Diecinueve.
Tuvo que poner demasiado esfuerzo con el que logro abrir los ojos, sentía que había pasado demasiadas horas bajo el sol que incluso el rostro le ardía, seguramente tendría la piel irritada.
Se despabilo recordando que todo se volvió oscuro, observo hacia abajo y soltó un grito al ver la gran caída que esperaba bajo ella, no entendía como es que seguía viva hasta que se dio cuenta de la presión que tenía en el torso, guio la mirada y distinguió un gran lazo verde, como una liana que la envolvía de forma segura evitando la caída.
El cuerpo le temblaba, trato de tranquilizarse y se aferró a la liana con ambas manos para de una u otra manera lograr escalar hasta el pequeño sendero, quería sentarse a descansar unos segundos, pero debido a los nervios no quería arriesgar a caerse otra vez.
Busco la varita y agradeció internamente que no hubiera terminando en el fondo del acantilado, sino que estaba pegada a la pared, la alzo y comenzó a enrollar la extraña liana que estaba enterrada con fuerza a la rocosa pared.
Se tomó unos segundos para encontrar de donde provenía y no pudo evitar sentirse demasiado agradecida con la menor de los Black-Weasley, ya que fue gracias a la extraña flor que llevaba en el bolsillo interno de la chamarra que seguía viva.
No entendía como, pero del centro de esa flor brotaba la liana que se hacía más gruesa aferrándose a la pared con fuerza.
Logro quitarla y cuando estuvo liberada toda ella volvió al centro de la flor quedando como si nada hubiera pasado, se acomodó la chamarra que tenía un enorme hoyo para seguir el camino con la varita en mano y aun con más cuidado para evitar tocar otra extraña planta.
Estaba segura que perdió demasiado tiempo y muy probablemente sería la última en llegar, si eso ocurría obtendría la peor puntuación en la primera prueba.
Se sintió demasiado desanimada, pero continuo ya que pasara lo que pasara terminaría con eso.
Llego frente a la cueva que tenía una entrada demasiado pequeña, así que se hinco y a gatas entro.
—¡Lumos!
Murmuro para que la tenue luz iluminara todo a su paso, hacia demasiado frio y el lodo le ensuciaban la mano y las rodillas, bajaba la mirada de vez en cuando para ver que tocaba y más de una vez grito cuando distinguió algunos asquerosos gusanos que casi agarra. Tuvo que contener las arcadas y ganas de vomitar.
Cuanto más avanzo por fin pudo ponerse de pie, miraba todo a su alrededor hasta que escucho un gruñido...
Con algo de miedo bajo la varita y ahogo un grito al distinguir una especie de cadáver que se arrastraba hacia ella.
—¡Expelliarmus!
De inmediato lanzo el hechizo alejando, pero vaya error.
Ahora no solo era uno, si no cientos que se acercaban entre gruñidos y con una velocidad algo sorprendente, Amalie logro repeler a varios con diversos hechizos, hasta que uno la tomo de los tobillos jalándola hacia ellos y tirándola al suelo.
—¡Mierda!
Gruño pateando a un infiere en la cara y alejándolos, de pronto recordó el hechizo que utilizaría Deyan, así que decidió copiarle la idea.
—¡Petrificus totalus!
Se quedaron congelados cayendo de golpe al lodo, logro ponerse de pie con la respiración agitada y camino entre ellos evitando pisarlos. Logro distinguir una pequeña caja de un brillante color dorado a lo lejos, supuso que sería aquello lo que tendría que recuperar así que se acercó trotando de manera rápida sin miramientos.
Pero, al parecer el hechizo de petrificación no funciono tan bien ya que otra horda de esos seres no vivientes se acercó a ella, llenándola de rasguños y heridas, por más hechizos que usara no lograba alejarse.
Trato de recordar cada hechizo y maldición que le dijo Maxence que empleara, algunos servían otros no, al pensar en su gemelo se le vino a la mente la última conversación que tuvo con él en la que mencionaban a cierta azabache.
Anired.
"Lumos solem, ellos odian la luz"
La dulce voz resonó en su cabeza y entendió a lo que se refería, los infierius...eran los que odiaban la luz.
Tomo una gran bocanada de aire, sintiendo el sabor a carne putrefacta en la boca, reprimió una arcada y de manera segura conjuro el hechizo que alguna vez utilizo en tercer año.
—¡Lumos Solem!
Uno enorme y brillante rayo de luz que la ofusco por unos segundos salió de la punta de la varita, escucho algunos alaridos y como si eso los hiriera se alejaron abriéndole el camino.
El alivio la recorrió por completo y se acercó de la forma más rápida que pudo a la caja dorada y sin más la sujeto, con tan solo rozarla con los dedos sintió de nuevo como si la jalaran del ombligo, señal que el traslado se activó.
—¡Y la primera en regresar es la encantadora señorita D'Acanto, llevando la gran ventaja sobre sus otros dos compañeros!
La voz de el comentarista la obligo a abrir los ojos, el dolor la recorría ya que cayó de espalda en el duro campo de Quidditch, el pasto no era de mucha ayuda, un minuto de silencio sepulcral se formó por unos segundos para ser remplazado por gritos, vitoreo y silbidos, más que nada por parte de los alumnos de Beauxbatons.
Los vio todo ante sus ojos como si se tratara de un sueño de colores muy vivos, cientos de y cientos de rostros la observaban, no pudo evitar sonreír al ver a su hermano siendo detenido por un profesor para que no se acercara corriendo a ella, alzo la mano en señal de saludo para que notara que se encontrara bien, y abrazo la pequeña caja hacia el suelo quedándose acostada por unos segundos más recuperando todo el aire que perdió durante esa prueba, toda la adrenalina que la recorrió desapareció volviendo su cuerpo demasiado pensado e incluso los parpados se le cerraban.
Giro el rostro al escuchar un fuer ¡Crack! A su lado y noto a un pelinegro que caía de pie, tenía el rostro lleno de mallugues y sangre en la ropa que se perdía con el color rojo del uniforme.
—¡El segundo el llegar en Regulus John Black-Weasley, pero parece más herido que la señorita D'Acanto! —de nuevo el ruido se hizo presente, Regulus sonrió con autosuficiencia — ¡Ahora solo debemos esperar al joven Granger-Krum...!
—Amalie —llamo Regulus que estaba más pálido de lo normal— ¿Estas bien?
—Si —Amalie al ser llamada se levantó— ¿Tú como estas?
—¿Puedes sostener esto?
Cuestiono extendiéndole una caja idéntica a la suya, pero de color negra.
—¿Eh? —de manera confusa sostuvo la caja, Regulus le dirigió una pequeña sonrisa— ¡Regulus!
Grito al ver al Black-Weasley cerrar los ojos y caer de espaldas en un fuerte golpe.
Todo el lugar se quedó callado, Jerome al ver como su ahijado perdía el conocimiento se levantó y con agilidad salto la barda que dividía a los jueces del campo de Quidditch y se acercó corriendo a prestarle auxilio.
Lie se inclinó buscando alguna herida notable escuchando los pasos acercarse.
—¡Reg! —reconoció la voz del directo del departamento de seguridad mágica que ya estaba a su lado— ¡Maldita sea, mocoso! —comenzó a buscar la herida ya que un gran charco de sangre se formó bajo el menor—...Amalie ¿estás bien?
Aun así, se tomó el tiempo para cuestionar sobre la salud de la chica a su lado.
—Si...pero...Regulus...
El rubio mayor logro encontrar la herida, sin importarle rompió el pantalón de la valenciana izquierda dejando ver una enorme y profunda herida en el muslo, pudo notar que Regulus la cauterizo, pero de nuevo se abrió.
—Estará bien...
Murmuró Jerome, aunque era más una súplica, con ayuda de magia formo un torniquete arriba de la herida para tratar de detener el sangrado.
—Tiene una herida profunda en la arteria femoral —explico alzando la mirada para toparse con los ojos castaño del sanador Turner que traía la camilla para colocar a Regulus—, ha perdido mucha sangre.
[...]
—¿Segura que no te duele nada?
Cuestiono Scorpius, que fungía como el auxiliar del sanador en sus tiempos libres, ya que le ayudaba a prepararse para presentar las pruebas que eran necesarias si deseaba volverse medimago.
—Si...estoy bien, solo fueron unos cuantos y la planta esa que me pico el tobillo.
—Ya saqué todo rastro de veneno —explico Scorpius terminando de curarle todas las heridas que pudo —, supongo que ya no tendrás alucinaciones, solo reposa una hora más y podrás volver a el carruaje.
—Gracias —le sonrió para ver en la cama de alado al azabache que era cuidado por su madre — ¿Cómo sigue Regulus?
—Está bien, el sanador Dylan logro parar la sangre y le curo la herida —explico—, suponemos que despertara en unas horas.
—Me alegro, parecía demasiado herido.
Scorpius le sonrió con disculpa cuando el sanador lo llamo para que lo ayudara a cambiarle un vendaje a Regulus.
—Bueno... ¿Quién diría que quedarías en primer lugar?
Maxence estaba sentado a su lado en una silla, tenía el cuerpo relajado y sostenía la caja que recupero su hermana.
—Al parecer a todos se nos complicó —lo vio —... ¿Ya estabas llorando por mí?
—Que tonta eres —puso los ojos en blanco—...estaba más ocupado en otras cosas que pensar en ti.
—¿Molestando a Anired? —Maxence no respondió, pero la rubia noto como las puntas de las orejas de su gemelo se volvían rojas—...di en el clavo.
—Cierra la boca.
Amalie iba a agregar algo cuando noto a cierto rubio que entraba a la enfermería, lo siguió con la mirada viendo como hablaba con la madre de Regulus, tenía el rostro lleno de preocupación, pero pareció tranquilizarse al escuchar al ministro.
—Parece que muchos se preocupan por Regulus
Comento Max, ya que en el tiempo que llevaban en la enfermería varias personas fueron a verlo, incluido Fred Black-Weasley, el profesor de vuelo, la ministra de Francia con su esposo, el profesor de Artes Oscuras en compañía de un pelirrojo más joven que reconocieron como Stefan, Lee Jordan con sus dos hijas y esposa al igual que varios de sus primos y Anired en compañía de George Sirius.
—Por lo que se son una familia muy grande, así que no es nada raro.
En esos momentos deseaba que su madre se encontrara acompañándolos.
—Amalie —una tercera voz se hizo presente, Amalie alzo la mirada para toparse con Jerome Delacour, los ojos azules la veían con curiosidad y una enorme preocupación reflejada en ellos —... ¿Cómo te encuentras?
—Hola —respondió con una diminuta sonrisa—...bien, no fue nada grave, según Scorpius me podre ir después de una hora de reposo.
Jerome soltó un suspiro dejando salir todo el aire que contenía al notar que tanto Regulus como Amalie se encontraban en buen estado.
—Me alegro, sabía que era una prueba demasiado peligrosa.
—Sí, pero al menos todos estamos bien —noto como Maxence veía al mayor con intensidad y curiosidad, por un momento se quedó en silencio notando el gran parecido entre ambos, trago saliva y al parecer su gemelo también se dio cuenta ya que parecía algo consternado —...ah...Maxence él es Lyssandre Delacour, Lyssandre...él es Maxence D'Acanto, mi hermano gemelo...
Ambos pares de ojos que eran tan parecidos, pero al mismo tiempo tan diferentes se recorrieron, como si se analizaran él uno al otro.
Jerome cerro los ojos un par de segundos sintiéndose conmocionado al ver al menor frente a él, con solo verlo se daba cuenta que era su viva imagen cuando fue adolescente, quizá con algunos rasgos más marcados, pero los ojos, la forma del rostro y hasta el cabello, incluso esa expresión de extrañeza era igual a la de él.
Desvió la mirada a su izquierda donde se encontraba Anirak—que ya estaba acompañada por Fred y Louis—, buscando apoyo en sus ojos grises que parecían leer sus sentimientos, ella solo asintió y él volvió la mira a los dos adolescentes frente a él.
Una extraña sensación que le pedía que tuviera a esas personas en su vida lo invadió, era como si un destello se esparciera alrededor de ellos alejando las penumbras de su vida, por un momento era como si estuviera en casa.
Maxence tenía unas inmensas ganas de vomitar al ver al hombre rubio frente a él, no entendía porque Amalie y él se parecían tanto, era en extremo extraño y tampoco lograba explicarse el nudo en la garganta o las inmensas ganas de llorar, se sentía tan abrumado que llevo la mano al cuello de la playera para moverlo como si con eso fuera a poder respirar mejor.
—Un gusto, Maxence.
Jerome le extendió la mano, de forma desconfiada y rápida Max la estrecho queriendo salir corriendo de ahí.
—Un gusto, señor Delacour.
Delacour tenía miles de preguntas que hacerles, quería indagar sobre ellos porque algo dentro de él lo hacía repetirse la misma pregunta una y otra vez.
"¿Son mis hijos?"
No quería hacerse ilusiones, tal vez podrían ser hasta unos hijos regados de Pierre o algún familiar demasiado lejano o una simple coincidencia el gran parecido.
Pero, algo dentro de él lo hacía aferrarse a la idea de que tal vez... en un descuido y en una remota oportunidad...él habría embarazado a alguien hace diecisiete años.
—¡Jerome! —dos voces que conocía muy bien lo hizo sacar de su ensoñación y al parecer paso lo mismo con Maxence pues salto de la silla— ¿Si mato a un menor de edad me sacarías de Azkaban?
—¡Papá, no vas a matar a nadie!
Amalie no pudo evitar reír al escuchar los comentarios de los dos hombres que llegaron, los reconoció como el padre y el hermano mayor de George Sirius.
—¿Qué? —los vio confundido tratando de seguir el hilo de la conversación— ¿Por qué demonios quieres matar a un menor?
—Anirak no se puede enterar, no es que le tema o algo...pero, valoro mucho el poder salir de casa y del diario tener sex—noto a los dos menores y preferido callar con las mejillas rojas —...voy a matar a Deyan.
Informo de manera seria, sabía que Fred al igual que todos eran demasiado celosos con Anired y que Deyan no era muy de su agrado, pero nunca creyó que lo quisiera matar; pudo notar como Maxence escuchaba con mayor interés la conversación cuando salió el nombre del búlgaro.
—Acepto que no me agrada para nada...pero... ¿Alguna razón del porque ahora lo queremos matar?
Vio a los dos Black-Weasley en espera de una respuesta.
—Después de que Deyan llegara de la prueba, fue de inmediato a los resultados—explico Louis—, Anired salió de la enfermería y se acercó a donde estaba Deyan, papá, George Sirius y yo nos quedamos a esperar la calificación de Regulus y vimos...como Deyan trataba de mala forma a Nired...
El rostro de Jerome se volvió completamente serio al igual que el de Maxence, Amalie notaba aun un mayor parecido entre ambos, quería decírselo a su hermano, pero no tenía una explicación lógica para eso.
—Le dijo que no le molestara, e incluso que no lo abrazara en frente de tantas personas —murmuro Fred apretando los puños con impotencia —, estuve a punto de intervenir, pero cuando Anired nos vio salió corriendo a otro lado junto con Zed, después Deyan se fue y no le pude decir nada.
—Voy a matarlo yo mismo —sentencio Jerome dispuesto a salir de ahí en búsqueda del Granger-Krum.
—Si quieren matar a alguien deberían de ser más discretos —Fred Weasley-Delacour se acercó con una pequeña sonrisa y acompañado de George Sirius, que llevaba las manos detrás de la espalda sonriendo, y Anirak —, la tía Anir escucho todo, tontos.
—Anir....
—Mamá...
Murmuraron Fred y Louis reconociendo la mala mirada de la azabache que tenía los brazos cruzados sobre el pecho.
—Hablo en serio, no quiero que se metan—sentencio—, tú hablaras con Anired —señalo al pelirrojo mayor—, la harás ver que está mal que Deyan la trate de esa forma, sabes muy bien que Anired es una adolescente, y si la obligas a terminar con Deyan, le prohíbes verlo o lastimas a ese niño, ella se va a encaprichar más con él o lo peor, los verá a ustedes como los malos.
—Sí, muñeca —murmuro Fred acercándose y besándole la sien de manera cariñosa—, te prometo que lo hare.
—Y tú—vio a Jerome que de inmediato elimino la postura defensiva que tomo cuando quería ir por Deyan—...ni se te ocurra hacerle segundas para atacar a un menor.
—Mi vida, mi cielo, mi mar, mi tierra... ¿Cómo crees que dejaría que tu esposo haga algo como eso? —la vio con sorpresa fingida — ¿Cómo crees que yo apoyaría su idea?
—Hablo en serio, Jerome —los vio de forma acusadora —...nada en contra de un menor.
Advirtió dándose la vuelta para volver con su hijo azabache.
—Les dije que no era buena idea.
Louis puso los ojos en blanco, Freddos solo sonrió encogiéndose de hombros.
—¿Alguno tiene un pañuelo? —cuestiono George Sirius que aun tenía las manos detrás de la espalda, Fred algo confundido saco un pañuelo rojo de su bolsillo extendiéndoselo a su hijo — ¿Les da asco la sangre o saliva?
Los mayores negaron con confusión por las preguntas de George Sirius, Freddos se acercó para acomodar el pañuelo dejando la mano extendida de su tío.
—Déjalo así o se caerá.
—¿Qué cosa? —el pelirrojo menor extendió la mano izquierda que estaba en puño — ¿Qué? ¿Eso es sangre? —distinguió el color carmesí y las salpicaduras— ¡Sirius! ¿Qué hiciste?
—Espero que Lyubomir o la tía Hermione o el tío Viktor sepan cómo hacer crecer los dientes de Deyan.
—¡Por Merlín!
Exclamaron Louis y Jerome al unísono distinguiendo dos dientes llenos de saliva y sangre en el pañuelo.
—¿Ustedes dos... qué hicieron?
Fred les pidió una explicación a su hijo y sobrino.
—Deyan está muy equivocado si cree que puede tratar mal a mi hermana solo porque esta de mal humor y no tener su merecido...
Comento George Sirius limpiándose los restos de sangre con ayuda de magia.
—Después de que vimos como trato Deyan a Nired lo seguimos al baño de hombres de los vestidores —relato el Weasley rubio —, George llego y azoto su cabeza contra del lavabo haciendo que dos dientes se le cayeran, le advirtió que si volvía a tratar a Nired de esa manera a la próxima serían sus huesos los que terminaran rotos y los cinco metros bajo tierra.
George Sirius sintió la mirada de Amalie y solo le lanzo un guiño para ver a su padre
—Se van a meter en líos —riño Jerome —...saben muy bien que Asen lo defiende como si fuera un niño pequeño.
—Nadie nos vio...aparte...nosotros siempre estuvimos con el tío George y la tía Lys, aunque Deyan diga lo contrario tenemos muchos testigos —George Sirius sonrió de manera dulce —...incluso papá nos vio llegar con el tío George ¿no es cierto?
Fred soltó un suspiro.
—No sé cómo convencieron a Lys y George...pero está bien.
—Eres un demonio, canuto—murmuro Jerome apretándose el puente de la nariz y después sonrió—, pero bien hecho.
Fred apretó el pañuelo para guardarlo en el bolsillo izquierdo de su pantalón, cuando saliera del castillo se encargaría de quemar eso.
[...]
Regulus se removió de manera incomoda en la camilla y soltó un suspiro de aburrición, se encontraba completamente solo en la enfermería ya que todos estaban durmiendo.
Odiaba tener que pasar toda la noche en ese lugar, pero aun no podía caminar muy bien debido a la herida, hubiera deseado que sus padres se quedaran más tiempo con él, pero tuvieron que volver ya que su madre fue llamada por asuntos del ministerio, Fred estuvo a punto de quedarse, pero, todos preferían que volviera con Anirak para que ella no se quedara sola en la gran casa cuando saliera del trabajo.
Quería seguir durmiendo, pero su cuerpo ya no quería, estuvo inconsciente gran parte de la tarde y noche después de perder sangre, al menos su resultado fue bueno quedando en segundo lugar, se encontraba feliz porque Amalie había obtenido la mejor puntuación de los tres y Deyan fue el último, así que al menos no era su "querido" cuñado el que encabezaba la puntuación del torneo de los Tres Magos, ahora debían de prepararse para la segunda prueba de la que no sabían nada.
No se arrepentía de haber puesto su nombre en el cáliz, pero hubiera preferido que las pruebas no lo dejaran tan cansado y tan mal; tenía que estudiar como nunca y repasar miles de hechizos para estar preparado, añoraba tener la inteligencia de sus hermanos, sin duda, si George Sirius estuviera compitiendo tendría una solución para cualquier obstáculo, el idiota siempre tenía un haz bajo la manga.
Estiro la mano al mueble junto la cama en búsqueda de algunas grajeas, quería algo dulce, incluso se le apetecía una hamburguesa con carne y queso extra, tan solo en pensar en eso comenzó a salivar, pero no habría manera de obtenerla, ni siquiera tenía una lechuza para pedirla en el pequeño restaurante de comida rápida que se hallaba en Hogsmeade, cada vez el pequeño pueblo se iba modernizando poco a poco, abriendo más lugares que llamaran la atención de los adolescentes.
Metió varios pequeños dulces, la mezcla de sabores cubría los asquerosos como la cera de oído y vómito, nunca le gusto comer una por una, ya que su padre siempre le daba las que sabían feas para hacerlo rabiar, de niño siempre terminaba llorando por eso.
Aunque bueno, era una venganza por parte de Fred, ya que tanto él como George Sirius y Anired eran demasiado posesivos con su madre, sin dejar a sus padres estar a solas para que no intercambiaran muestras de cariño.
Regulus alzo un poco el rostro al escuchar la puerta abrirse, como no noto a nadie volvió a recargarse contra la cama pensando en cualquier banalidad, tenía la duda de cuál sería su regalo de navidad de este año, siempre recibía muchos, pero eso significaba que tendría que gastar sus ahorros en los regalos para las personas importantes.
Al pensar en eso la imagen de cierta rubia se hizo presente.
Hannah MoongBlaxott-Blyley.
Quería verla, desde la noche anterior a la prueba no hablo con ella y justo ahora la extrañaba, no entendía muy bien que era lo que sentía.
Le atraía físicamente y le gustaba estar con ella, la consideraba demasiado dulce y amable, aparte que siempre sabía hacerlo sentir bien con palabras y era tan cariñosa que con solo un toque lo derretía.
—¿En quién piensas, Reggie?
No pudo evitar sonreír al escuchar esa voz y guio la mira hacia la chica que estaba parada a su lado, llevaba el cabello recogido en una coleta despeinada pudiendo observa su bonito rostro.
—En ti...Hannah, pensé que estarías durmiendo.
Ella sonrió inclinándose a besarle la mejilla, Regulus apoyo los antebrazos en la cama y se impulsó para lograr sentarse recargando la espalda en la cabecera de metal.
—¿Cómo sigues? —tomo asiento en la vieja silla que estaba a lado—, quería venir antes, pero noté que tuviste muchas visitas y no te quise molestar.
—Nunca molestas —se hizo el cabello hacia atrás viendo los brillante ojos de la rubia que lo miraban con demasiado cariño—, estuvieron mis padres y mis tíos, estoy seguro que les habrías agrado si te hubieran conocido hoy.
—¿Tú crees? Tal vez no... ya sabes, tu familia es de las más importantes en el mundo mágico —murmuro de manera pensativa y con una expresión de preocupación—, tal vez consideren que no soy... ya sabes, tan buena como para hablarte.
Regulus negó rápidamente acercando la mano para acariciarle la mejilla.
—Eres adorable, Hannah, estoy seguro que les habrías agradado demasiado, incluso te hubieras llevado bien con mis padres.
—Espero digas la verdad, no me gustaría que ellos crean que no debamos de ser tan unidos.
—Mis padres son personas demasiado agradables, no creas los rumores que dice el mundo mágico sobre mi familia—explico—, ellos no tienen etiquetas en las personas y solo les importa como son realmente las personas por dentro, ya sabes, sentimientos, valores y cosas así.
—Entonces espero conocerlos prontos.
Hannah se levantó para acercarse a él, Regulus al notar eso sonrió más abiertamente llevando la mano hasta atrás de su cabeza para acercarla y rozar los labios contra los de ella, fue un suave rozo que pronto se volvió en un beso cariñoso y acompasado.
Los labios de Hannah eran suaves y embriagantes, el Black-Weasley quería más de ellos así que le mordió el inferior robándole un jadeo que aprovecho para introducir la lengua que fue bien recibida por la de ella, dando inicio a una batalla demasiado húmeda.
La mano libre del azabache busco la pequeña mano de la rubia para acaríciala sin dejar de jugar con el sedoso cabello, Hannah le acariciaba el torso cubierto por una vieja y desgastada playera azul oscuro sintiendo la dureza de su tonificado pecho.
La temperatura corporal de ambos comenzó a subir llenando la enfermería de una gran tensión, Regulus el tomo de la cintura y con fuerza logro ponerla sobre su regazo, ambas piernas de Hannah quedaron a cada costado del varón bajo ella, se alejó unos centímetros dejando pequeños besos en los carnosos labios de Regulus John que sonreía de manera tonta.
—Estás herido.
Murmuro introduciendo las manos a la playera rozando el abdomen con las uñas cosa que estremeció a Regulus, el azabache acaricio el trasero de la rubia moviéndola sobre su cadera, dejo escapar un suave gruñido al sentir el roce de ambas intimidades.
—Dijiste que si me iba bien en la primera prueba tendría un premio ¿no? —apretó el trasero de Hannah y sintió algo extraño en uno de los bolsillos traseros de sus jeans, así que metió los dedos logrando atrapar un pequeño sobre —...y veo que venias preparada.
Sus ojos brillaron con diversión mostrando el empaque del condón.
—No te burles de mí, Reggie.
Hizo un pequeño puchero llevando los labios al cuello del más alto que echo la cabeza hacia atrás dándole todo el acceso que quisiera, besaba de manera húmeda rozando con los dientes la pálida piel, dio un suave mordisco para succionar y chupar, los gemidos de Regulus eran cada vez más roncos.
A duras penas, el Black-Weasley logro tomar la varita lanzando tres hechizos en la puerta: un antialohomora, un hechizo silenciador y otro para evitar que los fantasmas del castillo fueran a entrar e interrumpir ese momento, dejo caer el pedazo de madera y puso el condón a lado de él para que cuando fuera el momento necesario de usarlo lo tuviera a la mano.
Busco el botón del pantalón de Hannah logrando desabrocharlo y metiendo las manos, una la guio hasta el trasero donde la metió bajo la braga de encaje para acariciar una de sus nalgas mientras la otra la guiaba a su sexo aun cubierto por la tela.
Hannah bajaba los besos sin dejar de acariciarle el abdomen, se estremeció cuando comenzó a frotar su húmedo sexo, sus dedos se movían ágilmente provocando que sus fluidos aumentaran.
Los gemidos de ambos inundaban la habitación convirtiendo el ambiente más erótico para los adolescentes.
Regulus hizo a un lado la tela tocando y sintiendo los resbalosos pliegues, sonrió al notar la ausencia de vello púbico y fácilmente los guio hasta el clítoris de Hannah, mientras más la tocaba sentía el miembro más empalmado, deseando penetrarla de una vez por todas.
Hannah regreso a sus labios para besarlo de manera hambrienta ahogando los gemidos contra su boca, Regulus movía su carnoso botón de manera circular alternando la velocidad sin dejar de apretarle el trasero provocando que sintiera todo más fuerte, sumado a eso la palpitante erección que rozaba su sexo con cada movimiento.
Regulus bajo los dedos hasta la entrada de Hannah y los introdujo de manera lenta formando círculos preparándola para cuando llegara la hora de entrar en ella, estaba seguro que los fluidos de la rubia ayudarían a que todo fuera más fácil.
Se detuvo durante unos segundos al escuchar algunas voces al otro lado de la puerta, seguramente serían los prefectos merodeando el castillo, sería mejor que se dieran prisa si querían terminar lo que empezaron.
—Bonita —llamo Regulus rompiendo el beso y viéndola con las mejillas sonrojadas—, tenemos que apurar esto, te prometo que la próxima vez será mejor.
Le lanzo un guiño, Hannah le mordió el labio inferior para levantarse y deshacerse de sus jeans azules y la braga, Regulus con dificultad logro bajarse el pantalón de pijama y el bóxer liberan su duro miembro, las gotas de líquido pre seminal lo recorrían, estaba demasiado sensible.
Tomo el condón para abrirlo y colocarlo con facilidad, le hizo una seña a Hannah para que volviera a su regazo, ya que no podría ir arriba por su casi invisible herida en el muslo.
Hannah con facilidad volvió a él, Regulus tomo su erección para rozarla contra el húmedo sexo de la rubia, repitiendo la acción varias veces, y en menos de lo que espero Hannah hizo que entrara en ella.
Ambos soltaron un gemido lleno de placer al sentirse completos, las manos de la rubia terminaron sobre el torso de Regulus para tener un mayor equilibrio y poder moverse para que ambos lo disfrutaran.
Regulus observaba a Hannah sobre él, movía la pelvis para que las embestidas fueran más profundas, la tomó de la mandíbula con ambas manos para atraerla hacia él.
—¡Mierda! —murmuro sintiendo en la cima del éxtasis, las paredes vaginales de la rubia lo envolvían a la perfección—, no sabes cuánto me encantas, Hannah...eres jodidamente perfecta.
Ella sonrió para besarlo sin dejar de moverse disfrutando de su longitud.
Ahora se daba cuenta que los mellizos tenían más diferencias de las que creyó, mientras George Sirius era dominante y controlador, Regulus era dulce y cariñoso.
⚜⚜⚜
Los ojos oscuros observaron todo con curiosidad, nunca creyó estar en la cocina del barco de Durmstrang justo como en esos momentos.
—No es muy grande, pero tenemos lo necesario —explico la rubia poniendo algunos ingredientes sobre la barra—, la del castillo de Durmstrang es enorme y hay muchos elfos, para este viaje solo trajimos tres, probablemente nos ayudarían, pero como es una receta secreta es mejor que no se enteren.
Le guiño el ojo a JJ de manera cómplice.
—En Hogwarts por lo regular los elfos siempre están.
Mencionó viéndola acomodar las cosas, sabía cocina, pero está vez seguiría la receta al pie de la letra, tal y como los ocia Hannah.
—Aquí también, solo que hoy están preparándole la cena privada del director Lyubomir, al parecer tendría un invitado —se encogió de hombros restándole importancia—, por eso tenemos que aprovechar para hacerlas, sino, nos podrían castigar por usar la Amortentia.
—¿Estás segura que funcionará?
Pregunto tomando el bowl y harina que le extendió Hannah.
—Claro que sí, si de por si la receta por si sola sirve para enamorar, ahora más con la nuez —le guiño el ojo partiendo unas nueces para quitarles la cascaras—...agrega dos tazas de harina y dos huevos, comienza a batirlos.
Hannah con ayuda de magia comenzó a engrasar el molde para buscar más ingredientes, Alyssa hizo lo que le indico.
—¿Y si no se las come? A veces es algo quisquilloso con la comida.
— Dices que confía en ti ¿No? —interrogo termino de partir las nueces para ir por la miel, JJ confirmo con un movimiento de cabeza—...si confía en ti es evidente que las comerá sin dudar, todo esto funcionará y George Sirius no tendrá ojos para nadie más, corresponderá a todos tus sentimientos, al inicio será por la poción, pero después él se dará cuenta que a la que siempre quiso fue a ti.
Al escuchar las últimas palabras Alyssa se dio cuenta que esa era su única opción si es que quería que George Sirius la quisiera como ella lo hacía.
Tantos años habían sido mejores amigos, así que no sería raro que surgiera algo más, muchas veces la gente lo dijo: estaban hecho el uno para el otro, por eso compartían tantas cosas en común y era tan fácil que se llevarán bien.
El pelirrojo solo necesitaba un pequeño empujón para darse cuenta de lo que realmente sentía y con esas galletas lo harían.
Terminaron de batir el huevo, la harina, polvo para hornear y mantequilla.
—Ahora, en lugar de azúcar usaremos miel.
Explico Hannah mostrando un pequeño frasco con un espeso líquido de tonalidades doradas.
—¿Miel?
Por lo regular Jordan-Johnson usaba azúcar para los postres.
—Tienes que llenarlas de miel —murmuro dejando caer un espeso y gran chorro de miel—...para hacer que él sea dulce —la morena vio como la mezcla cambiaba de color cada que la batía más con la pala—...también polvo de una bola de cristal y un poco de polvo de ojos de halcón —saco dos pequeñas bolsas de papel café para vaciar todo el contenido en el bowl, JJ tuvo que aguantar una arcada ante el olor del polvo de los ojos de halcón—... para hacer que George Sirius vea lo que se está perdiendo... JJ, no dejes de batirlo hasta que esté completamente homogénea.
Alyssa asintió, el color de la mezcla cambio a un color oscuro, definitivamente ella no quería probar eso.
—Y, ahora nuez, se utiliza porque tiene forma de cerebro y en algunas creencias de pueblos búlgaros se dice que les da la inteligencia a los hombres para darse cuenta de sus verdaderos sentimientos —lanzo los trozos de nuez finamente cortados —, y por ultimo pon la Amortentia.
Pidió Hannah, JJ con ayuda de su varita hizo que el pequeño frasco flotara hasta ellas y vacío todo el contenido, Hannah parecía sumamente feliz al ver como la mezcla de galletas tomaba un color apetecible.
—¿Le falta algo más?
Cuestiono Alyssa poniendo el bowl sobre la encimera.
—Solo las chispas de chocolate, pero se las pondremos en cuanto las pasemos a las charolas para meterlas al horno.
—De acuerdo.
—En lo que terminar iré a ver si tengo algo en que envolverlas en mi habitación.
Informo limpiándose las manos para salir de la cocina, Alyssa comenzó a formas las pequeñas galletas y poniéndolas en una charola que ya estaba engrasada, se encontraba tan concentrada en que quedaran perfectas que ni noto la presencia de dos alumnos de Durmstrang.
—Te dije que no le hicieras caso a Hannah.
Una voz varonil la hizo alzar la mirada topándose con unas cejas pobladas y unos ojos que la miraban con cierta molestia.
—Hannah es mi amiga —defendió —, ella no haría nada para dañarme.
—No deberías de confiar en ella —ahora fue una chica morena y de rastas la que hablo de manera seria—, Hannah es una traicionera... no seas tonta, te va a meter en demasiados problemas.
—Deberías de escucharnos, conocemos a Hannah desde hace años —Alyssa recordó el nombre del chico: Lorenzo—, cuando menos te lo esperes todo terminara mal.
—Ni siquiera los conozco, en cambo a Hannah si ¿por qué confiaría en ustedes?
Cuestiono con la ceja enarcada.
—Valentia, Lorenzo —Hannah hizo acto de presencia llevando una linda caja de papel con ella — ¿A caso están hablando mal de mí? Pensé que éramos amigos, Renzo.
—No lo somos cuando tratas de hacer una de tus artimañas con alguien que no tiene la culpa.
Hannah soltó una risa llena de burla.
—Vamos, Lorenzo, no puedo creer que hayas dejado que Tía te llene la cabeza de idioteces.
—No me llames de esa forma...
Respondió Valentia con enojo, Alyssa solo veía todo con curiosidad.
—Vamos, Val, no vale la pena seguir con eso.
Lorenzo le dirigió una mirada a JJ para irse de ahí en compañía de Romellie.
—No les hagas caso, dicen puras estupideces —le explico Hannah dejando la caja frente a ella —, encontré esta, me imagino que aquí cabrán.
—¿Son tus amigos?
Cuestiono, Hannah la ayudo a meter las galletas al horno.
—Lorenzo más o menos, ambos somos amigos de Deyan así que por asociación lo somos —murmuro programando la temperatura—, Valentia y yo fuimos mejores amigas hasta hace un año.
—¿Se pelearon?
Hannah soltó un suspiro recargándose de la mesada de mármol.
—Algo parecido, paso algo extraño durante los TIMOS de hace un año, de una u otra forma Valentia logro hacer trampa, pero la describieron —una expresión de dolor adorno el c de la rubia —, Tía me echo la culpa, diciendo que yo la obligue a hacer trampa para usarla como conejillo de indias y que fuera la distracción para yo obtener las respuestas junto con Stella...evidentemente mintió, eso nos hizo discutir y terminar nuestra amistad.
JJ se sintió mal por la rubia ya que parecía demasiado triste al contar eso, sin duda le habría dolido perder a su amiga de esa manera.
—Lo siento mucho...
—No importa —se encogió de hombros—, nunca sabes quién te traicionara cuando menos te lo esperas.
JJ asintió sintiéndose algo culpable, porque sabía que de cierta forma estaba traicionando la confianza de George Sirius.
—Espero que en algún momento puedan hacer las paces.
—Cambiemos de tema —pidió limpiando con magia la cocina—...por cierto... ¿te has dado cuenta que George Sirius últimamente está demasiado interesado en la competidora de Beauxbatons?
—¿A qué te refieres?
Alyssa los había visto algunas veces platicando, pero creyó que solo se hablaban por Regulus.
—Los he visto hablando en los pasillos, e incluso...Deyan me conto que los ha visto en las madrugadas juntos —JJ la miro de manera interrogante—, Deyan y Stella son prefectos así que algunos días tienen que merodear el barco en la madruga, y bueno, George sale a correr y casi siempre se ven a la orilla del lago negro, pasan un gran rato y nadie sabe realmente que hace ahí, incluso él la acompaña hasta el carruaje... no sé, es raro ¿no crees? —pregunto con un extraño brillo en los ojos—, me contaste que George Sirius no es muy sociable que digamos, y mágicamente muestra un gran interés por Amalie D'Acanto.
—Tal vez solo sean amigos.
Hannah negó.
—Hay cierto rumor, que dice que Amalie le hace algo a los hombres...de alguna forma los "embruja" y por eso casi todos andan tras ella, incluso los hace voltear a verla cuando están con sus novias —se encogió de hombros—...si eso es cierto...es probable que Amalie haya hecho algo sobre George Sirius, para enamorarlo.
Alyssa la miro con terror.
—Si eso es cierto...ella está loca.
Hannah sonrió suavemente dando en el punto que esperaba.
—¿Ves? Lo bueno es que la Amortentia es fuerte, eso romperá el encantamiento que use Amalie sobre él, ya lo veras.
Alyssa junto a una más seguridad con esas palabras, si la competidora de Beauxbatons lo estaba embrujando de alguna manera, podría ser de ayuda las galletas, sería como matar dos pájaros de un tiro, y de esa forma George Sirius no se enojaría tanto, JJ se repitió eso una y otra vez, dándose cuenta que ya no habría marcha atrás una vez que las galletas estuvieran listas.
Las dos chicas estuvieron un largo rato más en la cocina empacando las galletas de manera que tuvieran una presentación demasiado estética.
Después de eso salieron del barco para ir a la sala común de Gryffindor donde la mayoría de estudiantes de Hogwarts se encontrarían ya que habría una fiesta para celebrar que Regulus John logro terminar la primera prueba con éxito.
Alyssa y Hannah entraron juntas, la sala común de colores rojos y dorados estaba llena de alumno, en una pequeña mesa había varias botellas de Whiskey de fuego, cerveza de mantequilla y botanas, mientras la música que provenía de un viejo toca discos inundaba el lugar.
Varios coqueteaban, otros estaban con el campeón de Hogwarts riendo mientras bebían.
—Ahí esta George Sirius, vamos.
Menciono Hannah distinguiendo al pelirrojo que platicaba con un chico de cuarto año, el Black-Weasley al verlas acercarse se alejó del menor para ir con ellas.
—Pensé que estarías celebrando con Deyan —menciono viendo a la rubia y luego a su mejor amiga —, hola, JJ...no pensé que fueran amigas.
—JJ me invito a venir a celebrar con ustedes, aparte la celebración en Durmstrang fue ayer —sonrió dándole un pequeño codazo a la morena—, somos amigas casi desde el primer día ¿verdad, JJ?
—Si —Alyssa soltó un suspiro y le extendió la caja a George que la tomo algo confundido —, hice galleta, así que te traje.
—Genial —sonrió con agradecimiento—, gracias, las comeré después...por cierto, Abi te estaba buscando, era algo urgente, creo, vi que subió al dormitorio de las chicas.
—La iré a ver.
Informo para alejarse a paso rápido e ir en busca de su hermana menor, la gélida mirada de George Sirius se posó sobre Hannah, se inclinó tomándola del brazo para alejarla.
—Pensé que no querías que nos vieran juntos.
Murmuro la rubia con burla.
—Más te vale que no le hayas contado nada de lo que ha pasado entre nosotros —advirtió de manera seria, observo al lado para notar que nadie los viera —, no me interesa que estén jugando a las amiguitas, solo mantén la boca cerrada.
—Eres demasiado excitante cuando actúas y me tomas de esa forma —musito lamiendo lóbulo de la oreja del más alto y con la mano izquierda rozo la entre pierna cubierta por el pantalón—, me recuerda lo duro que me cogiste la vez pasada.
George Sirius sintió su miembro despertar ante esa caricia, al ver que nadie les ponía atención la hizo caminar a su lado sin soltarla del brazo, Hannah solo sonreía para sus adentros al notar que logro lo que quería.
Salieron de la sala común de Gryffindor y la guio hasta un alejado salón que se encontraba completamente vacío, dejo que entrara antes y una vez que ambos estuvieron dentro George lanzo dos hechizos a la puerta.
—Arrodíllate.
Ordeno con voz de mando, dejando las galletas en una banca y desabrochándose el cinturón junto con el pantalón, Hannah no borraba la sonrisa, se recogió el cabello en una coleta mal hecha y se hincó frente a él de forma inmediata.
El pelirrojo dejo caer el bóxer junto con los jeans, liberando la emitente erección la cual tomo.
Tomo a Hannah de la barbilla alzando su rostro para que lo viera a los ojos.
—Lo vas a chupar hasta que me corra ¿entendido?
—Sí, lo hare.
Le acaricio el labio inferior para soltarla, Hannah tomo el pene de George acariciando la longitud de arriba abajo, el pelirrojo observaba cada uno de su movimiento y sonrió al sentir la cálida boca de la rubia envolverlo, sabía muy bien lo buena que era haciendo orales, lo comprobó aquella vez en el bar y no le molestaría seguirlo comprobando.
La lengua se movía con maestría mezclando con suaves succiones, George se recargo en el escritorio detrás de él, tomando la orilla de este con las manos y echando la cabeza hacia atrás.
Hannah alzo la mirada para obsérvalo, su cabeza hacia atrás, el cuerpo tenso y las venas en sus brazos se marcaban por la fuerza que utilizaba al apretar las orillas del viejo escritorio, los roncos gemidos comenzaron a escucharse por todo el salón.
Movía la lengua con entusiasmo, sentía como el miembro del pelirrojo crecía cada vez más dentro de su boca y con las manos estimulaba los testículos dando suaves masajes repitiendo la acción una y otra vez disfrutando del saber todo lo que provocaba en él.
Quizá George Sirius era algo desapegado emocionalmente al contrario de Regulus, pero sabía que los hombres eran idiotas y siempre y cuando le diera un buen sexo podría tenerlo en la palma de su mano, la única que tal vez le preocupaba era Amalie D'Acanto, ya que no lograba entender porque el pelirrojo tendría tanto interés por ella.
Había investigado a cada una de las mujeres que lo rodeaban, no tenía una gran cantidad de amigas así que no fue difícil, la que consideraba un mayor obstáculo era Alyssa "JJ" Jordan-Johnson por lo que se acercó a ella y estaba segura que con lo que acababan de hacer la sacaría del camino, pero con la competidora de Beauxbatons no era igual de fácil, ya que no se llevaba con ninguno de ese colegio.
Paso la lengua de forma circular sobre la punta e hizo un poco de presión y después succiono al sentir como George se tensaba aún más, repitió la acción cuando el sabor agridulce le lleno toda la boca, trago todo lo que pudo y unas pequeñas hilazas escaparon de las comisuras de sus labios.
Se alejó y observo como el trataba de recuperar la respiración, Hannah se limpió con las yemas de los dedos para lamerlos ante la mirada del Black-Weasley, se puso de pie y se acercó rodeándole el cuello.
—¿Lo hice bien?
Cuestiono con un tono de voz dulce y sumiso, George asintió y cuando ella se acercó dispuesta a besarlo, el con cuidado la tomo del cabello alejándola y negando con la cabeza.
—¿Dije que podías besarme?
Hannah se quedó estática por unos segundos, pensó que estaba bromeando, pero al no escuchar ninguna risa o el tono de burla se dio cuenta que hablaba enserio.
—Pero...
—Ya te dije la otra vez, si yo no lo digo, no quiero que lo hagas, es lo mismo con tocarme.
La soltó y se alejó con cuidado para acomodarse la ropa, Hannah puso los ojos en blanco algo enojada por esa respuesta.
—Apuesto a que esa tonta si la dejas tocarte.
Escupió con enojo, George la vio con la ceja enarcada, ya se había puesto el bóxer y pantalón, se terminó de abrochar el cinturón y se acercó a ella.
—¿De quién hablas?
Interrogo cruzando los brazos sobre su pecho, la camisa se acentuó a su cuerpo, las venas marcadas resaltaban aún más en los grandes brazos y apretaba la mandíbula esperando la respuesta.
—De ella...la competidora de Beauxbatons: Amalie D'Acanto, los han visto juntos... ¿ella sabe que te estas acostando conmigo mientras tratas de ligártela?
—¡A Lie no la metas en nuestros asuntos! —respondió malhumorado—¡Lo que pasé entre ella y yo no es de tu incumbencia, Hannah!
—Por Merlín... ¿Qué le ven? Solo es una tonta rubia sin nada interesante.
Hannah se enojó al ver como reaccionaba el pelirrojo ante la mención de la alemana.
—Deja de mencionarla con tu asquerosa boca, Hannah —la tomo del brazo de manera brusca acercándola a él —, mantente lejos de ella, de mi hermana y de JJ, o juro que vas a desear no haberme conocido —MoongBlaxott-Blyley se quedó completamente callada ante su forma de reaccionar —...y dile también a la estúpida de tu amiga que si sigue molestando a mi hermana voy a tomar cartas en el asunto, y sus burlas no serán ni un cuarto de lo que voy a hacer.
George Sirius la soltó para tomar la caja de galleta y quitar los hechizos de la puerta para salir de ahí a grandes zancadas dejando a la rubia sola.
Mientras caminaba a la sala común de Gryffindor trataba de que su mal humor pasara, aunque cierta parte de él no lograba explicarse porque se enojó de esa manera en cuanto Hannah nombro a Amalie, simplemente algo dentro de él exploto cuando la menciono, y más cuando la llamo tonta, era como si la sangre le hirviera.
Lo peor es que sabía, que si hubiera seguido escuchando a Hannah habría sido capaz de...atacarla de otra manera, agito la cabeza, definitivamente se encontraba demasiado estresado y escuchar a la rubia no fue de ayuda.
Una vez que estuvo en la sala común fue al dormitorio de Regulus ya que quería guardar la galleta, y no evito soltar una carcajada ante la escena frente a él:
Stefan completamente ebrio mientras Scorpius —que también estaba ebrio—, le decía como hablar con chicas utilizando a Anired para practicar, la menor tenia las mejillas rojas e hipo, notaba que también estuvo tomando un poco.
—Bueno —Alexander se puso de pie para ir por Anired —, ahora que ya llego George Sirius, nosotros dos nos vamos —ayudo a la azabache a ponerse de pie, aunque él también se sentía mareado por la ingesta de alcohol—, vamos, Nired.
—Tu cuídalos.
Murmuro la menor señalando a George Sirius para salir de ahí con la peli plata mientras se reían, Alexander tomo una botella de Whiskey de fuego y ambos volvieron a la sala común de Slytherin.
—Te juro que no entiendo a Zed.
Murmuro Alexander entrando a su dormitorio seguido de Nired, todo estaba completamente vacío pues la mayoría estaba en la fiesta.
—Los hombres son idiotas —murmuro Anired torrándose en la cama y haciéndola una seña a Alex para que se acostara a su lado—, si son guapos lo son aún más.
—¿Hablas de alguien en especial?
—Dos en especial.
Murmuro Anired viendo como abría la botella, así que se sentó recargándose en la cabecera, Alexander corrió las cortinas del dosel quedando en una mayor privacidad para hablar.
—Me imagino que Deyan...y... diría que mi hermano, pero de él es raro que te quejes.
Anired soltó un suspiro aceptando la botella, Alex se subió a la cama recargándose a lado de su amiga.
—Deyan...no lo entiendo, un rato me trata bien y luego siento que no me tolera —murmuro sintiendo los ojos arderle—...no entiendo, siempre me trata de infantil, y cuando su tonta amiguita se comporta de esa manera solo se ríe... ¿Por qué con ella sí y conmigo no?
Le dio un gran trago a la botella de Whiskey ignorando el ardor en la garganta.
—Termínalo—soltó con facilidad —, vamos Nired, eres guapa, inteligente, amable...eres Anired, cualquiera que sea tu novio debería sentirse honrado de eso —la azabache lo vio con la mirada aguada —, Nired, tú no eres una opción de nadie, para cualquiera vas a ser un privilegio, así que no dejes que un idiota te trate de esa forma, porque todos nosotros —se refería a los impostores, los hermanos Weasley-Delacour, los Malfoy y Stefan—, te hemos tratado como una princesa y niña mimada desde que naciste, y no te debes conformar con menos que eso.
—Pero...es que yo quiero a Deyan...solo quiero que sea como antes.
Murmuro al borde del llanto, casi nunca hablaba de eso, pero en esos momentos estaba en un nivel de ebriedad que no conocía al igual que Alexander.
—A veces las cosas cambian y las coas no vuelven a ser como antes —le quito la botella y ahora él bebió de ella, decidió desviar la conversación ya que no quería verla llorar—, y dijiste que había otro ¿Quién es?
—El rubio idiota...
—Hay muchos con esa descripción, por ejemplo Zed.
—Tu problema se solucionará si besas a una chica —apunto con el dedo a la peli plata que suspiro—, el amigo de tu hermano, Maxence...
—Es guapo, a varias les gusta, pero a nadie le hace caso...
—También se la pasa molestándome, es peor que los gnomos en el jardín —hizo un mohín—, me llamo pecho plano y diversos insultos en alemán... ¿sabes que es lo peor? Que estoy pensando en él más de la cuenta.
—¿Te atrae?
Pregunto con una sonrisa burlona al ver las mejillas rojas.
—Es un imbécil...pero es guapo —admitió—, pero...mis pensamientos se basan en pensar en insultos o como defenderme de sus tontas bromas, no entiendo que de divertido tiene molestarme cada que me ve.
—Es obvio—volvió a beber —, le gustas.
—Me estas jodiendo.
—¿Por qué otra razón te molestaría? Seamos sinceros, si odias a alguien, simplemente lo ignoras, y sus bromas no son físicas, no busca hacerte daño, pero si llamar tu atención.
Anired puso los ojos en blanco negándose a creer lo que decía el Malfoy.
—Solo es un inmaduro...mejor hablemos de ti y Zed.
Alexander bebió aún más y le dio la botella a Anired que imito su acción, si seguían de esa manera terminarían con la botella antes de lo previsto.
—No me quieres escuchar, dice que hasta que bese a una chica y le diga cual beso me gusto más, hablaremos.
—Zeddie es tan guapo como tonto —la lengua de Anired comenzaba a trabarse por el alcohol en su sangre que ya estaba haciendo efecto al igual que en Alex—, besa a cualquier chica y listo.
—¿Y a quién beso? ¡No puedo llegar y decirle a cualquiera: bésame!
Anired se rio antes las muecas de Alexander y los movimientos con sus manos, ambos le dieron los últimos tragos a la botella para lanzarla al suelo.
—Dile a Zoe...no creo que te diga que no —Alex la vio de manera molesta —, bueno...a... ¿JJ? ¿Abi? No sé...es que es difícil.
Alexander se quedó callado durante unos segundos y Anired vio el techo que se movía alrededor, la cabeza le dolía y sentía algunas nauseas, el peli plata se encontraba de la misma manera.
Ambos ya estaban completamente ebrios, y gracias a eso el Malfoy no pensaba muy bien.
—Anired.
Llamo.
—¿Qué?
La azabache volteó a verlo, él sonrió y la tomo con suavidad del mentón y se acercó a ella, sin darle tiempo a reaccionar estrello sus labios en contra ella, fue un movimiento suave y duro acaso unos cinco segundos, Anired se quedó helada, pero correspondió.
—Definitivamente —murmuro separándose de ella—, no me lo tomes a mal, besas bien...pero, me gusto más con Zed.
Anired se giró rápidamente para dar una arcada y seguidamente vomitar al suelo, Alex abrió la boca con sorpresa.
—¿Tan mal beso?
Otra arcada, Alexander logro ponerse de pie a trompicones para ir con ella y alzarle el cabello dejándola vomita, después limpiarían todo.
—No te mueras, Nired...
Pidió escuchando las risas de Anired, era asqueroso, pero a los dos les causaba demasiada gracia esa situación.
[...]
Los gemelos rubios caminaban por los jardines de Hogwarts viendo como la nieve comenzaba a caer.
—Podríamos ir al castillo, sé que habría una fiesta en la sala común de Gryffindor.
Informo Amalie acomodándose la bufanda.
—Probablemente ya estén todos ebrios...
Amalie lo miro de soslayo.
—¿Vienes a cambiar porque tienes ganas o por qué esperas encontrarla?
—¿Vas a seguir mencionándola a cada rato?
Maxence puso los ojos en blanco, aun no quería admitir nada de lo que sentía por cierta azabache y menos frente a su gemela porque conociéndola haría todo lo posible para "ayudarlo" y él prefería ir a su manera.
—Sí, hasta que lo admitas.
—¿Cuándo admitirás que te acuestas con el pelirrojo?
Ahora la mayor fue la que puso los ojos en blanco.
—¡Que no lo hago! — gruño con un mohín en las mejillas—, solo somos amigos...es el primer chico que conozco que se acerca sin segundas intenciones de por medio, me agrada.
Maxence la miro de soslayo, sabía muy bien que siempre que algún varón se acercaba a Amalie era por querían algo más con ella, no era ninguna novedad, no le molestaba eso, pero si lo hacía enojar el hecho de que su gemela siempre salía herida.
Ella era sumamente hermosa, ambos siempre atrajeron a las personas, pero lamentablemente Amalie siempre terminaba encariñada, había tenido varios novios, pero siempre era lo mismo, la terminaban cuando "se aburrían de su belleza", nunca veían más allá de eso y ni siquiera parecía importarles lo sentimientos de la rubia, Maxence varias veces la tuvo que consolar, lo único que deseaba es que alguien por fin supiera valorarla, lo peor es que estaba seguro que Christopher no lo hacía.
—¿Cómo vas con Christopher?
—No sé —respondió con simpleza—, desde el día del boggart que no hemos hablado, y siempre se la pasa con aquella niña...
Soltó un suspiro y ambos se detuvieron frente unos arbustos, Maxence observo al gecko que iba sobre su hombro y sonrió.
—Deberías hablar con él, Lie, ambos han estado muy distanciados, ya ni parecen novio.
Amalie soltó un suspiro deteniéndose a ver lo pequeños copos caer frente a ella.
Maxence atravesó los arbustos y se quedó congelado ante la imagen frente a él, quería gritar o salta a los golpes sobre el castaño que dejo de besar a la alumna de Hogwarts, Christopher lo veía asustado.
Maxence se dio la vuelta de inmediato para tratar de detener a su hermana que ya iba acercándose.
—¡Amalie, volvamos al carruaje, hace frio!
—¿Qué? Pero si tu querías caminar...
Maxence negó tomándola de los hombros.
—¿Si te pido que pares me harás caso?
Amalie se dio cuenta que le quería ocultar algo así que se zafo de su agarre y lo rodeo para ver qué era lo que escondía.
—Vaya...pero si es el idiota de mi novio con la chica Hufflepuff —murmuro dándose cuenta de todo, la camisa mal puesta del castaño y la bragueta abierta, y Miranda tenía el cabello despeinado con unas marcas rojas en el cuello —... ¡Wow, que sorpresa!
—Lie...
Murmuro Maxence sintiéndose culpable por traerla a caminar.
—¡Amalie! —Christopher se acercó a ella —...déjame explicarte...
—Olvídalo...olvídame...olvida que tuvimos algo...
Amalie se dio la vuelta para correr de vuelta al castillo, Max al observar el rostro de su hermana supo que debería de ir tras ella en lugar de golpear a su ex amigo.
—Aléjate de mi hermana —advirtió—, y olvídate que eras mi amigo.
Fue lo último que dijo para ir detrás de su gemela.
Amalie sentía las lágrimas recorrerle el rostro, el corazón le dolía y el aire le hacía falta, quería borrar esa imagen de la cabeza, en si cierta parte de ella ya lo sabía, pero quiso no hacerle caso, creyendo que solo era un mal momento en su relación, sin embargo...todo estaba mal.
Observo el reloj en su muñeca y murmuro:
—Buen inicio de cumpleaños.
En ese momento dejo que todas las lágrimas que retenía fluyeran, dejando que todos los sentimientos que trataba de retener escaparan, pero, al final de cuentas siempre era de esa forma.
Nada cambiara, siempre seria la persona a la cual cualquiera podría remplazar por alguien más, porque al parecer para nadie importaban los sentimientos de Amalie D'Acanto.
⚜⚜⚜
Anirak dejo un folder beige frente al hombre que estaba sentado.
—Se llaman Amalie y Maxence D'Acanto —informo—, hay esta todo lo que Jerome y yo sabemos de ellos, por eso es que te contactamos, Andrews.
El nombrado abrió el folder leyendo la información.
—¿Qué es lo que quieren que investigue?
—Todo, quienes son sus padres, como fue su infancia, cada detalle de ellos —Jerome que estaba recargado en la pared por fin hablo —, lo necesito lo más pronto posible, no me importa lo que tengas que hacer para conseguir cada detalle y quiero que seas lo más discreto posible, ellos no pueden saber que los estas investigando.
El más joven asintió.
—A más tardar en enero tendré todo lo que me piden, necesito hacer varias llamadas e indagar ya que pertenecen al mundo muggle —se puso de pie—, no se preocupes, siempre he cumplido con todos los trabajos que me han pedido, y nadie sabrá nada al respecto.
—Gracias, Michael, puedes retirarte.
Michael Andrews se despidió de ellos abandonando el estudio.
Anirak sintió la penetrante mirada del Delacour así que suspiro.
—Con todo esto, sabes a lo que voy...hasta tú lo notaste —noto las expresiones de Jerome que iban desde la incredulidad hasta la esperanza—, el parecido es demasiado grande.
—¡Por Merlín, Anir! —negó con la cabeza, ahora que estaba con la cabeza fría pensaba mejor las cosas al contrario de hace rato—, eso sería imposible, si tuviera hijos lo sabría.
—¿Recuerdas todas las mujeres con las que has tenido sexo y si has usado protección? —enarco la ceja con curiosidad—, las probabilidades son enormes, Jerome.
Los ojos azules se iluminaron, como sus e tratara de un niño pequeño recibiendo la mejor noticia en la vida.
—¿Entonces...ellos...podrían ser mis hijos?
Anirak asintió.
—Debemos esperar para obtener la respuesta, pero...sabes que ahora todo es más complicado ¿no?
—Lo sé, esa nota me preocupa aún más...si es cierto...incluso ellos estarían en peligro.
Anirak paso la mano entre su cabello leyendo la pequeña nota que llego hace unas horas:
"Anir...preciosa, Anir:
Quien diría que tu hija seria tu copia idéntica.
Es igual de hermosa que tú, aunque parece más indefensa que tú a esa edad.
¿Sera porque ella no creció en medio de una guerra?
Sería una lástima que salga lastimada.
Con cariño:
—A"
—Eventualmente, si es "A" sabrá todo de todos como hace años —murmuro buscando opciones de quien sería A, Neville seguía tras las rejas al igual que Pierre y Ellie Yaxley estaba muerta—, quiero creer que todo esto es una mala broma.
—Mañana iré a hablar con Neville, Pierre solo es un viejo decrepito al borde la demencia —Jerome se sentó frente a ella—, ni siquiera tiene dinero, dudo que pueda hacer algo desde Azkaban...
—Lo descarte desde que llego esto...Neville no lo sé, es algo extraño, nunca ha recibido ninguna visita por lo que se, pensé que todo quedaría enterrado hace diecisiete años con la muerte de Yaxley.
—Ellos estarán bien, lo prometo, aun no debemos de decirle nada a Lys ni a George o Fred, seria preocuparlos y tal vez resulte ser en vano.
—Lo sé, por eso te llame antes de decirles cualquier cosa —escucho la puerta ser golpeada —, adelante.
—¿Quién es? —un joven alto y castaño con caminar elegante y ropa cara entro —...ah...Khalil.
—Señora ministro, señor Delacour.
Saludo de manera educada.
El castaño se detuvo frente a ellos, era un joven Auror que cumplía como asistente personal de Anirak en algunas ocasiones, fue entrenado por Jerome cuando se encargaba de los jóvenes aurores y ambos tenían una extrema confianza en él.
—Khalil te mande a llamar porque necesito que viajes a Escocia.
El menor alzo la cejas y asintió.
—¿Es una misión o tengo que recoger algo?
Jerome de inmediato supo porque lo mando a llamar.
—¿Conoces a mi hija menor: Anired?
—Sí, algunas veces la he visto en su oficina y me la he topado cuando he venido a su casa a dejarle diversos documentos, es muy parecida a usted... ¿tiene quince años?
—Sí, ella—soltó un suspiro mostrándole una foto que tenia de ella en el estudio, para que la recuerdes mejor, necesito que te grabes bien su cara.
—Sí, ministra... ¿ha pasado algo con ella? ¿Necesita que vaya por su hija a Hogwarts?
Ofreció con amabilidad, Anirak negó para explicar.
—Que la vigiles y protejas, Anired aún no puede usar magia y me ha llegado cierta nota...amenazante, quiero que no la pierdas por nada de vista, sé que está casi siempre en Hogwarts, pero, aun así.
—Lo entiendo.
—Ante cualquier peligro sácala de ahí y llévala de inmediato a mi lado, al de Fred, al de Jerome, con la ministra de Francia o su esposo, Regulus Black, mis padres o con los Malfoy, con cualquiera que te quede más cerca, sin embargo, no quiero que se dé cuenta que la está vigilando, quiero que lleve una vida normal — Khalil asintió—, ten cuidado con sus hermanos, son algo protectores con ella y si notan que estas siguiéndola no duraran en atacarte.
—Partiré en cuanto me lo ordene.
—Te daremos una cantidad para alojamiento, como sabrás nadie más puede sabes —intervino Jerome—, así que a partir de ahora ve a Escocia.
—Cualquier cosa mandare un patronus.
—Gracias.
Khalil asintió saliendo del estudio de la azabache.
—Pensé que usarías a otro Auror.
Comento Jerome.
—Es joven, pasara más desapercibido con Durmstrang y Beauxbatons en Hogwarts, pensaran que es parte de ellos o alguien que viene a ver el torneo.
El rubio asintió y al escuchar la voz de Fred, Lys y George ambos intercambiaron una mirada para guardar la nota y cualquier papel que pudiera alterarlos, hasta que no estuvieran seguros de que les deparaba con el regreso de A, lo mejor era no decir nada.
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¡Hola!
¿Cómo están?
¿Qué les pareció el capítulo?
Por fin Amalie termino con su novio, jé.
En fin, les dejo unas mini fichas de los dos nuevos personajes, díganme que piensan de ellos o sus sospechas, los verán muy seguido👀.
Nos leemos en unos días ♥
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