Nueve.
(Hola, estoy de vuelta.
Se que les debía el capítulo desde hace días, pero es que salí de vacaciones y realmente quise descansar, alejándome de todo y tomando un tiempo para replantear en lo que pasaría en Fraterno para poder traerles más y mejores capítulos.
Espero lo disfruten y ya volvemos con las actualizaciones seguidas.
+300 comentarios para la próxima actualización🫰🏻)
Observaba cómo el cuerpo de Maxence se encontraba tenso, demostrando lo molesto que estaba, más al ver que la rubia no respondía y solo lo miraba.
—Max...
Llamó Anired tomándolo del brazo, esperando que le hiciera caso, no quería ser la causante de una de las discusiones de los gemelos D'Acanto, que era lo que siempre sucedía cuando ella estaba presente.
Max la miró de reojo y suspiró.
—Anired —llamó con un tono de voz suave para darse la vuelta y verla—... ¿Qué te parece si regresas con tus hermanos?...Amalie y yo tenemos que hablar.
Anired no parecía muy convencida ante lo que le acababa de pedir.
Por su lado, Maxence prefería que Anired no estuviera presente, ya que no quería discutir frente a ella y que terminará en medio como la última vez.
—¿Seguro?
Preguntó, el alemán asintió dándole un corto, pero cariñoso beso.
—Sí, debo hablar con ella.
Anired finalmente asintió para salir de ese pequeño cuarto, al pasar a lado de Amalie le dio una suave mirada la que la rubia desvío.
—Ahora sí, ¿qué estabas haciendo? —cuestiono cruzando los brazos sobre su pecho y mirándola sin ninguna expresión en el rostro—... ¿acaso me estabas espiando?
—No—finalmente habló sabiendo que no se libraría de esa conversación—...estaba caminando cuando escuche ruidos y voces...pensé que alguien se había colado pues todos estaban ya sea en el salón principal o en la cocina.
—¿No estabas como los mellizos, Zed y Freddos?
Amalie suspira.
—A ellos no les agrada que esté ahí...así que preferí irme.
Maxence asintió dándole la razón a los varones recordando el motivo porque no les gustaba estar con su hermana en el mismo lugar.
—Creo que sabes muy bien que es algo que tú te ganaste —Amalie frunció el ceño, pero no tenía nada para debatir en su contra—...Amalie, no te pido que lo aceptes, porque realmente no me importa si estás de acuerdo o no—la mayor sabía a lo que se refería—, amo a Anired, es importante para mí y pienso estar a su lado —sentenció de forma seria—, así que te pido, como tu hermano, que por favor dejen de insultarla o tratarla mal, porque hagas lo que hagas o digas lo que digas no voy a dejar de amarla y de querer estar a su lado...aún si me tengo que poner en contra tuya lo voy hacer.
Amalie lo miró en completo silencio que le parecieron una eternidad al menor, finalmente suspiró y asintió.
—Está bien —Maxence la miró sin poder creerlo—, no esperes que me disculpe con ella o algo parecido, pero no la volveré a insultar si eso es tan importante para tí.
—Gracias por comprenderlo.
En esos momentos, Amalie no tenía ganas de discutir, sabiendo que era algo con lo que nunca terminarían y se materia en más problemas de los que por sí ya estaba, tal vez lo mejor era mantenerse al margen, ya que Maxence estaba tan enamorado que era imposible que dejara de defender a Anired a capa y espada, lo que solo provocaría más peleas.
—Y también...no le digas a nadie lo que viste, ¿quieres? —Amalie lo miró extrañada sin comprender por qué quisiera esconderlo, pensó que a como estaba de enamorado sin dudarlo lo querría gritar a los cuatro vientos—, no es que quiera esconderlo, pero antes de hacerlo público tengo que hacer unas cuantas cosas.
—De acuerdo...no diré nada, ¿sí?
Maxence solo asintió sintiéndose un poco más tranquilo, pero a pesar de eso no podía confiar al cien por ciento en su hermana, ya que temía que en cualquier momento se enojara y terminara diciendo lo que vio o bien, insultando a Anired.
Sin embargo, decidió dejar sus preocupaciones de lado al escuchar como Lyssandre los estaba buscando, probablemente ya era de volver a casa.
⚜⚜⚜
La casa tenía un ambiente hogareño, no era tan grande como las casa ubicadas en el fraccionamiento cercano a el callejón Diagon, pero si lo suficiente para albergar cómodamente a una familia de cuatro integrantes.
El comedor estaba lleno de la familia del azabache, desde el matrimonio Potter, su hermano Albus, la familia Lupin y los pelirrojos: la familia Weasley conformada por: Molly, Arthur, Bill, su esposa e hijos, Percy al igual con su esposa e hijos. Quienes eran los únicos que habían asistido a la reunión organizada en el hogar, ya que los demás miembros tenían ciertas riñas con su madre, los Potter o simplemente no estaban en el país en ese momento como el caso de Ron Weasley, por su parte Charlie prefería mantener la distancia ya que su madre nunca aceptó el hecho de la anterior profesor de su esposa y mucho menos que fuera una muggle a la que le mostraron el mundo mágico.
La familia Black-Weasley no frecuentaba los lugares a los que acudía Molly Weasley, y menos después de lo que hizo Harry, aunque últimamente el Potter mayor trataba de arreglar las cosas con ellos, poco a poco su relación iba mejorando, pero aún no estaba al cien por ciento bien.
El matrimonio Weasley-Delacour, por su parte prefería mantenerse neutral, George le llamaba ocasionalmente a su madre, sin embargo, siempre había una incomodidad entre ellos que era demasiado palpable, sumado a que el pelirrojo sin oreja había golpeado a Harry después de enterarse de lo que hizo, las asperezas se trataban de arreglar, pero parecía ser difícil.
El ambiente era ruidoso, lleno de un ambiente familiar y cómodo para los tres visitantes, que pronto pasarían a ser parte de esa familia: Los Arwen, ya que era la pedida oficial de mano de Itziar y la organización de la fiesta de compromiso que se celebraría pronto.
James estaba a lado de su prometida, sonriendo con un gran entusiasmo y felicidad al dar la noticia a su familia, viendo como su abuela derramaba unas cuantas lágrimas de felicidad.
—Ay, no sabes lo feliz que estoy porque ya vayas a sentar cabeza —exclamó Molly tomando la mano de su nieto y de Itziar—, estoy seguro que formarán una hermosa familia con muchos niños.
Itziar le sonrió sintiéndose algo incómoda ante la emoción reflejada por la mayor.
—Ay, yo quiero ser una de las damas de honor en su boda, primo —comentó Victoire, la prima mayor de James que codeaba al azabache—...estoy tan feliz por ustedes, sin duda tendrán una boda hermosa.
Todos los felicitaban por la reciente noticia, dejando ver que era algo demasiado esperado.
—Yo sugeriría que la fiesta de compromiso fuera aquí en Londres—comentó Ginny—, hay varios lugares muy hermosos.
—O podríamos hablar con tu tío George—comentó Molly—, que nos preste la villa que tiene, estoy segura que nos dirá que sí más al saber que uno de sus sobrinos se casara...es un lugar hermoso, ubicado en Francia, muy campestre, les encantará.
—No sé si la ministra Francesa esté de acuerdo en dejar que se use su propiedad...
Mencionó Itziar y Molly la vio con una sonrisa.
—Oh, cariño...estoy segura que mi hijo estará de acuerdo, más que va a ser por su sobrino —se notaba su entusiasmo y seguridad en cada palabra—, es un lugar encantador y digno para una celebración como esa, debemos comenzar a hacer la lista de invitados, es algo que no se puede dejar pasar.
—Nosotros ya tenemos la lista de invitados por nuestro lado —mencionó Epione, la madre de Itziar—, no son muchos, ya que nuestra familia no es muy grande, solo amigos cercanos de Itziar con sus respectivas familias y algunos amigos de nosotros, los cuales nos gustaría que compartan este gran momento.
—Y supongo que serán los mismos de la boda —Molly no ocultaba lo emocionada que estaba por ese suceso, se podía notar que había esperado por mucho tiempo que su nieto se casará—...pensé que podría ser en la Madriguera —comentó de manera soñadora—, casi todos mis hijos se han casado en ese lugar, será como ver nuevamente a Harry y Ginny casándose.
—Creo que el lugar de la boda sería bueno que lo escojan los chicos —Arwin, el patriarca de la pequeña familia Arwen decidió intervenir—, ya que es la boda de ellos dos, sería lo mejor.
—En nuestra familia siempre ha sido como una tradición casarnos en ese lugar —comentó Ginny tomando la mano de Harry—, sería lindo seguir con eso, aunque igual, tienes razón, lo mejor es que James e Itziar escojan el lugar, ya que son ellos los que se casaran.
—Aún recuerdo las bodas de Bill, fueron unas bodas encantadoras, especialmente cuando se casó con More, tan sencilla y llena de magia mucho mejor que la anterior —murmuró con ojos brillantes, aunque Bill y More no evitaron sentirse un poco incómodos al mencionar las palabras bodas, para nadie era un secreto que el hijo mayor de los Weasley se había casado dos veces, pero era un tema que preferían no tocar—, la Ginny y Harry fue perfecta, todo estuvo encantador...es una lástima que no pueda decir lo mismo de la de Fred —todos notaron como su voz se volvía un tanto despectiva—, su esposa causó que el pobre de mi hijo gastara tanto en esa boda llena de lujos, incluso hizo que consiguiera miles de rosas naturales para la decoración, aún no sé cómo Fred cedió a sus caprichos.
Los miembros de la familia Weasley y los Potter conocían muy bien que Molly nunca terminaría de tolerar a Anirak, por lo que decidieron cambiar el tema.
—¿Y ya tienen una fecha programada? —cuestionó Bill viendo a su sobrino y prometida.
—Pensamos que sería bueno en agosto, ya que el cumpleaños de Itziar es en septiembre y para ese entonces queremos estar de luna de miel...
—¿Tan pronto? —preguntó Ginny—, apenas habrá tiempo de planear la boda, estamos a principios de enero.
—No queremos una boda tan grande, algo un poco pequeño y sencillo —comentó Itziar—, por lo que el tiempo de seguro será el correcto.
A pesar de decir eso, Itziar aún se sentía fuera de sí, todo estaba pasando tan rápido que ni sentía ser ella o estar segura de la decisión que tomaba.
Sin embargo, al sentir como James la tomaba de la mano y le sonreía sentía que todo estaría bien y que la decisión era la correcta.
Pero en ocasiones recordaba lo dicho por el mellizo Black-Weasley, se negaba a creerle, pero había sembrado la duda en la pelirroja cuestionando si James sería capaz de engañarla a pesar de decirle en cada momento cuánto la amaba.
—Así es —James sonreía al ser el centro de atención de la familia—, haremos los arreglos de la fiesta de compromiso que esperamos sea en quince días y una vez listo eso, comenzaremos con todos los detalles de la boda, como el lugar, la decoración, el vestido de Itziar, mi traje y los preparativos de la luna de miel, estoy más que seguro que todo será perfecto.
James le beso la mejilla a Itziar en un gesto cariñoso para continuar platicando con todos los miembros y futuros miembros de la familia, que tenían muchas expectativas ante la boda.
A pesar de que la pelirroja contestaba y sonreía, si le ponían atención se podía notar que estaba algo ausente, hundiéndose en esos pensamientos que la hacían dudar sobre James, cosa que comenzaba a molestarla.
[...]
La morena daba vueltas por la cocina con el ceño fruncido viendo a su jefa la que mantenía la misma expresión de ella.
—¿No tiene arreglo?
Cuestiono Itziar observando como uno de sus hornos humeaba, Dalila negó repetidas veces.
—Ya lo intenté con magia, pero sigue igual —mencionó deteniéndose frente a la dueña de Azus—, ya hablé con el reparador, pero cobra una fuerte suma por la reparación ya que es un objeto muggle, haciendo comparaciones creo que sería mejor comprar uno nuevo, solo son cincuenta galeones de diferencia.
—Bueno, puedo buscar comprarlo en el mismo lugar que este —se sintió un poco más aliviada al saber que podría comprarlo—, solo tengo que agarrar del dinero para estas cosas.
—Ese es el problema—Itziar la miró sin comprender—, no alcanza, solo hay doscientos galeones.
—¿Por qué hay tan poco? Cada mes he estado apartando cierta cantidad, siempre me había preparado para estas clases de situaciones.
Itziar no comprendía porque faltaba dinero, siempre sintió que ahorraba lo suficiente para poder dar cara a emergencia como el daño en alguno de los equipos que usaba en la pastelería.
—No sé, revise los controles de gastos y libros contables, y...no sé, no veo ningún error que pueda detectar —Dalila se sentía culpable ya que no era buena en contabilidad—, James siempre ha llevado esa parte, y por sus anotaciones siempre justifica cada gasto...no comprendo en donde está el error.
—Hablaré con James —cuestiono frustrada—, debe de haber un error o quizá guardó el dinero en otro lado.
—Si, está bien.
Observó como la pelirroja se ponía de pie para ir a buscar a su prometido, diciéndole a Dalila que terminara de limpiar en lo que veía como arreglar esa situación.
Dalila sabía muy bien que no debía entrometerse en cosas como esas, pero no pudo evitarlo, algo dentro de ella le indicaba que sucedía algo más y no era un simple error,
Itziar siempre fue demasiado precavida para esas situaciones, apartando una cantidad para emergencias, así que las cosas simplemente no cuadran, por lo que saco su celular para tomar fotografías de cada libro contable, buscaría a algún otro contador que le ayudará a revisar al igual que los gastos. Ella no entendía nada sobre eso, pero estaba muy segura que encontraría a quien pudiera ayudarlas en esas cosas, solo esperaba que su jefa y amiga no se molestara por tomar esas atribuciones que no le correspondían.
Soltó un suspiro al dejar el gran cuaderno sobre la mesa frente a él para estirarse y soltar un bostezo.
Llevaba toda la tarde trabajando, por lo que la vista la tenía cansada al igual que él mismo, solo deseaba dormir, así que se puso de pie para salir de la oficina de Sortilegios Weasley, subiendo las escaleras y escuchando las voces de su padre y tío que discutían sobre el nuevo producto que pronto saldría a la venta.
—Hasta que finalmente sales de la cueva.
Comento su tío con una sonrisa burlona
—Había muchas facturas —se quejó el azabache con un puchero—. Estoy que muero de cansancio.
—Eres igual de quejoso que tu padre —George señaló el mostrador en donde estaban comiendo Freddos y George Sirius—, compramos hamburguesas por si quieres comer.
—Claro que quiero comer, me muero de tanta hambre que incluso me comería un hipogrifo.
Fred lo codeó suavemente.
—Que exagerado eres, mejor ves a comer antes de que quieras ir a casar hipogrifos, anda corre.
Regulus le enseñó la lengua para ir con su hermano y primo que comían disfrutando de las hamburguesas y papas fritas llenas de cátsup y mayonesa.
—Pensamos que ya estabas encerrado en la oficina llorando.
Se mofo Freddos bebiendo de su soda.
—¿Por qué lloraría?
Cuestiono tomando una de las hamburguesas.
—Ya sabes, porque la cabello de tomate no te creyó...
Regulus puso los ojos en blanco para abrir la hamburguesa.
—Esa mujer es rara —soltó dándole un mordida a la hamburguesa —, pero lo dejaré pasar —miró a su mellizo—, no es como que me vaya a poner a llorar porque no me haya querido creer, si quieres vivir engañada ya es muy su problema.
Freddos sonrió con burla al ver la actitud de Regulus.
—Di eso hasta que te lo creas, hermano —sentenció el pelirrojo—, solo no llores tan duro que no me dejas dormir, por favor.
La risa de Freddos resonó en los oídos de Regulus quien le dirigió una gélida mirada de molestia.
—váyanse a la mierda.
Escupió molesto para caminar a la salida de Sortilegios Weasley, aún seguía sin poder creer que la tonta pelirroja siguiera con James después de decirle que el tonto le era infiel con su empleada... ¡Incluso lo abofeteo y llamo mentiroso!...sí que estaba completamente loca.
Y esa era una de la razones por las que Regulus nunca se involucraba con las mujeres más allá de un acoston o unas cuantas salidas, odiaba el drama.
E involucrar sentimientos o relaciones más haya de sexuales significaba un completo drama, había aprendido muy bien la lección con Hannah, por lo que prefería mantenerse distante y siempre poniendo un muro entre él y las personas.
Soltó un suspiro mordiendo con molestia la hamburguesa, era la primera vez que trataba de ayudar a Itziar y la tonta estaba cegada por un idiota que no servía para nada, siempre odio que la gente lo tratara mal y peor acusarlo de mentiroso, podía ser un grosero, mal hablado, pero eso sí, nunca mentiroso.
Masticaba con fuerza en busca de librar toda la frustración y enojo, como si con eso pudiera calmarse un poco tan siquiera.
—No creo que la hamburguesa tenga la culpa de tus enojos, la estas masacrando.
Escucho una voz que lo alegro, así que alzo la mirada y no evito sonreír sin abrir los labios ya que tenía comida en la boca.
—pensé que saldrías más tarde de tu sesión de modelaje.
La azabache sonrió y negó acercándose a él y aceptando la hamburguesa mordida que le extendió para darle un gran mordisco refrescando el hambre que ya tenía.
—Termine un poco antes —digo cuidando de no escupir la comida—... ¿por qué estas tan molesto?
Regulus suspiro para sentarse en los escalones frente a la tienda mágica, Anired lo imito sentándose a su lado y dándole la hamburguesa para que la volviera a morder, tratando de agarrar fuerzas para hablar.
—Tú...si alguien te hubiera dicho...que—hizo una pausa sin saber si era correcto preguntarle algo como eso, ya que no le gustaba que su hermana recordara el pasado—...Deyan...te era infiel... ¿le habrías creído a la persona?
Anired miro a su hermano y sonrió suavemente al ver su expresión, parecía un niño pequeño que temía preguntar las cosas.
Sabía muy bien que temía herirla con sus preguntas al traerle malos recuerdos, pero Anired poco a poco iba aprendiendo a tomar ese pasado como una marca que siempre quedaría en ella, una marca que de una u otra manera la había hecho ser más fuerte, demostrando que era una sobreviviente.
Y para ser sobreviviente se necesitaba demasiada fuerza.
Fuerza que poco a poco iba adquiriendo.
—En esa época...cuando estaba con él...no..no lo habría creído —lo miro y se encogió de hombros—...estaba cegada...crecimos juntos, crecí escuchándolo decir que era perfecta, que nos casaríamos...que siempre me querría...que era su todo...confiaba ciegamente en él que nunca se me paso por la cabeza que me sería infiel o que haría algo de lo que hizo —le sonrió con tristeza—...y hubo varias personas que me dijeron que Deyan no me convenia, que no era lo que merecía, pero estaba tan cegada que pensé que solo eran tonterías, que yo lo conocía a la perfección... que Deyan no haría nunca como eso, tenía una idea y expectativas sobre él tan distintas, que mi mente simplemente no era capaz de eso...
—¿Estabas tan enamorada de él?
Regulus la escuchaba atentamente.
—Estaba enamorada de la idea que tenia de él, pero eso nunca existió...fui demasiado tonta e inocente... ¿por qué me lo pregunta?
Regulus le acaricio el cabello dándole el pedazo de hamburguesa para que lo terminara de comer, temiendo que estuviera por llorar.
—Yo...ahg...vi a James engañando a Itziar, con una de sus empleada, no Dalila, si no la otra—Anired dejo de masticar para verlo con sorpresa—, así que...bueno, ya sabes que ellos se comprometieron, así que le traté de decir a Itziar lo que vi, pero no me creyó... ¡Hasta me abofeteo!
Anired le dio un último bocado a la hamburguesa parpadeando varias veces y captando lo que le acaba de contar su hermano.
—Bueno...era algo que se esperaba de James...nunca ha sido alguien...confiable exactamente —Regulus le dio la razón a su hermano—...pero...es normal su reacción, ustedes nunca han sido amigo que digamos, siempre se odiaron así que tú se lo dices no es algo que vaya a creer, mucho menos con facilidad, llevan como dos o tres años juntos, es evidente que confía ciegamente en James después de tanto...lamentablemente ella no se dará cuenta de las cosas hasta que lo vea con sus propios ojos, y eso...quizá sea hasta después de casados.
—Es una mierda —gruño frunciendo los labios—...me molesta que no me haya creído...
—Ay, Regulus...primera vez que tratas de hacer algo bueno por ella y no te cree —Anired le palmeo el hombro—...a estas alturas lo mejor es dejar que las cosas fluyan, tú ya intentaste hacer todo lo que pudiste.
Regulus asintió escuchando unos paso acercarse así que miro hacia atrás para toparse con George Sirius que se sentó con ellos.
—¿Le estas contando tus penas a Geori?
La nombrada asintió para extenderle la mano al pelirrojo que le dio la coca cola que llevaba consigo, que inmediatamente bebió.
—Es la única que me ha escuchado sin burlarse.
—Ay, sí que andas quejumbroso.
George Sirius puso los ojos en blanco, Regulus lo imito enseñándole la lengua.
—¿Ya te conto que estuvo ligando en el mundo muggle?
—¡Yo no estuve ligando!
Sentencio George viendo con acusación a su hermana menor, la que sonrió.
—¿Qué? ¡No me conto, cuéntame, corre, ándale!
Le pido Regulus con una sonrisa de diversión.
—Pues resulta, y acontece, que estaba caminando y se encontró con una chica, que trabaja en el departamento de rompe maldiciones, se llama Andrea Rosier, y pues unos muggles la trataron de atacar —Reg la miraba atentamente mientras George Sirius solo suspiraba sabiendo que no la callaría, porque los dos azabaches eran unos completos chismosos—...así que George Sirius la salvo, como todo un príncipe valiente...finalmente la llevamos al centro muggle mágico, pero, o sea, George Sirius ofreció llevarla aun cuando no llevaba auto y le dijo a mamá que lo hiciera...¿desde cuándo hace eso?
—¡Solo fui amable, aparte nos ayudó cuando tú huiste a buscar a Regulus y al zorro oxigenado!
Regulus frunció el ceño al mencionar a ese último ya que había algo que lo estaba molestando desde ayer que estuvieron en la villa de sus tíos.
—Por cierto...ayer desapareciste...y ese también —Anired sabia a quien se refería así que desvío la mirada a otra parte—... ¿estuvieron juntos?
George Sirius la miro con atención esperando una respuesta a la pregunta de Regulus.
—¿Lo odian? —lo observo por unos segundos—... ¿si les dijera que...nos hemos estado viendo...lo aceptan?
Y un silencio sepulcral se formó entre los tres hermanos, ya que ninguno de los impostores sabía que responder en esos momentos.
Ambos le guardaban un enorme rencor por todo lo que había sufrido Anired por culpa de él, no era algo que pudieran olvidar tan fácilmente, a parte que temían que, si Maxence y Anired comenzaran una relación estable, pronto la menor acabaría yéndose de la casa para mudarse con el alemán, porque para su mala suerte ese estúpido rubio últimamente parecía tener un buen trabajo y buscar una vida estable.
Y lo peor para los impostores, es que parecía querer esa vida estable con su amada hermanita.
⚜⚜⚜
Miró a su padre que dio un bocado de carne del plato frente a él, parecía disfrutar demasiado de la comida que acababa de preparar.
—Fue una muy buena idea dejarte a cargo de la cocina.
Mencionó el mayor con una incipiente sonrisa para beber del vaso con refresco a un lado, mirando como su hijo terminaba de acomodarse los botones de la camisa.
—Me alegro que te gustara, solo tome de lo poco que teníamos en el refrigerador.
Lyssandre miró el plato de Maxence, comió menos de la mitad.
—¿Estás muy nervioso?
Veía como inclusive las manos le temblaban mientras terminaba de alistar la ropa.
—¿Y si ellos me dicen que me aleje de Anired o no están de acuerdo?
Lyssandre conocía como la palma de su mano al matrimonio Black-Weasley, no por nada llevaban más de veinte años de amistad, claramente ellos no dañaron a Maxence o prohibirían su relación con Anired, pero sin duda le advertirían a su hijo sobre volver a herir a la menor, cosa que consideraba buena, a veces Max necesitaba un pequeño jalón de orejas para poner en orden las ideas.
—¿Quieres a Anired?
Cuestionó mirándolo fijamente.
—¿Qué?...Claro que si...no solo la quiero, la amo —respondió con seguridad ganando la sonrisa de su padre que disfrutaba de ver cómo es que poco a poco iba madurando y demostrando más seguro en cuanto a sus sentimientos—, quiero estar con ella, es por eso que sé que es indispensable que hable con sus padres, y me aterra demasiado que no me acepten después de todo lo que la he hecho pasar.
El mayor terminó con la comida que tenía sobre el plato para dar un gran trago de refresco, limpiarse la boca y ver a su hijo.
—Como ya te lo dije, debes de ser sincero con ellos —le recordó los consejos que anteriormente le había dado—, Fred y Anirak crecieron en otra época al igual que yo, en ese entonces era demasiado normal ir a hablar con los padres de la persona con la que te interesa como pareja, para pedir permiso... en la actualidad sé que eso ya casi no se hace, ahora solo empiezan a estar juntos y listo, pero estoy seguro que tanto Anirak como Fred se sentirán mejor y más tranquilos si vas a...no a pedir un permiso como tal, pero si a informarles las intenciones que tienes con Anired y que quieres una relación formal con ella —le sonrió—, recuerda ser puntual y educado con ellos, al igual que llevar los presentes que compraste... Sé sincero y vas a ver que las cosas saldrán bien, si la amas no debes de dudar en hacerlo.
Maxence asintió viendo el reloj en su muñeca izquierda dándose cuenta que ya estaba cercana la hora a la que debía de estar en la casa Black-Weasley por lo que se levantó.
—Me voy a cepillar los lentes y ya me iré —le informo a Lyssandre—, espero que todo salga bien, nos veremos en la noche y ya te contaré todo.
—Suerte, hijo, relájate y verás que todo saldrá bien.
Maxence le dio una sonrisa para salir de la cocina e ir al sanitario del piso de abajo en donde se lavaría los dientes y acomodaba su cabello para que luciera bien.
No tardó más de quince minutos para tomar la bolsa en la que llevaba los presentes para los padres de la azabache que tanto amaba y finalmente salió del departamento donde seguían quedándose, aunque ya solo estarían una semana más para volver a su casa.
Tomo el elevador seleccionando el piso del estacionamiento mientras trataba de relajarse, probablemente habría fumado, pero no quería llegar con toda la ropa y el aliento oliendo a tabaco, por lo que del bolsillo de su pantalón sacó una pequeña caja con dulces de menta que tanto le gustaba y se echó unos cuantos a la boca disfrutando del ardor y la sensación de frescura que incluso causó que sus ojos se irritaran.
El elevador se detuvo en el segundo piso ya que alguien lo llamó, no evitó poner los ojos en blanco sintiendo que llegaría demasiado tarde a la reunión que tenía programada en la casa Black-Weasley, causando que la ansiedad aumentará en él.
—Ya...Eli, basta...
Escuchó una voz que se le hizo demasiado conocida seguido de unas risas, así que alzó la mirada quedándose en silencio al ver de la pareja que se trataba frente a él.
—Pero, si apenas y te toque.
No hubo respuesta de la mujer que veía a Maxence y él a ella, reconociendo a los dos que acababan de entrar.
Mary Jenell, la asistente de Anired, que tenía las manos de Elijah Crostie, uno de los aurores de Anired sobre la cintura con las mejillas rojas, ambos llevaban el cabello húmedo, muestra que se acababan de bañar.
Mary miró a Maxence quedándose helada al verlo frente a ellos.
—¿Qué pasa?
Elijah no comprendía nada, hasta que Mary le dio un codazo para que observara con más atención al rubio frente a ellos.
Maxence noto sus caras de sorpresa y un poco de miedo al verlo, como si los acabara de descubrir haciendo algo malo.
Y es que, el contrato de trabajo de Mary ante la agencia de modelaje que la puso como asistente personal de Anired indicaba que las relaciones entre compañeros de trabajo estaban prohibidas, algo que ella no había seguido.
Mary y Elijah siempre habían sido cuidadosos de que nadie descubriera esa extraña relación que tenían, ni siquiera el mismo Khalil o inclusive, Anired, no es que no confiaran en ellos, pero sabían muy bien que los aquellos dos siempre seguían al pie de la letra los contratos.
Y ninguno deseaba que Mary perdiera el trabajo que se había vuelto parte de su vida.
Maxence no dijo nada sintiendo la incomodidad en el ambiente por lo que decidió salir del elevador, sabiendo que ninguno de ellos dos lo toleraba sería aún peor ir en un elevador en completo silencio.
—D'Acanto —llamó Mary saliendo detrás de él—...sobre lo que acabas de ver.
Maxence la miró enarcando la ceja y con el rostro serio.
—¿De qué hablas?
No recordaba muy bien el nombre de la morena, pero en esos momentos lo que menos le interesaba era eso, ya que le urgía partir a la casa Black-Weasley o llegaría tarde.
—Nos viste...a mí y a Elijah —murmuró sin saber cómo se tomaría lo que estaba pedirle—...por favor...no le digas a nadie...ni a Anired.
Mary aún no hablaba con Anired de en qué estaba con Maxence, pero sabía muy bien que él sin dudarlo le contaría.
—No me interesa, ni mucho menos me incumbe lo que tú y el auror tengan, no es mi problema —respondió encogiéndose de hombros con esa actitud cortante y despreocupada que tanto lo caracterizaba—...pero...Anired confía en ti, así que...si la consideras un poco tu amiga deberías de contarle, porque estoy seguro que ella te cuenta todo.
Fue lo único que mencionó para darse la vuelta e irse dejando a la pareja en completo silencio, ambos sumidos en sus pensamientos.
Por su lado, Elijah sabía que no debía de ocultar esas cosas a la persona que le dio su juramento de auror, más cuando ella depositó su confianza en él.
Las palabras de Maxence resonaron en la cabeza de la morena, pues Anired siempre le contaba todo, considerándola más que su asistente, su amiga.
Debió de contarle las cosas, pero temía que ella quisiera romper el contrato laboral ya que no lo estaba cumpliendo como estaba estipulado
[...]
Paso las palmas de las manos sobre el pantalón para limpiarse los restos de sudor provocados por el nerviosismo que estaba experimentando, el corazón le latía de manera ajetreada mientras pensaba una y otra vez lo que diría, deseando no meter la pata o arruinar las cosas, tampoco decir algo que se pudiera tomar a mal, recordaba cada consejo de Lyssandre, era una buena fuente de información ya que por años había compartido una gran amistad con las personas que en esos momentos se enfrenta.
Soltó un suspiro y dejó el casco colgado sobre el manubrio de la motocicleta, la cual estaba cuidadosamente estacionada para no dañar el patio frontal de esa enorme casa negra.
La fachada negra se erguía en medio del fraccionamiento, causando distinción entre las demás casas debido al color tan característico de la familia.
Varias veces estuvo ahí, pero justo en esos momentos la casa se sentía aún más grande e imponente, incluso tenebrosa.
Miro por última vez el celular contestando el último mensaje de la azabache en dónde le informaba que estaba en el estudio de modelaje ya que tenía una reunión, por lo que seguramente no podrían verse ese día, cosa que le convenía ya que no tendría que explicarle el porqué estaba ahí.
Del compartimiento bajo el asiento de la moto tomó una bolsa de papel cuidadosamente hechizada para que protegiera lo que contenía.
Una vez que sintió que tenía todo listo se dirigió a la puerta tomando algunos segundos para finalmente tocar el timbre con manos temblorosas.
Tuvo que desabotonarse el primer botón de la camisa ya que el aire comenzaba a hacerle falta, sus nervios aumentaban tras cada minuto que pasaba y la puerta no se abría.
Días anteriores hablé con Anirak y Fred, ambos estuvieron de acuerdo en que ese sábado se reunirían para que pudieran hablar, por lo que era extraño que ellos no estuvieran en casa, a lo mejor se les habría olvidado.
Pero, la verdad es que gracias a sus nervios sentía que el tiempo de espera era más largo, cuando apenas había pasado y acaso dos minutos.
La enorme puerta se abrió dejando ver unos ojos grises que lo miraron frunciendo las cejas en un gesto de inconformidad ante su visita.
Venía preparado mentalmente para eso, sabía que justo en esos momentos no era bien recibido después de todo el daño que le provocó a la menor de la familia quería enmendar todos los errores cometidos gracias a su inmadurez y esa visita era solo el primer paso.
—¿Qué haces aquí? —cuestionó el pelirrojo con una voz que demostraba su notable molestia—...Anired no está.
Sentenció sin rastro de una sonrisa o de una pizca de amabilidad, Maxence sintió la garganta más seca, pero aun así se obligó a pasar saliva sintiendo un pequeño ardor lo que lo obligó a hablar.
—No vengo a ver a Anired —respondió manteniendo la calma para no contestar de manera grosera o sarcástica—...tengo una reunión con tus padres, George, ellos ya saben que vendría.
George Sirius no estaba demasiado convencido por sus palabras, aunque sabía que Maxence trabajaba en el Ministerio por lo que tal vez se trataba de algún asunto del trabajo así que dejó que entrara.
—Iré a verlos para decirles que has llegado —señaló con un movimiento de cabeza el salón principal—, si quieres espera ahí.
El alemán no pudo ni responder cuando el pelirrojo se dio la vuelta para caminar dejando solo la vista de su espalda.
Maxence soltó todo el aire que contenía, no sabía que era lo peor en esos momento, sin enfrentarse al matrimonio Black-Weasley o a los hermanos y primos de Anired.
Tenía demasiada suerte de que Anired lo amara o sin duda ya habría terminado unos cinco metros bajo tierra gracias a cualquiera de ellos, incluido su propio padre.
Aunque no los culpaba, él al igual que ellos era demasiado sobreprotector con la azabache, a la que a pesar de ser ya mayor de edad y demasiado fuerte gracias a todo lo que había vivido, la seguía viendo como esa niña indefensa de quince años que conoció cuando llegó a Hogwarts, aquella niña que podría dañarse con cualquier cosa, aquella que necesitaba ser protegida de cualquier mínima amenaza.
Con esos pensamientos camino al salón principal, el cual siempre le había dado una sensación de asombro y admiración, era un espacio impresionante que irradiaba el lujo de esa familia.
Era amplio y espacioso, a pesar del tono negro de las paredes no lucia sombrío, si no elegante y acogedor.
Tomó asiento en uno de los amplio sofá que eran de terciopelo y cuero, resultando demasiado cómodos.
Miro al frente, donde estaba la televisión que seguramente George Sirius estaría viendo, siempre le sorprendía el cómo emplearon la magia en ese hogar, ya que cuando la televisión no estaba en uso, esta era guardada gracias a un hechizo que daba la impresión de que no existía haciendo más amplio el espacio.
Miro la pequeña mesa de cristal negro que estaba en medio del salón, había un plato de botana, que en su mayoría eran gomitas bañadas de salsa, dos latas de coca cola y el control remoto, al ver las dos latas de la bebida supuso que Regulus también se encontraba ahí, pero seguramente en otra parte.
Soltó un suspiro, no quería enfrentarlo en esos momentos, después de estar secuestrado juntos no había hablado, más que una vez por mensaje, ya que el azabache le pregunto cómo estaba, fueron y acaso cinco mensajes que intercambiaron, pero fuera de eso nada más.
—Dicen mis padres que vayas al estudio—la voz de George Sirius lo hizo salir de sus pensamientos para verlo—, es la segunda puerta del pasillo.
Señalo por donde dirigirse.
—Gracias.
Murmuró para ir por donde le indico sintiendo la mirada gris sobre él, se notaba que no le agradaba y que mucho menos se sentía como en que estuviera ahí.
Escuchaba los latidos de su ajetreado corazón en los oídos al igual que cada paso que daba por el largo pasillo oscuro ya que las luces se encontraban apagadas por lo que transitaba con cuidado para no caerse.
Al llegar a la puerta que le dijo George Sirius pudo escuchar una voces y risas que supuso eran del matrimonio Black-Weasley.
Al ver la escena en el estudio que tenía la puerta abierta no supo si sería bueno interrumpir ese momento entre ambos adultos.
Anirak estaba sentada en el sillón frente al escritorio con unos papeles que seguramente serian del trabajo a un lado, mientras Fred le besaba la mejilla de manera cariñosa y sonora ganando las risas de la mujer azabache, ambos parecían tan felices y enamorados que Maxence esperaba tener eso con Anired, lucir de esa manera.
Cada que veía al matrimonio Black-Weasley, Maxence comprendía porque Anired era tan cariñosa y detallista, al igual que disfrutaba de las muestras de cariño tanto físicas como con palabras o detalles pues había crecido viendo eso toda su vida.
Maxence iba a volver al salón principal y esperar por unos minutos más cuando la voz de Fred lo llamó.
—¿Maxence? —vio al mayor que lo miraba y solo asintió—, pasa, pensamos que llegarías más tarde.
Debido a la ansiedad y nervios que le provocaba toda esa situación había llegado media hora antes sin darse cuenta, pues quedaron de verse a las siete de la noche y eran apenas seis y media.
El alemán sonrió algo apenado.
—No calculé bien el tiempo, pensé que el trayecto sería más largo—mintió no queriendo decir lo nervioso que estaba por esa reunión—...buenas tardes.
Saludos con educación a Anirak.
—Hola, ¿por qué no entras y tomas asiento? —le señaló una de las sillas frente a ella—...él té está por salir, así que bebamos un poco.
Anirak con un movimiento de varita hizo que todos los documentos volvieran a su carpeta y se pasaran a otro mueble.
—De acuerdo, con permiso.
Maxence ni siquiera tenía palabras que decir en esos momentos, se encontraba tan nervioso que incluso casi se tropieza al entrar.
Nunca había estado en esa parte de la casa de los Black-Weasley, pero al entrar quedó muy sorprendido, en sí esa enorme y elegante casa siempre lograba asombrarlo por su estructura, decoración y lujos que tenía demostrando que a los miembros de la familia les gustaban mucho la elegancia.
Al igual que toda la casa era de paredes negras que ejercían un aura de misterio y elegancia.
Había una impresionante estantería de madera oscura que se extendía a lo largo de una de la paredes, alcanzado el techo del estudio, los ojos de Maxence observaron los cientos de libros, cuidadosamente organizados y alineados con precisión.
Las encuadernaciones lujosas de cueros, algunos con detalles brillantes, daban testimonio de la colección de obras clásicas y contemporáneas que se encontraban en ese lugar, el alemán estaba seguro que había libros que tendrían miles de años.
Apartó la mirada de los libros para tomar asiento en unas de las sillas frente a Anirak, a su lado se sentó Fred y Maxence se sintió demasiado pequeño ante los padres de su novia —porque él ya se refería de esa manera a Anired, aunque no lo hubiera hablado con ella, no podía verla de otra manera—, incluso asustado por lo que estaba por hablar con ellas.
—¿Te gusta el té con azúcar?
Cuestiono Anirak que con magia hizo que la tetera humeante comenzará a servir en las tazas que llegaron flotando.
—Sí —no estaba muy seguro, ya que no le gustaba el té, era demasiado raro que lo tomara—...con un cubo de azúcar está bien.
No era algo que él pidiera para beber, pero conocía muy bien que la hora del té era una tradición para los ingleses tanto muggles como mágicos, por lo que no podía rechazarlo.
Anirak asintió para colocarlo y dejar que el té llenará la taza frente a él.
Observó como Anirak preparaba el té de Fred sin magia, primero colocó dos cuadros de azúcar y crema para después dejar que la bebida humeante cayera en la taza tomando un extraño color.
—Gracias, muñeca.
Fred agradeció disfrutando de ver como su esposa preparaba su té como sabía que a él le gustaba.
Anirak le beso la mejilla y preparó el suyo.
Pronto llegaron unos platos con galletas y pastelillos individuales.
—Ayer Anired quiso que compráramos pastelillos y galletas en Azus—explicó Fred viendo a Maxence —...la dueña es tu amiga, ¿no?
—Si...se puede decir, es la mejor amiga de Amalie desde el primer año que estuvimos en Beauxbatons...entonces también nos llevamos—hablaba más de lo normal, sentía que si respondía de manera cortante o fría quedaría a mal frente al matrimonio—...hasta la fecha solemos frecuentarnos, sus postres son muy buenos...a papá le gustan mucho, de hecho, nuestro favorito es la tartalette de chocolate y menta —sonrió recordando que siempre había de ese postre en su casa y que en ocasiones discutían por la última rebanada—...cada que podemos pasamos a comer ahí o pedimos para llevar.
—Si, he visto que luego Jerome lleva postres —Anirak sonrió al recordar la primera vez que le pidió ayuda para comprarle postres a Maxence y como ahora conocía demasiado bien los gusto de su hijo—, me alegro de escuchar que se llevan bien.
—Si, después de todas las cosas que hemos pasado nuestra relación ha mejorado bastante —admitió—...fue demasiado bueno que Lyssandre llegara a mi vida... agradezco mucho el hecho de haber conocido a Anired —explico con las mejillas sonrojadas y el cabello tomando un color rosado—...gracias a ella pude conocer a Lyssandre y acercarme a él, mi vida cambio de muy buena manera gracias a que Anired apareció en mi vida.
Fred iba a poner los ojos en blanco al escucharlo decir eso, algo dentro de él sabía muy bien hacia donde iba la conversación, porque no era tonto, aparte que quizá Anired no le había contado todo a fondo, pero si menciono el hecho de que nuevamente estaba frecuentando al chico frente a él.
—Anired siempre ha sido una niña demasiado especial, desde su nacimiento —Anirak no pudo evitar sonreír al recordar el nacimiento de su hija menor—, fue mi pequeño deseo y milagro, desde que llegó a nuestras vidas nos ha llenado de felicidad y ha sido demasiado fácil amarla, no solo por nosotros si no cuantos la conocen, creo que de eso te has dado cuenta, es como si tuviera un don para ganarse a la gente —Maxence asintió, lugar al que iba Anired, lugar donde la terminaban adorando por ser simplemente ella—...Anired es Anired, y es por eso que nos da miedo que sea herida...siempre quisimos que su vida fuera hermosa y feliz, el saber que no pudimos evitarle el sufrimiento siempre nos hace sentir culpable, es como si le hubiéramos fallado, como si hubiéramos fallado como padres al no cuidarla y protegerla.
Maxence negó.
—Ustedes han sido excelentes padres, solo fue algo que no se pudo evitar...nadie creyó que Deyan fuera capaz de esas horribles cosas —trago saliva al recordar lo que la hizo sufrir—...y sé que yo también he tenido algo de culpa al herirla...muchas veces, desde que la he conocido la he lastimado con mis acciones y palabras, con mi forma de ser o de ver la vida, y créanme que me arrepiento de eso, ya me he disculpado con Anired y todos los días trato de remendar todo el daño por la que la hice pasar —hizo una pausa dándole un sorbo a la bebida caliente ya que sentía la garganta muy seca—...también quiero disculparme con ustedes, ya que me dieron la confianza de entrar a su casa, salir con su única hija, estar con ella y yo les falle a herirla —hablaba con sinceridad demostrando su arrepentimiento en cada palabra y mirada—, y sé que no es algo que me puedan perdonar fácilmente, probablemente nunca lo hagan, y lo comprendo a la perfección...pero...amo a Anired —soltó ganando que Fred lo mirara con los ojos completamente abiertos al escucharlo—, y tengo mucha suerte porque...ella también me ama—no evito sonreír al recordar todas las veces que Anired se lo dijo y demostró—, he sido un tonto casi todo el tiempo y hace poco que finalmente mi vida comenzó a tomar sentido, ahora me doy cuenta de lo que realmente vale la pena y es por eso que quiero hablar con ustedes, ya que para Anired ustedes son lo más importante así que quiero...no sé cómo decirlo —murmuró ante la mirada de los mayores que lo escuchaban—, mi madre muchas veces me dijo que debía de hablar con los padres de la mujer que me interesara y también Lyssandre me ha dicho lo importante que es hacerlo, pero tampoco quiero referirme a pedir permiso porque la única que tiene la última palabra es Anired...así que...yo quiero...formalizar las cosas con Anired
—¿Formalizar? ¿Cómo que formalizar? —cuestionó Fred alterando poco a poco—... ¡Ni pienses que te vas a casar con mi hija, mocoso!
Anirak no pudo evitar alzar las comisuras de los labios en una sonrisa divertida al ver como reaccionaba su esposo al igual que observar cómo Maxence se ponía más rojo que el cabello de los Weasley mientras balbuceaba.
—¿Eh? ¡¿Matrimonio?! —Maxence no sabía ni que decir sintiendo que pronto el patriarca de la familia Black-Weasley saltaría sobre él— ¡No, eso no! —respondió completamente nervioso —...no pensaba en el matrimonio.
Fred lo miró alzando la ceja.
—¿O sea que no quieres casarte con mi hija?
Anirak estaba conteniendo la risa ya que consideraba demasiado graciosa esa conversación.
—Yo...no es que no quiera —murmuró bajando la mirada viendo la taza de té—...me refiero a que...si me veo en un futuro casándome con Anired —respondió lleno de sinceridad y sintiendo las mejillas arder por lo que acababa de decir—, pero...para eso...primero debo de poder ofrecerle una vida a la que está acostumbrada o incluso algo mejor —confeso alzando la mirada para ver a Fred—...amo demasiado Anired y quiero darle el mundo entero, todo lo que se merece, pero aún no me puedo casar con ella porque no puedo dárselo en estos momentos, pero juro que me esforzare para darle todo, y en el momento que pueda hacerlo sin dudar le pediré matrimonio, porque siendo sincero quiero pasar mi vida a lado de ella...Anired es la mujer de mi vida —sonrió suavemente—, no me veo con nadie más, es mi mundo entero...la amo con todo lo que soy, estoy dispuesto a cualquier cosa por estar a su lado, incluso daría mi vida sin dudarlo por su felicidad...por eso...es que en estos momentos no puedo pedirle matrimonio, pero si quiero hacer las cosas bien, tener una relación formal con ella, un noviazgo...y que ustedes estén de acuerdo con eso, se lo importante que es su opinión para Anired, por lo que quiero pedir su aprobación para volverlo formal, que ustedes sepan que es mi novia, que estamos juntos...yo siempre estaré para ella, para cuidarla y protegerla, cada que salgamos juntos prometo que vendré hasta aquí y la traer de vuelta, al igual que cuando Anired lo necesite iré a recogerla del trabajo o llevarla, cualquier cosa yo siempre se las hare saber para que ustedes sepan que está segura...incluso, si quieren pueden ponernos una hora de llegada la que yo siempre respetare.
Anirak lo miraba gustosa con sus palabras que dejaban ver como había madurado en ese último año, ya no era el adolescente rebelde que conocieron en Hogwarts, si no poco a poco se convertía en un hombre que conocía lo que era la responsabilidad, sin duda Lyssandre estaba haciendo un buen trabajo en él.
Fred analizó las palabras del rubio frente a él, siempre le agrado Maxence, pero no negaría que tenía una gran molestia con él debido a todas las lágrimas que Anired había derramado por él, sin embargo sabía muy bien que su hija lo amaba por lo que era evidente que aunque se opusieron estarían juntos, así que lo mejor era apoyar a Anired en esa relación para no provocar una brecha entre la relación tan cercana que tenía de padre e hija, porque Fred no soportaría estar peleado con su amada Anired.
El matrimonio Black-Weasley no negaron que les gustaba eso de Maxence, el hecho que fuera a hablar con ellos sobre formalizar las cosas con Anired los hacía sentir más tranquilos, ya que dejaba ver que sus intenciones eran serias y sanas, ofreciendo estabilidad emocional en una relación, algo que su hija siempre necesito.
—Creo que te lo mencione la última vez que nos reunimos —la voz de la mujer llamó la atención mientras daba un bocado a uno de los pasteles—...que aclararas tus sentimientos por Anired —Fred la miró sin comprender ya que no le había contado eso—...veo que ya lo has hecho, y te aseguro de todo corazón que me alegro por saber que de nuevo están juntos —le sonrió con sinceridad y Maxence se sintió demasiado tranquilo al escuchar esas palabras—, las puertas de nuestro hogar están abiertas para ti Maxence, y por mi parte, claro que acepto su relación porque se lo que Anired siente por tí —Maxence sonrió con notable felicidad—...pero —hizo una pausa—, a la primera lágrima que mi hija derrame por ti, yo haré que la derrames mil veces más.
Anirak dijo esas últimas palabras con una sonrisa, que parecía amable, pero en los dos varones provocó un escalofrío que los recorre por completo al saber que hablaba muy enserio y Maxence ya se estaba imaginando en las cientos de torturas que pasarían sobre él si Anired sufría por su culpa.
Rápidamente negó.
—Te prometo que no la haré sufrir por nada del mundo.
Dijo de manera segura para ver a Fred que se mantuvo callado por varios minutos con un rostro estoico.
—Tengo algunas cosas en contra de tí —soltó Fred viendo al alemán—, más que nada por todo lo que ha pasado contigo y Anired, el hecho de verla llorar por tu culpa me ha roto el corazón de manera que no te imaginas...pero...sé que ambos son jóvenes, tú has pasado por mucho y comprendo el peso de culpa que has de tener por eso...porque para mí muy mala suerte me recuerdas demasiado a mí mismo cuando era joven, cometí muchos errores como los tuyos, y por eso sé que has madurado durante este tiempo...me alegro mucho que vinieras hablar con nosotros y hacernos saber que planeas formalizar las cosas con Anired —le sonrió sinceramente—, me haces sentir más tranquilo al saber que eres serio con ella, así que si, tienes mi aprobación —Maxence agradeció suavemente—, y también estoy muy seguro que trataras a mi hija como la princesa que es y serás un muy buen novio, lo sé porque soy un mago muy experimentado, se muchas cosas, como el uso de hechizos de tortura al igual que hacerlo hasta el fin del mundo, por eso sé que serás buen novio para Anired y no la harás llorar.
Maxence trago saliva y asintió, prometiéndose internamente el no dañar a Anired nunca, jamás.
Pero, fuera del miedo que sentía, finalmente obtuvo la aprobación del matrimonio Black-Weasley a pesar de las advertencias de lo que le pasaría si dañaba a Anired, aunque claro, eso no estaba en sus planes, por el contrario, quería hacerla feliz y darle todo lo que ella siempre se había merecido, ser un excelente novio para la azabache.
Estuvo un largo rato más platicando con el matrimonio, que como siempre fueron demasiado amables con él, haciendo que se sintiera demasiado cómodo y feliz al estar ahí.
Al ver un mensaje de Anired que decía que acababa de salir del trabajo decidió despedirse, ya que no quería que lo encontrara con Anirak y Fred pues la sorpresa se arruinaría.
—Gracias por recibirme —sonrió entregando la bolsa de papel que llevaba consigo—, Lyssandre me aconsejó un poco antes de venir, y me dijo que esto les gustaría, espero lo disfruten.
—No era necesario, Maxence —Anirak lo recibió para despedirse con un beso en la mejilla del rubio—, pero muchas gracias, ve con cuidado.
—Espero verlos pronto —le sonrió estrechando la mano de Fred—, nos vemos en estos día.
—Maneja con cuidado, y gracias por el presente, al igual que por venir a hablar con nosotros.
Fred se despidió del menor que salió del estudio dejando al matrimonio solos.
—¿Te agrada tu nuevo yerno?
Cuestiono Anirak con una sonrisa burlona al ver cómo el cuerpo se le tensaba y ponía los ojos en blanco para tomar el presente que les había dado.
—No es mi yerno —sentenció entre dientes—...aún no está casado con Anired, así que no es mi yerno.
Anirak río entre dientes para volver a sentarse y ver como Fred abría el regalo.
—Ay, cariño...pero ¿quién te dice que no lo vaya a ser después?
Fred soltó un gruñido sacando la botella para leerla.
—Eso no va a pasar, Anired es muy pequeña para pensar en matrimonio, ya no me metas ideas en la cabeza —pidió leyendo la botella—...Schieferkopf Silvane...es vino blanco de Alemania...reserva dos mil seis.
—Ay, fue el año en el que nació Anired —la azabache sonrió con cariño—, que lindo.
Fred le dio una mala mirada para sacar el siguiente presente que era algo envuelto en un fino papel blanco de protección, poco a poco lo comenzó a desenvolver quedando en completo silencio al ver de lo que se trataba.
Anirak, que miraba la botella se extrañó de darse cuenta que se quedó callado sin decir nada o tan solo una queja por lo que alzó la mirada para verlo mirando el nuevo presente con mucho interés.
—¿Qué es?
Cuestionó acercándose para observar lo que tenía su esposo en las manos, era una verdadera obra de arte, un marco para fotos que estaba meticulosamente diseñado y elaborado con piedras preciosas que brillaban de manera cautivadora.
El centro del marco se encontraba engalanado con una selección de piedras preciosas, cuidadosamente elegidas para complementarse entre su, diamantes brillantes como estrellas, rubíes intensos como el fuego, zafiros profundos como el océano y esmeraldas radiantes como la naturaleza, combinando en una armoniosa sinfonía de colores y brillo.
Cada piedra pulida y tallada con maestría, cuidadosamente asegurada en su lugar.
Pero, lo que más atrapó los ojos grises fue la foto, que era más bien una hermosa pintura.
La azabache se quedó sin palabras y sintió su corazón dar un vuelco ante la nostalgia.
Se trataba de la pintura de una vieja foto.
Una foto de Anirak y Fred cuando eran jóvenes, específicamente la primera foto que tuvieron juntos que solo se encontraba en algunas copias del profeta, cuando fingieron estar comprometidos en la casa Flamel.
Nunca existió como tal una foto, solo un viejo recorte del Profeta que el matrimonio Black-Weasley guardaban recelosamente, pero justo ahora tenían frente a ellos una hermosa pintura de ese momento.
Fred no pudo evitar sonreír suavemente al recordar por todo lo que habían pasado para estar juntos y formar esa hermosa familia que tanto amaban, así que le dio el portarretratos a su esposa, dejándole un pequeño, pero cariñoso beso en la sien.
—Bien, puede que me agrade ese mocoso—murmuró contra la suave piel de la azabache que veía con cariño la pintura—...y puede...puede que tal vez en un futuro lo acepte como yerno.
Anirak solo sonrió, deseando que la relación entre Maxence y Anired realmente funcionara, y que ambos pudieran ser felices tal y como lo merecían.
⚜⚜⚜
Lyssane observo a su hermano que fruncia el ceño con molestia leyendo los documentos de investigación frente a él.
—De nuevo nada...no hay nada que diga que Pierre tuvo otro hijo aparte de nosotros —explico Lyssandre dándole los documentos a su hermana menor que los acepto para leerlos—...no existe ningún rastro o sospecha de él.
Lys lo miro, se notaba molesto y desesperados por saber la verdad.
—¿Sabes? Tal vez todo fue mentira de Neville para alterarnos—trato de animar al mayor con un poco de optimismo en su voz—...está bien...Pierre fue un mujeriego que se metía con cuantas mujeres...pero...a como era dudo que no habría reconocido a uno de sus hijos, cuando lo que quería era forma a alguien que siguiera con sus ideales, no lo pudo contigo ni con Louis, así que si era un varón sin dudar lo habría acogido y educado a como él quería.
Lyssandre quería creer en sus palabras, pero había algo de él que no lo dejaba hacerlo.
—Tal vez...pero...no sé, siento que lo que dijo es verdad...que esa persona si existe y está más cerca de lo que creemos.
—Hemos mandado a investigar a cada una de las mujeres con las que estuvo, incluso a las que yan han muerto...pero ninguna tuvo un hijo de él —Lys dejo los documentos a un lado poniéndose de pie—, tenemos que ir a la reunión con los funcionarios de los ministerios Frances y Británico —informo mirando el reloj—, es mejor que dejes de pensar en eso, solo te está afectando y vayamos a la sala de reuniones.
—Si tú lo dices... ¿van a venir todos?
Cuestiono Lyssandre para seguir los pasos de su hermana.
—Sí, todos confirmaron su asistencia.
Salieron de la oficina de Lyssane para caminar por el largo ministerio Frances que tan bien conocían.
—¡Ministra, Director Delacour!
Escucharon como los nombraron por lo que giraron para toparse con dos caras conocidas.
—Hola —saludo Lyssane con amabilidad—, Olympe, Dean... ¿cómo están?
Se trataba de Olympe Laurent la directora del departamento de seguridad mágica del ministerio francés, y de Dean Roux, uno de los funcionarios del ministerio británico.
—Bien, gracias, ¿y usted ministra?
La conversación entre Dean y Lyssane inicio mientras se dirigían a la sala de reuniones.
—¿Cómo estás? —Olympe caminaba a lado de Lyssandre—...escuche la nueva noticia, que Maxence va a ser nombrado jefe del departamento de rompe maldiciones, seguramente estas muy orgulloso.
Lyssandre no evito sonreír, ya sabía de su nombramiento, se había enterado en la oficina al igual que Max ya se lo había contado, aún recordaba lo emocionado que estaba por ese gran logro.
—Si, lo estoy —sentencio—...el nombramiento oficial será dentro de dos semanas, supongo que ya te lo habrán notificado,
—Si, como mi departamento trata varios asuntos con ellos fuimos de los primeros, creí que vendría a esta reunión ya que será nombrado también funcionario.
Olympe trataba de ocultarlo, pero quería saber dónde estaba el menor.
—No, asistirá a las próximas —respondió abriéndole la puerta para que entrara—...tenía un reunión con sus suegros.
Olympe se quedó helada para mirar a Lyssandre debido a lo que dijo.
—¿Suegros?
Cuestiono alzando la ceja.
—Sí, Fred y Anirak—respondió con simpleza como si hablara del clima—...Anirak vendrá a la reunión, no ha de tardar en llegar, pero Maxence decidió no venir, tenía otras cosas que hacer después de la reunión, supongo que saldrá con Nired—se encogió de hombros—, me imagino que quiere aprovechar el tiempo, ya que una vez que sea nombrado jefe tendrá más trabajo.
—¿Max está en una relación con la menor de los Black-Weasley? —no parecía nada feliz, pero de inmediato lo disimulo—... ¿y tú lo dejaste?
—¿A qué te refieres?
—Todo mundo sabe lo mucho que quieres a Anired, que es como tu hija...así que...sé que Max es tu hijo —hablo más bajo para que solo Lyssandre escuchara—...pero...no quiero hablar mal de él, sabes que fue mejor amigo de mi hijo Christopher, lo conozco desde que tiene once o doce años, prácticamente lo vi crecer...y ese niño...Max...nunca fue de compromiso, siempre fue un mujeriego, solo ilusionaba a las niñas de Beauxbatons...para...ya sabes...tener sexo con ellas y después dejarlas, Christopher siempre me decía como las dejaba llorando después de usarlas...y...no creo que cambie eso en él tan rápidamente...así que...en serio, lo siento por decirte estas cosas—veía como el rubio estaba completamente serio ante sus palabras—...pero, Anired, esa niña ha pasado por tanto y sufrido mucho que no me gustaría que lo volviera hacer, y mucho menos que fuera por culpa de Maxence...más que eso seguramente dañara tu relación con el matrimonio Black-Weasley...
Olympe miro como Lyssandre iba a decir algo, pero justo en esos momentos entro la ministra británica, por lo que daban inicio a la reunión, cosa que la cobriza agradeció para tomar su lugar.
Una vez que se sentó, no evito sonreír al ver como Lyssandre tenía una extraña expresión en el rostro, sin duda, acababa de sembrar una pequeña duda en el francés que al saber lo que podría pasar no iba a permitir esa relación.
Solo debía de seguir echando leña al fuego, después lo hablaría con la ministra francesa y si tenía la oportunidad también con la matriarca de los Black-Weasley.
Porque se negaba a permitir a que Maxence solo tuviera ojos para esa niña.
Y que mejor que provocar que fueran sus familias las que prohibieran esa relación, aunque eso implicara tergiversar las cosas del pasado.
Pero, ella siempre obtenía lo que quería.
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¡Hola!
¿Qué les ha parecido el capítulo?
¿Creen que Amalie vuelva a insultar a Anired?
¿Cómo se imaginan que será la fiesta de compromiso de Itziar? ¿Quienes creen que vayan?
¿Regulus hará algo más o dejará de intentarlo?
¿Max le dirá a Anired lo que vio?
¿Mary le contara a Anired de su relación con Elijah? ¿Cómo se lo tomara Anired?
¿Les gusto la conversación de Max con Fred y Anirak?
¿Los mellizos aceptaran a Maxence?
¿Cómo creen que Maxence vuelva su relación formal con Anired?
¿Quién será el hermano de Lys, Louis y Lyssandre? ¿Estará cerca?
¿Lyssandre creerá en las palabras de Olympe?
¿Olympe logrará lo que quiere?
¿Tienen teorías? ¿Cuáles?
Bueno, nos leemos en la próxima actualización, no se olviden de comentar y votar, loviu♥
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