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Diesciocho.

—Anigget y yo nos conocimos en vacaciones —comento el rubio caminando a lado de la mayor—, específicamente en el partido de Bulgaria vs. Alemania...

—Ah, sí, recuerdo que fue con Deyan.

Anirak sonreía con suavidad, cada vez su teoría se hacía más grande, ver a ese adolescente y hablar con él era como estar al lado de Jerome, físicamente idénticos, hasta la forma de caminar y gesticular.

Para ella no había más dudas, ese rubio...era hijo de Jerome, no encontraba otra razón con la cual se explicará todas las coincidencias.

No sabía cómo indagar más sobre la infancia de D'Acanto, pero sabiendo que Anired y él se conocían tendría una facilidad para saber de él.

—Sí, nos conocimos cuando termino, aunque no nos presentamos porque Anigget se perdió...o bueno, no sé bien que paso, pero la encontré sola y tuvimos que buscar al búlgaro.

—¿Anired se perdió? —lo miro con la ceja enarcada, recordando que su hija no menciono nada al respecto— ¿No estuvo con Deyan todo el partido?

Maxence la observo con sorpresa al darse cuenta que al parecer dijo algo que no debía de decir, definitivamente Anired lo odiaría más de lo que ya lo hacía.

—Si...bueno...no sé si debería de decir lo que pienso, porque no quiero hablar mal de Deyan frente a la madre de su novia.

Murmuró llevándose los dedos índice y pulgar a los labios de manera dubitativa.

—¿A qué te refieres, Maxence?

—Llámeme Max, suena menos formal —sonrió educadamente—, bueno...es que el día en que nos conocimos estoy casi seguro de Deyan la dejo a su suerte, digo...mi mamá siempre me ha dicho que si salgo con una mujer, ya sea mi novia, hermana, amiga o una simple conocida tengo que estar siempre con ella; salimos juntos regresamos juntos, así que no entiendo porque ella se perdería, Nigget es demasiado inteligente y dudo que se alejaría de la persona con la que viene en una ciudad que evidentemente no conocía, y menos que no comprendía el idioma.

Anirak lo miro procesando las palabras, si bien conocía a Deyan desde que era un recién nacido, últimamente tanto ella como Fred se dieron cuenta de un gran cambio en su personalidad, al igual que los varones de la familia no estaban nada contentos, ya que no fue ni siquiera q decir que Anired y él ya eran novios, ni siquiera a pedirle permiso a Fred de volverse novio de su hija y no es que consideran que Anired fuera un objeto sobre el cual su padre era el único que podría decidir.

Sin embargo, el pelirrojo mayor creció con una educación distinta tanto que les había enseñado a sus hijos que si iniciaban una relación romántica con alguien tendrían que ir con la familia de su pareja a presentarse formalmente como sus novios, tal como él lo hizo con Sirius Black cuando fue un adolescente de dieciocho años, más que nada por respeto a la familia y para que los padres de la pareja supieran con quien estaba saliendo y las intenciones.

—Tienes razón...Anired no es de las personas que se alejan cuando no conocen un lugar, menos sabiendo que no puede usar magia.

Ella miles de veces les dijo a sus hijos que si salían con alguna chica tendrían que estar con ellas hasta que las llevaran a la puerta de su casa porque si el mundo era peligroso, para el sexo femenino lo era aún más.

—Sí, eso supuse, más que parecía asustada, no es que yo sea la mejor persona para decir que está bien o que está mal, pero desde mi punto de vista, Anigget no debería de estar con Deyan, siento que él la dañara tarde o temprano.

—Te preocupas mucho por ella ¿no?

Anirak sonrió, parecía un chico serio, pero mientras lo escuchaba se daba cuenta que le costaba socializar y le resultaba demasiado dulce.

—Anired...es como un kleiner hase...siento que con cualquier cosa podría ser herida...

También noto que no sabía decir varias palabras en inglés y las decía en su idioma natal para mayor comodidad.

—¿Cómo un pequeño conejo?

—¿Sabe hablar alemán?

El rubio enarco la ceja con curiosidad.

—Sí, cuando te vuelves Auror necesitas ser poliglota, no sabes en que momento te pueden mandar de un país a otro e incluso algunas veces tienes que fingir se alguien más, así que es necesario saber tanto idiomas como culturas.

—Suena demasiado difícil —se encogió de hombros, él aun no sabía a qué se quería dedicar, ni siquiera lo pensaba ya que no tenía ninguna aspiración en la vida —...la carpa de los competidores queda ahí.

Señalo la carpa café claro que se encontraba a algunos metros.

—Qué bueno que me encontré contigo, si no, nunca habría llegado.

—Me alegro de ser de ayuda.

—La mayoría de los jóvenes de tu edad no son tan educados, sin duda tus padres deben de estar demasiados al pendiente de tu educación.

Las mejillas de Maxence se volvieron rojas gracias al comentario y estaba casi seguro que las puntas de su cabello también, así que llevo la mano hasta su cabeza para hacerlo hacia atrás tratando de ocultarlo.

—Mi madre siempre ha estado muy al pendiente de eso, dice que la educación abre muchas puertas.

—Y esta en lo correcto, tanto en el mundo mágico como en el mundo muggle, a cualquier persona le va a agradar más una persona educada que alguien irrespetuoso.

Max trago un poco saliva ya que algunas veces era algo grosero e irrespetuoso, especialmente con las figuras de autoridad.

—Sí, me he desarrollado más en el mundo muggle así que mi experiencia es mayor ahí.

—¿Eres hijo de...muggles?

Él asintió.

—Hasta donde sabemos, mi hermana y yo lo somos, aunque solo conocimos a mamá, ya que mi padre falleció hace año en un accidente de trabajo.

Con eso estaba más segura de su teoría, todos los cabos parecían atarse y era más evidente, tenía que hablarlo con Jerome lo más pronto posible.

—Siento mucho lo de tu padre.

—No importa... no lo conocí, así que no duele, me refiero a que se siente como si pudiera estar en algún lugar por ahí y yo no lo conociera, es como cualquier otra persona.

—Me alegro que lo tomes de esa forma, sufrirás menos así —le dedico una cálida sonrisa deteniéndose ante de entrada a la carpa —...Max ¿me harías un pequeño favor?

—Si...claro ¿de qué se trata?

Respondió con facilidad, aunque por dentro esperaba que no fuera algo demasiado difícil o que lo pudiera echar de cabeza con la pequeña mentira de que Anired y él eran amigos.

—Tal vez sea algo extraño o demasiado difícil, no quiero que me consideres una entrometida —explico apareciendo con un movimiento de varita un trozo de pergamino y pluma—, pero, quisiera que me dijeras si ves que Deyan trata mal a Anired, es mi hija y me preocupo por ella, también entiendo si hay cosas que ella no me cuente —escribió con rapidez—, pero, quiero saber que Deyan no la maltrata, y en caso de que así sea tendré que hablar con ella, no me agrada la idea de pensar que la primera relación de mi hija sea un recuerdo amargo...esa es mi dirección tanto de trabajo como de casa y número de teléfono, me puedes escribir en cuanto notes algo.

Le extendió el pedazo de pergamino, Maxence observo la pulcra y manuscrita caligrafía.

"Anirak Black-Weasley

Callejón Diagon #125
Londres, Inglaterra.

Ministerio británico de magia.
Whitehall, Londres, Inglaterra.
Primer piso, oficina #1

0725991410"

—Claro que lo hare—prometió doblando con cuidado el papel para sacar la cartera y guardarlo cuidadosamente en ella—, le escribiré cuando vea algo extraño, a mí tampoco me gustaría que Anigget sea dañada por alguien como él.

—Y también, en caso de que necesites algo o te metas en algún problema me puedes llamar.

Maxence sonrió de forma agradecida ante las últimas palabras.

—Lo tendré en cuenta.

Abrió la carpa dejando que la mujer mayor entrara para seguirla.

Anirak se despidió de forma amable para dirigirse a su hijo, ahora tendría una buena excusa para hablar con el rubio, noto de inmediato que mentía en ser amigo de Anired, ya que su hija le había contado de cierto rubio alemán que era demasiado molesto, pero, decidió dejarlo pasar ya que notaba demasiado interés por parte de él.

—¡Max!

Amalie sonrió al ver a su hermano acercarse a ella y sin importarle más corrió para abrazarlo con fuerza, se sentía demasiado nerviosa y ver como los familiares de los otros dos competidores iban a apoyarlos la hacía sentir un poco mal, ya que su madre ni en un millón de años podría asistir debido al hechizo anti muggles en las escuelas mágicas.

—Sé que soy entrañable, pero no pensé que me extrañaras tanto.

La abrazó rodeándole la cintura y de forma cariñosa, mentiría si dijera que no estaba preocupado por la prueba, temía que su gemela saliera lastimada, si bien sabía que era una excelente bruja oraba porque no le pusieran nada de pociones.

—No te creas tanto, tonto.

Maxence se alejó para sonreírle suavemente.

—Ten cuidado ¿quieres? El que primero se debe de morir aquí soy yo.

Amalie le golpeo el hombro de manera juguetona mientras negaba.

—Estoy demasiado nerviosa.

—Me doy cuenta, todos parecen estar así.

Recorrió con la mirada a Deyan que era acompañado por el exjugador Viktor Krum y la ministra de Bulgaria; Hermione Granger-Krum incluso el director Lyubomir estaba presente con ese gesto de amabilidad fingida que lo caracterizaba. El menor sonreía por compromiso jugando con la varita entre sus manos de manera nerviosa, lo analizo más, cabello despeinado y ojeras levemente marcadas, sin duda, no entendía porque Anired estaba con él.

Deyan tenía de guapo lo que él de ganas de vivir.

Volvió la vista a su gemela que observaba detrás de él con mucho interés.

—¿A quién ves de esa forma?

Se dio la vuelta y miro lo mismo que su hermana: una familia de seis integrantes, los Black-Weasley. Regulus era abrazado de manera cariñosa por su madre, la mujer con la que charlo hace unos minutos, al frente de ellos estaban dos pelirrojos, a uno lo reconoció como George Sirius y el otro eraba seguro que era el padre los cuatro hermanos, Anired platicaba con el profesor de vuelo de Hogwarts que la rodeaba por los hombros con el brazo mientras sonreía cariñosamente.

Sin duda se notaba la gran diferencia en lo que reflejaban las familias, por un lado, los Granger-Krum daban una vibra más formal y a comparación por los Black-Weasley parecían ser más desapegados. La familia de Anired mostraba un cariño inmenso y demasiada unidad.

—Parecen ser muy unidos.

—Por algo a Regulus, George y Nugget siempre los vemos juntos.

—¿Nugget?

Amalie lo miro sin comprender, Max se encogió de hombros.

—Nigget, Nugget, no hay mucha diferencia.

—Si te interesa no deberías de ser tan molesto

Comento, conocía muy bien a su gemelo y sabía que estaba interesado en la azabache menor, no por nada más de una vez lo vio rondando por donde ella estaba para ir a molestarla, porque él idiota no parecía tener ni idea de cómo iniciar una conversación normal o hacer amigos.

—No sé de qué hablas, Lie, los nervios te afectan la cabeza... mira, ahí viene Madame Dubois.

—Amalie, Maxence —saludo formalmente Camille—, la prueba iniciara en unos minutos y solo los competidores podrán estar aquí, así que terminen de desearse suerte y Maxence vuelve a las gradas.

—Sí, Madame.

Murmuro el rubio entre diente, Amalie le sonrió amablemente viéndola alejarse.

Los gemelos D'Acanto miraron con atención cuando el matrimonio Granger-Krum se detuvo frente a ellos junto con Lyubomir viendo a los patriarcas de la familia Black-Weasley acercarse, Amalie noto el increíble parecido de George Sirius con sus dos padres, mezclaba varias características de ellos, especialmente de Anirak.

—Anirak, Fred —saludo Hermione con una enorme sonría—, que alegría verlos, aunque sea en estas circunstancias.

—Lo mismo digo —Fred le ofreció una sonrisa, pero su esposa estaba un poco más seria lanzando mordaces miradas al director de Durmstrang—, quien diría que nuestros hijos terminarían en esta estupidez.

—Deyan está muy emocionado por el torneo —el búlgaro comento dando un apretón de manos con el pelirrojo y después con Anirak—, por lo que veo Regulus igual —volvió la mirada a su hijo que se encontraba abrazando a Anired—, sin duda a Deyan le hará bien hablar con Nired, estaba algo nervioso.

—Si...le vendrá bien hablar con ella.

Murmuro apretando la mandíbula viendo a su hija abrazando cariñosamente al castaño.

—Ah, cierto —interrumpió Hermione—, Asen, ellos son Fred y Anirak Black-Weasley; Anir, Fred él es Asen Lyubomir.

Los Black-Weasley lo vieron de arriba abajo con un gesto que nadie podía descifrar.

—He escuchado demasiado de la ministro provis...

Todas las miradas fueron hacia ellos al escuchar un fuerte golpe, los D'Acanto abrieron los ojos con sorpresa al ver como Anirak Black-Weasley le había propiciado un puñetazo seco a Lyubomir haciéndolo retroceder varios pasos.

Fred solo sonrió orgullosamente, mientras Hermione se inclinaba a auxiliar a Asen.

—Que sea la primera y última vez que me entero, que usted se atreve a amenazar a mi hija con la varita —advirtió con un brillo en los ojos, tan característicos de los Black—, y si me llego a enterar que ha amenazado o corregido con castigos físicos a algún alumno ya sea de Hogwarts, Beauxbatons o incluso de Durmstrang me encargare por todos los medios posibles de que nunca más en su vida sea bien visto en el mundo mágico, incluso que le rompan la varita retirándolo de la magia.

Asen logro estabilizarse apretado la nariz, el golpe había sido algo fuerte, que incluso sentía que estaba a punto de sangrar.

—Su hija debe de ser corregida con mano dura, sino solo será una mujer con pensamientos tan liberales.

La fría y calculadora mirada del castaño recorrió a la azabache que solo alzo las comisuras de los labios irónicamente.

—Sí, eso espero que sea, y evidentemente mi hija no va a tolerar comentarios machistas y misóginos, mucho menos quedarse callada ante esas estupideces que dijo sobre ese conteo.

—¡Por Merlín! Si esa niña sigue siendo así terminara siendo una completa libera...debería de ver la educación de su familia, dando esos ejemplos frente a tantos menos...solo demuestras que la ministro es una nada menos que una mujer v...

Lie escucho algunos pasos acercándose rápidamente, distinguió a Regulus John, George Sirius y Louis-Philippe con las varitas en mano, Fred les hizo una seña para que se detuvieran atrás de él.

—Ni se le ocurra hablarle de esa manera a mi esposa —advirtió Fred con la varita en mano—...o juro que en estos momentos poco me va a importar quien esté presente para obligarlo a disculparse de rodilla.

—¿Me está amenazando, Señor Black-Weasley?

Fred sonrió mientras negaba.

—Los miembros de la familia Black-Weasley no amenazamos...solo advertimos lo que vamos a hacer.

Respondió de manera segura viendo con superioridad a Asen que se dio la vuelta para retirarse demasiado ofendido de la carpa.

Deyan al ver eso dejo a Anired y fue corriendo detrás de su director, sabiendo lo enojado que estaba.

—Y ahí va de lameculos.

Comento George Sirius ganándose la risa de Louis y Regulus.

—Creo que le dieron en el ego a Lyubomir.

Louis se estiro para guardar la varita en el bolsillo trasero del pantalón. -

—Fue un buen golpe de parte de mamá —admiro Regulus viendo a su madre que iba con Anired—...en definitiva es sorprendente.

—Pero, cuando se enoja da miedo.

—Louis, George, Reg —llamo Fred acercándose a ellos mientras se acomodaba los puños de la camisa color vino que utilizaba ese día haciendo juego con el vestido de su mujer —, a partir de ahora, no quiero que en ningún momento deje a Anired sola o cerca de ese idiota...

—Sí, papá —Louis le dedico una sonrisa tranquilizadora—, no te preocupes, no descuidaremos a nuestra hermana por nada.

—Lo sé —palmeo el hombro del mayor y vio a los mellizos—...y no me molestaría que lanzaran al Lago Negro a Deyan.

—No tenías ni que mencionarlo.

Los impostores sonrieron de manera cómplice para ver a Louis que asintió, tal vez estaba abusando de su poder de maestro, pero si lanzaban a Deyan al Lago Negro no le molestaría evitarle el castigo.

Fred y Louis se despidieron de Regulus deseándole mucha suerte y que saliera vivo de esa prueba, el azabache les prometió que pasaría con excito y los vería cuando estuviera de regreso.

Las grises miradas captaron a Amalie y Maxence así que se acercaron de inmediato.

—Hola—Regulus les sonrió— ¿Ya estás lista, Amalie?

—Algo nerviosa y ¿tu?

—Demasiado nervioso —se encogió de hombros—, pero estoy seguro que nos ira bien.

Amalie trato de creer en sus palabras, las palmas de las manos le sudaban mientras pensaba en diversos escenarios donde se podría desarrollar la prueba, una suave caricia en la mano la distrajo y volteo a ver al pelirrojo que ya estaba a su lado y le rozaba el dorso con los dedos.

—Si te sudan las manos se te podrá resbalar la varita.

Advirtió George Sirius, Regulus platicaba con Max sobre algo que ninguno de los mayores parecía interesarles.

—Me cuesta evitarlo—murmuro limpiándose contra la extraña tela azul de su pantalón—, me siento muy nerviosa.

—No te dejes dominar por el pánico—aconsejo con una pequeña sonrisa—, por lo que se habrá magos preparado para intervenir en caso de que la prueba se complique...lo importante es que lo hagas lo mejor que puedas, no pienses en nada más, ni en el que dirán ni parecido.

—Temo fallar.

George le apretó la mano con suavidad.

—No lo harás, ya eres demasiado valiente llegando hasta aquí, estoy seguro que lo demás será pan comido.

—¡Que feo deseas buena suerte, George Sirius! —la voz cantarina de Anired hizo que el pelirrojo se alejara de forma brusca—, por eso es que no tienes novia.

Amalie no evito reír por el comentario al igual que Regulus, los ojos azules de Maxence se detuvieron sobre la menor que le hizo una mueca para concentrarse en la rubia.

—¿Entonces cómo se desea suerte?

Cuestiono George con reproche.

—Así —sin que ninguno se lo esperara Anired la abrazo rodeándole el cuello mientras se paraba en las puntas de los pies ya que la rubia era unos centímetros más alta— ¡Mucha suerte, Lie!

Con algo de sorpresa Amalie le respondió el abrazo rodeándole la cintura y recargando la barbilla sobre su hombro, el corto cabello le hizo cosquillas en la nariz, el aroma a frambuesa con canela resulto demasiado relajador al igual que la calidez que le brindaba la azabache, estaba acostumbrada a abrazar a Max, Christopher e Itziar, pero gracias a estar concentrada en lo del torneo y en ver como su novio se alejaba cada vez más no había tenido tiempo para hacer amigos más que George Sirius, sin embargo con ese abrazo tuvo el presentimiento que ella y Anired serían demasiado cercanas, no lograba describir el sentimiento, era una comodidad excesiva.

Ahora entendía porque Maxence siempre quería estar alrededor de la Black-Weasley.

—Gracias, Nired.

Sonrió, antes de separarse Anired murmuro contra su oído.

—Lumos Solem, ellos odian la luz—Lie la miro sin entender y ella se alejó—, estoy segura que te ira bien al igual que Regulus...ah, sí cierto —saco una pequeña flor del bolsillo de su abrigo—...toma

—Eso espero... ¿Qué es?

Amalie la acepto y Maxence la vio con curiosidad para fruncir el ceño al notar la pequeña flor de colores naranjas con fucsia.

—Es una Zinnia Liliput, Stefan me ayudo a cultivarla en herbología, es para la buena suerte, como un amuleto, puedes guardarla en tu bolsillo o colarla alrededor de la varita.

—¿Qué? —Regulus se acercó dejado ver que llevaba una flor idéntica pegada en el lado izquierdo del pecho—...solo trajiste dos, pensé que se la darías a Deyan.

Lie sonrió acomodando la flor en el bolsillo que se encontraba dentro de la chamarra sintiendo las malas miradas de su gemelo que decidió ignorar.

—Sí, pero esa era para Lie —explico abrazando el brazo de Regulus—, porque siendo sinceros, Deyan ya tiene mucha suerte —todas la vieron con confusión—...o sea, tan solo mírame, Deyan ya tiene una suerte extrema por tenerme a mí como novia.

Regulus soltó una ricita abrazado a su hermana y besándole la coronilla de la cabeza.

—Bueno, yo ya me tengo que ir a las gradas, Zed y Alex me están apartando lugar —explico para despedirse con un movimiento de mano—, mucha suerte, estoy segura que les ira bien.

—Te acompaño... creo que vi al tío Jerome...nos vemos Max —se despidió del rubio—, a ti te veo en unos minutos —le advirtió a Lie y vio a George—, supongo que te veo afuera.

George Sirius asintió viendo a sus hermanos menores alejarse, volteo a ver a Amalie nuevamente y le sonrió cálidamente.

—Yo no te traje una flor como Nired...pero —con suavidad tomo la mano de Lie hasta subirla a la altura de su rostro—, mucha suerte, preciosa...te espero después de la prueba.

Murmuro dejando un pequeño beso en el dorso de la blanca y fina mano, Max vio a Amalie con una sonrisa burlona, y ella no evito ponerse tan roja como el cabello del más alto.

—Gracias...George.

La soltó con delicadeza.

—Nos vemos.

Fue lo último que dijo para salir de la carpa a paso rápido tratando de esconder el sonrojo en sus mejillas, mientras se reprendía una y otra vez por lo que acaba de hacer, tal vez habría incomodado a la rubia, pero fue un impulso al cual no pudo resistir.

Maxence subía y bajaba las cejas sin dejar de ver a Amalie que tenía una mueca extraña en el rostro.

—Lo bueno que no se estaban acostando.

—¡Solo somos amigos, Max!

Riño mordiéndose el interior de la mejilla, el menor negó sin dejar de sonreír.

—Deja de mentir, acabo de ver lo que paso entre ustedes.

—No lo estoy haciendo... solo...fue amable.

—Ajá, si tú lo dices—la siguió viendo inquisitivamente pero su rostro se ensombreció al recordar algo—...cierta parte de mi te odia en estos momentos.

—¿Ahora que hice?

—"Ihiri qui hici" ¡Sabes lo que hiciste! —acuso viéndola fríamente—...ella te abrazo ¿por qué te abrazo? ¡Hasta te dio una flor!

—¿Qué te puedo decir? Nadie se resiste a mis encantos.

Le lanzo un guiño con voz burlona.

—Somos idénticos, no hay gran diferencia...incluso soy más guapo... ¿Por qué tú le agradas y yo no?

—Yo soy la más guapa de los dos —lo señalo con el dedo—...y no sé, tal vez no le agrades porque a cada rato la molestas, si intentaras tener una conversación con ella...sin insultos o burlas, sería distinto.

—Claro...lo entiendo—murmuro para él mismo sobándose la barbilla—, si estas acostándote con George Sirius, es evidente que le vas a agradar porque es su hermano...ahora entiendo todo.

—Max, eres demasiado idiota... si no dejas de molestarla te va a terminar odiando realmente.

—Espero te caigas del barranco por decir eso —llevo la mano al rostro de Lie empujándolo con suavidad—, me largo de aquí, te veré después de la prueba, tonta.

—¡Háblale bien por una vez!

Max le enseño el dedo de en medio para salir de ahí dejando a su hermana sola.

Amalie soltó un suspiro para irse a sentar a un pequeño taburete tratando de relajarse mientras pensaba en lo tonto que era su gemelo, nunca entendería porque se complicaba tanto la vida, a lo poco que conocía a los tres Black-Weasley menores había notado que eran personas amables y sociables, no era nada difícil tener una conversación con ellos.

[...]

—¡Y ahora nuestros tres competidores hacen acto de presencia! —la voz de Lee Jordan- Johnson, que era el encargado de fungir como comentarista del torneo, inundo la voz del campo de Quidditch, las gradas se encontraban llenas por los estudiantes e invitados especiales como las ministras —...la pequeña fila es encabeza por la competidora de Beauxbatons: Amalie D'Acanto, varios han apostado por la encantadora chica ya que es una excelente bruja y goza de una gran belleza —los alumnos de Beauxbatons gritaron aún más apoyando a su competidora —, seguida por Regulus John Black-Weasley, competidor de nuestro amado Hogwarts —los gritos y silbidos fueron aún mayores, el pelinegro saludo a sus compañeros de manera energética y con una gran sonrisa—, veo que es todo un rompecorazones, no se preocupen que aún sigue soltero...y por último, pero no menos importante...el grandioso jugador Deyan Viktor Granger-Krum—el ruido fue todavía superior, liderado por voces masculinas—, lastimosamente para todos es novio de Anired Black-Weasley, así que ni lo intenten.

Los competidores se detuvieron frente a una línea roja, donde se encontraban Emmett Pemberton con un estoico rostro.

—Como ya les explicaron hace unos minutos, la prueba consiste en recuperar cierto objeto que se encuentra en una pequeña cueva—saco tres objetos con ayuda de magia—, estos trasladores los llevaran a distintos cañones, donde tienen que tener cuidado y seguir el sendero indicado, se enfrentaran a varios obstáculos que podrían llevar a la muerte—los tres adolescentes se encontraban igual de nerviosos ya que solo pudieron asentir con un movimiento de cabeza—...bien, primero las damas...Señorita D'Acanto por favor, seleccione el que más le agrade.

Lie giro el rostro con suavidad cuando alguien le pico el hombro, vio a Regulus que le dedico una suave sonrisa.

—Buena suerte...nos vemos al final de la prueba.

Ella le devolvió la sonrisa.

—Igualmente...nos veremos.

Se despidieron, Amalie miro los tres objetos con detenimiento: un viejo libro con una portada azul demasiado llamativa, un cortaúñas oxidado y una taza despostillada.

Los pensó durante unos segundos para guiar la mano al libro.

—Preparé su varita y tenga cuidado con la caída.

Pidió el pelirrojo, Amalie sostuvo la varita con fuerza al sentir como si algo le tirara el ombligo con fuerza.

Todo se movía a su alrededor y sin poder evitarlo cayo de bruces en el suelo, soltó un quejido ante el fuerte golpe en su trasero, el aire seco y caliente le golpeo el rostro observando todo lo que la rodeaba.

Era una zona árida y llena de tierra, con paisajes rocosos.

Se puso de pie alzando el libro para abrirlo y observar en la primera hoja:

Cañón del río Fish, Namibia.

Dio una bocanada de aire tratando de reunir valor y controlar los nervios, comenzó a caminar pisando con cuidado ya que no sabía que tan fijo se encontraba el suelo.

A unos cuantos metros observo un sendero iluminado por un extraño brillo, supuso que sería el que debería de seguir así que se acercó trotando para llegar más rápido, quería terminar lo antes posible.

El camino era angosto en medio de dos grandes montañas, se concentró en su objetivo y camino lentamente, podía ver pequeñas y extrañas plantas mezcladas con flores, algunas se movían acercándose a ella, de inmediato supo que era uno de los obstáculos, con algunos hechizos las alejo de ella ya que no sabía que efecto causarían se llegaban a tocarle la piel.

Siguió avanzando sin bajar la guardia, pronto termino en el acantilado, el camino parecía incluso más angosto que antes, por unos segundos bajo la mirada viendo la gran altura, ni siquiera distinguía el suelo, si se resbalaba era una muerte segura.

Tuvo que caminar de lado pegando el cuerpo a las rocas y sujetándose con fuerza, algunas ramas secas se movían tratando de tocarle el rostro, ellas las esquivaba o quemaba con la punta de la varita, llego a pensar que la prueba no era tan difícil como creyó, estaba tan solo a unos metros de la pequeña cueva en la que seguramente estaría el objeto que debería de recuperar.

Estaba tan concentrada en su objetivo que no sintió como algo entraba bajo su pantalón hasta que un dolor punzante le recorrió el tobillo.

—Scheisse!
(¡Mierda!)

Maldijo en alemán tambaleándose por unos segundos, a como pudo se aferró de una piedra para no perder el equilibrio.

Temía el efecto secundario y lo peor es que no podía inclinarse a revisar la herida, apunto con la varita a la rama para expulsarla, sintió como si le arrancaran algo, un líquido espero y caliente bajar desde el tobillo hasta su pie mojándole el tenis y calceta.

Fue en cuestión de segundos para que comenzara a sentirse mareada y más sudorosa de lo que ya por si estaba, de repente diversas voces se escuchaban a lo lejos.

—Lie...me duele...me duele mucho—reconoció la voz de su gemelo, estaba sufriendo incluso pequeños sollozos le dificultaban hablar—...él me obligo...yo no quería.... nunca quise decir eso... y ahora no puedo acercarme...a ella...

Con la vista borrosa comenzó a buscarlo, no entendía como es que llego hasta ahí si se quedó en Hogwarts.

—Mein himmel —la suave voz que algunas veces le servia de consuelo perforo sus oídos, reconocio esa pronunciación—...es tut mir so leid, das wollte ich dir nie verheimlichen...

(Mi cielo...lo siento mucho, no quise ocultarles algo como eso)

En ese momento lo supo ya que no había forma que Crystal D'Acanto se encontrara en ese lugar, aquella planta le causaba alucinaciones, aunque por unos segundos llego a creer que eran aquellas visiones que a veces predecían el futuro.

—¡Yo soy su padre! —esa tercera voz no lograba reconocerla de ningún lado, pero por el tono que utilizaba parecía molesto y herido— ¡Yo nunca quise perderme ningún momento en su vida, es injusto que actúes de esa manera!

Alzo la mirada en busca de alguien, pero la inmensa luz ofusco los ojos de la rubia que aferraba las pequeñas manos a la rocosa pared del barranco, con cualquier mal movimiento podría caerse.

Cada vez sentía los parpados más pesados y la voz masculina perforaba sus oídos como una daga, junto con la de su madre y hermano

Amalie no lo pudo evitar cuando todo se volvió completamente negro.

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¡Hola!

¿Cómo están?

Les dejo otro capítulo de fraterno, jeje.

¿Creen que Lie muera?

Bueno, nos leemos, las quiero♥

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