Seis.
Las ramas le cortaban el rostro cada que corría adentrándose más al bosque, lo único que le importaba era encontrar a su mellizo.
Ignoraba el dolor de piernas y la gran herida en el pecho provocada por esa bestia mágica que lo ataco hace unos minutos, la adrenalina que lo recorría era tan grande que lo hacía olvidar el miedo.
—¡George!
Una voz femenina lo llamó, así que detuvo los paso p ara toparse con unos profundos ojos azules que bajo la luz de la luna parecían reflejar el inmenso océano, el rostro de la mujer frente a él estaba mallugado y un pequeño hilo de sangre le adornaba el pómulo derecho.
—¿Qué haces aquí? Debes de salir ahora.
—Tenía que ver que estuvieras bien —se acercó a él tomándolo de la mano—; por favor, ten cuidado.
El toque de ella causaba que todo su nerviosismo y terror desaparecieran, le brindaba una enorme calma y paz.
—Lo hare, rubia —respondió quitándole una pequeña rama que estaba enredada en el despeinado cabello rubio—, te prometo que estaré bien, sal de este laberinto, por favor, sigue las marcas que hice en los arbustos forman la numeración del cien hacia atrás.
No pudo escuchar la respuesta porque uno de los arbustos creció de manera enorme formando una barrera que dividía el camino de salida, George Sirius alcanzo a empujar a la chica al otro lado esperando que estuviera bien.
Afirmo la varita en su mano para seguir con el camino, al parecer ya había terminado de pasar todos los obstáculos por lo que caminaría un poco más para llegar hasta donde se encontraba el cáliz.
—¡Regulus! ¡Regulus!
Llamaba al menor una y otra vez, pero ninguna respuesta se escuchaba, la opresión en el pecho se volvía más fuerte cada que los minutos transcurrían y no encontraba rastros de él.
Giro de inmediato apuntando con la varita al escuchar unos pasos acercarse.
—Que divertido eres, Georgie —murmuro viéndolo fijamente—...tratando de salvar a tu querido hermano.
—¿Dónde esta él?
Escupió con odio sin dejar de apuntarla con la varita.
—Baja eso, George, sabemos que no me atacarías —la voz socarrona resultaba demasiado molesta—...pero, siendo sinceros ¿estas yendo por el hermano correcto? ¿Podrás salvar a Regulus y a tu adorada Geori?
—¿De qué demonios hablas?
Dio una zancada para arrinconarla contra la pared de arbustos que estaba a lado poniendo la varita en el cuello, ella solo sonrió para hablar, pero George Sirius no distinguió nada de lo que decía, y otra voz que conocía demasiado bien se hizo presente.
—George...George Sirius...
El pelirrojo parpadeo con dificultad al sentir como le picaban la mejilla en repetidas ocasiones sin dejarlo volver a dormir, aparte que tenía el corazón demasiado acelerado, tanto que le causaba un pequeño dolor.
—¿Hmm?
Logro murmurar entre abriendo los ojos para ver a la menor frente a él.
—George— susurró, en una mano llevaba un viejo conejo de peluche—... George...
—¿Qué pasó, Geori?
Respondió con voz ronca y enfoco la vista, a los pocos segundos sintió como algo se subía a sus piernas, desvió la mirada para ver a Anubis, la gata que más parecía una rata pelona.
—Tuve una pesadilla —se tallo los ojos, George Sirius pudo notar los pequeños rastros de lágrimas recorrieron las mejillas de su hermana menor—...y....mi cuarto parece muy grande...y...oscuro.
El mayor suspiro para asentir y alzar las mantas, Anired por lo regular se comportaba como una adolescente demasiado valiente, pero en ocasiones era como ver de nuevo a una niña pequeña.
—Ven, entra —Anired sin pensarlo se metió bajo las cobijas para acorrucarse contra el pecho del pelirrojo y abrazar al peluche—... ¿también Anubis y Copito?
—También están asustados, no los podía dejar solos —George asintió para arropar a la menor—...tu mano.
Pidió, el más alto le entrego la mano derecha dejando que se acomodara sobre su brazo izquierdo, Anired sujeto la mano de su hermano sintiéndose más segura, desde chica, siempre que tenía una pesadilla recurría a él ya que lo veía como el más valiente de los cuatro, tal vez iría con Regulus si el azabache no hablar dormido y por lo regular no quería despertar a sus padres en medio de la noche.
—¿Qué soñaste?
Cuestiono, mientras él pensaba en el sueño anterior que había tenido.
¿Quién era esa rubia de ojos azules?
¿Y la segunda chica? Era raro que no recordara los rostros, y lo que más temía era que parecía una situación en la que sus hermanos menores estaban en peligro.
—Regulus y tú peleaban —murmuro con voz apagada—, Louis trataba de separarlos, pero —hizo una pausa—...tú te lograbas soltar y tomabas la varita...
—¿Georanne? —llamó al sentirla temblar contra su pecho— ¿Qué paso después?
—George...le lanzabas un avada Kedavra a Regulus —George Sirius la abrazo con fuerza—, pero estabas extraño, no era tú...parecías demasiado vacío...incluso nos amenazaste a Louis y a mí con hacer lo mismo...
El pelirrojo se estremeció en tan solo pensar en eso, él nunca dañaría a sus hermanos de ninguna manera; ellos y sus padres eran las personas más importantes en su vida, antes de dejar que algo los dañara preferiría dar su vida.
—Geori —murmuro con voz serena tratando de calmarla—...solo fue un mal sueño, sabes que nunca haría eso...
—Parecía muy real...
—A veces las pesadillas parecen serlo—le beso la frente acariciándole el cabello y apretándole la mano—, pero nunca dañaría a Regulus, sabes que lo amo al igual que a Louis...y a ti también te amo, eres mi hermanita y jure siempre cuidarte y proteger, nunca dejaría que nada te dañara, ni yo mismo lo haría.
—¿Lo prometes?
—Lo juro, duende, nunca les haría daño...
Anired asintió para dejar la cabeza escondida en el pecho de su hermano y cerrar los ojos para tratar de dormir, el pelirrojo la abrazaba mientras tarareaba una canción que escucho en un comercial en internet, repitiéndose una y otra vez que solo eran pesadillas tanto la de él como la de Anired, no había ningún peligro asechándolos y él nunca atacaría a su familia, de eso estaba seguro.
Dejó caer la toalla que llevaba en la cadera para tomar el bóxer que se encontraba en la cama y colocárselo, estaba completamente solo en la habitación, despertó antes que sus hermanos y subió a hacer un poco de ejercicio como era costumbre y seguramente los menores estarían en el piso de abajo ya que Regulus le dejo una nota en la que le indicaba que se apurara y bajara a la cocina antes de que sus padres despertaran.
Lanzo el desodorante en el viejo sillón que estaba junto a la pared del fondo para colocarse una playera negra con un estampado de Ac/Dc y unos jeans del mismo color, se puso unos viejos vans negros para ir al pequeño espejo que estaba casi lleno de estampas de diversas caricaturas que su mellizo y él pegaron.
Tomo un poco de cera para el cabello y la coloco sobre la mata pelirroja acomodándola con las manos, dándole un aire entre peinado y despeinado, una vez que estuvo a gusto con el resultado fue por su varita que guardo en el bolsillo izquierdo y el celular para desbloquearlo mientras salía de la habitación.
Contesto algunos mensajes de Stefan, Freddos y Scorpius ya que estaban haciendo una apuesta sobre cuál era el nuevo evento que habría en Hogwarts, algunos rumores decían que sería alguna selección para el equipo de Quidditch de Inglaterra, otros que habría alguna especie de feria o festival mágico, e incluso se escuchaba el regreso del Torneo de los Tres Magos.
Algunas veces su padre y tío George les contaron sobre ese Torneo, por lo que sabía uno de los competidores llamado Cedric Diggory fue asesinado por Voldemort, un mago tenebroso que provoco la segunda guerra mágica donde toda su familia participo y su padre casi muere aplastado por un muro, pero gracias al elixir de la piedra filosofal su madre pudo evitarlo.
Admiraba demasiado a Fred y Anirak, ya que eran unos excelentes padres y también excelentes magos en el ámbito a que se dedicaban, tan solo su padre desde una joven edad logro construir una de las mejores tiendas mágicas de bromas que ya se estaba convirtiendo en un monopolio sumado a que era un gran duelista, por otro lado estaba su madre que a diferencia de su padre resalto en la escuela siendo el premio anual y mejor promedio de su generación, rápidamente se convirtió en Auror para llegar al puesto de directora del departamento de seguridad mágica y se había enfrentado a varios magos tenebrosos obteniendo ordenes de merlín y reconocimiento.
Y otra cosa que no confesaría ante nadie, es que amaba la relación de sus padres, no es que George Sirius fuera un romántico empedernido, pero le gustaba escuchar la historia de amor, el saber que en ellos existían el amor a primera vista y que a diferencia de otros casos su amor se hacía más fuerte con los años, incluso seguían comportándose como unos adolescentes enamorados.
Algunas veces temía no encontrar algo así, ya que veía la relación que llevaba Louis con Mónica, siempre discutían y estaba seguro que dentro de poco volverían a terminar.
Amaba a Louis, era su hermano mayor y uno de sus ejemplos a seguir, pero no entendía porque no quería casarse, no es que a él le interesara eso en esos momentos, pero sabía que cuando las personas se amaban se casaban por algo sus padres lo estaban al igual que sus tíos: Lys y George.
La notificación del celular lo saco de sus pensamientos para bajar la mirada y leer el mensaje:
«Hey, ¿cómo sigue Regulus?
Abi no deja de preguntar por él, incluso quería ir a visitarlo»
JJ estaba al pendiente de la salud de su hermano, era algo extraño, no el hecho de su preocupación si no el no haberse visto en todo el verano; después de la declaración de Alyssa era como si ninguno supiera que decir, antes se mensajeaban del diario incluso salían a pasear a Londres Muggle o a cualquier lado.
No la rechazo, en si no hubo una respuesta debido a que el tren ya estaba por partir y tuvieron que subirse zanjando el tema, George Sirius querían que las cosas siguieran iguales entre ellos, pero también sabía que tarde o temprano tenía que dar una respuesta y temía de eso.
Tecleo rápidamente para contestarle a su mejor amiga.
«Hola, ya está mejor, Draco ya lo dio de alta por lo que hoy volvemos a trabajar en SW.
Ya sabes que pueden venir a vernos cuando quieran, igual a ver si salimos pronto:)»
Guardo el celular en el bolsillo vacío entrando a la cocina.
—Buenos días —saludo Louis que preparaba waffles.
—Buenos días —respondió al saludo para ir con su mellizo que terminaba de licuar algo — ¿Y mamá y papá?
—Siguen en su habitación —contesto la menor de la familia que inflaba dos globos —, George te toca colocar las serpentinas.
Señalo las tiras de colores.
—¿Qué se supone que celebramos? —le quito el vaso a su hermano — ¿Malteada de chocolate?
—Era mi malteada —respondió Regulus frunciendo el entrecejo—, mamá aun no nos da la noticia del embarazo, suponemos que no sabe cómo decirlo así que les preparamos el desayuno y decoramos para celebrar al bebé, Louis dice que a mamá no se le noto el embarazo de Nired y puede ser lo mismo con el que viene en camino y si es así puede nacer el cualquier momento.
George tomo un pequeño frasco que estaba encima del horno de microondas para sacar las pastillas rojas que siempre tenía que consumir, las metió en su boca para dar un gran trago de la malteada.
—Entonces... ¿en cualquier momento tendríamos un nuevo hermano?
Le entrego el vaso a Reg que aun contenía la mitad del líquido, el azabache se encogió de hombros para beberlo.
—Ojalá sea niña —Anired acomodo los globos los cuales George hizo que flotaran con ayuda de magia, apunto con la varita a las serpentinas que colgó rápidamente—, así tendré a quien maquillar.
—Nosotros dejamos que nos maquilles —respondió Regulus derramando un poco de licuado—...mirda...
—Es mierda, Reg —corrigió Louis sirviendo el desayuno—, Anired está emocionada por volverse hermana mayor.
—Siempre quise serlo —la azabache sonrió—, me imagino enseñándole a maquillarse, a vestirse e ir de compras... ¡Ya quiero que nazca!
George Sirius no evito sonreír para limpiar el desastre que causo Regulus.
—¿Qué hacen? —los Black-Weasley guiaron la mirada a la puerta de la cocina por la que una rubia acababa de entrar —... ¿Y sus padres?
—¡Tía Lys!
Anired se acercó para abrazarla cosa que fue devuelta por la veela.
—Aun no despiertas —Louis vio a su hermana mayor para sonreírle — ¿Qué haces aquí tan temprano? ¿No deberías de estar en el ministerio de magia francesa?
—Zib tiene que ir también al ministerio francés así que quedamos de ir juntas —los expresivos ojos verdes de Lys se detuvieron sobre uno de los globos que flotaban para que su rostro fuera adornado por una expresión de sorpresa— ¿Qué? ¿Quién tendrá un bebé?
Anired sonrió emocionada, el pelirrojo paro en los globos que decían "¡Es un bebé!" de colores azules, amarillos y rosados con una pequeña cigüeña que cargaba algo que parecía ser un recién nacido.
—Mamá está embarazada —Lys veía a Reg sin poder creer lo que decía—...aun no nos dice nada, pero nosotros encontramos la prueba de embarazo positiva, creí que tú sabrías algo.
La rubia frunció el ceño tratando de hacer memoria, pero estaba segura que nunca se le olvidaría una noticia como esa lo que era aún más extraño porque Anirak sin dudarlo le contaría.
—Al parecer tú tampoco sabias —Louis saco una jarra de jugo de naranja—; creo que mamá aun no le dice nada a nadie, él único que a lo mejor sabe es papá y Draco que ha venido de manera regular.
Toda la cocina se quedó en silencio al escuchar otras dos voces que se acercaban al igual que algunas risas, se trataba del matrimonio Black-Weasley.
Los dos adultos se hicieron presentes, el más alto sostenía a la azabache de la cintura mientras le murmuraba algo al oído ganando la risa de su esposa, Anirak tenía un leve sonrojo y un brillo en los ojos, parecían una pareja de jóvenes enamorados que aprovechaban para coquetear en cualquier lado.
Anirak alzo la mirada para sonreírle a su familia mientras Fred la soltaba imitando su acción.
—Buenos días ¿Estamos celebrando algo? —la mirada gris recorrió la cocina para enarcar la ceja con confusión —... ¿Qué? — recorrió a Louis y después a Lys con indagación — ¿Uno de ustedes va a tener un bebé?
—¡No, nosotros no!
Los hermanos rubios contestaron al unísono, Fred observo de manera seria a los tres menores.
—¡Anired no tienes ni quince años, y ustedes dos no han terminado el colegio! —se acercó a ellos—...no me digan que uno de ustedes va a tener un bebé.
Las mejillas de la menor se volvieron completamente rojas para negar varias veces seguidas, los impostores solo soltaron una carcajada nerviosa al estar en esa situación.
—Tú tampoco terminaste el colegio.
Respondió Regulus viendo a su padre con los ojos entrecerrados.
—Pero no porque embarace a alguien.
George Sirius negó para explicar la situación.
—No, ninguno de nosotros tendremos un bebé, papá —se recargo de la estufa que se encontraba apagada —...ya no lo oculten...sabemos que mamá está esperando un bebé.
—¿Anirak? —Fred vio a su esposa en busca de una respuesta — ¿Vamos a tener otro hijo? Pensé que ya no quería más hijos.
—Yo no estoy embarazada...Niños ¿de qué hablan? —coloco las manos sobre la cintura en espera de una respuesta, los tres varones posaron la mirada sobre la menor— ¿Anired?
—Yo... papá la otra vez me pidió que fuera a su habitación y encontré una prueba de embarazo —explico rápidamente—...y crei que era positiva.
Fred y Anirak soltaron un suspiro, mientras Lyssane parecía divertida con esa situación.
—No estoy embarazada, esa prueba es negativa por eso no les dijimos nada.
George Sirius y Regulus tomando las varitas para desinflar los globos.
—Los usaremos para cuando Louis vaya a tener un bebé — comento el mellizo mayor guardándolos en un cajo de la alacena.
—Para eso necesita tener una novia —agrego Regulus con un tono burlón —¡Y oh, sorpresa! Creo que Mon ya lo dejo.
—¡Los estoy escuchando!
Louis se acercó a ellos, resultaba algo gracioso ya que era algunos centímetros más bajo que los menores que solo reían disfrutando de ver el rostro fruncido del rubio, Lys fue con ellos para evitar que terminaran golpeándose como era normal con ellos.
—¿Entonces no seré hermana mayor?
La azabache parecía algo decepcionada, Fred se acercó y con facilidad la cargo como a una niña pequeña, Anired rodeo su cuello con los brazos para ver a su madre.
—Cielo, papá y yo estamos de acuerdo que con ustedes cuatro es más que suficiente —explico viéndola a los ojos—, sé que querías un hermano o hermana menor, pero es mejor de esta forma.
—Nired, tu madre y yo ya no podríamos con un hijo más, y mucho menos un bebé que necesitan demasiado cuidados y no queremos que ustedes terminen cuidándolo o que sientan que tienen alguna responsabilidad con él...
—Lo entiendo, pero me hacía ilusión que fuera una niña.
Anirak le acaricio la mejilla de manera cariñosa.
—Mi amor, en cuanto menos te lo esperes estarás llena de sobrinos y sobrinas que no te darás abasto para pasar tiempo con ellos.
—¿Estás segura? —enarco la ceja, aunque su madre siempre decía la verdad.
—Demasiado segura, tienes muchos hermanos y primos.
Anired sonrió, su padre la bajo para llamar a los demás para desayunar, Anirak tuvo que poner su desayuno para llevar ya que iba demasiado tarde, después de despedirse desapareció de ahí en compañía de Lys.
[...]
George Sirius jugaba con una pequeña pelota lanzándola hacia arriba para atraparla nuevamente, su cabeza estaba recargada en la almohada para poder ver a los dos azabaches, Regulus tenía una sonrisa burlona y Anired leía un viejo libro que tomo de la biblioteca del piso de abajo.
—Georgie ¿Qué piensas hacer?
Inquirió Regulus mientras subía y bajaba las cejas.
—No sé, Reg, no tengo ni idea. Sé que no me gusta de la manera en la que yo le gusto —atrapo la pelota para alzarse quedando sentado de forma recta—, es mi mejor amiga, siempre la vi de esa manera.
—¿Cómo es que a JJ le gusta George? —Anired aparto la mirada del libro para ver a los mellizos — ¿No ha visto lo feo que es o que le apestan los pies?
—Tal vez su aroma fue lo que la atrajo —Regulus comento de manera seria—, a JJ le han de gustar los aromas fuertes como a las patas de George.
Los azabaches se vieron a los ojos para reír escandalosamente, George Sirius bufo poniendo los ojos en blanco, se sentía demasiado frustrado, casi siempre sabia como rechazar a alguien, pero estaba vez no se trataba de una chica cualquiera si no de: Alyssa Jordan-Johnson; su mejor amiga y una de las personas que más apreciaba.
—¡Váyanse al infierno los dos! —lanzo la pelota lejos él — ¡No son de ayuda!
Los menores se siguieron burlando antes los insultos del pelirrojo, un carraspeo los interrumpió para ver a su madre recargada del marco de la puerta ya que la dejaron abierta.
—Más les vale que no estén peleando.
Comentó al darse cuenta de la actitud del pelirrojo que parecía demasiado confundido.
—¡Mamá! —Regulus sonrió al verla al igual que Anired — ¡Alyssa se le declaro a George! ¿Puedes creerlo?
George Sirius observo a su madre.
—Mamá —al parecer estaba siendo demasiado tonto, debió de hablarlo antes con ella, si alguien tendría un consejo seria su madre o padre —... ¿Cómo se supone que rechazo a mi mejor amiga?
—Yo creo que Alyssa se golpeó la cabeza y por eso se confundió, ...
—O tal vez bebió alguna opción que afecta todos sus sentidos.
Regulus y Anired se seguían burlando, Anirak saco la varita para quitarle el libro a la menor y hacer que se pusiera de pie.
—Anired, Regulus —llamo con voz seria, los menores de inmediato dejaron de reírse, Anirak les sonrió sin mostrar los dientes —, vayan a ayudarle a su padre con la cena...ahora.
—Sí, mamá.
Respondieron al unísono para salir a paso rápido de ahí, la mayor se acercó a la cama para sentarse a lado de su hijo y cerrar la puerta con ayuda de magia.
—Comadreja —llamo, él la vio con atención — ¿Cuándo se te declaro?
—Cuando salimos de vacaciones —explico para acercarse a Anirak y recargar la cabeza en su hombro—, hasta ahora no hemos hablado sobre el tema.
—Ciertamente a tu padre y a mí nos extrañó no verla en la casa... ¿No le diste una respuesta?
—No...el tres estaba por salir y dejamos la conversación ahí, ninguno ha vuelto a mencionar el tema...pero...
—¿Sientes que le debes una respuesta? —George Sirius asintió —, me alegro que pienses eso, porque no me gustaría que invalidez sus sentimientos de esa manera, George, tienes que ser directo y honesto respecto a lo que tú sientes, sé que no es fácil porque es tu mejor amiga casi desde que nacieron.
—Eso he pensado, ya que no la quiero herir, me gusta Alyssa, pero no de la misma manera en la que yo le gusto, me gusta como amiga.
—Entonces le dirás eso, solo ten en cuenta las palabras que usaras, piensa en que te gustaría escuchar a ti si alguien te rechazara —acaricio el centelleante cabello del menor—, recuerda que las palabras pueden ser más hirientes de lo que crees, y algunas personas no siempre se toman bien el hecho de que no correspondas su sentir de la misma manera —la mirada de Anirak se nublo al recordar a Ellie Yaxley y todo el daño que causo—, y pueden cometer actos sin siquiera pensarlos.
—Si, mí, hare todo lo posible para no herirla, por Merlín, todo es demasiado difícil —se quejó—, sería más fácil solo encontrar a la persona con la que te casaras y enamorarte de ella de una vez, así como papá y tú.
—Hay distintos tipos de enamoramientos, el de tu padre y el mío fue algo como amor a primera vista.
—¿Cómo sabes que fue así?
—Algo en mi me lo dijo —sonrió moviendo el hombro para que él alzara la cabeza—, cuando lo vi por primera vez sentí algo parecido como cuando haces tú primer hechizo, esa emoción y adrenalina mezclada con una gran calma y seguridad, aun con los años lo siento todos los días —se puso de pie para estirarle la mano a su hijo —, cuando te enamoras simplemente algo en ti te lo dice, el día en que encuentres a la persona adecuada lo sabrás.
George Sirius la tomó de la mano para ponerse de pie.
—No lo sé...tal vez no para todos funcione igual.
—Cuando encuentras a esa persona ya me lo dirás.
El entrecerró los ojos para encogerse de hombros y seguir sus pasos saliendo de la habitación, mientras sin evitarlo volvió a recordar a la rubia que en su sueño le brindo algo de calma en un momento crítico.
⚜⚜⚜
Los clientes recorrían toda la tienda comprando diversos artículos, la mayoría eran estudiantes de Hogwarts que se encontraban de vacaciones en busca de algo de diversión o incluso algunos se preparaban con anticipación para el regreso porque si algo era bien sabido es que el surtido salta clases se acababa con una rapidez enorme.
Sortilegios Weasley era el orgullo de los gemelos pelirrojos, que empezaron de la nada para lograr tener las tiendas más famosas de bromas, sin duda habían logrado todos sus sueños y formado un gran patrimonio para sus familias y futura descendencia.
—George, a tu izquierda.
Una voz masculina inundo todo el local, el nombrado de inmediato se giró para moverse al lado contrario que le indico el otro hombre que estaba a varios metros de él, una bola de fuego luminosa paso a su lado y si no hubiera sido por la advertencia lo habría golpeado con fuerza.
Solo le hizo una seña en forma de agradecimiento y el mellizo menor asintió para seguir explicando el uso de los salvajes magifuegos Weasley a un grupo de niños.
El pelirrojo paso entre la multitud sonriéndole amablemente a las personas para bajar a la bodega por otras dos cajas de pastillas vomitivas, tendría que decirle a su padre que necesitarían resurtir todo el inventario de esa sucursal, sin duda tendrían mucho trabajo porque aún faltaba hacer los inventarios de las otras cinco, esperaba que Louis llevara una buena cuenta de la sucursal en México ya que al rubio le toco ir y hacer el inventario, en la semana irían los mellizos y Anired a Rumania para realizar el inventario allá, mientras Freddos y Zed se encargarían de París, y probablemente su padre y tío se encargarían de Hogsmeade y Japón, aunque estaba seguro que a Regulus John no le molestaría ir porque era un otaku de lo peor.
George Sirius camino por los pasillos para acomodar las pastillas, algunos niños se acercaron para pedir una gran cantidad de ellas, él asintió y dijo que se los entregaría en caja porque algunas veces los clientes trataban de irse sin pagar así que debían de tener mucho cuidado.
—Merlín, parece que nunca va a terminar —comento el rubio cuando el más alto dejo las cosas en el mostrador —, está llegando mucha gente.
—No seas flojo, apenas va medio día, Freddos.
Le comento a su primo que era el encargado de la caja.
—No entiendo como no se cansan, Reg y tú llevan todo el día de pie y parecen como sin nada.
—Tenemos buena condición física —y no mentía, él practicaba boxeo y Regulus iba de manera frecuente al gimnasio—, deberías de hacer más ejercicio y no pasártela jugando videojuegos.
—Bu, que aburrido, me niego, prefiero ser un gordo con mala condición física, pero feliz.
—Niño rata— George puso los ojos en blanco cuando sintió como alguien lo abrazaba por el cuello —... ¿Ya terminaste de ligar, Reggie?
Cuestiono distinguiendo quien los abrazaba.
—Solo le explicaba a ese grupo de chicas el uso de las galletas canario —sonrió con ese aire de coquetería que caracterizaba a los dos mellizos Black-Weasley —, y quizás algunas me dieron su número de teléfono...
—No se te escapa una ¿verdad, Reg?
El azabache le lanzo un guiño a su primo para ver con curiosidad a su hermano que saco el celular para comenzar a teclear.
—¿A quién le escribes, comadreja?
—A JJ, me mando mensaje, quiere que salgamos hoy.
Explico leyendo el mensaje:
«George... ¿nos vemos hoy? Podemos ir por pizza:)»
—Uy, cierto, que JJ se te declaro el día que salimos de vacaciones —Freddos sonrió al recordar eso para alzar y bajar las cejas de forma coqueta —, al parecer Georgie pronto tendrá novia.
—Ay, mi hermanito se está volviendo en todo un hombre... ¿Sera el momento en que pierda su tarjeta V?
Regulus se inclinó sobándose el estómago cuando su hermano le dio un codazo con fuerza.
—Deja de estar de imbécil —le lanzo una gélida mirada —, no tengo porque estar hablando de eso en la tienda —hizo una pausa para soltar una carcajada viendo a su mellizo quejarse —, a parte ya les conté sobre mi "tarjeta V".
Freddos le dios la razón, por lo regular siempre hablaban de su vida sexual en clave, no era que les molestara hacerlo, pero era más cómodo así porque nadie los veía raro.
George tecleo rápidamente una respuesta cuando su mejor amiga le envió un sticker de un gatito triste por dejarla en visto.
«Paso por ti a las seis ¿te parece? Me toca trabajar turno completo»
—¿Entonces tú y Alyssa?
El nombre de JJ era Alyssa, solo que ella lo odiaba desde niña.
George vio a Freddos para suspirar y negar.
—JJ es mi mejor amiga, y no me gustaría lastimarla —explico el pelirrojo viendo la pantalla del celular para escoger un sticker que mandar —, la aprecio mucho y no me gustaría ser un imbécil con ella, por eso seré sincero —soltó un suspiro recordando los consejos de su madre —, espero y ella me comprenda.
—Nuestro George tan sensible como siempre —el azabache le apretó las mejillas a su mellizo una vez que se recuperó del golpe ganando una mala mirada por parte de él —, que dulce eres, cualquiera se enamoraría de ti.
—Soy guapo, es obvio que cualquiera se enamora de mi —contesto de forma egocéntrica para alejar las manos de su hermano —, pero, en fin, creo que hay que apurarnos —vio la multitud de gente que entraba a la tienda —, aún nos queda demasiado.
Los menores soltaron un suspiro para ir cada quien a su puesto.
La tarde fue demasiado ajetreada, entre atender, cobrar y explicar el uso de los productos, Regulus John agradeció al ver que eran las cuatro de la tarde, tomo dinero de la caja para ir al negocio de enfrente: una pequeña cafetería que acaba de abrir, donde compraría algo de comer para los tres.
Al entrar al local la campanilla sonó llamando la atención de las tres meseras y la chica encargada de comprar.
—Buenas tardes.
Sonrió de manera coqueta para caminar de forma segura al mostrador, pudo observar como la chica rubia se sonrojaba al verlo y él no evito guiñarle el ojo ganando una risa tonta por parte de ella.
—Buenas tardes.
—Linda —su voz era ronca y masculina provocando el nerviosismo en la mujer frente a él —, me podrías preparar tres emparedados, dos de salami con queso y uno de jamón con champiñón recordó las preferencias de su primo, ya que él y George comían lo mismo—, y dos coca-colas y un siete, por favor, para llevar.
—Claro que sí.
La rubia tomo su orden y Reg pudo notar la manera nerviosa con la escribirá para ir a pasar la orden, él tomo asiento en un banco frente a la barra, le gustaba sentir las miradas femeninas sobre él.
George Sirius y Regulus John Black-Weasley compartían demasiadas características en común, pero había algunas cosas en las que eran diferente por ejemplo: el pelirrojo tenía una personalidad más parecida a la de su madre, pensando más antes de actuar y analizando las cosas la mayor parte del tiempo sin perder ese aire de coquetería y arrogancia heredado por su familia materna, en cambio Regulus era idéntico a su padre, solo que aun más coqueto debido a la gran influencia de Jerome Delacour en su vida.
Regulus se puso de pie cuando la chica puso su orden frente a él para sacar los galeones necesarios.
—Disculpa —llamo la rubia con una pequeña sonrisa —, mi nombre es Diana, te importaría —pareció pensarlo unos segundos al sentirse intimidada por la profunda mirada gris—... ¿darme tu numero?
Le extendió un papel y una pluma, Regulus sonrió tomando la pluma y el pedazo de pergamino.
—Un gusto, Diana, me llamo Regulus John —se presentó para escribir con facilidad su nombre y número —, mándame mensaje cuando quieras, guapa.
Diana no pudo evitar volverse a sonrojar para tomar el pergamino y la pluma.
—Muchas gracias, Regulus.
El asintió para pagarle y tomar las cosas.
—Muchas gracias, nos vemos.
El azabache se despido para salir de ahí mientras silbaba «Cano en re mayor», la nueva melodía que su hermana menor estaba aprendiendo a tocar en piano y se la pasaba todas las noches practicándola hasta que saliera.
Su mirada se detuvo durante alguno segundos en una chica que nunca antes había visto en el callejón Diagon, y era mucho decir ya que su casa estaba a solo unas cuadras por lo que conocía a la mayoría de personas que habitaban o frecuentaban el lugar, su cabello rubio caía suelto sobre la camisa blanca que usaba en compañía de una falda negra, no entendía porque no podía apartar la mirada hasta que ella volteo para toparse con unos orbes café, ella le sonrió y él, por primera vez en su vida se quedó congelado. La rubia entro a la tienda de madame Malkin.
Regulus agito la cabeza para entrar a sortilegios donde ya lo estaba esperando su hermano y primo, puso la comida en el mostrador para que cada quien tomara su emparedado y bebida, sin embargo, el azabache no podía sacar esos ojos cafés que vio hace unos minutos.
Los tres varones agradecieron mentalmente al ver la hora, el tiempo paso muy rápido y ya eran las cinco con cincuenta minutos, lo que indicaba que en diez minutos podrían irse.
Regulus con ayuda de magia acomodo las repisas que estaban chuecas mientras George limpio el piso igual con magia, ni locos lo harían manualmente, ya habían pasado diecisiete años haciéndolo y ahora que eran mayores usarían la magia para todo lo que quisieran.
—Ay, no...
Se quejó el único rubio al escuchar la campanilla que indicaba cuando entraba algún cliente, Regulus resoplo y George se dio la vuelta para ver a la chica que acababa de entrar, se quedó sin palabras por unos segundos para tragar saliva al reconocerla.
—Hola, grandote.
La rubia le sonrió al darse cuenta.
—¿Tú...?
Enarco la ceja pues pensó que no la volvería a ver.
—Escuché sobre Sortilegios Weasley, pero no creí que trabajarías aquí —lo recorrió con la mirada notando la túnica purpura que era parte del uniforme — ¿Ya van a cerrar? Estaba buscando un poco de surtido salta clases, he escuchado que es muy divertido...
—Si...en diez minutos cerramos, pero...si quieres pasa, el surtido salta clases se encuentra en ese estante.
Señalo el que estaba a su derecha, la rubia le agradeció con una sonrisa para ir a donde le indicaron, George Sirius sentía dos miradas sobre él por lo que camino al mostrador donde estaban sus familiares.
—¿La conoces? —inquiero Freddos de manera curiosas —...es linda...
No lo negarían, era una mujer guapa, rubia, alta y delgada vestida muy a la moda.
—¿De dónde la conoces?
Regulus se sorprendió un poco que su hermano la conociera ya que era la misma chica que vio hace un rato entrando donde madame Malkin.
—No la conozco mucho que digamos —se encogió de hombros —, el día que fuimos a Hell Bar London con Stefan, la conocí...
—¿Cuándo Regulus termino drogado con esa cosa rara muggle?
El rubio le lanzo una mirada acusadora al azabache que alzo las manos en señal de inocencia.
—Ya les dije, no vi en que momento lo pusieron en mi bebida, créeme que si por mi hubiera sido nunca lo habría tomado, me sentí mal por días y el tío Draco no estaba seguro si algo serviría para eso... ¡Incluso me hicieron un lavado estomacal!
—En eso le doy la razón a Reg —comento George —, la pasó muy mal, dudo que por su gusto lo habría hecho...
—Buenas tardes —el Weasley saludo a la rubia que acababa de llegar para poner las cosas en el mostrador — ¿Eso sería todo?
—Buenas tardes —saludo de manera amable —...si, por favor...
Regulus y George intercambiaron una mirada y ambos se acercaron para detenerse a lado de la más baja.
—Hola, soy Regulus John —saludo el azabache y la rubia volteo a verlo —, y creo que ya conoces a mi hermano George Sirius —señalo a su mellizo —...solemos recordar a nuestros clientes frecuentes, pero, creo que nunca te hemos visto por aquí.
—Un gusto —se hizo un mechón de cabello hacia atrás y negó—, solo vine de vacaciones, vivo en Bulgaria, pero desde que llegue escuche mucho sobre Sortilegios Weasley, así que decidí venir aprovechando el viaje, por cierto, soy Hannah, un gusto.
—¿Bulgaria? —George enarco la ceja con curiosidad —... ¿Estudias en Durmstrang? —ella asintió con usa suave sonrisa —, es curioso, no tienes acento búlgaro.
—Viví parte de mi infancia en Londres Muggle, aprendí hablar búlgaro cuando me mude —explico viendo fijamente a los profundo ojos del pelirrojo—, me alegro de no tener ese acento, no me gusta —iba a decir algo cuando su celular comenzó a sonar, lo tomo para ver la pantalla y desviar la llamada —, creo que es hora de irme —tomo los galeones que le dijo el rubio para ponerlos en el mostrador —, espero que nos veamos después.
—Sería un placer para nosotros.
Regulus le guiño el ojo ganando una risa de Hannah que resulto encantadora para los mellizos.
—Veras que si —George le sonrió con coquetería —, nos veremos...
—Hasta la próxima...
Hannah se acercó para dejar un beso en cada una de las mejillas de los Black-Weasley y despedirse del Weasley que solo sonrió.
George Sirius la vio salir de ahí.
—Chica linda —menciono Regulus—...demasiado linda ¿por qué no me contaste de ella?
—De seguro quería mantenerla en secreto.
Freddos comenzó a contar el dinero para hacer el corte de caja.
—Solo hable un poco con ella en el bar —mintió evitando dar detalles sobre lo que realmente hicieron en el baño del Hell London Bar—, nunca crei que la vería.
—¿De qué hablan?
Tres adolescentes más se hicieron presentes, Zed se encargó de cerrar la puerta y poner el letrero que indicaba que estaba cerrado, mientras Anired bajaba de la espalda de Stefan para acercarse a sus hermanos y saludarlos con un beso en la mejilla al igual que Freddos.
—De nada en especial, solo una chica guapa que vino a comprar —el azabache se encogió de hombros —... ¿Lo trajiste, Stefan?
El pelirrojo menor sonrió para mostrar el estuche de un videojuego muggle que salió hace unas horas, fue demasiado difícil conseguirlo ya que los mellizos no pudieron ir a Londres muggle para hacer la fila.
—Obviamente — Regulus se acercó de inmediato para quitárselo —, pensé que costaría más, pero usamos a Zed.
—Le dimos unas pastillas vomitivas y todos se alejaron de inmediato de la fila, momento que Stef aprovecho para entrar —explico Anired con una sonrisa triunfal—...somos el equipo dinamita.
—Somos geniales.
Zed y Anired chocaron las palmas de las manos.
—Entonces hoy lo jugaremos en su casa —Freddos sonrió terminando de contar para anotar las cantidades —, nos espera una gran noche.
—Sobre eso —interrumpió George Sirius —, me tengo que ir, quede que iría por Alyssa a las seis —se quitó la túnica—, llego más tarde y si aún siguen despierto jugaremos —todos le lanzaron una mala mirada—, enserio tengo que hacerlo, ya le avise a mamá y papá.
George se despidió de sus hermanos y primos para salir de la tienda y haría una aparición a un barrio de Londres Muggle donde se ubicaba la residencia de la casa Jordan-Johnson.
[...]
La chica de tez oscura reía de manera escandalosa mientras George Sirius sorbía del popote de la bebida que llevaba en la mano, el frío en las calles de Londres aumentaba se arrepentía de no haberse detenido a tomar una sudadera.
—¿En serio le hicieron una fiesta a su madre? —logro articular entre risas —... ¡Por Merlín!
—Pensamos que enserio estaba embarazada —sonrió cruzando la avenida a lado de Alyssa—...si encontraras una prueba de embarazo en la habitación de tus padres también lo pensarías ¿no?
—Sí, bueno, en eso tienen razón ¿No vieron si era positiva?
El pelirrojo negó para explicar
—: La vio Geori, pero era una prueba distinta a las que conocemos que tienen las dos rayitas cuando es positiva y todo eso —relato terminando su bebida—, tenía muchas letras en la pantalla que ella no alcanzo a leer, al final mamá nos explicó que si tenía la duda de estarlo porque al parecer se sintió mal y confundió los síntomas, pero fue negativo.
—¿Querías otro hermano?
—No sé, no me molestaba la idea de tener otro hermano menor —se encogió de hombros—...tampoco es que como que me haya decepcionado la idea de no tenerlo, creo que con cualquier opción estaba bien. De todos modos, mamá ya no quiere más hijos, así que me imagino que si lo hubiera estado lo habría interrumpido...
—¿Crees que tu padre habría estado de acuerdo con eso?
George sonrió para asentir.
—Todos sabemos que no podemos influir en esa decisión, es el cuerpo de mamá y ella sería la única que podría decidir, digo, es un derecho que las personas decidan qué hacer con sus cuerpos —alentó sus pasos al ver que la menor también lo hacía—, así que todos estaríamos de acuerdo con lo ella decidiera, al fin de cuentas mamá sabría lo que es mejor.
Alyssa de tuvo por completo sus pasos a tan solo una cuadra de llegar a su casa, George se giró al no escuchar los pasos de su amiga.
—¿Pasa algo, JJ?
Interrogo al ver que se encontraba demasiado callada.
—George —se mordió el labio inferior al verlo — ¿Recuerdas lo que te dije el día que salimos de vacaciones?
Las pálidas mejillas del más alto se tiñeron de rojo al recordar ese día, todo el rato mientras cenaban no podía sacar de su mente el discurso que preparó para decir.
—Si...JJ, lo recuerdo.
—¿Qué has pensando? —la morena jugaba de manera nerviosa con sus dedos—... no quiero presionarte, pero siento que todo se ha vuelto raro desde ese día.
—Alyssa —llamo con voz seria dejando salir todo el aire que contenía en los pulmones, ella frunció el ceño al escucharlo decir su nombre—, agradezco tu buen gusto, primor...
Trato de bromear como siempre lo hacía, pero al ver la expresión de su amiga borro la pequeña sonrisa.
—¡George!
Riñó poniendo los ojos en blanco.
—No, ya, hablando de forma seria...JJ eres mi mejor amiga —hablaba de manera lenta —...y te quiero muchísimo, no te imaginas cuanto, eres de las personas más importantes en mi vida por lo que no quiero lastimarte— desvió la mirada para ver al árbol tras ellas—, no puedo decir que me gustas de la misma manera porque sería mentirme a mí mismo y mentirte a ti...lo siento.
Un silencio sepulcral se formó entre ambos adolescentes, Alyssa sentía un nudo en el pecho ante esa respuesta.
—Lo entiendo.
—JJ, en serio, no quiero que nada cambie, te aprecio demasiado como para arruinar nuestra amistad por eso.
La morena alzo el rostro para sonreírle de la mejor manera tratando de darle seguridad en que su amistad seguiría igual que antes.
—Te prometo que nada cambiara, eso de que me gustes veras que solo será por un tiempo, tal vez me he confundido por todo el tiempo que pasamos juntos, fue algo que paso de la noche a la mañana —mintió, no le diría que le gustaba desde los once años y lo decepcionada que se sintió cuando el pelirrojo estaba en una casa distinta a la de ella—, todo será como siempre.
El Black-Weasley se sintió más tranquilo al escuchar eso sin percatarse de como la nariz de la más baja se arrugaba como siempre que mentía.
—Bueno, aclarado eso, creo que es mejor que te llevé a tu casa, le prometí a tus padres que estarías ante de doce y media.
—Sí, vamos.
Siguieron el camino, mientras George le contaba sobre las nuevas jugadas de Quidditch que intentaría hacer en el nuevo año escolar.
Se despidieron con un cálido abrazo, el pelirrojo al ver que JJ estaba segura dentro de la casa decidió irse caminando ya que se sentía demasiado cansado como para intentar hacer una aparición hasta el Callejón Diagon donde se encontraba su hogar.
Metió la mano a su bolsillo para sacar la pequeña cajita donde llevaba los audífonos inalámbricos y colocárselos en los oídos, reprodujo My songs Know What You Did In The Dark de Fall Out Boys para continuar con el trayecto.
Iba concentrado en el ritmo de la canción hasta que llego el puente del milenio donde sintió como si alguien caminara tras él, fácilmente saco el celular para bajarle el volumen y teclear con rapidez un mensaje para su hermano que estaba en línea.
«Puente del milenio. Creo que alguien me sigue, cinco minutos.»
No era necesario mandar un gran texto ya que con eso el azabache entendería que si en cinco minutos no tenía noticias de él tendría que ir a buscarlo.
Guardo el móvil, el frio le golpeaba la piel causando que temblara suavemente. Bajo las escaleras llegando al otro lado y en ese momento alguien le rodeo el cuello con un brazo mientras algo le picaba la espalda.
—Ya sabes cómo es esto, fosforito pelo de antorcha —murmuro una voz masculina en todo bajo—, celular, cartera y todo lo de valor que tengas.
George Sirius puso los ojos en blanco para lograr quitarse el auricular.
—Perdón... ¿Qué?
—¡Qué me des todo!
El pelirrojo sonrió de forma socarrona para hacerse hacia adelante y por el peso de ambos el asaltante termino en el suelo al igual que el menor.
El Black-Weasley rápidamente se puso de pie y de manera brusca guardo el audífono en el bolsillo trasero, el ladrón se puso de pie para verlo desafiante, sin darle tiempo a pensar le atino un puñetazo al pelirrojo provocando que se balanceara hacia atrás, la nariz de George comenzó a sangrar y paso la mano haciendo un poco de sangre a un lado para devolverle el golpe dando inicio a una pelea.
Los golpes iban y venia, pero en un momento de descuido el ladrón tomo la navaja para tratar de apuñarla al chico frente a él, pero antes de lograrlo le patearon la mano ganando que soltara un grito y la navaja saliera volando.
—Llegas tarde.
Menciono George al ver a su hermano, él solo sonrió haciéndose a un lado para que el mayor terminara de golpear al hombre.
El ladrón trataba de defenderse, pero era imposible debido a la corpulencia y fuerza del Black-Weasley que estaba sobre él golpeándole el rostro a puño limpio.
—¡Goerge, ya!
Pidió Regulus tomándolo de los hombros para alejarlo, él llamado al sentir como lo jalaba se hizo a un lado para ponerse de pie, el hombre ya parecía demasiado mal.
—Ya, ya lo soltó —alzo las manos en señal de inocencia y maldijo por lo bajo al ver la camisa azul cielo que usaba manchada de sangre.
—Vámonos, debiste de hacer una aparición... ¡George!
Regulus quito a su hermano al ver al asaltante acercarse dispuesto a golpear al pelirrojo con una piedra y sin dudarlo le dio un puñetazo con tanta fuerza que lo hizo caer al suelo golpeándose la cabeza con la punta de una piedra.
—Regulus —llamo a su hermano que veía fijamente el charco de sangre—... ¡Regulus!
—George...creo que lo mate.
El azabache estaba más pálido que de costumbre.
—Mierda...mierda.
George se acercó para tomarle el pulso al ladrón y al no encontrarlo trago saliva, ni siquiera respiraba, el golpe le causo una muerte inmediata...
—¡George, debemos de llamar a mamá y papá! ¡Acabo de matar a alguien!
La desesperación recorría al menor al ver al cuerpo sin vida y lo peor era saber que él fue el causante, nunca había matado a nadie.
—Cierra la boca, Reg —pidió George sobándose la sien—... ¡Maldita sea!
Gruñó pasándose la mano entre el cabello, sabía que las consecuencias serían demasiado graves para ambos.
—¡¿Cómo quieres que la cierre?! ¡Maldita sea, George Sirius acabo de matar a alguien! ¡Tenemos que llamarle a alguien!
El mayor vio a los lados, estaban cerca de la orilla de la playa por lo que no había nada de gente.
—No le llamaremos a nadie, nadie se puede enterar de lo que acabamos de hacer, no le podemos causar problemas a mamá y a papa, ni al tío Jerome —vio a su hermano de manera seria—...nos desharemos del cuerpo.
—¡¿Qué?! ¡Estás loco!
—No voy a dejar que vayas a la cárcel muggle o a Azkaban, así que ahora harás lo que digo — Regulus lo vio sin creer lo que decía—, soy tu maldito hermano mayor, así que hazme caso —apretó la mandíbula tratando de contenerse, era como si algo dentro de él se escondiera y lo convirtiera en una persona demasiado irritable — ... ¡Quítate la sudadera y dámela, no quiero peros, Regulus!
Reg negó, pero accedió a lo que digo entregándole la sudadera a su hermano, una vez que la tuvo tomo la navaja del suelo.
—Date la vuelta, Reg...
—¿Qué vas a hacer?
—Confía en mí.
Regulus asintió para darse la vuelta, George, al ver que su hermano no veía nada, guio la navaja a uno de los costados del muerto, busco la división entre las costillas y uso fuerza para apuñarlo hasta llegar al pulmón, la sangre empezó a brotar y procedió a hacer lo mismo con el otro, en el proceso termino lleno de sangre.
Dejo la navaja en el bolsillo del cadáver, pudo observar a la persona un señor que aparentaba más de cincuenta años de cabello castaño, por un momento pensó si tendría familia y la culpa lo invadió.
Soltó un suspiro tratando de retener las lágrimas para tomar unas piedras aun con la sudadera y meterlas en los bolsillos esperando que sirviera de peso suficiente para hundirlo.
Se irguió y habló a su hermano.
—: Regulus, necesito que me ayudes a llevar al cuerpo hasta en medio del mar.
Reg se giró y evito ver el cadáver sacando la varita, George también saco la suya y ambos apuntaron al cuerpo para murmurar
—: Wingardium Leviosa.
Era una gran ventaja que no hubiera gente cerca, lograron hacer que flotara el cuerpo para terminar con el hechizo.
—¿Y si flota?
Regulus estaba en blanco, como si fuera un cuerpo en vida, estaba a punto de entrar en shock.
—Le pinche los pulmones y puse piedras, se hundirá —con una mano tomo la sudadera y sujeto la muñeca de su hermano—...vámonos de aquí, antes de que nos vea alguien.
Regulus asintió, y George se concentró para hacer una aparición a las afueras de la casa Black-Weasley.
Una vez dentro el mayor guio a su mellizo al sótano, sus padres ya estaban durmiendo y Anired se encontraba con Stefan, Zed y Freddos jugando videojuegos en el cuarto de juegos por lo que no notarían que ya llegaron.
—¿Qué hacemos aquí?
Inquirió Regulus tras cerrar la puerta y poner dos hechizos no verbales.
—Quítate la ropa, Regulus, tenemos que deshacernos de todo.
George Sirius busco un viejo caldero que ya no usaban y un pequeño frasco con gasolina para dejar la sudadera de su hermano.
—George, tenemos que decirlo...acabo de cometer un crimen.
—Regulus, haz lo que digo o juro que usare un imperio contra de ti, y sabes que soy capaz.
Regulus no tenía ni la energía de discutir así que comenzó a desvestirse dejando la varita, cartera y celular de lado, el pelirrojo inmuto su acción.
Ambos mellizos quedaron en bóxer para poner la ropa en el caldero.
—Los zapatos también— se quitaron los tenis para dejarlos donde mismo, George dejo caer la gasolina y con la varita provoco fuego dejando que se consumieran en las llamas —, Regulus, no voy a permitir que acabes en la cárcel o en Azkaban ¿entendido? Nadie se puede enterar de lo que paso esta noche.
Menciono sacando una daga de un viejo cofre de madera perteneciente a la familia Flamel.
—¿Qué vas a hacer?
—Sabes que hare, y más te vale que aceptes. Si se te ocurre confesar que mataste a alguien me echaras la culpa a mí, nunca podrás aceptar lo que tú hiciste.
—George...no, no lo voy a hacer, estás loco.
—Lo vamos a hacer —menciono de manera seria dejando el rostro sin expresión alguna, el menor no lo negaría, cuando George Sirius actuaba de esa forma llegaba a asustarlo —, no estoy dispuesto a dejar que hagas una estupidez.
George Sirius paso la navaja por la palma de su mano haciendo un corte profundo, le entrego la varita a su mellizo que imito la acción, el pelirrojo tomo su varita murmurando un antiguo hechizo y extenderle la mano a su hermano y murmurar en un perfecto latín.
—: Sanguine iusiurandum indissolubile erit, et sanguis qui Regulus John Black-Wasley coget suum geminum fratrem homicidii reprehendere: Georgius Sirius Black-Wasley quoties id confiteri nititur.
(El juramento de sangre será irrompible, y será la sangre la que obligue a Regulus John Black-Weasley a culpar de homicidio a su hermano mellizo: George Sirius Black-Weasley cada que intente confesarlo)
George lo vio esperando que a completara el juramento de sangre, algo que aprendió gracias a los viejos libros de sus padres.
—Iuramentum sanguinis indissolubile erit, memorare nomen fratris me —parecio pensarlo durante unos segundos para agregar —: Et cum culpam acceptare temptaverit, me inculpatum dicet semper
(El juramento de sangre será irrompible, mencionare el nombre de mi hermano... y cuando él trate de aceptar la culpa dirá que el culpable siempre he sido yo)
No dejo que George dijera algo para tomar su mano provocando que ambas heridas se juntaran y la sangre brillara.
—¡No tenías que decir eso, imbécil!
—No dejare que te eches toda la culpa...
George Sirius soltó a su hermano.
—Quiero que olvides todo de esta noche...
—No puedo.
Regulus bajo la mirada dejando que la lagrimas que estaba reteniendo escapara, el mayor no dijo nada para dejarlo inconsciente y que cayera al suelo.
—Lo harás, hermano —la voz de George Sirius se cortaba mientras hablaba y las lágrimas brotaron sin control—, no dejare que te atormentes con esto.
Dirigió la varita a la sien del menor para dar inicio a la alteración de sus recuerdos, cambiando todo lo sucedido por una tranquila caminara en la noche.
George Sirius no estaba dispuesto a dejar que su hermano cargara con esa culpa, prefería ser él el que lo hiciera ya que siempre estaría para evitar el sufrimiento de su otra mitad.
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