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Siete.

(Hola, les traigo actualización porque completaron la meta de los comentarios, jiji.

No esperaba actualizar tan de madrugada, pero tuve algunos problemas con el cap, pero ya está aquí, así que espero lo disfruten.🫰🏻

+350 comentarios para la siguiente actualización♥)

Con elegancia abrió la puerta de copiloto para extenderle la mano a su acompañante que de inmediato la aceptó, provocando un cálido cosquilleo al sentir la suave piel de la morena.

—Gracias por aceptar mi invitación.

Agradeció el peliplata con un sonrojo mientras le entregaba la llave al encargado del estacionamiento, guiando los pasos de Dalila.

Dalila miró impresionada la entrada a la sala de conciertos, había escuchado de ella, pero nunca estuvo ahí, ya que era una sala de conciertos privados a la que solo gente famosa o rica asistía.

Dalila caminaba a lado del Malfoy, entraron al hall que demostraba una total elegancia, la mujer alcanzó a ver a diversa gente, entre ellas a celebridades que solo había visto en la televisión.

—Es muy lindo.

Murmuró observando el lugar, Scorpius sonrió al darse cuenta que le había gustado el lugar, calmando un poco sus nervios, ya que no quería que nada saliera mal en esa cita.

Segundos después, Scorpius entregó los boletos y entraron a la sala principal, en donde la orquesta ya comenzaba a afinar sus instrumentos, y el directo, con su elegante batuta en mano, se preparaba para comenzar.

—Estoy emocionado por este concierto—el sanador la guió hasta sus asientos marcados en el boleto, desde donde tenían una excelente vista de los músicos y director — ¿Has estado alguna vez un concierto sinfónico?

Dalila negó, nunca tuvo la oportunidad de asistir alguno, debido a que desde que graduó de Castelobruxo tuvo que comenzar a trabajar para continuar con sus estudios de magizoologia, de los cuales le faltaba un año, ya que tuvo que ir más lento pues no podía centrar al cien por ciento su atención debido al trabajo.

—No—contesto algo apenada porque Scorpius pensara que no tenía cultura—, esta es mi primera vez, siempre he querido escuchar en vivo una orquesta sinfónica.

Confesó con una sonrisa apenada, Scorpius se sintió feliz al saber que era su primera vez, y sería con él.

—Estoy seguro que te encantará.

Declaró con seguridad.

Conforme las luces se atenuaron, una tensión emocionante llenó el aire, todo el público estaba expectante por el concierto tan esperado.

El directo subió al escenario, y los primeros acordes de la obertura comenzaron a llenar la sala ganando la atención de todos los que seguían los movimientos de los músicos, sumergiéndose en la magia de un concierto como ese.

Dalila y Scorpius se sumergieron en la música, dejándose llevar por las melodías que resuenan en sus corazones, los gestos suaves y apasionados del directo hacen que cada nota cobre vida, como si cada instrumento estuviera hablando un idioma universal que solo ellos dos entiende.

Dalila se sentía cómoda en ese lugar, con Scorpius a su lado, dándose cuenta de lo tonta que había sido por rechazarlo durante tanto tiempo.

A medida que el concierto avanza, las manos de Dalila y Scorpius se encontraron de forma natural y tímida para finalmente entrelazados, sintiendo una conexión especial, que iba mucho más allá de las palabras, las miradas se toparon llenas complicidad, mientras se dejaron llevar por la majestuosidad de la música, sintiendo como nuevos sentimientos comenzaban a llenar sus corazones que latían nerviosamente.

Porque lo que sentía Scorpius no solo era un gusto momentáneo, iba mucho más allá de eso, no podía dejar de pensar en la morena a su lado y la calidez que le brindaba le llenaba el corazón, solo esperaba que Dalila llegara a sentir lo mismo o que le diera la oportunidad de demostrarle que no era un mujeriego como tantos lo tachaban de ello.

⚜⚜⚜

Dio vueltas sobre el mismo lugar mientras se mordía la uña del dedo pulgar izquierdo demostrando que estaba completamente nervioso.

Se odiaba en esos momentos, quizá debería de mantenerse al margen y quedarse callado, pero no podía.

Simplemente algo dentro de él no lo dejaba estar tranquilo.

Quizá se tratará de su conciencia o tal vez su odio a las infidelidades.

No comprendía que era, pero eso lo había hecho estar afuera de Azus a las once de la noche, debatiéndose entre tocar el timbre o no.

Arriesgaba a que Itziar no le abriera o que incluso, el mismo James fuese quien le abriese.

Después de debatirse por tanto tiempo, dirigió el dedo al timbre donde se detuvo unos segundos más.

Solo tenía que empujar dos veces y esperar a que le abrieran, si no lo hacían a la primera lo tomaría como una señal y se iría de ahí para quedarse callado.

Eso era lo que más deseaba cuando toco el timbre dos veces.

Solo esperaría máximo cinco minutos, si nada pasaba volvería a su cama para dormir tranquilamente, pues ya había hecho todo lo que estaba en sus manos.

Veía el reloj que llevaba en la muñeca izquierda, observando cómo se movía el minutero, deseando que el tiempo pasara más rápido y nadie le abriese.

Pero, como sus deseos nunca se hacían realidad, la puerta se abrió.

—¿Regulus?

Lo llamo la voz femenina, el azabache maldijo internamente para verla, estaba despeinada, los ojos hinchados y en pijama, por lo que seguramente ya estaría durmiendo.

—Tengo que hablar contigo—soltó de forma directa antes de arrepentirse por estar ahí, Itziar lo miró sin comprender—, es urgente.

Iba a tratar de entrar, pero ella no lo permitió, casi cerrándole la puerta en la cara de no ser porque Regulus puso el pie evitando que lo hiciera.

—No tenemos nada que hablar —sentenció la pelirroja con un rostro serio—...desde...desde ese día te dije que lo olvidaras, no paso...así que no hay nada que hablar y ya vete.

Regulus puso los ojos en blanco.

—¡No es sobre eso! —gruño arrugando las cejas—...es sobre otra cosa y es urgente que te lo diga.

Itziar puso los ojos en blanco, negándose a escuchar una de las tonterías que tuviera que decir, seguramente sería otra de sus bromas para sacarla de sus casillas.

Regulus parecía que nunca iba a madurar ni a dejar de molestar.

Ya estaba cansada, sumado a que no se sentía bien estar con él, pues recordaba lo de la vez pasada y la culpabilidad se volvía más grande, causando un enorme peso sobre sus hombros, que solo aumentaba con la presencia del Black-Weasley.

—Regulus —lo llamo manteniendo la mirada—, ya es suficiente, no me interesa escuchar nada, y menos si se trata de una de tus tontas bromas, ya quita el pie y déjame cerrar, ya vete de aquí o le diré a James que estás molestando.

Regulus hizo una mueca al escuchar el nombre de su primo, como si ese idiota pudiera hacer algo para que no estuviera en ese lugar, era una amenaza estúpida.

—¡James te está engañando!

Soltó de golpe, ya harto de los rodeos y de continuar ahí, estaba tratando de advertirle, pero ella no parecía ni siquiera quererlo escuchar, sí que era una completa cabeza hueca.

—¿Qué?

Cuestionó sin entender las estupideces que balbuceaba, cuando creía que Regulus no podía ser más imbécil, se daba cuenta de que, si lo era, y un imbécil demasiado grande.

—¡Que James te está engañando y con una de tus empleadas, la nueva!

Itziar negó, James no sería capaz de hacer eso y mucho menos Alessia, que era de su confianza, siempre la apoyaba al igual que Dalila y estaba para ella a cada momento.

—¿Ahora por qué dices estas estupideces? ¿Te golpeaste la cabeza?

Itziar cruzó los brazos sobre el pecho con una expresión completamente enojada.

—¡¿Qué?! ¡No, te estoy diciendo la verdad! —Regulus se frustró al ver que lo creía— ¡Yo los vi, te lo aseguro, James es un maldito bastardo que te está engañando, abre los ojos y no seas estúpida!

Itziar, que ya estaba completamente cansada de su actitud infantil y molesta, cansada de las bromas, de los apodos, sus peleas con James y de todo lo que tuviera que ver con Regulus, azotó su fina mano contra la mano del azabache, con una enorme furia.

—¡Deja de insultar a James! ¡Y deja de insultarme a mí! —exigió con los ojos llenos de ira— ¡Estoy cansada de ti, Regulus! ¡Y de todo lo que tenga que ver contigo! —Regulus se sobaba la mejilla viendo con enojo por no creer en él— ¡Si esto es una de tus estúpidas bromas o algo sobre tus peleas con James, déjame fuera de esto! ¡Déjame en paz de una vez por todas, ya desaparece de mi maldita vida!

Regulus negó y maldijo.

—Fui un estúpido por venir —la miraba sin poder creer que siguiera defendiendo a una rata como James— ¿Pero sabes qué? ¡Haz lo que quieras, solo luego no estés llorando porque fuiste una estúpida que no quiso escuchar la verdad!

Itziar iba a decirle unas cuantas cosas más, cuando el más alto se dio la vuelta para irse de ahí.

Si que había sido un estúpido por ir a buscarla y tratar de advertirle.

Pero, no lo volvería a hacer.

Si ella quería casarse y vivir en una mentira, que lo hiciera.

Finalmente, ella no tenía nada que ver con él.

Y todo estaba mejor así, finalmente se había quitado una molestia de encima.

Definitivamente no debió de salir de su cama en medio de la noche, hubiese sido mejor que siguiera durmiendo, solo ganó un golpe de esa tonta pelirroja.

⚜⚜⚜

Por más que lo intentaba no podía dejar de sonreír, una expresión de relajación y felicidad le decoraba el rostro que siempre parecía serio y como si nada le agradara en ese lugar.

Sus compañeros de trabajo lo veían extraño sin comprender porque estaba de esa manera, desde que regresó a trabajar, después de sus días de incapacidad era normal verlo sonriendo o suspirando mientras tenía el celular en la mano, algunas veces salía de la oficina y lo encontraban en la azotea fumando y hablando por teléfono, con una voz de un tono suave, un tono que nunca antes había empleado en ese lugar.

—Realmente me estas asustando.

Confesó su compañera, que arrugaba el rostro al verlo de esa manera.

—No me importa.

Y es que no podía estar más que feliz, últimamente su vida parecía por fin ser perfecta.

—Algo demasiado bueno te ha pasado en estos días que estuviste de incapacidad —dio un sorbo a su café mirándolo de reojo—... ¿Tiene que ver con Anired?

El rubio la miró con la ceja enarcada.

—¿Anired? ¿Desde cuándo son tan amigas?

Rosier puso los ojos en blanco al ver cómo alzaba una ceja en señal de acusación.

—Ella me dijo que la podía llamar así, fue el día que vino a buscar algo entre tus cosas—se encogió de hombros—... ¿si tiene que ver con ella? ¿Ya están juntos?

Max la miró y desvió la mirada para ver su celular, Andrea no evitó poner los ojos blancos, Maxence nunca parecía querer contar cosas de más, siempre era demasiado reservado con su vida privada.

Rosier quería creer que eran amigos, pero justo en casos como eso no lo sabía realmente, porque siendo sinceros poco o nada conocía de la vida de Maxence, quien siempre parecía reacio a dejar que la gente se acercara a él.

Si fuera por Maxence estaría gritando a los cuatro vientos todo lo que había sucedido entre Anired y él, pero como ella era modelo y una figura pública era mejor mantener las cosas en privado, para evitar rumores que pudieran meterla en problemas.

No evito sonreír aún más al ver que en todas sus notificaciones salía el nombre de la Black-Weasley, su celular volvió a estar lleno de mensajes, llamadas y fotografías que ella mandaba a lo largo del día.

Kleiner Hase🐰🖤_12:35pm
Estoy tomando un break,
mi sesión de fotos se supone que termina en unas dos horas
Después de eso iré a grabar un anuncio para Gucci, así que creo que saldré tarde.

Maxence no evitó sonreír al ver la foto que le mando la menor donde se veía comiendo una ensalada y una lata de coca cola a lado, según ella para "equilibrar todo".

Rápidamente tecleo una respuesta.

Max Steel🦊🖤_12:36pm
Come bien, y no te sobre exijas, Nired.
¿Quieres que te lleve de comer en mi descanso o tu asistente te conseguirá algo de comer?
Ya te extraño mucho💔.

Miro cómo rápidamente le marcó el visto y pasaba de en línea a escribiendo por lo que espero con paciencia

Kleiner Hase🐰🖤_12:37pm
Mary ha preparado lo de la comida, pidiendo en un restaurante cerca de donde se grabará el anuncio de Gucci, así que no te preocupes por eso, te prometo que comeré bien
Te extraño mucho más, ya quiero verte, Maxxie🖤

La sonrisa de Maxence se volvió más notable al leer el mensaje, Rosier lo miraba sin comprender nada, pero estaba demasiado segura que ese cambio de humor tenía que ver con Anired Black-Weasley, seguramente algo muy bueno debió de pasar y se alegraba por él, aunque no quisiera contarle

Maxence siguió mensajeando con Anired durante varios minutos más, hasta que ella le informó que su descanso había terminado por lo que debía de volver a trabajar.

El alemán aún sentía que vivía en un sueño, después de todo lo que habían pasado nuevamente estaban juntos de alguna manera, aun no le ponían un nombre a su relación, pero esa vez Maxence se encargaría que las cosas fueran completamente diferentes y entregarle aquel anillo de promesa que guardaba recelosamente en uno de los cajones junto a su cama, quería que formalizaran su relación, en donde él pudiera decir que era su novia, aunque sabía que para eso primero debía de hablar con los padres de Anired, y aclarar todas las cosas que habían pasado al igual que hacerles ver que no estaba jugando ni mucho menos la quería herir, ese fue uno de los consejos que Lyssandre le dio hace tiempo, aún no le decía lo que pasó hace unos días, quería contarle, pero primero debía de aclarar bien las cosas con Anired.

Soltó un suspiro, el pensar en eso causaba que se pusiera demasiado nervioso, asustado porque el matrimonio Black-Weasley no le permitiera estar al lado de Anired.

Agito la cabeza alejando los malos pensamientos y enfoco su mirada al escuchar que le hablaban.

—Maxence —habló su compañero mirándolo con la misma extrañeza que todos—, te habla Leiftan, que vayas a su privado.

—Gracias.

Fue lo único que dijo para guardar el celular y ponerse de pie tomando la libreta de notas y pluma, sus pasos se dirigieron al fondo de la oficina del departamento de los rompe maldiciones.

Toco la puerta y cuando escucho un "pase" abrió para entrar mirando al hombre de cabello bicolor.

—¿Me buscabas?

Cuestiono a su jefe quien asintió apartando la mirada de unos pergaminos para ver al rubio y señalar con la barbilla una de las sillas frente al escritorio.

—Toma asiento.

Maxence asintió entrando para jalar la silla y sentarse como le pidió mirándolo con curiosidad.

—Creo que te había comentado desde finales de enero que me tomaría un año sabático, ¿no?

Max confirmó con un movimiento de cabeza recordando la conversación que tuvieron en esas épocas, era algo unido a su jefe, ya que desde que llegó se volvió su mentor, enseñándole todo lo que sabía.

—Si, me dijiste que revisará tu agenda de este año y te diera opciones de quien podría atender las juntas o reuniones ya programadas.

—Si, después de la fiesta del departamento tomaré ese año sabático, mi hija ha nacido y quiero pasar tiempo con ella y mi esposa —le sonrió suavemente—, la búsqueda de mi reemplazo momentáneo ha comenzado —tomó una carpeta extendiéndosela a Maxence —, la ministra me ha dicho que puede ser alguien que ella escoja y que yo verifique que sea bueno para el puesto, o bien, yo escoger a quien se quedara a cargo durante ese año y cuatro meses que me ausentare.

Maxence lo escuchaba atentamente viendo la carpeta de documentos que le dio Leiftan, se trataba de un contrato.

—Aja...

Murmuró leyendo el contrato y abriendo los ojos con sorpresa al ver el sueldo que se ganaba como jefe del departamento de aurores, era más de seis veces lo que actualmente ganaba y eso que consideraba que era mucho su sueldo.

—Se que hay muchos otros que llevan más tiempo en este departamento, pero no tienen tus conocimientos, has sido mi mano derecha y chico estrella como muchas veces dije —le sonrió, Maxence lo miró tratando de comprender a lo que iba—...considero que tú serías más que apto para el puesto de jefe interino del departamento de rompe maldiciones —los ojos del rubio se abrieron con sorpresa ante lo que acababa de decir sin poder ocultar la expresión que reflejaba lo mismo—, estarás a cargo mientras yo no esté, y cuando vuelva tomaras el puesto de subjefe del departamento, con el mismo sueldo y prestaciones mencionadas en este contrato...en caso de que yo no desee volver tú te quedarás como jefe definitivo.

Maxence trataba de entender todo lo que decía, nunca espero que él lo fuera a considerar para ese puesto, tenía cerca de año y medio que había entrado por lo que le sorprendía de sobre manera.

—¿Hablas en serio? ¿Quieres que me quede a cargo de todo el departamento? —Leiftan asintió—... ¿seguro?

Maxence se estaba debatiendo internamente, era un muy buen puesto, un excelente sueldo, pero le asustaba tanta responsabilidad y fallar.

Leiftan noto que parecía dudoso por lo que continuó.

—Sí, confío en que harás un buen trabajo —le sonrió y carraspeo para continuar—, también considero que sería un excelente puesto para tí...estabas interesado en la hija de la ministra, ¿no? —Leiftan varias veces lo vio comprando las revistas y diarios en las que salía la azabache, al igual que recordaba haber visto a Maxence más de una vez con Anired, cuando aún no entraba a trabajar y solo acudía a los eventos que Lyssandre lo llevaba, varios rumores decían que algo tenían que ver, Maxence nunca los aclaro o desmintió, por lo que para Leiftan era más que obvio—...ser jefe te vuelve en funcionario del ministerio, Maxence, tendrás un gran peso y dejaras de ser conocido por ser el hijo del director de seguridad mágica, comenzarás a hacerte un nombre por ti mismo, y bueno, el sueldo es excelente —Leiftan sabía lo que era no ser un hijo reconocido hasta la adultez, vivió por lo mismo en su juventud y también se enamoró de una mujer de una familia de sangre pura, que actualmente era su esposa y madre de su hija, por lo que conocía todo lo que había que soportar, como las malas miradas y comentarios en los que lo acusaban de ser un cazafortunas al no tener nada, al menos, si Maxence aceptaba el puesto le sería más fácil—...a lo que voy es que...si aún tienes interés en esa chica o incluso si hay algo más entre ustedes, estando en ese puesto o como subjefe podrás darle la vida a la que está acostumbrada, los lujos y todo lo que desee...

Maxence lo escuchó atentamente en cuanto la mencionó, claro que Leiftan tenía razón.

Una de sus mayores inseguridades en cuanto a su relación con Anired siempre fue esa, él hecho de que todo el mundo mágico sabía que era un hijo que fue reconocido después de años, varias ocasiones escucho como decían que era un bastardo, al igual que cuando lo vieron a lado de Anired decían que no debía de estar a su lado, siempre había comentarios que por más que trataba de ignorar seguían en su mente.

Y, como mencionaba su jefe, al tomar el puesto se volvería funcionario del ministerio y tendría un sueldo más que excelente, por lo que al volver su relación formal y pública con Anired, los rumores y comentarios cesarían, sumando a que podría darle todo lo que ella se merecía, si tener que limitarse en los regalos o salidas.

El pensar en eso fue como una mecha que encendió en su interior, y todos sus miedos e inseguridades desaparecieron de inmediato.

No iba a dejar pasar esa oportunidad de mejorar.

—Está bien —hablo Maxence de manera sería viendo a su jefe—, tomaré el puesto de jefe interino.

Leiftan sonrió al escuchar las palabras.

—Bien muchacho, firma el contrato y te daré una copia—le palmeo el hombro en señal de felicitación—, estoy seguro que con eso te abrirás muchas puertas...el día de la fiesta del departamento será tu nombramiento interno, en el ministerio será al lunes siguiente de la fiesta, lo que ya volverá las cosas formales, en estos días te estaré explicando más a fondo las cosas que sean necesarias, e igual, sería bueno que consideres un tipo asistente o alguien que te apoye, yo podría seleccionar a quien quiera, pero prefiero que lo hagas tú, ya que debe de ser alguien de tu confianza.

—Está bien.

Maxence se quedó pensando, las personas en las que tenía confianza eran en Scorpius y Anired, ninguno estaba en ese departamento por lo que comenzó a frustrarse, no era alguien social por lo que no entablo amistad con nadie de su departamento.

La única persona que le hablaba de temas que no fueran del trabajo era Andrea Rosier...podría considerarla a ella, que al parecer era la mejor de entre sus opciones.

Continuó hablando con Leiftan durante más tiempo quien comenzaba a explicarle todas sus nuevas responsabilidades, después del nombramiento tomaría la oficina.

Era un puesto que nunca pensó tener, definitivamente, después de tocar fondo y a pesar de todo lo malo que había pasado, por fin su vida estaba tomando un rumbo excepcional, que parecía darle un futuro más que prometedor.

Al pensar en eso, pasó por su cabeza sus visiones sobre el futuro, no había tenido más desde que estuvo secuestrado, y no sabía si tomar eso como una señal de alarma o no.

Debía de darle prioridad y hablar con Lyssandre de eso de una vez por todas, necesitaba saber porqué tenía esa especie de visiones y si había alguna manera de poder controlar cuándo tenerlas, para así saber si estaba tomando las decisiones correctas para tener ese futuro que tanto deseaba:

Un futuro a lado de Anired Georanne Black-Weasley.

[...]

Terminó de colocarse la sudadera, sacando el cabello que quedó bajo ella para caminar hacia la puerta a lado de su asistente que miraba la agenda electrónica que llevaba siempre consigo.

—Mañana tienes la sesión de Dior, paso por tí a las nueve de la mañana —explicó Mary palomeando algunas cosas en la agenda—, después de eso tendrías tu clase de pilates a las doce del mediodía, a las dos de la tarde tendrías una hora y media para comer, de ahí tu clase de ballet y a las ocho de la noche una reunión con Dorothea en MagicDreams.

Anired asintió al escuchar el itinerario del día siguiente.

—El sábado de dentro de quince días, por favor no me programes ninguna reunión o sesión, tampoco grabaciones —pidió saliendo del estudio por la puerta trasera y acomodando los lentes oscuros que debía de usar a pesar de noche, Mary y Elijah se habían encargado de verificar que no hubiera ningún periodista cerca, pero era mejor prevenir—...el domingo es el aniversario de Femmes Survivantes, así que desde el viernes en la noche estaré ayudando a la tía Lys con los preparativos a parte que daré un discurso —le sonrió—...si iras, ¿verdad?

Mary asintió, estaba acostumbrada a ir a cualquier lugar con Anired, al inicio fue por su trabajo, pero pronto se volvió costumbre, disfrutando de acudir a eventos sociales, reuniones o incluso, a las cenas de la familia de la azabache que siempre eran muy ruidosas y divertidas.

Gracias a Anired, su monótona vida había dado un giro de ciento ochenta grados, sacándola de su zona de confort, haciéndola experimentar situaciones nunca antes vividas.

—Sí, sí iré —le devolvió la sonrisa, ambas se detuvieron frente a la camioneta donde Elijah y Khalil las esperaban—, también te recuerdo que pasado mañana tienes cita con la sanadora Malfoy.

Anired no evitó poner los ojos en blanco, no es que tuviera algo en contra de su tía Tanith, al contrario, la quería mucho, pero irla a ver en plan de revisión médica no le gustaba.

Estaba cansada de San Mungo, anteriormente cuando inicio con su tratamiento de TCA iba cada tercer día, conforme mejor las visitas se pasaron cada semana y actualmente iba cada quince días.

La revisión consistió en tomar su peso, análisis para distintos estudios, tomar medidas y revisar que su cuerpo no tuviera ningún hematoma, al igual que revisar su periodo menstrual, el que aún era irregular, especialmente cuando se estresa y en esos últimos meses nada había sido tranquilidad.

Provocando que llevará más de un mes de retraso.

Aproximadamente desde inicios de diciembre que no tenía el periodo y ya estaba por finalizar enero.

Tenía que decirle eso a Tanith, la que le recetaría vitaminas y más medicamentos como suplementos alimenticios, al igual que decirle que tanto había avanzado en su tratamiento o si había vuelto a recaer.

Anired sentía que mejoró demasiado, ya no tenía atracones y comía bien, llevaba una dieta balanceada y hacía ejercicio.

Sin embargo, su cuerpo resintió todo ese cambio, causando unas terribles náuseas, especialmente en las mañanas.

Las trataba de controlar para no volver a vomitar, no deseaba hacerlo nunca más.

Solo esperaba de una vez por todas salir de su infierno personal, era lo que representaba ese trastorno alimenticio que la golpeó desde los quince años.

—Si, cancela lo que tenga que pueda pegar con mi cita médica, por favor.

—Ya lo tenía programado, así que no hice ningún compromiso en ese día y hora.

Le sonrió de manera cómplice, Anired le agradeció y justo cuando Khalil bajaba a abrirles la puerta, escucharon el motor de una motocicleta.

—Se supone que no había ningún fan o reportero cerca —exclamó Mary Jenell pensando que se trataba de algún fan que quisiera su autógrafo o de un periodista—, le diré que estas indispuesta para fotografías o entrevistas.

—Aunque si es su fan no creo que quiera dejarlo ir decepcionado —mencionó Khalil conociendo bastante bien a Anired quien siempre se tomaba el tiempo para tomarse fotografías, entrevistas o convivir con los fans que la seguían, recordaba que incluso una vez les invito de comer porque estuvieron varias horas fuera del estudio fotográfico—, ¿quieres que hable con él y le diga que accederás a una fotografía y autógrafo?

Cuestionó el castaño a Anired, pero la menor ya tenía la mirada fija en el conductor de la motocicleta negra, reconociendo el casco del mismo color y la chaqueta de cuero, no pudo evitar sonreír para ver a Khalil, Elijah y Mary.

—Lleven a Mary a su casa —pidió Anired—, y ustedes vuelvan a la suya, descansen y nos vemos mañana temprano, me iré por mi cuenta.

—¿Qué? —preguntó Khalil sin comprender nada, viendo como le entregaba su maleta con cambios de ropa—... ¿cómo que sola?

—Anired —llamó Mary— ¿Lo conoces?

—Luego te cuento.

Fue lo último que dijo para despedirse e ir trotando a donde estaba la motocicleta con el conductor que se quitaba el casco dejando ver una sonrisa dedicada a la azabache.

—¡Ay, no puede ser!

Exclamó Mary reconociendo al rubio y negando de manera preocupada, porque siempre que se veían Anired terminaba herida por su culpa, quería cuidar el corazón de la azabache y evitarle el sufrimiento, estaba cansada de verla llorar al igual que Khalil y Elijah.

Ellos tres habían visto de cerca todo lo que le costó sanar después de que Maxence le dijera cosas horribles en su cumpleaños, al igual que todas las veces que el alemán terminaba hiriéndola de una u otra manera, por lo que se preocupaban de sobre manera, temiendo que el resultado fuera el mismo.

Anired se detuvo frente a él con una sonrisa tímida, se sentía nerviosa, era como si estuvieran en el inicio, con sentimientos nuevos, ese nuevo comienzo parecía avecinar cosas buenas para ambos.

—Hola—lo saludo—...no me dijiste que ibas a venir, por otro poco y no me alcanzas.

Maxence sonrió abiertamente disfrutando de verla frente a él, se bajó de la moto recargándose en ella y dejando el casco colgado en el manubrio.

—Quería darte la sorpresa —se sentía un poco incómodo al sentir como la morena y los dos aurores lo veían fijamente, como si quisieran hacerlo desaparecer con la mirada, por lo que optó por concentrarse completamente en Anired e ignorar a los demás — ¿cómo estás? Aparte de hermosa.

Anired se puso roja al escuchar como coqueteaba con ella, con esa sonrisa traviesa.

La mirada atenta y cautivadora de Maxence se encontraba sobre ella, sus ojos de tonos cristalinos brillaban más y las cejas rectas se encontraban relajadas dejando ver una expresión coqueta.

—Bien...bien... ¿y tú? ¿tuviste mucho trabajo?

Maxence se sintió aliviado al escuchar como la camioneta se iba dejándolos solos.

—Mucho mejor ahora que te veo —le beso la mejilla rápidamente asegurándose de que no hubiera nadie cerca, no podían tener grandes muestras de cariño por temor a que alguien los fotografiara y terminar en otro escándalo, por lo que Maxence tenía que contenerse mucho, ya que si por él fuera le estaría besando con intensidad —... ¿Quieres ir a cenar o ya lo hiciste? Igual si quieres puedo llevarte directo a tu casa.

Anired asintió.

—Quiero ir a cenar...solo que...ya sabes.

Maxence comprendió de inmediato ya que debían de ser cuidadosos, por lo que ya tenía algo en mente y alzo el asiento dejando ver el espacio de almacenamiento de donde saco una gorra y un cubrebocas, ambos negros.

—Traje esto, pensé que podría servir a que no te reconozcan—le extendió las cosas—...aunque claro, pediremos para llevar, pero es más seguro de esa manera.

Anired le sonrió agradecida aceptando lo que le brindó para acomodarse el cubre bocas y la gorra junto con los lentes oscuros los volvieron a meter al compartimiento ya que se pondría el casco hasta que llegarán a dónde comprarían de cenar.

—¿Qué quieres cenar, Max?

Preguntó cuando le dio el casco para acomodarlo, también estaba la opción de quedarse todo el rato con el casco, pero sería muy incómodo por el peso y porque se sentía asfixiada con el.

—Tenía ganas de Currywurst y de Pommes Rot-Weiß—soltó con simplicidad, tenía mucho tiempo que no comía comida rápida de Alemania y quería que Anired probará un poco de lo que a él le gustaba comer en su pueblo natal—...así que pensé que podríamos ir rápido a Alemania y comer allá...también quiero enseñarte la panadería...ya casi la abrimos...

Anired sonreía viendo a Maxence, parecía un niño pequeño emocionado, se notaba feliz y relajado.

La azabache no comprendía el alemán, así que no supo de qué comida se trataba, pero aceptó feliz de ir con su rubio.

—Sí, vamos.

Maxence asintió para colocarse el casco, Anired subió detrás de él rodeando el masculino torso con los brazos y a los pocos minutos la motocicleta se puso en marcha a gran velocidad lo que provocaba que se aferrara más a él para no caerse.

Max conocía a la perfección el trayecto, por lo que fue fácil llegar en menor tiempo gracias a un poco de magia, el clima en Alemania resultaba más cálido que en Londres, pronto aparco la moto frente a un puesto callejero.

Maxence fue el primero en bajar, quitándose el casco para ayudar a la menor que lo imitó, pronto su mirada se posó en el pequeño local callejero, era una especie de pequeña casa hecha de láminas muy coloridas, había varia gente comiendo parada.

Anired sacó la gorra del compartimiento para colocarla cubriendo el cabello que recogió en una pequeña coleta baja, se acomodó el cubrebocas, que se quería quitar, pero era demasiado riesgoso si alguien la reconociera.

Maxence sonrió al verla para tomarla de la mano y guiarla, disfrutando de observar cómo estaba llena de curiosidad, moviendo los ojos a todos lados para no perder detalle.

Gute Nacht...
(Buenas noches)

Saludo Maxence cuando se acercaron a la gente, Anired lo imitó con una pésima pronunciación por lo que lo dijo muy quedito ganando la risa de Maxence a quien codeo en la costilla.

El pequeño puesto estaba adornado con luces brillantes y coloridas, el sonido de la gente riendo y charlando creaba una atmósfera festiva que se llenaba con el aroma tentador de la comida callejera que flotaba en el aire aumentando el apetito de ambos magos.

El vendedor los recibió con una sonrisa y saludo amable para darles una pequeña carta que Maxence agradeció para enseñarla a Anired.

La azabache miró con curiosidad, tratando de leer las descripciones de los platos, aunque no entendía casi nada, sin embargo, la emoción en los ojos de Maxence la hacían sentir tranquila sabiendo que él escogería algo que seguramente le gustaría.

—El Currywurst y las Pommes Rot-Weiß son un clásico aquí en Alemania—le comentó Maxence hablando cerca de su oído para que la escuchara—, ¿quieres probarlas?, es de lo que más me gusta comer aquí.

Asintió con una sonrisa que estaba oculta por el cubrebocas.

—Si, si quiero probar.

Max le sonrió y soltó su mano por unos segundos para ir a ordenar, Anired lo miraba hablar con el vendedor, le gustaba escucharlo hablar en alemán, su voz se volvía más ronca y masculina, resultando muy atractiva.

Los minutos transcurrieron rápidamente, Anired quería pagar, pero Maxence ni siquiera la dejó intentar hacerlo, ya que de inmediato le dijo que no traería la moneda que se utilizaba ahí, por lo que la azabache a regañadientes terminó aceptando.

Volvieron a la moto para emprender el camino que fue mucho más corto que el anterior, y acaso unos cinco minutos terminando frente a la panadería D'Acanto.

Que, a comparación de la vez pasada, estaba mucho mejor.

Al entrar se podía ver el mostrador central, cubierto con una lona protectora, a lo largo de las paredes se encontraban ya algunas baldas y estantes vacíos, que esperaban ser adornados con cestas de panes, aunque la panadería aún está en proceso de transformación ya se podía sentir la calidez de una panadería familiar.

Anired sonrió quitándose el cubre bocas, gorra y lentes, sintiéndose cómoda y libre de estar ahí.

Subieron al siguiente piso, hacia la terraza donde después de un año se habían vuelto a besar, la diferencia es que esa vez iban riendo y contando su día mientras se tomaban de la mano.

Las voces y risas de ellos dos pronto le dieron más vida a la panadería pronta a reabrirse.

Anired miró el lugar, le gustaba, las paredes estaban de un color crema, las sillas y mesas y metal eran negras perfectamente arregladas y algunos cuadros artísticos con paisajes de Alemania adornaban las vacías paredes.

Maxence se acercó a abrir las cortinas de color azul que contrastaban con las paredes, dejando apreciar la vista a toda Alemania, las pequeñas luces daban una encantadora vista de la que no querían apartar la mirada.

La Black-Weasley fue con él dejando la comida sobre la mesa y mirándolo, Max se acercó y sus masculinas manos terminaron sobre la cintura de la menor.

—Hay algo que me muero de ganas de hacer desde hace rato.

Anired enarcó la ceja mirándolo con curiosidad.

—¿Qué cosa?

Max se acercó más a ella rozando sus labios de manera cariñosa.

—Esto...

Y con eso rompió toda la distancia que los separaba, atrapando los suaves y carnosos labios de Anired con los propios, iniciando con delicadeza que pronto fue subiendo de intensidad cuando la azabache le rodeo el cuello con los brazos pegándose a su torso disfrutando del calor corporal que emanaba el rubio.

El beso que compartían reflejaba todo el amor y cariño que sentían el uno por el otro, cuánto se habían extraño durante ese largo tiempo separados, que para ambos pareció una eternidad.

Saboreaban los labios, Anired disfrutaba del sabor a menta con tabaco, mientras Maxence estaba encantado por el característico sabor a dulces de cereza que tenía la boca de la chica entre sus brazos.

Cuando la necesidad de respirar se hizo presente rompieron el beso, manteniendo una sonrisa en los labios que reflejaba demasiada felicidad.

Maxence rozó la nariz de Anired con la propia, como varias veces lo hizo durante su estadía en Hogwarts, ganando una pequeña risa de la Black-Weasley ante ese dulce gesto.

—Te amo, Kleiner hase —murmuro Maxence con el rostro rojo y el cabello rosado, sus ojos brillaban con intensidad reflejando la felicidad y amor que sentía en esos momentos—, te amo mucho...

El rostro de la menor se puso rojo al escuchar como lo decía mirándole fijamente y sin ningún titubeo.

—Y yo te amo a ti —sonrió mientras Max le acariciaba el rostro dándole pequeños besos en las mejillas que estaban calientes—...te amo mucho, Max Steel.

El alemán sonrió ante el apodo y dejó otro corto beso en los labios.

Los dos se tomaron asiento abriendo la comida, Maxence miraba a Anired con cariño, su corazón se encontraba lleno de felicidad al tenerla a su lado y saber que las cosas finalmente estaban bien entre ellos.

Anired miró la comida en cuanto la abrieron, disfrutando del aroma que emanaba de los alimentos frente a ellos.

—El Currywurst es una salchicha alemana cubierta con salsa de curry picante —explicó Maxence dejando ver el platillo—, y el Pommes Rot-Weiß son papas fritas con mayonesa y catsup.

Anired abrió los labios cuando Maxence llevó el tenedor con una salchicha con curry para que lo probara.

El sabor resultó delicioso, era picante, pero no de manera exagerada, lo suficiente como para poder disfrutar todos los sabores que se fundían en la boca de la Black-Weasley.

Maxence sonrió complacido ante la expresión de Anired y juntos comenzaron a comer, compartiendo un momento de bromas y conversaciones de cómo estuvo su día.

Maxence tuvo que aguantar las ganas de contarle del nuevo puesto en el trabajo, ya que quería decírselo hasta que todo fuera oficial, ya que todo parecía tan bueno que aún le costaba creerlo.

La noche transcurrió tranquilamente, contando sus planes a futuro como la inauguración de la panadería D'Acanto que estaba próxima, al igual que las nuevas ofertas de modelaje que le llegaban a Anired, incluso la invitación a participar en un video musical de una banda de música que estaba de moda en el mundo mágico, dejando ver cómo su carrera crecía cada vez más.

Las horas transcurrieron tan rápido, que llegó el momento de volver a Londres para su decepción, les hubiera gustado pasar más tiempo juntos, pero al día siguiente ambos tenían trabajo y los mensajes de sus padres comenzaron a hacerse presentes, era evidente que tendrían que contarles de su relación pues no querían ocultarles nada a ellos.

Después de una acalorada sesión de besos en una calleja antes de llegar a la casa de Anired, que hubiese llegado a más de no ser porque Fred le estaba marcando por teléfono a su hija, finalmente se despidieron para que la más baja entrara a su casa ante la mirada de Maxence que al ver que ya estaba dentro decidió emprender camino hacia el edificio de departamento donde aún se estaba quedando con Lyssandre.

El trayecto fue más corto de lo normal, haciéndose menos de diez minutos hasta la torre de departamento, gracias al poco tráfico de medianoche, entró al estacionamiento dejando la moto junto al vehículo de Lyssandre para ir al elevador porque ni loco usaría las escaleras.

Al estar solo en el elevador se acomodó el cabello que estaba despeinado y tuvo que limpiarse los restos de labial que tenía en el rostro, mandíbula y cuello, también se movió el cuello de la camisa tratando de cubrir las marcas rojas que adornaban la piel clara del cuello, marcas que había hecho Anired en esa calleja que comparadas con las de días anteriores no eran nada, pero prefería evitar el interrogatorio de Lyssandre.

Claro que quería contarle, pero quería encontrar el momento adecuado para hacerlo.

Soltó un suspiro, en esos momentos tenía algo en mente, debía de preguntarle sobre las visiones, porque estaba preocupado al no tener ninguna en ese lapso de tiempo, quería creer que no las tenía porque por fin había arreglado todo, pero los pensamientos intrusivos le decían que algo estaba mal.

Tal vez había alguna manera de controlarlas y tenerlas a voluntad, de esa manera podría ver un poco de su futuro y si sus decisiones eran las correctas.

Entró al departamento para quitarse la chaqueta y dejarla colgada sobre el perchero al lado de la puerta.

Escuchó las voces de la televisión por lo que sin duda Lyssandre seguía despierto, así que fue con él encontrándolo en el sillón mirando un partido de fútbol americano.

—¿Por fin lo comprendiste?

Cuestiono, muchas veces había visto partidos de fútbol americano, pero el rubio mayor no terminaba de comprender muy bien ese juego muggle.

—Umm...se puede decir —apartó la mirada de la televisión para ver a su hijo—, casi nunca llegas tarde... ¿todo bien?

Maxence asintió tomando asiento en el sillón frente a él, lo pensó por unos segundos y decidió decir la verdad, solo evitando unos cuantos detalles.

—Fui a cenar con Anired —soltó ganando que Lyssandre lo mirara con curiosidad—...fui por ella cuando salió del trabajo y la lleve a Alemania, compramos comida y fuimos a la panadería...

Lyssandre trataba de procesar todo rápidamente, lo último que recordaba es que su hijo había sido un idiota al no decirle lo que realmente sintió, y que desde ese entonces su sobrina se negaba a hablar con él o a verlo.

—¿Ya arreglaron las cosas?

Las comisuras de los labios de Maxence se alzaron, todo estaba mejor que nunca.

—El día que tomé la camioneta de Amalie...fue porque Anired me mandó algunos mensajes, estaba en una fiesta y se pasó de copas —contó con rapidez—, fui por ella y ese día hablamos...estamos en buenos términos.

Explico de manera resumida, claro que no entraría en más detalles como decirle que estuvieron la madrugada y mañana de ese día haciendo el amor en un cuarto de hotel en Newquay.

Al pensar en eso, los flashbacks golpearon su mente, recordando el sonido de sus pieles chocar, los gemidos de Anired diciendo su nombre contra su oído, en su linda voz repitiendo lo mucho que lo amaba, en la suave piel que olía a frutos rojos y canela...

Se tuvo que morder el interior de la mejilla y tratar de enfocarse en su conversación con Lyssandre antes de que tuviera una erección debido a esos flashbacks demasiado vividos y a que su cuerpo aún estaba caliente por la sesión de besos de hace unos minutos.

—¿Entonces...tú y ella...?

El mayor no estaba muy seguro si debía o no preguntar si ya estaban juntos.

—Cuando sea el momento te prometo que te contare todo —le sonrió recargándose en el respaldo del sillón y echando la cabeza hacia atrás para ver el techo, Lyssandre solo asintió estando satisfecho con esa respuesta —...oye...hay algo que te quiero preguntar...

—¿Qué es?

Lyssandre lo miraba fijamente esperando que soltara la pregunta que parecía molestarle.

—Es sobre...sobre la parte veela que tenemos —se sentó recto para ver a su padre—...sé que las mujeres veela tienen ciertos... ¿poderes?...no estoy seguro de cómo llamarles, pero creo que me entiendes...incluso pueden tener visiones sobre un futuro cercano —Lyssandre asintió dejando que continuar—...y me dijiste que los hombres tienen belleza...o algo así...pero... ¿podemos tener visiones sobre el futuro o pasado?

De repente Lyssandre se sentó de forma recta, dándole toda su atención y demostrando una seriedad como si se tratara del trabajo.

—¿Has tenido alguna?

Realmente Lyssandre no esperaba que Maxence tuviera visiones o algo parecido, ya que ni un cuarto veela, y gracias a la sangre muggle esos "poderes" serian raros que se presentaran en él, en Amalie si al ser mujer, pero en Max era muy extraño.

Maxence asintió lentamente.

—No sé si decir que son visiones o sueños lucidos —lo pensó durante unos segundos—, antes de despertar del coma tuve la primera...estaba como en el futuro...me gusto ese futuro... pero, después hable conmigo mismo, pero él era más grande y me dijo sobre que había cambiado mi futuro con acciones —arrugó el ceño al decir eso, no quería ni imaginarse que algo volviera a pasar—, después cuando estuve secuestrado por Deyan, tuve un recuerdo demasiado lúcido de cuando tenía quince, podía sentir todo, pero con la mentalidad de ahora, y de ahí pasé al futuro, pero era distinto al anterior y me volví a ver a mi mismo, que me mostro un poco más...

Lyssandre analizó cada una de sus palabras.

—Si...bueno, yo he tenido visiones del futuro, pero estas cambian dependiendo de las decisiones que tomemos por más mínimas que sean, se le conoce como efecto mariposa...es...como...cualquier pequeña variación o decisión en el presente puede cambiar por completo el futuro y desencadenar una secuencia interminable de hecho—hizo un pausa para continuar—, por ejemplo...si Crystal no hubiera firmado el permiso para que fueran a Hogwarts hace años...tú nunca habrías conocido a Anired, tampoco habría sabido de tu existencia, no estarías trabajando en el ministerio...todo tu presente sería distinto...o quizá gracias a otra decisión o evento habrías conocido a Anired, pero su relación sería distinta...cualquier decisión o evento, por insignificante que parezca cambiará todo, hasta por ejemplo que optes ponerte corbata un día podría cambiar todo...es por eso que las visiones del futuro no son certeras—recordaba como perfectamente en sus visiones como en las de Lys cuando los impostores estaban por nacer, Anirak no sobrevivía, sin embargo ella cambio su propio destino—...pero...me es extraño que puedas hablar contigo mismo y más que sepas lo que está pasando y que puedas interactuar con esta mentalidad, o sea, saber que está viendo el futuro...como hombres con sangre veela las visiones no se pueden controlar, una mujer veela si las puede controlar, pero es necesaria mucha práctica y un gran desgaste...porque no es como la adivinación, es más complicado...

—¿Y hay alguna manera o algún lugar de donde pueda saber por qué tengo esas visiones o sueños y si son reales?

Maxence se sentía más confundido al darse cuenta que Lyssandre nunca había experimentado algo parecido.

El mayor se quedó en silencio por un segundo, sabiendo dónde podría encontrar las respuestas, y era un lugar que no le encantaba.

—Lys nos puedes ayudar en eso, ella sabe un poco más respecto a las visiones porque las puede controlar, sin embargo, nunca son exactas—hizo una pausa, dejando ver que no estaba cómodo con lo que le diría—, y hay un lugar donde podemos saber más...tengo que hablar con Anirak ya que ese lugar está...incautado por el ministerio británico...

Max lo miró con curiosidad.

—¿Qué lugar es? —cuestiono—... ¿Por qué está incautado?

Lyssandre trago saliva dejando ver su incomodidad.

—Esta incautado porque la persona que era dueña cometió crímenes horribles —soltó un suspiro, no había querido tocar ese tema con sus hijos, porque odiaba recordar el pasado, recordar al maldito que fue su padre—... es la Mansión Delacour, pertenencia a Pierre Delacour...mi padre...y tu abuelo.

Maxence solo sabia de Lyssane y de Louis, no sabía nada más sobre otros familiares por parte de su padre, pero recordaba haber conocido a Pierre Delacour, cuando él en compañía de una anciana loca los atacó y también cuando Lyssandre se enfrentó a él en medio del bosque prohibido donde fue su muerte.

Sabía que era una persona terrible, pero al parecer era mucho peor de lo que imaginaba.

Lyssandre odiaba la mansión Delacour, nunca debes volver a verla, si por él hubiese sido habría sido destruida, sin embargo, al estar incautada por el ministerio Británico debido a los crímenes que cometió Pierre, nada se podía hacer.

Y volver a ese lugar donde tanto sufrió, solo causaba que sus peores pesadillas volvieran a él.

⚜⚜⚜

Soltó una maldición cuando sus audífonos se apagaron al no tener batería, ya que no los había cargado la noche anterior, y aún le faltaba un buen tramo para llegar al lugar donde había quedado de verse con su madre.

En ocasiones como esas odiaba ir al mundo muggle, ya que no podía hacer una aparición con tanta facilidad y tendría que caminar, y sin música se sentía más largo.

Estaba demasiado cansado, iba saliendo del gimnasio al que se había inscrito para cambiar un poco de aire y convivir con más gente, tratando de enfocarse en otras cosas.

Estaba decidido a superar a Amalie D'Acanto de una vez por todas, pues no podía permitir estancarse en ella.

Le estaba costando demasiado, pero sabía muy bien que pronto lo lograría.

Podía decir que Amalie fue su primer amor, nunca había sentido algo así ni siquiera por Inara, pero finalmente no funcionó.

Todo gracias a Inara, o al menos eso era lo que quería creer, porque otra parte de él le decía que habría tenido el mismo resultado tarde o temprano.

Últimamente creía que el amor romántico no estaba hecho para él, siempre que tenía o intentaba tener una relación las cosas no funcionaban, terminando de manera desastrosa, por lo que llegaba a pensar que estaba destinado a la soltería.

Soltó un suspiro, seguramente sus padres lo molestarían con eso hasta el cansancio por no darles nietos.

Aunque a esas alturas no sonaba mal adoptar.

Podría ser un buen papá soltero, ¿no?

George Sirius agitó la cabeza ante esos pensamientos, estaba exagerando nuevamente, tampoco es que le importara mucho tener una pareja o fuera una de sus prioridades, pero a veces quería vivir un amor como el de sus padres.

Malditas expectativas.

Pensó chasqueando la lengua mientras seguía caminando, las calles por las que transitaba eran algo tranquilas, por lo que casi no había gente causando que su caminar fuera más rápido pues no tenía que esperar a que las personas delante de él caminaran o se quitaran.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando escuchó unas voces.

—¡Quédate quieta!

Miro a los lados sin saber de dónde provenía, por lo que lo iba a dejar pasar cuando escucho una voz de mujer que no parecía nada feliz.

—¡Le dije que me suelten, idiotas!

Iba a seguir con su camino, cuando de un callejón que estaba en medio de dos cuadras escucho como se rompían botellas y parecían discutir, quizás se trataba de una pelea de parejas, pero...recordó que tenía una hermana y una madre.

Y si se trataba de una chica a la que la estaba asaltando o tratando de hacer algo peor, no se perdonaría por no ayudarla.

Así que trató al callejón para toparse con dos hombres que jaloneaban con una mujer que los golpeaba con todo lo que podía.

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¡Hola!

¿Qué les ha parecido el capítulo?

¿Creen que Dalila corresponda los sentimientos de Scorpius?

¿Esperaban esa reacción de Itziar?

No saben lo que me emociona escribir de Maxence, porque siento que ha madurado y evolucionado mucho, ¿creen que haga un buen trabajo como jefe? ¿De esa manera la gente no dirá nada si es que llega a hacer pública su relación con Anired?

¿Les gustaría leer como Anired y Mary se conocieron o cómo fue su primer encuentro?

¿Anired hará pública su relación con Max? ¿Si lo hace como creen que lo haga y reaccione Max? ¿Si no lo hace como creen que reaccione Max?

¿Fred y Anirak aceptaran que Max esté con Anired? ¿Cómo reaccionará Lyssandre?

¿Cómo reaccionará Max al conocer la mansión Delacour y los secretos de la familia de su padre? ¿Cómo estará Lyssandre al ir a un lugar en el que sufrió tanto? ¿Encontrarán algo sobre las visiones de Maxence?

¿Quién será la mujer que vio George Sirius?

¿Finalmente olvidará a Lie?

¿Les gustaría George Sirius de papá soltero?

Bueno, nos leemos en unos días, no se olviden de comentar y votar, Lovu♥

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