Nueve.
El sonido de las pieles sudadas chocar inundaban la habitación mezclados con algunos gemidos y gruñidos. Las afiladas uñas se enterraban en la piel del rubio dejando grandes marcas que recorrían la varonil y tonificada espalda.
El cabello castaño decorado con pequeñas mechas azules se encontraba esparcido en la almohada, disfrutando de ver cómo el Delacour cerraba los ojos en una expresión de puro placer echando la cabeza hacia atrás.
Jerome disfrutaba del sexo fuera con mujeres o con hombres, amaba experimentar y llegar a orgasmos abrasadores.
Diana Rosie, compañera del trabajo, era la que se encontraba esa noche con él, solo lo hacía con personas que aceptaban sus condiciones:
Siempre usar protección;
Y no esperar algo más que sexo casual, a pesar de los años seguía sin interesarle algo formal o tan siquiera el compromiso de manera sentimental con quién fuera.
Siguió moviendo la pelvis para hacer las embestidas más profundas, se fijó en el rostro se la mujer bajo él, pero a los pocos segundos un destello de luz lo hizo ofuscar la mirada y un grito perforó sus oídos...
No entendía dónde se encontraba, el aroma a viejo mezclado con medicamentos y vómitos se hizo presente, tan fuerte que la sensación de vomitar lo recorrió.
Bajo la mirada y noto que estaba vestido, seguía sin comprender en qué momento llegó ahí, lo último que recordaba era estar encima de su compañera de trabajo, sin embargo, nuevamente un grito femenino captó su atención, giro la mirada y se dio cuenta que se trataba de un hospital, pero no uno común si no un psiquiátrico.
—¡Suéltame, déjame!
Jerome observó a una rubia que parecía no pasar de los diez años detenida por dos varones que la jalaban para meterla en ese horrible lugar.
—¡No estoy loca, lo juro, no tengo que estar aquí!
Detrás de ella llego una mujer mayor con el cabello casi blanco que miraba la escena con preocupación.
—Amalie, deja de gritar, esto es por tu bien...
—¡Mi mamá no me haría esto, dile que me suelten, abuela!
Suplicaba la infanta, Jerome quería acercarse, pero las piernas no se lo permitían, la niña seguía suplicando entre gritos y lágrimas, pero nada funcionaba.
—¡Por favor!
Los gritos desgarradores de la menor provocaban que Jerome sintiera unas enormes ganas de llorar e interceder por ella, todo ese sentir fue peor cuando la miro a los ojos que reflejaban un inmenso terror y buscaban auxilio...
Lo último que alcanzó a ver fueron esos ojos azules de tonalidades verdes para de nuevo ser ofuscado por una extraña luz.
—¿Lyssandre, estás bien? —pregunto Diana moviéndolo con suavidad, el hombre se había detenido y su nariz sangraba salpicándole el pecho—...estás sangrando
El Delacour en un movimiento se quitó de encima para ir de manera rápida al baño mientras apretaba la nariz con su mano tratando de frenar el sangrado cosa que no funcionaba.
Al entrar al sanitario se acercó al lavamanos observándose durante algunos segundos al espejo, su reflejo se encontraba pálido y las pequeñas ojeras resaltaban aún más al igual que una gran mancha de sangre adornaba la piel arriba del labio, la barbilla e incluso algunas gotas salpicaban el pecho desnudo.
Soltó un gruñido inclinándose abriendo el chorro de agua y tomó una gran cantidad para lavarse el rostro, tuvo que repetir el proceso durante varios segundos y hacer lo mismo con el torso, una vez que elimino todo rastro de sangre se dirigió a la taza del baño quitándose el condón para envolverlo en un pedazo de papel de baño y tirarlo.
Se sentía demasiado cansado, cosa que nunca le sucedía cuando no llegaba al orgasmo, lo peor es que no podía sacar de su mente a la niña rubia que gritaba, no entendía de qué manera se relacionaba con él y ni siquiera era Lyssane a esa edad, estaba cansado de esas visiones y sueños que cada día lo atormentaban.
Desde que era un adolescente no había tenido esas visiones, y ni siquiera lograba entender que era lo que le estaban advirtiendo, no sabía si era algo peligroso o algo que no lograría evitar de ninguna manera.
Soltó un bufido pasando la mano entre su cabello para salir del sanitario y encontrarse con Diana que ya estaba vestida.
—¿Te encuentras bien?
—Si —pensó en la respuesta por unos segundos al ver la mirada inquisidora que le lanzaba—...solo...un poco cansado, supongo que fue por el estrés del trabajo, ya sabes con el torneo y todo eso no he descansado bien...
Ella lo miro sin estar muy de acuerdo, pero asintió con suavidad.
—¿Quieres... ya sabes —la mujer parecía un poco apenada y dudaba lo que estaba por decir—...quedarte a cenar?
Jerome se chasqueo la lengua y negó.
—Gracias por la invitación —tomo su ropa que se encontraba regada en el suelo—...pero, tengo trabajo que hacer —observo el reloj en su muñeca—...y mañana muy temprano tengo una reunión con la ministra provisional...
—Pero...es domingo.
El rubio sonrió a modo de disculpa.
—Me encantaría, pero, ya sabes, tengo que ver los preparativos del torneo, ahora que estoy como Director del departamento de Seguridad Mágica mis responsabilidades son mayores.
De forma rápida se vistió, no negaría que tenía hambre, pero si se quedaba a cenar la mujer frente a él podría hacerse una idea distinta a lo que él quería.
—¿Te pareces si nos vemos mañana?
Jerome tomo su celular y cartera.
—Te mando mensaje—ella asintió—, bueno, te dejo, nos vemos.
Se despidió con un movimiento de mano al ver que ella parecía acercarse para despedirse de otra manera y salió de ahí, conocía muy bien el camino ya que no era la primera vez que visitaba la casa de Diana Rosie.
Jerome se acomodó el cabello saliendo del elevador mientras se debatía internamente entre sí debería de dejar de tener sexo con Diana, por lo que se daba cuenta ella trataba de invitarlo a diversas cosas, cosas que hacían las parejas o los amigos, pero estaba demasiado seguro que ella no quería ser solo su amiga, era un mujer hermosa y encantadora, pero no le interesaba de otra manera más que como una buena compañera de trabajo y alguien con quien tener encuentros casuales.
Entro a su automóvil y tomo una cajetilla de cigarros que siempre llevaba en la guantera, lo coloco en sus labios y con ayuda de la varita lo encendió para darle una profunda calada, el humo que recorrió su garganta lo relajo por unos segundos y saco el móvil de su bolsillo para buscar el contacto que necesitaba en esos momentos, deseando que aun estuviera despierta ya que pasaban de las dos de la mañana.
JeromeD_02:39
Si Diana Rosie te pregunta, tuvimos
una reunión el domingo temprano.
Espero unos segundos por una respuesta y sonrió con el cigarrillo en los labios cuando la respuesta llego.
Elamordemivida_02:40
Contexto.
¿Quién es Diana Rosie?
¿Por qué estas despierto a esta hora?
JeromeD_02:40
Estaba con ella, pero me invito a cenar
tuve que inventar una excusa.
Diana Rosie, es la secretaria de Harry.
¿Interrumpí algo?¿Estabas cogiendo con
el impotente de tu marido?
Elamordemivida_02:42
Como siempre, huyendo.
Ah, ya se...la castaña de mechas azules.
¿A caso quieres comprobar que Fred no es impotente?
JeromeD_02:43
¿Estas sugiriendo un trío?
Solo que yo doy, advertidos están.
Elamordemivida_02:44
Cerdo.
¿Vienes a la casa?
Vamos a cenar, esta George, cerveza y Whiskey.
JeromeD_02:44
Llego en cinco, guapa;)
El rubio lanzo con suavidad el teléfono al asiento del copiloto y sin dejar de fumar se puso en marcha a la casa Black-Weasley.
Manejo durante varios minutos hasta detenerse en una casa de fachada completamente negra, aparco el auto y se bajó para llegar a paso rápido a la puerta y tocar el timbre unas cuantas veces de forma insistente hasta que escucho como unos pasos se acercaban.
—Hey.
Observo a su cuñado pelirrojo para sonreír.
—Hola... me imagino que estas aquí porque Lys está en Francia.
George soltó un suspiro cansado dejándolo pasar, Lys como era ministra de Francia tuvo que ir a Beauxbatons ese fin de semana ya que serían los días que partirían a Hogwarts.
—Si...sin Lys ni los niños la casa se siente demasiado sola.
Cerraron la puerta para caminar a la cocina.
—Bueno, ya regresa el lunes...
—Pero hasta la noche —respondió con una voz sufrida—...es raro que estemos separados tanto tiempo.
—¿Por qué no fuiste con ella?
Cuestiono con la ceja enarcada.
—No quiero parecer posesivo o encimoso con ella —se rasco la mejilla—...y tampoco quiero interferir en su trabajo.
—Tan dulce como siempre —exclamo con sarcasmo entrando a la cocina y poner los ojos en blanco para agregar con un tono burlón —: al parecer ya están listos para el trío.
Fred que estaba recargado contra la encimera de la cocina amasaba con fuerza el trasero de Anirak mientras con la otra mano se aferraba a su cintura, y la azabache rodeaba el cuello del más alto para estar más juntos besándose de manera hambrienta.
La mujer se separó para dirigir la mirada a los dos hombres que entraron, George hacia el sonido de una arcada mientras Jerome sonreía y le lanzaba un guiño.
—No tienes tanta suerte.
Se dio la vuelta con las manos de Fred en su cintura.
—Podríamos tener una relación poli amorosa, por mí no hay problema...piensa tus hijos ahora tendrían un padre más.
—¿Tantas ganas me tienes que quieres un trio?
Cuestiono Fred recargando la barbilla en el hombro de su esposa.
—A quien le tengo ganas es a Anirak —se encogió de hombros al sentir la mirada fulminante del pelirrojo mayor—...pero, soy compartido, así que con los dos puedo.
—Nunca cambian.
Comento con una sonrisa la azabache, alejándose de su esposo para saludar al rubio con un beso en la mejilla, Fred al sentir la erección que tenía decidió caminar detrás de la encimera para que algo lo cubriera.
—¿Qué vamos a cenar?
Jerome tomo un banco para tomar asiento.
—Hamburguesas, fue lo único que encontramos a esta hora —George se sentó a su lado y Anirak a lado de su esposo —...deberíamos de cenar más temprano.
—Jerome estaba cogiendo, tú estabas llorando porque Lys no está, nadie tuvo tiempo antes.
Se burló la azabache.
—Es que la casa está muy sola —se quejó por décima vez el pelirrojo desorejado—...ni siquiera tengo perro que me ladre, al menos tú tienes a Fred.
—Yo vivo solo y no me quejo.
El Delacour tomo una hamburguesa.
—Te la pasas aquí o en mi casa o con algunos de tus acostones...nunca estas solo.
—Es que así no tengo que comprar comida...
Los cuatro adultos siguieron platicando y bebiendo como en los viejos tiempos, claro que faltaba una rubia, pero su amistad parecía no haber cambiado a pesar de los años, seguían las mismas bromas, los coqueteos de Jerome que hacían molestar a Fred, las burlas y bromas de George y los comentarios sarcásticos de Anirak.
[...]
Anirak dejo varios archivos con nombres y fotografías sobre el fino escritorio de madera oscura que hacia juego con todos los demás muebles del estudio.
—¿Era una niña esta vez?
Cuestiono viendo como Jerome iniciaba a hojear los documentos frente a él.
—Si...pero, fue demasiado extraño, por lo regular esas visiones siempre son cuando estoy solo o dormido, en un estado de calma—los ojos azules recorrían las fotos de diversos rubios—...y esta vez no estaba de esa forma, aparte, siento que es algo que ya paso...
En esos momentos con la única que podía hablar sobre sus visiones era con Anirak, tal vez también podría con Lyssane, pero no quería preocuparla demás, ya que cuando se trataba de asuntos relacionados con las cosas por su parte veela siempre se volvía más protectora y quería llegar al fondo de eso tomándose las cosas demasiado enserio, e incluso era capaz de llevarlo a buscar ayuda hasta con alguna bruja o mago que fuera experto en eso, y no tenía ganas de que más gente se inmiscuyera.
—¿Por qué lo dices?
—Esa niña...estoy seguro que es la misma adolescente que siempre veo...
—Jerome —Anirak se mordió el labio y suspiro, ese pensamiento había estado en su cabeza por días desde que él le conto sobre las visiones —. En todos tus encuentros sexuales... ¿siempre has usado condón o algún otro método?
—¿Por qué la pregunta? —la miró extrañado, no es que le diera vergüenza hablar con ella sobre esas cosas, pero le resultaba extraña la pregunta, soltó un suspiro de frustración al terminar de ver las fotos—, no es ninguno de ellos.
Se puso de pie para caminar en círculos bajo la mirada gris de la Black.
—Son todos los rubios jóvenes que han estado en el ministerio, tanto en el británico como el de Francia—podía notar la frustración del mayor y se sentía mal al no poder ayudarlo —...es que por lo regular las visiones son sobre gente cercana a ti o con la que compartes un lazo o algo ¿no? —Jerome asintió deteniendo la mirada en el estante con diversos vinilos frente a él—...y no sería raro...que en un descuido...tú embarazaras a alguien...
Jerome se quedó estático, completamente congelado que incluso parecía no respirar.
¿Él? ¿Haber embarazado a alguien?
Estaba demasiado seguro que no era posible...siempre se cuidaba o bueno, hasta donde recordaba.
—Anir—llamo y negó dándole la espalda—, yo siempre me he cuidado, ya fuera con poción o con condón...
—Nada es cien por ciento confiable, todo tiene un margen de error, y aunque sea mínimo...podría pasar.
A Jerome le costó demasiado recobrar el aliento negándose a creer en esa posibilidad.
—Lo dudo mucho...si tuviera algún hijo, a pesar de todo me habría hecho responsable.
—¿Sigues hablando con todas las personas que te has acostado en tu vida?
—No son tantas —se ofendió, pero al sentir la intensa mirada de Anirak sobre sus hombros se resignó—...okey, si son muchas, tal vez más de las que debería, y no, no me hablo con todas las personas.
—Por mínimo que sea...sería posible.
Jerome soltó un gruñido aun negando, sin querer aceptar esa probabilidad,
No estaba preparado para esa responsabilidad, tal vez nunca lo estaría.
Provenía de una familia disfuncional en la que nunca tuvo una figura paterna, no sabía lo que era esa clase de cariño y estaba seguro que sería un pésimo padre.
También temía ser como Pierre Delacour...simplemente no, no sería buena figura paterna, tampoco era un buen ejemplo ya que toda su vida fue promiscuo sin tomarse nada enserio, algunas veces no era empático e incluso resultaba ser una persona egoísta.
Y se dio cuenta, Jerome Lyssandre Delacour temía ser padre más que otra cosa.
—Amalie...
—¿Qué?
Anirak parecía confundida al escuchar ese nombre.
—La chica se llama de esa manera... ¿Crees que pueda conseguir el registro de todas las niñas registradas bajo ese nombre?
Recordó el nombre que escucho en el sueño.
—¿Quieres que los busque en el registro de nuestro ministerio...o de que otros lugares?
Jerome arrugo la nariz.
—¿Sería mucho pedir los registros de todos los ministerios?
Anirak trago saliva, sería más difícil de lo que creyó.
—Hare todo lo posible para conseguirlos...no te prometo nada, pero usare todo lo que tenga al alcance.
—Gracias.
Murmuro y centro su mirada en el vinilo frente a él, las letras brillantes llamaron su atención y llevo los dedos para acariciarlas disfrutando del relieve y la textura mientras leía el nombre de la banda:
Neck Deep
El rubio leyó el nombre de la banda y sostuvo el vinilo con sumo cuidado fijándose que no fuera a caerse de su estuche para no estropearlo.
Era de sus posesiones más preciadas ya que era de su banda favorita y le costó demasiado conseguir incluso casi todos sus ahorros se fueron en él.
—¿Sabes? No creo que en Hogwarts consigas un tocadiscos y sería más seguro que lo dejes aquí.
Comento un castaño que terminaba de guardar su ropa en un viejo baúl.
—No vamos a estar, y con los dormitorios vacíos, los niños de primero serian capaz de entrar y tomarlo.
—Tan extremista como siempre, Max...
—Que tú seas un descuidado no es mi problema.
Caminó a su baúl para guardarlo con sumo cuidado en medio de varias camisas donde no se maltratará con nada, ya tenía todo listo y en cuestión de horas estaría viajando a Escocia, más precisos al colegio de Hogwarts.
No le emocionaba mucho el partir, ya que saldría de su zona de confort, aparte que eso significaba que tendría que hablar con más personas y soportar el hecho de relacionarse, prefería a veces la soledad, no tenía muchos amigos, bueno en si solo uno: Christopher Laurent, podría llamarlo su mejor amigo, se conocían desde el primer año e incluso, el castaño era el actual novio de su hermana gemela: Amalie D'Acanto.
Christopher le agradaba, pero Maxence ya se había hecho a la idea que en el momento que Amalie y él terminaran, era muy probable que su amistad llegara al final y más si es que Christopher lastimaba a la rubia.
Sonrió con suavidad al sentir unos pequeños pasos recorriéndole el omoplato derecho hasta llegar a su hombro, giro con suavidad el rostro y distinguió a Moswen, su pequeño gecko de color rojizo que iba a todos lados con él siempre sobre su hombro o escondido entre la ropa.
Los dos varones escucharon las voces de los prefectos indicando que deberían de llevar a los carruajes.
Christopher tomo el baúl para ver al más alto.
—Vamos, que no quiero que nos toque en una fea habitación.
Max puso los ojos en blanco con aburrición, deseando que su madre no hubiera dado el permiso para que fueran, aunque no lo negaría lo único que lo animaba era que existía la probabilidad de ser elegido en el Torneo de los tres Magos.
Con facilidad cargo el baúl para seguir al castaño, rápidamente lograron formarse en la pequeña fila de varones, no irían muchos alumnos, aproximadamente unos cuarenta: veinte varones y veinte mujeres, solo los que tenían de dieciséis en adelante y que pertenecían a los dos últimos años.
Bajaron las grandes escaleras del castillo que casi estaba por completo oscuro de no ser por lo faroles que alumbraban de manera tenue ya se habrían caído, pudo distinguir que las mujeres ya estaban abajo acomodando sus pertenencias.
Los pasillos se encontraban vacíos ya que eran las seis de la mañana y día domingo por lo que ningún estudiante se encontraría despierto tan temprano.
Entro al gran carruaje para seguir a Christopher que al parecer ya sabía cuál sería su habitación, para su desgracia la compartiría con otros dos alumnos más a los cuales apenas saludo con un movimiento de cabeza y camino a una de las literas, sin dejar que Laurent escogiera él puso el baúl en la cama de abajo.
—¡Yo quería esa!
Escucho como se quejaban tras él.
—Y yo quería morir antes de venir aquí y ¡Oh, sorpresa! No todo se puede.
Christopher puso los ojos en blanco, era caso perdido discutir con Maxence y más cuando tenía sueño así que dejo su baúl a un lado para subir a la cama de arriba con ayuda de las escaleras, Max sonrió con los labios cerrados para quitar el baúl de la cama, alzo las cobijas y se quitó los zapatos para entrar cubriéndose, al menos no se tuvo que quitar el pijama para subir al carruaje por lo que ahorro tiempo para dormir un poco más.
—Vamos, Moswen —el pequeño animal bajo para esconderse entre la almohada, tenía su pequeña pecera de cristal que siempre que salían de viaje llevaba, pero era raro que ella, porque Moswen era hembra, se separara de Maxence—, es hora de dormir.
Antes de cerrar los ojos observo la pulsera en su muñeca derecha que tenía la bandera de Alemania y no pudo evitar sonreír de manera natural para murmurar en su idioma natal
—: Was manchst du, kleiner hase?
(¿Qué estarás haciendo, pequeño conejo?)
[...]
Amalie observaba a su gemelo que movía el líquido anacarado dentro del caldero frente a él, parecía algo concentrado, pero al mismo tiempo molesto.
—Muévelo de manera lenta, Maxence.
Riño la mayor.
Maxence frunció el ceño al aspirar el vapor en espiral que desprendía la poción.
—No entiendo para que hacemos esto, estamos en último año, no es como que nos vayan a pedir preparar algo así para entrar al viejo castillo de Hogwarts.
Amalie le lanzo una gélida mirada al gemelo menor para acercarse, aun se encontraban en el carruaje, pero al menos el vuelo era tranquilo lo que les facilitaba hacer diversas tareas.
—El Profesor Stevenson dijo que tanto pociones como las demás asignaturas y conocimientos serán necesarios para el torneo.
El rubio, aunque no lo admitiría disfrutaba el aroma a frambuesa-canela mezclado con el aroma a mar y otro olor que no reconocía, pero le daba la sensación de estar en un salón de baile.
—Por lo único que quiero entrar es para ver si ya me muero.
Amalie puso los ojos en blanco golpeándole la nuca con el libro ganando la risa de los dos presentes que solo los observaban.
—Lie —se quejó Max sobándose la zona herida —, aparte, tú eres la mala en pociones, no yo...
—No la hagas enojar, Max, luego se pone de muy mal humor y yo pago las consecuencias.
Pidió Christopher con una pequeña sonrisa, Amalie solo desvió la mirada para ir a sentarse a lado de una pelirroja que leía algunos cromos conseguidos en las ranas de chocolate.
—¿Cuántas te comiste?
Inquirió viendo los diversos paquetes.
—Algunas las regale —se defendió apartando la mirada—, es solo que quería saber un poco más sobre la sociedad mágica de Londres y Escocia...
—Pudiste obtenerla de un libro...
—Los cromos acaban de ser actualizados, ya sabes con el nombramiento de la nueva ministra y demás miembros que han resaltado, incluso nuestra ministra tiene el suyo...
—¿Ya lo conseguiste?
Cuestiono con curiosidad, Itziar se lo extendió para que Amalie lo tomara y leyera en voz alta
—: Lyssane Weasley, actualmente ministra del ministerio mágico de Francia. Lyssane es particularmente famosa por llevar desde cero una asociación de ayuda a la mujer: Femmes Survivantes desde el año dos mil uno, al igual que ser una de las fundadoras de leyes que avalan y defienden a todo el género femenino de la sociedad mágica (brujas, squibs y muggles), haciendo valer todos sus derechos y oportunidades de trabajo. Es común ver a la ministra francesa en Sortilegios Weasley, ya que es esposa de George Weasley (uno de los fundadores de la tienda de bromas). Es aficionada a la lectura romántica y a la repostería.
Amalie observo el retrato con movimiento de la mujer rubia que sonreía amablemente para después desaparecer.
—¿Sabes? Siento que te pareces mucho a ella —comento Itziar extendiéndole otro cromo—, desde que estuvo presente en el banquete de bienvenida les vi un gran parecido, aparte que tienen esa misma aura que hacen que las personas, especialmente los hombres volteen a verlas.
D'Acanto no la podía contradecir, ya que todos notaron ese parecido, incluso Maxence también tenía un aire a ella, pero quería creer que solo era una gran coincidencia.
—La ministra es veela —comento Christopher que se acercaba en compañía de Max—, por lo que es normal que todos la volteen a ver.
—Si...pero no puedes negar que Amalie se parece mucho a ella, incluso Max.
Amalie desde chica había atraído la atención de las personas, más que nada en los varones cosa que nunca logro comprender y ahora al ver a la ministra se daba cuenta que no era la única.
¿A caso ella tendría sangre veela?
Descarto la idea, ya que era hija de muggles, toda su familia lo era, tal vez no sabía mucho de la familia de su padre, ya que él falleció antes de que nacieran en un incendio en la vieja fábrica textil en la que trabajaba, y por ser hijo único con padres muerto era raro saber algo, pero sería extraño que tuviera conexión con alguna veela.
—Tal vez es solo coincidencia, nosotros no tenemos ninguna relación —Maxence le arrebato el cromo que veía su hermana — ¿Ella es la nueva ministra del ministerio británico?
—Mamá trabaja con la ministra Weasley, y ha dicho que a pesar que la nombraron "provisional" está segura que se quedara de forma permanente, aunque no toda la sociedad mágica está de acuerdo porque pertenece a la familia Black.
Explico la pelirroja con facilidad.
—¿Por qué?
Cuestionaron los gemelos, que aún no conocían mucho de las familias mágicas y menos de las de Londres.
—La familia Black es conocida por ser de las ultimas de sangre pura y que tienen un gran poder, la mayoría teme que al ser ministra su poder aumente y si de por si son intocables lo sean aun peor, aparte que no se fían de ellos, ya que en épocas pasadas...varios seguidores de Voldemort salieron de esa familia.
Explico Laurent, ya que su padre provenía de Londres por lo que muchas veces le conto a respecto.
—Así que no todos le están dando una cálida bienvenida, aparte que algunos creen que podrían seguir con las ideas de los Mortifagos.
Itziar sabía mucho a respecto, ya que su madre trabajaba en el ministerio francés por lo que le era fácil enterarse de todo.
—Es algo estúpido ¿no?... ella está casada con un miembro de la familia Weasley y por lo que leí participo en la segunda guerra.
Amalie comento y Maxence para rectificar leyó en voz alta
—: Anirak Black-Weasley, actualmente ministra provisional del ministerio de Magia Británica- Considerada una de las mejores —si no es que la mejor— brujas de su generación, aprendiz de Albus Dumbledore. Perteneciente a las familias: Black y Flamel, nieta de Nicolas Flamel. Black-Weasley participo como Auror y miembro de la orden del fénix en la guerra mágica de mil novecientos noventa y ocho, es particularmente famosa por acabar con la vida de varios mortifagos ganando diversas órdenes de Merlín e incluso enfrentándose varias veces a Bellatrix Lestrange y asesinando a los miembros y mortifagos restantes de los Lestrange. Esposa de Fred Weasley (uno de los dos fundadores de Sortilegios Weasley). La ministra Black-Weasley es aficionada a los conciertos de rock y a la jardinería, especialmente el cultivo de rosas —Max hizo una pausa y agrego —...fue aprendiz de Dumbledore, sería estúpido que siga con las ideas de Voldemort ¿no?
—Sí, lo seria, pero a veces las personas no piensan de esa manera.
Amalie le quito el cromo a Max para ver el retrato, una mujer pálida de cabello azabache que tenía un gesto serio y arrogante, pero lo que más le llamo la atención fueron los profundos ojos grises, que le recordaron al chico pelirrojo que varias veces salía en sus sueños.
⚜⚜⚜
Regulus John paso entre los alumnos que le estorbaban para acercarse a sus hermanos que estaban en la fila delantera en compañía de cuatro rubios y otro pelirrojo.
—¿Ya llegaron?
Cuestiono parándose en medio de Fred y George.
—Aun no.
Respondió Anired que estaba por delante de ellos para tener una mejor visión ya que era la más baja de todos, su corto cabello azabache se movía con gracia debido al frio viento de la noche.
—No creo que tarden, papá dijo que Beauxbatons llegaban por aire y Durmstrang por mar...
—¿Beauxbatons usan escobas? ¿No será cansado?
Cuestiono Zed que se encontraba a lado de Alexander Malfoy el cual tenía una cámara mágica en las manos.
—Usan un carruaje que es jalado por corceles que vuelan —explico Scorpius que recargaba la frente en la cabeza de Anired —...hueles a frambuesa y canela... ¿Con que te bañas?
Inquirió oliendo el cabello de la menor.
—Con shampo que compra mamá, aunque creo que el aroma a canela fue porque papá me hizo el prendedor de cabello que uso, y papá siempre huele a canela y también a manzana, pero bueno...
Explicó con una pequeña sonrisa.
—Me imagino que no tardaran mucho en llegar, se supone que estarían para el banquete de bienvenida.
Comento Stefan, pero antes de que alguien más dijera algo, la voz de James Potter interrumpió.
—¡Es un mástil!
Del centro de un remolino que se formó en el lago comenzó a salir muy despacio lo que parecía una asta negra.
Lenta, majestuosamente un barco fue surgiendo del agua, brillando a la luz de la luna, emergió en su totalidad, balanceándose en las aguas turbulentas para comenzar a surcar el lago hacia tierra. Un momento después se escuchó la caída de un ancla arrojada al bajío y el sordo ruido de una tabla tendida hasta la orilla.
A la luz de las portillas del barco, Regulus observo las siluetas de la gente que desembarcaba, la mayoría de los varones tenía una complexión fornida, y demasiado ya que tanto él como George a comparación de ellos quedaban siendo unos palos de escobas, aun que le llamo la atención que dos chicos fueran más delgados, de inmediato reconoció a uno, y el chillido de emoción de Anired y Stefan —que era un gran fanático del búlgaro—, se lo confirmo.
Era Deyan Granger-Krum, el novio de Anired.
Pero lo que más llamo su atención fue la chica rubia que bajo detrás del director, y trago saliva para acercarse a George Sirius y murmurarle.
—¿Es quién creo que es?
George asintió siguiendo con la mirada a la guapa chica que usaba una capa roja que la cubría del frio.
—Es Hannah, la chica que conocí en el bar —sus pálidas mejillas se pusieron levemente rojas al recordar esa noche—, y a la que vimos en Sortilegios.
Regulus no pudo evitar sonreír con coquetería.
—Vaya...tuvo razón, nos volvimos a reencontrar...
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
━━━━━━✧❂✧━━━━━━
¡Hola! ¿Cómo estan?
Bueno, el torneo está a nada de iniciar.
¿Quienes creen que sean los tres campeones?
Bueno, nos leemos.
No se olviden de comentar y votar, las amo💕
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro