Once.
(Hola, les traigo actualización a pesar que no llegaron los comentarios, en fin, espero que la disfruten.
+300 para la siguiente actualización🫰🏻🖤)
—¿Entonces aceptaste?
Cuestionó el mayor recargando la barbilla en su mano, el menor soltó un suspiro.
—No quería hacerlo —mencionó con notable sufrimiento en la voz—, pero mamá insistió tanto e incluso habló con Lys que nos sentimos tan presionados que no pudimos decir que no —soltó un quejido—, solo será para la fiesta de compromiso —explico rápidamente—, así que será algo rápido, y espero que mamá no me vuelva a meter en algo así, no me gusta que siga queriendo tomarse la atribución de prestar las cosas de mi familia, así como así.
—Sabes que Molly no tiene límites —comentó con Fred dejando ver el resentimiento que le guardaba a la mujer que decía ser su madre—, Ginny y Harry nos siguen insistiendo para que vayamos a la dichosa fiesta de compromiso, no hemos querido confirmar la asistencia, y es que incluso los Arwen nos invitaron personalmente, ya comenzamos a sentir la presión encima —soltó un suspiro de exasperación—, esto se ha vuelto cansado, no quiero ir porque seguro nos toparemos a Molly, ya la he evitado mucho y puedo jurar que va a estar insistiendo que hable con ella.
—Si no quieren ir, no lo hagan —George se encogió de hombros—, aunque no te negaré que me sentía más como si Zib y tú estuvieran, ya es demasiado estrés para Lys y para mí el tener que prestar la finca y peor asistir, no tengo nada en contra de James y su prometida, pero no quiero estar en medio de un drama familiar como cada que hay alguna reunión.
Fred asintió, había tenido un poco de paz desde que se separó de su familia, pero sabía muy bien que tarde o temprano volverán a toparse.
Los gemelos pelirrojos dejaron de hablar al escuchar unas voces acercarse por lo que decidieron continuar con su trabajo en Sortilegios Weasley.
—Sigues siendo tan matadito como siempre, Stef —la voz de Regulus inundó la tienda mientras paseaba algunos artículos de la tienda de un lado a otro—, no puedo creer que los nuevos libros de texto para Hogwarts estén completamente ilustrados por ti, me sorprendes mucho.
El pelirrojo no evitó sonreír orgulloso mientras le daba trozos de galleta a la rata sobre el hombro.
—Ya ves, al final aprender a pintar y dibujar si trajo sus beneficios —se encogió de hombros—... ¿Entonces el próximo viernes?
—Si, pensamos en ir a Hell 's Bar, solo que —hizo una pausa y frunció el ceño—, Anired quiere llevar a Max.
Stefan puso los ojos en blanco.
—Sí, recuerdo que Anired nos dijo que estaba junto y he visto sus historias —hizo una mueca—, no pensé que lo quería llevar, si siempre salimos nosotros.
—Pues quiere que conviva más con nosotros, mamá apoyó su idea, dice que es bueno que lo aceptemos ya que seguramente lo veremos de manera segura —escupió con molestia recordando la conversación de hace unas noches—, sigue sin agradarme del todo.
Stefan lo comprendía, todos seguían guardando rencor al rubio, pero finalmente no podían hacer nada si Anired decidió continuar con él.
—Por cierto, todos hablan del compromiso de James con su novia, ¿vas a ir a la fiesta de compromiso y a la boda?
—Nos llegó la invitación a la fiesta de compromiso, pero aún no sé si iremos—miró a Stefan en silencio por unos segundos— ¿Ustedes?
—El señor Arwen fue compañero de generación de Robert y trabajaron un tiempo juntos, así que si, nos llegó la invitación, porque por parte de James dudo que lo hiciera —recordaba que Ginny, la hermana de su padre biológico, odiaba a su madre y la culpaba de todo el pasado, cuando Kaira era la menos culpable de todo—...Robert se siente un poco obligado a asistir por su amistad...así que aún no sé qué vamos a hacer....sumado a lo que me contaste que viste, siento que será algo demasiado incomodo, nunca pensé que James sería capaz de eso.
—Cada día que pasa, James cae más bajo, ya no me sorprende nada de él—se encogió de hombros—, y bueno, la molesta sigue cegada ante él, así que yo no puedo hacer más, si ella quiere arruinar su vida allá ella.
Stefan miró a Regulus sin estar seguro en sus palabras, pero en cierta parte tenía razón, el azabache no podía hacer más si Arwen no creía en lo que le decía.
⚜⚜⚜
Las masculinas manos formaban círculos invisibles en la cálida piel pálida de la cintura de la mujer sobre él, la que sonreía dichosa de estar a horcajadas del rubio que se encontraba acostado sobre la cómoda cama.
—Entonces... ¿ya te llamo jefe?
Comentó con diversión, él solo sonrió.
—El nombramiento interno será el día de la fiesta del departamento —mencionó mirándola, disfrutando de ver lo hermosa que era con el cabello despeinado que caía en finas ondas y esa sonrisa traviesa que tan dulce la hacía ver—, y el oficial será en la ceremonia del lunes después de la fiesta —la miro—...me gustaría que fueras conmigo a la fiesta...pero sé que tienes la entrevista para lo del concurso de modelaje.
—Si termina temprano la entrevista te podría alcanzar —mencionó tratando de buscar una solución para que pudieran pasar un rato—...claro, también depende hasta la hora que vayas a estar...
Maxence negó suavemente.
—Solo pensaba en ir a la fiesta un rato, que fuera el nombramiento y luego regresarme —se encogió de hombros—, Lyssandre también irá, pero solo un rato, así que no creo estar mucho tiempo...incluso, si no has salido de la entrevista puedo alcanzarte y compramos algo de cenar, ¿te parece?
Anired sonrió y asintió.
—Me gusta esa idea—se inclinó dándole un suave beso en los labios—, aun así, iré a la ceremonia del lunes, una para ver tu nombramiento oficial y otra porque mamá dijo que tengo que estar en esa ceremonia —se encogió de hombros—, creo que tiene que ver algo con el envenenamiento de los aurores...
Maxence llevó una de sus manos hasta el fino rostro para acariciarlo.
—Te amo—soltó de la nada Maxence ganando que el rostro de la menor se volviera rojo—...te amo mucho, novia.
Anired sonreía, le gustaba cuando la llamaba de esa manera, amaba escuchar el marcado acento alemán cada que decía que la amaba, esos días habían estado llenos de dicha y felicidad que provocaban que su corazón latiera con fuerza, provocando que sus sentimientos por Max se volvieran más fuertes si eso era posible.
—Te amo más, novio —murmuró agachándose para rozar sus labios—...te amo mucho, mi amor.
Con una sonrisa en los labios el alemán rompió la distancia entre ambos para comenzar con un beso suave y acompasado, disfrutando de sus labios rozarse una y otra vez, la varoniles manos recorrían la piel de la espalda desnuda ya que Anired usaba un top deportivo en ese día.
Las manos ásperas de Max hicieron que Anired se estremeciera, su piel era cálida.
Abrió la boca cuando le mordió el labio inferior dándole completo acceso a su cavidad bucal, la que fue recorrida por la traviesa lengua de Maxence.
Las pequeñas manos de Anired terminaron dentro de la playera que usaba ese día el alemán, la que a los pocos segundo terminó en el suelo y Anired recostada en la cama con él encima.
Los labios del varón recorrían su barbilla dejando un húmedo camino de besos que causaban suaves jadeos por parte de Anired que trataba de no hacer mucho ruido recordando donde estaban.
—Max —murmuró Anired acariciándole el pecho—...estamos en tu casa...
El top de Anired terminó en el suelo a lado de la playera de Maxence, dejándola con el torso desnudo.
—Lyssandre y Amalie salieron al super —menciono contra la piel del canalillo de los senos de Anired—...tardaran en volver... ¿o no quieres?
Alzó la mirada sin alejar los labios de la piel de su novia, mirando esa expresión de nerviosismo por ser descubiertos, expresión que aumentó el deseo en él.
Quería tenerla, hacerla suya como tantas veces lo había hecho últimamente.
Disfrutar de su cuerpo, de su sabor.
Anired lo hacía perder la cordura de una forma inexplicable, ya que nunca creyó amar y desear tanto a una mujer como lo hacía con ella.
Anired trago saliva y asintió.
—S-si quiero —respondió con voz trémula—...solo que no quiero que nos des... ¡Ah, Max!
Un agudo gemido salió de los rojizos labios cuando Maxence atrapó uno de los pezones con los labios para succionar y rozar sus dientes con suavidad.
Las manos de Anired fueron a su cabello jalando suavemente, gracias a las perforaciones sus pechos eran demasiados sensibles, y los labios de Max eran como un cerillo en los fuegos artificiales, provocando que todo explotara llevándola a experimentar un placer que le nublaba la vista.
Max sonrió para seguir jugando con el pequeño dardo de carne y la pieza de metal entre su lengua, le gustaba la sensación y lo disfrutaba más al saber que a Anired le gustaba de esa manera.
Las manos acariciaban las tonificadas piernas colocándolas alrededor de su cadera para poder rozar la incipiente erección contra el palpitante núcleo que estaba ansioso por sentirlo.
Maxence dejó el pezón rojo y lleno de saliva para subir por su pecho, el cual besaba y regresar al cuello.
—Me vuelves completamente loco, Anired —murmuró contra la pálida piel dejando un beso húmedo subiendo a la barbilla—...me encantas demasiado...te deseo tanto —la voz de Max era gruesa y profunda, haciendo énfasis en cada palabra—...te amo, Georanne.
Anired se sentía extasiada al escucharlo decir esas palabras, su deseo crecía cuando sentía la cálida piel de Max contra la suya.
—Mierda, mein herz...quiero cogerte tan duro, metértela una y otra vez hasta que no puedas caminar—rozo sus labios mientras una de sus manos acariciaba el abdomen bajando para adentrarse en el pantalón sintiendo la fina tela de la braga que llevaba ese día—...te quiero llenar completamente de mí, Anired Georanne, correrme tan profundamente de tu ser para que me sientas por días.
Empujo su cadera contra Anired, la que apretó las piernas para sentirlo más cerca y como sus dedos comenzaba a rozar la húmeda braga.
—Quiero sentirte dentro y profundo de mi —murmuro Anired, Maxence la tomó de la mandíbula con delicadeza para mirarla decir esas palabras—...quiero que te corras dentro y me llenes por completo, Maxence.
Anired tenía una mirada sumisa en la que reflejaba todo lo que deseaba, Maxence estaba dispuesto a dárselo en ese momento, no quería detenerse.
Sonrió para besarla con desesperación y moviendo los dedos sobre sus labios vaginales, que estaban tan húmedos volviendo todo resbaloso y fácil de mover.
Solo querían volverse uno por completo, disfrutarse por completo.
Pero, al parecer eso tendría que esperar.
—¡Max! ¡¿Estás sordo?! —la puerta se abrió de golpe—...te marque y te estoy hable y hable...ya está la ce...na...
Dejó las palabras al aire al ver a la pareja frente a él.
—¡Lyssandre!
Maxence se quitó de forma brusca de encima de Anired, lo hizo tan sorpresivamente que sólo se escuchó un golpe seco en el suelo cuando terminó sobre él.
—¡Tío!
Chillo Anired cubriéndose con los brazos el torso desnudo, su rostro estaba completamente rojo mientras se sentaba de golpe.
El rostro de Lyssandre paso por diversos colores al presenciar esa escena, siendo sinceros nunca espero descubrirlos en esa situación.
No sabía cómo actuar ante esa escena o que decir, así que dijo lo primero que pasó por su mente.
—Ya vamos a cenar, así que bajen.
Fue como una respuesta automática para salir y cerrar la puerta mientras trataba de borrar la imagen.
Sabía que eran novios, ambos eran jóvenes y tenían hormonas, era evidente lo que pasaría más cuando estaban solos, pero no estaba en sus planes verlos y mucho menos interrumpirlos en esa situación.
Al ver como se cerró la puerta, Max miró a Anired, quien se levantó rápido para ponerse el top y buscar la sudadera que llevó ese día, se notaba nerviosa, con el rostro sonrojado y movimientos temblorosos.
—Anired...
Llamó el rubio poniéndose de pie y colocándose la playera.
—Lo mejor es que me vaya a casa —mencionó sin querer verlo—...si...me debo de ir...
Murmuraba de manera rápida colocándose la sudadera y tomando el celular que dejó sobre el mueble junto a la cama, siendo de las únicas cosas que trajo, ya que al vivir tan cerca no consideraba necesario traer más.
Maxence se acercó a ella tomándola de los hombros para que lo viera.
—Estás demasiado nerviosa, Kleiner Hase, cálmate.
—¡Tu papá, mi tío nos acaba de ver casi teniendo sexo en tu habitación! —chillo con el rostro rojo—... ¡¿Cómo quieres que no esté nerviosa?! ¡¿Cómo lo voy a ver a la cara?! ¡Por Merlín! ¡Seguramente les contara a mis papás, mi papá te va a matar!
Maxence también se encontraba nervioso, sin embargo, él sabía controlarlo, pero al parecer no era lo mismo caso para la azabache.
—Anired —llamó Maxence acariciando los hombros con cariño—...cálmate...hablaré con Lyssandre, veras que no les dice nada a tus papás—le sonrió suavemente—...aparte no es como si Lyssandre nunca hubiera tenido sexo...es algo normal en las parejas, Anired, no estábamos haciendo nada malo.
Quería creer en las palabras del alemán y también deseaba no haber cedido sabiendo en las consecuencias, no era nada malo, ambos eran adultos y estaban en una relación, así que era normal que tuvieran sexo, pero a pesar de eso no quería que los descubrieran en esa situación, era vergonzoso.
—Vamos, cenemos y te llevaré a casa, ¿sí? Si te vas, así como así, Lyssandre se sentirá mal.
Pidió Maxence, en parte porque quería evitar el regaño que seguramente se vendría por parte de Lyssandre, ya podía escucharlo mentalmente.
Anired no estaba demasiado segura, pero finalmente accedió a la petición de Maxence para bajar con él a la cocina en donde se encontraba Lyssandre y Amalie.
Al ver a su tío no evitó ponerse roja al recordar la situación anterior, le mayor se aclaró la garganta y finalmente comenzaron a cenar.
Se formó un silencio lleno de incomodidad, sumado a las miradas de Amalie que Anired no podría interpretar, al igual que la actitud defensiva de Maxence que parecía estar a punto de debatir en el momento que hablara su gemela.
—Eh...Lyssandre.
Llamó Maxence dejando el vaso de refresco a un lado, el nombrado lo miró.
—Dime.
Max tragó saliva y asintió.
—Yo...bueno, creo que es obvio...pero quería decirte que...Anired y yo somos novios —soltó de golpe, era algo que todos sabían, no era ningún secreto, pero quería decírselo de manera verbal—, así que...será normal que venga a la casa —ese comentario iba más dirigido para Amalie la que enfocaba la mirada en su plato—...o que yo esté con ella...
Lyssandre sonrió viendo a ambos, estaba feliz por ellos, aunque a pesar de eso las palabras de Olympe Laurent no salían de su cabeza, pero realmente quería creer en Maxence, en que estaba haciendo las cosas bien y no jugando.
—Me alegro por ustedes —sonrió viendo a la joven pareja—, después de tanto finalmente están juntos —miro a Anired—, te encargo a Max, a veces es medio tonto, pero estoy seguro que lo podrás controlar.
—¡Oye!
Max lo miró ofendido y después a Anired, la que soltó una suave risa demostrando que sus nervios habían disminuido.
—Te prometo que lo controlaré, tío.
Max la miró con los ojos entrecerrados y una sonrisa traviesa adorno su rostro.
—Aunque ahora también lo puedes llamar suegro...
Lyssandre miro a Maxence y negó.
—Gracias, pero eso me hará sentir más viejo.
—No es como que estes muy joven—rezongo Max—... ¿cómo prefieres llamar al viejo de Lyssandre, Anired?
Anired sonrió con diversión mirando a Maxence.
—Mi príncipe azul —Max iba a repelar cuando ella continuó y lo miró—, tú me puedes llamar mamá.
Lyssandre soltó una estrepitosa risa ante el comentario coqueto de su sobrina, demostrando que a pesar del tiempo seguía con lo mismo, lo mejor era ver el rostro completamente contrariado de Max.
—¡Anired! —chillo el alemán—...ya, está, ya no lo veas —trato de taparle los ojos a la menor—...y tú no le hables.
Le pidió a Lyssandre que solo podía reír.
—Ya ves, siempre voy a ser su rubio favorito, hijo.
Maxence le dio una mala mirada a Lyssandre mientras escuchaba las risas de su novia que trataba de destaparse, aunque se hiciera el ofendido no negaría que estaba disfrutando de ese momento, nunca se había sentido tan cómodo.
Amalie solo podía observar la escena, se sentía excluida al no poder integrarse, mientras más pasaba el tiempo se daba cuenta que debía de hablar con Anired para intentar arreglar las cosas, aunque se daba cuenta que Maxence no permitiría que estuvieran solas, siempre estaba a la defensiva cuando se trataba de ella.
[...]
Cerró la puerta tras entrar a la casa, guardó las llaves en su bolsillo mientras iba pensando en que tendría que ir a la tienda de ropa ya que debía de conseguir ropa un poco más formal. Tenía algunos trajes que le compró su padre, pero como bien le habían dicho, una vez que tomara el puesto de jefe, debía de estar mejor vestido y presentable para las reuniones.
No negaría que lo emocionaba esos cambios, pero también lo estresaban porque debía de salir de su zona de confort, enfrentarse a cosas desconocidas.
Soltó un suspiro, sintiéndose un poco más calmado al saber que contaba con el apoyo de su padre y ahora, tenía a Anired a su lado, estaban en una relación la cual no quería perder nunca, poco a poco comenzaba a tener la felicidad que siempre deseó.
—Ya regresé —informo al mayor que estaba en el salón principal de la casa leyendo unos documentos— ¿cosas del trabajo?
—Sí, nada importante, solo lo quiero tener listo para el lunes —se encogió de hombros—, Max —llamó con duda—, hay algo que quiero hablar contigo, ¿tienes tiempo?
Maxence asintió para ir con él y sentarse en el sillón de frente.
—Sí, ¿sobre qué quieres hablar?
Lyssandre suspiro, se notaba nervioso al no saber cómo iniciar, eran dos conversaciones las que quería tener con su hijo, una tenía que ver con lo dicho por Olympe y otra con lo que vio hace unas horas, lo peor es que no estaba seguro cual era la peor y la que lo haría enojar.
—Son dos cosas...pero...creo que me voy sobre lo que vi hace rato...
El rostro de Max se volvió rojo y su cabello rosado.
—Anired es mayor de edad...y yo igual...así que...
Lyssandre lo interrumpió antes de que continuara.
—Lo sé, Max, sé que los dos son adultos, los dos trabajan...y entiendo que son novios y quieran tener sexo —Lyssandre estaba igual de rojo que su hijo, pero no podía evitar esa conversación—...es solo que...me preocupa que no se cuiden, aún son jóvenes para tener un hijo...o bueno, al menos que ya estén pensando en tenerlo, es su decisión, pero tú vas a tener más trabajo una vez que te vuelvas jefe, Anired es modelo y también tiene bastante trabajo...sería bueno que lo pensaran bien y mientras usar un método anticonceptivo...aunque ninguno es cien por ciento seguro...aparte que debes de ser cuidadoso en la prime...
—¡Lyssandre, Anired y yo nos hemos cuidado! —interrumpió antes de que continuara con esa conversación que se volvía más incómoda—...hemos usado condón y pastillas...así...así que ya...esa conversación no es necesaria...gracias por preocuparte, pero ambos hemos sido cuidadosos...yo he sido demasiado cuidadoso con Anired todo el tiempo —ambos rubios estaban rojos por hablar de eso—...nunca la lastimaría, te lo juro...y sobre tener un bebé...no hemos hablado de eso, pero te prometo que antes de tenerlo estaremos seguro de todo de acuerdo...aún no serás abuelo así que cálmate.
Lyssandre sintió un peso menos de encima en cuanto le dijo eso, porque podían dejar esa conversación de lado.
—Aun así...sabes que cualquier cosa...me puedes preguntar o lo que sea —a veces al mayor le constaba un poco llegar al punto con su hijo, tener esas conversaciones, a pesar con Louis no era lo mismo que con su hijo—...tratare de darte un buen consejo.
—Lo sé, gracias, Lyssandre —Max lo miró y se rasco la nuca—...sobre lo que viste hace rato... ¿podrías no decirle a Anirak y Fred?...Anired estaba nerviosa por eso...
Lyssandre asintió.
—No les diré —le sonrió y guardó silencio por un segundo para continuar—...por cierto, hable con la mamá de uno de tus ex compañeros de Beauxbatons.
Max tragó saliva y lo miró.
—¿Con quién?
—Olympe Laurent...es la Directora del Departamento de Seguridad Mágica del ministerio Francés, nos topamos en una reunión.
Maxence maldijo internamente pensando en todo lo que habría dicho esa mujer.
—Su hijo, Christopher y yo fuimos mejores amigos desde el primer año hasta el último, dejamos de serlo cuando su relación con Amalie terminó —explicó sin entrar en muchos detalles, como el hecho de que Christopher le fue infiel a Amalie—... ¿qué te dijo?
—No quiero creer en lo que ella dice, es por eso que quiero hablar antes contigo —Maxence sentía sudar frio al pensar en que tal vez le conto de esa estúpida relación que se basaba en sexo, la cual compartieron por bastante tiempo—...me menciono que en la escuela fuiste demasiado mujeriego, no tengo nada en contra de eso, ya que estabas soltero y podías estar con quien quisieras...pero, dijo que solo usabas a las mujeres para tener sexo y después dejarlas...y...bueno...me dio a entender que nunca te interesan las relaciones formales...confió en ti, sé que amas a Anired y no debería ni siquiera de dudar con las palabras de Olympe...pero...no sé...
Max sintió que casi se le desencajaba la mandíbula al escucharlo y negó.
—Mira—hablo tratando de no enojarse, comprendía que Lyssandre se preocupara por lo que decía Olympe, a pesar de ser padre e hijo sabía que había cosas que desconocían el uno del otro—...si, lo acepto, solía ser demasiado mujeriego y solo tenía sexo, nunca una relación, pero siempre deje las cosas en claras desde el inicio porque en ese entonces no me interesaba un noviazgo o tan siquiera formar lazos de amistad, solo era sexo casual y ya—hizo una pausa viendo a su padre—, sé que sonara demasiado cliché y tonto, pero...cuando conocí a Anired las cosas cambiaron, desde la primera vez que la ví deje de interesarme en otra mujer o cualquiera que me coqueteara, te juro que desde que la vi por primera vez en el partido de Quidditch nunca he vuelto a tener sexo o tan siquiera coquetear con otra mujer que no sea ella, de hecho casi ni hablo con mujeres, más que del trabajo —se encogió de hombros—, no me interesa nadie más que Anired, soy serio respecto a mis sentimientos y a mi ahora relación con ella, tampoco estoy con ella por fama o por tener sexo, créeme que si ella no lo quiere hacer no es algo que sea prioritario en nuestra relación o en lo que siento por ella, quiero estar a su lado—sentencio mirándolo—, no sé porque te dijo esas cosas Olympe, pero no me conoce, solo está suponiendo que sigo siendo igual que cuando era un adolescente, tú has visto y estado presente en todo lo que he vivido y como he madurado...
—Lo sé, Max, y lo siento —se disculpó genuinamente—, es solo que a veces me dejo llevar por las cosas...siento que perdí demasiado de tu vida...
—Lo entiendo, pero...créeme que cambie, no estoy jugando con Anired —afirmó y sonrió—, no pienso, ni quiero arruinar las cosas, no después de todo lo que hemos pasado para estar en donde estamos, así que confía en mí, ¿quieres?
—Confío en ti, Max.
Max le agradeció, dándose cuenta que debía de hablar con Olympe y dejarle en claro las cosas, porque si no continuaría de esa manera, al parecer la mujer seguía sin aceptar que él ya no tenía ningún interés por ella, por el contrario, le daba asco el solo pensar nuevamente estar con ella con cualquier clase de relación.
⚜⚜⚜
Miraba cada vestido con aburrimiento en la mirada, en ese día no tenía cabeza para pensar en algo como eso.
Prefería decir que la fiesta de compromiso se pospusiera, y mejor que ese dinero que se usaría se lo dieran para comprar el horno que tanto le hacía falta.
Sin embargo, no podía hacerlo, al ver a su madre tan ilusionada no quería arruinar ese momento que tanto parecía disfrutar.
—El vestido debería de ser azul cielo, ya que sus invitaciones y la decoración de la boda será así —comentaba la Arwen mayor tomando diversos vestidos—, como nos queda muy poco tiempo, creo que debería de ser algo ya hecho, y el vestido de boda si pudiese ser mandado a hacer, ¿qué opinas Itziar?
La nombrada soltó un suspiro interno y puso la mejor sonrisa que podía.
—Si, me gusta ese color —miraba a su madre—...James va a usar una camisa de ese color y pantalón negro, así que estará bien.
—Bueno, gracias a Molly ya tenemos el lugar y la comida, de la decoración nos encargamos nosotros —le apretó los hombros dándole los vestidos que había tomado—, ve a probártelos, y escoge el que más te guste, tú solo debes de encargarte de lucir bonita en ese día, todo lo demás déjalo en nuestras manos.
Itziar le agradeció besándole la mejilla para entrar al probador, trataba de demostrar su felicidad, pero mientras más se acercaba el día, menos era su alegría, no comprendía por qué.
Lo peor que en ocasiones pensaba en las palabras de Regulus:
"James te está engañando"
Se cuestionaba una y otra vez si el Potter fuera capaz de algo como eso, siempre le había jurado amor desde que comenzaron a estar juntos, llevaban cerca de tres años y confiaban el uno en el otro, de hecho, ella aún se sentía culpable cada que recordaba que se acostó con el Black-Weasley, era algo que por todos los medios trataba de olvidar, pero era imposible.
Se quitó uno de los vestidos para ponerse otro, ninguno parecía gustarle, a todos les encontraba alguna pequeña imperfección y ya era la tercera tienda a la que venían.
Soltó una maldición.
Lo que más la molestaba es que, aunque dijera que no, había algo dentro de ella que desconfiaba de su prometido. Especialmente después de que el dinero faltara, no quería creer que él lo tomó, pero la duda estaba en su pecho, recordando una y otra vez que alguien le estaba viendo la cara de estúpida.
Siempre soñó con casarse, tiempo antes incluso le ilusionaba la idea de hacerlo con James, pero ahora no sabía explicar el sentimiento, tal vez eran los nervios, pero no la dejaban en paz.
Sin que ningún vestido le gustara decidió salir del probador con su ropa anterior para buscar a su madre y decirle que fueran a otra tienda a expensas de encontrar lo deseado.
Al salir no vio a su madre así que comenzó a buscarla entre los pasillos, mirando más vestidos y ropa elegante, era una tienda de ropa lujosa a la que raramente iba, accediendo a acudir a ese lugar por pedido de su madre que quería que su vestido fuera muy acorde a la ocasión.
Justo a unos metros logró ver la cabellera castaña de su madre que platicaba, por lo que se acercó de inmediato.
—Mamá—llamó acercándose—...no encontré ningún vestid...
Dejó las palabras en el aire al ver a las personas con las que platicaba, quedándose helada, dándose cuenta que su día iba de mal en peor.
—Cielo, perdón por dejarte —mencionó Epione viendo a su hija y sonriéndole—, es que me encontré con las ministras y las vine a saludar.
—Buenas tardes...
Murmuró la menor mirando a la azabache y rubia, no es que les molestara saludarlas, pero si saludar al azabache que cargaba las bolsas de las mujeres, llevaba varias con una expresión relajada en el rostro.
—Hola, ¿están buscando vestidos?
Cuestionó Lyssane con el tono amable que tanto la caracterizaba al igual que una sonrisa.
—Sí, pero ninguno parece gustarle —suspiro Epione—, está emocionada por la fiesta de compromiso, así que quiere que todo sea perfecto —Itziar solo asentía—...espero que vayan.
—Sí, George, mis hijos y yo acudiremos.
Confirmó la ministra francesa, los ojos pronto pararon en Anirak y Regulus.
—Nosotros aún no sabemos —Anirak sonrió con disculpa en la mirada—...es que estamos viendo que no coincida con la prueba de vestido, aparte que Anired tiene un recital de ballet y aún no nos confirman la hora.
No mentía totalmente, la prueba de vestido era en la mañana y el recital de Anired al medio día, solo que aún no hablaba bien con Fred sobre si asistirán o no.
—¿Prueba de vestido? —preguntó Epione y de pronto sonrió—, cierto, que Fred y tú se van a volver a casar... ¿ya tienen todo listo?...La boda será antes que la fiesta de compromiso.
—Sí, tenemos todo listo, ya solo pequeños detalles —la voz y brillo de la azabache demostraba lo emocionada que estaba por eso—...como no es nuestra primera boda ya sabemos muchas cosas, lo que nos facilita la organización, aparte que Lys y George nos han ayudado, al igual que mis hijos...y sumado a que será una fiesta pequeña.
—Tan pequeña que será en el jardín de rosas de la Reina María —murmuró el azabache ganando que Anirak lo codeara—... ¡Ay!
Se quejó cuando el codo de su madre golpeó en las costillas.
—Será muy hermosa la fiesta como sus bodas anteriores —comentó recordando a las que había asistido para después ver a Reg—... ¿sigues de vacaciones, Regulus?
El nombrado miró a la mujer y asintió.
—Si, aún continúan mis vacaciones en el ministerio, pero estoy trabajando para Sortilegios Weasley y para la tienda de té de mi hermana —explico con facilidad—, llevo la contabilidad de los negocios y a veces hago de mesero en la tienda de té, así que me va bien sumado a que tengo otros negocios —sonrío—, siento que las vacaciones ni siquiera me están alcanzando.
Itziar alzó la mirada cuando nombró los negocios, recordando lo que le dijo Dalila, que prestaban dinero a interés, recurrir a ellos sonaba tentador, pero al mismo tiempo se negaba a hacerlo.
Por un momento creyó que se toparía con los ojos grises de Regulus, pero este la pasó de largo, como si acabara de ver la cosa más horrible y odiosa en el mundo cuando antes le mantenía la mirada con un gesto arrogante y lleno de burla.
—Ay, Regulus, luego ni vas a querer regresar al trabajo —comentó Epione—... ¿vinieron de compras?
Lyssane y Anirak asintieron.
—Vinimos a recoger la ropa que usarán nuestros hijos y esposos para la fiesta de Aniversario de Femmes Survivantes—Lys señaló las bolsas que llevaba Regulus consigo—, Regulus fue el único que quiso venir, los otros según tenían "mucho trabajo" en Sortilegios Weasley —puso los ojos en blanco—, probablemente estén jugando snap explosivo en la tienda.
Regulus soltó una pequeña risita por el comentario de su tía.
—Los más probable es que no quisieran venir a cargar las cosas, al menos George Sirius acompaño a Anired y Mary a hacerse las uñas a un local que está frente al super comercial del centro—comentó Anirak y miró a Itziar—, he visto que Anired se lleva mucho con Dalila, la chica que trabaja en tu cafetería...pero, no contigo... ¿nunca se llevaron bien en Hogwarts?
Cuestionó con curiosidad, Itziar se quedó en blanco al no saber qué responder, recordando que nunca se disculpó con la menor de los Black-Weasley por no creerle o ayudarla cuando lo pidió en el momento que más lo necesitaba, aún la culpa la recorría cada que la veía y no podía ni siquiera tener una conversación con ella.
—Cierto, Itziar, ¿por qué no te llevas con los hijos de Anirak y de Lys? —cuestionó Epione viendo a su hija—, creo que sería bueno que frecuentarás a más gente, que hicieras más amigos y amigas aparte de Lie, Anired es cercana a tu edad, sería lindo que se llevarán.
Itziar trataba de buscar las palabras correctas, pero al sentir las miradas sobre ella comenzaba a ponerse nerviosa sin saber qué decir, ¿Cómo explicar todo lo sucedido? ¿Cómo explicar que los varones de la familia de Regulus la odiaban por algo que ella nunca comprendió? ¿Cómo explicar que Regulus siempre la molestaba?
Cuando sentía que estaba perdida escucho un carraspeo.
—Má —llamó Regulus mirado a la azabache—, acuérdate que tengo que ir a la peluquería —mencionó viendo el reloj que portaba en la muñeca izquierda—, y tengo cita para las cinco y media, ya son las cinco y cuarto.
Regulus se pasó la mano entre el cabello que estaba largo, incluso podía hacerse una pequeña coleta sostenida en la nuca.
—Oh, cierto, cielo, es mejor que nos apuremos —Anirak miro a las Arwen—, las tendremos que dejar, o no vamos a llegar.
Itziar suspiro aliviada viendo como las mujeres se despedían mientras acordaban algo de un almuerzo o de ir a tomar el té mientras Epione aún estuviera en Londres.
La pelirroja estaba sorprendida por el cambio de actitud de Regulus, a ella la miraba como si fuera una mierda andante mientras con su madre era un completo encanto que dejaba a la mujer maravillada.
—Ay, ese chico es muy amable y atento...no me imagino cuántas mujeres deben de estar tras él.
Mencionó Epione soltando un suspiro, Itziar no evitó poner los ojos en blanco.
Si lo conociera realmente estaba segura que no pensaría eso, lo considera un demonio en persona, porque no había otra palabra que la describiera mejor.
[...]
Maldijo en voz baja al salir del local, comprendía la situación, pero no podía evitar no estar molesta.
Justo ese día había salido temprano del trabajo y quería hacerse las uñas, pero el lugar que ella frecuentaba estaba completamente lleno, no había ninguna persona que la pudiera atender.
Comprendía que era su culpa por no haber hecho una cita antes, pero nunca espero no encontrar cupo, era un buen lugar, pero no tan concurrido como ese día.
Con la esperanza y los ánimos por los suelos decidió volver a su casa, al no conocer tan bien la ciudad no podría buscar otro lugar o terminaría pérdida y la noche estaba por caer.
Tras suspirar iba a comenzar a caminar cuando escucho que la llamaron.
—¡Señorita! —unos pasos apresurados la hicieron girar para toparse con una chica que trabajaba en ese local muggle —...disculpe...pero si podrá ser atendida.
La mujer la miró alzando las cejas sin comprender.
—¿Cómo? Pero, si dijeron que no había más cupo.
La chica se aclaró la garganta y le sonrió.
—Una de nuestras clientas más importantes ha pedido que la atiendan en la zona privada del salón, así que si gusta puede pasar a que le hagan la manicura.
—¿Hablas en serio? ¿De quién se trata?
Cuestiono, conocía a muy poca gente en ese lugar por lo que le resultaba extraño y sospechoso.
—Mm...no puedo decir su nombre por temas de privacidad, pero... ¿por qué no pasa y habla con ella? Sería más fácil, y ya después decidir si se hace las uñas o no.
Debía de desconfiar, pero era curiosa y quería hacerse las uñas así que finalmente entró con la chica que la guio por medio del salón, veía a muchas clientas haciéndose el manicure, pedicure o cortándose el cabello, se notaba que se estaban volviendo más populares.
—Por aquí.
La trabajadora la guio por unas pequeñas escaleras para subir a la segunda planta la que normalmente se utilizaba para los masajes relajantes que brindaban como servicio extra, se dirigieron al fondo donde se encontraba una puerta de madera oscura, se podía escuchar música suave y voces.
—Adelante.
Le abrió la puerta, ella solo pudo agradecer para entrar y toparse con dos chicas que se hacían las uñas mientras conversaban alegremente, disfrutando de ese momento.
—Buenas tardes.
Saludo dispuesta a preguntar quien la hizo venir, pero las mujeres voltearon el rostro y ella pudo reconocer de quién se trataba dejándola sin palabras.
—Hola, Andrea —una sonrisa radiante adornaba los labios rojizos dándole un aire jovial y alegre—, te vi cuando pase al sanitario, escuche que no te harían las uñas, así que creí que podrías hacertelas con nosotras, claro si no tienes más planes.
Andrea miró a la azabache comprendiendo porque estaba en el área privada.
—Hola, Anired —saludo con una sonrisa tímida —... ¿estás segura? No quiero causar molestias.
La menor negó y señaló una mesa que estaba preparada.
—No es ninguna molestia, ¿por qué no te sientas?
Anired era amable, educada y elegante en cada movimiento y palabra.
Su tono de voz, su forma de hablar, movimientos y expresiones mostraban que desde niña fue enseñada y educada para lucir en sociedad, pulida como un diamante para resaltar incluso en las actividades más casuales y no pasar desapercibida por nada.
Andrea Rosier asintió y agradeció para tomar asiento en el lugar indicado, donde la señorita que le haría las uñas la saludó invitando una bebida y postre e indicando qué hacer para comenzar con la manicura.
—Me parece que ya se conocían, pero es bueno volver a presentarlas —sonrió haciendo un gesto a la morena sentada a lado de ella —, ella es Mary Jenell, mi amiga y asistente personal —la nombrada sonrió—, Mary, ella es Andrea Rosier, trabaja con Maxence en el departamento de Rompe Maldiciones.
—Sí, la recuerdo en el accidente de la Abadía —Mary mantenía una sonrisa pequeña, pero amistosa —, es un gusto volver a verte.
—El gusto es todo mío —Andrea sonreía más abiertamente—, ¿Vienen muy seguido a este lugar?
La conversación entre las tres dio inicio, contando sus gustos en cuanto a uñas y las veces que frecuentaban ese lugar, Andrea comprendía porque nunca se las había topado, ya que siempre pasaban a la zona privada ya que Anired al ser modelo atraía la atención, y lo que más deseaba al ir a hacerse las uñas era relajarse y concentrarse sólo en ella.
Después de unas horas Andrea le pidió la cuenta a la chica que la atendió, sin embargo, le dijeron que no era nada.
—Esta vez yo invito —comento Anired colocándose las pulseras que siempre llevaba en la mano.
Andrea negó.
—No... ¿cómo crees?
Anired la miró y sonrió.
—Maxence no es muy hablador o expresivo —comento llamando la atención de Rosier—, de hecho suele ser hasta grosero y muy sarcástico, pero sé que lo has ayudado en el trabajo al igual que trata de entablar amistad con él a pesar de que luego es un maleducado e incluso estabas dispuesto a ayudarlo para que nos volvieras a frecuentar, sé que conoces nuestra historia —Andrea la escucha atentamente—, así que esto tómalo como un agradecimiento, tanto de Maxence como mío, él no te lo dirá porque siempre es así, no sabe hacer amigos, es muy tonto en eso —se encogió de hombros—, así que yo te quiero agradecer por él, por no permitir que sea un completo asocial en la oficina.
—Es muy gruñón y nunca entiendo qué está pensando o planeando...no tienes nada que agradecer, solo quiero que no se sienta excluido en la oficina.
Anired se acomodó el anillo que Maxence le había regalado en el anillo anular izquierdo.
—Cuando no lo conoces es muy difícil tratar con él, así que no te extrañe que luego sea medio raro —soltó una pequeña risa—, te lo encargo, por favor, no dejes que le pase nada en el trabajo, luego hace las cosas sin pensar y se mete en cada problema.
Anired no lo decía, pero Rosier podía darse cuenta, no estaba pidiendo ese favor como una amiga de Maxence, si no como una mujer enamorada y preocupada por el alemán, dejando ver que había algo más entre esos dos.
—No te preocupes, yo lo haré —le sonrió—, por cierto, el anillo...es muy bonito, nunca había visto uno así.
Anired no evitó tocar el anillo que Andrea veía, el corazón de diamante rojo brillaba con intensidad.
—Max me lo dio —sonrió reflejando una enorme emoción—es muy lindo...por cierto, ¿viniste en coche o metro?
Cuestiono dirigiéndose a la pequeña sala que estaba en el salón privado.
—En metro—miró el reloj en su muñeca—...de hecho debo de apurarme si quiero alcanzarlo para volver a casa.
—Si quieres te podemos llevar —ofreció Anired—, para que llegues más rápido y segura.
—Te lo agradecería.
Andrea siguió a Anired escuchando la voz de Mary y otra que se le hacía conocida.
—Me sorprende que no te saques el ojo con un uñazo —la voz varonil llenaba el lugar—...esas parecen las garras de un águila... ¿cómo vas al baño?
—No seas exagerado —se quejó la morena poniendo los ojos en blanco—, no están tan largas, es un tamaño medio y cómodo... ¿por qué los hombres siempre exageran tanto?
Andrea miro la cabellera centelleante bajo la luz del foco blanco que parecía hacerla brillar como una llamarada de una fogata ardiente a mitad de la noche, en la mano izquierda llevaba un vaso con popote del cual sorbia mientras mantenía una sonrisa en el rostro que provocaba sus ojos brillar.
Las veces que se lo topó, lo había visto con el rostro serio y una incipiente sonrisa, en cambio ese día parecía más relajado, lo que provocaba que tuviera el mismo aire jovial que Anired.
—¿Con esas uñas despellejas a tus víctimas? —los comentarios del pelirrojo estaban llenos de un tono bromista disfrutando de ver como Mary ponía los ojos en blanco y se quejaba— ¿No quieres sacarle los ojos a un zorro rubio?
Los ojos de Mary se iluminaron con complicidad al comprender a quién se refería.
—Por primera vez desde que te conozco escucho que dices una buena idea, sería perfecto...
Anired miro a Andrea haciéndole una seña dándole a entender a que los tomaran por locos para aclararse la garganta.
—Si por zorro rubio se refieren a quien creo que es, déjenme decirles que los voy a colgar a ambos por esas ideas.
George Sirius se giró para toparse con su hermana y sonreírle de la forma más dulce posible.
—¿Cómo crees que planearemos deshacernos de ese...idi...esa persona? —corrigió de inmediato sabiendo que su hermana saltaría sobre él si continuaba llamando con insultos—...si nos agrada mucho.
Se notaba el sarcasmo en la voz, a pesar de no decir nombres Andrea logró comprender que se refería a su compañero de trabajo, que al parecer no le terminaba de agradar a los cercanos a Anired.
Sentía pena por él.
—Sigue con esos pensamientos y le diré a mamá —con gracia y agilidad Anired llegó hasta lado de su hermano para quitarle el vaso de la mano y sorber del popote —...nos topamos con Andrea, ¿la recuerdas?...la llevaremos a su casa.
George dirigió la mirada a la castaña y asintió.
—Hey.
Saludo el pelirrojo con una sonrisa, era como ver a otra persona, ya que parecía sumamente relajado y como en ese ambiente, a pesar de estar rodeado de cosas de mujeres que a la mayoría de los hombres no les gustaba, incluso ni siquiera parecía molesto por estarlas esperando durante tanto tiempo mientras cargaba las cosas de Anired y de Mary.
—Hola.
Andrea no pudo controlarlo, pero su voz salió un poco más aguda y sus mejillas se sentían calientes al tener los ojos grises sobre él, los ojos de Anired y de George Sirius eran muy parecidos, sin embargo, los del pelirrojo parecían más profundos empapados por unas pestañas rojizas que los hacían resaltar.
—No sabía que se pusieron de acuerdo para venir juntas —mencionó George Sirius—...no me pediste que pasáramos por ella a su casa.
—Fue una coincidencia —explico la menor dejando de sorber del popote—...la vimos y bueno...termino haciéndose las uñas con nosotras —alzo la mano libre para mover los dedos graciosamente frente a su hermano mostrándole su reciente manicura de color rojo—...combinan con el anillo que mi novio me dio.
Recalco la palabra novio, dejando que la sospechas de Andrea se volvieran reales, la castaña no evitó sentirse feliz porque Maxence pudiera lograr lo que tanto ansiaba.
George Sirius viró los ojos al escuchar esa frase.
—Mejor ya vámonos, y deja de tomar tanto refresco que luego vas a querer ir al baño y no me pienso parar en una gasolinera para que pases.
Anired le golpeó el hombro de manera seca, pero al pelirrojo no pareció dolerle para hacerle una seña hacia la puerta indicando que salieran de ahí.
Los cuatro magos salieron por la puerta trasera, Anired tuvo que colocarse una gorra y cubrebocas para evitar llamar la atención, tomando la delantera junto con Mary ya que el auto de George Sirius se quedó a unas calles al no encontrar estacionamiento cercano, por lo que tomaron callejas algo vacías.
Sin evitarlo, Andrea miraba de reojo al pelirrojo, era un chico atractivo, demasiado alto de cabello pelirrojo, con un cuerpo musculoso y tatuado. Llevaba una camiseta negra que dejaba ver sus brazos fuertes y unos jeans ajustados que marcaban sus trabajadas piernas, demostrando que hacía ejercicio de manera recurrente.
Andrea no negaría que se sentía atraída hacia él, le gustaba su porte, su estilo, su actitud tranquila. Desde que lo vio le pareció un hombre guapo, simpático y misterioso que despertaba su curiosidad queriendo saber más de él.
Sin embargo, ante alguien tan imponente se volvió tímida sin saber siquiera cómo iniciar una conversación.
Andrea iba tan sumida en sus pensamientos, que no puso mucha atención al caminar por la acera mojada hasta que sintió como se resbalaba, un pequeño grito escapó de sus labios mientras luchaba por mantener el equilibro.
George, a su lado, actuó rápidamente. Extendió el brazo y la atrajo hacia él con firmeza, impidiendo que cayera. Su cercanía arrepentida hizo que Andrea terminará prácticamente entre sus brazos, su cuerpo pegado al musculoso cuerpo del Black-Weasley por un breve instante.
Andrea podía jura, que por un instante el aire se sintió más pesado, como si pudiera sentir una fuerte tensión palpable mientras la sostenía. Sus ojos se encontraron en un momento de intensa conexión, y un cosquilleo recorrió la piel de Andrea mientras sentía la mirada gris sobre ella.
Las dos mujeres que caminaban por delante se giraron y al ver la escena no evitaron marcar unas sonrisas traviesas en sus rostros e intercambiar miradas cómplices.
—¡Ups, parece que tenemos un resbalón aquí! —exclamó Mary con un tono juguetón, ganando la risa de Anired.
George soltó una risa ronca pero suave que retumbó en su pecho, y ayudó a Andrea a recuperar el equilibrio por completo.
—Nada de qué preocuparse —el pelirrojo guiño el ojo con diversión—, estoy aquí para salvar el día.
Andrea se río, sintiendo una mezcla de vergüenza y emoción, que causó que sus mejillas se pusieran rojas, pero gracias a la oscuridad de la noche eso pasó desapercibido para los demás.
—Gracias por la intervención heroica, George.
George la miró y le guiñó el ojo, pero no fue con diversión, Rosier no estaba segura, pero podría decir que tenía un aire de coquetería.
—Siempre dispuesto a salvar a una dama en apuro.
Andrea se dio cuenta de que tal vez George Sirius no era tan serio como parecía, solo necesitaba poder romper esa barrera que parecía formar ante la gente que acababa de conocer.
Las risas y los comentarios continuaron en el trayecto hacia el auto, Anired y Mary los esperaron para que alcanzaran su paso.
Andrea escuchaba las conversación, pero su mente estaba más concentrada en el roce de la mano de George en su brazo.
Pronto llegaron a una camioneta negra Cadillac, el pelirrojo fue al asiento de copiloto para abrirle la puerta a su hermana la que le agradeció ante el gesto tan característico de él.
Hizo lo mismo con la de Mary para dar la vuelta e ir a la de Andrea la cual estaba a punto de abrirla, pero se le complicó un poco ya que eran puertas demasiado pesadas.
El más alto se acercó a la castaña.
Su voz era un poco más baja, pero llena de insinuación.
—Parece que no puedo dejarte sola por un segundo sin que ocurra un incidente emocionante.
Andrea le lanzó una mirada cargada de complicidad.
—Supongo que tienes una habilidad para hacer que las cosas sean emocionantes, George.
Las comisuras de los labios de George se alzaron con una sonrisa traviesa.
—Es posible que solo quiera mantenerte alerta.
La tensión entre ellos era palpable al igual que el tono coqueto en la voz del pelirrojo.
Andrea trataba de buscarle explicación, pero...
¿Acaso George Sirius Black-Weasley estaba coqueteando con ella?
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¡Hola!
¿Qué les pareció el capítulo?
¿Creen que Stefan y su familia vayan a la fiesta de compromiso?
¿Pasará algo entre Fred y los Weasley? ¿Molly hará algo?
¿Les gusta cómo va la relación de Max y Anired?
¿Le gusto el momento entre Max, Anired y Lyssandre? ¿Cómo creen que sea ahora su relación de suegro y nuera?
¿Lyssandre dirá algo de lo que vio?
¿Max logrará parar a Olympe?
¿Cómo creen que será la fiesta de compromiso de Itziar y James? ¿Los Black-Weasley irán? ¿Tienen teorías?
¿Qué opinan de Gs y Rosier? ¿Habrá algo entre ellos? ¿Qué dirán los BW? ¿Anired que opinara de lo que presenció entre Rosier y GS?
¿George Sirius estaba coqueteando con Andrea?
En fin, no se olviden de comentar y votar, nos leemos en unos días♥
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