Diecisiete
(¡Hola!
Después de bastante tiempo les traigo una actualización, por cierto feliz año nuevo.
Siendo sinceras pensé en abandonar la historia, ya que siento que últimamente nadie la lee, sin embargo después de meditarlo por algunas semanas decidí retomarla
Espero disfruten la actualización y comenten.
+300 comentarios para la siguiente actualización.🖤🫰🏻)
Sus pasos eran rápidos saliendo de la sala de juntas, apretaba el celular en la mano izquierda con tanta fuerza que incluso los nudillos estaban blancos. Por más que presionara el botón este seguía sin encender dándose cuenta que no tenía nada de batería, por lo que no pudo enviarle mensajes a su novia para explicarle la situación, lo único que esperaba era que la menor siguiera en la oficina para irse de manera inmediata, aunque claro, seguramente estaría molesta, sin duda debería de darle un buen regalo para que lo perdonara por hacerla esperar tantas horas si un simple mensaje.
Suspiró frotándose las sienes, estaba demasiado cansado de esas reuniones que salían de imprevisto, arruinando todos los planes que ya tenía.
A pesar de que la ministra y Lyssandre le dijeron que podía faltar, sabía muy bien de su responsabilidad como jefe, y si era el único que no asistía los rumores y chismes comenzarían a circular por el ministerio acusando que era favorecido al ser hijo de Lyssandre y novio de la hija de la ministra.
Soltó una maldición al escuchar como lo llamarón, la voz era molesta, quería dejar de escucharla de una vez por todas.
—¡Maxence, te estoy hablando! ¡¿Estás sordo?!
El alemán se dio la vuelta para encarar a la mujer mayor que se acercó trotando a él.
—¿Qué quieres, Olympe? — escupió con molestia—...la reunión ya terminó...
—¡No te puedes ir, así como así! —comenzó a reñir poniendo las manos en su cadera y mirando al rubio con el ceño fruncido— ¡Las ministras y demás jefes del ministerio francés y británico aún se encuentran dentro, es una falta de educación solo salirte antes que ellos, tienes que esperar a que todos se vayan!
—Estás loca —sentenció negando—...la reunión ya terminó y yo me largo de aquí... ¿no te es suficiente con que por tu culpa la reunión se haya alargado tanto tiempo? Parece que haces las cosas a propósito para que salgamos en la madrugada.
El rostro de Olympe se puso rojo ante las acusaciones de Maxence, las cuales estaban fundamentadas debido a que ella llegó dos horas después de que inicio de la reunión por lo que tuvieron que esperar más tiempo del acordado, sumando a que en todas las horas que prosiguió hizo demasiadas preguntas, que ante los ojos del alemán eran demasiado tontas y solo hizo que perdieran el tiempo.
—¡Tuve un asunto que atender y por eso llegué tarde! ¡Aparte no puedes llamar tontas a mis preguntas, las hago para prevenir que cualquier cosa pueda salir mal! —soltó mirándolo con ojos iracundos al ver que Maxence no parecía querer detenerse con nada, como si tuviera algo mucho más importante que hacer y que ella solo fuera una pared a la cual podría ignorar—¡Con esa actitud que tienes parece que el trabajo no te importa! ¡¿Prefieres irte con esa niña antes de hacer bien tu trabajo?!
Maxence se daba cuenta que esa discusión era una pérdida de tiempo ya que Olympe parecía estar más loca de lo que creía, por lo que finalmente prefirió no decir nada para darse la vuelta y alejarse de ahí escuchando como la mujer lo llamaba.
No encontraba la manera de quitársela de encima, pero por ese momento era mejor ignorar ese tema e ir de inmediato a ver a Anired, la que esperaba aun estuviera en su oficina.
Con largas zancadas recorrió el ministerio, pronto ya se encontraba trotando y tomando el elevador para llegar lo más rápido posible, agradeció interiormente el no toparse con nadie que pudiera hablarle ya que lo que menos quería era otra distracción más.
Al entrar al departamento de rompe maldiciones observó que ya no había nadie, por lo que seguramente todos terminaron el trabajo y se fueron directo a sus casas, trago saliva al detenerse frente a la puerta de su privado, tomo una bocanada de aire pensando en cómo comenzaría a disculparse con Anired.
Pero, la garganta le quedó completamente seca, ni una palabra pudo decir al ver que el privado tenía la luz apagada, al encenderla se dio cuenta que estaba completamente vacío.
Fue un tonto al creer que Anired lo esperaría tantas horas.
El enojo consigo mismo subió por su cuerpo, dándose cuenta de que había arruinado ese viaje que le prometió a la Black-Weasley menor desde hace días.
Soltó una maldición en su idioma natal para tomar el cargador del celular y conectar el aparato, se sentó sobre la silla de piel negra y pudo ver sobre el escritorio el paquete de chocolates que le dejó a Anired, lo abrió con cuidado percatándose que se comió más de la mitad lo que le hizo pensar que estuvo esperándolo por un largo tiempo.
La culpa lo invadía por haber dejado plantada de esa manera a Anired, así que una vez que su celular logró prender iba a marcarle de manera inmediata a Anired, pero diversos mensajes comenzaron a llegar lo que robó su atención.
Kleiner Hase🐰🖤_13:42hrs
Max, ya voy hacia tu oficina
Nos vemos en un rato
Te amo.
La culpa en Max crecía más al ver a la hora que le mandó el mensaje, fue al veinte para las dos por lo que seguro ella estuvo puntual, a las dos de la tarde que fue la hora acordada para verse y partir a su destino.
Pero, estaba seguro que el peor golpe fueron los siguientes mensajes de su asistente.
Andrea Rosier RM_18:00hrs
Maxence, Anired lleva aquí desde las 2pm esperándote.
Le dije de comer, pero no quiso.
Andrea Rosier RM_02:15hrs
Anired te estuvo esperando todo el día.
Apenas se fue.
—Mierda...
Repitió malas palabras en voz baja al saber que Anired lo esperó por doce horas en su oficina, no fue un rato o unas dos horas, si no doce horas y ni siquiera quiso comer.
De inmediato comenzó a llamar el número de su novia, pero por más que insistió lo mandaba directamente a buzón, así que tecleo para mandarle mensajes, pero estos no le llegaban.
Temía que estuviera tan enojada como para bloquearlo de todos lados, aunque no la juzgaría si lo hacía, ya que era algo que tenía muy bien merecido.
Decidió llamarle a Fred, para al menos asegurarse que Anired ya hubiera llegado sana y salva a su casa y partir hacia allá.
Hasta la tercera llamada le contesto el pelirrojo con voz somnolienta
—: ¿Max? ¿Pasó algo? —se dió cuenta que la voz del mayor pronto se llenó de preocupación—... ¿Pasó algo con mi hija? ¿Cómo está Anired?
Maxence trago saliva, por el tono de Fred era evidente que Anired aún no llegaba a su casa, y sin dudar, el patriarca de la familia Black-Weasley se iba a enojar demasiado al saber de la situación.
—Yo...Anired—se mordió el interior de la mejilla—...me surgió un inconveniente y ya no nos pudimos ir de viaje...pensé que estaría en mi oficina...pero...no está y tampoco me contesta el teléfono.
—¡¿Cómo qué no está contigo?!—Max tuvo que alejar el celular del oído cuando alzó la voz—... ¡Maxence, Anired fue hacia tu oficina desde antes de las dos! ¡¿Me vas a decir que en todo ese tiempo no pudo regresar a la casa?!—Max no sabía ni que decir—... ¡Lo último que me dijo es que ya estaban por irse!
Conociendo a Anired, era demasiado probable que le dijera eso a su padre para que no se preocupara y también para que Fred no se enterara que de alguna manera la dejó plantada.
—Lo siento —fue lo único que pudo decir—... sé que estuvo mal que estuviera tanto tiempo, no creí que esta reunión se alargaría tanto...pero, ahora no está aquí y no me contesta el teléfono...pensé...creí que ya estaba con ustedes.
Un silencio sepulcral se formó y escucho como Fred se levantaba de la cama, para salir de la habitación y llamarle a Anired, pero no hubo respuesta.
Pasaron unos minutos que Max sintió que fue una eternidad, escuchaba como al otro lado del teléfono el pelirrojo buscaba a la azabache por la casa, pronto las voces de Regulus John, George Sirius, Louis y Mónica se hicieron precedentes.
—¡No está en la casa! —sentenció el mayor demasiado preocupado y molesto—...Regulus va ir a ver si no está en casa de Lys y George, y George Sirius irá a buscarla a casa de Mary Jenell, por mientras Louis la buscará con Stefan...yo tratare de comunicarme con Anirak, Elijah y Khalil.
—La buscaré en el ministerio y calles cercanas, cualquier cosa te marco.
Estaba por colgar, pero Fred habló.
—Maxence, esta es la última vez que permito que se "vayan de viaje" —Max tragó saliva—, más te vale que esté bien.
Y con eso colgó.
A pesar de que Anired era mayor de edad, seguía viviendo en la casa de sus padres, por lo que debían de seguir con las reglas que imponen los mayores, como horarios, permisos y demás cosas, aparte, de que Maxence sabían muy bien lo sobreprotectores que eran con Anired, y sin dudar una vez que Lyssandre se enterara de lo sucedido iba a querer matarlo.
Al ver que tenía el veinte por ciento de batería decidió salir de la oficina para buscar a Anired deseando encontrarla sana y salva.
⚜⚜⚜
La brisa golpeaba su rostro caminando con cuidado de no caerse en ese oscuro callejón mientras escuchaba como la persona detrás de ella la hacía caminar aún presionando la espalda con objeto que no sabía que era.
—Entra rápido.
Ordenó empujándola a un viejo edificio abandonado que estaba a unas cuadras del ministerio.
—¿Qué es lo que quieres? —cuestionó con voz temblorosa—...si quieres llévate mi bolsa y todo lo que traigo... ¿o quieres dinero? Te daré todo el dinero que quieras, solo déjame ir...
Estaba asustada, tanto que ni siquiera podía hacer una aparición, era como si hubiesen puesto un hechizo sobre ella para que no pudiera usar magia.
—¡No quiero tu dinero, sé que tu familia tiene demasiado, pero eso no es lo que necesito!
La persona la empujó con fuerza para que avanzara lo que provocó que cayera de rodillas en el suelo y las cosas de Anired terminaran regadas por todos lados.
La azabache soltó un sollozo ante el golpe, también debido al miedo que experimentaba al sentirse tan expuesta.
—¡Maldita sea! —la persona que iba con ella se acercó para patear la varita que estaba en el suelo, alejándola lo suficiente para que Anired no pudiera tomarla—¡Escúchame bien! ¡Vas a hacer todo lo que yo te diga! ¡¿Entendido?!
Entre el sonido de la lluvia y los pequeños sollozos, Anired logró reconocer la voz, lo que hizo que volteara abriendo los ojos con sorpresa.
—¡¿Stella?!—el nombre de la castaña salió de sus labios—... ¡¿Qué mierda?! ¡¿Deyan te mando a hacer esto?!
—¡No todo se trata de Deyan! —chillo, Anired podía ver que pequeñas gotas de sudor le adornaban la frente y su expresión estaba llena de dolor—... ¡Vas a hacer lo que yo digo y me vas a ayudar! ¡Así que ponte de pie!
La Black-Weasley la recorrió con la mirada, a pesar de la poca luz que se colaba por las rotas ventanas de ese viejo y abandonado edificio logro reconocer la silueta del cuerpo de la mujer, y su abultado vientre dándose cuenta que estaba embarazada, probablemente en los últimos meses por el tamaño.
—¡Apúrate de una maldita vez! —la varita apuntaba a la azabache, Stella no tenía paciencia y ver que ella no hacía lo que quería solo la estresaba más sumado a las punzadas que la golpeaban en el vientre y espalda baja— ¡Levántate de una vez, maldita s...!
Stella no pudo seguir hablando y maldiciendo cuando un centelleante hechizo golpeó su varita, fue fuerte lo que provocó que la varita saliera volando y ella se fuera de bruces al suelo.
—¡Anired! —la azabache escuchó unos pasos acercarse y pronto alguien la estaba ayudando a levantarse—... ¡¿Estás bien?! ¡¿Te hirió?!
Las manos eran cálidas y delgadas, alzó el rostro levantándose con cuidado siendo ayudada por la persona que acababa de llegar, tenía las rodillas raspadas y sangraban provocando ardor como las palmas de sus manos.
—¿Amalie? —la rubia fue por la varita de Anired que estaba en el suelo y se la entregó—... ¿Qué haces aquí?
D'Acanto la miro.
—Salí tarde del trabajo, y te vi en la calle que lleva a la calleja de al lado, justo cuando se acercó Stella...así que...las seguí...no creí que fuera ella, pensé que era otra persona...le marque a Maxence, pero me mandó directo a buzón al igual que Lyssandre—explicó —... ¿te hirió?
Anired negó y antes de poder decir algo escucharon un fuerte quejido que hizo que voltearan a ver a Stella quien estaba de rodillas en el suelo.
—Stella...está embarazada —su mirada iba de Amalie y luego a la castaña que parecía sufrir—...lo mejor sería que llamemos a alguien de San Mungo...
—¡Tienes que ayudarme Anired! —grito Stella tocándose el vientre—... ¡P...por favor! ¡Ayúdame!
Anired la miró y se mordió el labio inferior mirando a Stella.
—Lo mejor es que vaya a San Mungo...
Amalie veía a Anired, dándose cuenta que estaba dudando.
—¡No...no quiero que mi hijo nazca en Azkaban...no quiero que conozca ese lugar!
—¿Azkaban?
Cuestionó Amalie, ella nunca sugirió que la llevaran a ese lugar.
—Si va a San Mungo le hablaran a los aurores —guió la vista a la rubia para explicarle la situación—...Stella fue acusada por ser cómplice de Deyan y Hannah...ya que nunca dijo nada de lo que sabía y ayudó a Deyan a venir a Londres...
—No quiero que el bebé termine en Azkaban—sollozo Stella—...por favor...Anired...por favor...
Y un fuerte grito salió de la garganta de Stella junto con muchas lágrimas, Anired y Amalie vieron el suelo en donde se encontraba un gran charco dándose cuenta que la fuente se le acababa de romper.
—En mi maleta hay unas toallas y camisas de algodón—dijo Anired viendo a Amalie—...tráelas.
Anired no estaba segura de que hacer, pero sabía muy bien que no podía dejar a Stella sola en ese momento.
[...]
Las ráfagas de viento sacudían las ventanas del viejo edificio mientras la lluvia azotaba con fuerza. Stella, con la respiración agitada y el rostro empapado en sudor, se aferraba a una toalla que estaba sobre el polvoriento suelo.
Por más que pujaba sentía que sus fuerzas desaparecen mientras el líquido caliente recorría sus piernas.
—No creo que esto sea normal—Amalie estaba al lado de Anired—...hay mucha sangre.
—Tenemos que hablarle a un sanador.
—¡No...no lo hagan! —pedía Stella entre sollozos con una respiración agitada, su fuerza era cada vez menor, poco a poco el dolor parecía hacerla perder el conocimiento de lo que sucedía a su alrededor—...solo sáquenlo.
Anired veía a Stella por segundos vacilando, pero finalmente tomó la decisión que era mejor.
—Llámale a Scorpius...dile que es una emergencia.
Lie se levantó de inmediato para ir corriendo por su celular y llamar al peli plata.
—Stella...tienes que pujar con más fuerza...tienes demasiada dilatación y estas tardando mucho...el bebé podría morir.
Stella lloraba pujando con la poca fuerza que tenía.
La azabache trataba de mantenerse serena, pero estaba demasiado asustada y con manos temblorosas, lo único que quería era irse de ahí y llorar del temor por estar en esa situación, sabía poco o nada sobre partos y que el bebé no naciera solo la ponía más nerviosa, más al ver la gran cantidad de sangre que no se detenía.
—Ya...ya no puedo más.
Anired miró en medio de las piernas de Stella y su mirada se iluminó al ver el pequeño bulto que se aproximaba.
—¡Vamos, Stella, ya veo la cabeza, solo puja un poco más!
Pidió recuperando un poco el ánimo, Stella aferró las manos a la toalla bajo ella soltando un fuerte alarido y pujando con todas sus fuerzas.
Solo fue cuestión de unos minutos para que un llanto inundara el viejo edificio indicando una nueva vida, Anired lo tomó con manos temblorosas llenándose de sangre, pero sin importarle eso lo sostuvo buscando con que cortar el cordón umbilical.
Cuando finalmente lo logró, se levantó con cuidado sosteniendo al bebé en sus brazos que lloraba a todo pulmón, logro envolverlo con una de las camisas que llevaba en su maleta de viaje para acercarse a Stella, que respiraba agitadamente y la piel la tenía completamente pálida con gotas de sudor, reflejando el esfuerzo hecho.
—¿Q...qué fue?
Cuestiono la castaña con las pocas fuerzas que tenía alzando el rostro para poder ver al recién nacido, la Black-Weasley la ayudó para que lo pudiera sostener, pero Stella ya no contaba con las suficientes fuerzas para hacerlo.
—Es un niño, Stella—Anired le sonrió tratando de brindarle un poco de tranquilidad, a pesar que algo dentro de ella le decía que tanta sangre en un parto no era normal—...tiene buenos pulmones—murmuro viendo al niño llorar aún—...Scorpius no tardará en llegar y pronto los llevaremos a San Mungo.
Stella negó.
—N...o quiero—la castaña temía terminar en Azkaban y lo peor sería que su hijo creciera en un lugar así o puesto en alguna casa hogar—...no dejes que me lleven a ese lugar —murmuraba con más dificultad y miró al bebé acariciándolo con la yema de los dedos, una incipiente sonrisa le adorno el cansado rostro—...Kyle...
Anired la miró, algo dentro de ella le decía que Stella estaba mal, escuchaba los pasos de Amalie y pronto dos voces masculinas se hicieron presentes mientras la rubia les explicaba la situación.
—¿Su nombre es Kyle? —cuestiono Anired tratando de mantener una voz y un semblante calmado para no alterar a Stella con la ansiedad que recorría a la azabache —...es un lindo nombre...
Stella le dió una sonrisa lastimera que apachurro el corazón de la menor.
—Anired, debemos de revisarla.
Escuchó la voz de su padrino, por lo que alzó la mirada para tomarse con el mayor de los Malfoy acompañado de Scorpius, la menor solo asintió sin estar segura de que hacer, pero se quedó a lado de la castaña.
—Tus padres vienen en camino —informó Scorpius sosteniendo al bebé para revisarlo—...lo mejor es que vayas con ellos, en lo que nosotros nos encargamos.
Anired se sentía en una especie de trance, escuchaba lo que decían, pero algo dentro de ella no la dejaba reaccionar como debería.
—Toma, Anired —miro a Lie que le extendió una toalla—, limpia para que salgamos de aquí.
Anired a tientas aceptó la toalla para tratar de limpiar un poco la sangre, su mirada volvió a Stella que estaba sobre el suelo con un semblante demasiado malo.
La castaña movió el rostro suavemente, para toparse con los ojos grises de la Black-Weasley que tenían una mezcla de confusión, miedo y tristeza.
—Vamos—hablo Stella con voz cansada—...dilo...
Los ojos de Amalie iban de Stella a Anired sin comprender la situación, mientras ambos peli platas continuaban con su labor.
—¿Por qué...? —hizo una pausa buscando las palabras correctas—... ¿Por qué yo? ¿Por qué me pediste que te ayudará? Se supone que me odias...
Stella hizo una mueca ante el dolor que aún recorría su cuerpo, estaba tan débil que sabía que solo aguantaría unos minutos más.
—Porque eres Anired—su voz estaba hueca—...eres tan buena...que sin dudar lo harías...tu empatía siempre te ha hecho débil, Anired...pero, también es una buena virtud tuya—hizo una pausa para toser, la garganta le ardía, mientras los párpados le pesaban cada vez más—...nunca te odie...realmente siempre te envidie...
Anired escuchaba a lo lejos la voz de los Malfoy, no comprendía nada de lo que decían, pero miraba como Stella cada vez estaba peor, iba a pedirle que no dijera más, que descansara, pero la castaña no se lo permitió.
—Siempre te envidie, por todo lo que tenías, por la familia a de la que provienes—hizo una pausa—, pero más que nada por ser tú, porque al lugar que fueras todos te terminaban amando, Anired...eres como un diamante que todos quieren...que todos quieres proteger, cuidar... era doloroso ver como cualquiera moriría por ti, como incluso el estúpido alemán se enamoró de ti a pesar de que apenas te conocía, envidiaba la forma en la que él dejaría todo por ti, como sin importarle qué se enfrentaba a Deyan...y yo solo me tenía que conformar con las migajas de amor de Deyan, porque a pesar de todo, solo estaba tú en su cabeza, eras su obsesión y a mi...nunca me iba a amar.
Anired negó apretando la mano de Stella cuando su respiración se hizo más lenta.
—¡No logro parar el sangrado!
Stella miró a Anired, la que tenía la mirada empañada en lágrimas, que aumentaban al escuchar la voz de su padrino y Scorpius, quienes parecían perder las esperanzas.
—Stella...basta...no hables.
Pidió Anired, pero Stella ya sabía lo que pasaba, sentía como a poco se le apagaba la vida, así que apretó la delicada mano de la menor para verla y sonreírle levemente.
—Cuida de Kyle —le pidió aferrándose al noble corazón de la azabache que a pesar de todo lo que pasó entre ellas la ayudó—...por favor...no dejes que Deyan se le acerque...que ni siquiera sepa de su existencia...
Anired no pudo responder ya que Amalie la hizo pararse al ver como Scorpius se acercaba con un rostro lleno de preocupación, mientras Draco hacía todo por volver a reanimar a Domerling.
[...]
El cabello mojado debido a la llovizna se le pegó en la frente, observa a la gente que estaba alrededor, miembros del ministerio, aurores, sanadores y otras personas que debían de acudir ante la muerte de un mago, sumado a la policía muggle, sus ojos vagaron hasta la ministra que hablaba con un diplomático del mundo muggle, explicando la situación para saber qué dirían ante las demás personas, ya que era algo que no se pudo ocultar debido a que algunos vecinos de esa calleja se dieron cuenta.
Apartó la mirada al escuchar una voz y sus ojos se iluminaron al ver a su novia que era acompañada de su hermana, la que la ayudaba a mantenerse de pie.
La menor tenía enormes manchas de sangre en la ropa, el rostro pálido y ojeroso con los ojos empañados de lágrimas.
Se abrió paso entre la gente para tratar de acercarse a ella.
—Anired...
La llamó cuando estuvo a unos metros, los ojos grises lo miraron, pero eso solo duró unos segundos.
—¡Papá!
Chillo la menor para ir a los brazos del pelirrojo que se acercó, abrazándola de inmediato.
Maxence no lo negaría, se sintió un tanto vacío ante esa acción, estaba acostumbrado a que ante cualquier situación mala o estresante que pasara Anired, ella siempre saltara a sus brazos en busca de consuelo.
—No está herida—escucho la voz de su gemela lo que provocó que la mirara—...la sangre es de Stella ...está consternada por lo que pasó.
—¿Stella no la atacó?
Estaba preocupado por Anired, desde que se enteró de lo que sucedía quiso salir corriendo por ella, pero fue detenido por Lyssandre, quien mandó a los aurores detrás de los dos Malfoy temiendo que Anired o Amalie fueran heridas.
—No...la amenazó con la varita para hacerla ir con ella, pero no la hirió—explico—...está afectada de manera emocional...después de lo que pasó no me imagino como se debe de sentir —Max la miró dándole a entender que le explicara más de la situación—...ayudó a que Stella diera a luz...Stella le pidió que cuide al niño y que no deje que Deyan se le acerque—hizo una pausa—...Stella...bueno...murió frente a Anired...aún hablo con ella por unos minutos antes de que falleciera.
Maxence suspiro imaginando como debería de sentirse Anired, por lo que decidió quedarse a una distancia prudente y a la menor oportunidad acercarse para ver cómo estaba.
Tenía los ojos irritados debido a las lágrimas y sentía la garganta seca de tanto llorar en esos minutos, mientras se aferraba a los brazos de su padre, quien le acariciaba la espalda de manera protectora.
—Todo está bien, cielo—murmuraba el mayor besándole la coronilla de la cabeza sintiendo su camisa mojada—...ya paso todo...tranquila.
—Es...es que —trataba de hablar de manera trémula, sorbiendo por la nariz—...papá...Stella murió ...no sé...no sé qué hice mal.
—Anired —llamó Fred alejándose unos centímetros para tomarla del rostro y limpiarle las enormes lágrimas que recorrían las frías y blanquecinas mejillas—...bebé...tú no hiciste nada mal...Draco dijo que Stella tenía una desnutrición severa y problemas de coagulación...lo que causo que quedara muy débil y esa enorme hemorragia...hiciste todo lo que pudiste.
—T...tal vez si hubiera llamado antes a mi tío...o a Scorpius.
—Anired —Fred le acariciaba el rostro buscando calmarla ya que parecía a punto de ahogarse por el llanto—...respetaste su decisión y la apoyaste en todo lo que pudiste, cielo...no tienes la culpa de nada, así que, por favor, respira y trata de calmarte... ¿sí? todo está bien...irás a casa a descansar.
Anired solo pudo asentir ante las palabras de su padre, tomando grandes bocanadas de aire para tratar de controlarse y no hiperventilar mientras su padre seguía consolando.
—¿Qué va a pasar con Kyle?
Logré preguntar una vez que dejo de llorar.
—Lys lo va a llevar a Femmes Survivantes, mientras se contacta con el matrimonio Granger-Krum...se harán una prueba de ADN para ver si es su nieto...y en ese caso se les dará la custodia total del niño.
Anired recordó las últimas palabras de Stella por lo que de inmediato negó, sabiendo que si los Granger-Krum sabían del bebé, Deyan se enteraría en cuestión de tiempo.
—¿Eh? no...no...papá...ellos no pueden saber del nacimiento de Kyle...tengo que decirle a la tía Lys que no lo haga...
Fred la detuvo antes de que saliera corriendo a buscar a la rubia.
—Anired, ellos son la familia de Kyle...tienen que saber de él...
—Papá...no...Stella me pidió que Deyan no supiera del bebé...por favor—lo miro temiendo en no poder cumplir con la petición de Stella en su lecho de muerte—...se podría contactar a los padres de Stella y decir...no sé...que no sabemos quién es el papá...ellos tendrían prioridad por ser los padres de Stella... ¿no?
Fred se sobo el puente de la nariz, recordando que de lo poco que sabían de los padres de Stella, es que no querían saber nada de su hija después de que fue acusada como cómplice de un abusador sexual.
—Hablaré con Lys—dijo Fred sin prometer nada, sabiendo que, si no, Anired haría hasta lo imposible por ir a buscar a los padres de Stella ella misma—...ve al auto, ¿sí? descansa un rato en lo que voy a hablar con Lys y con tu madre —le sonrió acariciando el cabello—...y nos iremos a casa.
—¿Me prometes que hablaras con la tía Lys?
Miró fijamente a su padre, quien no podía resistirse a esos ojos grises que lo miraban así que asintió.
—Te lo prometo, ahora ve...
Anired asintió para hacerle caso a su padre y caminar hacia la camioneta que estaba estacionada frente al ministerio, sentía las miradas curiosas sobre ella, pero decidió ignorarlas, hasta que la tomaron de la muñeca para detener sus pasos.
—Mein Herz...
Escuchó como la llamaban para darse la vuelta y toparse con el rostro lleno de preocupación del alemán.
Anired se mordió el labio inferior, tenía muchos sentimientos encontrados en ese momento, después de todo lo que había pasado, pero el más presente era la decepción por el rubio que la dejó plantada.
—¿Estás bien? ¿Stella te lastimó?
Max la tomó del rostro buscando cualquier pequeña herida en su cuerpo, Anired no hacía nada, solo lo miraba sin siquiera intentar abrazarlo.
—Estoy bien —respondió, pero Max se sintió aún peor al darse cuenta que no usaba ese tono cariñoso tan característico cada que hablaban—...no me hirió...
—Anired —murmuró Maxence mordiéndose el interior de la mejilla—...yo...lo sient...
—No importa —interrumpo sin dejar que le explicara—...se lo importante que es tu trabajo y esas reuniones para ti...así que no te preocupes...solo era un viaje.
—No...Anired, en serio, lo siento por no llegar...no quise hacerlo, pero la reunión se extendió más de lo planeado...y no podía solo irme...
Anired lo miró, sentía dolor en la boca del estómago por contenerse, no quería discutir con Maxence en ese lugar y justo en ese día, porque acabaría diciendo cosas que herirían a ambos o más bien a ella misma, sabiendo que, si Maxence hubiera hablado con las ministras y con Lyssandre se habría podido salir de la reunión, pero no lo quiso hacer de esa manera debido a la importancia de su trabajo.
—Maxence —llamo Anired deteniéndolo y negando para alejar las manos del varón que la tomaban del rostro—...está bien... ¿sí? ...sé que tú trabajo es lo más importante, así que ya no importa...ahora...estoy muy cansada, dejemos esta conversación para después.
Max la miró y asintió.
—Te llevaré a tu casa.
—No—desvió la mirada, si estaban solos él querría hablar—...esperare a mis padres en el auto, es mejor que tú vuelvas a tu casa, mañana trabajas...
—Puedo faltar mañana...había pedido los días—comentó el alemán—...así que—Max no sabía qué decir, justo en ese momento era una estupidez proponer que se fueran de viaje después de lo sucedido—...Anired...
—No estoy enojada si eso crees —podía ver el rostro contrariado de Maxence, quien buscaba sus ojos ya que él siempre lograba ver su estado de ánimo de esa manera, pero ella prefería evitarlo—...solo...no estoy bien justo ahora...me siento cansada y...triste... ¿sí? solo quiero que todo esto termine y que se quede en un mal recuerdo...
—Está bien —murmuró—...te amo.
Anired suspiro y se acercó para dejar un corto beso en los labios del más alto.
—Te amo más.
Max le acaricio la mejilla y finalmente se despidieron para que la más baja fuera al vehículo de sus padres.
Maxence suspiro pesadamente, hubiera preferido que Anired le gritara por dejarla planta, que se enojara, pero no que estuviera de esa manera, porque ni siquiera le reclamaba por todo lo sucedido, ya que de alguna manera terminó en esa situación por su culpa, pero la azabache no le decía más y eso estaba frustrando a Maxence.
Él sintió unos pasos detrás de él por lo que volteo y trago saliva al encarar al padre de su novia, que no parecía nada feliz con verlo.
—Fred...
Saludo Maxence sin decir más, mirando la estoica expresión que adornaba el rostro del patriarca de la familia Black-Weasley.
—Cuando fuiste a la casa para decirme que se irían de viaje quedaste en que cuidarías a Anired—Max solo se mantenía callado escuchando las palabras de Fred—...sin embargo, la tuviste esperando por más de doce horas en tu oficina, Maxence, no fuiste ni capaz de decirle que regresara a la casa o explicarle que la reunión o lo que sea, era algo importante y que pospondrían el viaje... ¿Te das cuenta en lo que termino todo esto?
—Lo siento—murmuró el alemán con notable culpabilidad—...sé que estuve mal y que tuve que avisarle...no pensé que tardaría tanto...
—Al darte cuenta que ya había pasado más de una hora y no terminaba la reunión debiste de avisarle —Max sentía la cara arder de vergüenza—, sé que el trabajo es importante, Maxence, más en el puesto en el que estas, pero creo...que lo mínimo es que le hubieras dicho que no ibas a ir al viaje... ¿Has pensado en que pudo haberle pasado algo peor?
Max no respondió, porque realmente no había nada que pudiera decir en ese momento.
—Espero y pienses bien las cosas, Maxence—Fred lo miró por última vez—, tu trabajo es importante, pero mi hija lo es aún más, no voy a estar permitiendo que pase por estas situaciones cada vez que no puedas organizar tu tiempo.
Fred no dijo más para ir al vehículo en donde se encontraba a Anired, dejando a Maxence completamente solo, quien se hundía cada vez más en un mar de pensamientos y dudas cuestionando una y otra vez:
¿Era buen novio?
En esos momentos no estaba para nada seguro.
⚜⚜⚜
El callejón, una vez bullicioso y acogedor, ahora parecía susurrar el eco de su desolación mientras Itziar se acercaba a la cafetería que una vez llamó suya. El colorido local, ahora cubierto por el polvo del abandono, aguardaba su regreso como un testigo mudo de los días más oscuros de su vida.
La rubia, Amalie, caminaba a su lado y le confesaba el esfuerzo que había puesto en intentar mantener viva la esencia del lugar. Pero las palabras caían en oídos ensordecidos por el dolor. Itziar, al ver el estado de su querida cafetería, sintió cómo su corazón se apretaba con fuerza, como si estuviera siendo asfixiado por los recuerdos de lo que alguna vez fue.
—He estado viniendo para vigilar que nadie se metiera mientras tú no estabas— comentó Amalie con un tono de voz quebrado, reflejando el pesar compartido por ambas amigas—. Incluso limpié y traté de cuidar las cosas que se podían descomponer por falta de uso o por el polvo."
Itziar, con la mirada perdida en el interior vacío del local.
—Por Merlín—musitó, mientras su mente repasaba los días de gloria que la cafetería solía tener. La nostalgia se mezclaba con el dolor y la vergüenza que la envolvían.
—Has estado lejos muchos días— observó Amalie, acompañando a Itziar hacia el interior—¿Vas a regresar?
Itziar suspiró con pesadez y se encogió de hombros.
—No sé, Amalie. Aquí todos me ven como la infiel y la peor persona. Sumado a que mi papá hizo un escándalo en Sortilegios Weasley...
Amalie recordó las noticias que le había transmitido Lyssandre, sobre la confrontación entre el señor Arwen y Regulus, y cómo la reputación de Itziar se desmoronaba con cada día que pasaba.
—Me enteré por Lyssandre de lo que pasó—dijo D'Acanto, recordando los detalles del escándalo—. Pero, aun así, siento que no deberías abandonar tu sueño. Te has esforzado tanto.
Itziar, luchando contra las lágrimas, asintió.
—Lo sé, Amalie, pero cada vez que entro aquí, siento el peso de todo lo que ha sucedido. La gente me juzga, y ni siquiera sé si podré enfrentar a aquellos que me señalan como la mala de la historia.
Amalie la miró con compasión y le dio ánimos dándole un pequeño abrazo.
—Itziar, entiendo que las cosas están difíciles ahora, pero este lugar es parte de ti. No puedes dejar que las opiniones de los demás te impidan seguir adelante con lo que amas.
Itziar, sin embargo, parecía sumergida en un abismo de desesperación.
—Gracias, Amalie. Sabes que valoro nuestra amistad y tus palabras, pero no sé si tenga la fuerza para enfrentar toda esta situación.
En un intento de cambiar el enfoque, Itziar desvió la conversación hacia Amalie.
—¿Cómo has estado últimamente? preguntó, buscando distraerse de sus propias preocupaciones.
Amalie suspiró y bajó la mirada.
—No muy bien, la verdad. He estado sintiéndome cansada y mareada últimamente. Fui al sanador, y me mandaron a hacer unos estudios. Estoy esperando los resultados.
La confesión de Amalie añadió una capa adicional de preocupación a la ya compleja situación. Itziar se apresuró a mostrar su apoyo.
—Oh, Amalie, lo siento mucho. ¿Has dicho algo a Lyssandre?
Amalie asintió, pero sus ojos revelaban la inquietud que sentía.
—Sí, ya les conté. Están tan preocupados como yo, pero solo queda esperar y ver qué dicen los resultados.
Itziar le ofreció una sonrisa comprensiva.
—Estoy aquí para lo que necesites, Amalie. Pase lo que pase, siempre puedes contar conmigo."
Las dos amigas decidieron salir de la cafetería para observar a los alrededores que no hubiera nada fuera de su sitio.
Sin embargo, al ver el local frente de Azus, Itziar sintió un aguijón de incomodidad en el estómago.
La vista daba a Sortilegios Weasley, donde se encontraba cierto pelinegro acompañado de una mujer.
Lo vio salir de Sortilegios Weasley, con una sonrisa en los labios y una bolsa en la mano. A su lado, caminaba una mujer de elegante ropa, que le hablaba con gestos animados para posteriormente tomarlo del brazo, dejando ver la cercanía que compartían.
⚜⚜⚜
Se bajó de la camioneta soltando un enorme bostezo, aún sin comprender porque había sido llamada cuando se suponía que ese día era de descanso, pidió no ser llamada al menos que fuera una emergencia, y que Dorothea le dijera que viniera tan temprano y de manera urgente solo parecía indicar algo malo.
Últimamente se sentía enferma, no podía dormir lo suficiente, solo lo hacía de dos a cuatro horas días ya que no encontraba manera de acomodarse, se sentía incómoda, sumando los dolores de cabeza que eran más que ocasionales, y lo peor, eran las náuseas que últimamente la golpeaban de manera constante con olores que antes le gustaban, como cuando salía al jardín, no podía oler las rosas porque las ganas de vomitar la recorrían, tampoco podía comer sushi porque el aroma no la dejaba y así con diversas cosas.
No le había dicho nada a nadie, porque no quería preocupar a la gente que la rodeaba, ya suficiente había sido todo lo que pasó hace unos días con el nacimiento de Kyle.
Suspiro al recordar al pequeño y regordete bebé que se encontraba en Femmes Survivantes, era demasiado lindo, iba a verlo casi a diario, se le había vuelto una costumbre. Su tía Lys trataba de contactar a los padres de Stella, pero ellos no parecían querer saber nada de ella, ni siquiera les pudieron decir que su hija falleció.
Debido a que nadie reclamó el cuerpo, Anired decidió hacerse cargo de los gastos funerarios y de la sepultura en un cementerio mágico en el que se encontraba la mayoría de sus antepasados, esperando que algún día Kyle visitará la tumba de su madre.
Se sobo las sienes entrando al enorme edificio, saludando a cuanta gente se le topara.
Esos días no estaban siendo muy buenos para ella, tanto de salud como emocionalmente, justo en ese momento sentía que su relación con Maxence pendía de un hilo, después de lo que pasó ese día a las afueras del ministerio no habían vuelto hablar, más que unos cuantos mensajes.
Y cuando, ella le dijo si podían verse, nuevamente él tenía mucho trabajo, incluso una vez fue a verlo a la oficina, pero se encontraba fuera por lo que solo le dejo la comida que le llevó.
Trataba de entender lo pesado que era ser el jefe de los rompe maldiciones, pero cada que se lo decía su subconsciente salía a relucir, diciéndole que ella también tenía un trabajo ocupado, pero cada que podía cancelaba alguna sesión o reunión para ir a buscarlo, siempre hacia un espacio en su apretada agenda para Maxence, pero él no parecía hacer lo mismo, dándole su completa atención al trabajo.
Quería ser comprensiva, pero estaba llegando a su límite poco a poco.
Cuando el elevador se detuvo salió de este, mirando su celular, le mandó un mensaje a Mary-Jenell, pero aún no tenía respuesta, cosa que le extrañaba ya que la morena siempre estaba atenta por si surgía alguna situación del trabajo.
Finalmente, al estar frente a la puerta de la oficina de Dorothea noto que esta se encontraba abierta, así que sin tocar entro para mirar con curiosidad a las cuatro personas que parecían esperarla: Mary Jenell, Elijah, Dorothea y Byron Salles.
Los dos primeros tenían unas muecas extrañas como si acabaran de ser regañados, incluso Mary tenía los ojos llorosos.
—Buenos días—saludo Anired paseando la mirada sobre ella, al notar la tensión en el ambiente—...si me hubiera enterado antes que tendríamos reunión habría llegado más temprano... ¿no falta Khalil?
Cuestiono, ya que en las reuniones de equipo siempre incluían al castaño, por lo que era extraño no verlo.
—Buenos días—saludo Dorothea que parecía un tanto incómoda con la situación—...no creo que sea necesario que esté aquí... ¿por qué no te sientas?
Anired asintió y tomó asiento en la silla vacía que se encontraba frente al escritorio de Dorothea, observó los documentos sobre el escritorio y abrió los ojos con sorpresa al distinguir de qué se trataba.
—¿Una carta de renuncia? —tomó el documento al alcanzar a ver el nombre—...Mary... ¿Vas a renunciar? —miro a la morena—... ¿Por qué no me dijiste nada? —la confusión en su voz se hacía más notable—... ¿Es por el sueldo? ¿Las vacaciones? si es por eso...puedo aumentar el sueldo o darte más vacaciones.
—¿Qué? —Mary negó rápidamente reteniendo las lágrimas—...no...no es por eso...claro que no.
Anired la miró esperando una explicación, pero Byron interrumpió.
—Es por incumplimiento de contrato, por eso está firmando su renuncia —Anired dirigió la mirada al hombre—...rompió con una de las cláusulas principales, al igual que Elijah, sin embargo, como Elijah está como persona de tu confianza él sigue dentro de la agencia como parte de tu seguridad.
—¿Qué? ¿Con que incumplieron?
Anired trataba de recordar cada cláusula, pero ninguna parecía ser algo que ellos romperían, ambos eran de su total confianza.
—Clausula número tres —relato Byron que parecía saber cada una al derecho y al revés—...las relaciones románticas entre compañeros de trabajo están completamente prohibidas.
Anired lo miró sin entender y luego los ojos grises fueron de Elijah a Mary, uniendo cabos comenzó a darse cuenta de que al parecer ellos estaban en una relación.
—Creo que ni tú sabías —Byron continuó hablando—, sabes que el incumplimiento de contrato lleva a una renuncia voluntaria inmediatamente.
Anired miró a Mary buscando su mirada, ya que aún no podía creer completamente en las palabras de Byron.
—Encontramos a Mary y Elijah en una situación comprometedora en uno de los elevadores —Dorothea tampoco parecía feliz con las palabras de Byron—, por lo que dice Byron es cierto.
Anired vio como Mary apartó la mirada, dándose cuenta de que lo que decían era la verdad.
En ese momento la azabache se sintió un tanto traicionada, ella le había contado cada cosa que le sucedía a Mary, porque más que su asistente la veía como una amiga cercana en la que confiaba completamente, pero al parecer no era lo mismo por parte de la morena.
—Ya lo sabía —respondió Anired con simpleza causando que la vieran, enfocó la mirada sobre Byron para continuar hablando—: no dije nada porque se me hace una completa estupidez esa cláusula, ¿por qué debemos de prohibir a quien querer? Si están juntos no pasa nada, es injusto que tengan que decidir entre el trabajo y el amor —continuo Anired poniéndose de pie, pero tuvo que sostenerse de la silla al sentirse mareada—...su relación nunca ha interferido en el excelente trabajo que hacen ambos, Mary siempre le ha dado prioridad a su puesto como asistente personal, ¿entonces por qué debería de renunciar? Ella está feliz trabajando conmigo y yo estoy feliz trabajando con ella.
Dorothea asintió dándole la razón a Anired.
—Opino lo mismo que Anired, Byron—sonrió—...no veo el motivo por el que debe de renunciar, en todo caso creo que ambos ya son adultos y sabrán separar los problemas personales de los laborales, ¿no?
Mary miraba a Anired sorprendida por lo que acaba de decir al igual que a Dorothea, ya que Byron había sido demasiado duro respecto a la decisión y a hacerla escribir la carta de renuncia.
—Si permitimos esto, ¿cuántas personas más no lo harán? —Byron cruzó los brazos sobre el pecho—...Anired, creo que les estas dando demasiado preferencias porque ya no ves a ninguno de ellos como tus colaboradores si no como tus amigos, eso te está nublando el juicio.
—No tengo ganas de discutir—respondió Anired tocándose la sien derecha, la vista comenzaba a tenerla borrosa lo único que deseaba era salir de ahí—...Mary va a seguir siendo mi asistente te guste o no, si es que la agencia no quiere seguir pagando por sus servicios ya me encargare yo, así que puedes hacer lo que quieras con esa renuncia, pero que te quede claro que no quiero otra asistente.
Anired a pesar de sentirse traicionada porque Mary no le contara y tener que enterarse de esa manera, consideraba injusto que fuera despedida por una cosa como esa, ya que finalmente nadie decidía de quien enamorarse, eran cosas que solo pasaban sin poder ser controladas.
Byron apretó la mandíbula, conocía lo necia que era Anired y que sin dudar Dorothea apoya su decisión por lo que lo único que pudo hacer fue tomar los documentos para salir de ahí.
—Creo que ustedes tienen que hablar.
Mencionó la mayor para ponerse de pie, dándole una pequeña palmada en el hombro a Anired y salir de ahí dejando a los tres más jóvenes completamente solos.
—Anired...
Llamó Mary para acercarse, la azabache la miró con una notable decepción y molestia en la mirada.
—¿Por qué? —cuestiono mirándola con un estoico rostro—... ¿Cuándo esperabas a decírmelo o no me lo hubieras dicho si no fuesen descubiertos? —el hecho de que le mintiera alguien en quien confiaba le hacía doler el pecho como si acabaran de apuñalarla de alguna manera—...siempre te consideré mi amiga, Mary. Compartí contigo los altibajos de mi relación con Max, pero tú, ¿nunca pensaste en que podrías haberme contado algo tan importante?
Mary bajó la mirada, sintiéndose atrapada en sus propias elecciones.
—Lo siento, Anired...solo no sabía cómo decírtelo...
—Anired—el castaño decidió hablar para no dejar sola a su novia—...No es que queramos ocultarlo. Mary y yo no planeamos que las cosas sucedieran así de rápido. Comprendo que te sientas traicionada, pero no queríamos afectar, ni a tu trabajo.
—Nunca quisimos lastimarte, Anired, eres mi amiga y confío ciegamente en ti—pidió Mary viendo como Anired tomaba su bolso—...nuestra intención era protegerte, no ponerte en una situación que pudiera comprometerse...pero no fue la mejor manera de hacerlo.
—El problema no es que tengan una relación—los miro por unos segundos—. Siempre pensé que éramos amigos, que podíamos compartirlo todo, pero veo que fui yo la única que se sintió de esa manera.
Anired se abrió paso dispuesta a salir de la oficina.
—Anired.
Llamaba la joven pareja, pidiendo que no se fuera dejando las cosas de esa manera.
Justo cuando Anired estaba por girar la perilla de la puerta, sintió un mareo abrumador.
La habitación comenzó a dar vueltas, y luchó por mantenerse de pie recargándose en la puerta.
Mary y Elijah al ver esto se apresuraron a sostenerla.
—Anired, ¿estás bien?
Pregunto la morena notablemente preocupada.
Antes de que la azabache pudiera responder, sus piernas cedieron y se desplomó sobre los brazos de Elijah, dejando que la oscuridad la consumiera.
—¡Anired! ¡Despierta!
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Hola, creo que ya tenía bastante tiempo en no aparecerme, pero les traigo una actualización.
¿Qué les pareció el capítulo?
¿Qué pasará con Kyle? ¿Se quedará en una casa hogar o irá a vivir con los Granger-Krum?
¿Fred ya no querrá a Maxence cerca de su hija?
¿La relación de Max y Anired se salvará?
¿Itziar regresará?
¿De qué estará enferma Amalie?
¿Quién será la mujer que estaba con Regulus John?
¿Anired y Mary volverán a ser amigas? ¿Esperaban que Anired reaccionara así?
¿Qué le habrá pasado a Anired?
En fin, nos leemos♥
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