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Veintidos.

(Ayer llegaron a los 300 comentarios por lo que hoy les traigo el capítulo prometido, jeje

⚠: Malas palabras o insultos durante el sexo, sumisión, no uso del condón.

Recuerden siempre usar condón cuando tengan sexo al igual que es importante hacerse exámenes para prevención de ETS.

Es un capítulo de +15k por lo que +400 comentarios para la siguiente actualización🫰🏻❤️)

Su estómago dio un vuelco dejando las palabras en el aire para ver a la persona que le sostenía el brazo y la mirada con los ojos rebosantes de enojo.

Amalie trago saliva, de todas la gente que se hallaba en el ministerio o cerca de la sala de interrogatorios no creyó que quien la encontraría discutiendo con Anired se trataría justamente de esa persona que la tomaba con fuerza.

Se daba cuenta del gran enojo que albergaba, el gran cuerpo tenso parecía incluso temblar, la mueca estoica reflejaba como se contenía antes de aumentar la fuerza en su agarre.

De esa manera, George Sirius lucía demasiado amenazador.

Amalie nunca lo había visto de esa forma, tan enojado y lleno de decepción.

—¡Esto es todo, una vez deje que le dijeras un montón de estupideces solo porque ella no quería hacer las cosas más grandes! —soltó, la voz reflejaba la ira por escuchar las sarta de cosas que Amalie grito contra su hermana menor—... ¡Pero, esta vez no va a ser así, Amalie, no voy a permitir que sigas tratando a mi hermana de esa manera, cuando ella no ha tenido la culpa de absolutamente nada!

Amalie observó a Maxence esperando que interrumpiera como en todas las ocasiones que alguien la trataba mal o tan solo le alzaba la voz, pero para su desagrado, el varón estaba con Anired pidiéndole que se fuera de la sala de interrogatorios, no parecía ni un poco molesto porque el pelirrojo la tratara de esa manera.

La veela se movió con brusquedad provocando que George Sirius la soltara manteniéndole la mirada a espera de una respuesta o que argumentara algo.

—¡Es tu hermana quien lo provoca todo! —se defendió la rubia con frustración en la voz porque nadie se daba cuenta de lo que causaba la azabache en su hermano, como es que siempre lo terminaba poniendo en peligro— ¡sigue jugando con mi hermano, quien siempre acaba herido de una u otra manera por ella!

George chasqueó la lengua negando con la cabeza.

—¿No será Inara la que provoca todo esto? —soltó con obviedad en la voz, un tono que Amalie no disfruto de escuchar—... ¡Se qué te está aconsejando, y déjame decirte que no es una buena influencia!

—¡Tú no sabes nada! —le molesto escuchar que tachara a su amiga de una mala influencia— ¡Inara ha sido la única que me ha escuchado y apoyado durante todo este año, cuando nadie más lo ha hecho! ¡Es la única que parece estar de mi lado cuando todos me atacan! ¡No conoces a Inara como yo lo hago!

La risa irónica del Black-Weasley resonó por toda la sala de interrogatorios haciendo eco.

—Créeme que la conozco mucho mejor de lo que crees —resopló—...en serio, Amalie, no puedo creer que seas tan tonta como para no darte cuenta que Inara te está manipulando, de todas las personas a las que puedes escuchar, Inara es la peor. ¡Por Merlín! —gruñó molesto al ver como el cometido de Inara se estaba logrando—...¡Abre los ojos! ¡Inara solo está causando que te alejes de los demás!

—¡Eres tú el tonto, Inara me advirtió que ibas a reaccionar de esta manera! —recordó las palabras de la castaña quien le había dicho como reaccionaria George Sirius si se enteraba que eran amigas—...ella me dijo que Anired siempre ha sabido controlar a las personas que la rodean, fue ella por quién ustedes terminaron y se alejaron—George Sirius puso los ojos en blanco ante las tonterías que salían de la boca de Amalie, se esperaba que Inara le llenara la cabeza con estupideces, pero nunca pensó que fueran tan grandes —, Anired fue la que los puso en contra, ella causó que ustedes se alejaran y pelearán, tal como lo está haciendo ahora conmigo y mi hermano, provocando que peleemos a pesar de todo el daño que le hizo a Maxence.

George Sirius pasó la mano sobre su rostro, tallando con demasiada frustración escuchando las palabras necias de Amalie que no quería escuchar nada de lo que le decían.

Siempre supo que Inara sabia como manipular a las personas y poner cualquier situación a su favor, pero nunca espero que la chica D'Acanto cayera en algo como eso.

El pelirrojo iba a contestarle, para tratar de que lo escuchara y se diera cuenta de cómo las cosas no eran como Inara decía, pero la voz de su hermana menor lo hizo dejar las palabras en el aire.

—¡Ya basta! —pidió la azabache con una expresión cansada en el rostro, se notaba demasiado mal por toda la situación, el estrés causaba estragos en ella y ver como su hermano peleaba con la chica que tanto le gustaba la afectaba aún más—...yo...yo nunca he querido nada de eso...no quiero hacer que ustedes peleen —vio a George Sirius y Amalie mientras trataba de aguantar el llanto causado por la frustración—...tampoco he querido causar problemas entre el tío Jerome, Maxence y tú, mucho menos ponerlos en tu contra —observó a Amalie esperando que se diera cuenta que decía la verdad—...nunca quise que Maxence terminara mal por mi culpa...créeme que no hay día en que no me arrepienta de lo que pasó en mi cumpleaños—tuvo que morder el interior de la mejilla al sentir como unas rebeldes lágrimas salieron de sus orbes grises las cuales limpio rápidamente con brusquedad, para que Amalie no pensara que se estaba haciendo la víctima frente a los dos varones —...todos los días tengo pesadillas con lo que le sucedió a Maxence, si pudiera retrocedería el tiempo para evitarlo por todos los medios.

Maxence la miró sintiéndose mal y culpable ante lo que acababa de decir, Anired no tenía la culpa de lo que pasó y mucho menos había algo por lo que debería de sentirse culpable o tener pesadillas, él único culpable en ese lugar era él y nadie más, si hubiera pedido ayuda desde antes o aceptado ir al psicólogo cuando la azabache se lo sugirió nunca habría tocado fondo de esa manera hiriendo a varias personas en el proceso.

—¡Pues si no quieres causar problemas entre nosotros, vuelve a desaparecer, tal y como lo hiciste este último año!

Exigió Amalie, Anired desvió la mirada y finalmente la volvió a la rubia.

—¡Bien, lo haré! —respondió dándose cuenta que era la única manera de detener todas esas peleas— ¡Te prometo que no me volverás a ver cerca de Maxence...o del tío Jerome!

La voz le titubeó al decir las últimas palabras, George Sirius miró a Amalie sin poder creer que ella era aquella chica dulce de la que se había enamorado, la que tanto le gustaba.

Ahora parecía otra persona completamente, era como tener a Inara frente a él.

Anired sentía el corazón latir con fuerza, era una taquicardia que no lograba calmarla, el aire cada vez le hacía más falta lo que causaba que su vista se volviera borrosa, trataba de evitarlo, pero las lágrimas se acumulaban en sus ojos.

Ama mucho a su tío Jerome, que ha sido como otro padre para ella, y los sentimientos por Maxence eran demasiado fuertes, el solo pensar en volverse a alejar de sus vidas causaba que le doliera el pecho y sintiera el corazón romperse en pequeños pedazos.

Pero, no quería ponerlos entre la espada y la pared, que tuvieran que elegir entre Amalie o ella, los quería tanto que deseaba que fueran felices tal y como lo merecían, y si eso implicaba alejarse de ellos lo haría sin dudar, no quería destruir a esa pequeña familia que tanto le había costado a su adorado tío, por fin parecían llevarse bien y no era justo que por su presencia las cosas no fueran de esa manera.

Amalie se encontraba dividida, era como si una parte de ella se encontrara feliz con la respuesta de Anired, sin embargo, otra parte de ella no estaba bien con eso, pero al recordar a Inara diciéndole que la azabache menor se haría la víctima y santa para que sintieran lástima por ella, supo que era lo mejor, que se alejara de su padre y hermano.

Pero, había alguien que no estaba nada feliz con la respuesta.

—¡¿Están locas?! —soltó Maxence parándose en medio de los tres y alternando la mirada entre su hermana y la azabache— ¡¿Por qué deciden por mí?! ¡Les recuerdo que estoy aquí presente! —los filosos ojos azules se detuvieron sobre su gemela, viéndola con completa decepción al verla actuar de esa manera, nunca creyó que no estaría feliz porque por fin él comenzará a hacerlo y que le pidiera esas horribles cosas a la mujer que tanto le gustaba— ¡¿Por qué mierda le pides esas cosas?! ¡¿Acaso estás loca?! ¡Ni Lyssandre ni yo queremos que Anired vuelva a desaparecer de nuestras vidas! —escupió con una enorme furia para ver a la menor de los Black-Weasley y exigirle una explicación—... ¡¿Y tú?! ¡¿Por qué demonios prometes que no nos volverás a ver?! ¡¿Por qué prometes que te vas a ir de mi lado otra vez?! ¡¿Por qué no toman en cuenta lo que yo quiero o siento?! ¡No soy un maldito mocoso u objeto por el cual pueden decidir! ¡Lyssandre tampoco lo es!

La respiración de Maxence se encontraba agitada, dejando ver lo frustrado, furioso y cansado que estaba por esa absurda pelea.

El alemán sabía perfectamente lo que quería, y era volver a estar al lado de Anired Georanne, no le importaba si incluso su hermana se pondría en contra de eso, de la única manera que se alejaría seria porque Anired así lo quisiera, y estaba más que seguro que Lyssandre tampoco aceptaría estupideces como las que acababan decir esas dos mujeres.

Amalie miró a su hermano con un reclamo en la mirada.

—¡Tú estás cegado por ella, Maxence! —recriminó— ¡Estás completamente cegado, solo porque estuvo contigo cuando más vulnerable te encontrabas! ¡Apuesto que sí no hubiera sido ella, te habría fijado en cualquiera que te diera unas cuantas migajas de cariño y atención!

Maxence soltó una risa sarcástica.

—¡¿Tú qué sabes de lo que yo siento por Anired?!—cuestionó dando una gran zancada para detenerse frente a su hermana — ¡No invalides mis malditos sentimientos, Anired ha sido la única que me ha hecho sentir bien en mis peores momentos, fue la única persona que alguna vez me defendió de Amanda, la única que me ha apoyado en cualquier cosa y creído en mí!

—¡Yo siempre he estado para tí, Maxence, no es justo que digas eso, yo también te apoye!

Los gemelos rubios discutían cada vez peor, George Sirius se enfocó en su hermana percatándose que se había recargado de la mesa de a lado, dando grandes bocanadas de aire, incluso se había desabotonado los primeros botones de la túnica blanca, la piel se encontraba más pálida con lo que marcaba unas enormes ojeras y diminutas gotas de sudor le adornaban la frente.

Anired veía de manera borrosa a los dos alemanes discutir, comenzaron a hacerlo en Alemán por lo que ya no lograba comprender nada o quizá era debido al fuerte zumbido que escuchaba en los oídos.

Quería pedirle a Maxence que dejara de discutir con su hermana, no debían de pelear de esa manera y mucho menor por su culpa, no quería que por ella terminaran alejados.

Quería decirle a George Sirius que los detuviera, pero las palabras no salían de su seca garganta.

Todo se quedó en quería cuando las cosas eran aún más borrosas, logró escuchar la voz de su hermano y no entendía por qué tenía ese rostro tan preocupado, nunca le gusto verlo de esa manera.

El rostro de su amado hermano mayor fue lo último que vio cuando el dolor en el pecho se volvió insoportable y todo se llenó de oscuridad.

Últimamente no le gustaba la oscuridad, porque cada que cerraba los ojos tenía esas horribles pesadillas.

[...]

Observó a su alrededor odiando estar en ese lugar nuevamente, hacía casi dos años que estuvo por primera vez y esa nueva visita no lo hacía feliz.

Si no fue por ese idiota ni siquiera estaría pisando esa estúpida sala de interrogatorios.

Soltó un quejido cuando su madre le terminó de curar el labio roto con magia y sintió la mala mirada sobre él, sabía lo que se venía y que su padre estuviera a unos cuantos metros viendo a ambos no era nada agradable.

Sabía que los dos esperaban una explicación.

—¡¿Por qué nos mentiste?! —soltó la castaña notablemente molesta, aunque claro no era para menos, le había dicho que estaría con Stella por un día, y desapareció por casi un mes sin dejar ningún rastro— ¡¿Por qué viniste a Londres?! ¡¿Qué se supone que quieres, Deyan?! ¡Quedamos que no volveríamos a esta ciudad!

Tuvo que desviar la mirada de los ojos de Hermione sin saber que explicación dar, si le decía que estaba en busca de Anired definitivamente no se iba a librar de un buen regaño, pero sabía muy bien que ella estaba esperando por él.

—¡Deyan, más te vale que no hayas venido en búsqueda de Anired! —la voz de Viktor hizo eco, causando que el menor se encogiera en la silla como si con eso pudiera desaparecer de ese lugar— ¡Por Merlín, esto ya es demasiado, estás obsesionado con esa niña! —soltó al darse cuenta de lo que pasaba — ¡¿Lo ves, Hermione?! ¡Te dije que Deyan debía de quedarse en la prisión mágica, con esto demuestra que las acusaciones hacia él nunca fueron falsas!

—¡Deyan seguramente tiene una muy buena explicación del porqué está aquí!

Trato de defender la ex ministra de Bulgaria, aunque muy en el fondo estaba más que segura que no existía ninguna otra explicación, su hijo había escapado de casa y viajado hasta acá en busca de a menor de los Black-Weasley, era probable que al verla en las noticias y más medios públicos su interés por ella aumentará, dejando ver que quizá estaba más que obsesionado con ella.

Hermione miró al menor esperanzada porque diera una muy buena explicación o que al menos mintiera, pero al darse cuenta de su silencio todas sus sospechas se hicieron realidad.

—¡Maldición, Deyan! ¡Si llegaste a hacer otra cosa aparte de golpear a ese chico, yo no haré nada por ayudarte!

Sentenció Viktor viendo con decepción a su único hijo que permanecía con la mirada gacha, pero al escuchar esas palabras alzó la mirada de inmediato.

—¡Él me provocó! —gruñó el castaño menor con notable enojo— ¡Me dijo que era un maldito hombre! ¡¿Acaso querían que me quedara con las manos cruzadas?! ¡Esa maldita basura no tiene ningún derecho de hablarme de esa manera!

—¡Caíste en sus juegos! —Hermione poco a poco perdía la calma dándose cuenta que si seguía de esa manera no habría nada que evitara que pisara Azkaban— ¡Ahora te va a demandar por golpearlo! ¡Puedes terminar en Azkaban!

—¡No voy a terminar, mamá, no puedes permitir que me lleven a Azkaban solo por darle su merecido a ese bastardo!

Viktor quería que su hijo recapacitara, pero al parecer ni Hermione o él parecían estar de acuerdo, solo se excusaban diciendo que Deyan era un niño inocente y que todos los demás tenían la culpa, cuando era evidente que las cosas no eran de esa manera.

Deyan se mordió la uña del dedo índice con nerviosismo, si alguien descubre su plan que siempre fue acercarse a Anired, pronto abrirán nuevamente el caso y con eso habría muchas probabilidades de que terminara en una de las cárceles mágicas.

Aunque si Anired lo estuvo buscando cómo llegó a decirle esa persona a su madre, quizá era por algo, probablemente la azabache finalmente se dio cuenta que estar con ese estúpido rubio no le traía nada bueno, y era evidente que quería estar con él, porque siendo sinceros, él era el mejor partido en ese mundo mágico, lo tenía todo, lo único que necesitaba era volver a estar en la cima y lo lograría si volvía con Anired.

Si la suerte estaba de su lado, ella intervendría y quizá con el poder de la familia Black-Weasley todo cambiará e incluso, la demanda podría ser retirada, porque nadie tenía más poder que ellos.

Toda su sarta de pensamientos que vagaban de uno a otro formando escenarios imaginarios en el que él volvía a la cima fueron rotos al escuchar la puerta abrirse y a sus padres hablar con alguien más, le costó tomar el hilo, pero finalmente comenzó a comprender la conversación.

—El ministerio de Francia llevará el caso, incluso el juicio se realizará con personas de nuestro ministerio—informó la ministra francesa—, ya que esto será para que resulte imparcial el juicio, debido a que tanto el ministerio de Bulgaria estuvo involucrado en la demanda anterior, como la ministra británica y el director de seguridad mágica del ministerio británico tienen asuntos personales con el acusado.

Lys trataba de mantener una actitud de profesionalismo y serenidad, aunque por dentro deseaba ver muerto a Deyan de una vez por todas, nunca deseo tanto algo como eso hasta esos momentos, lo odiaba con toda su alma al recordar todo lo que su amada sobrina sufrió por su culpa.

—¿El ministerio de Francia cumplirá con su deber? —cuestionó Hermione—, ya que la ministra comparte cierto lazo familiar con el joven que acusa a mi hijo.

Defendió Hermione, no estaba demasiado segura de dejar que el ministerio Francés llevará el caso de su hijo, sabiendo que Lyssane era tía de Maxence D'Acanto y aún peor, tía de Anired, temía que ella hiciera algo para hundir a su hijo, tal y como ella usó sus contactos para sacarlo de la cárcel mágica en la que estuvo por casi un año.

Lyssane esbozo una molesta sonrisa.

—Hermione —llamó Viktor con notable molestia en la voz por la actitud de su esposa, sabiendo que ella creía que todos eran de su condición—, si se ha decidido de esa manera es por algo, si las cosas que dice Deyan son ciertas el no debería de temer de lo que pase en el juicio, ¿no crees?

Hermione le lanzó una mala mirada a su esposo, llena de reproche, odiaba que él parecía no querer que su hijo fuera libre y pudiera llevar una vida tranquila y feliz, a veces sentía que estaba en contra de ellos dos.

—Como dijo Viktor, solo haremos nuestro trabajo, si Deyan es inocente se demostrara —Lyssane estaba siendo demasiado tolerante, debía de terminar con todo esto sabiendo que pronto explotaría —, aún no se decide fecha del juicio, pero en lo que el interrogatorio y demás cosas del protocolo, que tú conoces muy bien, llegan a su fin; Deyan deberá de permanecer en el ministerio Británico, en esta sala de interrogatorio—hizo una pausa viendo el rostro colérico de la Granger-Krum—, en cuanto se dé una fecha para el juzgado podrá salir de aquí, más no irse de Londres, en caso de abandonarlo será acusado y buscado como prófugo del ministerio.

—¡¿Qué?! —exclamó Deyan viendo a la rubia sin creer lo que acababa de decir—... ¡Yo no hice nada, no tengo porque estar aquí!

—El joven D'Acanto se encuentra siendo interrogado y ha dicho que procederá a la demanda por lesiones personales, si gustan pueden llegar a un acuerdo mediante sus representantes legales.

Comentó sabiendo que Maxence no iba a aceptar ningún acuerdo que permitiera que Deyan quedará libre.

—En todo caso, es todo lo que tengo que decir por el momento, la Directora de Seguridad Mágica del Ministerio Francés: Aitana Wessel, vendrá en unos minutos más para interrogar a Deyan, es necesario que su representante legal se encuentre en ese momento.

—Yo soy su representante legal —sentenció Hermione—, quiero hablar con el representante de Maxence.

Puntualizó viendo a Lyssane.

—En ese caso deberías de esperar hasta después del interrogatorio —sonrió fingidamente sin abrir los labios—, informado esto, me retiro.

Sentenció dándose la vuelta con elegancia para salir de la sala de interrogatorios dejando a los tres Granger-Krum solos.

Lyssane caminaba a paso rápido por el ministerio británico que tan bien conocía por tantas veces que ha estado en ese lugar.

—¿Cómo te fue?

De inmediato reconoció la voz del varón a unos metros de ella, dio unos pasos más para quedar frente a él.

—¡Por Merlín! —exclamó la rubia viendo a su esposo—, nunca había tenido tantas ganas de asesinar a un mocoso como a Deyan, se atrevió a decir que no había hecho nada —se quejó—, incluso Hermione quiere hablar con el representante legal de Maxence para llegar a un acuerdo...como si lo fuera a aceptar.

Escupió con molestia y cruzando los brazos sobre su pecho mientras fruncía los labios mostrando la enorme molestia que albergaba su fino cuerpo.

George la tomó de los hombros los cuales masajeo y beso cortamente los labios de su amada esposa.

—Te ves hermosa aun cuando te enojas, mi pequeño sol —le beso la mejilla cariñosamente—, admiro la gran paciencia y autocontrol que tienes, si hubiera sido yo el que hubiera tenido que ver a Deyan probablemente ya estaría en Azkaban siendo acusado de homicidio.

—Créeme que fue demasiado difícil poder controlarme —comento para ver el rostro de su esposo, que tenía una expresión de notable preocupación— ¿Pasó algo?

George Weasley asintió y se mordió el interior de la mejilla pensando en cómo decirle las cosas a la rubia frente a él, pues no deseaba causarle más problemas y preocupaciones, menos al saber de las peleas de sus dos sobrinas, aunque por lo que comprendía fue provocada más por una que por la otra.

—Pasó algo en lo que fuiste por la Directora de Seguridad Mágica de Francia —Lyssane lo miró con insistencia para que le contara—, Daniel fue a informarle sobre lo que sucedido entre Maxence y Deyan a Anirak, pero con ella se encontraba Anired, así que bueno...ya sabe que Deyan está aquí —Lys se sintió mal al saber lo nerviosa y ansiosa que se encontraba su sobrina menor ante esa noticia—...Anired fue corriendo a buscar a Maxence...estuvieron un rato en la sala de interrogatorios hablando...y...bueno...Amalie los interrumpió.

—¿Qué tiene de malo que Amalie los interrumpiera? ¿Acaso estaban haciendo algo malo o terminó peleando con Maxence?

Recordó que Lyssandre le había contado del mal carácter que Amalie presentaba últimamente y como los gemelos terminaban peleando incluso llegando a los golpes, por lo que era demasiado probable que eso hubiera sucedido en la sala de interrogatorios, solo esperaba que eso no afectará todo el procedimiento para la semana.

—No, no estaban haciendo nada malo...sí terminó peleando con Maxence—Lys frunció el ceño, no era bueno que pelearan tanto—, pero antes de que ellos pelearan, Amalie comenzó a gritarle a Anired —la Weasley lo miró sin creer en lo que acababa de decir—, al parecer desde que Maxence fue internado en rehabilitación, Amalie ha culpado a Anired de todo lo que sucedió con él, dice que ella lo llevó al límite y casi muere por eso, George Sirius interrumpió la pelea, pero aun así —pasó la mano entre su cabello lleno de preocupación—, Amalie le exigió a Anired que desapareciera de la vida de Max y de Jerome, pues Anired le dijo que lo que menos quería era provocar problemas entre ellos...Maxence se molestó, por lo que él y Amalie pelearon—Lyssane estaba en blanco tratando de procesar todo lo que le contaba su marido—, al parecer el estrés y la ansiedad fue demasiada en Anired lo que provocó que tuviera un colapso mental y perdiera el conocimiento.

—¡¿Qué?! ¡¿Dónde está Anired?!

Salió preocupada exigiendo una respuesta rápida al desorejado.

—George Sirius la llevó al ala de la enfermería, llamaron a Draco y ya la está tratando, aun no despierta, pues aparte de eso no había descansado en tres días buscando el antídoto para el veneno que consumieron los aurores —tomó la mano de su esposa para guiarla al ala de la enfermería del Ministerio—, Maxence ya terminó de ser interrogado, por lo que está con Amalie y Jerome en la oficina de tu hermano, me imagino que están discutiendo todo lo que pasó...quizá sería bueno que fuera para que trates de apoyarlo, sabes lo mucho que le está costando tratando de comprender a ambos...antes las peleas era con Maxence, ahora que por fin logra llevarse bien con él parece ser Amalie la del problema.

Los pasos de la pareja se dirigieron rápidamente al ala del hospital, al entrar pudieron reconocer a dos pelirrojos sentados en la sala de espera mientras Anired y Anirak se encontraban en el pequeño consultorio.

—No sé qué pasa con Amalie, al inicio creí que tal vez era una pubertad tardía, pero mientras más pasan los días las cosas parecen mucho peor —murmuró para detenerse frente a su cuñado y sobrino — ¿Cómo está?

Cuestiono, George le palmeó el hombro a su gemelo que alzó la mirada para verlos y suspirar.

—Draco dice que es un colapso mental debido a todo el estrés—explicó el gemelo mayor—, aun así le están haciendo un estudio completo para descartar cualquier cosa, aun no despierta, pero es mejor que descanse, ha estado tan empeñada en encontrar el antídoto junto con Anirak y Laetitia que no ha dormido bien, y ahora con todo lo que ha pasado está pasando factura —suspiró preocupado por la menor de sus cuatro hijos, odiaba verla enferma y temía que empeorara como hace tiempo, se negaba a volver a verla de esa manera—, no entiendo muy bien lo que está pasando...pensé que Amalie y Anired eran amigas o al menos hace tiempo se llevaban bien...

—Es culpa de Inara —mencionó George Sirius, que al decir el nombre de su exnovia los tres adultos voltearon a verlo—, ya sabían que estaba aquí, trabaja en el ministerio y al parecer fue al viaje en Australia donde ella y Amalie se volvieron demasiado amigas, Inara la está aconsejando y manipulando, no sé el motivo, probablemente lo haga por diversión, pero es ella la que la está haciendo cambiar de esa manera tan fea.

—¿Cómo que Inara pudo entrar a trabajar al ministerio? —cuestionó Fred—, se supone que tiene cargos es por eso por lo que ni tú ni ella podían trabajar aquí.

—Fred —llamó Lyssane—, te recuerdo que los cargos fueron desestimados cuando ambos cumplieron la mayoría de edad, lo único que permanece es la orden de alejamiento.

—La cual no está cumpliendo.

Murmuró el gemelo sin oreja.

—Amalie no quiere creerme cuando le digo que Inara la está manipulando —suspiro el menor—, no sé qué tan amigas se han vuelto, pero creo que solo cree en ella, le ha llenado la cabeza de mentiras...

Iban a continuar conversando cuando tres voces fuertes se hicieron presentes demostrando que discutían acaloradamente.

—¡No es posible que incluso vengas a buscarla! —era la voz de la gemela rubia mayor—... ¡Por Dios, Maxence, ya basta!

—¡Déjame en paz de una puta vez! —gritó Maxence deteniéndose frente al ala de la enfermería y viendo con ira a su hermana— ¡Anired está aquí por tu culpa, había logrado calmarla cuando interrumpiste y empezaste con toda esa mierda! —acuso—...¡Ya basta con esta estupidez!

—¡Yo no provoque nada! —grito la alemana acercándose a su hermano y tomándolo de la muñeca para detener a Maxence— ¡¿Cuándo piensas abrir los ojos?!

Maxence que estaba en su límite de enojo e ira aumentando más al escuchar a su hermana que parecía seguir con lo mismo, se jalo con fuerza y la tomó de los brazos para azotarla contra la pared que provocó un golpe seco.

—¡Maxence!

Grito Lyssandre al ver eso, había presenciado sus peleas, pero el gemelo menor siempre se media para no lastimar a Amalie.

Lyssane decidió ir para ayudar a su hermano, quien parecía ya no saber qué más hacer.

—¡Ya deja de meterte, deja de culpar a Anired por algo que no ha hecho, Amalie! —sentenció entre dientes mientras Amalie lo veía con miedo en la mirada —... ¡Estoy harto de esa maldita actitud que tienes, Anired no hizo nada, entiéndelo de una puta vez, el único culpable de todo fui yo!

—Maxence, suéltala ya.

Ordenó Lyssandre.

—¡Mira cómo actúas contra mí, todo es culpa de el...!

—¡Los dos, ya basta! —Lyssane interrumpió con voz de mandó— ¡Esto no es un maldito cuadrilátero de box, están en el ministerio, no es lugar para que se comporten de esa manera!

Maxence apretó los brazos de Amalie con tanta fuerza que la mujer soltó un chillido, finalmente la soltó dejando seguramente marcas en la piel que perdurarían por días.

—No quiero verte aquí —sentenció el alemán parándose a lado de su padre—, y mucho menos cerca de Anired, ni siquiera vuelvas a hablarle, lo que haga o deje de hacer con mi vida es solo asunto mío, no te concierte, Amalie.

—¡¿Es en serio que la vas a preferir a ella que a mí?!

Lyssandre se sobo las sienes ya cansado de esas discusiones.

—¡Amalie, ya basta! —gruñó el mayor— ¡¿Qué demonios te pasa?! ¡Pareces una niña berrinchuda porque no obtiene lo que quiere! ¡Date cuenta de una vez que lo que estás haciendo y los daños que tus acciones causan!

Amalie sintió los ojos acuosos y volteo a ver a Lyssane en busca de ayuda.

—Lys...

Murmuró con un hilo de voz esperando que ella se pusiera de su lado.

Pero, la francesa negó.

—Amalie, Maxence los dos están actuando igual de mal —miro a los rubios, Maxence solo desvió la mirada cruzando los brazos sobre su pecho y manteniéndose recto, Amalie agacho la mirada como una niña regañada —,Max, no puedes tratar de esa manera a tu hermana, pudiste herirla.

Amalie miró furtivamente a su hermano esperando que se disculpara.

—No me voy a disculpar si esperan eso, no me arrepiento y si Amalie sigue actuando de esa manera, yo seguiré igual...al parecer no se quiere dar cuenta del daño que causa con sus palabras culpando a alguien que es inocente.

—No te pido que te disculpes —sentenció la mayor para ver a Amalie—, pero, Amalie, tú hermano tiene razón, no puedes seguir actuando de esa manera, culpando a alguien que no tiene la culpa y exigiendo que deje de ver a tu hermano y padre, como dijo Maxence, las palabras pueden herir demasiado y creo que ya te has dado cuenta...

Amalie la miro y negó.

—¡¿Tú también te vas a poner de su lado?! —soltó—... ¡Era obvio, Inara tiene razón, todos ustedes solo piensan en ella! ¡Anired, Anired, Anired! ¡Siempre la están defendiendo y a mí, que también soy tu sobrina, hija de tu hermano me tratas de esta manera echándome la culpa! ¡Ya estoy harta!

Y con esas palabras se dio la vuelta casi corriendo por los pasillos.

—¡Amalie!

Llamó Lyssandre dispuesto a ir por su hija, pero Maxence lo tomó del brazo deteniéndolo.

—déjala, de seguro va a ir a buscar a Inara —puso los ojos en blanco—, no piensa escuchar o hacerle caso a nadie, al menos que le den la razón.

Lyssandre soltó un suspiro, había tratado de explicarle a Amalie porque Inara Delilah no era una buena influencia, pero sólo terminaron discutiendo en su oficina.

En esos momentos no sabía qué hacer para apartar a esa horripilante y malvada bruja de su hija que solo estaba metiendo ideas horribles en la cabeza..

Amalie se encontraba completamente frustrada, todos estaban en su contra tal y como le advirtió Inara, la que parecía ser la única que creía en ella y la apoyaba, lo peor era saber que su hermano acabaría destruido nuevamente debido a esa necedad que tenía sobre la menor de los Black-Weasley.

George Sirius observó toda la discusión y solo soltó un suspiro viendo el piso de mármol, sin saber qué más creer, no lograba entender cuál era el objetivo de Inara al manipular a Amalie.

¿Era por él o solo por diversión propia?

Lo peor es que si Amalie seguía de esa manera, pronto comenzaría a alejar a la gente quedándose completamente sola.

Soltó un gruñido de frustración para pasar la mano sobre su rostro y tallarse los ojos por unos segundos.

Los ojos grises se sintieron irritados y una fina lágrima escapó de estos en el momento que bostezo con aburrimiento.

Se estiró tratando de destensar el cuerpo para levantarse de la silla, ese día no había ido a trabajar al ministerio por lo que decidió ayudar en Sortilegios Weasley...pero ¿quién diría que lo dejarían solo cuando se presentó una emergencia en el Ministerio?

Sabía que tanto su papá como tío en ocasiones eran llamados por su madre al ministerio en cuanto necesitaba ayuda en algún trabajo, aun no comprendía en qué forma apoyaban, pero sabía que eran excelentes magos.

Freddos se encontraba en la sucursal de Rumania y George Sirius tuvo que salir a una reunión con uno de los proveedores, dejando completamente solo al azabache, a excepción de uno de los empleados que se había quedado para apoyarlo no había nadie más.

Pero, lo que el mellizo menor no sabía era todo lo que estaba sucediendo en el ministerio, ya que George Sirius había preferido evitar decirle desde lo de Deyan hasta lo que había sucedido con Anired y Amalie, sabiendo que con lo impulsivo que era sin dudar explotaría en contra de la rubia causando un problema mayor e inclusive trataría de hacer algo en contra de Deyan que podría traerle serios problemas.

Regulus, camino por la colorida tienda, siendo ya casi hora de cerrar, se encontraba vacía, el empleado terminaba de limpiar los pisos y terminando eso llegaría el fin de su turno.

El Black-Weasley decidió salir del local disfrutando del frío aire golpeando el rostro, cosa que ayudó a despabilarse.

El callejón Diagon se encontraba vacío, sólo la blanca nieve cubría la calle mientras todos los magos se resguardaban en sus casas o locales buscando escapar del frío, la temperatura bajaba cada vez demostrando que ese diciembre sería pesado.

Últimamente, Regulus se sentía un tanto aburrido de su vida diaria, le encantaba ser auror, pero al ver que cada vez le dejaban más trabajo de oficina y no de campo su rutina diaria resultaba monótona.

Aún no comprendía porque no lo mandaban a campo como anteriormente, Harry Potter, su tío y jefe directo en el trabajo, parecía otorgarle los peores encargos, estaba confundido ante eso, en las misiones que realizó no tuvo ningún problema, al contrario, las terminó casi de manera excelente y evitó meterse o provocar alguna peleas.

Aunque cierta parte de él le decía que quizá era una forma de castigo por todas las peleas en las que terminaba con James Arthur, su primo y primogénito de Harry, las cosas eran más pesadas con él, siempre que se topaban discutían llegando casi hasta los golpes de no ser porque eran interrumpidos.

En su defensa, era James quien iniciaba con tontas provocaciones o insultos, Regulus trataba de ser maduro e ignorarlo, pero en ocasiones era imposible.

Nunca tuvieron una buena relación, ni cuando eran niños, James siempre trataba de resaltar o se pavoneaba diciendo que era el hijo del niño que vivió, pero en cuanto Regulus John hacía una aparición se robaba el centro de atención.

Y no es que James fuera menos o tuviera alguna gran diferencia, pero Regulus siempre había sido un niño sociable, llevadero y amable cosa que causaba que se ganara a la gente, como si tuviera un encanto que hiciera a las personas, magos o criaturas mágicas sentirse atraídos por él, tanto sus abuelos, hermanos, madre y tíos lo caracterizaban como "El encanto Black", todos los provenientes de esa familia causaban lo mismo, robándose la atención o resaltando, ya fuera por las personalidades o simplemente por su presencia elegante y al mismo tiempo misteriosa, era una mezcla de cosas las que causaban que resaltaran fuesen a donde fuesen.

Y eso, era algo que siempre molesto a James, provocando las peleas entre Regulus al cual culpaba de querer robarse toda la atención que se merecía.

Siempre creyó que su primo era un completo idiota, pero justo en esos momentos no pudo evitar sonreír con gran diversión y satisfacción al presenciar cierta escena.

Los pasos de Regulus fueron silenciosos y sigilosos para no llamar la atención, mientras más se acercaba podía ver mucho mejor la imagen ante sus ojos, demostrando que, entre los dos, James Potter era una completa porquería, con eso también ataba los cabos de la escena que observó hace unas semanas, demasiado parecida a la que ahora ocurría frente a él.

El cabello largo, lacio y castaño sobre salía del afelpado gorro que cubría la cabeza de la mujer que se hallaba entre los brazos del más alto.

Regulus miro para todos lados dándose cuenta que la dueña de la cafetería no se encontraba ni tampoco la empleada que se había vuelto en su mano derecha, muy seguramente habrían ido a comprar algunos insumos que hicieron falta para la elaboración de postres y bebidas del día siguiente, quizá tardarían horas en volver dejando a James a cargo.

Esas horas, James parecía disfrutarlas muy bien y sin disimulo.

Puso mayor atención en el femenino cuerpo dándose cuenta que llevaba un uniforme azul que tantas veces había visto, el uniforme de Azus y con eso supo que se trataba de Alessia Norton, la segunda y reciente empleada del primogénito del niño que vivió.

Creciendo en un hogar como era el de la familia Black-Weasley donde la traición, infidelidad y deshonestidad eran de los peores pecados en el mundo, a Regulus John le resultaba asqueroso lo que sucedía, tanta era la repulsión que incluso las náuseas se hicieron presentes.

Nunca creyó que James fuera capaz de hacer algo tan bajo.

Quiso pensar con claridad que hacer, pero al ser tan impulsivo como le era costumbre no pudo evitar aplaudir con fuerza causando que la pareja que se besaba con intensidad volviera a verlo.

Los ojos de James se abrieron con sorpresa al verlo y Alessia solo se sonrojo, Regulus recordó las veces que la castaña le había coqueteado e incluso pedido una cita, ¿James sabría de eso? Sería algo divertido ver el rostro de enojo del menor al darse cuenta que su amante quería hacerle lo mismo con él.

—Regulus...esto...no...

Llamó James buscando mentalmente una buena excusa para darle a su primo, porque conocía muy bien lo chismoso que era.

El mellizo menor hizo aún más grande la sonrisa, tan grande que incluso las mejillas le dolían al mantener esa expresión de sumo disfrute y diversión.

—¿Quién diría que serás tan asqueroso, primo? —preguntó con sorna—...cuando creía que no podías caer aún más bajo, me sorprendes con esto.

—Regulus —llamó James tratando de mantener la calma y de repente, como algo lo iluminara, una buena idea pasó por su cabeza—...vamos, Reg... ¿no dirás nada de esto o sí?...¿Crees que alguien creería que es verdad? Todos saben lo mucho que discutimos, sin dudarlo cualquiera creerá que es uno de tus inventos para dejarme en mal—Alessia solo los miraba, cuando James puso atención en ella—...es mejor que entres, Alessia, checa si no hay algún pedido que hacer.

La castaña asintió para entrar a la cafetería a paso rápido luciendo avergonzada porque Regulus los acabara de descubrir.

James no lo negaría, trataba de actuar como si no lo afectara, pero por dentro estaba demasiado asustado porque el más alto dijera algo de lo que acababa de presenciar.

De todas las personas, ¿por qué él?

—¿Qué dirían tus padres al saber que eres un asqueroso infiel? —indagó Regulus viéndolo con escrutinio en la mirada, esa mirada que estaba llena de superioridad — ¿Qué dirá tu novia que tanto te quiere?

—¡Por Merlín! —escupió cansado de tener que darle explicaciones a ese idiota bastardo que parecía creerse mejor que todos mientras lo miraba con superioridad, como si el fuera perfecto—...actúas como si tu no fueras igual, metiéndote con cuanta persona que se te pone en frente...solo es necesario que te coquetee un poco para que estén en medio de sus piernas.

Regulus hizo un raro, pero gracioso sonido con la boca, tratando de imitar a una de esas extrañas bocinas que sonaban en los programas de televisión cada que algún participante decía una respuesta incorrecta.

—No me compares, que a diferencia de tí yo estoy soltero —se encogió de hombros—, nunca he sido ni seré infiel, no soy una basura como tú...admito que sí, que me gusta estar con distintas personas, pero siempre aclaro lo que quiero y no engañaría a mi pareja frente a sus narices...eso si es asqueroso, James.

—¿Ahora te crees el ser perfecto que puede juzgar a los demás?

Regulus chasqueo la lengua.

—No, solo que pensé que tendrías mejores valores...según yo fuiste en Gryffindor, ¿no? —enarcó la ceja—...valientes y leales...pero tú —lo recorrió con la mirada—, no eres nada de eso, al parecer el Sombrero Seleccionador comete errores.

James puso los ojos en blanco, sabiendo que no era buena idea comenzar una pelea, seguramente su novia no tardaría mucho en volver, si los atrapaba en medio de la discusión y con lo bocaza que era el azabache mayor terminaría diciendo lo que vio.

La mejor opción para James era zanjar el tema ahí y hablar con Itziar para convencerla de que no creyese ninguna de las palabras de su primo, aunque conociendo lo mal que se llevaban se la ponía mucho más fácil.

—¿Sabes? —cuestionó el Potter—, no pienso discutir con ningún cabeza hueca como tú, no entiendes nada y aunque digas lo que viste...nadie te va a creer, todos pensaran que solo es un invento por las tontas peleas que siempre comienzas.

Regulus soltó una carcajada como si le acabaran de contar el mejor chiste jamás escuchado.

—¿Estas de broma, James? —cuestiono entre carcajadas— ¿Te la metió un payaso o qué?

James lo miró frunciendo el ceño, no parecía molesto ni preocupado por lo que acababa de decir, actuaba como si nada de eso le importara.

—Me largo.

Informo el más delgado para darse la vuelta dispuesto a entrar a la cafetería de su novia, pero las palabras de Regulus John lo hicieron detenerse

—: James, estoy seguro que Itziar no siempre va a estar para ti —sentenció—, y menos cuando se entere de lo que haces mientras ella no está, sería una lástima —hizo una pausa dejando notar el disfrute en la voz—...que alguien te la quite...

James se giró con brusquedad dispuesto a hechizarlo, pero para cuando se dio cuenta fue muy tarde pues Regulus ya había vuelto a Sortilegios Weasley, quizá con una aparición.

Regulus entró a la tienda de su familia.

James era un completo idiota.

Eso siempre lo había sabido, pero nunca pensó que lo fuera tan grande como para hacer una porquería como esa.

Si bien no le agradaba Arwen y le era demasiado molesta, consideraba que ninguna mujer merece ser engañada y mucho menos, cuando la pelirroja defendió a James a capa y espada.

Solo esperaba que la cabello de tomate agrio no fuera tan estúpida como James y abriera los ojos antes de que las cosas empeorarán.

⚜⚜⚜

—Entonces, por lo que me comentaste —habló la morena terminado de acomodar las tazas—...ese rompe maldiciones que estuvo en la Abadía el día del accidente y el que salió en el artículo que decía que era tu novio y padre de un hijo que nunca tuviste...¿es tu ex novio y también hijo de tu tío Jerome? Pero, no es tu primo—cuestiono aun con algo de confusión tras escuchar toda la historia—...y...ahora su hermana que es manipulada por la ex novia de tu hermano te odia porque te culpa de que hace un año termino en coma debido a que te dijo cosas horribles el día de tu cumpleaños diecisiete y al parecer fue envenenado con lo mismo de los aurores por eso dijo eso...y hace dos días golpeo al que fue tu loco y abusivo ex novio de la infancia quien parece muy obsesionado contigo, así que estuvo en la sala de interrogatorios del ministerio, tú y él hablaron, casi se besan, pero su hermana interrumpió, te grito cosas horribles, después llego uno de tus hermanos y la detuvo, resulta que a tu hermano le gustaba o gusta la hermana de tu ex, al ver que discutían interrumpiste, ella te dijo que desaparecieras de la vida de Jerome y de su hijo, dijiste que si porque ya no quieres que peleen, pero luego tu ex exploto y dijo que estaban locas, ella por pedir eso y tú por aceptar, por lo que tu ex y su hermana discutieron —hizo una pausa para tomar una bocanada de aire, ya que al hablar tan rápido este le hizo falta—, luego perdiste el conocimiento ya que el estrés te causo un colapso mental, al despertar te enteraste de que tu otro ex se tendría que quedar en Londres hasta que sea la audiencia por golpear a tu ex más reciente, no quisiste hablar con tu ex rompe maldiciones porque vas a cumplir tu promesa y desde ese día te ha estado buscando ya sea por teléfono o yendo a tu casa, inclusive en el trabajo, pero piensas alejarlo para que el no siga peleando con su hermana y también de Jerome para que tengan una familia feliz...¿eso es lo que paso en tu fin de semana?

La azabache pasaba el trapo tratando de pulir las decoraciones de cristal y asintió cuando Mary Jenell terminó de hablar.

—En resumidas palabras eso fue lo que pasó en mi fin de semana —la miro aceptando las tazas que le entregó—, y en teoría Maxence no es mi exnovio, porque no fuimos novios.

—Hacían cosas de novios... ¡Tuviste tu primera vez con él, eso hacen los novios!

Anired inflo las mejillas sonrojadas.

—¡No necesita ser mi novio para que tenga sexo con él! —defendió y suspiro—, nunca hablamos de lo que éramos y no nos besábamos en frente de mis padres, tíos o abuelos, así que no era oficial.

—Sean manzanas o calabazas, en pocas palabras si es tu ex —miro a Anired— ¿Quieres que te diga mi verdadera opinión sobre lo que me acabas de contar o solo lo hiciste para desahogarte?

La menor terminó de acomodar los juegos de té.

—¿Tu opinión es...?

Mary Jenell se acercó a la barra que las dividía recargándose sobre esta.

—¿Quieres la verdad o una mentira, Anired?

La miró, sabiendo que su asistente personal y amiga por lo regular era demasiado directa y honesta al decir la verdad.

—La verdad.

—Eres una tonta.

Soltó de la nada y la Black-Weasley la miró ofendida.

—¡Oye...!

Antes de que pudiera continuar, Mary decidió seguir hablando.

—No te ofendas, pero es que...se ve que sientes cosas muy fuertes por ese rompe maldiciones, he visto lo nerviosa que te pones y cuando hablas de él se te iluminan los ojos —comenzó a explicar su punto—, y también amas a tu tío Jerome, ellos dos también te quieren...entonces, el alejarte por el capricho de esa chica es una tontería...no tiene motivos reales para odiarte, está siendo manipulada por Inalga o como sea, probablemente después se arrepienta, pero no es justo que por eso tú tengas que alejarte de las personas que quieres, he visto cuánto has sufrido por ese chico, quizá nunca antes me habías dicho su nombre, pero desde que te conozco y he trabajado contigo he visto cómo veías o llevabas sus fotografías por todos lados, como le marcabas a tu tío para preguntar por él o como incluso me pedias un poco de cabello o a Elijah para hacer poción multijugos y poder ir a verlo entrenar o a sus partidos de ese juego raro en el que todos se golpean sin que se dieran cuenta...

Las mejillas de Anired se pusieron más rojas dándose cuenta de lo obvia que había sido.

—...y por lo que me has contado es evidente que él siente lo mismo por tí desde que se conocieron por primera vez... ¿así que aún crees que sea justo volver a dejarlo cuando él te ha esperado por todo ese tiempo? —Anired suspiro—, tampoco es justo que tengas que reprimir lo que sientes, Anired, créeme que tú te mereces ser feliz, has sufrido mucho por culpa de otro tardado como para que ahora tengas que alejarte de lo que quieres solo por egoísmo de esa niña manipulada.

—Me da miedo que Amalie tenga razón —confesó bajando la mirada para ver las manos propias que jugaban con una de las tazas de fina porcelana—...que lo dañe otra vez y que yo sea algo que no le convenga, por fin Max está logrando ser feliz y llevar una buena vida... ¿Qué tal si yo destruyo todo eso?

Mary negó varias veces y tomó las manos de Anired para quitarle esa taza y hacer que la viera.

—Anired, tú no le hiciste daño, él estaba mal, tenía depresión y estaba hundiéndose en el alcoholismo, si no era ese día habría sido cualquier otro cuando tocara fondo, y por lo que me contaste es que sus métodos de tocar fondo no eran muy saludables que digamos, necesitaba que lo ayudaran, pero no de la forma en la que tú lo hiciste, porque claro que lo ayudaste de una u otra manera —apretó sus manos con cariño— ¡Y por Merlín! ¿Cómo no le vas a convenir?..¿Te has visto? Eres hermosa, mega inteligente que tienes una especialidad y estas por iniciar otra, millonaria, modelo internacional que incluso hay rumores que podrías ser una de las nominadas para los premios Fashion Models de este año, bailas ballet, tocas varios instrumentos, eres hija de la ministro y de uno de los dueños de Sortilegios Weasley, descendiente de la familia Black y Flamel, eres amable, participas en fundaciones que apoyan diversas causas, inversionista en Femmes Survivantes, estás por abrir tu propia tienda de té...Anired...¡Eres la jodida princesa Black-Weasley! ¡Eres Anired Georanne!...¡Eres el puto paquete completo, cualquiera quisiera estar a tu lado o hasta matarían por una mirada tuya! ¡Claro que le convienes a ese chico!

Anired tuvo que sorber por la nariz y las lágrimas calientes bajaron por sus mejillas, esos últimos días había estado demasiado estresada y triste por todo lo sucedido que se la pasaba llorando días tras días preocupando a sus padres y familia, cosa que no quería hacer, pero simplemente no podía más.

—Hey —llamó Mary—...no llores, no puedes estar con los ojos hinchados... ¡Recuerda que en dos horas tienes una sesión de fotos de Victoria Secret!

Anired sonrió con diversión ante la preocupación de su asistente y tomó un pañuelo de piel para limpiarse las lágrimas y tratar de controlarse, pues como decía Mary tenía una sesión de fotos por hacer.

Unas extrañas voces y el escuchar como los pasos entraban a la tienda que aún no estaba inaugurada y mucho menos en servicio hicieron que Mary dejará las tazas y se acercara para ver a las personas que acababan de entrar.

—Aún no estamos en servicio —explicó la morena—, puede ver la fecha de inauguración en el cartel de fuera.

El hombre la miró.

—¿Se encuentra la señorita Anired Georanne?

Mary Jenell al escuchar el nombre de la modelo lo miro de manera cuidadosa, podría tratarse de algún reportero o incluso de algún fan, no es que no le agradaran los fans de la Black-Weasley, pero en ocasiones algunos resultaban demasiado intensos.

—¿Quién la busca?

Si pregunto directamente por ella, de nada valía negar que la conociera.

—Ah, es que traemos esto —el hombre se hizo a un lado para dejar ver a otra docena de hombre uniformados que llevaban enormes ramos de rosas rojas en las manos—, nos pidieron que lo trajeras aquí, todos son para ella.

Mary miró con sorpresa y luego giró la mirada para ver hacia la cocina en donde la menor se lavaba la cara.

—Si quiere...puede ir dejándolas en la mesa —las señalo— ¡Anired!

El hombre asintió para decirle a los demás que pasarán y dejarán los enormes ramos, pero eran tantas que arriesgaban a que el peso pudiera hacer que se cayeran por lo que finalmente fueron colocándolas en el suelo que poco a poco eran cubiertas por brillantes rosas rojas.

—¿Qué es esto? ¿Por qué hay tantas flores?

Cuestionó la azabache viendo los ramos con curiosidad, si siguen de esa manera pronto tendrían que salir del lugar, el aroma a rosas frescas era sumamente agradable que la Black-Weasley no pudo evitar sonreír disfrutándolo.

—Son tuyas, te las enviaron.

—¿Quié...?

Dejo las palabras en el aire cuando el hombre se acercó a ella con un ramo de rosas rojas que parecían brillar, a diferencia de los otros, este iba envuelto por un elegante papel negro y atado por un listón rojo.

El brillo y el color rojo eran demasiado intensos.

Ese tipo de rosas solo las había visto en una ocasión.

Y se trataban de veinticuatro rosas que estaban en medio del jardín de su madre, aquellas rosas que fueron las primeras que Fred le regaló a Anirak.

No recordaba el nombre, pero estaba segura que había un significado de ese brillo intenso.

—¿Señorita Anired? —llamó el hombre y ella asintió—, nos dieron instrucciones de que este ramo fuera entregado directamente a usted.

—Gracias —Anired lo aceptó, y pudo contar rápidamente veinticuatro rosas que hacían que el ramo pesara en sus manos—...pero... ¿Quién las manda?

—La tarjeta viene en ese ramo—informo para ver a Mary—, necesito que me firme de recibido.

—Sí, voy.

La morena siguió al mensajero dejando a Anired con sus cientos de rosas que inundaban el lugar con el dulce y fresco aroma.

A como pudo logró ponerlas sobre la barra con delicadeza, pronto les buscaría y florero.

Sin perder más tiempo tomó el pequeño sobre para sacar la tarjeta, esperando que dijera el nombre del remitente:

"Anired:

Se qué estas a unos días de inaugurar la tienda de té que tanto soñaste, también conozco que te has esforzado en que toda la decoración vaya a juego, especialmente siguiendo la temática de las rosas rojas que tanto te gustan.
No sabía que darte como regalo ante ese logro, pero finalmente después de pensarlo recordé tu precioso rostro cada vez que estás en el jardín de rosas de tu madre, en cómo las amas y lo mucho que te gusta el aroma, como incluso el primer té que hiciste fue de rosas.
Quizá no es un jardín lleno de rosas, pero espero que las disfrutes.
Al igual que espero que pronto hablemos.

Con cariño:

Maxence D'Acanto"

El rostro de la azabache se tiñó de rojo al leer la carta y no pudo evitar sentir como el corazón le latía con intensidad al pensar en ese rubio de ojos azules que parecía no salir de su vida.

Aunque no lo negaría, Anired no quería sacarlo de su vida.

A veces ya n o estaba segura de cuál sería la mejor decisión o como podría hacer que las cosas estuvieran bien.

Solo deseaba no tener que preocuparme por nada y poder estar al lado de Maxence D'Acanto.

—¿Aún no piensas que es una tontería esa promesa que hiciste?

Cuestiono Mary viéndola fijamente, al parecer se había dado cuenta de quien fue la persona que se las envió, era muy probable que esa información la consiguiera del mensajero como la excelente asistente personal que era.

—Ni siquiera estoy segura.

Un suave suspiro escapó de los labios de la más pálida para ver las rosas con demasiado amor, las cuales no dejaban de brillar con intensidad.

[...]

Su cuerpo se movía con agilidad ante la cámara que la apuntaba, logrando con perfección cada pose que se deseaba, era como si hubiera nacido para modelar.

Cada movimiento o gesto reflejaban una enorme seguridad y dominancia, no se sentía avergonzada al usar una ropa interior tan pequeña, por el contrario, era como si en esos momentos le brindara mayor seguridad y dominio de sus emociones.

Como si nada de lo que pasaba fuera del estudio fotográfico importara, solo eran ella y la cámara.

Nada más.

Liberaba de esa forma, era una sensación llena de alivio como la que le brindó alguna vez provocarse el vómito, ahora eso lo obtenía modelando o bailando ballet con todo su esfuerzo y energías.

Era simplemente maravilloso.

Porque en su mundo o en Aniredlandia como sus padres lo llamaban, no había nada más, no existían el estrés, el miedo, Deyan no la atemorizaba, no tenía esas pesadillas cada que cerraba los ojos en donde Maxence terminaba muerto, Amalie no la odiaba...era simplemente paz y tranquilidad.

—Bien... ¡Tomemos un descanso! —gritó el fotógrafo para ver a Anired —, Anired, perfecta y preciosa como siempre, me alegra tanto trabajar contigo.

Anired sonrió y asintió.

—A mí también me agrada hacerlo.

Varias veces ya había trabajado para Victoria Secret y lo disfrutaba, ya que incluso los descansos eran algo largos permitiendo que hasta tomara una ducha.

Agradeció cuando Mary Jenell le colocó una bata de algodón sobre los hombros, anteriormente le avergonzaba demasiado sobre su cuerpo, ahora lo amaba, tratando de cuidarlo de todas las maneras posibles y tratándolo como un templo.

—Mmm...hay alguien que quiere verte y se coló a la sesión de fotos...

Informó Mary Jenell con las cejas fruncidas esperando a ver la reacción de la azabache.

Anired giro la mirada hacia donde señaló su asistente y se quedó sin palabras al distinguir al varón, a pesar de usar una gorra cubriéndole el cabello lo podría reconocer en cualquier parte.

—¿Cómo logró entrar?

Indago, si no tenía un gafete o algún asunto que hacer en el estudio era imposible que pudiera pasar.

—Al parecer conocer a alguien importante aquí, lleva desde que iniciaste con la sesión...

Anired suspiro, sabiendo que no se iría hasta que hablaran.

—Estaré en mi camerino con él, conociéndolo no se irá hasta que acepte hablar con él.

—¿Qué nadie los interrumpa?

—Por favor.

Pidió Anired caminando al hombre a unos metros de ellas, quien la miraba con una intensa y profunda mirada.

—Hola...

Saludo al verla frente a él, Anired lo tomó de la mano para hacerlo caminar con ella sintiendo la mirada sobre ambos.

—¿Qué haces aquí, Maxence?

Pregunté atravesando el estudio con facilidad hasta ir a su camerino.

—Me estas volviendo a ignorar —informo el rubio—, necesitamos hablar... ¿te gustaron las rosas? —entré al camerino con ella y sonrió—, vaya...que lindo.

Comento viendo el lugar, era moderno, de color rosado y demasiado femenino, incluso los sillones tenían de esos cojines llenos de tela peluda resultando demasiado suave, había un enorme tocador donde descansaba algunos maquillajes frente a un gran espejo en forma de media luna que la Black-Weasley usaba seguidamente para arreglarse cada que tenía una sesión de fotos en ese lugar.

—Sí, me gustaron...gracias —se recargo del tocador cruzando los brazos sobre el pecho viendo al alemán—...Maxence...le prometí a tu hermana...

—Y te dije que estabas loca —interrumpió acercándose unos cuantos pasos —... ¿A caso no importa lo que yo siento, Anired? Estás siendo demasiado injusta tanto conmigo como contigo, no te puedes seguir culpando de algo que tú no hiciste y mucho menos de hacerle caso a Amalie, la cual está mal...

—Quizá ella tiene razón.

Anired desvió la mirada al verlo tan cerca frente a ella.

—No, no la tiene —con delicadeza llevó la punta de los dedos hasta acariciar la fina mandíbula de Anired, la que se estremeció ante esa dulce caricia—...Anired, tú no me dañaste...al contrario, si ahora llevo una buena vida, tengo una familia y un trabajo es gracias a tí —la menor lo miró sin comprender—, si tú nunca hubieras aparecido en mi vida probablemente habría terminado muerto desde hace tiempo.

—¡Max!

Regaño Anired antes las palabras que decía frunciendo el ceño con molestia al solo imaginar a ese alemán muerto, era un escenario que se negaba a pensar.

—Anired, antes de que aparecieras en mi vida siempre la vi como si se tratara de un hoyo negro, por más que trataba de salir había algo que me jalaba y hundía en la oscuridad, mi infancia y parte de adolescencia siempre fue una mierda, en parte por mi actitud y en parte por todo lo que se vivía en mi familia...normalmente no me importaba no agradarle a los demás, pero realmente me sentía muy solo, era como si no perteneciera a ningún lugar, como si todos me consideraran una mala persona —Anired estaba en silencio escuchando las palabras de D'Acanto, quien tenía una expresión vacía en el rostro demostrando que no le gustaba hablar sobre pasado—, siempre que me acercaba a alguien era buscando cualquier beneficio que pudiera obtener, no me importaba si dañaba a los demás solo me importaba yo mismo... pero, cuando te vi por primera vez fue como si todo se iluminara —sonrió con las mejillas rosas al igual que el cabello que era oculto por la gorra al darse cuenta de lo cursi que se volvía con la menor—...sé que suena tonto, pero cuando me diste esa pulsera en ese tonto partido de Quidditch y cuando me sonreíste después de ayudarte a encontrar al matrimonio Granger-Krum —frunció el ceño al decir ese apellido—, fue como si hubiera aparecido algo nuevo en mí, ni siquiera quería algo a cambio por ayudarte...es difícil de explicar, pero Anired, fuiste tú quien me hizo creer que tal vez existe algo mejor para mí, que podía añorar a una mejor vida, fuiste la primera persona que se preocupó genuinamente por mí, al igual que la primera persona que realmente me llego a gustar, y no solo físicamente, si no más allá de eso, quería saber todo de tí desde que te conocí, que te hace feliz, que te gusta, que cosas odias...en fin, con forme fue pasando el tiempo todo se volvió más intenso, y créeme que no hay día en el que no me arrepienta al recordar las veces que has llorado por mi culpa, quisiera nunca haberlo hecho...así que, Mein Herz, tú no tienes la culpa de nada de lo que me haya sucedido, por el contrario.

—Pero...Max...

Murmuró sin saber qué decir ante todas las palabras del rubio por más que quería rechazarlo le era imposible, porque lo que sentía por él era tan intenso que la hacía querer estar cerca de él, a su lado.

—No hay pero que valga —sonrió con burla acariciando la pálida mejilla que estaba roja, podía notar los ojos grises acuosos, parecía a punto de llorar—, no llores, no va a ser lindo que tengas el rostro hinchado en tu sesión de fotos.

Anired sorbió por la nariz tratando de retener el llanto, Maxence al verla de esa manera sabía que debía de cambiar el tema, tal vez no le había dado una respuesta, pero tampoco rechazado por lo que solo que solo era cuestión de esperar y seguir a lado de Anired, quizá en algún momento todo volvería a ser como antes o incluso mejor.

—Te veías preciosa con esa ropa y modelando —la miro a los ojos relamiéndose los labios al recordar la diminuta ropa que apenas y la cubría—...tan hermosa que me siento celoso de que los demás puedan verte de esa manera —le acarició un mechón del largo cabello suelto y oscuro que caía en suaves ondas—...cada que te veo de esa manera, recuerdo cuando te cogí por primera vez y lo dulce y sexy que te veías con ese pequeño conjunto rojo.

El rostro de Anired pasó por varios colores cada que escuchaba las palabras de Maxence que hablaba con una voz ronca.

—La diferencia es que ahora no los uso para tí —la voz de la mujer estaba llena de diversión y burla disfrutando de provocarlo con esas sencillas palabras, a pesar de sentir temblar las piernas—, tendrás que conformarte con verme en las revistas o anuncios de televisión.

Maxence chasqueo la lengua, no negaba que le encantaba esa nueva faceta de Anired que ya no parecía querer salir corriendo cada que decía algún comentario subido de tono, sino por el contrario, parecía demasiado segura y sexy volviéndola aún más atractiva si es que eso era posible.

—Esto es demasiado castigo, no creí que fueran tan mala— murmuro con los ojos azules oscuro cubiertos por una bruma llena de placer—, es una deliciosa tortura verte con esa diminuta ropa y no poder tocarte.

Anired, sin ningún disimulo o vergüenza bajó la mirada al pantalón del hombre frente a ella para distinguir la notable erección.

Maxence sentía el cuerpo caliente y como la sangre recorría rápida y fervorosamente cada parte del cuerpo para terminar en la entrepierna, sintiendo como su miembro era apretado por el bóxer y pantalón.

Tuvo que cerrar los ojos y apretar la mandíbula con fuerza para evitar soltar un jadeo cuando los pequeños y traviesos dedos de Anired pasaron sobre su pene erecto.

—Esconde esa erección o no volverás a acompañarme a otra sesión —murmuró contra sus labios con una sonrisa divertida al ver lo que había provocado con tan poco en un hombre como Maxence —, ya es suficiente con los rumores de que tengo un hijo secreto con mi ex, para que ahora digan que me cojo a mi ex novio en el camerino.

Las labios de Maxence se curvaron en una sonrisa mirándola con intensidad, dándose cuenta que ella admitía que alguna vez fueron novios, aunque él estaba decidido a recuperar aquella relación.

—Lo de que te cojes a tu ex, si sería un rumor, porque yo no soy tu ex, soy tu actual y definitivamente te voy a coger en este lugar —sentenció con voz ronca rodeando la cintura con el brazo para atraerla a su cuerpo—...eres mía.

Anired ahogó un jadeo y sonrió lamiéndose los carnosos labios, lo que provocó que la punta de la húmeda lengua rozara la boca de Maxence.

—Quisieras ser mi actual, Maxxie.

Los ojos grises brillaban como un diamante en bruto y la pupila estaba dilatada viendo al Alemán con intensidad y de forma retadora, intentándolo a que fuera más lejos.

Maxence no tuvo que esperar más para estrellar la boca contra la de ella sin ninguna clase de cuidado, penetrándola con la lengua recorriendo la cavidad bucal y llenándola con su sabor.

Anired recibió al rubio con la misma intensidad, rozando los dientes en la lengua que se movía con maestría y llevando los brazos hasta el masculino cuello.

Sus lenguas se rozaban una y otra vez, las salivas se mezclaban volviendo el beso completamente húmedo.

Las manos del varón de inmediato lograron quitar las bata que cubría el femenino cuerpo, dejándolo en esa pequeña ropa interior que apenas cubría lo necesario.

Anired quitó la gorra de Maxence lanzándola lejos de ambos y quitándole el molesto saco dejándolo solo en una camisa verde oscuro que se cernía al marcado cuerpo, las manos de la azabache acariciaba el torso para ir a los botones que comenzó a abrir lentamente.

Maxence mordió el labio de la más baja para romper el beso dejando un hilo de saliva entre ambos y verla por unos segundos, disfrutando de ver nuevamente su cuerpo de esa manera, no evitó acariciarle la cadera y llevar las manos hasta el carnoso trasero, lo apretó con fuerza para que rozara el vientre contra la erección que palpitaba bajo el pantalón.

—Tu precioso culo es tan duro como lo recordaba —le besó la mandíbula de forma húmeda dando un camino que lo llevaba al cuello de la Black-Weasley, la que soltaba pequeños jadeos—, y hueles tan jodidamente bien.

Anired movió la cabeza dándole completo acceso al fino cuello, logró finalmente quitar la camisa que terminó en el suelo y sonrió al poder acariciar el torso de Maxence, la piel era cálida y su abdomen estaba duro y marcado justo como pensó cuando se reencontraron por primera vez, dándose cuenta de lo mucho que había crecido, ya no era delgado, había embarnecido resultando demasiado sexy.

Los ojos grises se detuvieron en el tatuaje que se encontraba en el torso de lado izquierdo de más alto.

Pasó los dedos finalmente dándose cuenta de la forma que tenía, la última vez que lo vio sin camisa no lo tenía por lo que debió habérselo hecho en ese último año.

—¿Una bailarina de ballet?

Cuestionó con curiosidad, sabía que Maxence no era exactamente fan del ballet.

Max dejó el cuello de Anired por unos segundos para verla y sonreír.

—Mm...tú bailas ballet —Anired se puso rojo nuevamente—...y me lo hice cuando fue tu debut...ya sabes...

Murmuró igual de rojo que Anired la que puso más atención recordando que su debut en el modelaje fue con una sesión de fotos representativa al ballet, la silueta de bailarina tenía forma de un arabesque siendo una de las poses que hizo en esa sesión causando que se viralizada de inmediato y con la que fue más reconocida.

Anired sonrió asimilando que ese tatuaje era por ella y no pudo evitar besar a Maxence nuevamente cosa que fue devuelta mientras, la gran mano del varón le acariciaba el trasero disfrutando de sentir la diminuta prenda que se perdía entre los carnosos glúteos que amasaba.

Max sacó la varita con la mano libre y dejando por unos segundos los labios de Anired lanzó el hechizo muffliato y antialohomora de manera no verbal para no ser interrumpidos.

Maxence vio fijamente a Anired y pasó la punta de la varita sobre los carnosos labios que estaban rojos e hinchados después de todos los salvajes besos que habían intercambiado.

—Si no quieres —su voz era ronca y masculina cosa que provocaba las piernas de Anired temblar y que su núcleo palpitara—...solo tienes que decirme que pare, Anired.

La punta de la varita de Maxence bajo por la barbilla provocando un suave cosquilleo a la Black-Weasley que mordió el labio inferior con sus pequeños dientes, sintiendo la caricia que le daba Maxence sin utilizar los dedos, le causaba un hormigueo en el cuerpo, pronto el trozo de madera bajo por en medio de los pechos pasando al abdomen que se encontraba plano.

Max tragó saliva al poner más atención en el cuerpo de Anired, ya no era aquella chiquilla delgada a la que le manchó la inocencia, ahora era una mujer, con curvas marcadas y unos pechos que parecían estar esperando por él, sin duda ya no era para nada una tabla de planchar, no había ningún rastro de eso.

Anired se estremeció cuando la varita se detuvo sobre la fina braga de tela negra, el alemán dibujaba figuras imaginarias justo por encima de su vulva.

—¿Y si no quiero parar?

Anired lo miro a los ojos con seguridad y a los pocos segundos los pequeños labios se abrieron dejando escapar un gemido cuando la varita de Maxence se movió sobre los húmedos labios vaginales.

La varita era dura y áspera provocando más fluidos de Anired que comenzaban a traspasar las tela humedeciendo la madera que resbalaba con facilidad.

Maxence sonrió con diversión y morbo al ver como Anired ponía una expresión de disfrute en el rostro y los gemidos escapaban de los femeninos labios al masturbarla con su varita la cual seguramente guardaría el delicioso aroma de su húmeda vagina, el solo pensar en eso causó que su pene se endureciera reclamando el estar dentro de ella.

O aún mejor, del apretado y duro culo que acariciaba con la mano.

El solo pensar en penetrar cualquiera de sus orificios causaba que la boca se le hiciera agua y el abdomen se le contrajera.

Anired apretó las piernas contra la varita de Maxence que se seguía moviendo contra los pliegues, el alemán subió un poco más las varita causando que se introdujera un poco aun con la tela de las bragas rozando el clítoris.

Max dejó el trasero de Anired subiendo la mano por la espalda hasta llegar al broche de la prenda de encaje que cubría esos grandes pechos que rebotaban cada que ella se movía por la varita en medio de su vagina que se seguía moviendo.

El sostén cayó al suelo y Maxence no evitó poner una sonrisa relamiéndose el labio inferior al poner mayor atención en los pezones de Anired.

—Por Dios...al parecer me he perdido de mucho...

Comentó viendo las piezas plateadas que resaltan en sus pezones.

Anired se había perforado ambos pezones.

—Por lo regular no uso brasier —confesó Anired con una sonrisa—, pero como hace frío uso abrigos gruesos, supongo que por eso no los sentiste cuando me subí contigo en la moto.

Ciertamente, si no llevara abrigos esos días desde antes se habría percatado de las perforaciones de la Black-Weasley, que la hacían ver jodidamente sensual.

—Son lindas —movió la varita contra el núcleo de Anired y con la mano libre acaricio la perforación—...me pregunto a qué sabrán...

—¿Y por qué no mejor las pruebas?

Esas provocaciones tan directas de Anired estaban volviendo loco al D'Acanto que sin perder más tiempo se inclinó para atrapar el pezón perforado con la boca.

Al inicio fue algo extraño el sabor a metal, pero pronto se acostumbró e incluso le gustaba cómo se sentía el dardo de carne tan duro junto con esas bolitas con las que jugaba con la lengua.

Anired solo podía gemir y pasar los dedos entre el cabello de Maxence.

Gracias a las perforaciones, sus pezones eran más sensibles disfrutando de la traviesa lengua de Max que jugaba con el pezón y la perforación, aparte que la varita con la que la masturbaba la estaba volviendo loca, sentía los fluidos recorrer sus muslos volviéndolos más pegajosos.

Su núcleo se contrae pidiendo ser saciado por el alemán que se encontraba igual de hambriento que ella.

Los dos se encontraban en una especie de éxtasis al estar nuevamente de esa manera, sus cuerpos parecían conocerse a la perfección, pero al mismo tiempo eran las nuevas sensaciones ya que habían cambiado de cierta manera.

Maxence dejó el pezón de Anired completamente rojo y lleno de saliva para alzar la mirada y verla.

—Mi varita resbala tan bien —sonrió al escuchar el pequeño ruido acuoso que provocaba la varita con los fluidos de Anired—...estas tan húmeda con eso... ¿Cómo estarás cuando meta mi pene dentro de tu apretada vagina, la que parece estar hambrienta por mí?

Anired no pudo ni responder ya que él la tomó de la cadera con brusquedad para girar en contra del tocador.

—Mira lo precioso que está tu culo...preferiría que fuera mi pene o mi cara los que estuvieran en medio de tus nalgas y no esa diminuta tanga.

La gran mano de Maxence dio un azote contra la pálida nalga de Anired que pronto tomó un color rojizo.

—¡Max!

Chillo Anired, le ardió un poco, pero rápidamente la sensación fue adormecida por el cosquilleo que le provocó el placer ante ese golpe y las palabras sucias del rubio.

—¿Qué? ¿No te gusta?

La mirada azul y la gris se toparon por el espejo, las manos de Anired descansaban en el tocador.

Y en lugar de responder, Anired se inclinó recargando el pecho en el tocador y alzando el trasero a Maxence como si se lo estuviera ofreciendo, poniéndolo a su disposición.

Max sonrió ante esa vista, ya que las nalgas de Anired se separaron un poco causando que su trasero se viera más grande, no evitó acariciarla y rozarse por unos segundos soltando un jadeo.

—Mírate...te comportas como una perra en celo, Anired, ofreciendo tu precioso culo completamente a mí.

Si alguien más le dijera eso lo habría golpeado, pero al tratarse de Maxence su vientre causó cosquilleo y no pudo evitar moverse más para volver a rozar la erección del alemán por encima de los pantalones.

—No quiero tener sexo anal aquí —sentencio Anired aun no sintiéndose preparada para hacerlo de esa manera, ya que por las experiencias que había escuchado de sus amigos sabía que era algo doloroso—, así que ni se te ocurra meterla.

—No te preocupes, te daré algo mejor.

Prometió Maxence y Anired miró a través del espejo, viendo como el Alemán se agachaba poco a poco.

Maxence se puso de rodillas frente al gran culo de Anired que tantas veces quiso ver de esa manera, era mucho mejor que en sus sueños, la diminuta tanga negra se perdía completamente húmeda por los fluidos de su azabache.

Dejó la varita a un lado y comenzó besando una de sus nalgas, la piel era suave.

Sin evitarlo la mordió y succiono para dejar una pequeña marca roja.

Anired soltó un quejido al sentir los dientes de Maxence contra su glúteo, era extraño, pero al mismo tiempo quería más, tragó saliva al pensar en lo que probablemente haría el rubio, se sentía nerviosa, pero al mismo tiempo excitada.

Maxence pasó los dedos por en medio de las nalgas de Anired alzando la tanga, la azabache se estremeció al sentir sus dedos en esa parte tan privada.

—Tranquila, bonita.

Le dijo el alemán besándole la nalga izquierda y haciendo la tanga a un lado sin quitarla, dejando expuesto el trasero de la azabache a él.

Los besos de Maxence sobre la pálida piel estaban llenos de saliva, con ambas manos separó las nalgas de Anired la que no evitó cerrar las piernas por inercia.

—Anired...

Llamó Maxence como si la estuviera regañando, cosa que despertó el morbo de la Black-Weasley.

Al sentirla ya no moverse y ver que volvía abrir un poco las piernas llevo los besos dentro de las nalgas de Anired, la zona era algo seca a comparación de la vagina, pero no le incomodo al contrario comenzó a pasar la lengua para humedecer.

Los gemidos de Anired eran agudos, podía ver su propio reflejo con el rostro rojo y como el pecho le subía y bajaba gracias a las nuevas sensaciones experimentadas.

Maxence dio un sonoro beso justo en el orificio, ganado un fuerte gemido de Anired, pronto la traviesa lengua salió para humedecer todo a su paso y hacer un poco de presión contra aquel agujero que nunca había sido invadido de esa manera.

Anired se encontraba algo consternada por el enorme placer que estaba experimentando al sentir a Maxence haciéndole una especie de sexo oral anal, nunca se le había pasado por la cabeza que al alemán le gustara ir por ese lado, pero a como lo hacía podía decir que se encontraba demasiado cómodo y extasiado al igual que ella.

La lengua de Maxence recorría toda la zona haciendo más énfasis en la zona anal de Anired, dejándola completamente húmeda, con ambas manos apretaba el trasero de Anired y trataba de sumergir la cara como si quisiera perder en ese lugar que ya estaba lleno de su propia saliva.

—Max...

Gimió Anired echando la cabeza hacia atrás cuando una de las manos terminó jugando con el clítoris inflamado sin dejar de lamerle el trasero.

Maxence estaba vuelto loco con el sabor de Anired al igual que con su aroma, ambas cosas lo ponían más caliente y duro sintiendo el líquido preseminal humedecer su bóxer, estaba seguro que si seguía de esa manera podría correrse incluso sin penetrarla.

Acariciaba el clítoris de forma circular y formando un reloj de arena, las piernas de Anired temblaban pues ya estaba a nada de tener un orgasmo ante las atenciones de Maxence en su zona anal y clítoris.

Todo el cuerpo de la Black-Weasley se volvió a estremecer al sentir uno de los dedos de Maxence formando círculos sobre su orificio trasero y hacer un poco de presión lo que ganó un gemido audible por parte de Anired.

Maxence se alejó un poco del trasero de Anired y llevó el dedos a sus pliegues pasándolo por en medio para humedecerlos con los fluidos de la más baja y después llevarlo a la boca el que saboreo llenándolo de saliva disfrutando del sabor.

Pronto volvió al trasero de Anired y con el dedo húmedo acaricio el ano que parecía contraerse evitando que entrara.

—¿Solo uno?

Cuestiono Maxence pidiéndole permiso a Anired para penetrar aquella zona.

—S-sólo uno...hazlo lento...

Pide, llena de placer y morbo, no negaría lo bien que se siente tener la lengua del rubio al igual que su dedo rozarla.

Max sonrió.

—Solo relájate, en el momento que quieras voy a parar, solo tienes que decirlo, bebé...

Anired destenso el cuerpo, Maxence hacia formas circulares y un poco de presión, poco a poco su dedo entró, sin brusquedad y con toda la suavidad que podía emplear comenzó a moverlo ganando más gemidos y maldiciones de Anired la que estaba sumida en completo placer y deseo provocado por el alemán que tan loca la volvía.

Maxence movía el dedo sin dejar de acariciar el clítoris ganando más gemidos de la azabache que comenzaron a llenar el lugar al igual que el ruido que provocaba la humedad de Anired.

Anired cerraba los ojos, el dolor era pequeño en comparación a todo el placer que recibía por Maxence el cual mantenía la sonrisa de satisfacción al verla disfrutar y como las piernas le temblaban.

—Mira como la niña de papi se está retorciendo de placer entre mis manos —comentó besándole la espalda —... ¿Qué diría si supieran que te me insinúas como toda una perra para que me coma tu delicioso culo?

Anired estaba sumida en la cúspide del placer y deseo, la última vez que lo hicieron fue bueno, pero esta vez era mucho mejor, todos sus sentidos estaban a flor de piel, las caricias de Maxence parecían quedarse marcadas y las palabras sucias que le decía solo la provocaban más.

Le encantaba como minutos antes podía decirle cosas dulces y ponerse nervioso ante su presencia, pero en esa situación era otro, un hombre lleno de morbo y dominancia sobre ella, la que como bien él decía, se volvió en una completa perra llena de sumisión por una de sus caricias.

El cosquilleo en el vientre se volvió más fuerte y sintió como todo dentro de ella se contrajo con fuerza, esa sensación que solo Maxence D'Acanto había logrado provocarle.

—Max—llamó entre gemidos—...voy...ah...

No pudo decir más ya que el orgasmo la golpeó de forma abrasadora y fuerte dejando que los fluidos mojaran los pálidos muslos.

Maxence sonrió ante su obra para sacar el dedo y dejar el hinchado clítoris tranquilo, beso por última vez la nalga derecha de Anired y se paró dejando una caricia en su trasero.

—Que buena niña eres, mein herz.

Dijo lo último en un perfecto alemán para besarle el hombro, viéndola recargada aun en el tocador respirando de manera agitada y con el rostro rojo.

—Espero que en lo que no estuve nadie más te haya tocado de esta manera, Anired —mencionó pasando los dedos sobre la columna vertebral de la menor—, porque como sabes, soy demasiado celoso contigo —se inclinó hablándole al oído—, si alguien más lo hizo me tendré que encargar de que ya no exista sobre la faz de la tierra.

Anired trago saliva, cuando hablaba de esa manera era como ver al Maxence del colegio, ese chico rudo que siempre estaba metido en peleas y que gritaba peligro por todos lados, la sensación de peligro y de amenaza encendía las alarmas de Anired, volviéndose más sensible ante su tacto.

No lo negaría, siempre considero que esa faceta del alemán era demasiado atractiva, quizás fue una de las primeras cosas que hicieron que se sintiera atraída por él.

—Nadie permitiría que nadie más me toque de esta manera —Maxence sonrió al escuchar la respuesta de Anired y le beso la sien—, pero, espero que no le hayas hecho lo mismo a alguien más mientras yo no estuve...

—Cielo—le beso el cabello viéndola por el espejo manteniendo esa sonrisa que causaba que se le marcaran los hoyuelos en las mejillas—, soy casi virgen, me has tenido en una abstinencia horrible, porque por nadie más se me para, mi pene y yo te pertenecemos por completo.

—Tonto...

Comentó Anired con una sonrisa.

—Anired Georanne—Maxence le besaba el hombro sin dejar todo su peso sobre ella—, me encantan tanto...me tienes completamente loco.

Anired se sentía querida entre sus brazos disfrutando de las dulces palabras que le decía Max con voz ronca y llena de adoración.

—Ani—ronroneo Maxence sobre su piel—...tengo un problema...no tengo condones.

Habló con sufrimiento ante la dolorosa erección que tenía, Anired sonrió, parecía un pequeño gatito maullando por una muestra de amor.

—Mph... me he hecho estudios para descartar enfermedades de transmisión sexual —habló viéndolo por el espejo—...así que estoy limpia...

Maxence comprendía a donde quería llegar.

—Yo también me los hecho...al igual, estoy limpio.

Recordó que hace no mucho fue a hacerse esas pruebas por consejo de Lyssandre, si bien no tenía una vida sexual activa en ese tiempo que Anired estuvo lejos de él, era más que nada por su seguridad y para prevenir cualquier anomalía, pero lo bueno fue que salió completamente limpio.

—Entonces me puedo comprar una pastilla del día siguiente o tomar la poción...

Maxence le sonrió alzándose para desabrocharse el cinturón y pantalón el cual resbalo por las piernas dejándolo en un ajustado bóxer negro, que como antes lo sintió, estaba mojado gracias al liquido preseminal.

—¿Estás segura?

Cuestiono antes de continuar, no quería que ella se arrepintiera por hacerlo de esa manera.

—Completamente.

Anired quería sentirlo dentro, volver a sentirlo suyo completamente.

El alemán se bajó el bóxer sintiéndose aliviado cuando su miembro fue liberado, estaba completamente erecto sabía que de esa forma no aguantaría mucho tiempo antes de correrse.

—Entonces, lo haré, Kleiner Hase...

Anired volvió a acomodarse, alzando el trasero para que Maxence pudiera acomodar, el rubio tomo el pene y lo rozo en los labios vaginales de Anired aún húmedos por el anterior orgasmo, el solo sentirle provoco que escapara un fuerte gemido de sus labios, la sensación era completamente maravillosa al no tener nada que los separara, ni siquiera un condón.

Siguió rozando por unos segundos más, hasta que las miradas se volvieron a cruzar y se acomodó, entrando lentamente en ella.

Anired cerró los ojos con fuerza, no era su primera vez, pero al no hacerlo su cuerpo había perdido la práctica, fue una punzada de dolor, pero poco a poco comenzó a acostumbrarse al nuevo invasor en sus entrañas.

Maxence se encuentra en la gloria, la apretada vagina de Anired lo envolvió a la perfección, la humedad y calidez lo llenaban de placer.

Las grandes manos terminaron sobre la cadera de Anired para comenzar a embestirla, ella solo podía gemir y arquear la espalda ante cada movimiento que cada vez se volvía más brusco provocando que las cosas sobre el tocador se movieran.

Ambos se veían a través del espejo.

Anired disfrutaba de ver a Maxence tras de ella, cogiéndola con fuerza mientras tenía ese rostro de satisfacción, el cabello rubio había pasado a rojo y los roncos gemidos escapaban de los labios, ni decir de los ojos azules que parecían los de un animal hambriento por tan brillantes que eran.

Maxence no apartaba la mirada del espejo, viendo como tenía a Anired, sosteniéndola de la cadera mientras la penetraba una y otra vez, agarrando un ritmo placentero para ambos, alternando movimientos circulares y rectos. El rostro de Anired estaba sonrojado, su cabello despeinado, los labios entreabiertos que en ocasiones mordía en una mueca de placer puro, las pequeñas manos arañaban la madera del tocador dejando diminutas marcas y ponía los ojos en blancos cada que gemía con fuerza.

Disfrutaba del falo de Max entrando en ella, como su vagina se contraía y abría cada que él se movía.

Maxence no podía sentirse más en el paraíso al estar de esa manera nuevamente, al volverla suya y que gimiera su nombre.

—Anired...

Gimió Maxence entrando en ella con fuerza inundando el camerino de ese sonido al igual del que provocaba sus testículos chocar contra ese carnoso trasero, cada vez se volvía más fuertes reflejando el gozo.

No supieron cuántos minutos estuvieron de esa manera, hasta que el cuerpo de Maxence se tensó y sus dedos se enterraron en la pálida piel de Anired.

—M-max...

Gimió Anired cuando el pene de Maxence entró con fuerza y más dentro, sintió como se contrajo y la sensación de un líquido caliente recorrerla que bajó hasta los muslos.

Cerró los ojos disfrutando de la sensación del líquido caliente dentro de su ser y como el cuerpo del alemán se contrajo para recargar la cabeza sobre el fino hombro con la respiración irregular y la frente sudada.

—¡Santa mierda! —exclamó Maxence con una tonta sonrisa en los labios y abrazando el femenino cuerpo de Anired—... se siente tan bien estar dentro de tí, Anired ...te extrañe tanto.

Anired soltó una pequeña risa ante sus palabras, disfrutando del calor corporal del cuerpo de Maxence, le resultaba demasiado cómodo y placentero el estar de esa manera.

—Yo también te extrañe mucho...

Confesó aun riendo ante los besos que Maxence dejaba sobre el cuello y hombro.

Ambos se notaban felices y cansados, pero al mismo tiempo en la gloria por volver a estar juntos de esa manera que tanta falta les había hecho.

El sonido de algo tronar llamó la atención de ambos, Maxence miró a los lados pensando en que quizá alguien los había visto.

—¡Max!

Chillo Anired, Maxence volteo a verla rápidamente, pero fue demasiado tarde.

El tocador sobre el que estaban recargado se acababa de romper provocando que ambos terminaran en el suelo.

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

¡Hola!

¿Qué les pareció el capítulo?

¿George Sirius y Amalie volverán a estar juntos?

¿Maxence y Amalie seguirán peleados?

¿Lyssandre logrará que sus hijos dejen de pelear?

¿Amalie recapacitara?

¿Regulus le dirá a James lo que vio?

¿Qué creen que haga Anired con tantas flores?

¿Anired y Maxence finalmente ya estarán juntos? ¿Se habrán lastimado o alguien los descubrira por lo que acaban de romper?

Bueno, ahora seguimos con las preguntas que dejaron en la actualización pasada, tome las que más se repetían y en la próxima actualización pondré otras.

Preguntas y respuestas parte 1:

Familia Black-Weasley

1. ¿Fred volvió a hablar con Molly?
No realmente, Molly si lo ha seguido buscando, pero él, con todo el dolor de su corazón, la trata como una persona x, si llega a ir a Sortilegios Weasley la trata como una clienta más y si llega a visitar a la casa Black-Weasley en ocasiones no le abren.

2. Además de Anired, ¿Algún otro miembro de los Black-Weasley tendrán hijos?
Sí, es muy probable, ya tengo algunos planes, pero en algunas ocasiones suelo cambiar de opinión.

3. George Sirius Black-Weasley:
¿Abrirán su tienda con Reg?
Definitivamente sí, y está mucho más cerca de lo que se imaginan.
¿A cuál de sus tíos o tías es más cercano?
Por el trabajo con George Weasley, también con Lys y Lyssandre.
¿Por fin podrá estar más adelante estable con Lie?
Sinceramente aún no sé, tengo algunas cuantas ideas y destinos para George Sirius, todo dependerá de las decisiones que vaya tomando Lie.

4. Regulus John:
¿Cuánto va a tardar en darse cuenta que le atrae o gusta Itziar de verdad?
Digamos que no mucho, pero si lo suficiente, ya que debido a todo lo que paso con Hannah y con Brooke no suele/puede confiar al cien por ciento en las mujeres o personas que intenten entablar una relación amorosa/amistad con él, se ha vuelto demasiado desconfiado a pesar de que no lo parezca y probablemente eso le traiga muchos problemas.

5. Anired Georanne:
¿No tendrá problemas para tener hijos por sus problemas de salud o sí?
Lamentablemente sí, si bien ha podido superar sus TCA y sigue con tratamientos debido al daño que sufrió tanto física como psicológicamente, su cuerpo aún no está del todo sanado por lo que podría presentar un alto riesgo en el embarazo o incluso no lograrse.

6. Gideon Geron (Gigi):
¿Irá a Hogwarts en su momento? ¿De qué casa sería?
Definitivamente sí, a lo mejor esté en Hufflepuff como sus papá o quizá en Slytherin como su madre y tíos (GS y Anired)

7. Mónica Shakebolt:
¿Tendrán más hijos con Louis?
Probablemente no, ya que consideran que la maternidad/paternidad es demasiado pensada y con una gran carga de responsabilidad así que quizá se queden solo con Gigi o bien, después de unos años podría tener otro, más no pasar de dos.
¿Dónde viven?
Actualmente en la casa Black-Weasley, es muy cómoda y los demás miembros adoran que están ahí, pero la casa oficial será a lado de la de los BW, siendo vecinos próximamente.

Familia Weasley-Delacour:

1. ¿Habrá más sobre ellos en la historia?
Un poquito, sí

2. George Weasley:
¿Cada cuánto se reúne con Fred o así?
A diario, jaja, trabajan juntos y es muy frecuente que las familias se juntan a cenar más de tres veces por semana pues las casas están pegadas y los patios se conectan.
¿Lys y él seguirán juntos?
Sí, su matrimonio y relación es muy sólida, se aman muchísimo.

Familia Delacour-D'Acanto

1. Lyssandre:
¿Se volverá a enamorar?
¿Encontrará el amor?
No se volverá a enamorar, como él ha dicho, el amor de su vida es Anirak a pesar de no ser correspondido. Considero que ya ha encontrado el amor al poder tener su propia familia, pero si bien nos referimos a amor romántico, solo tendrá un gran y único amor que es Anirak, por lo que prefiere la soltería.

2. Maxence:
¿En algún momento le contará a Jerome su visión?
¿Volverá a tener otra visión
Sí le va a contar y claro que volverá a tener más, si bien no es una veela completamente o sus poderes no son tan fuertes como los de una mujer veela (en este caso Amalie), gracias a todo lo que ha sufrido/pasado al tocar fondo se ha vuelto más susceptible al poder hablar con su yo del futuro.
Aparte que el Maxence del futuro es un mago muy prometedor e inteligente conociendo magia antigua y avanzada.
¿Lo veremos más en su profesión?
Sí, hay en cierta parte que se tratara de eso.

3. Amalie:
¿Se dará cuenta que no fue culpa de Nired y le pedirá disculpas?
Tal vez sí, pero puede que sea muy tarde.
¿Volverá a ser esa chica dulce?
Sí, pero necesitará mucha ayuda
¿Se arreglara con su padre y hermano?
Eso espero, jaja
¿Qué más pasó cuando estuvo en Australia?
Fue un trabajo demasiado pesado, y como ella ha dicho, estuvo demasiado sola por ese tiempo y la única que le extendió una mano fue Inara, lamentablemente.

Bueno, por esta actualización respondo esas preguntas y en la próxima las que me faltan, al igual si quieres hacer más preguntas las pueden hacer en este lado, ya sea directamente a los personajes y tratare de responder como ellos (Gastelier la más esquizo)

Nos leemos en unos días, loviu🫰🏻

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