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Siete.

George Sirius se quitó los audífonos para abrir la puerta de su casa y entrar mientras silbaba un villancico navideño, le extraño que todo estuviera tan silencioso, siempre que regresaba de ir a correr, su familia ya estaba en la cocina listos para desayunar.

Tal vez debería de ir a la habitación para ducharse y cambiarse antes de que su madre se quejara por el mal olor del sudor, pero la curiosidad fue más grande así que se dirigió a la cocina para encontrarla completamente vacía, frunció el ceño y una pizca de preocupación le golpeo el pecho.

Salió de ahí para ir al estudio y el laboratorio, pero fue el mismo resultado, ni siquiera en el patio o en el salón principal.

—¡¿Mamá?! ¡¿Papá?! —llamo sin obtener respuesta — ¡¿Reg?! ¡¿Geori?! ¡¿Louis?!

Fue lo mismo, revisó el celular para ver si tenía algún mensaje que hubiera ignorado o llamada perdida. Todo era demasiado extraño, su familia nunca saldría sin avisarle.

Subió las escaleras de tres en tres para hacerlo más rápido, las habitaciones de sus hermanos y la que compartía con Regulus se encontraban al igual de vacías, soltó un gruñido de frustración.

—Si esto es una broma, no es divertida.

Comento yendo a la habitación de sus padres, toco un par de veces y escucho algunos murmullos, sin importarle más entro.

—¿Qué haces aquí?

Pregunto el pelirrojo mayor frunciendo el ceño y poniéndose delante de su esposa como si la tratara de defender de una amenaza inminente.

—¿Papá?

Arqueo la ceja con confusión ante esa reacción tan defensiva contra él.

—¿Qué demonios haces aquí, George? —Regulus se acercó con la varita en mano —...lárgate de aquí.

—¿Qué mierda dices Reg? ¡Baja eso! ¡Mamá, dile algo!

La azabache solo lo veía por encima del hombro de Fred, George Sirius pudo distinguir el dolor y decepción en su mirada.

—¿Geori? —llamó a su hermana que solo negó para esconderse detrás de la espalda de Louis que tenía la misma pose defensiva.

—Debimos saberlo —mascullo entre dientes el rubio—...estabas destinado a ser un jodido asesino, si incluso casi matas a mamá durante el parto, era demasiado obvio que en cuestión de tiempo asesinarías a alguien.

Los ojos grises del pelirrojo se detuvieron sobre otros que eran idénticos a los suyos.

—¿Les dijiste? ¡Maldita sea, Regulus, juraste que no dirías nada!

El azabache frunció el ceño, su mirada reflejaba odio puro por su mellizo.

—¡No me vengas a culpar, que todo fue tu maldita culpa, tuve que matar a alguien por ti! ¡Tú ideaste todo, te comportaste sin una pizca de arrepentimiento como un maldito psicópata!

—¡Cierra la maldita boca, lo hice para que no terminaras en Azkaban!

—¡Arruinaste mi maldita vida, siempre lo has hecho, nunca debiste de nacer! ¡Te odio!

Esas palabras golpearon al mellizo mayor, sentía los ojos arder y como las lágrimas se acumulaban.

—Mamá...

Llamo buscando ayuda, pero ella solo negar y agregar con voz severa.

—No me llames de esa forma, Fred y yo nunca tendríamos un asesino por hijo —hizo una pausa—, para nosotros estas muerto, nunca naciste.

Sin evitarlo las lágrimas escaparon de sus ojos, mientras una y otra vez todos repetían las mismas palabras:

"George Sirius eres un maldito asesino"

Quería vomitar y desaparecer por siempre de ahí, no creía que ellos, las personas que más amaran lo trataran de esa forma, sabía lo que había hecho, pero hizo lo que hizo para proteger a su mellizo y nada le dolía más que eso.

Apretó los ojos con fuerza deseando estar muerto, las palabras seguían repitiéndose y ahora eran mezcladas con sus sollozos.

Soltó un fuerte jadeo de dolor para abrir los ojos, su cuerpo estaba empapado de sudor y las lágrimas le mojaban las mejillas, respiraba con dificultad, pero pudo distinguir el techo, se encontraba recostado en una cama.

Trato de calmarse para girar el rostro a un lado, y las lágrimas aumentaron al ver a su hermano en la cama de junto que roncaba con fuerza durmiendo profundamente.

Todo fue de nuevo una pesadilla.

Desde hace dos semanas que eran recurrentes, comenzaron a suceder después del incidente con el ladrón, siempre eran de esa manera, su familia tachándolo de asesino y sin siquiera detenerse a escucharlo, sus padres y hermanos diciéndole cuanto lo odiaban, nada podía ser peor que eso.

Se cubrió los ojos con el antebrazo dejando que todas las lágrimas fluyeran de manera silenciosa, la culpa lo estaba acabando, solo dormía una o tres horas como máximo cada noche.

No tenía nadie con quien hablarlo, ni siquiera con Regulus, ya que le altero los recuerdos para que no se atormentara, intento hacerlo con él mismo, pero fallo en el intento ya que logro borrarlos por unos días, pero al ver una serie policiaca en la que salían muchos asesinatos los recuerdos se desataron y no sabía a quién pedirle que lo hiciera.

Se limpió las lágrimas para salir de la cama e ir a la mesa de noche donde se encontraba una jarra y dos vasos de agua, lleno el que era de color verde para tomar una gran cantidad, miro las pastillas rojas por unos segundos para observar la hora en el reloj digital con forma de oso que estaba sobre la puerta: 03:20 am, no habían pasado ni ocho horas de la última vez que las tomo y si consumía más podría terminar en San Mungo algo que no le apetecía.

Dejo el vaso en la mesa, y tomo su celular y audífonos, observo a Regulus, pero nada parecía despertarlo así que se calzo unos tenis y salió de ahí dejándolo dormir.

Camino por el oscuro pasillo y subió las escaleras que lo llevaban al tercer piso, haría un poco de ejercicio tratando de cansarse para ver si con eso lograba relajarse y dormir, aunque sea un poco más sin tener esos horribles sueños.

Al salir a la terraza el frio sereno de la madrugada lo golpeo, podría poner el techo corredizo, pero decidió entrenar así, fue por las viejas vendas negras colocándolas con maestría sobre sus dedos, el saco de box seguía su lugar.

Se quitó la camisa lanzándola lejos, eligió una canción en el celular poniéndolo junto de las barras de ejercicio para colocarse los auriculares en los oídos y dejar que la música ocupara su mente, inhalo y exhalo por un par de segundos y sin detenerse a estirar comenzó a golpear el costal de box de manera seca y con demasiada fuerza.

Cada que recordaba el rostro del hombre muerto frente a él aumentaba los golpes, el saco de color rojo se movía de un lado a otro a pesar del peso, George no tenía la intención de detenerse, sabía que si dejaba que el estrés lo consumiera tendría un ataque de ira, desde los seis años que aprendió a reprimir sus emociones para no herir a nadie y el ejercicio era de gran ayuda, a lo largo de su corta vida había practicado: Taekwondo, karate, artes mixtas, lacrosse, futbol americano, natación y su favorito, el boxeo era con el que se sentía mejor, cuando estaba en Hogwarts optaba por correr todas las mañanas y en la noches antes de dormir, sumando a eso los entrenamientos de Quidditch, así tenía un mayor control de todo.

Varios minutos después tenía el cuerpo empapado en sudor y jadeaba con fuerza sin detenerse, hasta que una tenue luz le llamo la atención, detuvo el saco para quitarse un auricular y girar a la puerta.

—¿Qué haces entrenando a esta hora?

El pelirrojo mayor se acercó con la varita iluminando el lugar, encendió la luz para terminar con el hechizo.

—No podía dormir, tuve una pesadilla —explico tomando el celular para apagar la música —, pensé que me vendría bien algo de ejercicio.

—George, son casi las cuatro de la mañana debes de descansar.

—No puedo dormir, papá, cada que lo hago tengo pesadillas.

—¿Sucedió algo? ¿O estuviste viendo de nuevo películas de terror con Nired y Lyssandre?

George Sirius negó sujetando una toalla limpia para secarse la cara y el cabello.

—He estado demasiado estresado — no mentía, pero tampoco entraría en detalles —, creo que es por eso.

—¿Estás seguro? Desde hace días que mamá y yo te notamos raro, como si algo te estuviera preocupando y tienes demasiadas ojeras, no has estado durmiendo bien, hijo.

—Creo que es el estrés de volver a Hogwarts, ya sabes es mi último año y ni siquiera sé qué hacer con mi vida.

—Comadreja, deja de preocuparte por eso, decidas lo que decidas siempre contaras con nuestro apoyo —le sonrió apretándole el hombro para hacerlo caminar con él —, vamos, te preparare la poción de sueño sin sueños, creo que tengo todos los ingredientes en el laboratorio.

El menor asintió para caminar con él.

—¿Qué hacías despierto? Según yo no hice ruido.

—Tu madre y Louis aún no han llegado, así que no puedo dormir —se encogió de hombros restándole importancia—, después escuché los golpes y subí a ver si era uno de ustedes o se había metido alguien a la casa.

—¿Por qué mamá y Lou tuvieron que ir a Hogwarts?

Pregunto con curiosidad, sabía que tanto su madre, Louis, Jerome e incluso Robert Burke, el prometido de su tía Kaira que era jefe de la casa Gryffindor y profesor de Defensas Contra las Artes Oscuras fueron llamados para que asistieran de inmediato a Hogwarts, hasta su tía Lys asistió.

—Ya sabes, algo está preparando el ministerio y Hogwarts para el nuevo ciclo escolar — George Sirius lo vio con los ojos entrecerrados en señal de que le contara más —, son cosas que a mí no me concierne decirte, así que vamos.

—Dime que es, te prometo que no le contare a nadie ni siquiera a Reg, será nuestro pequeño secreto, papá.

Ambos pelirrojos bajaron hasta la primera planta para caminar al laboratorio que se encontraba al lado del estudio, que por lo regular fungía como la oficina de Anirak Black-Weasley en casa.

—No, George Sirius, tendrás que esperar hasta que mamá, Lyssandre o Lys quieran decirles algo, ni siquiera Louis puede hacerlo —George Sirius soltó un bufido poniendo los ojos en blanco —, aparte ya falta poco para que regresen y se enteren de todo.

—Está bien.

Fred camino al gran armario donde guardaba todos los ingredientes que utilizaba en las pociones y productos de Sortilegios Weasley que hacía.

Por lo regular el laboratorio era utilizado por Fred y George Weasley para realizar todo lo necesario para la tienda mágica, así que no era raro escuchar explosiones en la casa Black-Weasley, en algunas ocasiones lo usaba Anirak cuando ayudaba a su esposo o cuando que preparar alguna poción.

El menor acomodo algunas cajas que estaban mal puestas sobre la barra donde había calderos ya que en la tarde tanto él como sus hermanos ayudaron a los pelirrojos mayores a resurtir el inventario de las tiendas.

Una vez que tuvo todos los ingredientes, Fred se puso en marcha para hacer la poción que necesitaba su hijo, George Sirius veía como su padre preparaba cada cosa, a pesar que no termino el colegio y ni siquiera ponía atención en clases Fred era muy bueno en pociones, algo que le sirvió de mucho a George Sirius, Anired y Louis porque gracias a él resaltaban mucho en esa clase, siendo de los mejores de sus respectivas generaciones, cosa que no sucedía con Regulus John el cual era pésimo en es a pesar que quería convertirse en Auror.

—Papá —llamo George cortando unas raíces de manera fina con un afilado cuchillo —...participaste en la segunda guerra mágica.

—Ajá...

Contestó sin dejar de mover el líquido purpura a fuego bajo en el caldero.

—Por lo que me imagino que habrás matado a muchos mortifagos — Fred asintió dándole a entender que continuara — ¿Qué sentiste cuando lo hiciste?

—¿Cuándo mate a alguien? —vio a su hijo con la ceja enarcada, el menor asintió —...pues, en ese entonces era matar o morir, George, no teníamos muchas opciones, lo más importante era ganar la guerra. No te lo negare, la primera vez que lo hice me sentí fatal, pero comprendí que si no lo hacía yo podría morir o ver morir a mis seres queridos y era algo a lo que no estaba dispuesto a soportar.

—¿Nunca te sentiste culpable por hacerlo?

Fred pareció pensar la pregunta por unos segundos.

—Sí, un poco, digo termine con la vida de alguien...pero, me consolé con el hecho de saber que era un mago oscuro y seguidor de Voldemort.

Dejo que la poción de sueño sin sueños hirviera durante unos minutos más a fuego bajo.

—Entonces... ¿si yo matara a alguien...tú...no me odiarías?

—¿George? —el rostro del llamado estaba estoico, a Fred le extraño un poco eso ya que parecía esconder algo que quisiera decir — ¿Hay algo que me quieras contar?

—Es en un caso hipotético —sonrió con falsedad —, en una de mis pesadillas mataba a alguien y...todos me odiaban.

—George Sirius, eres mi hijo, una de las personas más importantes en mi vida, te amo e incluso daría mi vida por ti, así que no pienses eso, yo nunca te odiaría hicieses lo que hicieses.

George se relajó un poco al escuchar esas palabras, e incluso pensó en contarle a su padre lo que hizo, tal vez él lo ayudaría a encontrar una solución.

Se debatió por unos segundos en lo que el mayor servía la poción en un vaso de cristal que tomo de la repisa donde colocaba matraces y otras cosas, pero al final decidió no decir nada para no causarle problemas.

—Listo, comadreja —dejo el líquido purpura frente a él —, hice lo suficiente para que duermas entre ocho y diez horas sin que nada te moleste.

—Gracias, papá.

Fred no pudo decir más ya que la puerta se abrió dejando ver a una mujer azabache que llevaba los zapatos de tacón en la mano izquierda y en la derecha una carpeta con el logo del ministerio de magia británica.

—¿Qué hacen despiertos? — Se acercó a los dos pelirrojos, beso la mejilla del menor y le dio un corto beso a su esposo que de inmediato fue devuelto — ¿Paso algo o siguen trabajando?

—Papá me prepara una poción de sueño sin sueños, he tenido pesadillas y no puedo dormir bien.

Los ojos grises de Anirak se posaron sobre su hijo.

—¿Pasó algo, cielo? ¿Necesitas hablarlo o quieres que te saque una cita con el psiquiatra? Tal vez sea el medicamento y sea necesario que lo cambien...

George negó con suavidad con una pequeña sonrisa.

—No, mamá, con esto es suficiente, gracias —tomo el vaso con la poción—, tomare un baño y beberé esto para dormir...por cierto, pa... ¿Me prestas tu libro de pociones avanzadas?

El menor fue al librero donde se encontraban muchos libros de pociones que su padre utilizaba para tomar el que lucía más nuevo, albergaba la esperanza de encontrar una poción que lo ayudara para poder suprimir todos sus recuerdos.

—Sí, tómalo.

Fred abrazaba a su esposa mientras le besaba la mejilla, las facciones de la mujer parecían más relajadas una vez que estaba de esa forma con el pelirrojo mayor.

—Hasta al rato, que descansen.

—Tú también, Georgie, te amamos.

Él salió de ahí escuchando a sus padres hablar, y no pudo evitar sonreír al darse cuenta que parecían unos adolescentes enamorados, sin duda nunca cambiarían y eso le alegraba de sobre manera.

Cierta parte de él se sentía mucho mejor después de lo que le dijo su padre, al menos sabía que él no lo odiaría y quizá su madre tampoco, ahora lo único que quería era encontrar algo para olvidar todo eso y poder tener algo de paz y tranquilidad.

Dejo la poción y el libro sobre la mesa de noche, Regulus seguía durmiendo tan profundamente que ni se dio cuenta de que despareció por un gran largo.

—Otaku.

Murmuro viéndolo abrazar a un viejo peluche con forma del Kyubi, un personaje de Naruto.

Antes de entrar al baño se percató que tenía un mensaje sin leer, de inmediato lo abrió, para darse cuenta que era una foto sobre un nuevo videojuego que Stefan le acababa de enviar, le extraño que siguiera despierto a esa hora así que rápidamente le escribió.

GeorgeS_03:58
¿Qué haces despierto, Kairo?
Deja de ver tus dibujos eróticos, pervertido.

Kairo_03:58
Vine al baño, tarado.
El único pervertido eres tú, que tiene revistas
para adultos bajo tu cama, estúpido cerdo pelirrojo.


GeorgeS_03:59
¡Qué esas revistas son de Regulus, incluso era manga hentai
o como se llame!
Ya duérmete, que mañana no vas a querer trabajar en la florería.

Kairo_04:00
Escuche voces en la florería, iré a ver que es, según yo Robert aun no
llegaría.


GeorgeS_04:01
Mamá ya llego, y escuche los ronquidos de Louis, así que no sería raro que
Robert ya esté en tu casa.


Kairo_04:02
Hablamos al rato, parece que mamá discute con alguien.


GeorgeS_04:02
¿No es Robert?
Stef, no hagas nada estúpido, si no me contestas en diez minutos le diré a mis papás para que vayamos.



Stefan leyó el mensaje para meter el celular en el bolsillo de su pijama, reconoció la voz de su madre que sonaba demasiado enojada.

Salió del baño silenciosamente y de la misma manera salió de su habitación, trataba de hacer el menor ruido posible y caminar de forma rápida, Kaira y Robert nunca discutían de esa manera, ya que Robert era una persona demasiado pacifica que nunca le alzaría la voz a Kaira Denvers.

—¡También es mi hijo, tengo derecho a verlo!

Stefan trago saliva al distinguir esa voz, no entendía porque William Weasley estaba en la florería y menos porqué le alzaba de esa manera la voz a su madre.

—¡Lárgate, solo te abrí porque pensé que estabas herido! ¡Eres un maldito mentiroso! ¡Y Stefan no te quiere ver, no lo voy a obligar! — el pelirrojo menor escucho como se cayó un algo de cristal al piso — ¡Aléjate de mí!

Al escuchar eso el menor bajo rápidamente las escaleras llegando a la puerta que dividía la florería del departamento y pudo ver como Bill sostenía con fuerza de los brazos a la mujer.

—¡De seguro lo llenaste de mentiras para que me odie de esa manera!

Stefan no pensó demasiado, ni siquiera lo dudo, tal vez no era su mejor idea como un Ravenclaw, pero no llevaba la varita consigo pues no pensaba necesitarla para detener una discusión de su madre con Robert. Tomó lo primero que vio en la encimera para apuntar con el al Weasley que le seguía gritando a la mujer castaña.

—¡Aléjate de mi mamá!

William al escuchar la voz llena de enojo del menor se dio la vuelta para toparse con la punta de un cuchillo apuntándolo.

—¡Stefan, baja ese cuchillo ahora!

—¡Aléjate de mi mamá o juro que te matare yo mismo con esto!

Stefan apretaba la mandíbula con fuerza y sentía el cuchillo temblar en su mano, Kaira lo observo con sorpresa ya que nunca vio a su hijo de esa manera.

—Stefan...aleja eso

Pidió Bill nuevamente, podría quitárselo con un poco de magia, pero no quería arriesgar a que salieran lastimados.

—Aléjate de ella.

Kaira estaba en shock, Bill suspiro y camino a lado contrario sin que Stef lo dejara de apuntar con el cuchillo.

—Stefan solo quiero hablar contigo, pero tu madre siempre esta llenándote la cabeza de ideas.

—¡Yo no le lleno la cabeza de ideas! —Kaira se acercó a su hijo para quitarle el cuchillo, el menor al ver que su madre estaba bien lo entrego con facilidad —...si él no quiere hablar contigo es por algo, ya lárgate.

—No tengo nada que hablar contigo, William...así que ya vete antes de que vuelva a tomar el cuchillo, no tienes ningún derecho de venir a exigir algo y mucho menos de tocar a mi madre ¡Lárgate!

El mayor frunció el ceño.

—Eres menor de edad y harás lo que yo digo.

—¡Ni siquiera llevo tu apellido, no tengo nada que ver contigo!¡Así que ya vete!

—¡Stefan...!

Bill se iba a acercar cuando una cuarta voz se hizo presente.

—¿A caso no escuchaste que te largues?

Un hombre castaño y fornido entro a la florería, miraba con molestia a Bill, ambas miradas azules se cruzaron y la tensión aumento más.

—Son problemas familiares, tú no te metas.

—Estas en la casa de mi prometida y su hijo, claro que me meto, así que lárgate de una vez.

Bill frunció el ceño, ambos hombres tenían una pose defensiva esperando que cualquiera atacar, Stefan alzaba el mentón viendo con molestia al Weasley y poniendo detrás de él a su madre.

—Me iré hasta que hable con Stefan.

Sentencio en pelirrojo, Robert chasqueo la lengua para ver al menor.

—Stef —llamo, Denvers observo al castaño — ¿Quieres hablar con él?

—No, solo quiero que se vaya, no quiero tener nada que ver con él.

—Ya lo escuchaste — Robert se acercó a él para tomarlo del brazo y empujarlo hacia la puerta —, no quiere verte, así que ahora vete de aquí.

Bill apretó la mandíbula al sentirse humillado y salir de ahí, Robert le dio una mala mirada.

—Aléjate de ellos o la próxima vez que te vea aquí te partiré la cara.

Amenazó entrado y cerrando la puerta dejando al mayor afuera, observo como Kaira le revisaba el rostro a Stefan como si se tratara de un niño pequeño mientras el menor tenía las mejillas suavemente sonrojadas.

—¿Qué paso? ¿Lo lastimó?

Inquirió con preocupación acercándose a ellos.

—No, no...nada de eso —respondió Kaira alejándose de Stefan —, estamos bien...

—¿Por qué estaba aquí? ¿Forzó la entrada?

Stefan miró a su madre con curiosidad esperando las respuestas a las preguntas de Burke.

—No...yo le abrí —soltó un suspiro para ver a los varones de manera culposa —, es que tocaron varias veces y con insistencia la puerta así que bajé pensando que fueras tú, pero cuando vi por el cristal me topé con William herido, crei que lo habían atacado y que estaba grave, pensaba en dejarlo entrar para llamarle a alguno de sus hermanos —hizo una pausa al sentirse tan tonta por caer en eso—, cuando le abrí me di cuenta que uso un hechizo de ilusión...

Stefan puso los ojos en blanco, estaba harto de los trucos de ese hombre que se hacía llamar su padre, definitivamente no lo toleraba y no quería tener ninguna relación con él.

—¿Qué quería? Debió de ser algo muy importante para venir a las cuatro de la mañana.

—Hablar con Stefan, le dije que él no quería saber nada y se puso agresivo hasta que Stefan lo amenazo con...un cuchillo.

—¿Stefan?

Robert vio al menor de manera perpleja, ya que todos sabían que él era un niño demasiado tranquilo y que evitaba meterse en cualquier clase de problemas.

—No traía mi varita conmigo, y al ver como William tomaba a mamá para gritarle no lo dude ni un minuto y lo amenace con lo primero que encontré.

Stefan esperaba una mala mirada por parte del prometido de su madre, pero solo sintió como lo despeinaba el cabello.

—Me alegro que siempre encuentras una forma de defender a tu madre, lo hiciste bien, Croissant.

Stefan sonrió ante eso y asintió, no lo negaría a veces deseaba que Robert fuera su verdadero padre ya que él siempre había fungido como su figura paterna.

La pequeña familia puso los hechizos correspondientes para subir al departamento, Stefan solo quería que William Weasley lo dejara en paz, estaba cansado de él e incluso le temía tanto como para que fuera su Boggart.

⚜⚜⚜



«Me gusta más el hecho de creer que lo que me atrae de alguien es su personalidad y no si es hombre o mujer, eso me es indistinto, o buen hasta ahora esa es mi percepción en cuanto a lo que me gusta. Por cierto, buenos días, rubio»

El rubio no pudo evitar sonreír al leer ese mensaje, llevaban hablando más de dos meses, no sabía muy bien que estaba pasando, pero estaba seguro que había algo en lo que ambos se sentían iguales.

Decidió contestarle más tarde, pues ya no tenía mucho tiempo para peinarse o su familia se iría sin él.

Después de acomodarse el cabello tomo una chaqueta de mezclilla contrastando con el pantalón negro y camisa del mismo color que usaba, al menos la tarde parecía ser fresca por lo que no tenía que preocuparse por el sol, tomo su varita y celular para salir de la habitación.

Le mando un mensaje a Anired diciendo que él y su familia ya saldría para ir a la Madriguera pues la azabache se encontraba buscando el regalo para Harry en compañía de sus padres.

—Te tardaste una eternidad, Zed.

Se quejó el rubio mayor acostado en el sillón del salón principal mientras el sapo que tenía como mascota descansaba en su estómago.

—Mamá se va a enojar cuando vea que tienes los pies sobre el sofá.

Comento señalando los zapatos sobre la tela café.

—Mamá no tiene por qué enterarse.

Le sonrió de manera cómplice para quitar al sapo y ponerlo en la mesa, de forma rápida sacudió el polvo que cayó de sus tenis.

—¿No me tengo que enterar de qué?

La suave voz de una mujer demasiado parecida a ellos se hizo presente, Zed sonrió de forma burlona y Fred lo fulminó con la mirada.

—De lo mucho que te amo, mami.

Lys puso los ojos en blanco terminando de ponerse los aretes.

—Eres idéntico a tu padre—miró a sus hijos y sonrió al ver que ya estaban listo — ¿Llevan todo? No podemos estar regresando porque alguno olvido el celular o a su sapo ¿entendido?

—Frogo se quedará en casa ya que se puede perder en la madriguera —explico Freddos —, así que por mí no hay problema.

—Yo ya llevo todo, mamá —Zed sonrió dejándose caer en el sillón para sacar el móvil — ¿Y papá?

—Terminando de cerrar la puerta del jardín —tomo su bolso en compañía de una caja de regalo —, por favor, Zed...hoy no pelees con Victoire ¿quieres?

El menor frunció el ceño al escuchar ese nombre, siempre que había alguna reunión Zed y Anired terminaban peleando con la mayor, bueno, en realidad todos los primos, pero Zed siempre era el primero en saltar cuando la rubia se metía con su adorada prima, ya que él era el único que podía burlarse o molestar a la azabache.

—Si ella no empieza yo no lo hare.

—Zed...

Llamo dándole una severa mirada.

—Mamá, es que Victoire se vuelve peor con la edad —agrego Fred en defensa de su hermano menor—, siempre está molestando a todos, es la mayor, pero la más inmadura, te recuerdo que la última vez que fuimos trato de lanzar a Zed y a Nired al lago con ayuda de magia.

—Ya hablé con Bill sobre eso, y me prometió que hablaría con Victoire, así que también quiero que ustedes se comporten

Pidió, sabía que era algo casi imposible, ya que ninguno se toleraba y no es que tuviera algo en contra de su sobrina, pero últimamente era más rebelde y tenía como blanco de burlas e incluso ataques físico a la menor de la familia: Anired, y si algo era bien sabido por todos es que ninguno de los menores se quedaría sin hacer algo, incluso algunas veces tanto ella, como George, Fred, Anir, Louis, Mon, Jerome y hasta Ron y Harry tuvieron que intervenir cuando Victoire y Nired peleaban, más que nada por temor que la menor saliera herida al no poder usar magia.

—No prometemos nada.

Respondieron al unísono, Lys iba a replicar cuando unas grandes manos la tomaron de la cintura para dejar un suave beso en su mejilla.

—Estas hermosa —la ronca voz de George provoco que sus piernas temblaras — ¿Ya nos vamos?

—Si...ya estamos listos.

Logro responder al sentir como el pelirrojo rozaba el miembro contra su trasero de manera discreta.

—¿Y si mejor nos quedamos y solo van ustedes?

Cuestiono Freddos poniéndose de pie mientras Zed parecía demasiado entretenido con el teléfono.

—No, yo si quiero ir

Respondió con una sonrisa el menor leyendo el nuevo mensaje:

«Me imagino que iras a la Madriguera al cumpleaños de Harry, así que nos vemos ahí.»

La veela se separó de su esposo dándole la caja de regalo.

—Vamos, es hora de irnos, Freddos vas primero.

Zed suspiro para guardar el celular y levantarse para seguir a su hermano.

—Está bien.

El rubio mayor entro a la chimenea tomando los polvos flu y decir a donde quería ir:

La madriguera.

[...]

Zed veía toda la escena si evitar reír de manera silenciosa, sabía que dentro de poco Anired explotaría y Molly acabaría discutiendo con ella como de costumbre.

Como amaba a su prima y su actitud rebelde cuando estaba la abuela.

—Anired, esa ropa y ese maquillaje —la recorrió de arriba abajo con una mala mirada —, no se te ven bien, pareces una mujer vul...

Zed abrió los ojos con sorpresa al entender lo que casi dijo, estaba acostumbrado a ver los malos trato de la mujer pelirroja en contra de los dos azabaches y el rubio Black-Weasley, pero nunca había usado algún insulto como eso, y al parecer no fue el único que lo noto, pues tanto Fred, Anirak y Louis se acercaban a ellos.

—¡Es la moda de este año—se defendió Anired, no entendía porque tanto drama, usaba un maquillaje normal solo porque su delineado estaba más marcado y se colocó labial rojo o tal vez era por la mini falda negra que llevaba —, no esperes que use ropa de ancana como tú!

Molly contrajo el rostro del enojo dispuesta a reprenderla.

—Mamá —Fred la interrumpió mientras se sobaba el puente de la nariz, estaba cansado de la actitud de su madre contra su familia, esa era una de las razones por la que no visitaba la Madriguera más que cuando era necesario —, si vas a empezar con esos comentarios mi familia y yo nos retiraremos solo vinimos por el cumpleaños de Harry.

La mirada de Molly cambio de inmediato para ver de manera dolida a su hijo.

—Solo es una opinión —incluso, el tono seco y molesto que usaba cambio por una voz dulce y cariñosa —, Anired no está en edad de vestirse y maquillarse de esa manera tan...llamativa.

Anired y Anirak pusieron los ojos en blancos, la mayor vio a su suegra, ambas miradas se cruzaron.

Molly no toleraba para nada a esa mujer, cuando la conoció creyó que era de otro tipo: alguien de moral alta e incluso pensó que sería una buena esposa dedicada al hogar y su familia, en cambio era de una mente tan abierta que tenía mal educados a sus hijos, prefería trabajar antes que atender a sus hijos y le daba libertad a la menor de vestirse con ropa tan llamativa que solo ocasionaba provocar a los hombres, y peor, les había heredado esa actitud tan altanera y arrogante, incluso estaba demasiado segura que Anired no era hija de Fred, probablemente la azabache mayor le habría sido infiel a su hijo y le hacía creer que Anired era suya.

La Weasley todos los días le pedía a Merlín que librara a Fred de esa mujer tan detestable o que él abriera los ojos para darse cuenta de la serpiente que tenía por esposa.

—La ropa no define a una mujer, aparte que a Anired todo le queda bien —defendió a su hija de manera seria, no iba a permitir que nadie criticara la forma de vestir de Nired y mucho menos que la criticaran por usar lo que le gustara —, y solo es maquillaje, si a ella le gusta está bien, Señora Weasley, créame que no estaríamos aquí de no ser porque Harry y Ginny nos lo pidieron.

Cuando Anirak inicio su relación con Fred se dio cuenta que Molly sería una suegra difícil, durante años logro tener una buena relación con la mujer mayor, quizá tenían algunos roces, pero todo empeoro cuando no le permitió entrometerse en su matrimonio ni en la educación de sus hijos y aún más cuando trato mal a Louis, trataba de sobrellevarla, pero en ocasiones terminaban peleando de forma demasiado fuerte llegando a los insultos.

Anirak siempre trataba de evitar eso porque no quería poner a Fred entre la espada y la pared, aunque no era necesario que ella lo pidiera, su esposo siempre le daba su lugar tanto a ella como a sus hijos y los defendía incluso de su madre.

—Enserio, Fred, que esta mujer te tiene cegado, espero no te arrepientas cuando sea tarde.

Fred puso los ojos en blanco soltando un bufido al ver como su madre se iba llorando.

—Iré a hablar con ella, no quiero arruinarle el cumpleaños a Harry —explicó a sus hijos para ver a su esposa — ¿Me acompañas, muñeca? Soy capaz de decirle algo malo, así que necesito que no me dejes hacerlo.

—Vamos, amor —Anir le tomo la mano para ver a su hijo mayor —, Louis te quedas a cargo de los menores, no los quiero llegar a encontrar peleando con Victoire ¿Entendido?

—Sí, mamá.

Zed y Anired le sonrieron al matrimonio para ver al rubio.

—Buena forma de iniciar una reunión familiar —comento con sarcasmo —, vamos al jardín, diría que acompañare a papá y mamá, pero Molly es capaz de hacer un drama porque estoy ahí o de incluso fingir un paro cardiaco.

—Al menos el abuelo Arthur no es así —Zed tomo la mano de su prima para caminar seguidos de Louis — ¿Siempre fue así?

—Buena pregunta, Louis tú la conoces más desde antes ¿Siempre fue así de pesada con mamá y contigo?

—Creo que sí, Molly ha sido una mujer un tanto especial...no sé, demasiado difícil y se enoja con facilidad, o bueno al menos conmigo porque con Victoire nunca se enoja, siempre la deja que haga y deshaga lo que quiera.

Louis era una persona amable y dulce, era raro que odiara a alguien, pero si es que le guardaba demasiado rencor a alguien era a Molly Weasley, al inicio pensó que sería una mujer dulce como lo era su abuela Laetitia, pero resulto todo lo contrario, siempre lo estaba regañando y le repetía una y otra vez que no era hijo de Fred, claro que sabía muy bien que era adoptado, pero ella se lo repetía hasta el cansancio, siempre ignoraba eso, pero algo que nunca olvidaría fue cuando le dijo a sus hermanos menores que era adoptado y que no eran hermanos, aun recordaba escucharlos llorando, pues solo eran unos niños de siete y cinco años.

No es que les fuera a ocultar a los impostores y Anired que era adoptado, pero había quedado con sus padres de explicárselos cuando fueran más grandes y comprendieran las cosas, ya que temía que ellos dejaran de quererlo, pero Molly tuvo que arruinar todo diciéndoselos como si hablara del clima, gracias a Merlín los niños entendieron que no todos los hermanos eran de sangre y que las familias a veces se conformaban de distintas manera, e incluso su relación se volvió aún más unida, pero si eso no fuera suficiente al parecer Victoire seguía los pasos de Molly, pues en alguna ocasión la menor le dijo a Anired que su padre no era Fred, cosa que la anciana siempre decía, no entendía de donde sacaba eso, quizá si la pequeña azabache se parecía demasiado a Anirak, pero tan solo en la forma de los ojos, las pecas, la sonrisa y algunos gestos era más que parecida al pelirrojo.

—Lo bueno que solo la veo una vez al año —comento la azabache y su mirada cambio por una picara al ver a la familia de los Malfoy—, uy...ya llegaron.

Louis la miró sin comprender, pero decidió dejarlo pasar para ir con sus abuelos: Sirius y Laetitia que platicaban animadamente con Lys y George.

Zed se quedó estático al reconocer a los miembros menores de la familia Malfoy que conversaban con los impostores y Freddos.

—No puedo —menciono con las mejillas rojas —...Anired, él está ahí...no puedo ir, ni siquiera me peine.

—¿Qué? Claro que estas peinado —frunció el ceño viendo a su primo—, vamos, Zeddie, solo es Alex has hablado con él miles de veces.

—Sí, he tenido conversaciones con él antes de que pasara todo lo que ya sabes —las manos le sudaban y apretó más la de Anired —, probablemente haga el ridículo.

—Zed, te suda la mano —se quejó, pero no lo soltó—, a ver, tejón, hacen video llamadas, hablan de diario, se desvelan...solo tienes que decir hola y tener una conversación normal, no morirás.

—Pero...

Anired lo jalo para hacerlo caminar.

—Pero nada, quien tenga miedo a vivir que no nazca.

Fue lo último que digo para guiarlo a la mesa que estaba en el jardín con varias sillas alrededor, maldijo cuando su prima fue con Draco y Tanith que eran sus padrinos.

Se acercó a su hermano y sin evitarlo se sentó a lado de Alexander: un chico de su edad con cabello rubio, pero tan claro que casi podría considerarlo albino.

Mordió el interior de la mejilla y trago saliva para calamar su nerviosismo, repitiéndose una y otra vez que sola era Alexander Deneb Malfoy, lo conocía desde que eran niños...

Y, tal vez era el primer chico que le gustaba.

Aun no sabía muy bien lo que sentía por él, pero estaba seguro que no solo lo veía como amigo.

—Hola.

Los pensamientos de Zed fueron interrumpidos por la serena voz del Malfoy que lo veía fijamente con esos ojos azules, el Weasley tenía ojos azules también, pero los de Alexander parecían ser más profundos y en cambio los de él tenían un brillo de diversión.

—Hola...

La garganta la sentía cerca, como si llevara miles de días caminando en el desierto bajo el caliente sol.

Alex sonrió de manera ladeada sin saber que decir, él se caracterizaba por ser una persona callada, pero en esos momentos la frustración lo invadía porque quería conversar con Zed y no se le ocurría nada más que un "Hola"

—Pensé que no traerías tu cámara.

La voz de Zed era un tanto tímida, gracias a Merlín todos estaban metidos en diversas conversaciones así que no les prestaban atención.

—Creí que podría aprovechar para sacar algunas fotos al lago que está a unos metros de aquí —Malfoy se sintió más relajado al hablar de su hobby: sacar fotos con una cámara Nikon que su madre le regalo cuando cumplió catorce años —, ya sabes, dicen que algunas veces hay algunos gnomos, sería divertido perseguirlos.

Zed sonrió con suavidad y asintió.

—Conozco perfectamente ese lago, te lo puedo enseñar.

Ambos adolescentes se sonrieron y si evitarlos sus rostros se tiñeron de rojo apartando la mirada de inmediato, pero ninguno negaría lo bien que se sentían en esos momentos.

[...]

Zed caminaba siguiendo los pasos de Scorpius y Anired que iban a la cabeza, escuchando como Alex le explicaba las diferencias entre la cámara mágica y la cámara digital.

—Aunque con la mágica las fotos se mueven, prefiero esta digital, los muggles son muy interesantes —menciono con una suave sonrisa —, la calidad es sorprendente y se puede apreciar cada detalle y color en la foto.

—¿Siempre te ha gustado tanto la fotografía?

Se sentó en la hierba cuando llegaron al lago, el Malfoy mayor se encontraba con la azabache que le decía el nombre de algunas plantas mágicas que crecían ahí pues tenía que memorizarlas ya que en ese año serían los T.I.M.Os.

—Descubrí una cámara vieja en el sótano de la mansión Malfoy cuando Scorp y yo nos quedamos unos días con la abuela Narcissa, mi curiosidad me hizo ver como se utilizaba y acabe encantado con lo que podía hacer.

Relato como inicio su hobby, aunque a veces creía que iba más allá de un pasatiempo porque realmente amaba tomar fotografías, apreciar la belleza en su entorno e incluso, pensaba que en las próximas vacaciones podría meterse a un curso para mejorar.

—¿Qué es lo que más te gusta fotografiar?

Alexander se encontraba acostado boca abajo sobre la hierba apuntando al lago buscando el mejor ángulo.

—Cualquier cosa —apunto a Zed con el lente de la cámara —...sonríe —el Weasley no pudo evitar sonreír mostrando los dientes viendo fijamente a la cámara—, pero, solo fotografió lo que realmente me gusta.

El rostro del Weasley se volvió completamente rojo y sentía como sus orejas ardían al comprender lo que trato de decir Alexander que tomo la foto.

—Creo que a partir de ahora serás mi modelo favorito, Zeddie.

Alex sonreía descaradamente, si de algo estaba seguro es que Zed Weasley le gustaba y lo sabía desde hace un año cuando noto lo guapo que se veía con la corbata amarilla de Hufflepuff mientras comía un gran bocado de pudín con una mueca de satisfacción.

Zed no pudo responder al escuchar una voz que le resultaba demasiado molesta.

—Ay, pero si los bebés están jugando en la orilla del lago —Victoire Weasley los veía con burla — ¿Los adultos ya los corrieron y vinieron aquí?

Los dos Malfoy pusieron los ojos en blanco, Zed solo la miraba con fastidio.

—¿Ya te corrieron de la mesa porque nadie te tolera?

Los ojos grises de Anired la veían fijamente sin una pizca de diversión.

—No sé que haces aquí —la miro de arriba abajo con asco—, ni siquiera perteneces a la familia, las bastardas como tú no merecen estar aquí, no entiendo cómo es que el tío Fred es tan tonto como para no darse cuenta que no eres su hija.

—¿Eres tan inmadura que te metes con niñas menores que tú?

Scorpius fue el primero en defender a Nired.

—Ay, Anired eres tan tonta que tu noviecito tiene que defenderse.

La azabache sonrió con diversión.

—Bueno, al menos a mi defienden porque me quieren —la vio con superioridad—, en cambio a ti nadie te quiere que tienes que buscar la atención molestando a los demás... ¿No te cansas, Victoire? Créeme que con esa actitud no le agradas a nadie, la gente solo te tolera, ha de ser horrible ver como hasta Jerome que no es mi tío de sangre me prefiere a mi...antes que a ti.

El rostro de la rubia se contrajo, y todo paso tan rápido que Zed solo alcanzo a ver un rayo de luz purpura que golpeo a la Black-Weasley la cual cayo al lago y a los pocos segundo Alexander salto al lago seguido de Scorpius.

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¡Hola! ¿Cómo están?

Como verán Molly no ha cambiado y al parecer Victoire sigue su mal ejemplo.

Bueno, nos leemos, las amo, no olviden comentar y votar.

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