascullo la rubia con demasiado enojo por ver su noche arruinada — ¡Se suponía que pasaríamos toda la noche juntos y tú prefieres largarte! ¡Ya no es una niña, puede cuidarse sola!
Regulus al ver que llamaban la atención la tomó de la mano para jalarla hasta afuera del gran comedor donde nadie los escuchara.
—¡Es mi hermana! —soltó la muñeca de Hannah con fuerza— ¡Tengo que cuidarla y protegerla tenga la edad que tenga!
—¡Y viniste conmigo, no me puedes dejar como sin nada!
—¡Maldita sea, Hannah! —la miro con enojo—...Quiero que te quede claro algo...no importa quién sea o que pase, mi hermana va sobre todo.
—¡De seguro estará acostándose con Deyan! ¡Y ustedes van como unos malditos sobre protectores con ella!
Regulus movió el cuello para destensarlo y regresar la mirada a la más baja, Hannah se quedó extrañada al ver esa expresión en el rostro del azabache, era una mezcla de enojo e incluso odio, nada comparada con la que siempre tenía cuando estaba con ella.
—Me importa un carajo si se está acostando con Deyan o con quien ella quiera —su voz estaba más ronca de lo normal—...lo único que me interesa es que está bien...y has lo que quieras, si quieres vuelve al baile, pero no esperes que yo me quede.
Regulus la vio por unos segundos, Hannah parecía a punto de llorar, pero no se sintió mal, e incluso las ganas que tenia de decirle lo que sentía por ella y que formalizaran desaparecieron por completo.
Al no ver ninguna respuesta, el Black-Weasley se dio la vuelta dejando a una Hannah demasiado enojada y creciendo su odio hacia los hermanos.
Regulus camino en los oscuros pasillos revisando salón por salón, se sentía demasiado culpable y preocupado ya que tanto él y George Sirius descuidaron a Anired, sabían muy bien que no era una niña y que sabía defenderse sola, pero era la persona más importante para ambos, tanto que darían la vida sin pensarlo con tal de que estuviera a salvo.
Y el solo hecho de imaginar que saliera herida la hacía odiarse, era su hermano mayor y no podía ni siquiera cuidarla en un tonto baile.
Al entrar al último salón que no reviso tuvo que conjurar un lumos al escuchar vario gemidos y soltó una mueca de asco al distinguir a la pareja que estaba teniendo sexo sobre el escritorio.
—Mierda...
Mascullo dándose la vuelta.
—¡Regulus!
Gritaron los dos adolescentes al verse interrumpidos, Freddos se alejó de inmediato de la rubia para acomodarse el pantalón mientras Brooke se inclinaba a subirse las bragas y bajarse el vestido.
—¿Qué haces aquí? —cuestiono Brooke alisándose el vestido — ¡Deberías de estar en el baile!
—¡No estoy aquí porque quisiera verlos coger! —resoplo—...estoy buscando a Anired.
—¿Qué paso con ella?
El rubio dejo de acomodarse el saco para ver a su primo con curiosidad, el giro y se alivió al notar que ya estaban vestidos y no veía nada de más.
—Desapareció del baile...y dejo su avrita, no la encontramos en ningún lado —explico con rapidez—, todos la estamos buscando, Stefan y su chica fueron con Louis y Robert para decirles lo que estaba pasando y nos ayudaran a buscarla...
—Vamos, te ayudamos —ofreció Brooke—...abarcaremos más del castillo si nos separamos.
Los varones solo asintieron dándole la razón a lo que proponía, ya que todos sabía que la azabache no se iría sin decirle a nadie y mucho menos dejaría su varita con tanta facilidad.
⚜⚜⚜
Apago el cigarrillo aplastando la colilla contra el suelo, el frio le golpeaba el rostro y sus zapatos se hundían en la nieve cada que caminaba; no sabía si volver al baile o a su habitación, aún conservaba la esperanza de poder hablar por unos segundos con la azabache, aunque viendo la actitud del Búlgaro era muy poco probable que la volviera a dejar sola.
Soltó un suspiro y guardo su varita en el bolsillo del pantalón ya que el único encendedor que trajo con él a Hogwarts aún seguía con ella.
Después de dudarlo durante varios minutos decidió volver al castillo, una última mirada para ver que la Black-Weasley se la pasara bien y que nada hubiera arruinado su noche.
Se detuvo en las escalinatas de la puerta del castillo al escuchar el nombre de Anired saliendo de la castaña castrosa que lloraba a lado de la rubia tonta.
Al parecer ellas no notaron que se encontraba cerca pues siguieron platicando.
—¡Te juro que la odio! —soltó Stella con espesas lágrimas en el rostro—...¡Yo debería de estar con Deyan y no esa estúpida!
Hannah le sobaba la espalda tratando de animarla, ninguna tenía ya mascaras.
—Cálmate, sabes que él solo la utiliza —comento tratando de animarla—...todo estará bien...
—¡¿Y si solo la utiliza por qué la llevo a su dormitorio?!
El cuerpo de inmediato se le tenso al escuchar esas palabras... ¿Anired acepto ir con ese idiota a su dormitorio?
Eran novios, algo normal que tuvieran sexo en un día como ese.
Se alejó de ellas sin querer escuchar más de la conversación y en lugar de entrar al castillo camino por los jardines.
Por más que le daba vuelta a las cosas caía en lo mismo, se encontraba muy molesto y celoso por lo que acababa de escuchar,
El solo imaginar a Anired en brazos de ese imbécil provocaba que su sangre hirviera, pero pronto ese sentimiento fue remplazado por preocupación. Recordaba ver a Deyan algo ebrio, lo noto en su actuar cuando los separo y también Anired olía un poco a alcohol debido a que estaba tomando.
¿Estarían ambos ebrios?
Si lo estaban, Anired se arrepentiría al día siguiente y lo peor es que si el búlgaro se encontraba demasiado tomado la podría lastimar o forzarla a hacer algo que no quisiera.
Se debatía entre ir o no, tal vez y no estaban tomados y era algo que ella quería, si lo interrumpía Anired lo odiaría por siempre y también estaba el hecho de que podría ser expulsado por meterse al barco de Durmstrang sin permiso.
De pronto los latidos de su corazón se volvieron más intensos y una punzada lo golpeo, varias veces le había sucedido y siempre avecinaba algo malo, como aquella vez en que lo golpearon por primera vez a unas calles de su casa, era una especie de presentimiento para mantenerlo a salvo.
Algunas veces le hacía caso y otras mejor lo ignoraba, pero en ese momento lo decidió, no le importaba que, pero hasta no ver que ella estaba bien no podría estar tranquilo.
Desvió los pasos al lago negro donde descansaba el barco.
Se acomodó bien la máscara roja y el saco, repitiendo una y otra vez lo que haría, al menos el director estaba aún en Hogwarts cuidando que sus alumnos se comportaran bien y casi todos los alumnos también se encontraban en el castillo, si tenía suerte sería fácil que entrara sin ser reconocido.
Se detuvo unos metros alejado viendo a tres varones que no reconocía con esas máscaras, desde esa distancia podría dejarlos inconscientes con un poco de magia, pero necesitaba saber cuál era el dormitorio del Granger-Krum.
Repitió el acento búlgaro para acostumbrarse a él, varias veces lo escucho así que era fácil copiarlo, al menos su naturaleza permitía hacerse pasar por cualquier persona.
Camino a ellos lo que alzaron la mirada para verlo con curiosidad, tenían unas petacas donde llevaban alcohol e incluso uno fumaba un cigarro de mariguana así que no tenían mucha noción de lo que sucedían.
—Hey —llamó uno—... ¿A qué dormitorio vas?
—¿Por qué la pregunta?
Remarcaba la "R" en cada oración que decía, no sabía hablar búlgaro más que dos o tres palabras.
—Nuestro campeón trajo a su shica — informo uno alargando las palabras, era el que estaba drogado y se tambaleaba con una sonrisa tonta—...así que si duerrmes con él...tendrras qui esperar tu turrno...
—Voy al baño —el más sobrio señalo con la barbilla los arboles detrás de él—...está nevando, no voy a orinar a fuera.
—Sogo no entrres al dorrmitorrio del finag,
Murmuro un rubio recargándose del barco, parecía a punto de vomitar.
Él solo asintió subiendo la pequeña rampa con rapidez, la puerta se encontraba abierta así que entro de inmediato, camino un poco y llego a un pequeño salón donde a cada lado se encontraban unos oscuros pasillos: el dormitorio de varones y el de mujeres.
Se acercó al derecho con cuidado, ya que si era el de chicas muy probablemente tendría algún hechizo para que los hombres no se colaran y él no podría entrar.
Acerco el pie al inicio del pasillo y se alejó con rapidez, como lo supuso a los pocos segundos se formó un tobogán que terminaba dentro del lago negro, trago saliva alejándose de ahí yendo al izquierdo, en donde no le paso nada.
Escucho algunas voces de las habitaciones de los lados, trato de afinar su oído para escuchar mejor por si reconocía la voz de Anired y sin detenerse se dirigió a la habitación de hasta al fondo como menciono el rubio de la entrada.
En la puerta de fina madera estaba una especie de pizarrón que marcaba tres apellidos:
"Granger-Krum
Reid
Moldovan"
Dormían tres ahí, seguramente Deyan planearía todo para que lo dejaran solo, apretó la mandíbula con enojo pero se detuvo de abrir la puerta al escuchar unos suaves jadeos y la voz del búlgaro diciendo algo que no entendió.
Apretó la manija con la mano izquierda, el bastardo ni siquiera puso un hechizo insonorizador, quería que todos escucharan como tenia sexo con Anired.
Alcanzo a escuchar unos suspiros femeninos y pronto una opresión en el pecho se le formo al igual que un nudo en la garganta.
Era egoísta, pero deseaba ser él el que provocara esos suspiros y gemidos en Anired, quería tomar el lugar de Deyan.
Como envidiaba a ese bastardo que tenía toda la gloria de estar con ella.
Estaba decido a irse de ahí, pero antes de que eso sucediera escucho un pequeño sollozo y a los pocos segundos una voz femenina.
—D...deterte...
Era ella.
Sin detenerse a pensar en sus acciones abrió la puerta de golpe, Deyan no puso ningún hechizo, no le importaba si alguien los descubría.
Observo la escena rápidamente, quedándose callado por unos segundos.
El castaño se encontraba sobre la Black-Weasley tomándola del cuello sin cuidado de no lastimarla, el vestido rojo se hallaba a la mitad de los muslos y Deyan trataba de meter la mano mientras Anired trataba de moverse, pero se notaba tan ebria que le era imposible quitarlo.
El búlgaro alzo la mirada, la tenía completamente perdida debido a la ingesta de alcohol, sus movimientos eran brusco y antes de que tomara la varita del bolsillo trasero, el chico que acaba de entrar tomo la suya y sin titubear conjuro:
—¡Desmaius!
El hechizo golpeo de lleno en el pecho del Granger-Krum causando que volara hasta pegar con la pared del barco.
Él se acercó corriendo a la azabache que trato de sentarse en la cama mientras lloraba, pero no pudo mantener su peso para volver a quedar acostada.
—Anired —llamó ayudándola a sentarse y tomándola de la mandíbula para verla —.oye...deja de llorar, todo está bien.
Pidió, pero el llanto no cesaba, la recorrió con la mirada y noto los dedos de Deyan marcados en su cuello por la presión que utilizo.
Dejo que se recargara en la cabecera de la cama y volteo a ver al jugador de Quidditch que trataba de levantarse mientras lo amenazaba entre balbuceos, chasqueo la lengua y se acercó a él.
—¡Larguiate!
Ordeno el búlgaro buscando la varita, él más alto lo tomó del cuello de la camisa.
—Juro que voy a matarte...bastardo.
Deyan trato de moverse y lo último que vio fue esa mascara roja que le resultaba molesta, cuando un puñetazo con demasiada fuerza le golpeara el rostro rompiéndole la nariz que comenzó a sangrar.
Soltó un alarido, el de ojos azules le dio dos patadas en las costillas y se alejó al volver a escuchar uno balbuceos de Anired. Quería seguir golpeándolo, pero tenía que sacarla de ahí antes que cualquier persona volviera.
Regreso a ella alzando la máscara con forma de conejo en el trascurso y soltó una maldición al ver una pequeña tela de encaje negro, la alzo deseando que no fueran de ella.
—Vamos...Anired.
Pidió, pero ella al verlo se alejó de él subiéndose a la cama y tratando de esconderse en una esquina.
—No...no...
Murmuro varias veces, estaba demasiado asustada por lo que sea que le trato de hacer ese idiota que no quería dejar que él se acercara, y claro sumado que no lo reconocía.
—Anired...no te hare daño, lo prometo.
En el muslo descubierto también había una marca con forma de mano, Deyan la sujeto con tanta fuerza que le lastimo la delicada piel.
Ella negaba varias veces y cerraba los ojos a ratos tratando de enfocar su vista ya que todo se movía en forma circular.
—Anired —llamo y suspiro dejando la máscara de conejo y la braga sobre la cama, llevo las manos hasta su rostro y se quitó el antifaz —...por favor...Kleiner Hase...nunca te haría daño.
Murmuro, el cabello castaño paso a un rubio casi dorado y las facciones que eran más delicadas pronto se volvieron las características de él, si eso no funcionaba tendría que copiar el físico de unos de los hermanos de la menor.
—Nugget —llamo subiéndose a la cama de manera cautelosa para no alterarla más —...sé que algunas veces te molesto, pero tienes claro que no te dañaría.
Ella pareció reconocerlo ya que su mirada cambio, Maxence esperaba que confiara en él para salir de ahí.
—¿Q...qué?
Era un hilo de voz lo que salía de sus labios, sentía que estaba alucinando por tanto ponche que bebió y también el Whiskey de fuego que Deyan le insistió en probar.
—Tenemos que irnos de aquí, Mein herz—le extendió la mano—, te llevare al castillo.
Anired lo dudo por unos segundos, pero al final le tomo la mano, él la jalo con cuidado para dejar que se sentara en la orilla de la cama.
No sabía cómo ver si las bragas que alzo eran de ella o de alguna chica que los que dormían ahí habrían llevado.
—¿Quieres ponértela? —le mostro la máscara y ella negó viendo un punto fijo en el suelo, si no se movía el mareo paraba por unos segundos aunque el cuerpo comenzaba a sentirse pesado y su lucidez desaparecía—...Anired—trago saliva titubeando— ¿Tienes tus bragas?
Anired llevo las manos al vestido alzándolo un poco más dejando ver una prenda roja que estaba a la mitad de sus muslos, Max soltó un suspiro de alivio y desvió la mirada a Deyan que estaba quejándose en el suelo, el pantalón estaba bien puesto así que supuso que no llego a penetrarla, se sintió algo tranquilo pero el odio al búlgaro no desaparecía, si no estuviera la azabache definitivamente habría seguido golpeándolo hasta cansarse.
—Súbelas —la ayudo a pararse pero ni siquiera podía mantenerse de pie sin que se cayera a la cama o al suelo —...dame tus manos.
Pidió tomando las pequeñas y pálidas manos para que se sujetara en sus hombros permaneciendo de pie, alzo la mirada viéndola al rostro y metió las manos bajo el vestido. Anired respingo al sentir sus dedos fríos recorriéndole la piel, Maxence tomo la tela y las subió hasta acomodarlas en su lugar sin tocar nada más.
—Eshtas grio...
—Está nevando —sentía el rostro arderle, era demasiado para él tener que tocarla de esa manera—...vamos, tienes que regresar al castillo.
Paso un brazo por su cintura ayudándola a caminar lentamente, al menos ni siquiera puso atención en que Deyan estaba ebrio y golpeado en el suelo, antes de salir de la habitación tomo las máscaras de Anired y la de él, se miró en el espejo por unos segundos tomando la forma de Deyan.
Anired se encontraba tan ebria que ni siquiera entendía lo que pasaba a su alrededor, incluso parecía olvidar lo que le trato de hacer el búlgaro hace unos minutos pues lo vio y no se alejó de él.
—¡Deyan!
Maxence siguió caminando sin poner atención a que en esos momentos él era Deyan, Anired balbuceaba algo sobre un plumón de uva y un gato pelón.
—¡Deyan!
Alguien llego corriendo a su lado para detenerlo, Maxence lo volteo a ver de arriba abajo reconociendo de inmediato de que se trataba.
—¿Qué quieres, Lorenzo?
Las frondosas cejas se juntaron al ver que hablaba en inglés.
—¿No qué preferías el búlgaro?
Cuestionó en el mismo idioma que él.
—Anired no entiende el búlgaro, por eso hablo en inglés.
Moldovan arrugo la nariz, esa respuesta no sonaba muy él, se detuvo en la azabache que casi se cae si no fuera porque ambos castaños la detuvieron.
—Tengo que irme.
—Esta ebria —afirmo Lorenzo—....No te habrás acostado con ella en ese estado ¿o sí?
—¿Qué? ¿Por quién me tomas? ¡Eso sería violarla!
Maxence la sujetaba con fuerza sin dejarla caer.
—Lo sé...pero —hizo una pausa rascándose la nuca y soltando un suspiro—...como dijiste que harías todo lo posible por...tener sexo con ella —soltó un gruñido—...lo siento...te vi tan decidido que creí otra cosa...
D'Acanto apretó la mandíbula tratando de controlar las ganas de volver a la habitación y terminar de una vez por todas con Deyan, obviamente ese imbécil habría planeado todo, al parecer no conocía limites por obtener lo que quería.
—No... no pasó nada, la llevare al castillo.
—¿Quieres que te ayude?
Ofreció el rumano, el más alto solo negó.
—¿Tu traje no era azul con dorado?
Analizo viendo los detalles rojos del saco.
—Al fin de cuentas preferí combinar con mi novia.
Fue lo último que dijo para despedirse con un movimiento de cabeza, dejando a Lorenzo algo confundido ya que conociendo a Deyan no habría estado tan tranquilo y paciente cuidando a la azabache en ese estado.
Anired caminaba arrastrando los pies así que decidió cargarla pasando una mano bajo las rodillas y la otra atrás de sus hombros.
—Mi voa matar...wi...
Murmuraba Anired, Max solo sonreía mientras negaba al escucharla decir cualquier tontería.
Salieron del castillo sin más entretenimientos pues todos pensaron que se trataba de Deyan Granger-Krum cuidando a su novia.
Maxence siguió caminando unos cuantos metros más por los senderos cubiertos de nieve hasta detenerse a las afueras de los invernaderos ya que la nevada se hacía más fuerte y Anired solo era cubierta por ese fino vestido por lo que decidió dejarla por unos segundos en el suelo.
—Nugget, no te vayas.
Menciono viendo como la azabache veía los arboles del bosque prohibido con curiosidad, para después caminar hacia ellos.
El chico ahora rubio y con sus facciones normales la siguió quitándose el saco ya que quería cubrirla con él para que no se resfriara.
Anired soltó una risa infantil al tropezarse y caerse en la nieve.
Maxence soltó el saco y se acercó corriendo a ella, pero se quedó quieto en su lugar observando cómo se ponía de pie y se giraba viéndolo con los ojos brillantes llevando la mano detrás de su espalda.
La garganta se le seco y ni siquiera podía cerrar la boca ante la imagen frente a él.
Su cabello seguramente estaría pasando de rosado a rojo y el rostro lo tendría del mismo color al ver cómo el vestido se deslizaba sobre el pálido cuerpo de Anired.
La recorrió con la mirada para regañarse por hacerlo y trato de mantener los ojos en el rostro de la azabache evitando ver su torso desnudo, lo único que la cubría era una pequeña braga.
—Quítagme la virginifad...
Maxence estuvo a punto de atragantarse cuando por fin logró tragar saliva ante esas palabras.
—¿Qué?
Ella le sonrió caminando hacia él y dejando el vestido en el suelo nevado, Max evitaba por todos los medios ver otra cosa que no fuera el rostro de la azabache, algunas veces desviaba la mirada a los lados y hacías atrás vigilando que nadie los viera, ya que no quería que notarán que Anired estaba semidesnuda a la mitad del bosque.
Anired logro detenerse a trompicones frente a él.
—Maxxie...
Logró articular, la lengua se le entumía y trababa a momentos por el alcohol que aún tenía en su sistema, sumado a eso el calor que la recorría a pesar de estar nevando era demasiado molesto.
—Kleiner Hase...estás muy tomada...
Mencionó con la voz más gruesa de lo habitual y le fue imposible no bajar la mirada, observó el cuello que aún tenía las marcas de los dedos de Deyan, arrugó el entrecejo por eso, bajo más recorriendo las clavículas levemente marcadas y no pudo evitar detenerse de más en sus senos.
Eran pálidos y los pequeños pezones se erguían debido al frío, parecían ser muy suaves.
—Mierda...ya no puedo decirte tabla de planchar—masculló y se forzó a sí mismo a alzar la mirada y no intentar tocar nada, estaba usando todo el autocontrol que poseía para no caer en la tentación de besarla y acceder a lo que ella le pedía—...Nugget, tienes que ponerte el vestido, por favor.
Ella negó con una sonrisa divertida y dio un paso más quedando frente a él, debido a la diferencia de estaturas tuvo que estirarse para poder llegarle al cuello y jugar con los botones de la camisa negra.
Max cerro los ojos disfrutando de los húmedos besos que la más baja dejaba sobre su cuello y enterró los dedos en la cadera de Anired sintiendo la tela de la braga.
—Anired...
Murmuró con un tono bajo y ronco, ella pegó los pechos desnudos a su torso.
Los dientes le rozaron la piel y a los pocos segundos succionó robándole un gemido a D'Acanto y formando una marca roja.
El alemán abrió los ojos dispuesto a alejarla, así que, bajo la mirada para verla, pero antes de poder hacer algo ella le rodeo el cuello con los brazos y estrelló sus labios contra los de él.
Se quedó estático por unos segundos hasta que Anired comenzó a mover los labios, tuvo que procesar todo lo que sucedía.
Sabía muy bien que Anired se encontraba demasiado ebria y trataba de ser lo más fuerte que podía ante la tentación de ella casi desnuda entre sus brazos, pero no pudo.
Sus labios eran demasiado suaves y carnosos, con movimientos lentos que él correspondió, recorrió lentamente la femenina cadera hasta envolverla con uno de sus brazos y atrayéndola hacia él para poder besarla mejor.
Llevó la mano libre detrás de la cabeza para enterrarla entre la mata de corto y suave cabello despeinado volviendo el beso más profundo, Anired le mordió el labio inferior y rozo la pequeña lengua sobre la zona herida, Maxence dejo que la lengua de la azabache recorriera su cavidad bucal volviéndose más dominante, los dedos de la más baja jugaban con el cabello de su nuca atrayéndolo más a ella como si no quisiera separarse.
Era mucho mejor de lo que había imaginado que sería besarla, tenerla de esa forma lo volvía completamente loco, quería más de ella, quería todo de Anired Georanne, lo tenía a sus pies.
Pero, todo lo bueno tiene un final, al probar el sabor amargo de la boca de Anired debido al licor cayó en la realidad, solo lo estaba besando por lo ebria que se encontraba, porque en sus cinco sentidos jamás lo haría.
—Anired —murmuró rompiendo el beso dejando una hilaza de saliva entre ambos, se tomó unos segundos para verle el rostro: las mejillas rojas al igual que los labios hinchados y las pupilas dilatadas—...vamos, te voy a poner a el vestido...
—¿No quiegres bejarme?
Los ojos de Anired cambiaron rápidamente expresando el dolor porque rompiera el beso, él se sintió mal ante eso, soltó la cadera para llevar ambas manos hasta la mandíbula de la chica y acariciarle las mejillas recorriendo hasta llegar a su labio inferior limpiando los rastros del labial corrido.
—Claro que quiero besarte, mein herz, no te imaginas cuánto tiempo he esperado para hacerlo —explicó de manera calmada y lenta para que ella logrará entenderlo pues parecía a punto de llorar—...pero, estás ebria...si me lo pides cuando estés sobria te besaré tanto como quieras.
—¿Es pol qui me pecho está plano?
Max tuvo que aguantar la risa por su pregunta y negó.
—Tu pecho está bien, Nired —le beso la frente de forma cariñosa—...eres más que preciosa, pero continuar besándote mientras estás ebria...no está bien, es demasiado malo aún para mí.
Ella lo vio de forma acusadora, Max le rodeo los hombros con el brazo atrayéndola más a él en un abrazo y saco la varita.
—¡Accio!
Apunto al vestido y seguido de eso al saco que vinieron a gran velocidad hasta él, antes de que lo golpearan lo atrapó con facilidad.
—Tienes que ponerte esto, está nevando y te resfriaras...y no me gustaría que te vean semidesnuda.
Escucho una suave risita sin entender el motivo de ella.
—¿Anired? —llamo y como respuesta sintió la mano de la azabache tratando de colarse dentro de su pantalón—...oye, no seas tramposa —la dejo de abrazar y ella alzó la mirada, parecía una niña que hubiera sido descubierta en medio de una travesura —...no me lo hagas más difícil —inhalo abriendo las fosas nasales en un gesto de sufrimiento—...aunque no lo quiera, sigo siendo hombre y tenerte así hace que cierta parte de mi reaccione.
—Egres grosegro—alzo los brazos y Maxence paso el vestido rápidamente sin poder sacar la imagen de ella semidesnuda, era algo que le costaría demasiado olvidar o incluso tal vez nunca lo haría —...quiegro gomitar.
Él la guio al árbol más cercano, Anired se encuclillo sin importarle llenarse de nieve, debido al alcohol no sentía el frio a los pocos segundos se escuchó el sonido de una arcada, Max se inclinó sujetándola con un brazo para que no se cayera y con la mano libre el cabello evitando que lo ensuciara.
D'Acanto guardaba el recuerdo de los labios de Anired sin evitarlo paso la lengua por el inferior deseando volver a besarla de esa manera tan intensa como hace unos segundos.
Volvió los pies a la tierra cuando ella dejo de vomitar, él se levantó bien y Anired siguiendo con sus provocaciones se levantó rozando el trasero con la entre pierna de Max sintiendo lo duro que se encontraba.
Maxence se alejó un poco viendo el cielo tratando de buscar el autocontrol que poco a poco estaba desapareciendo, era la prueba más difícil que jamás había tenido en su vida.
—Max—Llamo ella viéndolo con suplica—...pro gravor...tócame.
El calor en el cuerpo de Anired era insoportable y sentía su núcleo palpitar y demasiado húmedo, mientras más veía al rubio más ansiaba su toque o que la volviera a besar como hace unos minutos.
—Kleiner Hase —mascullo pasando la mano entre el cabello haciéndoselo hacia atrás—...estas demasiado borracha como para saber lo que haces, te llevare a dormir y si mañana recuerdas algo de esto y aun quieres besarme o que tenga sexo contigo lo hare sin dudarlo...
El alemán se acercó colocándole el saco sobre los hombros, Anired aún se movía tratando de quitarse el vestido así que opto por ponerle un hechizo de adherencia temporal para que no volviera a desnudarse.
Al ver que ella no respondía la volvió a cargar con facilidad, con ayuda de magia alzo las máscaras, para caminar de vuelta al castillo.
De pronto el cuerpo de la menor se sintió completamente cansado como si toda su energía hubiera desaparecido, recargo la cabeza en el hombro de Maxence disfrutando del aroma a tierra mojada y una colonia demasiado fresca.
Max la llamo y al ver que no respondía bajo la mirada viéndola dormir, trago saliva pensando en cómo decirles a sus hermanos lo que le había pasado para tener esas enormes marcas en el cuello.
Al parecer el baile continuaba, aún faltaban cuarto para las doce y este llegaría a su final, así que entro al castillo sin temor a que lo regañaran, aunque claro sería difícil de explicar porque llevaba a una adolescente borracha en brazos.
Decidió ir a la única sala común que conocía y que sabía cómo entrar gracias a Scorpius, camino a las mazmorras con cuidado de no tirarla o caerse él mismo.
Una vez dentro de la sala común que era decorada por colores esmeralda, vio en el sillón a una pareja besándose, reconoció a la chica como una de las compañeras de Anired así que decidió ignorarlos yendo a las escaleras que guiaban al dormitorio masculino.
Al llegar al pasillo en el que se encontraba la habitación de Scorpius se topó al peli plata saliendo de otra con el rostro preocupado.
—¡Scorpius!
Al llamarlo, el Malfoy lo vio y se detuvo en Anired, paso de la preocupación al terror.
—¡No! —exclamo acercándose a paso rápido, Maxence salto al asustarse por esa reacción y apretó más a la chica inconsciente en sus brazos para no dejarla caer—¡El amor de mi vida, Merlín!¡Todo lo que quieras menos el amor de mi vida!
—¡Sigue viva!
Defendió tratando de mantener la calma.
—¿Qué le paso?
Cuestiono acercando la mano al cuello de Anired para tomarle el pulso, al sentirlo sintió alivio, pero frunció el ceño distinguiéndole las marcas rojas que pasaban a morado con forma de dedos.
—¿La puedo dejar en tu dormitorio y te cuento? No creo que sea bueno que alguien vea esto...
—Vamos...
Maxence y Scorpius caminaron a la habitación del menor mientras el alemán le relataba todo lo que sucedió, claro evitando contarle que la vio semidesnuda y que se besaron.
Scorpius quito algunas cosas que se encontraban sobre la cama para que Max recostara a Anired que ya estaba completamente dormida.
—¿Entonces...Deyan y ella...?
—Creo que no pasó nada —acomodo el cabello de la azabache para que no le fuera a molestar mientras dormía, Scorpius se acercó a su armario buscando el botiquín de primero auxilios que siempre tenía con él mientras Toby lloriqueaba por querer subir a la cama —...el idiota tenía el pantalón puesto así que me imagino que apenas lo intentaría.
—Tenemos que decirle a McGonagall y a mis tíos...
Maxence negro tomando un poco de algodón que humedeció con agua que Scorpius les acerco para quitar un poco del maquillaje en los ojos de Anired.
—No, eso no nos corresponde a nosotros —quito lo más que pudo, pero como usaba glitter era demasiado difícil—, es decisión de Anired, también piensa en cómo se sentiría ella si vamos y se lo contamos a sus padres y a la directora, si ella no desea hacerlo se pondrá mal.
—Pero...Deyan...tiene que tener un castigo...aparte ¿Cómo explicaremos las marcas en su cuello y muslos?
—La taparemos bien —menciono cobijándola y tratando de ocultarle el cuello—, le diré a George y Regulus que los encontré a punto de tener sexo demasiado ebrios, no daré muchos detalles si ella quiere contárselos lo hará, hablare con ella en cuanto despierte.
Scorpius soltó un suspiro sin saber si era la decisión correcta, tomó a Toby en brazos para que dejara de collar y vio por unos segundos a sus mejores amigos, Maxence le acariciaba el cabello a la azabache que dormía plácidamente, por más que el rubio ignorara las preguntas respecto a lo que sentía por Anired era demasiado evidente ya que era demasiado transparente con sus sentimientos.
—Cuando despierte trata de que no reconozca el saco...claro si no quieres que se entere que eres tú el que bailo con ella.
—Te detesto —mascullo dándole una mala mirada — ¿Cómo me reconociste?
—Fuiste demasiado obvio, hasta Lie se dio cuenta aparte que vi ese saco cuando te llego junto con el vestido de tu hermana.
—No le digas.
Pidió jugando con la pequeña oreja de la Black-Weasley que quedo descubierta.
—Espero no se lo quieras decir cuando sea demasiado tarde.
Maxence soltó un suspiro, aunque le dijera nada cambiaria las cosas.
[...]
Zed observo a su novio y primos más relajados viendo a Anired dormir tranquilamente en la cama de Scorpius, se alegraba que estuviera bien y ya hablaría mañana con ella.
Pero, aun estaba preocupado por la persona que los vio en el baile, estuvo a punto de atraparlo cuando lo reconoció bailando con su prima de forma llamativa, pero gracias a Scorpius y Freddos, él y Alex no pudieron seguirlos.
Soltó una maldición al entrar al baño y ver al rubio que tenía dos mascara a lado mientras fumaba.
—¡¿Tú?!
De inmediato reconoció esa mascara roja, recordaba que se trataba de un chico castaño.
—Como si no pudiera ser peor esto —Max soltó el humo que contenía en los pulmones.
—¿Tú eres el que le manda todas las cartas y regalos a mi prima?
—Que inteligente, sin duda deberías de ser detective por ser tan perspicaz —comento con sarcasmo —... ¿y tu novio? ¿No deberían de estar besándose en algún baño?
—Cierra la boca —mascullo frunciendo el ceño y de repente una idea paso por su cabeza —...me imagino que si le ocultas tu identidad a Nired...lo querrás seguir haciendo...
Maxence puso los ojos en blanco, se aburría que tanto él como Stefan fueran tan inocentes y tontos para amenazar.
—Antes de que intentes amenazarme o extorsionarme —sonrió con tranquilidad recargándose del lavamanos —...recuerda que yo los vi besándose... ¿Quieres que todos se enteren? Con solo decírselo a alguien, el rumor estará entre todos tus compañeros y los extranjeros.
Zed puso los ojos en blanco, Anired tenía razón, era molesto.
—Si te atreves a decir algo...le diré a Anired que eres él que le manda todas las cartas...ya quiero ver su cara cuando sepa que estás enamorado de ella.
Ambos se vieron fijamente durante varios segundos en completo silencio y hablaron al mismo tiempo.
—¡No diré nada si tú no dices nada!
—¡Bien, no diré nada!
Max acepto tirando la colilla de cigarro al tacho de basura.
—Yo tampoco...
Zed observo como salía del baño y soltó un suspiro sin sentirse demasiado cómodo con ocultarle algo como eso a Anired, creía que tal vez decirle la haría abrir los ojos respecto a Deyan, pero tampoco quería arriesgar a ser descubierto.
Bueno, aun no, tarde o temprano lo haría, pero aun no llegaba el momento adecuado.
Debería de decirle a Alex que fueran más cuidadosos, pero lo que no sabía era que no solo Maxence D'Acanto conocía su pequeño secreto.
⚜⚜⚜
La Mansión Malfoy siempre fue un lugar oscuro y sus paredes guardaron varios secretos y presenciaron torturas.
Siendo temida y al mismo tiempo odiada por varios por fungir como uno de los múltiples lugares en los que los mortifagos se reunían.
Draco Malfoy la odio por mucho tiempo, incluso él y su madre la dejaron abandonada tratando de rehacer una vida.
Pero, justo en esos momentos, esa enorme mansión tenía otra perspectiva, un lugar lleno de luz, risas y decoraciones navideñas.
La vida del rubio había cambiado y para bien, varios años creyó que vivir en la oscuridad y tristeza era un castigo por todos los pecados que cometió cuando era un adolescente, se había hecho a la idea de estar siempre solo hasta que ella apareció:
Tanith Alya Mikaelson, ahora conocida como Tanith Malfoy; su adorada esposa.
Le demostró el otro lado de la vida, donde él podía ser feliz y le brindo lo que tanto envidio por muchos años:
Un hogar, una familia por la que no tenía que hacer cosas oscuras ni seguir a un mago tenebroso, solo tenía que ser él mismo.
Si su alegría no fuera suficiente le dio dos preciosos hijos que llenaron de luz su vida y esa enorme mansión.
Soltó un pequeño brinco al escuchar un ladrido, para girar a la chimenea de donde salina tres adolescentes.
—¡Papá!
Un peli plata que era su copia idéntica se acercó de inmediato para saludarlo con un choque de puños.
—Scorpius —sonrió suavemente, aún conservaba ese rostro de seriedad que tanto lo caracterizaba —...tardaste demasiado.
—Lo siento, es que no encontraba que traje ponerle a Toby —explico alzando al pequeño malti poo que portaba un traje de duende —...te presento a tu nieto.
—Limpiaras su popo.
Advirtió, el menor sonrió asintiendo para hacer una seña a los dos adolescentes que venían con él y se acercaron viendo con curiosidad al hombre mayor.
—Papá, te presento a mis amigos: Maxence y Amalie D'Acanto, te comenté que vendrían conmigo.
Draco los observo y de inmediato se dio cuenta del gran parecido con Jerome Delacour, trataba de encontrar una explicación razonable para eso, pero no encontraba algo. No era de su conocimiento que el rubio mayor tuviera hijos, y si los tuviera sin duda los conocería o habría escuchado de ellos.
—Un gusto, Draco Malfoy.
Extendió la mano, la rubia la tomo de inmediato con una educada sonrisa.
—Mucho gusto, Señor Malfoy.
Definitivamente tendría que hablar con Jerome sobre eso... ¿Pierre podría tener algún hijo no reconocido o...acaso Jerome no sabía de la existencia de ellos dos?
—El gusto es mío —estrecharon las manos y prosiguió con el varón que miraba todo a su alrededor —...un gusto.
—El gusto es mío.
Estrecho la mano fingiendo una sonrisa.
—Le pediré a Pringle y Marriot que lleven sus baúles —señalo los tres viejos baúles que estaban tras ellos—, las habitaciones ya están listas.
—Gracia, pá.
Scorpius era unido a su padre, pero sabía muy bien que algunas veces le costaba socializar por lo que no le extraño que a los pocos segundos se retirara dejándolos solos.
—Los elfos vendrán por ellos —detuvo a Max que iba a alzar su baúl—, ahí déjalo... ¿Quieren recorrer la mansión? Los más probable es los demás ya estén aquí, supe que vendrían.
AL escuchar la palabra "demás"; Amalie de inmediato supo que estarían los Black-Weasley y su nerviosismo aumento al recordar el casi beso que tuvo con George Sirius, no habían vuelto a tocar el tema pues se centraron en buscar a la azabache así que no tenía ni idea de cómo sería el reaccionar del pelirrojo.
Maxence se encontraba del mismo modo que su hermana, hablo un poco con Anired sobre lo que paso anoche, evitando tocar el tema del beso y que la vio casi desnuda para no incomodarla más, también le prometió que no diría nada sobre las marcas en su cuello y muslos.
Los D'Acanto siguieron a Scorpius recorriendo la mansión asombrados por lo enorme que era ya que no parecía tener fin.
Decidieron salir al jardín que era completamente blanco gracias a la nieve, Amalie se acomodó la bufanda protegiéndose del frio mientras Max se ajustaba los guantes siguiendo a Scorpius y Toby.
[...]
Amalie decidió regresar dentro de la mansión dejando a los dos varones en el jardín, el frio era demasiado fuerte y le calaba los huesos.
Subió las escaleras buscando la habitación donde Scorpius le indico que dormiría, pero antes de seguir con el camino alguien la tomo de la cintura.
—Hey.
De inmediato reconoció la ronca voz y se giró para encararlo, él le sonrió.
—Hola...no te había visto.
—Acabamos de llegar, tuvimos que hacer unas cosas en la casa —se encogió de hombros y alejo las manos de Amalie, ella se sintió algo vacía extrañando el calor que le brindaba — ¿Llegaste con Scorpius?
—Sí, hace como una hora.
El pelirrojo se rasco la nuca dejando ver una pequeña caja en la mano con un pequeño moño azul.
—Hice una parada en el callejón Diagon —informo dándole el regalo—...pensé que sería un buen regalo para ti.
Amalie sonrió suavemente.
—También te compre algo...lo tengo en mi baúl —señalo la habitación que se encontraba a unos cuantos metros — ¿Vienes?
—¿Es una propuesta indecente?
Sonrió siguiéndola mientras ella abría la caja de regalo con cuidado.
—No tienes tanta suerte.
George Sirius le cedió el paso entrando tras ella.
—Este piso está vacío —murmuro con un tono burlón y pícaro—...solo cinco minutos serían necesarios...
—¿Tan poco duras?
Los miro con la ceja enarcada aguantando la risa por la expresión del Black-Weasley.
—Duraba tres minutos, di que mi condición física mejoro.
Soltó una carcajada por el comentario y busco en su baúl la pequeña caja gris.
—No es tan grande, pero me gusto y como vi que usabas collares...pensé que sería buena idea darte algo así.
—Gracias.
George recibió la caja gustosa para abrirla, Amalie lo imito y vio con admiración el cuaderno de pasta de piel con su nombre bordado en costado izquierdo.
—¡George! —exclamo abriéndolo para hojearlo, las hojas estaban grabadas en cada esquina inferior con sus iniciales y tenía pequeños pétalos azules que brillaban —...es preciosa.
—Como me comentaste que quería ser magizoologa una vez que te graduaras de Beauxbatons pensé que necesitarías un bestiario —termino de abrir la caja sacando una pequeña cadena negra que tenía como dije una piedra de obsidiana negra formando un péndulo—... me gusta... ¿dice el futuro?
Comento con una sonrisa.
Amalie abrazo la libreta contra sí misma, desde que conoció el mundo mágico y llevo por primera vez cuidado de las criaturas mágicas supo que quería ser Magizoologa una vez que se graduara de Beauxbatons y que George lo recordara e incluso le regala algo que le serviría en un futuro significaba mucho para ella.
—Se supone que si...cuando no sepas que decisión tomar o necesites una respuesta puedes preguntarle—le sonrió sabiendo que George Sirius no creía mucho en la adivinación, pero parecía curioso—. izquierda significa: no, falso o negro, derecha: si, verdadero o blanco; aunque también lo puedes usar como collar.
—Lo llevare siempre conmigo porque tú me lo diste.
Él recargo la cabeza en el hombro de la rubia, siempre que se sentaban juntos tenía la costumbre de hacerlo, Amalie veía la libreta aun con emoción como si fuera una niña pequeña.
Los ojos grises veían el péndulo dudando en consultarlo, tal vez él le daría una respuesta a todo lo que estaba pasando por su cabeza en esos momentos.
¿Sería bueno decirle a Amalie lo que sentía por ella?
Estaba aterrado, temía dañarla de alguna manera, pues él se daba miedo a sí mismo, recordaba a su boggart y dudaba de lo que realmente era capaz de hacer.
De repente la imagen de cierta chica vino a su mente: Inara Delilah.
Su primera y ex novia,
¿Si se volvía a repetir la historia? ¿Dañaría a Amalie como lo hizo con Inara?
Muy en el fondo, el lado que trataba de ocultar sabía que Inara se merecía aquello que paso, él también termino dañado por su culpa.
Aun guardaba las secuelas de toda esa relación, y no solo mentalmente, las cicatrices físicas aún quedaban sobre sus hombros, brazos y torso, siendo apenas visibles, pero ahí seguían como una herida que nunca sanaría.
Tal vez era cierto lo que ella le dijo el ultimo día que se vieron:
"Eres un monstruo que no merecer ser amado, y nadie lo hará porque siempre destruyes lo que quieres"
Vio a la rubia de reojo, temiendo que esas palabras se volvieran ciertas.
Los ojos azules brillaron con intensidad viendo a la azabache patinar sobre el lago congelado, era ágil y se movía con gracias.
—Tranquilo, Romeo.
Scorpius le codeo las rodillas y él puso los ojos en blanco
—No molestes...¿desde cuándo practica patinaje sobre hielo?
—Desde niña —se encogió de hombros con un gesto pensativo—...Anired practica ese tipo de deporte elegante y delicado, como la gimnasia, patinaje y ballet, especialmente el ultimo.
Se notaba que llevaba años haciéndolos, no parecía dudar en cada movimiento.
Scorpius observo a Alexander y Zed que tomaban fotografías de la azabache, y una idea paso por su cabeza al ver a Maxence tan concentrado en ella.
Se acercó a los menores dejando al rubio sin siquiera advertirle.
Anired se sintió observada por lo que giro para toparse con el rubio que la veía fijamente, trago saliva y decidió hacer como si no estuviera ahí para seguir patinando.
A pesar de no tratar de voltear no podía concentrarse en lo que estaba haciendo al saber que se encontraba tan cerca, por más que lo intentaba simplemente no podía.
Fue tanto su nerviosismo que, al dar una vuelta cayo de lleno en el hielo, soltó una grosería al ver el fino hilo de sangre recorriéndole el muslo y la media que utilizaba desgarrada.
Alzo la mirada al escuchar unos pasos acercarse.
—Que torpe.
Mascullo Maxence, ella negó y acepto la mano que le extendía.
—Idiota.
Max había colocado un hechizo antiderrapante en sus zapatos para acercarse y ayudarla a salir de la pista de hielo, cuidaba de pisar donde se viera más resistente para que no se rompiera.
—¿Te duele?
—Un poco.
Una vez en la nieve busco a Alex y Zed con la mirada, pero no había ni rastro de ellos.
—¿Tus zapatos dónde están?
Cuestiono Maxence buscándolos con la mirada.
—Los tiene Zed.
El rubio busco a su alrededor y no había nadie más que ellos dos.
Ella soltó un suspiro dispuesta a quitarse los patines y caminar hasta la mansión, pero el más alto se dio la vuelta agachándose un poco.
—Sube, te llevare a limpiar la herida.
—Peso mucho...
Murmuro no muy segura de subirse, ya no era tan delgada como anteriormente y estaba segura que le seria incomodo a Maxence cargarla por su aumento de peso.
—Si no te subes te cargare como un costal de papas y cualquiera podrá ver bajo tu falda.
Amenazo con una sonrisa burlona al sentir los brazos de Anired rodeándole el cuello, se alzó y tomo sus piernas sin preocuparse por ensuciarse de sangre.
—Eres molesto.
—Ayer no decías lo mismo.
Comenzó a caminar con ella en su espalda, a ratos se movía de forma brusca como si la fuera a tirar ganando los gritos de la menor y sus regaños.
—Eres una dramática, Kleiner Hase, creí que eras más valiente.
—Amenazas con tirarme.
Una vez dentro lo guio para ir a la habitación de Alexander donde se encontraban su baúl, donde seguramente tendría otro par de zapatos aparte de los patines.
—Como si enserio lo fuera hacer.
Mascullo entrando a la habitación que le indico la menor, una vez cerca de la cama la soltó para que se bajara.
—¿Sabes si tienen botiquín aquí?
—Creo que en el baño de Alex hay vendas y alcohol —se encogió de hombros—...los uso una vez cuando se intentó rasurar.
—Echarse alcohol después de rasurarse es la peor idea del mundo.
—Su pene pago las consecuencias de sus decisiones.
Maxence soltó una risa mientras negaba y entraba al baño.
Anired por mientras logro quitarse los patines para ver su muslo, sin duda eso últimos días había recibidos varias heridas.
—¿Las puedo romper? —inquirió viendo la herida y sentándose a lado de ella—, si quiero limpiarla y vendarla tiene que estar sin nada.
Anired asintió siguiendo sus movimientos, escucho el crujir de la tela cuando Maxence desgarro su malla derecha dejando la piel de su muslo expuesta ante él.
—Pensé que irían a Alemania...
Murmuro Anired para eliminar el gran silencio que se formó, se sentía demasiado nerviosa las manos del rubio eran ásperas pero delicadas mientras limpiaba la herida sosteniéndole la pierna, sentía sus dedos rozarle el interior del muslo.
—Debido a la fuga de Azkaban no podemos usar trasladores sin autorización de algún profesor o de alguien del ministerio—explico tomando más alcohol y algodón—, Lie y yo no lo pudimos conseguir y nuestra mamá no pudo conseguir un vuelo a Escocia, así que este año no la veremos.
Maxence trataba de concentrarse el limpiar la sangre y vendar la herida, si supiera algún hechizo de curación lo usaría, pero como no, lo tendría que hacer de manera muggle, la piel de Anired era extremadamente blanca y suave, la sangre se marcaba más debido a eso, se daba cuenta que debajo del tutú usaba un leotardo negro que se cernía en medio de sus piernas, quería evitar ver hacia arriba, pero sentía la calidez que emanaba.
Anired se mordía el labio inferior, el cosquilleo la recorría como una corriente eléctrica que la volvía más sensible, aunque quisiera negarlo sentía como su entrepierna se humedecía por la posición en la que se encontraban y más el tacto de Max que deseaba que nunca se detuviera.
Max la sintió estremecer cuando subió la mano para alejar los restos de tela evitó tocar la zona más sensible de Anired, usaba todo el autocontrol que tenía para no hacer nada que ella pudiera tomar a mal.
Alzó la mirada y de topo con los ojos de la azabache completamente oscuros, las pupilas estaban dilatadas y sus mejillas rojas, él trago saliva al sentir la garganta seca.
Ambos notaban la tensión que se formó entre ambos, Anired decidió tratar de mitigarla.
—Max —llamo Anired desviando la mirada —...gracias por lo de ayer.
—No tienes nada que agradecer —bajo la mirada buscando una gasa —... ¿Qué tal la resaca?
—Tuve que pedirle a mamá que me preparara una poción para eso —suspiro, pero había algo que aun la hacía sentir nerviosa por preguntar—...recuerdo un poco de lo de anoche.
El rubio coloco la gasa y dejo el algodón a un lado, después lo tiraría.
—¿Qué recuerdas?
No se sentía aun preparado para esa conversación, agradecía usar un gorro que le cubriera el cabello.
—Recuerdo cuando alguien entro a la habitación de Deyan e interrumpió...supongo que fuiste tú—él asintió—...tengo lagunas mentales...pero...
—¿Hay algo que te molesta, mein herz?
Ella asintió viéndolo a los ojos, Maxence recargo la mano en la cama pasando sobre el cuerpo de Anired, ambos estaban demasiado cerca.
—Tal vez solo estoy confunda.
Anired tenía la imagen de ella besándolo, quería creer que fue un sueño, pero se sintió tan real.
—¿Por? Dime, te diré si paso o no.
—Me imagino que fue porque estábamos muy ebrios— ni siquiera estaba segura de sí Maxence habría tomado ese día, pues ni lo vio en el baile—...yo...tú... ¿nos besamos?
Maxence sonrió al darse cuenta de la mínima distancia que los separaba, no noto cuando ambos se acercaron, pero ella no se encontraba incomoda cosa que le gustaba.
—Si...me besaste —hizo una pausa—, pero ¿solo recuerdas eso?
Las mejillas de Anired se volvieron rojas por esa pregunta y por inercia entre abrió los labios cuando la gran mano del varón le acaricio la mandíbula deteniendo el pulgar en su labio inferior.
—¿Qué más paso?
Él se acercó más a ella deteniéndose hasta su oído para murmurar
—: Solo te diré algo —la voz ronca de Maxence y ese tono tan envolvente hizo que todo el cuerpo de Anired reaccionara estremeciéndose—...eres demasiado provocativa, Anired Georanne.
Maxence se alejó poniéndose de pie en el momento que la puerta se abrió, Zed y Alex entraron quedándose extrañado al ver a Anired con el rostro completamente rojo, Max le lanzo un guiño y antes de salir agrego:
—Y, Kleiner Hase...anoche yo no estaba ebrio.
Fue lo único que dijo pasando en medio los que acababan de entrar.
—¿Qué paso? Desapareciste.
Alexander se sentó a su lado viendo las gasas, el alcohol y algodón, Anired trataba de procesar todo lo que le dijo.
—Me caí y Maxence me ayudo... ustedes ya no estaban.
—Scorpius nos pidió ayuda para atrapar a Toby —Zed arrugo el entrecejo al escuchar el nombre del rubio, aun no se fiaba de él—, luego convenció a Alex para que le tomara fotos y cuando volvimos por ti ya no estabas.
—Entre hoy y ayer sí que has terminado herida —murmuro Alexander viendo el cuello de la chica que era cubierto por un cuello de tortuga del leotardo negro que usaba —...y siempre ha estado Maxence para ayudarte... ¿será una señal?
Anired llevo la mano a su cuello y soltó un suspiro, recordaba como las cosas se volvieron tan violentas con Deyan en solo unos minutos, quería culpar al alcohol que bebió el castaño.
Pero, sabía que el alcohol solo te daba el valor para hacer cosas que pensabas y no hacías.
Ante su lógica el corazón le dio vuelvo recordando que al parecer beso a Max, y lo peor es que había sucedido algo más que no recordaba.
—He pensado en algo...
—¿Qué cosa?
Alexander recargo el cuerpo en el torso del rubio que se había sentado tras él, ambos veían a la Black-Weasley con curiosidad.
A Anired le dolía un poco la decisión que estaba a punto de tomar, pero su temor a salir herida era más grande.
—Dejare a Deyan...
—¿Hablas en serio?
Cuestiono Zed sin poder creer lo que dijo.
—¿Es por Maxence?
Alex que había notado esa extraña química que tenían ambos cuando estaban juntos.
—Maxence no tiene nada que ver en mi decisión, solos somos...no sé ni siquiera si somos amigos —murmuro pasando de nuevo las manos por su cuello recordando las marcas que vio en el espejo—...pero...después de lo que paso anoche...me da un poco de miedo lo que pueda pasar con Deyan...lo quiero, pero no puedo verlo sin recordar cómo me trato ayer, no era el Deyan que yo quería, todo lo contrario...si Max no hubiera interrumpido—soltó un suspiro viendo el suelo—, tal vez lo deje.
Alex y Zed soltaron un suspiro de alivio al escuchar que, por fin, Anired estaba pensando en terminar su relación con Deyan, al cual sin duda le esperaban cosas horribles pues costo demasiado contener a los impostores para que no trataran de matar al castaño, más que nada se detuvieron pensando en que si lo dejaban mal Anired podría odiarlos, cosa que no querían.
[...]
Regulus resoplo recargando la cabeza en el respaldo de la silla, parecía un niño pequeño haciendo berrinche y eso no pasó desapercibido para el mayor que los observó con curiosidad.
—¿Qué tienes, Reg?
Cuestionó el pelirrojo terminando de pelar manzanas a lado de su hijo mayor que picaba más frutas en trozos pequeños, al parecer también noto la actitud del menor porque volteo a verlo con la misma expresión de su padre.
—No....no sé —suspiro, recordaba cómo se puso Hannah cuando su hermana desapareció, sabía que no era obligación de la rubia ayudarlo a buscar, pero se esperaba otro tipo de reacción y no comí se puso—...hay alguien...una chica.
—Uy...nuestro Reggie está enamorado...
Se burló Louis con tono cantarín, Fred sonrió dejando el cuchillo a un lado.
—¿Te gusta?
—Cierra la boca Louis, solo por eso haré que tu hijo me quieras más que a ti —amenazo ganando la risa de Louis por lo que decía el menor, faltaban menos de tres meses para que su primer hijo naciera y la emoción en los integrantes de la familia era palpable—...si...ese es el problema, que ahora ya no lo sé. Estaba seguro que me gustará, pero paso algo que no me gustó.
Fred conocía muy bien a sus dos hijos mellizos, ambos eran demasiados quisquillosos para tener un noviazgo, en sí el único que había fue George Sirius y eso salió muy mal, por lo que era normal ese tipo de conversaciones con ellos.
Y, claro también le preocupaba el hecho que Regulus John terminará herido, a pesar de ser coqueto y salir con muchas chicas, no tenía nada de experiencia en noviazgos, nunca había tenido una pareja y temía que su primera relación lo terminará dañando como a George Sirius.
—¿Qué sucedió?
Regulus arrugó la nariz, debía de desviar un poco el tema sobre lo que pasó con Nired, ya que tanto él como todos los que se enteraron de lo que sucedió prometieron no decirle nada a los mayores, al menos que su hermana quisiera contarlo, porque sabían muy bien que se armaría un problema tan grande que los padres de Deyan y los suyos se verían involucrados, algo que la azabache menor quería evitar por todos los medios.
—¿Cuándo mamá y tú empezaron a andar —hizo una pausa formulando la pregunta—...y algo le pasaba al tío George y tú tenías que ayudarlo, como reaccionaba ella? ¿Se enojaba por que fueras?
Fred arrugo el entrecejo y negó de inmediato.
—Una de las cosas que siempre he amado de tu madre es que es demasiado comprensible —explico con una pequeña sonrisa al distinguir a su esposa poniendo la mesa en compañía de George, Lys y Tanith—...cuando George o alguno de mis otros hermanos me necesitaban ella era la primera en decirme que fuera o acompañarme, ella siempre ha sido mi mayor apoyo junto con tu tío George ¿por qué la pregunta?
Regulus escucho con atención y es que si empezaba algo con Hannah esperaba esa clase de apoyo, más siendo que su familia era sumamente importante para él.
—Curiosidad —sonrió de manera inocente algo que su padre no le creyó—...pasaron ciertas cosas...y se puso algo intensa cuando le dije que mi hermana iba antes que todo.
—Reg, siempre he amado el hecho de que tú y tus hermanos sean tan unidos porque me hacen ver que no nos equivocamos al criarlos —lo vio a los ojos para que le pusiera atención, era algo que siempre hacia con sus hijos cuando hablaban de temas importantes, cuando eran chicos solía cargarlos o ponerse a sus estaturas —... no siento que alguien te deba de hacer escoger entre tu familia y esa persona o nosotros hacerte elegir si ella o nosotros, porque lo más importante es verte feliz, y si esa chica te quiere o le importas deberá entender el lazo que tienes con tus hermanos, claro que también debes de darle su lugar...
—Sí, papá, créeme que trato de darle su lugar...pero siento que ella no lo entiende, es como si quisiera que mi atención estuviera siempre sobre ella.
—Entonces deberías de considerar si ella realmente te quiere como tú lo haces.
Regulus asintió dando el tema por zanjado al ver que su tía Kaira en compañía de Stefan y Robert acababan de llegar, pues no tardarían en cenar todos juntos.
Los tres varones de la familia Black-Weasley siguieron terminando la ensalada para que George Sirius y Freddos se les unieran a los pocos segundos, cada persona comenzó a hacer distintas tareas, excepto por Scorpius y los D'Acanto.
Anired salió corriendo a la puerta principal cuando el timbre sonó para recibir a Jerome Delacour de forma cariñosa y emocionada como siempre lo hacía, a los pocos segundos también llegaron Regulus, Sirius y Laetitia, de esa manera parecía una enorme familia volviendo la mansión Malfoy más ruidosa.
La cena fue tranquila, pero para Maxence no pasaron desapercibidas las miradas de Jerome Delacour sobre ellos, le extrañaba demasiado y al mismo tiempo le incomodaba el gran parecido que tenía su hermana y él con el mayor, quería una explicación y de nuevo una duda que lo había estado atosigando lo golpeo.
¿Compartían algún lazo?
Trataba de ignorar eso, pero muchas dudas lo inundaban como el hecho de que nunca había visto una foto del hombre que se suponía era su padre, solo fotos de su mamá embarazada.
Su abuela algunas veces hacia comentarios extraños sobre que su madre nunca conoció a su padre, pero Crystal desviaba la conversación diciendo que la anciana ya era muy grande y deliraba.
Maxence se colocó la sudadera por la que había ido a su habitación y no evito tomar el peluche con forma de un perro akita, era el regalo de Anired, era la clase de tipo de cosas que a ella le gustaban ya que tenía una forma tierna a pesar de tener el ceño fruncido.
Aun no sabía si dárselo el mismo o mandárselo a través de Barlow, aunque sería muy sospechosos que supiera donde estaba exactamente.
—Por Merlín, tardas una eternidad.
Giro para ver a la azabache parada en la puerta, llevaba un pasador en la mano y una pequeña sonrisa.
—¿Tan desesperada estas por verme?
—Eso quisieras— se acerco para sentarse en la cama y ver el peluche que Max llevaba en la mano— ¿Tu peluche para dormir?
Él puso los ojos en blanco, y se dio cuenta que era una gran oportunidad para dárselo, estaban solos y si lo rechazaba no sería tan avergonzó y podría inventar cualquier excusa cuando alguien le preguntara porque tenía un peluche con él.
Observo por unos segundos el terrario en el que Moswen dormía entre varias hojas ocultándose como siempre lo hacía cuando se quedaba en ese lugar, como si buscara que alguien le brindara valor.
—No —el corazón le latía a mil por hora por la reacción que tendría la chica —...de hecho —lo extendió de manera tosca hacia ella—, es para ti...el día que fuimos por Toby pasaste viéndolo en una de esas máquinas para sacar peluches y te quejaste porque es muy difícil ganarlos...así que aquí esta.
Anired vio el peluche y sonrió para tomarlo entre sus brazos y abrazarlo con una sonrisa.
—Es la cosa más apachurrable —murmuro como niña pequeña aferrada al peluche, una reacción que D'Acanto no esperaba —...me encanta...me encanta...viéndolo ese ceño fruncido —alzo la mirada viendo a Max—...se parece a ti con tu cara de culo.
—Tan linda y educada como siempre.
—Soy adorable —le enseño la lengua y volvió a ver el peluche en sus brazos—...se llamará Max Steel porque se parece a ti...gracias.
—Me alegro que te gustara.
Se sintió aliviado al ver que seguía abrazando el peluche con una sonrisa tan dulce que podría considerarlo como las mejores cosas que había visto en su vida.
—Por cierto—Anired le extendió el pasador que llevaba en la mano—...este es mi regalo de Navidad para ti...
Maxence lo tomo y lo vio con curiosidad, era negro con pequeños destellos, una vez se lo vio en el cabello.
—¿Gracias? supongo que lo usare para el cabello —no entendía muy bien para que se lo dio—...aunque a pesar de que tengo el pelo algo largo...no sé si me vaya bien esto...
Anired soltó una ricita negando.
—Siento que te queda más el cabello corto...tal vez así dejarías de ser tan feo —comento con tranquilidad—, Postfach 1055, Hamburg, Deutschland...
Pronuncio a como pudo, ya que seguía sin aprender alemán.
—Esa es mi dirección...
El rubio estaba más confundido que antes.
—Por lo regular recuerdo casi todo lo que leo o veo, me ha sido una gran ventaja para poder sacar buenas calificaciones sin tener que estudiar mucho —se puso de pie acercándose a él—...recuerdo que esa es tu dirección, lo decía en tu licencia de manejo, también recuerdo que dijiste que Amalie y tú no pudieron ir a Alemania porque no consiguieron el permiso de hacer un traslador —de repente ya no era la Anired segura de sí misma que siempre se mostraba ante Max, parecía algo tímida y titubeante—...y pensé que...con estas fechas querrían ir a ver a tu madre o demás familia que tengas en Alemania...yo no puedo hacer magia fuera de Hogwarts —Maxence escuchaba cada una de sus palabras—...pero mi madre si puede y también puede conceder varios permisos...
—¿Esto es un...?
Ella asintió desviando la mirada.
—Traslador—se mordió el labio inferior—...si confías un poco en mi quiero que sepas que no es ninguna especie de broma, se activara a las doce de la noche y tendrían que regresar el primero de enero a la misma hora, Scorpius los esperara aquí para volver a Hogwarts.
Maxence sintió los ojos aguadarse, realmente tenía ganas de ir a ver a su madre, pero se hizo a la idea que no lo lograría...y ahora ella llegaba con la solución a sus problemas, ni siquiera tuvo que pedírselo para que Anired lo hiciera y regresaba a la misma conclusión:
Anired era demasiado pura y buena para cualquiera.
—Gracias, Anired.
La azabache sonrió y se acercó para darle un pequeño abrazo que fue correspondido.
—Feliz navidad, Max.
—Feliz navidad, Mein Herz.
Se separaron y ella lo miro sin comprender.
—¿Qué significa "Mein Herz"?
Enarco la ceja y él sonrió mientras arrugaba la nariz imitándola.
—Ya te dije, aprende hablar alemán, tabla de planchar.
Anired puso los ojos en blanco para enseñarle el dedo en medio y caminar a la puerta tomando su peluche.
—Vete a la mierda, idiota, ni quien quiera entenderte.
Max la siguió para seguir con sus típicas peleas de insultos que lejos de enojarse causaban pequeñas sonrisas y risas cómplices.
⚜⚜⚜
Termino de guardar algunos planos y soltó un suspiro, la casa se sentía demasiado callada, siendo dos personas ni siquiera parecía que estaban en esas fechas tan felices como se suponían, su anciana madre solo se la pasaba quejándose volviendo el día más pesado.
Al escuchar el timbre sonar en reiteradas ocasiones caminos a la puerta con extrañeza ya que ese día no esperaba ninguna visita, a parte que ya pasaban de las doce de la noche.
Al asomarse por el ojal de la puerta no pudo aguantar su emoción y abrió rápidamente, los dos rubios sonrieron al ver a la mujer castaña.
—¡Hola, mamá, Feliz navidad!
Exclamaron para acercarse y abrazarla.
—¿Cómo fue que lograron venir? — Pregunto con emoción la mujer castaña abrazando a los dos adolescentes—...habían dicho que no vendrían para navidad.
—Usamos un traslador —explico con sencillez Maxence—, cosas de magos
Le guiño un ojo quitándose el enorme abrigo y guardando el broche de cabello en su bolsillo dónde no se perdiera, ya que usaría a la mañana siguiente.
—...pero, dijeron que no podrían hacer un traslador de un país a otro sin el permiso de su ministro o director.
Amalie sonrió pícaramente.
—Se lo regalaron de navidad a Maxence.
Crystal imitó la sonrisa de su hija y el menor solo desvío la mirada, las mujeres sonrieron aún más al ver el cabello rosado de Max en el momento que se quitó el gorro.
—¿Quién se lo regaló?
—Una chica —respondió la gemela mayor—, a Max le gusta.
—¡Amalie!
Riñó dándoles una mala mirada.
—¿Cómo se llama? ¿Es bonita?
La pequeña familia se sentó en el sillón de tres plazas frente a la fogata encendida que calentaba el hogar.
Max se encogió contra el sillón tratando de desaparecer en esos momentos.
—Anired Black-Weasley, la conocimos en Hogwarts, es londinense creo — respondió la rubia, emocionada por contarle a su madre todo lo que habían pasado en ese nuevo país —, en muy amable, somos amigas de hecho...sobre si es bonita creo que es mejor que Max te responda.
Crystal vio al varón que fruncía los labios y cruzaba los brazos sobre su pecho.
—¿Max?
—No empiecen...no hablare sobre ella—sintió las dos miradas insistentes sobre él —...ni, aunque me vean de esa forma.
—Por Dios, Max, soy tu madre, cuéntame...nunca he sabido nada sobre las chicas con las que sales...
—No estamos saliendo.
Murmuro sin borrar el ceño fruncido, y al sentir que lo hacia recordó a la azabache llamándolo cara de culo y no evito suavizar las facciones formando una sonrisa casi invisible.
—¿Y esa sonrisita? Hay algo que no me quieres decir.
Acuso la mayor, Max soltó un quejido odiando que lo conociera tan bien.
—Má...
Gimoteo con el rostro completamente rojo.
—Maxence siempre está detrás de ella, y lo hubieras visto cuando me conto que le dio un regalo de Navidad...parecía un niño emocionado sonriendo como todo un bobalicón.
Al ver que no pararían decidió ceder un poco, saco el celular y de inmediato entro a Instagram y busco en sus historias.
—Es ella —mostro a la azabache que salía cargando a Toby y al peluche que le había regalado—...hay otras más adelante...
—¿Dos perros y un conejo?
Entendió de inmediato lo que había escrito en alemán su hijo, observo a la chica que parecía feliz con un pequeño perro blanco frente a un árbol de Navidad.
—Ella...parece un pequeño conejo...demasiado hiperactiva, aunque luego tiene una cara de enojada que pareciera que tiene rabia.
—¿No puedes ser algo lindo con la chica que te gusta? Así no te va a hacer caso.
El rubio puso los ojos en blanco, Crystal cambio la foto viendo ahora a la misma chica con un peli plata que parecían jugar con una espera o algo extraño.
—Soy lindo y guapo, no necesito más —agrego con ego y vio la foto que su madre veía—...es Anired con Scorpius —hizo una pausa—...durante mi estadía en Escocia...creo que hice un amigo.
Trataba de ocultarlo, pero se notaba emocionado hablando de esos adolescentes, Crystal siguió viendo las historias y pudo notar que en varias salían ellos nuevamente al parecer su hijo era demasiado unido, y se alegraba demasiado pues en cada foto a lado de ellos se notaba completamente feliz.
—Me alegro saber que te estas divirtiendo y que estás haciendo amigos, Max—el rubio desvió la mirada algo tímido—...y sobre Anired, es muy bonita y se ven bien juntos...
Comento deteniendo en la última historia que era una selfie de Maxence con la azabache.
—Tiene novio —soltó de pronto borrando todo rastro de felicidad en su cara—... solo somos amigos, mamá, dudo que pase algo más entre nosotros—Crystal parecía apunto de decir algo así que no la dejo—...estoy bien con eso y me conformo con poder hablar con ella y que Anired no intente alejarme, así que no necesito más —sonrió de manera falsa cosa que no pasó desapercibida por Lie y Crystal—...por cierto, Amalie se está acostando con el hermano de Anired...voy a buscar de comer.
—¡Maxence! —grito la rubia— ¡Vuelve acá, idiota!
—Bésame el trasero.
Fue lo último que dijo para entrar a la cocina dejando a las dos mujeres solas.
—Lo último que supe es que habías terminado con Christopher...no me molesta que tengas sexo...pero ¿Quién es?
Amalie se recargo en el sillón y suspiro.
—No tengo sexo con nadie, mamá...se llama George Sirius, es el hermano mayor de Anired...somos amigos y nos llevamos muy bien —explico y realmente no mentía, nada más había pasado entre ellos—, fuimos al baile juntos, y es muy lindo, caballeroso y guapo... te lo enseño.
Tomo el celular de su hermano donde entro al perfil de la azabache donde encontró fotos de George Sirius.
—Es guapo —sonrió codeando a su hija—... ¿te gusta?
Amalie asintió suavemente.
—Si —parecía algo nerviosa al responder eso—...es que es demasiado distinto a todos los chicos que he conocido, pero también me aterra que muy en el fondo resulte siendo como Cristopher...
—Amalie, nunca terminas de conocer a una persona, pero aun eres demasiado joven —trato de animarla—, no por una mala experiencia puedes cerrarte para siempre de las demás, tienes que vivir y disfrutar...y si él te gusta deberías de arriesgarte.
—Lo dices y suena tan fácil...pero también no tardamos en regresar, una vez que termine el torneo yo me graduare y el volverá a Londres, dudo mucho que nos volvamos a ver, aparte las relaciones de lejos no funcionan.
Se repetía eso una y otra vez para no deprimirse por no intentar nada con George Sirius, todo sería más fácil si solo fuera atracción física, podría coquetearle enserio y tal vez solo formar algo carnal, pero era mucho más haya que eso, era el chico que la hacía experimentar un sentimiento extraño y que no le molestaba para nada, al contrario, le gustaba.
Crystal soltó un suspiro, se alegraba al saber que se la estaban pasando bien, pero también le estresaba que sus hijos fueran tan cabezotas sobre las personas que le gustaban, pero algo que no pasó desapercibido para ella, fue una foto en que la chica azabache salía abrazando a un adulto rubio, al verlo sintió que era alguien que ya conocía.
[...]
—Es que es extraño —comento Max entrando al sótano seguido de su hermana—...has notado el parecido con ese director de seguridad mágica o no sé qué cosa, y anoche cuando fue la cena pudiste ver que incluso nos parecemos a la Ministra de Francia y al hermano mayor de Nugget...
—Lo sé, yo también lo note...pero...si nuestro papá murió dudo que haya algo de él aquí, aunque si fue novio de mamá debería de conservar alguna foto o algo.
Max le dio la razón a su gemela buscando entre las cajas de cosas viejas que guardaban.
—Exactamente, es raro que nunca hayamos visto una foto de él, ni siquiera sabemos dónde está su tumba.
Maxence soltó un suspiro de frustración al bajar la caja de fotos de la infancia de su madre, Amalie solo lo veía con curiosidad, ambos gemelos tenían el mismo presentimiento que les golpeaba el corazón cada que veían a Lyssandre Delacour.
—Aquí está —menciono el menor dejando la caja sobre las viejas vigas de madera del sótano—...son fotos de mamá joven y durante el embarazo.
Explico viendo la fecha de mil novecientos noventa y nueve a dos mil cinco, año en que ellos nacieron.
Amalie se acercó para sentarse y abrir la caja sacudiendo el polvo, con manos temblorosas comenzó a sacar fotos en las cuales salía su madre cuando vivió en Rumania
Continuaron viendo a la chica castaña que pronto paso a tener el cabello teñido de distintos colores, salía con algunos amigos y amigas.
—¿Qué es el Luxury?
Cuestionó Maxence viendo la foto de una fachada de lo que parecía ser un antro por las luces llamativas.
—¿El qué? —tomo la foto que veía su hermano y leyó la fecha que estaba detrás era del año dos mil en Budapest, Rumania—...parece un antro...en Rumania, mamá vivió un tiempo ahí...
—¿Por qué guardara esa foto?
—Tal vez solo la tomo porque le gustó —la rubia tomo otras fotos, pero se quedó congelada al ver una fotografía en la que salían cinco chicas con ropa demasiado corta y llamativa, de inmediato reconoció a su madre por los tonos rosas en el pelo —...Max —llamo al rubio que la vio con curiosidad—... Mira esto.
Max observo la foto, vio primero a su madre, pero su vista paseo a una azabache de ojos grises que sonreía con coquetería.
—¡¿Es Nugget?!
Exclamó sorprendido y arrebatándole la foto a Amalie para verla de cerca, era la misma sonrisa, color de piel y cabello...solo que esa chica tenía el pelo más largo y no era tan delgada como Anired, se veía de más de veinte años, pero aún más joven que su madre.
—Max...ella no es Anired —murmuro Amalie leyendo la pequeña leyenda en la parte posterior—: Luxury, Budapest, noviembre del dos mil —le quitó la foto para leer los nombres mejor —...Airam Castiello, Corina, Morena Ramírez, Crystal D'Acanto y Anirak Black...
—¿Es...la señora Black-Weasley?
Ambos volvieron a ver la foto y efectivamente, viéndola más a detalle era Anirak Black de joven, aunque si no fuera por la diferencia de cabello de lejos podría pasar por Anired.
—¿Cómo es que mamá y ella se conocen?
Cuestionó Maxence, Anirak era auror perteneciente a una familia de brujos de sangre pura no era normal que tuviera relación con el mundo muggle, y por lado de Crystal, desconoció la magia hasta que la directora de Beauxbatons se presentó en su casa para explicar porque sus hijos algunas veces hacían cosas sorprendentes, pero al mismo tiempo extrañas.
—No logro entender que es Luxury —menciono la rubia—...no me suena ¿Un club de baile?
—Un club nocturno —menciono Maxence que ya estaba buscando el lugar en internet—...para ser exactos...un lugar de bailarinas exóticas...
—¿Mamá trabajo en un lugar así?
Maxence no dio una respuesta, pero con su celular tomo una foto de la que sostenía Amalie junto con los nombres, aunque no era tan fácil preguntarle a su madre pues desde chicos tenían prohibidos ver esa caja de fotos, nunca entendieron el porqué.
—¡Max! — llamo Amalie moviendo una foto frente a ellos—...mira esto, corre.
Maxence se quedó en silencio, era de nuevo su madre, parecía un poco más grande, pero...lo que más le llamo la atención fue el peli azul y el rubio que salían con ella.
—Ese es —señalo al rubio que parecía algo ebrio, en si los tres se encontraban en el mismo estado, su madre de nuevo tenía un traje muy corto que no dejaba mucho a la imaginación—... ¿Lyssandre Delacour?
Amalie asintió igual de consternada con él, con esa foto estaba más que claro que su madre algo tuvo que ver con el rubio que tanto se parecía a ellos, y sus sospechas aumentaron más al encontrar fotos de su madre embarazada, pero en ninguna se veía el que se suponía era su padre.
—...Amalie—llamo él juntando las fotos al escuchar los gritos de su abuela llamarlos —...es mejor que guardemos esto...
Los dos adolescentes guardaron las cosas de manera muggle, ya que a pesar de poder usar magia seguían con la costumbre de no hacerlo en su casa.
Amalie vio como Max subía la caja a su lugar y se recargo de la pared tratando de pensar de manera cuerda, pero mientras más lo hacía llegaba a la misma pregunta
—: Max... ¿Quién demonios es nuestro padre?
⚜⚜⚜
Lyssane vio con asco y decepción al rubio frente a ella, se notaban que los años encerrado lo estaban volviendo loco, tenía un aspecto demacrado y observaba a todos con una sonrisa de diversión.
—¿Y qué quieren que les diga?
Alzo el rostro sonriendo mostrando la falta de uno de los dientes frontales superiores.
—¡¿Por qué demonios tú no te intentaste escapar cuando fue la fuga?!
Volvió a repetir la pregunta, Jerome azoto las manos sobre la mesa de piedra demostrando que perdía todos los estribos.
George sujetaba de los hombros a su esposa brindándole un poco de calma, mientras Fred tenia los brazos cruzados sin ninguna expresión en el rostro siguiendo con la mirada a su esposa que caminaba alrededor de la celda sin apartar los afilados ojos grises de Neville Longbottom.
—¿Por qué lo haría? Es divertido estar aquí, me entero de todo lo que pasa —detuvo la mirada sobre Lys—...me entere que tuviste dos hijos ¿Cómo están ellos? Espero se parezcan a ti y no al horrible de su padre.
Lyssane desvió la mirada para ver a George que solo apretaba la mandíbula con enojo.
—Estás hablando conmigo, no con ella.
Exclamo Jerome tapándole la vista, Neville chasqueo la lengua.
—¿Sabes quién se está haciendo pasar por "A"?
Anirak se acercó a paso decidido-
—¿Están asustados? Unas cuantas notas y ya están llorando.
Escupió con burla, la azabache lo tomo del cabello azotándole cara contra la mesa sacando un poco de la ira que sentía, llevaban más de media hora interrogándolo y solo le daba vueltas al asunto.
Neville escupió la sangre riéndose como un demente.
—Bien, bien —echo la cabeza hacia atrás—...¿Le temen a Pierre? —hizo una pausa escupiendo a un lado sangre con saliva—...solo piensen en la única persona peor que Pierre— Jerome y Anirak lo vieron de manera seria—...la persona que conoce sus puntos débiles, atacándolos una y otra vez —su sonrisa se hizo más grande cuando Lyssane y George palidecieron—, que no se detendrá hasta asegurarse que especialmente tú, Anirak y tus querido hijos sufran —siguió riéndose demostrando que la poca cordura se perdía por su emoción—, alguien que quiere venganza por lo que le hicieron...a ella
Lyssane al parecer supo de quien se trataba.
—Alguien que quiere venganza por lo que le hicimos a ella —repitió Lys viendo a Anirak—...Zib...
—No te atrevas a decirlo, Lyssane, escúchame —pidió dirigiendo la mirada a su amiga con una expresión de desespero—...esa vez...en el bosque, yo la apuñale, la mate...
—No encontramos su cuerpo —respondió Jerome con la misma expresión—...ni siquiera menciones su nombre...
—¿Creyeron que realmente se deshacerian con tanta facilidad de ella? —Neville estaba gozando de ese momento, había esperado tanto por eso—...sabían que algún día volvería.
Los gemelos se vieron entre ellos y Fred fue el que por fin lo dijo
—: Ellie Yaxley está viva.
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¡Hola!
¿Cómo están?
¿Qué les pareció el ultimo capítulo del primer acto?
¿Ya están armando más teorías?
¿Creen que Anired dejé a Deyan o que Max y Lie sepan la verdad?
En un rato más subiré el divisor del segundo acto y la fecha de publicación.
Nos leemos♥
Las amo.
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