Once.
(Capitulo por los 300 comentarios, les agradecería si siguieran comentando y votando ya que de esa forma me inspiran a seguir y así actualizo más rápido, jeje)
El azabache caminaba por los viejos pasillos de Hogwarts mientras le daba sorbos al termo con té que llevaba en la mano izquierda, el frío de otoño le calaba los huesos, pero disfrutaba la sensación, siempre prefería esos climas antes que el calor.
Maldecía entre dientes bajando a las mazmorras, odiaba con toda su alma tener clase con pociones y más el hecho de que su mellizo no se podría hacer pasar por él como siempre, nunca fue bueno en esa clase algo que resultaba extraño siendo hijo de Fred Black-Weasley que era excelente en todas esas preparaciones y Anirak Black-Weasley que al igual resaltaba en pociones, incluso era bisnieto de el gran Nicolas Flamel, reconocido por ser uno de los mejores alquimistas de todos los tiempos, pero Regulus John era pésimo, siempre hacia mal el procedimiento y no recordaba ningún ingrediente, en definitiva una decepción para todos sus predecesores porque hasta Anired que era menor que él resaltaba demasiado.
Se mordió el labio inferior al no recordar ni siquiera cuál era el supuesto salón de pociones, ya que desde hace dos años que George Sirius se hacía pasar por él y Regulus por su mellizo entrando a clase de historia de la magia, solo cambiaban sus colores de cabello y usaban un poco de maquillaje para cubrir algunos lunares que los diferenciaban, solo la gente cercana a ellos podría reconocerlos.
Una sonrisa le adorno el rostro al distinguir a un castaño en compañía de un moreno, ambos portaban la túnica con el escudo de Gryffindor por lo que apresuro el paso hasta llegar a ellos.
—¿Regulus? —cuestiono Marco Giordano, su otro compañero de habitación y amigo desde el primer año —... ¿Qué haces aquí?
—Vine a clase —los dos chicos frente a él le lanzaron mirada que comprendió de inmediato ya que ambos conocían el secreto de los mellizos —...George tiene una exposición en Historia de la Magia y no quiso arriesgarse a que yo la arruiné con una broma.
Puso los ojos en blanco recordando que su hermano era demasiado centrado en sus estudios, aunque, bueno, eso le había valido ser el mejor de su generación y que fuera nombrado como premio anual, se enorgullecía mucho de él.
—Bueno, le doy la razón a George.
Agrego Damián entrando con los otros dos para caminar a la mesa de la esquina trasera donde se encontraba ya un rubio acomodando los matraces y caldero.
—¡Wood!
Saludo el trio de varones tomando un banco cada quien para alzar la mirada y saludarlos con un movimiento de cabeza.
—¿Regulus? —enarco recorriendo con los ojos azules al azabache — ¿Tú?
—George tenía algo importante que hacer —soltó un suspiro tomando asiento a lado de Jacob, que era el prefecto de Gryffindor y guardián del equipo de Quidditch, como alguna vez su padre; Oliver Wood, lo fue —... ¿Qué se supone que estamos viendo?
De la mochila que siempre llevaba con él saco una libreta de pasta dura forrada con piel de dragón al igual que sus libros, y en todos se podían distinguir las iniciales: "RJBW" grabadas con un centelleante color escarlata.
Hojeo rápidamente la libreta provocando demasiado ruido cuando las hojas de pergamino chocaban entre ellas, podía distinguir la pulcra y clara letra manuscrita de George Sirius, varias notas e incluso algunas cosas resaltadas con plumones y post its —que estaba demasiado seguro que el pelirrojo le robo a Anired, porque si, la menor se tomaba demasiado tiempo decorando sus apuntes y tareas—, logro leer el nombre de la poción que estaban viendo.
—Veritaserum —murmuro tratando de memorizar los ingredientes, pero todos tenían nombres demasiado difíciles — ¿Hasta dodne vimos la clase pasada?
Para sus tres amigos no era raro escuchar cuando el Black-Weasley se confundía pues conocían bien su problema de dislexia, sin embargo, había un pequeño problema: el profesor Horace Slughorn no sabía nada al respecto.
—Donde —corrigió Jacob dejando ver los ingredientes en la mesa y extenderle unos cuantos a Regulus —, estuvimos analizando cada ingrediente y hoy haríamos el procesa, aunque ya lo hicimos en sexto, quiere que lo hagamos de nuevo para estar listos para los Extasis.
Regulus soltó un suspiro aceptando la libreta que Marco le extendía, saco rápidamente un tintero y pluma para copiar el procedimiento, ya que su mellizo no tuvo tiempo de hacerlo, a pesar de esforzarse se notaba la gran diferencia en la caligrafía pues la suya era completamente desordenada y apenas se podían distinguir las palabras.
Varias veces se tallo los ojos al darse cuenta que estaba cambiando de lugar las letras, sabía que no funcionaba para nada, pero era una maña que tenía desde niño.
—Buenos días, muchachos —saludo el profesor regordete entrando al salón seguidos de algunos alumnos de Beauxbatons y Durmstrang, Regulus no distinguió a nadie que conociera, aunque en si su único conocido, pero al parecer no tenía ningún interés en pociones —, espero estén tan emocionados como yo — hizo una pausa dejando sus cosas sobre el escritorio—, como sabrán algunos de nuestros invitados estarán participando en nuestras clases para aprender un poco más de la educación en Hogwarts —algunos susurros inundaron el lugar, pero el ojigris estaba más concentrado en terminar de escribir—, así que espero sean amables con ellos y los ayuden en todo lo posible, así que los asignare a diversas mesas...
Regulus soltó un suspiro de alivio al ver que termino antes que el profesor llegara a su mesa donde indico a un par de chicas en compañía de un varón que parecía demasiado molesto por estar ahí.
—¡Regulus! —exclamo con emoción Slughorn—, espero y estés considerando mi propuesta, ya es el tercer año que te pido que te unas al club de las Eminencias.
Él sonrió con incomodidad, desde siempre Horace había estado tras él, incluso sus dos hermanos, los Malfoy, Zed, Abigail y hasta Stefan pertenecían a ese club, algunos por su inteligencia, y en caso como el de él y el de Freddos eran invitados por ser hijos de quienes eran.
—Si...veré si puedo coordinar mis tiempos, con el club de duelo —Slughorn no parecía muy contento con esa respuesta ya que conocía muy bien los horarios y no chocaban —...aparte que...estoy algo ocupado, ya sabe, tengo que repasar para los Extasis...y trabajar en la tienda de papá en mis tiempos libres...
—Tú y Frederick han sido los más difíciles, solo espero verlos algún día...
Regulus solo le sonrió viéndolo alejarse, soltó todo el aliento que contenía para ver a los alumnos de Beauxbatons y a los pocos segundos otro chico castaño y de mirada aburrida se acercó a la mesa, pudo notar que el pertenecía a Durmstrang.
—Hey...
Saludo con suavidad, el rubio que parecía tener una cara de que odiaba todo a su alrededor solo alzo el mentón a gesto de saludo, las dos chicas: una rubia y pelirroja le dirigieron una sonrisa y el de Durmstrang que lo más resaltaba eran sus cejas respondió con aburrimiento
—: Hey.
Marco, que siempre era el líder de equipo saco un pedazo de pergamino y pluma.
Regulus no entendía porque, pero todos los varones tenían la mirada sobre la rubia en su mesa, hasta él no podía apartarle como si algo lo obligara a posar los ojos sobre ella, e incluso sobre el chico, ahora que lo notaba se parecían demasiado por lo que concluyo que eran familiares, algo que llamo demasiado su atención fueron las facciones y especialmente los ojos, por un momento recordó a su tío Jerome, si no lo conociera diría que ellos eran...sus hijos.
Agito la cabeza sacando esa idea de la cabeza
—Slughorn siempre nos hace sentarnos por equipos...así que —el moreno dudo al perder la mirada en la rubia y después desviarla a la pared tras ella—...si me dicen sus nombres para agregarlos, por lo regular califica nuestras pociones de manera individual, pero es más fácil para él tener ese orden...
—Me llamo Amalie D'Acanto.
Contesto la rubia con un marcado acento alemán para darle un codazo al varón junto a ella, él soltó un gruñido y Regulus pudo notar la falsa sonrisa que ofrecía para agregar.
—: Maxence D'Acanto.
Respondió recargándose en la mesa de trabajo, para ver a la pelirroja que sonrió.
—Itziar Arwen, un gusto...
—Beauxbatons ¿verdad? —Marco escribía rápidamente y ellos asintieron, su mirada oscura se detuvo frente al chico de Durmstrang — ¿Y tú, búlgaro?
Las frondosas cejas se fruncieron, su expresión solo reflejaba molestia.
—Rumano —corrigió frunciendo los labios—...Lorenzo Moldovan, y es demasiado evidente que soy de Durmstrang.
También tenía una mala pronunciación del idioma, solo que él resaltaba demasiado la letra "R" en cada oración que la llevara.
—De acuerdo, Slughorn nos dejó una gran cantidad de ingredientes —señalo las cosas frente a él —, prepararemos Veritaserum para dejarla reposar los veintiocho días.
Regulus ponía atención en lo que decía su amigo ya que no estaba muy seguro de dónde empezar, vio a sus alrededores notando que los Ravenclaw les llevaban delantera y su espíritu competitivo se hizo presente.
Regulus trataba de concentrarse en la preparación de la poción, se le complicaba demasiado, pero gracias a Jacob y Damián lo estaba llevando bien, solo esperaba no arruinarla, pues si eso sucedía el profesor podría comenzar a sospechar que no era él el que estuvo en las anteriores clases, también evitaba que leyera su cuaderno donde se veía la gran diferencia de orden y caligrafía.
Observó de reojo a los extranjeros, la pelirroja, el rubio y el rumano iban demasiado bien, parecían a punto de terminarla para dejarla reposar, en cambio Amalie parecía dudar con cada cantidad y le preguntaba a su hermano en susurros, cierta parte de él se alegró de no ser el único malo en esa clase.
—Señor Black-Weasley —la voz del profesor lo saco de sus pensamientos y sintió como todos los veían — ¿Qué está haciendo?
Pregunto con curiosidad viendo la mezcla espesa y café en el caldero, que parecía todo menos Veritaserum.
—¿Veritaserum?
Trato de sonreír lo mejor que pudo, pero la mirada de desapruebo lo hizo titubear.
—Regulus —Horace se acarició la barbilla analizando todo y negar con la cabeza — ¿Qué color se supone que debe de tener la poción?
Si de por si era pálido, se volvió aún más, en su cabeza pasaban diversas descripciones: transparente, azul, verdes...gris, pero no estaba seguro cual era el de el veritaserum, el silencio era sepulcral, ya que cuando George Sirius se hacía pasar por él siempre tenía la respuesta correcta.
—¿Black-Weasley?
Los nervios causaban que su dislexia aumentara y pronunciara todo mal.
—Vedre y lazu...
Todos lo vieron sin comprender hasta Slughorn parecía contrariado por su respuesta.
—No esto muy «seguga» del idioma de aquí, «pego» «crgeo» que «Gegulus» quiso decir «vegde» y azul —una voz femenina rompió el silencio, el azabache observo a una pelirroja que lo veía de manera extraña, como si estuviera viendo a la persona más tonta del planeta—...sin «embaggo» el «vegitasegum» es «incologa», si tiene no tiene «colog» indica que esta lista «paga» «dejagla» «madugag», y estoy «seguga» que lo que él «prepago» es todo menos «vegitasegum»
Múltiples risas de parte de los Gryffindor, Ravenclaw y extranjeros se hicieron presentes, incluso Regulus alcanzo a escuchar cómo se burlaban de que seguía sin pronunciar bien las palabras, desde niño su mayor inseguridad era hablar frente a sus compañeros, día con día trabajaba contra eso, pero en situaciones como esas era imposible.
Pudo ver la mirada orgullosa en los ojos de Itziar e incluso reconoció un poco de burla en ellos, Regulus aparto la mirada viendo fijamente el libro mientras maldecía interiormente, si ella no hubiera interrumpido no estaría sufriendo esas burlas.
—Muy bien, señoría Arwen, veo que en Beauxbatons también han visto esta poción —felicito Horace—, me alegro tener visitantes tan buenos.
La clase continuo, pero cada que Regulus pasaba junto de una mesa para acomodar las cosas que utilizo en el armario los demás soltaban risas burlescas o le repetían «vedre» y «lazu» una y otra vez, solo unos cuantos de sus compañeros de casa le decían que no hiciera caso antes de que saltara a golpes sobre el primero que lo volviera a molestar.
Observo el reloj en su muñeca y camino a donde estaba su equipo, pudo ver las miradas de burla de los dos varones extranjeros y como Damián y Marco le lanzaba malas miradas a la pelirroja que lo había corregido, ella lo vio y por unos segundos parecía a punto de decir algo, pero Regulus tomo su mochila y sin importarle más salió del salón de pociones ignorando los llamados de Slughorn, aparte ya solo faltaban cinco minutos para que terminara esa clase.
Sus mejillas ardían y las risas continuaban en su cabeza, odiaba el sentimiento de inferioridad, siempre trataba de comportarse como al chico que nada le hacía daño, pero en ocasiones su ánimo y autoestima bajaba con facilidad.
Entro al sanitario de varones dejando la mochila aun lado, se alegraba que estuviera vacío pues todos se encontraban en clases, se quitó la túnica para aflojarse la corbata e inclinarse al lavamanos donde se mojó el rostro tratando de relajarse, pero como si su día no pudiera ser peor una risa estruendosa que conocía muy bien.
—¡Largo, Peeves!
Grito sabiendo lo que le esperaba y como si fuera adivino, viejos diccionarios le cayeron en la cabeza, Regulus logro cubrirse un poco con los brazos para ver a un hombre pequeño, de ojos negros, con cara ancha y malvada que mostraba una sonrisa mostrando sus dientes afilados.
—¡Reggie, Reggie, nuestro capitán! —gritaba dando pedorretas tras cada palabra— ... ¡Sigue hablando mal, como un orangután!
—¡Cierra la boca! — tomo un viejo libro tratando de lanzárselo a Peeves, pero fue en vano— ¡Si no me dejas en paz le llamare al varón sanguinario!
—El bebé ya va a llorar...
Las risas de Peeves inundaban el baño, Regulus decidió tomar sus cosas para salir de ahí, en esos momentos solo quería volver a su casa en el callejón Diagon y estar comiendo galletas de chocolate que su madre siempre preparaba mientras su padre le contaba alguna historia de su juventud. En otras ocasiones habría amenazado a Peeves hasta que lo dejara en paz o incluso ido por Nired, ya que el poltergeist siempre le hacía caso a la menor y los dejaba de molestar.
Metió la túnica en su mochila, y salió a los jardines del castillo, su hermano no tardaría en salir de clases y podría quejarse con él y tal vez lo ayudaría a planear una buena broma en contra de esa pelirroja francesa, porque era su culpa que se burlaran de él, si ella no se hubiera entrometido nada habría pasado.
Se dejó caer en la fina hierba bajo un frondoso árbol que brindaba una gran sombra, recargo la cabeza en el tronco y cerró los ojos respirando pausadamente.
—Vedre...vedre—repetía la palabra una y otra vez hasta que le saliera bien—...vedre...verde —sonrió para sus adentros y continuo con la siguiente—...lazu...lazo...azul...
—¿Qué es azul?
Escucho una suave voz, abrió los ojos y sonrió al reconocer a la rubia que lo veía con una dulce sonrisa.
—Hannah —saludo con una sonrisa—...no, nada en especial.
—¿Estas bien? Pareces molesto
Hannah se sentó con cuidado frente a él, la mirada gris de Regulus la recorrió rápidamente, llevaba el uniforme de Durmstrang solo que sin túnica dejando ver que usaban una camisa blanca de botones, parecía faltarle la corbata como a él, y su cabello estaba recogido en una coleta.
Lo único que pudo pensar era en lo atractiva que le resultaba Hannah.
—Si...creo...solo una cosa insignificante.
Hannah frunció el ceño para acercarse más y pone la mano encima de la de Regulus que descansaba en la hierba.
La calidez de la piel de la rubia le resulto agradable al Black-Weasley que sonrió.
—Si te molesta no es algo insignificante —apretó la mano del varón con suavidad para brindarle suaves caricias—...sé que apenas nos conocemos, pero si necesitas hablar aquí estoy, a veces es mejor sacarlo todo que guardarlo.
Regulus se sentía tan aliviado y tranquilo escuchando su voz, era suave y aterciopelada, resultando demasiado envolvente y embriagadora que sin darse cuenta ya estaba contándole lo que le paso.
—:Tuve clase de pociones, no soy especialmente bueno en ella —desvió la mirada al confesar eso para suspirar—, me salió mal una poción...y...cuando estoy nervioso suelo decir mal las palabras sin darme cuenta—los pálidos pómulos volvieron a tomar un color rojizo dándole un aire de niño tierno—...y eso me paso, entonces una chica me corrigió frente a todos, literal nadie le pregunto a ella y se entrometió —frunció la cejas recordando el momento—, creyéndose la más lista y provoco que recibiera la burlas de los de Ravenclaw, Durmstrang, Beauxbatons y hasta compañeros de mi casa que me seguirán molestando...
Se sintió mejor al contar esto, Hannah hizo una mueca al terminar de escuchar el relato de su compañero azabache.
—Definitivamente ella se pasó, fue demasiado entrometida —le dio la razón a Regulus—, si nadie le pregunto no debió abrir la boca, me imagino que lo hizo para llamar la atención y parecer la graciosa frente a la clase, pero no te preocupes, cielo, todo estará bien, no hagas caso a esas burlas son idiotas por hacerlo.
Regulus asintió, notando que lo había llamado cielo por lo que su sonrisa se hizo más grande.
—Sí, tienes razón...mejor la ignorare.
—Aunque yo, siendo tú haría algo más que eso...
Él enarco la ceja con curiosidad.
—¿A qué te refieres?
—Por culpa de ella, todos se burlaron de ti...si yo fuera tú —hizo una pausa y sus ojos se iluminaron con diversión—...ya sabes...me vengaría de ella.
Regulus asintió viéndola de manera cómplice.
—Creo que me estas agradando más de lo pensado, Hannah.
—El sentimiento es mutuo — Reg movió la mano y con facilidad pudo entrelazar sus dedos, Hannah imito su acción—, siento que nos llevaremos demasiado bien, Reggie...
Regulus lo entendió a la perfección, los movimientos corporales, el cómo lo recorría de arriba abajo con la mirada y como los ojos castaños se volvían más oscuros cada que detenían en sus labios...
Hannah MoongBlaxott-Blyley le estaba coqueteando.
[...]
George Sirius soltó un suspiro para ver con confusión a la morena frente a él que parecía demasiado molesta.
—JJ, enserio que no entiendo porque estas así...la última vez que salimos todo estaba bien...
Paso la mano entre su cabello con frustración sin entender porque la menor se encontraba tan molesta.
—¡Si y quedamos que todo seguiría igual entre nosotros! ¡Has estado evitándome!
George no recordaba nada de esa conversación, solo sabía que el último día de clases ella había confesado que le gustaba, así que tomo la decisión de poner un poco de distancia para no confundirla con su comportamiento, ya que no quería herirla.
—Aly—se corrigió de inmediato al ver la mara mirada de su amiga—...JJ, no te he estado evitando...solo que he estado muy ocupado, con todas mis responsabilidades como prefecto, ayudar con la organización para los otros dos colegios...a veces ni siquiera tengo tiempo de comer, lo siento si te hice sentir mal.
Alyssa soltó un suspiro poniendo los ojos en blanco.
—Antes pasamos todo el tiempo juntos, apenas y he hablado contigo.
—¿Sabes qué? Te prometo que pasaremos todo el sábado juntos como antes, es más, ven conmigo al cumpleaños de mamá...comemos, jugamos un rato video juegos e incluso podemos tener una noche de películas, será el sábado ¿qué opinas?
JJ pareció pensarlo, pero al final asintió.
—Si lo olvidas, no volveré a hablarte.
George Sirius le despeino el frondoso cabello que resultaba suave ante el tacto.
—Pareces un puddle...
—¡George!
—Ya, ya —alzo las manos en señal de rendición—, no me olvidare de nada, lo prometo.
—Bien, voy a clase de encantamientos, nos vemos.
El pelirrojo se despidió con un movimiento de mano para ver como la Gryffindor se alejaba de manera rápida, comenzó a caminar hacia el campo de Quidditch ya que quedo de ver a su mellizo en la clase de vuelo de los Slytherin y Hufflepuff de quinto grado.
Sentía algunas miradas sobre él, y sabía muy bien que varios seguían hablando de cuando golpeo a Henry Pucey en el último partido, se encogió de hombros, no era algo que le importara y lo volvería hacer si era necesario.
En las gradas distinguió a Deyan que platicaba con Anired, la azabache tenía la escoba en mano y sonreía mientras el castaño le acariciaba la mejilla, George los estuvo observando durante algunos segundos hasta que noto como el Granger-Krum tocaba el corto cabello de su hermana, Anired frunció el ceño y logro distinguir el movimiento de labios descifrando lo que le decía:
«Me gustabas más con el pelo largo»
Anired le dio una mala mirada y se alejó del Deyan para ir corriendo al campo de Quidditch donde ya estaba Louis con el silbato y los demás alumnos.
Deyan se encogió de hombros para alejarse de ahí y justo cuando paso a lado del mayor fue detenido de manera brusca.
—¿George? ¿Pasa algo?
Cuestiono observando la mandíbula apretada y como lo sostenía de forma tosca de la corbata.
—Deyan —murmuro el pelirrojo entre dientes—...vuelve a hacerle un comentario como ese a Anired y juro que te romperé la cara...
—¿De que estas hablando?
—Entendí lo que le dijiste cuando le tocabas el cabello — sabía muy bien que Anired se había vuelto demasiado inseguro por su cabello y odiaba ver la cara de tristeza cuando se veía en el espejo.
—George, son cosas de pareja...no deberías de meterte.
A pesar de ser amigos desde niños en esos momentos se formó una enorme tensión entre ambos, tan fuerte que algunos alumnos volteaban a verlos.
—No tientes a tu suerte, Deyan, me vale un carajo si nos conocemos desde niños o si eres el estúpido novio de Nired —mascullo soltándolo con un empujón—...mide tu asquerosa boca cuando hables con ella.
El castaño al darse cuenta que llamaban la atención se acomodó la corbata y sonrió falsamente.
—No volverá a pasar.
Le palmeo el hombro alejándose como si no hubiera pasado nada, George Sirius movió la cabeza para tronarse el cuello y destensar los hombros, unos segundos más y habría golpeado al búlgaro, algo que si quería evitar para no tener problemas con su hermana.
—¿Qué demonios paso?
Regulus y Damián se acercaron llenos de confusión.
—¿No que eran amigos?
—Nada...solo teníamos una conversación...solo olvídenlo —sonrió falsamente para ver como Regulus y Damián veían de reojo atrás de él — ¿Qué paso?
—Ahí esta —murmuro Damián—, ¿Recuerdas lo que Regulus te conto ayer? Sobre la chica que hizo que todos se burlaran de Reg, y ahora Jacob, Marcos y yo somos parte del club de odio.
—¿Hicieron un club de odio? —enarco la ceja mientras negaba, no negaría que también se molestó al escuchar a Regulus, le había costado demasiado amenazar a escondidas a todo aquel que se burlara de su hermano como para que todo se fuera a la mierda tan fácil, con disimulo se dio la vuelta para tratar de ver de quien hablaban.
—Tal vez.
—Es la pelirroja, que esta atrás de Zed...
Murmuro Regulus, George Sirius vio a su primo menor que se encontraba sentado hasta enfrente, seguramente habría inventado una excusa como era costumbre para no estar en la escoba ya que odiaba volar, pudo distinguir a una pelirroja que estaba al lado de una chica rubia, ambas de Beauxbatons en compañía de un rubio que tenía la mirada fija en la clase de vuelto y un castaño que abrazaba a la rubia mientras platicaba con una Hufflepuff y reían, cualquiera que los viera pensaría que estaban coqueteando.
—Vaya...creo que te siguen viendo —Amalie menciono viendo a su amiga—...creo que no debiste corregirlo en esa clase.
Ambas hablaban un perfecto francés, ya que les era más fácil antes que en inglés.
—Se lo está tomando muy enserio, ahora todos parecen odiarme, siempre que paso a lado de esos cuatro me ve feo, incluso una chica de Ravenclaw me puso el pie cuando fui al baño para que tropezara—Lie enarco la ceja con curiosidad—...es esa.
Señalo con la mirada a una morena que se acercó corriendo a abrazar a Regulus, se notaba años menor que el varón y parecía que ambos se llevaban muy bien.
—Odiaría ser tú —Amalie recargo la cabeza en su hombro y frunció el ceño al escuchar como Christopher, su novio, seguía hablando con la cobriza a su lado—... ¿no piensa irse a otro lado?
—Lleva toda la mañana pegada a él...
Las dos mujeres pusieron mayor atención en la conversación del castaño y de la Hufflepuff, Amalie parecía demasiado molesta por eso, no quería demostrarlo, pero estaba celosa y más cuando escucho a su novio
—: Miranda, definitivamente eres demasiado «ggaciosa» e inteligente.
Lie desvió la mirada, sintiéndose demasiado mal con eso, pues Christopher nunca le decía algún cumplido así, siempre alababa su belleza e incluso el buen cuerpo que tenía, pero nunca le mencionaba alguna de sus virtudes. Se mordió el labio inferior para concentrarse en la conversación que tenía con Itziar.
—¿Qué tanto ve Max?
Arwen y D'Acanto vieron al rubio que seguía con la mirada todo el entrenamiento de vuelo y ni siquiera apartaba la mirada.
—¿No quieres participar en ella? Solo no te caigas de la escoba.
Se burló la gemela mayor sabiendo que su hermano odiaba volar y la única vez que se subió a la escoba acabo en el suelo a los diez segundos.
—Solo...me da curiosidad como es que todos juegan tan brusco, excepto por los que están allá —señalo al pequeño grupito que volaba alrededor evitando tocar las Quaffles y bludgers, no había un buscador tras la snitch pues solo practicaban pases y esquivos con giros—...que miedosos.
—Lo dice el que le da miedo volar —comento de manera sarcástica Amalie para ver a los varones que estaba unas gradas más abajo, era el mismo chico azabache en compañía de sus amigos.
George Sirius se acercó a Zed seguido de Regulus y Damián.
—¿Qué lees?
Pregunto con curiosidad al ver al rubio tan centrado en un pedazo de pergamino, las mejillas del Weasley se volvieron completamente rojas para guardar de inmediato la pequeña nota que Alexander le entrego antes del inicio de la clase.
—No...nada, nada...
—Tal vez Zeddie ya tiene novia y no nos ha querido contar —Regulus se sentó a lado de él —...cuéntanos, te podemos dar buenos consejos.
—Solo...no es nada importante —metió la nota al bolsillo de su pantalón—, es una nota de tarea.
Sonrió recordando la pulcra letra que resaltaba con las siguientes palabras:
«No estoy seguro de que me estás haciendo, Weasley, pero no dejo de pensar en ti-ADM»
—Tienes una sonrisa estúpida... ¡Mentiroso!
Recalco Regulus y George solo rio para soltar el nudo de la corbata y desabrochar los tres primeros botones de su camisa ya que ese día no portaba el chaleco ni la túnica.
—Déjalo en paz, Reg...solo es tarea ¿verdad, Zed?
Le guiño el ojo aceptando la caja de cigarrillos que le extendía Damián.
—Si...
Zed lo vio fijamente, sentía que George Sirius sabia más de lo que creía.
El pelirrojo dejo el cigarrillo entre sus labios para arremangarse la camisa hasta el codo, la tela se carnio a su cuerpo resaltando la masa muscular en el momento que llevo la varita hasta la punta del tabaco para encenderlo y dar una calada.
Damián imito su acción, aprovechaban ese momento para hacerlo pues el único profesor era Louis-Philippe que era un poco más condescendiente con los alumnos, algo así como el profesor buena onda.
—Escuche en los pasillos que George Sirius se volvió más popular después de la pelea —comento Zed viendo a su primo que guardaba la varita para despeinarse el cabello y volverlo a peinar, a veces creía que era como un tic o una forma de sacar su ansiedad, aunque no lo negaría, algunas veces toco su cabello y era demasiado suave—...varias chicas quieren una cita con él, dicen que se puso más bueno.
Regulus lo vio indagando ante eso para llevar la mano hasta su pecho de forma dramática.
—¿Hablan de él y no de mí? ¡Yo soy el mellizo más guapo!
Damián asintió, pero agrego.
—No podemos negar que George Sirius creció en este verano... ¿hiciste más ejercicio?
George se encogió de hombros soltando el humo.
—El normal...solo que ahora me concentré en subir volumen, ya que el año pasado perdí grasa...
—Eso explica...este año de seguro Georgie sale con novia.
Damián codeo al pelirrojo que solo negó mientras sonreía.
—Maldita comadreja.
Murmuro Regulus, pero no entendió porque George Sirius lo vio con sorpresa para tirar el cigarro y empujarlo con fuerza hacia atrás y dejarlo caer de bruces en el suelo.
Amalie solo escucho un fuerte "Crack", un golpe seco y varios gritos y exclamaciones de sorpresa, observo hacia enfrente tomándose con unos ojos grises que la veían de reojo.
—¿Estas bien?
Fue lo único que logro articular el chico para soltar una maldición y llevar el brazo derecho hasta su pecho, Amalie trato de recapitular y se dio cuenta que el pelirrojo detuvo con el brazo una bludger que venía a gran velocidad evitando que la golpeara directo en la cara.
—¡George!
El azabache se puso de pie para ir corriendo con su hermano al igual que Zed y a los pocos segundos llego Louis-Philippe.
—¡Háganse a un lado!
Louis se acercó al menor que solo tenía la mirada gacha aferrándose a su brazo.
—Déjame ver, Sirius.
Llamo el rubio tomando con cuidado el brazo.
—Duele como la puta mierda...
Mascullo con los ojos llorosos y más cuando su hermano mayor le toco el brazo para moverlo con cuidado.
—Vamos, te llevare a enfermería...está roto en dos...
Menciono al sentir la lesión, con mucho cuidado lo ayudo a caminar para ver a Regulus.
—Trae sus cosas, lo llevare a la enfermería.
El azabache asintió tomando la mochila de George Sirius y la de él para salir corriendo detrás de los dos mayores.
Zed buscaba a Anired con la mirada escuchando las diversas voces que hablaban sobre lo sucedido hasta que escucho una risa y algunas voces que conocía bien.
—¡Merlín, ese idiota siempre tiene que entrometerse!
Los ojos azules captaron a Joe Pucey, el hermano menor de Henry Pucey, platicando y burlándose con Terrence Flint.
—¿Qué? —Damián al parecer escucho lo mismo que el Weasley pues frunció el ceño—...ese idiota el que lanzo la Bludger.
—Si no lo hubiera quitado, la bludger habría dado en la cabeza del idiota de Regulus.
Terrence parecía demasiado divertido con todo el accidente.
—¿Qué vas a hacer?
Pregunto Zed al ver como Damián se acercaba a los dos Slytherin así que decidió seguirlo, pero antes que los enfrentaran un rayo de luz golpeo el pecho del menos haciéndolo caer al piso y una mata de cabello azabache se acercó a gran velocidad.
—¡Tú, bastardo infeliz! —Anired hacia presión con la varita en la frente del Pucey, su mirada estaba llena de enojo ya que presencio el momento en que lanzo la bludger y no pudo detenerla por la gran distancia que los separaba —¡Voy a freír tu maldita cabeza!
Zed se acercó de inmediato y a los pocos segundos llego Alexander a su lado.
—¡Baja la varita, Black-Weasley!
Terrence también saco la suya, pero antes de siquiera pensar en amenazar a la azabache sintió como algo le picaba la espalda y otra voz se hizo presente.
—Atrévete a amenazarla y te vamos a hacer cenizas.
Anired alzo la mirada por unos segundos al reconocer a un platinado y un pelirrojo que tenían las varitas en contra de la espalda de Flint:
Scorpius Malfoy en compañía de Stefan Denvers habían llegado justo para detener al rubio.
—Dile que ella baje la varita...
—Nired...déjalo, no vale la pena.
Pidió Zed, ya que lo que menos quería es que la Black-Weasley se metiera en problemas, aparte que por eso podrían quitarle el puesto de prefecta y hasta suspenderla de Quidditch.
Anired apretó la mandíbula alejando la varita, Joe alzo la cabeza para verla y escupir.
—Eres igual de estúpida que tu hermano.
Ella ni siquiera lo pensó para cerrar la mano y darle un fuerte puñetazo en la nariz provocando que se golpeara la cabeza y a los pocos segundos la sangre empezó a fluir de sus fosas nasales, varias exclamaciones de sorpresa llegaron hasta sus oídos y algunos se acercaron a ayudar a Pucey, mientras otros se reían burlándose de Joe.
—Recuérdame no hacer enojar a Nired.
Comento Alex recargado el brazo en el hombro de Zed que negó para sonreír al ver que su prima se acercaba a ellos sobándose la mano, los tres caminaron de forma rápida a las gradas donde estaban sus cosas.
—¿Estas bien?
Stefan llego con el rostro preocupado, ya que nunca había visto a la menor golpear a alguien de esa manera y temía que se fracturara los nudillos.
—Me duele...
Murmuro dándose la vuelta para ver a los varones frente a ella.
—Yo te reviso—Scorpius empujo a Stefan para que lo dejara pasara—, hazte a un lado pequeñín...
—¡Solo soy un centímetro más bajo que tú!
Gruño el pelirrojo dejándolo pasar, el Malfoy tomo la mano de Nired para revisarla y notar que el nudillo del dedo medio y del dedo anular estaban raspados ya que seguramente con eso habría golpeado el hueso de la nariz de Joe.
—No hay fractura ni ninguna laceración—comento Scorp soltando con cuidado a la Black-Weasley—, solo es el dolor del golpe y dos pequeños raspones.
—Gracias— Le sonrió agradecida para ver como Stefan buscaba algo rápidamente en su mochila — ¿Qué buscas?
Denvers removió las cosas por unos segundos más sacando una caja con curitas.
—Esto —lo abrió con rapidez, desde que las había robado de la ambulancia muggle siempre las llevaba con él a todos lados esperando por usarlas —, dame tu mano.
Anired se la extendió, Stefan limpio la pequeña herida con un hechizo y con mucho cuidado coloco el curita, tal y como lo leyó en las instrucciones detrás de la caja.
—¿Desde cuándo Anired sabe golpear?
Pregunto Alexander que estaba sentado en las gradas junto con Zed, su cabeza descansaba en las piernas del rubio que tenía un gran sonrojo y evitaba ver a los demás.
—George me enseño hace mucho tiempo —Respondió tomando sus cosas —, gracias Stef, iré a la enfermería a ver a mi hermano, Zed, Alex cúbranme en conocimientos muggles.
Pidió la azabache y sin esperar respuesta salió corriendo de ahí dejando a los varones que solo la vieron alejarse.
[...]
Soltó un quejido cuando se movió mal quedando recostado sobre su brazo lastimado, le dolía menos que hace rato, ya estaba en recuperación después de que lo sometieran a una sesión de Brackium emendo que lo dejo demasiado cansado y adolorido.
Estuvo un rato platicando con sus hermanos y les pidió que no le dijeran nada a sus padres, sabía que ambos tenían mucho trabajo y lo que menos quería era preocuparlos.
Abrió los ojos con pesadez y pudo notar una figura femenina sentada en la silla de al lado.
—¿Qué haces aquí?
Pregunto con voz ronca pues acababa de despertar.
—Me entere de tu accidente ¿Cómo sigues?
—Solo tengo que descansar —se despabilo para sentarse en la cama y verla mejor, la tenue luz de la luna que se colaba por el ventanal le iluminaba el rostro remarcando sus facciones —...vas a tener problemas si descubren que no estás en el barco, Hannah
—Estaba preocupada por ti, George, solo que no encontré otro momento para venir—se puso de pie acercándose a él para acariciarle el hombro con suavidad, el pelirrojo se estremeció ante su tacto —...temía que algo malo te pasara.
—Estoy bien, Hannah —se lamio los labios al verla tan cerca y llevo la mano hasta la fina cintura —...no tienes de que preocuparte.
Ella sonrió, y en un movimiento estaba sobre el regazo del pelirrojo.
—¿Recordando la noche del bar?
Pregunto el Black-Weasley con una sonrisa coqueta aferrando el gran brazo a la cadera y pegarla más a él.
—Definitivamente.
La rubia se inclinó para besarlo, George Sirius lo respondió de inmediato volviendo el beso en algo feroz y hambriento disfrutando del sentir los pechos contra su torso.
Ambos estaban tranquilos en que nadie los descubriría, pues ya pasaban de las once de la noche así que siguieron intercambiando besos y caricias acaloradas sin darse cuenta que un par de ojos azules los veían desde la puerta.
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¡Hola! Bueno, aquí está el capítulo que prometí por los 300 comentarios.
¿Qué, 400 comentarios y actualizo antes de la próxima semana?
Al parecer Hannah ya está haciendo de las suyas, jeje.
Les dejo mis redes sociales, soy demasiado activa en ig dónde subo edits, datos random y spoilers, al igual pueden encontrar las cuentas de todos los personajes de la saga Ataraxia.
Las amo, nos leemos👀❤️
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