Diez.
(Deje una nota hasta el final del cap)
Todos los ojos se dirigieron a las chicas de uniforme azul que parecían danzar de manera armoniosa moviendo sus cabellos con suavidad, detrás de ella iban los varones que usaban el mismo color, pero ellos solo caminaban de manera elegante, a la cabeza iba la directora: Camille Dubois.
Después de que madame Maxime dejara el puesto, la profesora de pociones: Dubois tomo el puesto como directora, una mujer de estará media que ya se veía algo grande, rondaba la edad de la McGonagall lo que más la caracterizaba era el rubio cabello corto hasta las orejas que siempre era adornado por pequeños mechones verdes. Al verla se sentía una presencia imponente, más de uno volteaba a verla quizá debido a la gran elegancia que poseía o esa mirada felina que parecía ver a través del alma.
Todo Hogwarts se encontraban admirando a sus invitados y era sorprendente como el aura se había vuelto completamente de paz y armonía, las dos mujeres se saludaron y el alumnado de uniforme azul tomo asiento en la mesa de los tejones.
Al contrario de Beauxbatons, los alumnos de Durmstrang usaban gruesas capas de pieles que los cubrían del frio, tenían personalidades más rudas y hasta sus movimientos eran bruscos. Los varones y mujeres portaban pantalones y botas altas, todo a color negro con pequeños detalles rojos, los rostros completamente serios iban fijos hacia enfrente caminando con las espaldas rectas.
Hasta delante se encontraba el joven director: Asen Lyubomir, un adulto que no pasaría de los cuarenta contaba con una gran reputación por ser un elitista de la pureza sangre y con gran interés en las familias ricas de la sociedad mágica, ya que al entablar lazos con ellas sentía que tenía aún más poder, sin embargo, para sorpresa de todos, su alumno favorito era:
Deyan Granger-Krum.
A pesar de ser un mago mestizo se había ganado el apoyo del director, quizá debido a su fama como buscador del equipo de Bulgaria, o por ser hijo de quien era: Viktor Krum, y la ministra, Hermione Granger, porque Asen no era estúpido y sabía que debía de tenerla de su lado.
—Es Deyan Granger-Krum...
—Es el buscador de Durmstrang... ¿crees que me dé su autógrafo?
Diversos murmullos inundaron el comedor al ver al castaño que caminaba a lado del director, los mellizos Black-Weasley dirigieron la mirada a su primo pelirrojo que estaba a punto de morir de la emoción por tener a su jugador favoritos a unos cuantos metros, Stefan lo admiraba desde que debutó hace dos años y rápidamente se convirtió en un gran fan, pero para desgracia sus nervioso eran mayores y nunca lograba entablar una conversación con él.
—Por favor, no grites...
Murmuro George Sirius en el oído de su hermana menor que trataba de contener la emoción al ver que su novio se acercaba a la mesa junto con los demás miembros de Durmstrang, Alexander aguantaba la risa viendo a la azabache que frunció el ceño al darse cuenta que no se podría sentar junto a ella porque estaba hasta en medio y había más alumnos antes.
—Es que...es que esta aquí —logro murmurar con una expresión de sufrimiento ganando las risas de los Malfoy a su lado, mientras el pelirrojo negaba y soltaba un suspiro de cansancio—...tan cerca, pero tan lejos.
—No sé qué le ves —comento Scorpius recargando la barbilla en la palma de su mano mientras descansaba el codo sobre la gran mesa de madera y veía a Anired fijamente—...yo soy más guapo.
Anired puso los ojos en blanco y solo sonrió al escuchar la risa de su amiga que estaba al lado de ella.
—Ya daté por vencido, Scorp, Nired solo tiene ojos para Deyan —Ela Scamander, amiga y compañera de cuarto de la azabache, recargo la cabeza en el hombro de la Black-Weasley—, aunque no me extraña, Deyan es más guapo en persona que en el profeta.
—¿Verdad que sí?
Anired sonrió ignorando al platinado que solo negó haciendo un puchero, George Sirius se encogió de hombros para darle unas cuantas palmadas en la cabeza a su amigo.
Por otro lado, Regulus John escuchaba a todos los Gryffindor que se quejaban porque ni Beauxbatons o Durmstrang se sentaron en su mesa, eso no le importaba mucho ya que solo estaba interesado en que el torneo iniciara y se pudieran escoger los campeones, ya que tenía por objetivo el entrar a pesar de las miradas insistentes de su madre y padrino que estaban a lado de la directora, ya que al parecer ambos sospechaban de sus planes.
Lo que más le resultaba divertido era ver a su primo, Fred, quejándose porque varios decían que les gustaba la ministra francesa: Lyssane Weasley, Regulus solo podía sonreír con sorna ya que durante mucho tiempo tuvo que aguantar al rubio burlándose cada que alguien decía que le interesaba Anirak Black-Weasley, ya que era normal verla en Hogwarts cuando la directora mandaba a traer al matrimonio cada que el azabache se metía en problemas, algo que era demasiado común.
—Buenas noches, damas, caballeros, fantasmas y, muy especialmente, buenas noches a nuestros huéspedes —dijo McGonagall, dirigiendo una sonrisa a los estudiantes extranjeros—. Es para mí un placer darles la bienvenida a Hogwarts. Deseo que su estancia aquí les resulte al mismo tiempo confortable y placentera, y confió en que así será— la mujer mayor les lanzo una mirada a todos sus estudiantes que parecía una advertencia para que evitaran las bromas o los malos tratos a los extranjeros—. El Torneo quedará oficialmente abierto al final del banquete —explicó ganando los vítores de emoción— ¡Ahora los invito a todos a comer, a beber y a disfrutar como si estuvieran en su propia casa!
Como de costumbre, las fuentes que tenían delante se llenaron de comida. Los elfos domésticos de las cocinas parecían haber tocado todos los registros. Ante ellos tenían la mayor variedad de platos, Regulus gracias a haber salido varias veces de viaje y llevar una educación bastante privilegiada desde niño conocía cada platillo e incluso algunos de sus ingredientes, por lo que se sirvió evitando los que tenían nuez por su alergia, y brócoli porque no le gustaba.
—Todo parece más animado —comento Freddos viendo de soslayo la mesa de Hufflepuff—...me gustaría estar ahí.
—¿Por las chicas de Beauxbatons? —siguió la mirada avellana del menor y soltó una suave risa al distinguir a la chica rubia que estaba acompañada de otras dos chicas castañas —...ah...por Brooke —las mejillas del Weasley se volvieron rojas — ¿Tú y ella ya están saliendo o que ha pasado?
Freddos negó con suavidad para morder un pudin con fuerza demostrando su molestia.
Regulus sabía que ambos se gustaban, Brooke era su mejor amiga por lo que usualmente platicaban de sus intereses amorosos, así que no entendía porque no estaban juntos.
Siempre creía que si dos personas se gustaban o tenían sentimiento en común debían de estar juntos, no era nada difícil ¿o sí?
Para él había funcionado así, aunque quizá lo debía a su atractivo, porque si, sabía que era guapo, siempre se lo decían y más de una vez se había aprovechado de eso, aparte que nunca le interesaba algo serio o tener a alguien a quien presentarle a su familia y tener un compromiso sentimental de por medio.
—Platicamos durante el verano, incluso fue un día a Manchester a visitarla...pero, me pongo demasiado nervioso cuando estoy con ella —soltó un suspiro dejando el pudin sobre el plato—... y no sé cómo dar el siguiente paso —confeso viendo de reojo a Reg esperando su burla, pero, el mayor solo lo vio con una expresión que no pudo descifrar.
—No soy el mejor dando consejos, pero...hazlo cuando te sientas listo, y no presiones las cosas o será peor.
Fred le sonrió con agradecimiento y ambos siguieron cenando escuchando a JJ y Damián que discutían sobre la comida francesa que al parecer a ninguno le gustaba.
El Gran Comedor parecía mucho más lleno de lo usual, aunque había tan sólo unos treinta estudiantes más que de costumbre. Quizá fuera porque sus uniformes, que eran de colores diferentes, destacaban muy claramente contra el negro de las túnicas de Hogwarts. Una vez desprendidos de sus pieles, los alumnos de Durmstrang mostraban túnicas de color rojo sangre.
Una vez limpios los platos de oro, McGonagall volvió a levantarse. Todos en el Gran Comedor parecían emocionados y nerviosos. Regulus y Fred se inclinaron para poner mayor atención
—Ha llegado el momento —anunció McGonagall, sonriendo a la multitud de rostros levantados hacia ella—. El Torneo de los tres magos va a dar comienzo. Me gustaría pronunciar unas palabras para explicar algunas cosas antes de que traigan el cofre... sólo para aclarar en qué consiste el procedimiento que vamos a seguir. Pero antes, para aquellos que no los conozcan, permítanme que presente al señor Lyssandre Delacour, director del Departamento de Seguridad Mágica que estará en representación del Director Cooperación Mágica Internacional —múltiples aplausos inundaron el comedor incluso varios suspiros de diversos adolescentes al ver al guapo rubio—, y al señor Emmett Pemberton, director del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos—señalo al pelirrojo con lentes tras ella, para seguir con las tres mujeres —, la ministra de Bulgaria; Hermione Granger-Krum, la ministra de Francia; Lyssane Weasley y nuestra ministra provisional; Anirak Black-Weasley.
Todo el alumnado aplaudió y los mencionados saludaban a forma de agradecimiento, Jerome sonreía con coquetería en cambio su compañero pelirrojo se encontraba completamente serio, las tres mujeres tenia sonrisas amables que inspiraban confianza, incluso la azabache parecía más amable al estar ante puros menores brindándole un aura cálida, Regulus siempre se había percatado que su madre tenía un instinto maternal muy fuerte que hacía que los niños siempre se acercaran a ella a pesar del gesto arrogante que la caracterizaba, algo que los hermanos Black-Weasley heredaron.
—Todos ellos han trabajado sin descanso durante los últimos meses en los preparativos del Torneo de los tres magos —continuó la directora—, el señor Delacour y el señor Pemberton estarán conmigo, con el profesor Lyubomir y con Madame Dubois en el tribunal que juzgará los esfuerzos de los campeones.
A la mención de la palabra «campeones», la atención de los alumnos aumentó aún más. McGonagall noto eso así que llamo al celador de Hogwarts.
—Señor Filch, si tiene usted la bondad de traer el cofre...
Filch, que había pasado inadvertido, pero permanecía atento en un apartado rincón del Gran Comedor, se acercó a la mujer con una gran caja de madera con joyas incrustadas. Parecía extraordinariamente vieja. De entre los alumnos se alzaron murmullos de interés y emoción. Ethan Weasley se puso de pie sobre la silla para ver bien, pero era tan pequeño que su castaña cabeza apenas sobresalía de las demás.
—Los señores Delacour y Pemberton han examinado ya las instrucciones para las pruebas que los campeones tendrán que afrontar —dijo la Gryffindor mientras Filch colocaba con cuidado el cofre en la mesa, ante ella—, y han dispuesto todos los preparativos necesarios para ellas. Habrá tres pruebas, espaciadas en el curso escolar, que medirán a los campeones en muchos aspectos diferentes: sus habilidades mágicas, su osadía, sus dotes de deducción y, por supuesto, su capacidad para sortear el peligro.
Ante esta última palabra, en el Gran Comedor se hizo un silencio tan absoluto que nadie parecía respirar.
—Como todos saben, en el Torneo compiten tres campeones —la calmada voz de Minerva inundaba todo el comedor—, uno por cada colegio participante. Se puntuará la perfección con que lleven a cabo cada una de las pruebas y el campeón que después de la tercera tarea haya obtenido la puntuación más alta se alzará con la Copa de los tres magos. Los campeones serán elegidos por un juez imparcial: el cáliz de fuego.
McGonagall sacó la varita mágica y golpeó con ella tres veces en la parte superior del cofre como alguna vez lo hizo el difunto Albus Dumbledore.
La tapa se levantó lentamente con un crujido. La mujer introdujo una mano para sacar un gran cáliz de madera toscamente tallada. No habría llamado la atención de no ser porque estaba lleno hasta el borde de unas temblorosas llamas de color blanco azulado.
Ella cerró el cofre y con cuidado colocó el cáliz sobre la tapa, para que todos los presentes pudieran verlo bien.
—Todo el que quiera proponerse para campeón tiene que escribir su nombre y el de su colegio en un trozo de pergamino con letra bien clara, y echarlo al cáliz — explicó—. Los aspirantes a campeones disponen has el dieciocho de octubre a las diecisiete horas para hacerlo. Ese día, por la noche, el cáliz nos devolverá los nombres de los tres campeones a los que haya considerado más dignos de representar a sus colegios. Esta misma noche el cáliz quedará expuesto en el vestíbulo, accesible a todos aquellos que quieran competir.
» Para asegurarme de que ningún estudiante menor de los dieciséis años sucumbe a la tentación —prosiguió con semblante serio—, trazaré una raya de edad alrededor del cáliz de fuego una vez que lo hayamos colocado en el vestíbulo. No podrá cruzar la línea nadie que no haya cumplido los dieciséis años.
» Por último, quiero recalcar a todos los que estén pensando en competir que hay que meditar muy bien antes de entrar en el Torneo. Cuando el cáliz de fuego haya seleccionado a un campeón, él o ella estarán obligados a continuar en el Torneo hasta el final. Al echar su nombre en el cáliz de fuego están firmando un contrato mágico de tipo vinculante. Una vez convertido en campeón, nadie puede arrepentirse. Así que deben estar muy seguros antes de ofrecer su candidatura. Y ahora me parece que ya es hora de ir a la cama. Buenas noches a todos
Todo el comedor se llenó de diversas voces de alumnos que parecían emocionados, Durmstrang y Beauxbatons se pusieron de pie para formar filas ordenadas siguiendo a sus superiores.
Regulus y Fred se levantaron de la mesa de Gryffindor para ir a paso rápido a la enorme entrada donde ya estaban George Sirius y Anired, pues Scorpius y Alexander se quedaron platicando con unos viejos conocidos de Durmstrang.
—¡Por Merlín, esto será lo mejor que no has pasado como estudiantes! —comento con emoción Regulus rodeándole el cuello con el brazo a su hermano mayor —...podemos tener la gloria eterna, Georgie, piensa las posibilidades...seriamos demasiado ge...
Antes de que el azabache continuara, George Sirius lo interrumpió.
—No, yo no pondré mi nombre en el cáliz, y espero que tú tampoco lo hagas, Regulus —el pelirrojo parecía demasiado serio, Anired solo los veía con curiosidad pues estaba segura que ambos tendrían la misma idea—, es demasiado riesgoso —Regulus lo miraba sin creer en sus palabras al igual que Fred—, en el de mil novecientos noventa y cuatro alguien murió...
—Pero, fue porque había un mago loco —el rubio le sonrió chocando las palmas con Regulus —...no me digan que las víboras son tan cobardes como para no poner el nombre en el cáliz...
Anired paseo la mirada entre los tres varones y asintió.
—No, pero...George tiene razón, es demasiado riesgo, aparte que yo no tengo la edad necesaria para hacerlo —se encogió de hombros—, pero es demasiado grande el riesgo, no vale la pena...
—Pero, Georgie si tiene la edad—Regulus miro a su mellizo con los ojos entrecerrados—...gallina.
—No voy a caer ante tus provocaciones, Regulus —desvió la mirada cuando dos chicas de Durmstrang llegaron frente a ellos, de inmediato reconoció a una— ¿Hannah?
Enarco la ceja viendo a la rubia que sonreía mientras alzaba la mano saludándolos.
—Les dije que nos volveríamos a ver...
Menciono con voz cantarina viendo a los mellizos, Fred solo sonreía de manera cómplice con Regulus mientras Anired la miraba con una extraña mueca, no sabía porque, pero tenía un mal presentimiento en cuanto estuvo cerca de ella.
—Sí, tuviste razón —respondieron al unísono los mellizos, que si hace rato parecían a punto de tener una discusión en esos momentos sus facciones estaban relajadas.
—Ah...si —señalo a su amiga, una chica morena que Anired reconoció de inmediato: Stella Domerling, la amiga de Deyan que conoció en el partido de Bulgaria Vs. Alemania—...ella es Stella, mi mejor amiga —la mencionada los saludo con una pequeña sonrisa—...ellos son George Sirius y Regulus John Black Weasley...ah, también esta Fred Weasley...y...creo que a ella no la conozco
—Un gusto...ah, Nired —Regulus tomo a su hermana por los hombros para acercarla sin entender el hecho de que estuviera tan seria, incluso parecía a punto de ponerse a la defensiva —...ella es nuestra hermana menor: Anired...
—Ella y yo ya nos conocíamos —menciono Stella, se podía notar su marcado acento búlgaro ya que algunas palabras le costaban, pero para la menor no pasó desapercibido ese tono de burla y superioridad que utilizaba—...es la «amiga» de Deyan...
—Oh...la amiga —Hannah le sonrió con dulzura y en cambio, el tono que utilizaba con la menor era como sui estuviera hablando con una niña pequeña mientras le extendía la mano —...Mucho gusto, Nired, soy Hannah...
La Black-Weasley arrugo la nariz para alzar el mentón y ver de arriba abajo a Domerling para sonreír con burla y arrogancia.
—Anired —corrigió de inmediato viendo a Hannah, sin poder evitarlo su actitud se había vuelto más déspota ni si quiera podia sonreir de manera falsa ante esa rubia que enarco la ceja al escucharla— mi nombre es Anired, no Nired —siseo desviando la mirada a Stella—...y no soy la «amiga» de Deyan, soy la novia de Deyan— recalco disfrutando de ver la mala mirada para tomar los brazos de sus hermanos mayores que la veían con confusión—... ella es la amiga de Deyan que conocí en el partido —ambos fruncieron el ceño al recordar lo que Anired les había contado de ella —...la que dijo cosas extrañas que no entendí...pero, siento que fueron feas.
Para su buena suerte, Anired sabía que sus hermanos resultaban muy protectores cuando alguien la trataba mal, y si Stella pensaba que se podría llevar con ellos o tan si quiera pensar en ser su amiga estaba muy equivocada.
Fred al igual que los más altos observaron a Stella, ella se iba a hablar, pero Hannah lo hizo antes.
—Algunas veces Stella no dice las cosas que realmente piensa —excuso de inmediato a su amiga—, y tal vez hayas pensado que dijo cosas groseras cuando era todo lo contrario ya que el búlgaro siempre suena demasiado grotesco e insulso incluso cuando es un halago.
—Sí, fue eso —mintió Stella dándole una mirada de disculpa—, lo siento mucho si lo mal interpretaste, «Anirred».
Anired no respondió para ver a sus hermanos los cuales parecían un poco dudosos, pero al final asintieron.
—Supongo que fue solo un error —menciono George Sirius tratando de leer las expresiones de su hermana, no creía de todo lo que decían esas dos chicas, podría ser que Hannah la atrajera, pero no era tan estúpido como para dudar de lo que decía Anired, así que mantendría vigilada a Stella.
—Definitivamente lo fue —Domerling sonrió—, bueno tengo que volver de inmediato, ya que soy prefecta y hay una reunión.
El pelirrojo soltó un gruñido recordando que él, como prefecto de ultimo año tenía que ir a ver a su jefe de casa y los demás prefectos pues serían los encargados de ayudar a los visitantes, Stella se despidió para alejarse de ahí.
George Sirius observo a Hannah con una pequeña sonrisa.
—Espero te guste el castillo, también tengo que asistir a la reunión, así que nos vemos luego.
—Claro, nos vemos.
Hannah le devolvió la sonrisa viendo cómo se despedía de sus hermanos.
—Recuerda que los prefectos de quinto tienen que estar dentro de media hora en la sala común —le dijo a Anired para besarle la coronilla de la cabeza—, nos vemos, hasta mañana Reg, Freddos.
Se alejó de ahí a paso rápido para distinguir a la otra prefecta de su casa de ultimo año.
—Bueno...creo que yo tengo que volver al barco —Hannah se acercó a Regulus y le acaricio el brazo ganando la risa del mayor—, supongo que nos vemos.
—Si quieres—pareció dudarlo para aclararse la garganta—, podría mostrarte el castillo uno de estos días, para que te sea más fácil moverte.
MoongBlaxott-Blyley sonrió ante sus palabras.
—Eso sería demasiado lindo, me encantaría...
—Puedo pasar por el barco mañana en la tarde ¿estas disponible?
El azabache tenía una sonrisa coqueta al ver que Hannah estaba aceptando su invitación.
—Claro, entonces nos vemos mañana—la rubia se paró en las puntas de los pies para dejar un pequeño beso en las pálidas y frías mejillas del más alto—, hasta mañana —vio a los dos menores notando la mala mirada de Anired—, hasta mañana, Fred, Nired.
Miro por última vez a Regulus el cual le lanzo un guiño para alejarse de ahí.
—Histi miñini —Anired imito la voz de la rubia poniendo los ojos en blanco para golpear el brazo de su hermano—...borra esa sonrisa, pareces más estúpido de lo que eres.
—Al pareces no te agrado Hannah ¿verdad? —cuestiono el rubio y decidió cambiar el tema al ver la mirada de obviedad que le lanzo—...bueno, nuestro Reggie va con todo con una chica de Durmstrang...
—Solo fui amable —menciono Regulus para caminar con ellos—, me imagino que querrá conocer los alrededores, es algo de educación, aparte McGonagall dijo que los tratáramos bien.
—Sí, seguro vas a mostrarle el castillo a todas las extranjeras...
Algunas veces Anired odiaba que su hermano fuera tan "fácil" y cediera ante los encantos de cualquier persona atractiva que le sonriera.
—¿Esa no es Anubis?
Freddos y Regulus distinguieron al único gato egipcio en todo Hogwarts que corría a toda velocidad hacia los jardines del gran castillo.
—Si no lo atrapas uno de los extranjeros puede confundirlo con una rata y lastimarlo...
Se burló el rubio y Reg solo soltó una estruendosa carcajada al ver a la menor salir corriendo detrás de la gata.
Anired maldecía por lo bajo saliendo a toda velocidad del castillo, era raro que Anubis no hiciera caso a su llamado, por lo que solo podía significar algo:
Estaba persiguiendo a su próxima presa.
Ella siempre había tratado de que no matara ninguna clase de animal, ya que podría ser un animago o la mascota de alguien.
—¡Anubis!
Llamaba siguiéndola a toda velocidad, era rápida pero un felino lo era aún más, y más su gata al ser un matagot.
—¡Oye!
Al brincar una barda y llegar frente al gran carruaje de Beauxbatons pudo distinguir a un chico rubio que apuntaba con la varita a Anubis.
—¡Baja eso, no te está haciendo nada!
Grito para tomar a la gata que estaba en posición de ataque y le gruñía al varón, los ojos azules del más alto terminaron sobre ella, pudo ver como algún pequeño animal subía rápidamente por su brazo.
—Scheisse —murmuro con voz ronca y un perfecto alemán, Anired no lo entendió y él de inmediato se dio cuenta por la expresión en su rostro, maldijo aún más al ver que tendría que hablar en inglés —...esa «grata» casi se come a Moswen —mascullo viendo a la azabache y sus ojos se iluminaron de inmediato al distinguir cada una de sus finas facciones, no pudo evitar sonreír al darse cuenta de la coincidencia —...si no «hubiegra» llegado, Moswen «estargria»«muegta».
(Mierda)
Anired tuvo que morder el interior de su mejilla para evitar reírse de la pronunciación del rubio, tenía un marcado acento alemán que volvía su voz aún más varonil y gruesa, pudo darse cuenta que era de Beauxbatons ya que llevaba el uniforme azul que los caracterizaba, sin embargo, lo que más llamo su atención fueron los ojos azules con tonalidades verdosas, se le hacían demasiado conocidos, pero no lograba saber de dónde.
—Pero, no es para que la amenaces con la varita, lograste salvar a...lo que sea Moswen, y Anubis no intento más —menciono apretando a la gata contra su pecho que aun gruñía—...lo siento si intento comerse a tu mascota.
—Solo...mantén a esa cosa lejos de Moswen.
Él no podía dejar de verla, quizá la estaba tratando algo mal, pero no tenía ni idea de cómo seguir con una conversación normal.
—De acuerdo...
Menciono para darse la vuelta y comenzar a caminar, el alemán al verla alejarse se frustro y no pensó demasiado en lo que salió de su boca.
—Tabla de planchar...
Al rubio le costaba la pronunciación, pero la Black-Weasley lo entendió a la perfección así que se dio la vuelta con la ceja enarcada.
—¿Cómo me acabas de llamar?
Él cerro los ojos por unos segundos para dejar ver un brillo que reflejaba lo mucho que se estaba divirtiendo.
—Tabla de planchar —se encogió de hombros—... ¿o prefieres pecho plano?
Las mejillas de Anired se volvieron completamente rojas ante eso mientras formaba una perfecta "O" con la boca, rápidamente respondió
—: ¡Maldito idiota, pervertido!
Dejo que la gata bajara de sus brazos para buscar la varita mientras él tenía una estúpida sonrisa en el rostro.
—No puedes ocultar lo que eres...
Anired estaba dispuesto a atacarlo cuando una voz femenina demasiado grave se hizo presente.
—Maxence, monte dans la caléche.
(Maxence, entra al carruaje)
El rubio frunció el ceño ante la orden y le dio una última mirada a la menor.
—Tabla de planchar —disfrutaba de ver como su cara pasaba por diversos colores y parecía demasiado enojada al no poder atacarlo debido a que Madame Dubois estaba al lado de ellos dirigiéndose al carruaje —, Ir sehen uns, kleiner hase.
(Nos vemos, pequeño conejo)
Menciono para seguir a la directora que hablaba algo en francés, Anired apretaba la varita con fuerza al no poder atacarlo y ni siquiera insultarlo como debía porque no quería quedar mal frente a la Directora y darle una mala reputación a Hogwarts, sentía sus mejillas arder y lo único que deseaba era borrarle esa tonta sonrisa al idiota ese.
Se dio la vuelta dando fuertes zancada como si con eso pudiera sacar su enojo, Anubis la seguía mientras maullaba.
—¿Black-Weasley?
Giro la mirada al escuchar como la llamaban y distinguió a una rubia que portaba la corbata de Hufflepuff...
—Ah...la amiga de Reg... ¿Brooke?
—Exacto —le sonrió para caminar a su lado — ¿Qué haces aquí? Tu primo te estaba buscando.
—¿Zed? —Brooke asintió —...vine tras Anubis estaba persiguiendo algo y me topé con un idiota.
El enojo volvió a ella al recordar al estudiante de Beauxbatons que la había llamado pecho plano y tabla de planchar, sabía que no tenía una gran cantidad de senos, en sí, si se comparaba con su madre estaba completamente plana, pero siempre se animaba al recordar que estaba en crecimiento y si la genética estaba de su parte tendría una buena talla.
—¿Te hizo algo? —Anired negó— ¿Entonces? Si quieres...me puedes contar, no le diré a nadie.
Anired le sonrió con suavidad y se tocó los pechos para preguntar.
—Brooke... ¿Crees que tengo el pecho plano?
La rubia la miro consorpresa tratando de entender lo que le acababa de preguntar para ver hacia sutorso donde apenas se notaba un poco de volumen que pasaba demasiado desapercibido,y en esos momentos no sabía que contestar.
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¡Hola! ¿Cómo están?
Cada vez está más cerca el saber quiénes serán los tres campeones...¿Ya tienen más sospechas?
Bueno, nos leemos, las tqm❤️
PD. Si este cap llega a los 300 comentarios subo una actualización mañana, jejeje.
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