Veinte.
La luz le golpeaba con suavidad el rostro y escuchaba la voz de Itziar llamándola una y otra vez, pero nada le importaba, se sentía apagada como si algo dentro de ella estuviera muerto.
Quería que todo se tratara de un mal sueño y que al despertar todo volviera como antes, que alguien lo quisiera como Christopher lo hacía, estuvieron casi un año juntos y él simplemente la remplazaba sin importarle nada más, sin importar que Amalie terminara con el corazón roto.
Se sentía tan cansada de que siempre fuera igual, cada que por fin sentía que todo iba bien con alguien de la nada la dejaba a un lado para irse con alguien más.
¿A caso no era suficiente para nadie?
¿Siempre era ella la que tenía que salir lastimada o es que sus sentimientos no importaban?
Las lágrimas inundaron los orbes azules así que se dio la vuelta ocultando el rostro en la almohada, llevaba casi toda la noche llorando, Max la trato de consolar un rato, pero nada funcionaba.
¿Cómo sanas algo que está roto?
Estaba segura que no existía ninguna forma, quería que la tierra se la tragara o de alguna manera apagar todos sus sentimientos.
—¡Amalie D'Acanto! —la pelirroja le quito la cobija con fuerza dejándola completamente destapada, la rubia soltó un quejido— ¡Sal de ahí, me niego a dejar que te hundas en depresión, así que mueve tu culo antes de que te obligue a hacerlo!
—Déjame aquí, no quiero hacer nada.
—Es tu cumpleaños —se acercó y la comenzó a mover tratando de sacarla de la cama —, no te la vas a pasar todo el día en la cama, iremos a desayunar y de ahí a Hogsmeade.
—Solo quiero quedarme aquí y morir en mi soledad y agonía.
Murmuro para darse la vuelta y ver el techo, tenía la piel más clara de lo normal y unas ojeras demasiado marcadas debajo de los ojos que se encontraban hinchados por tanto llorar.
—Eso no va a pasar, ya sal de ahí, Amalie, hablo muy en serio, si no iré por Maxence para que te obligue a pararte de la cama.
Entre maldiciones y refunfuños se levantó, no quería que Maxence viniera ya que él muy probablemente la mojaría o traería gusanos para obligarla a ponerse de pie.
Estuvo un gran rato en el baño dudando en entrar a la ducha, pero cuando el agua caliente toco su cuerpo se relajó por completo haciéndola sentir mejor como si un poco del peso que cargaba desapareciera.
Al salir tomo algo de ropa cómoda y se vistió, maquillo un poco optando por dejarse el cabello suelto cayendo en forma de cascada por la espalda terminando con ondas en las puntas.
—¡Lie! —Itziar la abrazo con fuerza— ¡Feliz cumpleaños!
Amalie decidió tratar de ser feliz, aunque fuera un poco en ese día, su amigo se estaba esforzando por animarla y ella no podía ser tan desagradecida.
—¡Gracias!
Correspondió al abrazo, sintiéndose cómoda con eso y demasiado reconfortada, algunos segundos después se separaron, la pelirroja le extendió una pequeña caja de color rosa pala.
—Te compre un regalo, al igual que a Max, ya se lo di; espero les guste.
—No debiste molestarte, pero, gracias.
Le dedico una sonrisa y abrió de inmediato el presente, la sonrisa se hizo más grande al distinguir el delicado anillo con una hermosa piedra de color rosa pastel.
—Es demasiado lindo —Amalie lo saco para colocárselo de inmediato y enseñárselo a Itziar ya puesto—...me encanta mucho,
La pelirroja sonrió.
—Le di uno igual a Max solo que con una piedra gris, crei que esos colores iban con cada uno...ahora vamos a desayunar, que Maxence se ha de estar muriendo de hambre
Intentaría no pensar en el castaño que le rompió el corazón, aun sentía el vacío en el pecho, pero tal vez distraerse con su amiga y hermana le seria de demasiada ayuda.
Las dos mujeres salieron de la habitación y carruaje, a unos cuantos metros distinguieron a Maxence que estaba demasiado distraído en acomodar a su gecko en el bolsillo izquierdo de la chaqueta de cuero que usaba ese día para protegerse del frio y la nieve.
Todo el castillo se encontraba cubierto de color blanco debido a la nieve, en algunos lados el piso era demasiado resbaloso por la humedad así que Amalie caminaba con demasiado cuidado tratando de evitar un accidente.
—Chica del cumpleaños —canturreo Maxence acercándose a su hermana gemela para abrazarla con fuerza y alzarla unos cuantos centímetros del suelo—, cada vez eres más vieja... ¡Felicidades!
La rubia correspondió al gesto rodeándole el cuello con los brazos de manera cariñosa.
—Te recuerdo que también es tu cumpleaños, anciano.
Max la puso en el suelo.
—Pero, sigo siendo siete minutos más jóvenes que tú.
Amalie viro los ojos dándole un suave golpe, después de eso los tres amigos se dirigieron al viejo castillo donde siempre desayunaban.
Amalie comía de manera lenta y no pudo evitar sonreír al ver cómo los ojos de Maxence se iluminaron cuando cierta voz dulce y femenina llegó a sus oídos. Observó a la mesa de lado, la de las serpientes estaba casi vacía de no ser por unos cuantos alumnos de Durmstrang y ahora la Black-Weasley en compañía de Alexander y Zed.
—Parece que se te iluminó el día.
Se burló la gemela mayor viendo a su gemelo, Maxence puso los ojos en blancos mientras Itziar y Scorpius —que no tenía mucho que había hecho acto de presencia en la mesa de Hufflepuff—, soltaron una risa burlona.
—No seas molesta, Lie.
Pidió Maxence metiéndose un pedazo de pan a la boca y viendo de soslayo a Anired, para su mal gusto, ella saludo con un pequeño beso a cierto búlgaro, que era como una piedra en el zapato, no le agrado para nada la forma tan seca en como la trato, a duras penas parecía hacerle caso y estaba más concentrado en una castaña que reía de manera tonta.
—Su uniforme es lindo —halago la pelirroja viendo de reojo a la joven pareja—... ¿en qué trabaja?
Anired usaba una falda corta de tablones con un suave vuelo en color magenta, una camisa blanca que era acompañada de una corbata del mismo color que la falda resultando en un uniforme moderno y elegante, y el cabello recogido en una pequeña coleta dándole un aire más jovial.
—En Sortilegios Weasley —contesto Scorpius mirando a su hermano y Zed acercarse—, su padre y su tío son los dueños de Sortilegios, así que en los fines de semana trabaja ahí, a veces todo el día o medio día —explico chocando los puños con su hermano—. También Regulus, George, Zed y Freddos trabajan ahí.
Lie noto que el Weasley frente a ella también portaba un uniforme, solo que él usaba una túnica púrpura y pantalón oscuro algo más típico y casual para trabajar.
—El uniforme de Anired es más llamativo porque es una estrategia de publicidad —explico Zed sintiendo la mirada de Amalie e Itziar que compraban los uniformes —, Nired es bonita y varios siempre están tras ella tratando de ligar, cuando cambiamos el uniforme de Nired las ventas subieron aún más.
—Prácticamente utilizan a Anired como gancho.
Resumió Alexander.
—Es necesario si queremos ganar.
Zed tomo un pedazo de pan y un vaso de jugo de calabaza.
—¿Ahora que apostaron?
Scorpius que conocía a Zed y Nired estaba seguro que sería algo que arriesgaría su integridad física y mental, como siempre.
—Hicimos equipos, los impostores en contra de Nired y yo, quienes vendan más de aquí a que termine el año ganara que los perdedores sean sus esclavos durante el próximo año —sonrió con malicia—, Anired y yo estamos empeñados en usar todo lo que podamos por ganar, la mayoría compra cuando Nired les ofrece algún producto.
—No porque Anired lo ofrezca significa que todo mundo les comprara.
Comento Scorpius con una sonrisa burlona, las comisuras de Zed se alzaron de manera divertida.
—Scorpius—una voz cantarina a lado de la peli plata lo hizo girar el rostro para toparse con la azabache sonriéndole con dulzura—... ¿Quieres comprar surtido salta clases?
Scorpius trato de desviar la mirada a su amigo rubio, el cual veía de manera intensa a la Black-Weasley como si quisiera hacerla voltearla a verlo.
—Yo —soltó un suspiro perdiéndose en los ojos grises que parecían brillar más, si, definitivamente Zed tenía razón, no le podía decir que no a Anired —, dame dos caramelos longuilinguos, una galleta canaria y uno de cada uno de surtido salta clases.
Anired saco de su bolso lo que pido el Malfoy para extendérselo.
—Son cinco galeones con diecisiete sickles.
Scorpius lo acepto y le entrego el dinero a Zed que se encargaba de cobrar.
—¿Puede ver el surtido salta clases? —pidió Amalie —, tal vez algo me sirva para no entrar a pociones.
La azabache sonrió y asintió para mostrarle todo lo que traía, Itziar también se acercó a ver decidiendo comprar algunas cosas, mientras Max solo las observaba sin decir nada, tal vez podría comprar algo, pero justo en esos momentos no sabía que.
—Si quieres le puedo decir que le comprare más cosas a cambio de que te felicite —Scorpius lo murmuro a Maxence—, estoy seguro que si lo hace.
—Eres idiota, no sé porque te hablo.
—Porque soy guapo y agradable...piensa, mi oferta sigue en pie por cinco segundos más.
—No sé porque crees que quiero que me felicite, solo es una tabla de plancha.
Mascullo en voz baja ya que no quería que nadie los escuchara.
—Como solo es una tabla de plancha no te importara que no te cuente lo que dijo sobre ti cuando estaba ebria.
D'Acanto lo vio confuso, no quería mostrarse más evidente de lo que ya era, pero también quería saber lo que ella dijo, aunque por lo poco que la conocía estaba seguro que serían muchos insultos.
—Habla.
—¿Te gusta? —enarco la ceja esperando la respuesta—, si no me respondes no te diré nada.
Maxence soltó un gruñido y volvió a ver a la Black-Weasley que platicaba con su hermana y la pelirroja, sus ojos brillaban mientras sonreía, su nariz se movía de manera graciosa y notaba cada expresión en el fino rostro.
—Es linda —murmuro para que solo Scorpius escuchara, el peli plata no parecía conforme con la respuesta —, considero que es...la chica más bonita que he conocido.
Sentía las mejillas arder y se encogió contra sí mismo algo tímido, Scorpius parecía emocionado por esa respuesta.
—Lo tomare como que acabas de admitir que te gusta —lo codeo, Maxence se acomodó la gorra cubriéndose el cabello —...bueno, dijo algunas cosas...primero se quejó de ti, después balbuceo algo que no entendí sobre insultos en alemán, no recuerdo mucho, yo también estaba ebrio, pero...estoy seguro que dijo algo sobre que eras atractivo, pero muy molesto...
Una incipiente sonrisa adorno el rostro del mayor, al menos ella creía que era atractivo, ya tenía un punto a su favor.
—Me agrada mucho —Lie llego a su lado junto con Itziar —, deberías de invitarla a salir.
Scorpius hizo un mohín al escuchar eso.
—Lo siento, Max, yo me casare con ella, puedes ser el padrino si quieres.
Max vio a su hermana.
—Claro, porque no le caigo mal y no tiene novio...súper fácil —hablo sarcásticamente—, seguro que si la invito saltara a mis brazos jurándome amor eterno, claro que sí.
—Oh, vamos, estoy segura que si le hablas bien te tratara bien —sonrió guardando lo que acababa de comprar —, y... ¿Cuándo te ha detenido que alguien tenga novio?
—Lie, no lo incites a romper una relación —señalo Itziar negando—, si ella es feliz con su novio que Maxence intente algo solo le causara daño.
—Súper feliz.
Murmuraron Maxence y Scorpius al unísono recordando quien era el novio de la chica que tanto provocaba en ambos.
Amalie hizo un puchero por el regaño de Itziar, después de esa platica escuchaba a los dos varones hablar dando opciones de lo que harían ese día, pero dejo de poner atención cuando cierto pelirrojo hizo acto de presencia, no lo negaría, lucia muy atractivo con ese pantalón oscuro y una camisa algo formal acompañada de un chaleco magenta que hacia juego con la túnica que llevaba en el brazo y la corbata, al parecer también trabajaría en Sortilegios Weasley ese día.
Para su mala suerte iba acompañado de una rubia, la misma con la que lo vio aquel día en la enfermería, no sabía si era su novia o qué clase de relación tenían, pero parecían ser cercanos.
George Sirius caminaba escuchando la voz de la rubia, se sentía de mal humor y no encontraba la forma de decirle que se guardara silencio.
—Entonces... tu hermana debería de buscar otra manera de defenderse, Stella solo la ataca con palabras, no debido de amenazarla con la varita.
—Si tu amiga acorrala a Geori en el baño, evidentemente mi hermana va a usar lo que tenga para defenderse —se apretó el puente de la nariz con irritación—, dile a ella que la deje de molestar y mi hermana no la atacará...no es nada difícil, Hannah.
Mascullo deteniéndose para verla, esperaba que se quedará en la mesa desayunando y de esa manera irse.
Hannah negó con suavidad y pudo distinguir a la competidora de Beauxbatons viéndolos, su sonrisa se tornó coqueta hacia George Sirius y se acercó a él.
—Pareces muy estresado —murmuro llevando la mano hasta la mejilla del pelirrojo para acariciarla con suavidad—...tal vez quieras hacer algo más divertido ¿Qué opinas? El barco a esta hora se encuentra vacío.
El cuerpo del Black-Weasley se tensó al sentir la suave mano de Hannah sobre su piel, cerró los ojos y apretó la mandíbula tratando de controlar sus acciones y palabras.
—Hannah —gruño con enojo, tomo la muñeca de la rubia y alejo la mano con toda la delicadeza que fue capaz de emplear—...deja de tocarme, hablo en serio.
—¡Por Merlín, George! Solo es una caricia, ni que estuviera intentando hacer otra cosa.
—No me gusta que lo hagas y menos cuando hay tantas personas viéndonos—se alejó varios centímetros—, solo no me toques, odio que alguien lo haga sin mi consentimiento, no me gusta el contacto físico.
—Las veces que hemos estado juntos no dices lo mismo.
Hizo un mohín, el pelirrojo paso la mano entre su cabello con frustración, comenzaba a arrepentirse de haber tenido sexo con ella, si seguía así solo causaría que todo Hogwarts se enterara de su relación.
—Mira, si vas a respetar mis limites podemos continuar con "eso", si no puedes hacerlo, olvídate que tú y yo tuvimos algo que ver, y solo seremos conocidos sin nada de por medio.
Puntualizo para darse la vuelta y caminar alejándose de ella, no quería seguir escuchándola aparte que se le estaba haciendo tarde para ir al trabajo.
Soltó una maldición, dándose cuenta que ya no podría entregarle una nota que querida darle a Amalie, lo tendría que hacer después o ver con quien mandársela.
Hannah se sentía sumamente ofendida ante esa manera de actuar, no entendía la actitud del pelirrojo, pensó que lo tenía en sus manos con tanta facilidad como a Regulus John, pero a él solo parecía importarle el sexo de ahí en fuera no quería nada más, cuando trataba de tener una conversación con él solo respondía con monosílabos o unas cuantas palabras siempre a la defensiva.
Si eso seguía de esa manera tendría que ir por otros medios, no se rendiría tan fácil.
[...]
George Sirius entro a Sortilegios Weasley, donde seguramente solo estaría su tío George y Freddos, pues Regulus y Fred tuvieron que ir a ver a unos proveedores y los dos menores de la familia se hallaban vendiendo más productos fuera de la tienda.
Si Anired y Zed seguían así les ganarían sin dudarlo.
Saludo a uno de los empleados que los ayudaban para ir a la bodega que fungía como oficina en la tienda, se quedó helado en la puerta viendo a su tío completamente enojado regañando a su primo.
—¡Es que no puedes seguir así, Frederick! —el rubio desviaba la mirada— ¡Entiendo que tengas novia, pero no por eso puedes descuidar tanto la escuela como el trabajo! ¡Y sé que no tengo cara para reclamarte sobre tu bajo desempeño en Hogwarts, pero no puedes seguir sin tomar una responsabilidad, antier tuvimos que ir a hablar con Minnie porque no has entrado a clases por estar con esa niña, llevas dos semanas sin presentarte al trabajo por lo mismo!
—Papá... tampoco es como si antes hubiera sacado buenas notas
Freddos trato de calmarlo, pero nada funcionaba parecía aún más enojado.
George Weasley sabía que no podía reclamarle por lo mal que iba en Hogwarts, ya que él mismo junto con su gemelo eran malos estudiantes y ni siquiera se graduaron, sin embargo, ambos fueron responsables con el trabajo, nunca lo había descuidado como lo estaba haciendo su hijo.
—¡No, nada de papá, y no empieces con esas contestaciones! —se tallo el ojo con frustración—, a mí me vale un carajo tus calificaciones, pero sabes que a tu madre no, si quieres dejar el colegio adelante, sabes que tienes mi apoyo —se recargo en el escritorio tratando de explicar su punto—, pero, no creas que por ser hijo de la ministra o mi hijo puedes ser alguien sin una responsabilidad, si no quieres trabajar en Sortilegios Weasley, bien, pero búscate un trabajo, no quiero un holgazán mantenido en la casa.
—Se ponen como si no hiciera nada, trabajo aquí...
—Llevabas dos fines de semana sin venir, te dije que necesitaba que nos apoyaras con el corte de mes y entiendo que no es tu responsabilidad, pero mínimo me hubieras dicho que no ibas a poder y no solo no aparecerte —soltó un suspiro—, y okey, lo entendería si la razón por la que no estuviste presente fue por la escuela o porque trabajas en otra cosa o porque me avisaste, pero no, fue porque a tu noviecita se le ocurrió a la mera hora querer ir a el tonto café de la esquina, y parece que tú no tienes palabra.
—A Brooke no la metas en esto.
Respondió frunciendo el entrecejo, algo que a George no le importo en lo absoluto.
—Desde que comenzaste a estar con ella no haces nada más que estar pegado con tu novia, dejas todo de lado, no te importo que tu madre te estuviera esperando el domingo para ir a comer o que te fuera a buscar a Hogwarts... si no tienes la madurez para llevar una relación sin que absorba todo tu tiempo no deberías de tener novia.
—¡Puedo hacer todo lo que tú dices! ¡Aparte, apuesto que cuando tú tenías mi edad eras igual o peor!
El mayor negó con la cabeza.
—Deje la escuela porque no la considere necesaria, pero desde que inicie con Sortilegios Weasley nunca lo descuide, me daba tiempo para todo.
—Como si no fueras a dejar el trabajo por mamá.
Freddos se cruzó de hombros empeñado en tener la razón.
—Ni Lyssane o yo descuidamos nuestros trabajos, ambos sabes nuestra obligación, así que no empieces con eso, te crees muy grande para tener novia, pero no lo eres para tener responsabilidades, Frederick —el menor puso los ojos en blanco—, ya te lo dije, decide que hacer, pero ni creas que vas a ser un irresponsable, si quieres dejar la escuela busca un trabajo o toma enserio tu trabajo aquí.
Salió de la oficina saludando a su sobrino que solo le sonrió con suavidad, al ver al mayor alejarse entro en la bodega palmeándole el hombro a Freddos.
—Sí que eres tonto, el tío casi nunca se enoja y ahora parecía un perro rabioso.
Comento con burla para colocarse la túnica.
—Es un exagerado.
—En parte tiene razón, ni siquiera estas yendo a las prácticas de Quidditch de los viernes por estar con Brooke, es como si solo existiera ella.
—Si tú tuvieras novia, serias igual.
George Sirius negó acomodándose la corbata.
—Se organizar mis tiempos y poner prioridades, si tengo una novia va a ser alguien que respete mis límites y mis tiempos—explico fácilmente—, si mis padres o tus padres se hubieran enfrascado en sus relaciones como tú lo estás haciendo con Brooke no serían nada de lo que hoy son, papá y tío George no habrían tenido el éxito en sortilegios Weasley, tu madre no sería la ministra de Francia y llevaría la asociación; y mi madre no sería la mejor Auror de su generación y también la primera opción para ser la ministra provisional.
Freddos se quedó callado ante las palabras de su primo mayor, tal vez si tenía algo de razón, ya que últimamente solo quería estar con Brooke, descuido a sus amigos, trabajo e incluso sus hobbies como el Quidditch.
—No te digo que este mal que quieras pasar tiempo con Brooke, pero ambos deberían de organizar sus tiempos, ella este año se gradúa, así que si descuidas a tus amigos y pasatiempos te quedaras completamente solo en Hogwarts.
Le lanzo una última mirada saliendo de la bodega e ir a ayudar a su tío con el trabajo, Freddos solo se dejó caer en la silla de piel suspirando y tratando de organizarse, no quería estar tanto tiempo lejos de su novia, pero su padre y George Sirius tenían razón, incluso ya casi no veía a su familia por estar con la rubia.
⚜⚜⚜
Stefan dejo la bebida frente a la morena que le sonrió con agradecimiento.
—Entonces...chico jengibre ¿qué es esto?
El pelirrojo se secó las palmas de la mano contra el pantalón, el su dos se hacía presente gracias a los nervios.
—Ah, bueno...se llama hidromiel caliente con especias —explico—, está elaborada a partir de una solución de miel y agua, es aromatizada con especias y varias frutas, por lo regular se vuelve demasiado popular en invierno, es una bebida típica de las tres escobas y el caldero chorreante.
—¿Caldero chorreante?
El acento de Valentia se remarcaba en cada palabra, Denvers lo consideraba demasiado adorable.
—Es un bar popular en Londres, exclusivo para magos, pruébalo y me dices si te gusta.
Val asintió tomando el vaso para darle un trago, el sabor dulce inundo sus papilas gustativas sintiéndose aliviada por el calor, el clima en Escocia era demasiado frio y húmedo por la nieve, así que esa bebida le cayó demasiado bien.
—Sabe delicioso.
Exclamo con una gran sonrisa, Stefan se sintió bien consigo mismo, ya que él le había recomendado la bebida.
—Sí, es delicioso, pero no bebas demasiado que terminaras ebria y tendré que llevarte a rastras al castillo.
Romellie soltó una pequeña risa por el comentario del chico.
—¿Tienes novia?
Soltó de la nada, las mejillas del varón se pusieron del mismo color que su cabello.
—¿Qué? —era raro que le preguntaran de esa forma tan directa y negó varias veces —...no..no, no tengo.
Respondió con rapidez casi tartamudeando.
—¿Seguro? —enarco la ceja para verlo con los ojos entrecerrados—, casi siempre te veo acompañado de una chica algo baja y de cabello negro...la otra vez la llevabas cargando por los jardines.
Si Stefan la conociera más diría que se encontraba celosa ya que su entrecejo estaba fruncido al igual que sus labios.
—No...no tengo novia...ella es...
—¡Val! —un castaño se acercó a ellos iba algo abrigado mientras se sacudía la nieve del cabello—, te dije que me esperaras, tuve que caminar a lado de Stella y Hannah—se quejó jalando la silla y observo a Stefan—, ah que bueno que ya está el mesero, tráeme una cerveza de mantequilla.
Pidió, Stefan solo asintió sin decir nada para irse de ahí, ya que no quería ser una interrupción en la cita de Valentia y ese chico de cejas frondosas.
—¡Lorenzo! —se quejó golpeándole el brazo— ¡Por Merlín! ¿No puedes ser algo amable? ¡Se dice por favor y gracias!
—Ay, no empieces, no estoy de buen humor —puso los ojos en blanco—, las chillonas voces de Hannah y Stella me pusieron de malas, no sé porque Deyan se lleva tanto con ellas.
Valentia soltó un suspiro, a pesar de los años su amigo no cambiaba para nada, seguía siendo el mismo tarado de siempre.
—¿Y Deyan?
—Lo acompañe a Sortilegios Weasley por Anired, no tardaran en llegar —la puerta de las tres escobas se abrió dejando ver a una rubia y castaña que reían—, y ahí vienen las reinas de las tontas.
—Tus mejores amigas.
Se burló la morena, Lorenzo soltó un gruñido cruzando los brazos.
—No entiendo que le ve Deyan a esa niña tonta como para seguir aun con ella.
Comento Stella que sostenía del brazo a Hannah.
—Me estresa demasiado, se cree una princesa siendo la perfecta en todo lo que hace —apoyo Hannah—, con su papel de mosquita muerta tiene a varios detrás de ella.
—Todos sabemos que solo se acercan a ella por su apellido, porque ni su personalidad o físico la ayudan —Stella soltó una pequeña risa—, si no fuera una Black-Weasley no sería nada.
—Hablando de no ser nada —Hannah distinguió a la rubia que últimamente le caía tan mal—, ahí está la competidora de Beauxbatons.
—Si no haces nada cuando menos te lo esperes George Sirius estará con ella, ya sabes, todos los varones parecen estar detrás de esa rubia.
—Obviamente hare algo —le lanzo un guiño haciéndola caminar con ella —...vamos.
Las dos amigas se acercaron a la mesa donde estaban los gemelos D'Acanto, Itziar y Scorpius, parecían tener un buen ambiente.
—¡Hola, Scorpius!
Saludaron las dos al peli plata que solo las vio y les sonrió con educación.
—Hola...
—¿Cómo estás? —Hannah se comportaba demasiado amigable con el Malfoy y vio a sus acompañantes para dirigirles una sonrisa — ¡Hola! —se detuvo en Amalie —...eres la competidora de Beauxbatons, Stella y yo estábamos hablando de lo genial que estuviste en la primera prueba, sin duda esperamos que ganes.
—Gracias —Lie le sonrió—, me llamo Amalie.
—Hannah, un gusto —señalo a la castaña que también tenía una sonrisa, que en el fondo era llena de falsedad —, ella es Stella, mi mejor amiga.
—Mi hermano Maxence y mi amiga Itziar.
Los nombrados solo saludaron con un pequeño movimiento de manos, el rubio de inmediato reconoció a la castaña, más de una vez había visto a Anired discutir con ella con palabras demasiado fuertes, incluso noto como las palabras de la llamada Stella lastimaban de más a la Black-Weasley, que a pesar de mostrarse algo dura luego estaba llorando cuando creía que nadie la veía, en varias ocasiones quiso acercarse, pero sabía que ella lo alejaría.
—Tenía muchas ganas de conocerte, he escuchado mucho de ti —Hannah trataba de ser más amable de lo que podía—, especialmente te he visto muy cerca de Georgie...
—¿Georgie?
Amalie enarco la ceja con confusión al igual que Scorpius al escuchar ese apodo, ya que algunas veces a George Sirius lo llamaban de esa manera, pero él solo lo permitía en las personas que eran demasiado cercanas a él.
—George Sirius, es que así le digo.
—Ah —Amalie pareció pensar la respuesta que daría por algunos segundos—, somos amigos.
—Pensé que te gustaba —soltó de la nada—, ya sabes es guapo y popular, aparte que muchas personas los han visto demasiado...juntos.
Amalie no entendía el porqué de ese comentario, pero no le agradaba del todo.
—Si...supongo que nos han visto juntos, es normal que los amigos pasen tiempo juntos.
Respondió con obviedad borrando la sonrisa.
—Es que no sería extraño que hubiera algo, digo...es atractivo y ya sabes —le lanzo un guiño dándole a entender el doble sentido de sus palabras—, demasiado salvaje sumándole aún más puntos.
—¿Salvaje?
Cuestiono Scorpius con tono burlón, Amalie se puso completamente seria al escuchar eso.
—Si...por ahí dicen eso de él...
—Aparte que no es extraño que a George le gusten las rubias —comento Stella codeando a Hannah—, no sería raro que esté detrás de Amalie, varios también lo están...ten cuidado Amalie —se rio tontamente—, no vaya a ser que sea un lobo disfrazado de oveja y no solo quiera ser tu amigo
—¡No hables de mi hermano como si lo conocieras!
Anired se acercó con el ceño fruncido y una mirada llena de enojo, Amalie estaba algo ida pensando en que tal vez ellas tenían razón.
No sería extraño que él le hablara tratando de obtener otras cosas.
—Nired —llamo Hannah como si se tratara de una niña, Anired alzo el mentón de manera orgullosa —, es tu hermano, pero no conoces como es en realidad.
—Mi nombre es Anired —mascullo entre dientes, Hannah se dio cuenta que tanto ella como George Sirius hacían la misma expresión cuando se molestaban —, tú eres la que no conoce a mi hermano, ni tú ni tu tonta amiga saben algo al respecto así que mantengan la boca cerrada.
—No me llames tonta y yo solo digo la verdad —defendió Stella —, es evidente que George Sirius está detrás de Amalie con segundas intenciones, no me vengas con que él es tan atento con ella porque le agrada, los hombres no se acercan a las mujeres como ella para solo ser amables.
Esas palabras golpearon a Lie que quería desaparecer en ese momento, Scorpius se levantó al ver como Anired apretaba la varita con enojo, estaba seguro que en cualquier momento atacaría a la castaña.
—No, tú no sabes nada —la varita de Anired fue a dar a la barbilla de la castaña que retrocedió unos pasos—, no hables de mi hermano, no lo conoces y no sabes nada de él, tú no tienes ningún derecho a tan siquiera mencionarlos...así que ya cállate.
—¡Anired! —Deyan que acababa de entrar al local tomo la mano de su novia alejándola de Stella —, maldita sea, dejen de pelear la dos, parecen unas niñas de cinco años...
—Ella empezó.
Acuso Stella, Anired le lanzo una mala mirada.
—Anired, por Merlín, controla tu maldito carácter, pareces una salvaje.
—¡Oye! —Scorpius se acercó al búlgaro— ¡No le hables así!
—Tú no te metas, Malfoy —ordeno el Granger-Krum—, están armando un escándalo por una estupidez.
—Es solo que tu novia no quiere aceptar como son realmente los hombres —respondió Hannah—, solo le decíamos a Amalie que no todos los hombres van a querer ser sus amigos.
Anired trato de zafarse, pero la fuerza de Deyan era mayor que con facilidad la pego a su pecho dejándola quieta.
—¿Saben qué? Me importa un carajo sus peleas, no estoy de buen humor para estar tolerando sus discusiones—Deyan hizo que Anired caminara con él—, a ustedes dos no las quiero ver.
Sentencio yendo a mesa mientras Anired maldecía.
Scorpius se sentó de mala manera mientras las otras dos chicas se alejaban a la barra para ordenar algo de beber, Itziar trataba de reconfortar a Amalie que parecía algo decepcionada por lo que acababan de decir aquellas dos.
Anired y Deyan se sentaron en una mesa algo alejada donde pudiera hablar.
—En serio, Anired, deja de pelear con ella.
Pidió Deyan sobándose la sien.
—Tu tonta amiga estaba hablando mal de mi hermano, no esperes que me quede callada.
—Ambas exageran.
Anired hizo un mohín cruzando los brazos sobre su pecho.
—Siempre la defiendes, siempre es Stella ¿Por qué siempre ella y yo no?
Cuestionó, si Deyan pusiera más atención en los ojos de la azabache podría reconocer el dolor en su mirada, el cómo le afectaban esas pequeñas acciones.
Anired lo único que deseaba era tener una relación como las de sus padres, siempre había crecido bajo esa imagen, en la que Fred le demostraba a su madre el cuanto la amaba del diario, siempre la defendía y la quería tal cual era; nunca la criticaba al contrario siempre se unía a cualquiera de sus ideas, y su madre hacia lo mismo.
¿A caso era tan difícil que Deyan le ofreciera algo así?
—Anired —sentencio el búlgaro—, no la defiendo...solo que Stella es mi mejor amiga, nos conocemos de toda la vida y nunca me ha dejado solo, yo tampoco lo hare.
—Nosotros dos también crecimos juntos —hizo una pausa viendo al mesero acercarse —, a veces pareciera que ella es tu novia y no yo.
—Deja de ser dramática, Anired.
Los adolescentes ordenaron para seguir con la conversación, el castaño tomo la pequeña mano de Anired entrelazando sus dedos.
—Solo te quiero a ti, Nir —le sonrió con ternura—, eres la única novia que quiero, deja de pensar de más ¿sí?
—Tienes suerte de ser lindo—sonrió suavemente—, te quiero.
—Te quiero más —soltó la mano de Anired para recargar la suya sobre la rodilla que era cubierta por la malla —, eres tan guapa.
Anired sonreía ante cada una de sus palabras y le gustaba sentir las suaves caricias que dejaba sobre su rodilla.
—Lo sé.
Le lanzo un guiñó sonriendo coquetamente.
—Mmh...Nired —murmuro acercándose a su mejilla donde dejo un suave camino de besos subiendo a su oreja —...podríamos ir a otro lado.
—Deyan —Anired llamo sabiendo sus intenciones —...hoy no...
—Vamos —susurraba contra su oreja y se alejó para buscar sus labios y besarla—, un rato ¿sí? Lorenzo no está, tengo mi habitación vacía y el director salió así que no se dará cuenta que entraste al barco.
Deyan la tomo con ambas manos de las mejillas para acariciarlas y sonreír.
—Mmh, no...no quiero que me regañen por meterme al barco.
El más grande dejaba cortos besos en los labios de Anired ganando pequeñas risas y un sonrojo en las mejillas.
—Eres tan preciosa...no sabes cuánto te quiero.
La Black-Weasley se sentía bien cuando la trataba de esa forma, era como si no existiera nadie más que ellos en esos momentos, deseaba que nunca terminara.
—Te quiero mucho más.
La pareja se tuvo que separar en cuanto el mesero llego con lo que ordenaron, ambos platicaban de diversas cosas, pero todas volvían al mismo punto: Deyan queriendo ir a su habitación con ella, Anired desviaba la conversación a cualquier cosa menos eso.
A pesar del tiempo que llevaban juntos aún no se sentía al cien por ciento lista y no quería arrepentirse después.
Al darse cuenta que nada lo que dijera iba a funcionar, el búlgaro decidió seguir comiendo, pero, lo que pidió su novia le llamo la atención.
Deyan observo con una mueca de asco el platillo que se encontraba frente a la azabache: un waffle lleno de crema de avellana, cajeta y dulces de colores entre otras cosas. La menor se relamía los labios ansiando probar un bocado.
—Es demasiada azúcar — comento el castaño arrugando la nariz —... ¿Piensas comértelo todo?
—Sí, es delicioso —explico entusiasmada tomando los cubiertos para comenzar a costarlo —, deberías de probarlo.
El búlgaro la recorría de arriba abajo con la mirada mientras negaba.
—Estas engordando, Anired —al escuchar esas palabras la azabache dejo caer los cubiertos sobre la mesa para verlo—, sabes que el baile de navidad será pronto—hizo una pausa y soltó un suspiro—, si sigues de esa manera ningún vestido te va a quedar.
Deyan siguió comiendo como si nada, sim importarle el daño que podría provocar ese comentario, Anired solo veía la comida frente a ella y de repente toda el hambre y antojo que quería habían desaparecido al igual que su buen humor.
Sabía que el baile seria dentro de poco, y Deyan tenía razón, si engordaba más de lo que ya había hecho en esos últimos días por comer tantos dulces no le quedaría ningún vestido.
Estaba tan sumida en sus pensamientos que ni siquiera noto cuando Domerling y MoongBlaxott-Blyley hicieron acto de presencia, escuchaba las risas y la voz de Deyan, pero no entendía lo que decía.
—El rosa combina con el magenta.
Exclamo Stella, Anired alzo la mirada al sentir como un líquido frio caía sobre ella.
—¡Stella!
El espeso liquido rosado comenzó a bajar goteándole la camisa y la falda, las risas fueron más fuertes y ella se puso de pie, ni siquiera lo pensó para tomar la cerveza de mantequilla en la mesa y lanzársela a Stella en el rostro mojándola por completo.
—Lástima que una arpía como tú no combine con nada.
—¡Anired, ya basta!
Deyan se levantó de su asiento, los chillidos e insulto de Stella llamaron la atención.
—¡Eres una maldita asquerosa! ¡Mocosa infantil!
Gritaba Domerling, Anired observo a Deyan y negó con la cabeza al ver que iba con su "amiga" a ayudarla a limpiarse.
Se mordió el labio con enojo y tomo su bolsa para irse al baño sin bajar el rostro y de manera orgullosa ignorando los comentarios llenos de burla o las pequeñas risas.
Al entrar cerró la puerta con pestillo y dejo la bolsa en el suelo, recargo las manos en el lavamanos y observo su reflejo en el espejo, el cabello estaba completamente mojado y la camisa que antes era blanca ahora tenía un color rosado al igual que su falda, si evitarlos las espesas y lágrimas salieron de sus ojos recorriéndole las mejillas.
Se sentía completamente humillada y enojada, su novio ni siquiera se acercó a ver como estaba, fue corriendo con Stella.
Se suponía que ella y Deyan eran novios.
¿Entonces porque actuaba de esa manera?
Dejaba salir pequeños sollozos para temblar por el llanto y por el frio que sentía, tomo todo el papel de baño que pudo tratando de limpiarse el cabello al igual que la camisa, pero nada era suficiente.
Ni siquiera podía usar magia sin ser castigada y mucho menos tenía un celular para llamar a uno de sus hermanos o primos, tal vez Stefan se habría dado cuenta, pero estaba segura que no podría venir a verla sin tener problemas con su jefe.
Era el día en el que se suponía tendría una linda cita con Deyan, estuvo planeándola desde hace días y tan fácil se arruinaba por culpa de Stella, nunca entendería porque la odiaba tanto, quizá ella a veces era algo borde, pero solo lo era porque se defendía, desde que se conocieron Domerling comenzó a insultarla, y si bien Hannah no lo hacía de forma directa siempre estaba para burlarse o reír de ella.
Siguió tratando de quitar la malteada de su cabello y ropa, pero ahora solo estaba mojada y la suciedad parecía más grandes, ni siquiera quiso abrir la puerta cuando escucho unos golpes en ella, tal vez era alguna otra clienta queriendo usar el sanitario, pero justo ahora nada de eso le importaba.
Si salía como se encontraba todos se seguirían burlando de ella.
—Por lo regular la gente abre la puerta cuando la tocan ¿sabes? Mal educada.
Vio atravesó del espejo al dueño de esa voz, y puso los ojos en blanco.
Definitivamente, su día no podía ser peor.
—¿Qué haces aquí? —cuestiono distinguiendo la varita que llevaba en la mano—... ¿vienes a burlarte?
El varón que acaba de entrar negó acercándose un poco más después de cerrar la puerta tras él.
—Solo estás manchando más la ropa, eso no va a salir si sigues así, tabla de planchar.
Anired puso los ojos en blanco y se tallo con rapidez los ojos para evitar que el viera que estuvo llorando hace unos minutos.
—Mejor vete, Max Steel, no estoy de humor para aguantarte.
Maxence solo sonrió y la hizo girar para que quedara frente a él, Anired quería zafarse y empujarlo, pero él la detuvo tomándola de las manos.
—Cálmate, fiera —pidió aminorando la fuerza de su agarre ya que no quería llegar a lastimarla—...debo de decir que tu amiguita Stella tiene gustos muy básicos, la malteada de fresa ya pasó de moda.
La azabache alzó la mirada viéndolo sin ninguna expresión, probablemente en otros momentos lo habría empujado o alejado para irse de ahí, pero ni siquiera podía salir ya que no quería escuchar las burlas de los demás.
—No es mi amiga.
Maxence la soltó y apunto su cabello con la varita.
—¡Tergeo!
La varita absorbió rápidamente el líquido espeso y repitió la acción con la camisa, dejándola un poco mojada y con grandes manchas rosas, Max desvió la mirada cuando noto que la blusa se transparentaba logrando ver que Anired no era realmente de pecho plano como él la llamaba.
—Gracias.
Murmuro la azabache.
Su molestia aumento, no con el rubio que ahora estaba arrodillado frente a ella limpiándole la falda sino con Deyan, que debería de ser el que estuviera con ella y no Maxence.
—Quítate la camisa.
Pidió D'Acanto poniéndose de pie con expresión seria, los colores subieron al rostro de Anired que cerraba y abría la boca algo consternada.
—¿Qué?
—Que te quites la camisa —la sonrisa burlona y coqueta adorno el rostro del mayor—, esta toda mojada, si no la seco te enfermaras, así que quítatela.
—No, me estás viendo, pervertido.
Max se inclinó tomando la punta de la corbata entre el dedo medio, índice y pulgar, su suave aliento con aroma a vodka y cigarros inundo la nariz de Anired a la que le resulto demasiado deliciosa esa mezcla.
—No quiero ver tu pecho plano, kleiner hase —murmuro con voz ronca que provoco un estremecimiento en Anired—, aparte, todo se te transparenta así que con o sin ella lo estoy viendo...
Anired cruzo los brazos sobre sus senos aleja dándose de él, Max solo una risa llena de diversión dándose la vuelta viendo la puerta.
—Ya, no veo nada, quítatela y dámela—la azabache no confiaba en él así que no lo hizo—, vamos, te prometo que no veré nada...confía en mí.
—¿Por qué confiaría en ti? Eres molesto.
—Porque fui el que vino a ver como estabas, algo que debió de hacer tu novio —soltó de la nada apretando los puños por el enojo que sentía al decir eso—, ese idiota prefirió ayudar a esta tonta en lugar de ti —Anired bajo la mirada sintiendo arder los ojos y con la mirada empañada —...Scorpius lo trato de golpear... mi hermana e Itziar lo detuvieron...
Ella no respondió nada, Maxence se regañó internamente ya que tal vez no debió de decirle esas palabras, que si bien eran la realidad resultaban demasiado duras para cualquiera, estaba seguro que ella le gritaría algunos insultos para correrlo de ahí, así que ya se iba preparando para salir del baño con la poca dignidad que le quedaba.
Pero, para su sorpresa sintió como algo caía en su hombro, con la mano jalo la tela para ver que se trataba de la camisa de Anired, trato de no caer en la tentación de voltear a verla y uso un hechizo para lavarla y secarla, sin embargo, las grandes manchas rosadas seguían sin ceder.
Anired se abrazaba a si misma tratando de brindarse algo de calor, el frio era demasiado fuerte y ahora sin camisa lo sentía peor, observaba la varonil espalda de Max tensarse ante los movimientos que usaba, era delgado, pero al mismo tiempo fornido, era demasiado molesto la mayor parte del tiempo, pero admitía que era demasiado atractivo, entendía muy bien por qué varias chicas estaban tras él o a espera de una mirada suya.
—Las manchas no salieron —hablo haciendo el brazo hacia atrás sin girar para que ella tomara la camisa—, al menos ya está seca.
Anired la tomo y se la coloco con rapidez.
—Gracias...por esto, no debiste molestarte.
—¿Ya tienes puesta la camisa? —Anired le confirmo como un pequeño sonido, el giro para verla, se acomodaba el corto cabello aun temblando, Max al notar eso la asocian con uno de esos perros chihuahuas que tenía su abuela, los cuales siempre se la pasaban temblando—, vine aquí porque quise, no porque fuera una molestia.
Anired se quedó en silencio sin saber que decir ante eso, se sentía demasiado pequeña e indefensa ante la intensa mirada del D'Acanto.
—¿No tienes un suéter o algo? —negó, ese día a pesar de nevar no trajo ningún abrigo con ella, ya que creyó que toleraría el frio—, la mancha es muy notoria y dudo que quieras escuchar las risas y burlas de los demás por lo que acaba de pasar.
—Puedo quedarme aquí hasta que cierren, no creo que me corran.
—Más clientes van a querer pasar al baño, no te puedes quedar aquí —Maxence se quitó la chaqueta de cuero negra que llevaba ese día—, tonta —murmuro poniéndola sobre los hombros de Anired, también se quitó la gorra y se la coloco cubriéndole el cabello—, así pareces un zwerg-göre...
(mocoso pequeño)
Anired hizo un mohín, pero se acomodó la chaqueta de Maxence, el aroma a tabaco con brisa y tierra mojada se hizo aún más fuerte, el cuero olía a eso mezclado con una fresca loción de hombre.
—Deja de insultarme en alemán, no entiendo y no sé qué contestar, tonto.
—Aprende alemán, no es difícil.
La azabache se coloca bien la gorra de Maxence, él sonrió al verla con sus cosas puestas.
—Aprende insultos en inglés —desvió la mirada alzando el mentó dándole un aire de un pequeño duendecillo travieso—, al parecer no eres tan desagradable como crei.
—Más agradable que tu novio si soy.
Maxence habría continuado con los insultos hacia Deyan si no fuera porque la puerta se abrió dejando ver a una chica de Hogwarts que los vio con sorpresa, Anired se alejó de él de inmediato que estaban algo cerca y cualquiera mal pensaría la situación, la que acaba de entrar se disculpó suavemente para salir de ahí.
—Creo que es mejor que salga de aquí —informo Max lanzándole un guiño a Anired lleno de diversión—, mein herz, deberías de escoger mejor a quien llamas novio.
Fue lo último que dijo para dejarla sola en el sanitario, justo cuando estaba por volver a la mesa se topó con Deyan.
—¿Qué hacías con mi novia, imbécil?
A grandes zancadas se colocó frente a él, Max le sonrió de manera arrogante.
—Lo que evidentemente tú no hiciste —se paró de forma recta viéndolo con soberbia—, sigue así que me dejas el camino más—paso a lado de Deyan golpeándolo con el hombro—...dummer bastard...
(bastardo estúpido)
Maxence se alejó dejándolo completamente solo, a los pocos segundos la azabache salió del baño.
Anired vio por unos segundos al castaño para pasar a su lado sin hacer caso a sus llamados, después de lo de hace rato no quería hablar con él.
Deyan soltó una maldición siguiéndola, Anired caminaba rápido por lo que ya le llevaba una gran distancia.
—¡Anired!
Tuvo que trotar hasta llegar a su lado, ahora que lo notaba ella hace rato no llevaba esa chaqueta ni esa gorra, no entendía de donde las saco, aunque tal vez las traía en su bolso.
—Anired, por merlín, detente.
El tomo de la mano frenándole el paso, ella se dio la vuelta alzando el rostro para verlo con la ceja enarcada.
—No quiero hablar contigo, vete con Stella...
—Nired, por favor —suplico viéndola a los ojos que estaban brillantes y reflejaban una culpa enorme—...sé que estuvo mal...pero, Stella es mi amiga, mi compañera de escuela, entiéndelo.
—Y yo soy tu maldita novia...no me estás dando mi lugar, siempre que esta ella es lo mismo.
Deyan negó soltando una maldición en búlgaro.
—Es que siempre tienen que pelear, no entiendo porque demonios lo hacen, y tú comienzas de infantil con tus celos estúpidos, acabas de hacer un maldito espectáculo en las tres escobas... ¿Sabes? ¡Pudieron estar los del profeta! ¿Qué crees que van a decir de ti? ¡Que eres una niña berrinchuda y que hace una rabieta en cualquier lugar!
Anired lo miro ofendida.
—¡Te recuerdo que ella inicio! —se soltó de su agarre—, yo solo me defendí, algo que tú ni siquiera hiciste, ¡Hasta D'Acanto fue a ayudarme y tú ni siquiera te asomaste! ¡La preferiste a ella!
La expresión de Deyan se llenó de dolor y decepción en el rostro, incluso su voz se volvió más dócil.
—¿Él te fue a ayudar? —cuestiono con sorpresa fingida —...te quejas de mi...y tú estás haciendo exactamente lo mismo con el alemán, prefieres ignorarme por él.
—Claro que no—de repente la culpa inundo a la menor, verlo así de afectado provocaba que su corazón punzara—...no es eso...Deyan.
—Discúlpame por preocuparme por mi mejor amiga, no pensé que fuera algo malo preocuparme por ella cuando no tiene a nadie más aquí, crei que lo entenderías ya que siempre has sido demasiado leal a tus amigos y familia —murmuro viendo el suelo—...tal vez tienes razón, él es mucho mejor que yo.
Anired se acercó a él para acariciarle la mejilla.
—Lo siento —murmuro haciendo que la viera a los ojos—...en serio, no quería hacerte sentir mal...tal vez si me pase al actuar de esa manera...fui demasiado infantil —se notaba el arrepentimiento en su voz y ojos—...sé que estuvo mal y arruine nuestra cita, enserio lo siento, Dey.
—No quiero que pelemos por insignificancias, Nired, no pasamos mucho tiempo juntos por las clases y lo del torneo —sostuvo la mano de la azabache en contra de su mejilla disfrutando de la calidez—, que discutir de esa manera me entristece porque siento que arruinamos nuestros momentos.
Anired volvió a murmurar un lo siento para abrazarlo con fuerza, cosa que fue devuelta.
Deyan sonrió para el mismo al ver que Anired ya no parecía enojada, todo lo contrario, estaba más cariñosa y arrepentida que nunca.
⚜⚜⚜
"Täubchen, kleiner falke:
(Pequeña paloma y pequeño halcón)
Espero que se la estén pasando muy bien en este cumpleaños, lamentablemente no nos pudimos ver, pero no saben cómo espero con ansias su regreso de Escocia.
Les mando miles de besos y abrazos, al igual que todo mi amor.
Los amo de manera infinita, nunca tengan duda de eso.
Les mando su pastel favorito de cumpleaños.
Con amor:
Crystal D'Acanto"
Amalie termino de leer la carta con una gran sonrisa, Maxence abrió la caja frente a él, un pastel con decoraciones azules que dictaba "Feliz cumpleaños, Amalie y Maxence", en un perfecto alemán, ambos rubios podían saborear el pastel con solo verlo.
—¿Qué te regalaron?
Cuestiono Amalie para ir a buscar con que partir el pastel, ambos se encontraban solos ya que pasaban de las nueve de la noche.
—Itziar un anillo igual al tuyo solo que con una piedra gris —mostro la mano izquierda en donde portaba varios anillos —, unas chicas me dieron unos dulces, que prefiero no comerlos...y por ultimo Scorpius —enseño la pequeña caja—, apenas lo abriré.
—A ver, quiero ver.
Pidió Amalie partiendo el pastel.
—Voy —Maxence abrió la caja sin importarle dañar la envoltura, al terminar saco una púa de guitarra, parecía ser de un material demasiado fino e incluso tenía la abreviación de su nombre —...Por Dios, creo que esto cuesta más que mi vida.
—Ay...espero tengas ahorros para su regalo de navidad o cumpleaños—Maxence soltó un quejido ante eso, apreciando la púa y sonriendo, no lo negaría le encanto demasiado —... ¿Qué hay abajo?
Señalo un extraño papel que estaba debajo de la púa, como si fuera un fondo, pero con algo escrito.
Maxence enarco la ceja para tomarlo y reconocer dos fotos polaroid, antes de ver de qué se trataba leyó la nota:
"Max:
Estas dos fotos son de mis más grandes tesoros, pero, como soy tu amigo y me doy cuenta de tus miradas aunque no lo admitas te las regalo por ser tu cumpleaños.
Cuídalas bien como yo lo haría.
Feliz cumpleaños, rubio malhumorado.
—Scorpius Malfoy"
El varón giro las fotos y reconoció a quien salía en la primera.
Anired.
Sonreía de manera dulce hacia la cámara, usaba una camisa de mezclilla encima de un vestido y abrazaba un pikachu de peluche demasiado grande, Maxence no pudo evitar imitar la sonrisa de la chica en la foto para ver la siguiente, de nuevo ella sonriendo, pero ahora de perfil, y su cabello estaba demasiado largo como cuando la conoció en el partido de Quidditch en la que la vio por primera vez.
—Bueno, creo que no soy la única que noto lo evidente.
Maxence no respondió, sintiendo la calidez en su pecho, se sentía feliz por tener esas fotos y también por la nota de Scorpius...él había dicho que era su amigo.
El D'Acanto menor no era nada sociable, realmente hasta cierto punto era sumamente hipócrita ya que solo le hablaba a la gente cuando necesitaba algo y a veces con ciertas actitudes o comportamientos alejaba a las personas, y que Scorpius dijera que eran amigos lo hacía sentir demasiado bien y hasta cierto punto emocionado.
Emoción que obviamente ocultaría.
—¿Y esa nota?
Desvió la conversación al pequeño pale que estaba al lado de Amalie, se puso de pie para sacar la cartera de su bolsillo izquierdo trasero y rápidamente guardo en ese lugar las dos fotos para llevarlas siempre con él y no perderlas.
Amalie tomo el pequeño papel para desdoblarlo.
—Me lo dio un niño de primero, me dijo que lo mandaba alguien de séptimo.
—¿Por qué no lo lees?
Lie asintió abriendo el pedazo de pergamino donde distinguió la perfecta y pulcra caligrafía manuscrita:
"Amalie:
Te veo en la entrada de la torre de astronomía a las nueve y media de la noche.
—George Sirius."
Las mejillas de la rubia se tiñeron de rojo al escuchar las burlas de Maxence que ya comía pastel.
—Yo que tú me apuro —vio su reloj—, son las nueve y veinte, no creo que quieras hacer a tu príncipe esperar.
Amalie se detuvo dudando si ir o no al recordar las palabras de las dos chicas de hace rato.
¿Y si George Sirius quería otra cosa y por eso la citaba a esa hora?
—No sé si vaya...
—¿Por? —enarco la ceja con curiosidad —...pensé que te agradaba.
—¿Y... si Stella tiene razón? ¿Y él solo quiere otra cosa?
—Amalie —llamo Max viéndola a los ojos—, sé que todo lo que has pasado con los demás chicos ha sido demasiado difícil y que entiendo que temas de los demás y más al no saber sus verdaderas intenciones...pero, si él te agrada y no te ha insinuado nada, no veo porque rompas su amistad, parecías demasiado feliz cuando hablabas con él.
—¿Y si termino lastimada de nuevo?
Los ojos de la chica estaban llorosos.
—Estaré aquí para consolarte.
Max le dirigió una mirada de ánimo junto con una sonrisa brindándole algo de seguridad.
Al final de cuentas decidió ir, tomo un abrigo grueso ya que hacia demasiado frio, se acomodó un gorro de lana y la bufanda cuando el viento le golpeo el rostro.
Siguió caminando hasta llegar a la torre más alta del castillo, observo su reloj y noto que ya eran nueve y cuarenta y cinco minutos, soltó un suspiro de decepción, lo más probable es que el pelirrojo ya se hubiera ido, la cito quince minutos antes y ella por sus indecisiones tardo más.
—¿Por qué tienes esa cara?
Escucho la voz a sus espaldas y se giró para toparse con el Black-Weasley que tenía una pequeña sonrisa y las mejillas completamente rojas debido al frio.
—Pensé que...
—¿Me había ido? —ella asintió—, no te lo negare, pensé en hacerlo...pero, quería verte —le sonrió con timidez—...incluso estaba a punto de irte a buscar al carruaje, aunque no sabría cómo entrar sin que me corran de ahí.
—Perdón por llegar tarde...
—Bueno, no importa —mostro una venda —...esto sonara extraño, pero ¿confías en mí?
Amalie lo miro con confusión, preguntándose lo mismo
¿Confiaba en él?
Quizá si,
—Supongo que si... ¿por qué?
—Te prometo que no es nada malo, pero necesito vendarte los ojos—se acercó a ella —, solo serán unos minutos, lo juro.
Amalie asintió con suavidad dándose la vuelta y dejando que él le acomodara la cinta dejándola sin visión.
—¿Por qué se supone que tengo que tener los ojos vendados?
—Si te digo ya no será sorpresa —ajusto bien la venda—, tenemos que subir hasta la cima de la torre
—No veo nada, George.
—Más bien, tengo que hacerte subir.
Amalie soltó un pequeño grito cuando él más alto la cargo con facilidad en brazos como si fuera una princesa. —¡¿Estás loco?! Son demasiadas escaleras, no vas a llegar un a la mitad.
—Qué poca fe me tienes.
George Sirius sonreía y entro a la torre de Astronomía comenzando a subir las escaleras con facilidad.
—Si me tiras te voy a golpear.
—Nunca te dejaría caer, rubia —murmuro con una ronca risa—, ya te dije, confía en mí.
Amalie opto por creer en sus palabras, creer que en ese mundo habría una diferencia, uno en un millón y amarrarse a la esperanza de que eres hombre era George Sirius Black-Weasley.
Él de manera rápida subió las escaleras, y es que realmente la rubia no pesaba mucho, algunas veces hacia como si la fuera a tirar para reírse burlándose de ella ganando varias maldiciones en alemán.
Una vez que llegaron a la cima la bajo con cuidado, Amale se sostuvo de sus brazos tomando equilibrio para no caerse.
—Te quitare la venda ¿de acuerdo?, pero antes, quiero que sepas que es la primera vez que hago algo como esto —explico rápidamente, Lie sentía el aire golpearle el rostro así que supuso que estaban en un lugar fuera del castillo, ya que no había subido a la torre no tenía ni idea de cómo era—, así que no sé qué tan bueno sea.
—¿Qué cosa?
George no respondió y con cuidado quito la venda que cubría la visión de D'Acanto, Amalie soltó un suspiro de sorpresa, una pequeña manta estaba en el piso llena de diversos platillos de comida, la torre de astronomía era iluminada por varios y pequeños fuegos artificiales que parecían luciérnagas, y el cielo estrellado hacia que todo luciera aún mejor.
—Alle Gute zum Geburtstag schöne.
(Feliz cumpleaños, preciosa)
Murmuro con voz ronca el pelirrojo contra su oreja, la misma frase se formó frente a ella con pequeñas luces rojas, Lie se giró para verlo con sorpresa.
—¿Acabas de hablar en alemán?
Cuestiono la rubia con una pequeña sonrisa, George Sirius sonrió bajando el rostro apenado y asintió.
—Lo he estado practicando—hablo viéndola de reojo—, crei que, si tú te esfuerzas en hablar y comprender mi idioma, yo también podría hacer lo mismo.
Los ojos de Lie se iluminaron enternecida por el esfuerzo del más alto, nunca nadie había hecho algo así por ella.
Sin evitarlo lo abrazo con fuerza.
George Sirius que por lo regular no toleraba el contacto físico con personas lejanas a él, se sintió muy cómodo con eso, tan cómodo que le rodeo la cintura acercándola más a él y disfrutando del aroma a mar que desprendía con una mezcla de menta resultándole demasiado fresco.
—Gracias, enserio, no esperaba nada como esto...
—Pensé en mandarte la nota antes, pero me imagine que ibas a estar con tu hermano y amiga así que opte por felicitarte, aunque fuera en las últimas horas de tu cumpleaños.
Sin evitarlo le dejo un pequeño beso en la mejilla, las mejillas de Amalie se sintieron calientes por ese gesto.
—¿Cómo supiste que era hoy?
—Lo mencionaste—rompió el abrazo alejándose unos centímetros—, un día que estuvimos platicando antes de las primeras pruebas.
—¿A caso recuerdas todo lo que te dicen?
George la guio hacia el picnic nocturno que había armado, Amalie distinguió comida, un pequeño pastel de cumpleaños e incluso una botella de vino.
—Las cosas que son importantes las recuerdo —le hizo una seña para que se sentara a su lado —, ten...mi madre me ayudo a escogerlo, así que espero te guste.
Amalie tomo la elegante caja de color negra con un moño rojo.
—¿Tu madre sabe de mí?
George desvió la mirada asintiendo.
—Algo. Si...le conté un poco sobre ti por carta y el día después de la prueba me acompaño a comprar tu regalo.
—¿Cuánto tiempo llevas planeando esto?
—¿Eres Auror o porque tantas preguntas? —Amalie soltó una pequeña risa abriendo con cuidado el regalo—, desde hace como una semana y media, albergaba la esperanza de que estuvieras disponible, aunque realmente temía que no llegaras ya que tal vez estarías con tu novio.
—Ex novio —el mayor la miro con sorpresa—, terminamos en la madrugada...realmente no quiero hablar de eso.
—Cuéntame cuando quieras hablar, estaré para escucharte —tomo la botella de vino para abrirla —, no sé qué tan buena sea, pero en mi casa toman mucho esta cosecha de vino.
Se encogió de hombros, Lie termino de abrir el regalo observando un fino collar que tenía un hermoso zafiro azul, al verlo más de cerca podía observar algunas pequeñas olas moverse como si tuviera un pequeño mar ahí dentro, iba a juego con unos aretes y una pulsera.
—George —murmuro viendo el regalo algo conmocionada.
—¿Qué paso? ¿No te gusto?
—Sí, es precioso...pero...luce muy caro.
George se rio ante eso.
—Es tu cumpleaños, Amalie, solo di gracias y no preguntes el precio de las cosas.
—Pero...
—Sin peros, Lie —le extendió una copa de vino—, mejor cenemos porque muero de hambre.
Lie le dirigió una mirada para agradecerle nuevamente por todo eso, desde planear esa sorpresa hasta el regalo.
La cena fue tranquila entre muchas risas por parte de la cumpleañera, George Sirius la hacía reír con sus comentarios y bromas, a pesar de parecer demasiado serio una vez que agarraba confianza era todo lo contrario, a Lie le sorprendía lo inteligente que era y que nunca parecía quedarse sin conversación.
—¿Has visto la constelación de Sirius?
Cuestiono Amalie jugando con el gran telescopio de la torre de astronomía.
—Sé que existe una, pero nunca la he buscado, no soy muy fan de la astronomía.
—¿Por? Es demasiado interesante, a través de las estrellas puedes obtener muchas respuestas.
George la veía fijamente poniendo atención a todas sus palabras y cuidando que no se resbalara con la nieve.
—No sé, nunca me ha gustado buscar respuesta en algo que no estoy seguro que exista.
—¿Cómo?
—Las estrellas que vemos son técnicamente el pasado de ellas mismas, así que no es como que nos muestren algo —se encogió de hombros—, dudo que algo tenga la certeza de darme una repuesta cierta o decirme mi futuro.
—Deberías de abrir más los ojos.
Murmuro Amalie buscando la constelación que tanto quería.
—Los tengo abiertos.
La risa de Amalie era suave y dulce, George se inclinó cuando ella le hizo la seña.
—La tengo, mira—ella le dijo que viera en el telescopio, George asintió para observar las estrellas, que para él no tenían ninguna forma—, es la constelación de Canis Maior, hay una estrella llamada Alfa Canis Maioris, mejor conocida como Sirio o Sirius, es la más brillante de todo el cielo nocturno vista desde la Tierra.
—¿Esa es mi estrella?
Pregunto alejándose un poco para verla.
—Así es.
—¿Y qué respuesta me da eso?
—Que tienes un futuro brillante por delante, Sirius —le palmeo la mejilla, el más alto hizo una mueca seguida de una sonrisa.
—En la época del antiguo Egipto, la salida hélice de esa estrella marcaba la época de las inundaciones del Nilo, así que significaría que voy a causar un destrozo de manera rápida.
—Siento que no significa eso en ti, no creo que causes un destrozo.
—La antigua Grecia observo que la aparición esa estrella anunciaba los secos veranos mediterráneos, temían demasiado ya que las plantas se marchitaran y que los hombres se debilitaran...más destrozos ¿lo ves? Esta maldita, aunque —le guiño el ojo con coquetería—, los griegos también creían que esa estrella aumentaba la excitación en las mujeres.
—La estrella llameante, hace honor a tu cabello—se burló—...pensé que no sabías nada de las estrellas.
—La familia Black tenía la costumbre de usar nombres de estrellas o constelaciones, mis abuelos siempre nos han contado sobre eso y sus significados, aunque esa tradición muro cuando nació mi madre.
—¿No tiene nombre de estrella?
George Sirius negó.
—El abuelo Sirius no quería seguir las tradiciones de la familia Black, así que no quería ningún nombre de estrellas y mucho menos un nombre común para mi madre, sé que se formó por un juego de palabras por dos nombres muggles, uno fue dado por Sirius y otro por mi abuelo Regulus.
—¿Cómo es que tienes dos abuelos?
—El abuelo Regulus, no es en sí mi abuelo, es mi tío abuelo, pero siempre lo llamamos de esa forma para más fácil.
—¿Sus nombres provienen de ellos?
George confirmo con un movimiento de cabeza.
—Mi nombre se forma por la combinación del nombre de mi tío, hermano gemelo de mi papá, y del nombre de mi abuelo—ayudo a Amalie a bajar un escalón—, el de mi hermano es por el abuelo Regulus y por el padrino de mi madre: Remus John. Mis padres tenían esos nombres desde hace años, especialmente el mío, incluso antes de ser novios.
—¿Ya habían escogido el nombre de sus hijos?
—Mamá estuvo obligada a un compromiso por culpa de su abuela, papá rompió ese compromiso, se hizo pasar por su prometido y dijo que ella estaba embarazada, obviamente todo eso fue mentira, pero mi papá ha amado a mi mamá desde el primer momento en que la conoció —se sentaron en los escalones viendo el cielo estrellado—, pero, mi papa propuso el nombre de George Sirius para el bebé falso, mamá se quedó con esa idea, y bueno, el primero de sus hijos lleva ese nombre.
—¿El mayor no es Louis?
Amalie escucho el relato de George, podía ver como los ojos grises brillaban mientras le contaba al parecer amaba esa historia.
—Larga historia, luego te la contare.
—¿Desde qué edad tus padres están juntos?
—Oficialmente desde los dieciocho, pero antes ya tenían sus cosas...ya sabes, ambos se gustaban y se querían, pero no lo aclaraban hasta que pasaron algunas cosas, y bueno...llevan muchos años juntos.
—Suena como un cuento de hadas, quedarte con tu amor de adolescencia y formar una familia, creo que es lindo.
—Lo es, evidentemente pasaron por muchas cosas para estar juntos, pero para ellos cada cosa ha valido la pena y, de hecho, cada día parece que se aman más —se encogió de hombros—, siento que sería lindo tener algo así.
—¿Te pasa lo mismo con tu novia? ¿Piensas casarte con ella?
—¿Qué novia? —la volteo a ver con confusión— ¿De quién hablas?
—La chica de Durmstrang... ¿Hannah?
—¿Qué? ¡No, no, no! ¡No tengo novia! —negó varias veces—, para nada.
—Pensé que lo eran...los he visto juntos y bueno...
—Solo somos conocidos, nada que ver entre ella y yo.
No quería contarle realmente a Amalie lo que pasaba entre MoongBlaxott-Blyley y él, o bueno, al menos no en ese momento.
—Te juro que lo crei...aun así, creo que cualquiera que sea tu novia estará demasiado feliz de serlo.
—No lo creo... no soy muy romántico ni cariñoso que digamos, así que lo dudo.
—¿Bromeas? —lo vio con una mirada de acusación — ¿Has visto lo que has preparado por mi cumpleaños? Y eso que solo somos conocidos...no me imagino lo que harías por tu novia.
—Amigos —Amalie enarco la ceja con una pequeña sonrisa—...no te considero una simple conocida.
—¿Somos amigos?
—Si me dejas sí.
—Y dices que serias mal novio...
Mascullo, George le guiño el ojo recargando la cabeza en su hombro.
—Pide un deseo, niña estrella.
—¿Por qué?
George señalo el cielo y Amalie distinguió la estrella fugaz que pasaba a gran velocidad.
La rubia cerro los ojos, deseando que George Sirius fuera esa excepción que tanto ansiaba, el pelirrojo la observo y sin evitarlo sostuvo la pequeña mano que descansaba sobre la rodilla de la chica a su lado.
Amalie abrió los ojos al sentir la calidez y áspera mano sobre la de ella y recargo la cabeza sobre la mata pelirroja que estaba en su hombro.
—¿Pediste tu deseo?
—Ya lo tengo.
Murmuro apretando su mano con suavidad para ver las estrellas y los pequeños copos de nieve que caían.
Los ojos azules se perdieron en la oscuridad de la noche que era alumbrada, disfrutando del agradable viento.
Siguió recorriendo el sendero que lo guiaba a la orilla del lago negro para terminar con su pastel mientras silbaba una canción que tenía en mente, ese día se sentía extrañamente feliz, tal vez porque al parecer tenía un amigo o quizá porque Anired había dicho que era un poco agradable, sin duda su cumpleaños no había sido tan malo a pesar de no poder ver a su madre.
—Quédate quieta, no te lo comas.
Escucho una voz que conocía más que bien y se detuvo observándola, jugaba con el jamón con patas, al que llamaba gato y el gecko...su gecko, Moswen siempre se la pasaba a lado de la menor, últimamente parecía más de ella que de él.
—Vamos, Anubis... el pequeño dinosaurio es lindo, no te lo tienes que comer.
La gata, que usaba un pequeño abrigo para gatos maulló como si le estuviera contestando, Moswen estaba en medio de las piernas de Anired que se encontraba sentada encima de la nieve.
—No, aunque me digas de cosas no te dejare de decir hasta que convivas con él, no te ha hecho nada.
—¿Y si es ella?
Anired giro el rostro para ver al rubio, Max distinguió que aun llevaba su chaqueta y guerra puesta, le gustaba como se veía con eso.
—¿A caso sabes cómo ver su sexo?
Se encogió de hombros acercándose y sentándose en la nieve con facilidad.
—No tengo ni idea, solo fue un comentario cualquiera —la vio por unos segundos y luego al gato que si tuviera pelo lo tendría erizado — ¿Por qué un jamón con patas y no un gato normal?
—Es una gata esfinge y no un jamón con patas —el gecko al verlo subió rápidamente al hombro de Anired para esconderse entre su cabello —, se llama Anubis.
—Creo que no le agrado, como a su dueña.
—Si no fueras tan molesto sería otra cosa.
Maxence observo el pequeño traste que tenía Anired en las piernas, era curioso y más cuando se trataba de ella así que lo tomo para poner el pedazo de pastel sobre el regazo de la azabache.
—Te lo doy a cambio de esto—agito el traste frente a ella —...esta bueno, solo que ya le quité la cereza.
Anired observo el paste que estaba decorado con colores azules, incluso alcanzo a distinguir las letras "AX", supuso que anteriormente tendría el nombre del rubio.
No lo negaría, se le antojaba demasiado, ya que las cosas dulces eran sus favoritas, pero las palabras de Deyan diciendo que engordo volvieron a su mente.
—Es mucha azúcar.
Murmuro de manera dubitativa, Max enarco la ceja algo confuso, sabía que ella amaba las cosas dulces.
—¿Qué? No me digas que eres de las personas que cuentan cada caloría que consumen.
Se quejó viéndola fijamente, ella negó evitando la mirada del más alto.
—No...no es eso, solo que subo fácilmente de peso.
—¿Qué? ¿Me estas jodiendo? —cuestiono de manera burlo, Anired volvió a negar jugando con el tenedor, tentada a comer un bocado de pastel—...por Dios, Nugget, mírate, no estas gorda, todo lo contrario, tienes buen...cuerpo.
Lo último los murmuro para morderse la lengua, queriendo que la tierra se lo tragara, a veces no podía controlar las palabras que decía, más cuando estaba cerca de Anired que lo ponía tan nervioso, que incluso su cabello cambiaba de color.
—Solo comeré un poco —murmuro—...se ve muy bueno.
Max notaba como parecía sufrir ante la tentación de comerlo, y sonrió percatándose que ella no parecía desconfiar de algo que él le ofrecía.
—Lo está —abrió el traste viendo unas pequeñas galletas con forma de gato, Anired al escuchar el ruidito de la tapa volteo a verlo — ¿Las compraste?
Anired no sabía que responder, Deyan odiaba que comiera esas galletas en público ya que según él eran demasiado infantiles para su edad, varias veces discutieron por eso.
—Mi mamá me las dio hace rato...
—Son lindas, me sorprende ver que no eres tan seria como pareces...al parecer eres tan infantil como yo.
Anired sonrió con los labios cerrados para probar el pastel, y como lo sospecho, era delicioso, tan dulce y cremoso que quería más.
Maxence metía las galletas en su boca, jugando con la nieve bajo su mano.
—¿Cuál es tu color favorito?
Soltó de la nada, Anired lo pensó por unos segundos para responder.
—El negro y rojo, me gusta como lucen juntos... ¿el tuyo?
—El granate, es fácil de combinar y las cosas de ese color lucen elegantes —Max la vio disfrutar del pastel —¿Esta bueno?
Ella asintió y le extendió un pedazo en el tenedor.
—¿Quieres?
El alemán asintió inclinados para aceptar el bocado, ante eso Anired se puso completamente roja y alejo la mano una vez que lo comió.
—¿Sabes? —cuestiono con una expresión burlesca—...eso fue como beso indirecto.
—Quisieras, tonto —volvió a comer más pastel, ignorando la mirada insistente de Max junto con la sonrisa ladina que le lanzaba —... ¿comida favorita?
—Ravioles de queso y espinaca —comió otra galleta — ¿La tuya?
—Iu, espinacas —hizo una mueca ante eso—, no sé, cualquiera, no tengo una favorita, mientras no tengan verduras estoy bien con eso...tampoco soy fan de la carne de cerdo.
—¿Qué comes? ¿Aire?
Ella puso los ojos en blanco.
—Soy como las plantas, hago fotosíntesis y así sobrevivo.
Maxence soltó una carcajada por su comentario tan sarcástico.
—¿Fecha de cumpleaños?
—Tres de octubre... ¿tú?
D'Acanto observo el reloj en su muñeca izquierda, apenas eran las once y media.
—De hecho, es hoy.
—¿Hablas en serio? —lo vio con los ojos entrecerrados.
—Muy enserio —Max trato de agarrar a la gata que se paseaba frente a él, pero ella se alejó maullando y gruñendo, el rubio le enseño la lengua con una mueca—, estás comiendo pastel de cumpleaños, así que disfrútalo porque solo sucede una vez al año.
—Felicidades...supongo.
—Gracias, kleiner hase.
—Agh, que no digas palabras en un idioma que no entiendo, porque no se insultarte o hechizarte.
—Aprende alemán.
—Si tú lo dices me niego a hacerlo—sin darse cuenta ya había comido más de la mitad del pastel—... ¿estás en una relación?
—Cien por ciento soltero y disponible para ti, mein herz —respondió con coquetería —, tu respuesta es obvia así que cambio la pregunta... ¿Por qué están con Deyan?
—¿A qué te refieres?
Max se estiro destensando el cuerpo y termino de comer las galletas, que realmente eran deliciosas, debería de robarle la comida más seguido a la azabache a su lado.
—Es idiota, feo, molesto, estoy seguro que es aburrido y ni siquiera te trata...como debería.
—Es divertido, guapo...y últimamente ha estado demasiado estresado...por eso es así.
Justifico.
—Mmh...eso no responde a lo que te pregunte.
—Lo quiero...nos conocemos de toda la vida, era evidente que cuando fuéramos adolescentes nos volveríamos novios...incluso casi todo el mundo mágico dice que nos... casaremos.
Al decir lo último no parecía demasiado segura con ese hecho, dudaba al mencionar la última palabra.
—¿Y tú quieres...realmente casarte con él?
Anired vio al rubio y luego hacia el lago que poco a poco comenzaba a congelarse.
—No pienso en eso —murmuro—...es demasiado rápido para dar una respuesta.
—¿No estas seguras de lo que sientes por él?
Esa pregunta retumbo en la cabeza de la Black-Weasley por varios segundos, repitiéndose una y otra vez.
Siempre lo había querido, desde que eran unos niños...ella sabía que terminarían juntos, pero en esos momentos no tenía una respuesta.
Antes se emocionaba cada que lo veía, le gustaba como la trataba, pero, últimamente la actitud de Deyan cambio demasiado, causando más peleas que ellos culpaban a la distancia, pero ahora que estaban juntos la cosa era la misma.
—Está nevando más fuerte —no respondió para ponerse de pie—...lo mejor es que vuelva al castillo.
Maxence se puso de pie imitándola para extenderle el traste, Anired l dio el poco de pastel que le quedo.
—Lo bueno que no querías pastel.
—Gracias por el pastel...
—Gracias por las galletas.
Ambos caminaron juntos.
—En el carruaje todos parecen dormir.
Murmuro viendo que no había ningún rastro de luz.
—Entrare por alguna ventana —se encogió de hombros, ambos eran seguidos por la gata—, deberías de abrigarte más, estamos en invierno...y andas con falda, loca.
Anired lo vio de soslayo.
—Mientras el outfit se vea cool el frio es mental.
Se defendió, Maxence rodeo los ojos y se detuvo frente al castillo.
—Te daré esto —se quitó la chaqueta de cuero—...toma.
Maxence la vio y la tomo.
—¿Segura? Si tienes frio dámela después.
—Estaré bien, ya iré a mi sala común — una vez que le entrego la chaqueta llevo las manos a la gorra para quitarla y sentir el cabello áspero y duro ya que no lo había lavado después que le tiraran la malteada, Maxence lo noto y empujo la gorra en contra de su cabeza.
—Úsala, entrégamela después, no creo que quieras que todos noten tu cabello y tener que explicar lo que paso.
Ella negó llevando la mano a la bolsa que llevaba con ella.
—Está bien.
—Nos vemos, tabla de planchar, descansa.
Se despidió el rubio dándose la vuelta dispuesto a escuchar unos gritos o insultos.
—¡Maxence! —Anired lo llamo, él se dio la vuelta para verla —...toma —le extendió algo con ambas manos—...no es gran cosa porque no sabía que hoy era tu cumpleaños...pero, felicidades.
Max se acercó a tomar lo que le extendía, eran cosas pequeñas que casi caían de las manos de las más baja.
—Gracias —sonrió viéndolas—...por... el separador de libros, unas grajeas...y ¿surtido salta clases?
—Compre hace rato dos separadores de libros...ese es color azul, va contigo...y las grajeas son nuevas al igual que el surtido salta clases.
Max observo el separador de libros, estaba decorado con colores dorados y blancos, tenía el dibujo de unas manos que sostenían un sol y una luna al igual que las fases lunares y un pequeño pompo de hilo dorado lo hacía resaltar más, era llamativo y elegante al mismo tiempo.
—Gracias, Anigget.
—Gracias por lo de hacer rato, enserio.
Max guio la mano al rostro de Anired inclinándose suavemente para verla a los ojos.
—Ve a dormir, y... Deyan no te merece.
Murmuro para golpearle la frente con el dedo índice y pulgar, se alejó de ella para comenzar a caminar al carruaje, logro ponerse la chaqueta mientras guardo los regalos de Anired en el bolsillo de su sudadera.
El aroma frambuesa con canela se hizo presente, esta vez era muy fuerte y noto que emanaba de su chaqueta, alguna vez sintió ese aroma en su Amortentia...
—Mierda...
Mascullo dándose cuenta que la dueña de ese olor era...ella, desde el día del partido de Quidditch que ese olor apareció en la poción, no lograba explicar de dónde salió, pero ahora lo comprendía.
Si, definitivamente, era tonto, fijarse en una persona que tenía novio.
Y un novio demasiado idiota.
[...]
George Sirius entro a la sala común soltando un gran bostezo y se topó a su hermana leyendo recostada en uno de los sillones.
—Son las dos de la mañana, deberías de estar en tu dormitorio.
Anired alzo la mirada y le sonrió.
—Me quede metida en la lectura... ¿le gusto el regalo?
—No te dije que fuera hoy su cumpleaños.
La vio de manera acusatoria.
—Me entere por ahí que fue hoy.
—Bueno, si...creo que le gusto.
Anired le sonrió levantándose del sillón. Ambos se iban dar las buenas noches cuando la puerta se abrió de golpe dejando ver a Damián Nott, que se encontraba pálido y con una expresión de desesperación.
—¡Anired, George!
Llamo acercándose a ellos.
—¿Qué tienes? ¿Filch te descubrió besándote con alguien en los pasillos?
Cuestionó Anired.
—Besándose con Regulus.
Se burló el pelirrojo, pero ambos borraron las sonrisas ante lo que digo el castaño.
—Es Regulus...él...no sé qué le paso, dejo de respirar—logro hablar temblando—...está en la enfermería.
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(Fotos que recibió Max)
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¡Hola! ¿Cómo están?
¿Qué les pareció el capítulo?
¿Que opinan de Deyan?
Bueno, esperemos que Regulus no se muera, nos leemos, las tqm❤️
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