Cuatro.
(Estoy de vuelta, jiji, perdón por la demora.
Ya saben, +300 comentarios y hay actualización que de nuevo volvieron a bajar😢
En fin, loviu♥
WNG: Contenido sexual, sangre, mención de TCA, cambio de personalidad)
Salió del enorme edificio acomodándose uno de los rebeldes cabellos rubios que le golpeaban el rostro ya que se habían salido del mal recogido que se hizo hace unos minutos, agradeciendo que su primer día de trabajo hubiera resultado mucho mejor de lo esperado...
Como era nueva estaría aproximadamente un mes realizando trabajos de escritorio y posteriormente se uniría al departamento de División de Bestias para comenzar con su trabajo en la oficina de Enlace con Centauros, de esa forma iniciaría a desempeñarse como magizoologa y si quería podría cambiarse a otra área en el mismo Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas.
Busco en su bolso las llaves para caminar un poco más hasta detenerse frente a una camioneta MG ZS color azul, regalo de su padre: Lyssandre Delacour, le resulto de demasiado ayuda, ya que con ella podía moverse por todo Londres, pues como aun no conocía al cien por ciento la ciudad, si llegaba a realizar una aparición sin estar demasiado segura de su destino podría sufrir una despartición, aparte que el vehículo le servía para recorrer el Londres Muggle conociendo más lugares asombrosos a parte de los mágicos.
Abrió la puerta trasera metiendo el bolso y abrigo que llevaba con ella.
—Vaya, nos volvemos a encontrar, Amalie.
Se alzó de golpe para darse la vuelta y toparse con unos brillosos orbes color miel que la miraban llenos de amabilidad.
—Hola, Inara —Amalie le devolvió la pequeña sonrisa—¿Qué haces aquí? ¿Trabajas cerca?
La castaña asintió para señalar el ministerio.
—Sí, entre la semana pasada a trabajar en el ministerio.
—¿En serio? —Inara asintió sin borrar la sonrisa—, yo inicie hoy ¿En qué departamento estás?
—En el Departamento de Cooperación Mágica Internacional—hizo una pausa y agregó—, en el piso cinco... ¿Y tú? Me imagino que estás en otro piso porque no te había visto hasta ahora.
—Estoy en el piso cuatro—señaló el frente del ministerio a donde se suponía que se encontraba el piso cuatro—, en el departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas.
—Ah...eres Magizoologa, cuando te vi en la ceremonia de aurores no pensé que trabajabas aquí.
Amalie se encogió de hombros.
—Ese fue el motivo por el que me mudé a Londres, de hecho, soy de Alemania.
Los ojos de Inara brillaron al escuchar de donde era procedente la rubia.
—¿De Alemania? —Amalie asintió—, me encanta ese país, siempre quise ir a vivir ahí, pero por el trabajo de mi padre estuvimos en el continente asiático—explicó viendo a la rubia—, dicen que las mujeres de Alemania son hermosas, ahora entiendo porque tienes tanta belleza.
Las mejillas de D'Acanto se volvieron completamente rojas ante el comentario de la castaña que alababa su belleza con tanta facilidad y honestidad.
—Alemania es muy hermoso, pero me imagino que en Asia hay cientos de cosas por conocer aparte que está lleno de historia.
—Eso no te lo niego, es muy hermoso y su cultura asombrosa.
Se mantuvieron por algunos minutos platicando sobre los lugares donde anteriormente vivían, Amalie notaba que Inara era una persona con la que se podía hablar fácilmente, pues siempre parecía tener tema de conversación dejando ver que era alguien extrovertida y demostrando una inmensa amabilidad tras cada palabra.
—¿Vas a hacer una aparición?
Cuestiono Amalie al ver que ya llevaba el bolso en mano, Inara negó varias veces.
—Hace tiempo que me fui de Londres y acabo de volver, por lo que no recuerdo bien las calles o el cómo llegar, así que prefiero irme caminando y no arriesgarme a sufrir una despartición.
Amalie lo pensó por unos segundos y viendo el cielo, estaba muy nublado por lo que seguramente no tardaría en llover y ya estaba cayendo la noche, no sentía que sería muy seguro que Inara caminara sola por la calle así que dijo
—: Si quieres te llevo —ofreció señalando la camioneta—, no conozco muy bien las calles, pero tengo el GPS, llegamos más rápido, aparte que no tarda en anochecer.
—¿Hablas en serio? —Amalie asintió quitando el seguro de las puertas—, gracias, en serio.
Inara le dedicó una cálida sonrisa que fue devuelta para entrar en el vehículo justo en el lado del copiloto.
Amalie la imito para subir al lado de piloto, colocando el cinturón y proceder a encender el automóvil para ponerlo en marcha, le extendió el teléfono móvil a Inara para que ella colocara la dirección a la que se dirigían.
Amalie escuchaba lo que decía la castaña sin apartar la mirada de la calle teniendo sumo cuidado al manejar para evitar por todos lo medio un accidente.
El trayecto no fue largo, por el contrario, no tardaron ni diez minutos para llegar a un barrio muggle.
—Mi madre es muggle, mi padre es mago—explicó Inara un poco de su situación familiar, Amalie se daba cuenta que compartían varias cosas en común—, una vez que se casaron decidieron quedarse en un barrio muggle para que todo fuera más fácil para mi madre—se encogió de hombros—, en fin, nos vemos luego, Amalie, a la próxima te invitare a comer como agradecimiento por traerme el día de hoy.
—No tienes nada que agradecer, nos vemos.
Las dos mujeres se despidieron por última vez, para que Inara saliera del coche cerrando la puerta tras de eso e ir a la entrada de su casa, Amalie espero unos segundos viendo que entró para volver a poner en marcha el automóvil.
Por lo poco que había tratado a Inara Delilah la consideraba amable y divertida, y ni mencionar lo hermosa que era, tan hermosa que parecía una modelo, era unos centímetros más alta que Amalie, facciones finas pero marcadas especialmente los pómulos junto con un cabello castaño cenizo marcado por suaves ondas que casi siempre utilizaba suelto, ojos brillantes llenos de amabilidad, una piel clara, pero un poco bronceada como si recientemente hubiera ido a la playa y una sonrisa hermosa.
La altura la hacía resaltar con la ropa formal que utilizaba, y Amalie no pudo evitar hacer una mueca y tragar saliva al recordar el día de la ceremonia de aurores cuando la vio con George Sirius en el elevador, dándose cuenta que de hecho, lucían demasiado bien juntos, ambos parecían una especie de modelos sacados de alguna revista famosa gracias a la altura, belleza y porte que tenían, sin duda era la clase de chica perfecta para alguien como George Sirius, integrante de la familia más acaudalada y famoso del mundo mágico.
Definitivamente, las personas bellas se atraen las unas a las otras.
A pesar de alabar la belleza de la castaña, Amalie no evitaba sentirse mal, una punzada se instalaba en su pecho al recordarlos en el elevador.
¿Acaso estaban juntos?
Había hablado con George, pero muy poco debido al trabajo del pelirrojo que apenas y tenía tiempo para respirar, pues se esforzaba demasiado para no decepcionar a su padre y tío los cuales le estaban confiando Sortilegios Weasley.
Comprendía a la perfección eso, pero a veces deseaba que tuviera un poco de tiempo libre para tan siquiera ir por un café o algo parecido, aparte que quería aclarar las cosas y saber si es que George Sirius estaba saliendo con Inara Delilah.
El fuerte sonido de un claxon la sacó de sus pensamientos ya que no había prendido la direccional cuando dio la vuelta en la esquina de su casa, el otro conductor parecía demasiado molesto para irse, al menos no la insulto ni se bajó del coche, definitivamente debía de tener más cuidado al manejar o provocaría un accidente al ser tan distraída.
Llegó hasta la que era su nueva casa para estacionar el vehículo y bajarse al igual que su bolso cerrando bien la camioneta, camino unos cuantos metros rápidamente para ir a la puerta principal que abrió con sus llaves.
Una vez que se encontraba dentro dejó el bolso y abrigo en el sillón escuchando como la lluvia comenzaba a caer en medio de la noche llena de neblina de Londres, al menos no le tocó manejar en medio de ese clima, aun le costaba un poco enfocar debido a la neblina y realmente no quería provocar un accidente.
Escucho algunas voces por lo que fue a la cocina, probablemente su familia ya estaba cenando.
Su madre y abuela se irían dentro de dos días, por lo que cada que podía aprovechaba el tiempo para estar con Crystal, pero al parecer no era lo mismo para Maxence, desde la ceremonia de aurores que no salía de su habitación, ni siquiera para comer, en más de una ocasión subió a verlo, pero no le abrió, lo mismo hicieron Lyssandre y Crystal, pero la respuesta era la misma, como si no quisiera ver a nadie.
Por un tiempo pasó por su cabeza la idea de que era uno de los estúpidos castigo de Amanda, cuando eran chicos y hacían algo que a la anciana no le gustara, esta los dejaba de comer, por lo regular el castigo terminaba en cuanto Crystal regresaba del trabajo o escuela, pero en caso de Maxence que era más orgulloso prefería pasar días sin comer para no ver a la abuela que era tan malvada.
Le había preguntado a Max si era un castigo de Amanda, pero lo negó diciendo que quería estar solo, Amalie creía que su actuar era debido a lo que pasó en la Ceremonia de Aurores, cuando Amanda dijo todas esas tonterías, probablemente seguía demasiado enojado como para querer ver a Amanda, y probablemente también apenado con Anired, ya que en esos días no la había ido a visitar y ella tampoco lo venía a ver.
Amalie soltó un suspiro sintiéndose mal por su gemelo, parecía demasiado emocionado por volver a Londres y debido a la culpa de su anciana abuela todo eso desapareció en un pequeño momento.
Realmente deseaba que su hermano fuera, aunque sea un poco feliz, a pesar de tener esa actitud ruda y descuidada era una buena persona, y muy en el fondo seguía siendo un niño pequeño con temor a ser herido.
Entro a la cocina para ver a su padre que se encontraba respondiendo unas cartas en la mesa, mientras su madre y abuela parecían servir la cena y nuevamente sin un rastro de Maxence.
—Ya llegué...
—¡Amalie! —exclamó Crystal dejando lo que estaba haciendo para acercarse a la menor y abrazarla de forma cariñosa — ¿Cómo te fue en tu primer día? ¿Te gusto? ¿Qué tal estuvo?
Lyssandre aparto la mirada de las cartas para ver a su hija y sonreír al darse cuenta que parecía muy feliz e incluso emocionada para contar todo lo que hizo en ese primer día en el trabajo.
—Me fue muy bien, las personas son muy amables e incluso mi jefa lo es —sonrió viendo a Crystal que reflejaba un brillo de orgullo en su mirada—, por el momento estaré haciendo trabajos de oficina y después entrare a la oficina de enlaces con Centauros, y ya si quiero me puedo cambiar a otra área —explico con tranquilidad besándole la mejilla a su madre—, todo fue muy bueno. ¿Ustedes que hicieron?
—Nada en especial, Lyssandre nos llevó a la plaza para comprar las cosas de la cena —relato con una sencilla sonrisa en los labios—, le dije a Maxence que nos acompañara, pero como de costumbre no quiso ni siquiera asomarse de su cuarto—soltó un suspiro—, quería pasar más tiempo con tu hermano, pero se niega a hacerlo...
—Aún está enojado...ya sabes...no fue lindo que la abuela dijera esas cosas—murmuro para que el rubio mayor no escuchara, ya que querían evitar problemas entre su abuela y el Delacour—...quiero creer que pronto estará mejor...tal vez después se le pase o incluso baje a cenar.
—¿Por qué no subes a verlo? Tal vez a ti te haga caso y salga de ahí.
Amalie asintió para ir con su padre que dejo de escribir las cartas y verla con esos profundos ojos azules tan característicos en él, y que sus dos hijos habían heredado.
—Hola...
Saludo el mayor con una sonrisa.
—Hola ¿Tienes mucho trabajo?
Lyssandre se encogió de hombros restándole importancia a lo que hacía.
—Solo debo de contestar algunas cartas de los ministerios de Brasil y mexicano.
—¿Hablas español y portugués?
Pregunto Amalie sorprendida para ver las cartas reconociendo la perfecta caligrafía de su padre y algunos idiomas que no comprendía.
—Así es —asintió—, para ser auror te piden ser poliglota debido a las misiones y también, antes en las familias como Delacour, Black, Malfoy entre otras se acostumbraba a que sus hijos desde niños hablaran diversos idiomas—hizo una pausa de forma pensativa—, de hecho, puedes preguntarle a Regulus, George o Anired, si no me equivoco hablan más de cinco idiomas y creo que dos lenguas muertas, ya que sus padres siguieron las tradiciones Black respecto a la educación.
—¿Cuáles son esas tradiciones?
Lyssandre sonrió al ver lo curiosa que parecía por comprender más de las tradiciones antiguas de las familias mágicas.
—Clases de etiqueta, conocimiento en historia, artes, idiomas, deportes y música, inician con eso conforme son niños y van creciendo, una vez que son más grandes comienzan con el conocimiento en negocios, administración, contabilidad, evidentemente la magia...
—Pensé que solo se centraban en la mágica, pociones y más cosas.
—Es lo principal, pero lo demás es algo que les sirve, por ejemplo, si quiere iniciar un negocio de pociones necesitaran el conocimiento en negocios y administración, incluso en contabilidad —explicaba con tranquilidad—, conocer idiomas es sumamente necesario ya que si quieres viajar debes de conocer alguna forma de comunicarte, y bueno, la etiqueta es evidente....
—Ha de ser pesado, cuando era niña odiaba ir al colegio por las materias que tenía que ver, no me imagino aparte del colegio todavía tener que estudiar más, de seguro fue horrible...
Lyssandre negó suavemente.
—Depende, cuando creces con eso, se vuelve algo normal en tu vida, para mí no fue tan pensado.
Amalie arrugo la nariz.
—¿Y el tiempo para jugar?
Lyssandre suspiro recordando su infancia y decidió mejor centrarse en la de los niños Black-Weasley o en la de los hijos de su hermana que fue todo lo contrario a la de él.
—Hay tiempo para todo, solo se deben de organizar las cosas —sonrió—, ve a ver si tu hermano quiere cenar con nosotros, alzare estos documentos —se puso de pie—, anda, no es bueno hacer esperar a tu madre y abuela.
Amalie asintió para salir de la cocina y subir las escaleras, dirigiéndose a la habitación de su hermano donde no se escuchaba ningún ruido, por lo regular tenia música o hablaba por teléfono con la menor de los Black-Weasley, pero esos últimos días era como si no estuviera.
Sin tocar llevo la mano a la perilla para moverla y darse cuenta que estaba cerrada con seguro y muy probablemente con magia.
—¡Max! —Llamó Amalie esperando que no estuviera dormido—... ¿No vas a cenar con nosotros? Vamos, sal, tiene días que no sales de ese cuarto, creo que ni siquiera estas comiendo.
La voz de su hermana rezumbo en sus oídos inundando la habitación, soltó un gruñido, no quería saber ni ver a ninguno de ellos cuatro, solo quería estar completamente solo.
—¡No voy a cenar, déjame solo!
Respondió tomando la almohada para ponérsela en el rostro.
—Max, no has salido en días, anda baja a comer con nosotros...
—¡No, déjame ya, no voy a salir hasta que se vaya la vieja loca esa!
Escucho un suspiro de Amalie y como los pasos se alejaban, no negaría que tenía hambre y que el estómago le dolía, llevaba una semana en su habitación y esos días solo había estado comiendo algunos dulces y frituras que tenía guardadas, pero ya se estaban acabando.
Se mordió el labio inferior cuando el enojo volvió a crecer en su pecho, odiaba que su abuela lo volviera a castigar como cuando era un niño, dejándolo sin comer por varios días, lamentablemente sabía que, si le decía a su madre o a Lyssandre ninguno le creería, porque Amanda sabía muy bien hacerse la víctima, por lo que prefería decir que no quería bajar.
Al menos ayer pudo cenar hot cakes y un vaso de leche con chocolate que Lyssandre le subió e insistió un gran rato para que abriera la puerta, algunas ocasiones le resultaba tolerable, pero sabía que muy en el fondo solo trataba de ganárselo para quedar bien ante todos, porque como decía su abuela ¿Quién toleraría a una persona como él?
Había deseado durante tanto tiempo volver a Londres, y justo cuando lo lograba su abuela arruinaba todo.
No tenía ni cara para ver a Anired después de esa escena que provoco Amanda y todos esos comentarios que dijo, seguramente la azabache los creería y le era mejor alejarla de esa forma antes de que ella pusiera una distancia entre ambos, por eso había preferido no buscarla y evitar contestar sus llamadas o mensajes para no tener que escuchar esas palabras que varias veces soñó que Anired le decía:
"Maxence, déjame en paz ¿Por qué piensas que alguien como tú me gustaría? Tu abuela tiene razón, no eres más que una mala persona..."
Toda esa semana sus sueños se volvían pesadillas, pesadillas en las que la azabache le decía esas palabras desapareciendo por completo de su vida.
No quería oírlas, realmente sabía que no eran mentira, pero toleraría que ella se las dijera y menos ver su mirada llena de asco.
Poco a poco se fue hundiendo en la angustia y desesperación para abrazar con fuerza la almohada de al lado y dar grandes bocanadas de aire, sintiendo un nudo en el pecho que no le permitía respirar.
El cuerpo del varón temblaba contra sí mismo y las espesas lagrimas calientes comenzaron a bajar sin control.
Nuevamente ese profundo hoyo negro comenzaba a absorberlo lentamente, provocándole un enorme dolor al saber que las palabras de su abuela eran verdaderas, quizá, él nunca debido nacer y era una especie de castigo seguir con vida, deseaba desaparecer, dejar de sentir...
Fue demasiado iluso al creer que por fin tendría paz y felicidad una vez que se mudara, al parecer todo ese tormento, la insuficiencia e inseguridad lo seguirán persiguiendo días tras días volviendo a su horrible realidad.
Era como estuviera dentro de una alberca y el agua fuera creciendo más y más hasta dejarlo sin respiración, por más que tratara de salir a la superficie algo lo detenía del tobillo hundiéndolo más profundo que antes.
El sonido del celular lo hizo girar el rostro para tomarlo y desbloquearlo mirando con los ojos empañados los cientos de mensajes, que solo veía y no contestaba.
Kleiner Hase🐰🖤_20:50
¿En serio no me vas a contestar, Maxence?
Kleiner Hase🐰🖤_20:52
¿Qué demonios pasa contigo?
Esto no es gracioso, Maxence
Trago saliva con fuerza al ver que salía la notificación de una video llamada que decidió declinar.
Kleiner Hase🐰🖤_20:53
Estoy viendo que estas en línea
¿Qué se supone que es esto?
Va una semana que no me contestas y no sé nada de ti.
¿Es en serio?
Sus manos temblaban y los ojos azules solo leían los mensajes que llegaban uno tras otro.
Kleiner Hase🐰🖤_20:54
No entiendo nada, Maxence
Un día estamos bien y después desapareces como si nada.
Kleiner Hase🐰🖤_20:55
Al menos, si piensas mandarme a la mierda ten el suficiente valor de decírmelo.
Y no de tenerme como una estúpida a la que ignoras.
Si ya no te gusto solo dímelo, es demasiado injusto que me hagas esto
Kleiner Hase🐰🖤_20:56
Prometiste que no me lastimarías y créeme que con esto lo estás haciendo.
¡Por Merlín! ¡En serio que estas siendo un idiota!
Por lo menos respóndeme, en serio, odia esto, Max...pensé que estábamos bien.
Kleiner Hase🐰🖤_20:58
¿A caso hice algo mal?
Sin importarle lanzo el celular contra la cama limpiándose con brusquedad las lágrimas rebeldes que escapaban de sus ojos, no entendía nada.
¿Qué se supone que paso con Maxence?
Le había mandado cientos de menajes, llamadas e incluso fue a buscarlo a su casa obteniendo que solo estuviera la abuela del rubio y le dijera que él no quería verla.
¿A caso la estaba dejando sin decirle nada?
Leía sus mensajes, pero no había ninguna respuesta.
¿Hizo algo mal?
Por más que trataba de hacer memoria no lograba recordar ninguna pelea o parecido.
Soltó un sollozo, para sorber la nariz y tratar de controlar el llanto, el corazón le latía con fuerza y miles de preguntas inundaban su mente, sin entender qué demonios había pasado, solo quería una respuesta o tan solo que Maxence le explicara que sucedía.
Las actitudes que estaba tomando el rubio la hizo recordar a cuando su relación con Deyan se comenzó a romper, como de la nada le ignorara los mensajes y las cartas que le mandaba, cancelaba las citas e incluso dejaba de saber por el durante días.
¿Maxence ya estaba saliendo con alguien más y por eso no le decía nada?
¿Debía de tomar eso como que terminaban eso que tenían?
Observo a la nada durante unos segundos hasta que el celular sonó y fue corriendo por él para desbloquearlo esperando que fuera un mensaje del rubio diciéndole que todo estaba bien o cualquier tontería.
No evito fruncir el ceño al ver la escueta respuesta que le dio.
Max Steel🦊🖤_21:10
Lo siento.
Anired apretó el celular entre sus manos.
—¡¿Qué mierda se supone que sientes?!—pregunto al teléfono como si Maxence la pudiera escuchar de esa forma— ¡¿Sientes ser un idiota o qué?!
Apretó la mandíbula con fuerza y sin siquiera pensarlo dejándose gobernar por sus intentos y el enojo que sentía camino al armario en donde tomo una chaqueta para ponérsela de manera rápida saliendo de la habitación no sin antes tomar la cartera y llaves.
Bajo las escaleras sin detenerse a pensar, era como si su cuerpo actuara solo, aunque sabía muy bien a donde iba.
Se detuvo en el salón principal donde se topó con sus padres viendo la televisión e intercambiando pequeños besos, algo demasiado normal en ellos.
—¿Anired? —su padre fue el primero en darse cuenta de su presencia viéndola con la ceja enarcada— ¿Vas a salir a estar hora?
Anirak volteo a verla con curiosidad.
—¿Está todo bien, Mon désir? ¿A caso estabas llorando?
La Azabache mayor se puso de pie para acercarse a su hija reconociendo los ojos cristalinos y rojizos al igual que esa mueca en su rostro, una mueca demasiado parecida a la que hacia Fred cuando se enojaba.
—N...no estaba llorando—respondió y suspiro—...i...iba a ir a la casa del tío Jerome...
—¿Sucedió algo? —Fred también se puso de pie para acercarse a la menor que parecía estar atrapada entre ellos dos—, ahora que me doy cuenta, el mocoso rubio no ha venido desde que llegaron ¿Paso algo entre ustedes? —frunció el ceño— ¿Estabas llorando por él, Anired? ¡Si es eso voy a ir a romperle la cara a ese mocoso!
Advirtió el pelirrojo, odiaba saber que su hija estuvo llorando y más si era por Maxence por quien lloraba.
—¡No estaba llorando! —defendió Anired haciendo un puchero y suspirando—...necesito hablar con Maxence...por eso iba a ir a casa del tío Jerome —explico viendo a sus padres algo avergonzada—...yo...en serio tengo que hablar con él, prometo que llegare temprano...
Fred suspiro conociendo lo terca que solía ser su hija cuando algo se le metía en la cabeza porque era demasiado parecida a él.
—Está bien, cielo—Anirak le sonrió suavemente, sabía que cuando su hija quisiera hablar sobre que sucedió lo haría— ¿Pensabas irte caminando?
—No creo que sea muy educado llegar por la red flu sin avisar —se encogió de hombros suavemente—, no queda muy lejos de aquí...
Anirak negó suavemente para ir al cajón donde colocaban las llaves y tomar una para entregársela.
—Maneja con cuidado ¿sí?
Le sonrió cuando Anired la tomó, si cuando sus hijos varones querían salir en la noche les prestaban algún coche, ¿Por qué no lo haría con Anired? Sabía que la azabache manejaba muy bien a pesar de apenas a ver obtenido la licencia de conducir.
—Sí, lo prometo—miro a su padre que aun tenía el ceño fruncido—, te prometo que no tardare mucho...y tendré cuidado.
—Solo—soltó un suspiro viendo a la azabache menor—...si Maxence te hace sentir mal o algo...háblame ¿sí? Estaré de inmediato, no quiero que manejes si discutes con él o cualquier cosa...cuídate mucho, sé que cualquier cosa Jerome estará ahí, pero me preocupa...
—Estaré bien —Anired le beso la mejilla a casa uno de los mayores—, volveré pronto.
Se despidió de los mayores para ir rápidamente a la cochera, que gracias a un hechizo de expansión era demasiado grande al igual que el resto de la casa a pesar que la fachada parecía ser pequeña.
Observo los vehículos de su familia: tres camionetas, dos deportivos, un Mercedes- Benz que era el que normalmente utilizaba su madre y la moto de su padre, todos se caracterizaban por ser de color negro.
Sabía muy bien de que coche eran las llaves que su madre le había dado así que se acercó a donde se encontraban estacionadas las camionetas para dirigirse a la Jeep negra, casi siempre usaba esa camioneta ya que fue donde sus padres le enseñaron a conducir, aparte que él se sentía más confiados cuando usaba ese vehículo quizá porque parecía ser más seguro si sucedía algún choque o parecido.
Una vez que se subió al auto lo encendió para ponerlo en marcha no sin antes abrir el portón eléctrico que daba a la calle.
Una vez que salió de la cochera cerro el portón para iniciar el corto trayecto, pues solo eran cinco cuadras que bien pudo caminar, pero prefería hacer caso, aparte que así no se mojaría debido al aguacero que cubría casi toda la ciudad.
Tal vez era debido a lo nerviosa y enojada que se encontraba que manejo de la manera más lenta que pudo hasta que llego a la casa de su tío dándose cuenta que la camioneta de la rubia y el coche de Jerome se encontraban estacionados, busco con la mirada la motocicleta que sabía que Jerome le regalo a Maxence y la pudo ver estacionada por lo que muy probablemente se encontraba dentro.
Trago saliva cuando apago el coche temiendo de lo que sucedería o lo que le diría Maxence, pero estaba decidida a no irse hasta que hablara con él y obtuviera una explicación de su actitud.
—Estúpido rubio oxigenado...
Murmuro entre dientes bajándose de la camioneta con cuidado de no caerse, las espesas gotas de lluvia la mojaron, pero ni siquiera eso la hizo correr a la puerta de la casa, decidió ir a paso normal dejando que la lluvia aclarara todo lo que tenía que decirle a ese alemán, esperando que a media discusión no se le cortara la voz para comenzar a llorar como una niña pequeña que acaba de ser herida.
Pero, es que se sentía de esa forma, al igual que demasiado asustada.
Se detuvo en la puerta y el fino dedo fue al timbre tocándolo un par de veces.
Deseaba que no fuera Maxence quien le abriera la puerta, temía ver la fría mirada azul que daba cuando algo le molestaba, esa mirada que le dedico cuando fue amenazado por Deyan.
Temía verla, porque sabía que esa vez no sería por la amenaza de su estúpido ex novio.
—¿Nired? —la nombrada alzo la mirada para toparse con unos ojos azules que la miraban con confusión— ¿Qué haces aquí, Mon ciel?— la masculina voz de su tío hizo que soltara un suspiro de alivio—, sabes que siempre eres bienvenida...así que pasa, pasa, que te estas mojando.
—Eh...si voy...con permiso...
Murmuro entrando sin saber que decir o hacer.
—Estábamos cenando, ven.
El brazo del Delacour rodeo sus hombros para guiarla a la cocina, Anired solo se dejaba para mover tratando de saber que decir para poder hablar a solar con Maxence.
—¿Quién era? —Pregunto Amalie cuando la puerta de la cocina se abrió dejando ver a la azabache menor— ¡Hola, Anired!
Saludo con una enorme sonrisa, seguramente Maxence por fin había decidió salir de su encierro y la habría invitado a la casa, se sintió aliviada al saber que ya volvía a ser su habitual hermano.
—Buenas noches...
Respondió paseando la mirada entre las tres mujeres buscando a Maxence en algún lugar de la cocina, pero no había ningún rastro de él.
—Anired —llamo Crystal acercándose a ella—...que gusto volver a verte, ven siéntate, te serviré algo de cenar ¿te parece?
Anired la miro y le sonrió suavemente.
—Agradezco su invitación...pero...venía a ver a Max —explico sintiendo la pesada mirada de Amanda sobre ella, de cierta manera le recordaba a Molly—...espero no interrumpir.
Jerome soltó un suspiro apretando el hombro de Anired.
—Maxence no quiso bajar a cenar, está en su habitación...
Crystal miro a la menor que parecía algo nerviosa.
—Ha estado encerrado en su habitación, ni siquiera quiere bajar a la hora de la cena—hizo una pausa y le sonrió—...tal vez a ti siquiera verte ¿por qué no subes a verlo?
—¿No ha bajado a cenar?
El carraspeo de Amanda hizo que volteara a verla.
—Solo es uno de sus berrinches, cada que algo no le parece se encierra de esa forma—soltó un suspiro—, a veces parece que no madura, solo nos hace preocupar a todos con esa actitud...
Anired arrugo el entrecejo notando la actitud de Amanda sin poder creer en sus palabras y volvió la mirada de Crystal a Jerome.
—¿Hay algún problema si paso a verlo?
Jerome le sonrió negando suavemente.
—Adelante, sube...su habitación es la que tiene una "M" en la puerta.
—Perfecto, gracias, con permiso...
Dijo para salir de la cocina dejando a la familia comer y yendo a las escaleras rápidamente.
Casi troto ya que quería apurarse ante de que todo su valor desapareciera.
Una vez que llego a la puerta indicada, trago saliva sintiendo la garganta seca para tocar la puerta varias veces de manera insistente, paso un gran rato hasta que escucho la voz de Maxence
—: ¡Amalie, ya te dije que no voy a cenar, déjame en paz!
—¡No soy Amalie, ábreme la puerta, idiota!
La voz de Anired perforo los oídios de Maxence que se levantó con sorpresa de la cama viendo a la puerta creyendo que era una tonta broma por parte de su hermana por lo que no respondió.
—¡Abre la puerta, Maxence! —pidió Anired moviendo la chapa con desespero del otro lado tratando de abrir— ¡Si no me abre juro que voy a volar la puerta!
—¡No puedes usar magia, aun no cumples diecisiete!
Maxence paso la mano por su cara tratando de eliminar todo rastro de lágrimas sin saber qué hacer.
—¡Me vale un carajo que venga el ministerio por mí por usar magia, así que si no abres a la cuenta de tres lo hare! —advirtió la menor—...bien...una...dos...
Maxence la escuchaba tocar, caminando a la puerta.
—Anired...déjalo...
Pidió Maxence sin animarse a verla.
—Tres...te lo advertí—un silencio inundo el lugar para que nuevamente la voz de Anired inundara el lugar — ¡Bombarda Maxi...!
Max abrió la puerta rápidamente al escucharla conjurar el hechizo para toparse con ella apuntando con la varita y dispuesta a lanzarlo.
—¡¿Estás loca?!
Fue lo primero que pregunto al verla dispuesta a hacerlo.
—¡Eso debería de preguntar yo! ¿Estás loco? —no bajaba la varita apuntando el pecho de Maxence— ¡¿Qué mierda pasa contigo?! ¡¿Qué...?!... ¡Oye!
No pudo continuar ya que Maxence la tomo del brazo para hacerla entrar a su habitación y cerrar la puerta.
—¿Qué haces aquí?
Fue lo primero que pregunto para ponerle más atención, su cabello estaba húmedo seguramente por la lluvia, lo miraba fijamente y pudo notar que sus ojos estaban demasiado irritados.
—¿Estuviste llorando? ¿Qué paso?
Pregunto lleno de preocupación al verlo de esa manera.
—¡¿Cómo que qué paso, Maxence?!—soltó de golpe alejando de golpe la mano del rubio que parecía apunto de tocarle la mejilla— ¡¿Que pasa contigo?! ¡¿Qué demonios significa esto?!—pregunto llena de frustración y guardando la varita en el bolsillo de su chaqueta— ¡¿Por qué mierda me estas ignorando?!
—Anired...no debiste venir aquí...
Lo miro con enojo apretando la mandíbula.
—¡¿No debí de venir aquí?! —pregunto con ironía— ¡Claro, no debí de venir a ver a un estúpido que me ignora de la nada! ¡A un estúpido que dice que me extraña y después de la nada me deja de hablar e ignora todo medio de comunicación que trato de establecer con él! ¡¿Qué?! ¡¿A caso el volvernos a reencontrar no estuvo bien?! ¡¿Te diste cuenta que ya no te gusto?!¡¿Ya no soy lo que esperabas?!
Maxence suspiro tomando su varita del mueble de la cama para conjurar un muffliato sabiendo que podría escuchar su conversación e incluso intervenir.
—Anired...cálmate...
Pidió Maxence dándose cuenta que comenzaba a alterarse.
—¡No, no me voy a calmar, porque parece que solo estás jugando conmigo! —murmuro soltando un sollozo, Maxence sintió el corazón apretarse al escuchar como la voz se le cortaba—...y...yo... ¿H...hice algo mal?
—¡¿Qué?! ¡No, tú no has hecho nada mal, Anired! —respondió negando varias veces—...tú...no tienes la culpa de nada...es solo que...
—¿Solo qué qué? —pregunto sorbiendo por la nariz, se sentía frustrada por no obtener una respuesta, desvió la mirada al sentir las pequeñas lagrimas aunando en sus ojos—... ¿Por qué me ignoras? ¿Por qué me evitas?
—Mi abuela tiene razón—soltó de golpe—...yo...no soy buena persona—la miraba temblar queriendo abrazarla—...Anired... ¿Quién demonios va querer estar con alguien como yo? Ella lo ha dicho cientos de veces, soy un castigo para cualquier persona...siempre estoy metido en problemas, no hago nada bueno y sí, soy un "demonio" como Amanda dice—se encogió de hombros—...prefiero alejarme...antes de que tú lo hagas...
Respondió recordando cada palabra de la anciana perforando sus oídos, era un castigo para cualquier persona por eso siempre lo dejarían.
Anired se mantuvo en silencio por varios segundos que le parecieron una eternidad al alemán, si, seguramente ella no sabría que responder.
—Detente...detén esa estupidez y el auto sabotaje, que no te queda —pidió la menor para alzar la mirada dejando ver los orbes grises llenos de lágrimas y una expresión de enojo— ¿A caso lees la mente para saber lo que yo pienso o quiero?—cuestiono viéndolo fijamente y antes de que respondiera lo interrumpió—, lo que dijo ese día en la ceremonia de aurores me vale una mierda, no sé qué más te haya dicho esa vieja loca, pero que te quede claro que solo dice estupideces, tú no eres un castigo para nadie ni un "demonio"—las palabras de Anired solo provocaban que el rubio se sintiera peor consigo mismos—---¿Quién demonios quiere estar con alguien como tú?...¿Eres estúpido?...Yo quiero estar contigo, si no lo quisiera no estaría mandándote cientos de mensajes y viniendo aquí por una explicación ¿Puedes dejar de sacar conjeturas estúpidas y creer en lo que te digo? Me gustas, Maxence y me gustas demasiado...y si no es suficiente que te lo diga, creo que te lo he demostrado lo suficiente como para que estés seguro de eso...solo me gustas tú.
—Pero...ella...siempre lo ha dicho...a cada momento lo dice...
Murmuro bajando la mirada, era como ver a un niño pequeño demasiado asustado por no poder confiar en nada más.
Anired sabía que la infancia de Maxence no fue fácil al lado de esa anciana que siempre lo mal trato tanto física como emocionalmente, pero nunca llego a creer que tenía esa clase de heridas psicológicas que lo hacían menospreciarse.
La menor se acercó a él para quedar en frente, gracias a la diferencia de estaturas ella solo tenía que alzar un poco el rostro para verlo a los ojos.
—Entonces, si ella dice a cada momento esas tonterías, yo te diré cada momento lo mucho que me gustas, Max—lo miraba a los ojos dándose cuenta que tenía pequeñas lagrimas incluso su cabello estaba tomando una tonalidad grisácea y sin brillo dejando ver lo deprimido que estaba—, me gustas demasiado, Maxence —Max la miraba como si quisiera grabar cada sonido y facción de su rostro—, me gustas mucho, me gustan tus ojos azules que me ven fijamente, me gusta tu cabello rubio que se asemeja al color del oro, me gusta el tatuaje que tienes en el brazo izquierdo, me gusta cuando me dices cosas en alemán a pesar de que no las entiendo, me gustas cuando actúas como un tonto para hacerme reír, me gustas cuando eres encimoso conmigo pareciendo un Golden retriever, me gustas cuando sonríes, me gustas cuando me coqueteas, me gusta lo inteligente que eres, me gustas cuando me explicas las cosas que yo no entiendo, me gustas...me gustas, Maxence...no hay en ti que no me guste...
Maxence no dijo nada para abrazarla con fuerza y esconder el rostro en el hueco que se formaba entre su cuello y hombro, Anired sintió como su cuello se humedecía dándose cuenta que Maxence estaba llorando en silencio, el gran cuerpo del alemán temblaba y Anired solo pudo rodearlo con los brazos con fuerza.
—Lo siento...lo siento—murmuraba varias veces—...en serio...lo siento...es solo que...pensé que tu creías lo mismo que ella...
—¿Por qué lo creíste?
Cuestiono con voz suave acariciándole la espalda como varias veces él lo hizo en las ocasiones que lloraba por tener que comer o cuando sin querer vomitaba al no poder contenerse.
—Lo soñé—respondía en voz baja—...es una estupidez...pero parecía tan real...y crei que con lo que te dijo mi abuela ese día...tú también pensarías lo mismo...
—Tonto—Anired suspiro—...cuando dudes de algo tienes que preguntarme primero antes de sacar conjeturas tan tontas —sintió como él se aferraba a su cuerpo como si nunca quisiera dejarla ir—...pensé que ya no te gustaba...
—Me gustas mucho, Anired—respondió sin dejar de abrazarla—, me gustas más que nada...perdón si te lastimé...fui un estúpido.
Anired se removió para alejarse y verlo.
—Si lo eres.
Le sonrió suavemente y Maxence le devolvió la sonrisa, pero unos segundos después su rostro se puso completamente rojo cuando el estómago le gruño de forma ruidosa.
—Maxence—llamo Anired—¿Desde cuándo no comes?
Anired recordaba que el alemán le conto que aparte de que Amanda los castigara físicamente, también solía castigarlos dejándolos sin comer durante un largo tiempo...
—Ayer comí dos hot cakes y un vaso de leche con chocolate—murmuro Maxence viendo los profundos ojos de Anired que parecía adivinar todo—...he estado comiendo algunos dulces y frituras que tenía...
Anired puso más atención en el rubio, de hecho, se encontraba demasiado ojeroso, pálido y con los labios resecos sin color, se recordó a si misma cuando dejo de comer por varios días al inicio de su TCA.
—¿Hace cuánto que no bajas a comer o cenar?
Max suspiro viendo a otro lado.
—Desde la ceremonia de aurores—hizo una pausa—...Amanda dijo que mi comportamiento fue horrible y que era mi castigo...
—¡¿Qué?! ¿Y no le dijiste a tu madre o a Jerome?
Pregunto sorprendida por eso, eso quería decir que llevaba como cinco días sin comer realmente.
—Mi mamá no me creería...Amanda sabe cómo manipularla haciéndose la víctima y el culpable termino siendo yo...y sobre Lyssandre...no...no creo que me crea, seguramente le hará caso a Amanda o solo provocare problemas, y eso afectaría a Amalie, está feliz...así que preferí no decir nada.
Anired soltó un suspiro para alejarse de Maxence e ir al armario del varón tomando la primera chamarra que tomo y lanzándosela.
—Póntela...
—¿Para qué?
Max se la coloco esperando una respuesta de la azabache.
—Vamos a cenar fuera, así que apúrate.
Advirtió Anired viéndolo, Max solo asintió sin decir más para hacer lo que ella decía.
[...]
Maxence termino de meter la basura de la cena en la bolsa desechable que tenía.
—Sus castigos siempre han sido así—explico Maxence—, se volvieron peor cuando mi abuelo falleció, él solía detenerla y era el único que impedía que nos tratara mal—hizo una pausa dejando que Anired tirara la basura en la bolsa—...como mi mamá tenía que trabajar y estudiar nos quedábamos casi todo el día con Amanda, nunca nos tuvo paciencia y siempre decía que éramos un castigo por los pecados cometidos por nuestra madre —suspiro recordando un poco de su infancia que estuvo lejos de ser feliz—, pero especialmente yo, ya que decía que Amalie se comportaba mucho mejor, en cambio yo siempre estaba metido en peleas o en llamadas de atención por parte de la escuela... Amalie siempre ha sido más pacífica y calmada, somos muy contrarios, en ocasiones no tengo mucha paciencia y exploto con facilidad.
Anired lo miraba fijamente, tomo la bolsa para dejarla en el asiento trasero del Jeep.
—¿Nunca le dijiste a tu madre el cómo te trataba cuando no estaba?
Maxence soltó un suspiro.
—Una vez, pero Amanda fingió tener un paro cardiaco, y nos culpó diciendo que le causábamos más preocupaciones cuando solo se preocupaba por nosotros—echo la cabeza hacia atrás recargándola en el asiento de copiloto—...lo peor era las nalgada, recuerdo que nos hacía colocarnos sobre sus piernas y contar cada una...era demasiado humillante...odiaba ese castigo, varias veces trate de oponerme, pero fue peor...por eso es que cuando me dijeron que era un mago y que podría ir a Beauxbatons acepte sin pensarlo, todo fuera para alejarme de ella...odiaba salir de vacaciones porque sabría que el infierno volvería, al menos los castigos físicos cesaron cuando cumplí quince, ya que no me dejaba, pero ella siempre se salía con la suya haciéndose la victima con mamá...
Anired llevo su mano sobre la de Max que descasaba sobre su muslo apretándola suavemente.
—Debió de ser horrible, no logro imaginarme algo como eso...pero...en serio lo siento—miro su perfil, la nariz recta, mandíbula marcada, labios carnosos, cejas gruesas color doradas y pestañas largas del mismo color que las cejas—, no te merecías algo como eso, Maxence...
—Desde que me gradué de Beauxbatons he estado ahorrando, quería salirme lo más pronto de la casa, para estar lejos de ella—giro el rostro para verla—, pensaba en mudarme a Londres una vez que tuviera la oportunidad, así que cuando dijeron lo de irnos a vivir con Lyssandre no puse tantos peros, crei que era una forma de librarme de Amanda, pero...tenía que venir con nosotros y arruinar todo.
—Al menos ya se va en dos días...
Maxence asintió con una suave sonrisa.
—Sí, de eso me alegro, espero no volver a verla nunca —confeso moviendo la mano para darle la vuelta y poder entrelazar sus dedos con los de Anired—...no sé ni siquiera que hacer con mi vida, y temo que de una u otra manera acabe volviendo a la casa en la que vive Amanda...no te negare que me da temor que Lyssandre me haga regresar a vivir con ella...
—Él no lo haría —comento con seguridad—, estoy segura que, si le contara todo lo que te ha hecho Amanda, haría todo lo posible para mantenerla lejos de ti.
—O tal vez Amanda logre hacerse la victima con él—suspiro—...al menos no logro hacerse la victima contigo, me imagino que ha de ser difícil creer que una abuela trate así a sus nietos.
Anired negó varias veces.
—Mi abuela, la mamá de mi padre, está loca...nunca hubo un maltrato físico como tal, pero siempre era escuchar sus comentarios llenos de odio hacia mí, hacia Regulus, hacia Louis o incluso hacia mi madre —recordaba cada palabra de Molly Weasley, no le dolían porque nunca llego a tener cariño, solo quedaban como un amargo recuerdo—, especialmente me odia porque soy muy parecida a mamá, y odia a mamá, así que comprendo la parte de las abuelas locas.
—¿Sigues frecuentándola?
—No—hizo una pequeña pausa para darle un sorbo al popote del refresco terminando con el poco que le quedaba, Maxence tomo el vaso vacío para tirarlo en la bolsa de la basura—, desde hace como dos años...hubo una discusión porque mi prima mayor casi me mata con un hechizo, papá se enojó mucho ya que Molly seguía defendiéndola diciendo que era cosas de niñas e incluso llego decir que mi mamá le fue infiel y que yo no era su hija...
Max la miro con sorpresa.
—Pero...si también te parecer a tu papá, está bien que eres muy parecida a Anirak, pero en ciertos gestos y la forma de los ojos resultas muy parecida a Fred.
—Sí, lo sé, aparte mis papás nunca se serian infieles—respondió—, pero para Molly no es así, papá se molestó aún más y le dijo que en ese momento dejaba de ser su hijo y rompió todos los lazos con ella, a veces Molly lo ha ido a buscar a Sortilegios Weasley o hasta a la casa, pero papá se niega a verla.
—Tu papá la debió de pasar horrible.
—No lo dice, pero sabemos que ha sufrido con eso...mi papá es muy fuerte para hacer algo como eso —sonrió al recordar a su papá y como siempre había defendido a su familia—, es muy valiente, supongo que por eso estuvo en la casa de Gryffindor cuando estudio en Hogwarts —elogio a su padre—, a pesar de tener a esa abuela loca, tengo abuelos muy buenos, bueno ya conociste a la abuela Laetitia, al abuelo Sirius y al abuelo Regulus en la cena de navidad a la que fuiste en la casa de los Malfoy.
—Sí, se notan que te adoran—Maxence llevo la mano libre hasta uno de los rebelde mechones ondulados de Anired para colocarlo detrás de su oreja—, bueno, todos te adoramos, mein herz.
—¿Qué significa "mein herz"? Me llamas de esa forma casi desde que nos conocimos o si no, es "Kleiner Hase"
Maxence sonrió divertido, tan solo un rato con Anired y ya se sentía completamente relajado, como si nada más importara.
Se daba cuenta, que Anired significaba demasiado en su vida, era como una especie de ancla que lo hacía quedarse con los pies en la tierra y evitar que se hundiera en ese profundo hoyo negro que volvía a hacerse más grande.
—Te diré el significado de uno si me da un beso.
Anired arrugo la nariz y sonrió para acercarse a él y darle un corto beso que duro unos poco segundos.
—¿Ya me dirás?
Maxence se relamió el labio inferior.
—No, ven.
Pidió, Anired sonrió para moverse un poco e inclinarse más hacia el asiento de copiloto, Maxence la tomó de la mejilla acercándose a ella y rozando sus labios.
Los largos dedos del rubio le recorrían la fría mejilla de forma suave, mientras una de las manos de Anired se detenía en el borde del asiento evitando tocar la palanca de velocidades y la otra se hallaba en el hombro del alemán.
El movimiento fue suave y cariñoso, movían los labios de manera acompasada disfrutando de la calidez de sus labios.
Las caricias de Maxence relajaban a la menor que sonreía durante el beso, mordió suavemente el labio inferior ganando una pequeña risa del alemán que abrió la boca dejando que su pequeña lengua se metiera recorriendo la cavidad bucal que tan bien conocía hasta que logro rozar la húmeda lengua, al inicio era suaves golpeteos para después moverse con más intensidad serpenteando entre sí.
La mano de Anired que se encontraba en el hombro subió hasta la nuca perdiendo los dedos en el corto cabello y guiando la otra mano hasta el muslo del alemán apretándolo suavemente estremeciendo al mayor, para después subir y bajar de manera provocativa.
Las respiraciones de los adolescentes que se besaban intensamente en la camioneta se volvieron irregulares, Anired trataba de acercarse más a él y Maxence quería lo mismo, pero les era un poco difícil por la posición en la que se encontraban.
Maxence bajo la mano buscando atientas la palanca para poder mover un poco el asiento, pero no lograba hallarla.
—Esta abajo, en la esquina frontal—murmuro entre beso—, para hacerlo hacia atrás— sonrió entre los besos cuando movió el asiento—...y para reclinarlo se encuentra un poco más atrás...
Maxence lo reclino unos escasos centímetros, solo los suficientes para que ella se pusiera pasar.
—Ven...
Pidió el alemán alejándose dejando una hilaza de saliva entre ambos, Anired se relamió los labios y sonrió para pasarse al asiento de copiloto sentándose sobre el regazo del rubio.
—¿Me dirás el significado?
Pregunto Anired quitándose la chamarra para lanzarla al asiento trasero debido al calor que sentía, Max la imito quedando solo en playera.
—Kleiner Hase—murmuro acariciándole la cintura con las manos—...significa —movió su cintura sobre él para rozarla contra su incipiente erección ganando una sonrisa llena de coquetería por parte de la menor que lo veía con las pupilas dilatas—...pequeño conejo...
Anired soltó un audible jadeo cuando repitió la acción, su núcleo palpitaba y los fluidos recorrían los labios vaginales humedeciendo un poco la braga.
—¿Por qué pequeño conejo?
Cuestiono entre jadeos, Maxence dejaba un húmedo camino de besos sobre su mejilla hasta mandíbula para continuar hacia la oreja donde le mordió el lóbulo soltando suaves y roncos gruñidos al seguirla moviendo sobre él.
—Cuando te vi en el partido de Quidditch por primera vez, parecías un pequeño conejo asustado—murmuro con voz ronca apretándole la cadera para alzarla suavemente—...y porque los pequeños conejos—la bajo y volvió a repetir el movimiento para alzar un poco la pelvis rozando ambas intimidades sintiendo un mayor contacto—...brincan...mierda...
Gimió besándole la mandíbula y bajando lentamente, pero se detuvo antes de llegar al cuello de la menor.
—Mm...Maxxie—gimoteo Anired y sonrió—...sigue...confió en ti...
Max sonrió sobre su piel para dar inicios a pequeño y suaves besos sobre la pálida piel del cuello de la Black-Weasley que lograron estremecerla, cuando los dientes de D'Acanto le rozaron la piel soltó un audible gemido.
—Mierda...me encanta ese sonido que haces.
Murmuro Maxence contra la piel de la azabache, sintiendo como movía la pelvis contra su miembro excitándolo aún más.
Una de las manos que se encontraban en la cadera de la adolescente se movió hasta llegar a la pretina del pantalón para poder desabrochar el cinturón y el botón deteniéndose antes de meter la mano.
—Maxence —murmuro Anired con una sonrisa moviendo la cadera hacia su mano—...no te detengas...quiero sentir tus dedos...
Pidió deseando sentir sus dedos tocándola dentro de la ropa interior.
Max sonrió para volver a sus labios y verle el rostro, tenía una expresión llena de placer y excitación que provocaba que sus mejillas se volvieran rojas y las pupilas se dilataran volviendo los ojos más oscuros.
—Si te duele dime...
Murmuro besándola y metiendo la mano, bajaba lentamente acariciando la piel de su vientre bajo y pubis hasta sentir un poco de vello púbico, Anired se avergonzó sabiendo que no se había preparado para eso y conociendo que a varios hombres les disgustaba.
—Y...yo...no me depile...no sabía...que...
Max soltó una pequeña risa ronca.
—No te depiles para mí—murmuro dándole cortos besos y acariciando la piel con vello de manera lenta—, hazlo si tú quieres hacerlo, pero a mí me da igual, solo quiero que te sientas cómoda cuando estemos juntos.
—Mierda—gruño Anired contra sus labios—, como me calientas cuando eres tan dulce.
—Pervertida...
Sonrió para besarla y bajar los dedos lentamente hasta rozar sus húmedos labios vaginales, Anired movió un poco las piernas que se encontraban a sus costados para abrirlas un poco más dándole mayor acceso.
Un cosquilleo recorrió a la azabache cuando los largos dedos de Maxence frotaban sus pliegues de manera suave y gimió contra sus labios dejando que metiera la lengua para volver el beso más húmedo, mientras acariciaba su trasero y Anired pasaba los dedos entre el rubio cabello.
Maxence sonreía contra el beso disfrutando de lo húmeda que estaba su azabache, sabiendo que él lo había provocado, con ayuda del dedo índice y anular abrió los labios vaginales para rozar el carnoso botón que se endureció al sentirlo.
—Ah...Max...
Jadeo Anired con la cabeza nublada por el placer, era la primera vez que la tocaba de esa forma y la sensación fue maravillosa, el cosquilleo en su núcleo y vientre aumento, deseando aún más.
Max lo frotaba de arriba abajo, para después comenzar a formar pequeños círculos y hacer presión durante unos segundos.
—Mmh...sigue...
Pedía la azabache con una sonrisa de satisfacción en el rostro.
—¿Cómo te gusta más? ¿Así? —pregunto frotando de arriba abajo—¿En círculos? —cambio los movimientos formando círculos de lado contrario a las manecillas del reloj y haciendo presión contra el inflamado clítoris que parecía un dardo de carne—... ¿O así?
Anired se sentido en la cúspide del placer cuando Maxence hizo la forma de un infinito con su clítoris y lo presiones por unos segundos repitiendo la acción.
—Puta—murmuro ganando la ronca risa de Max que la excitaba más—...la última...así...hazlo...
Pedía repitiendo que lo hiciera.
—Que mal hablada eres, mi amor...
Anired trago saliva por lo bien que se escuchó al decir eso, nunca la había llamado de esa forma, pero fue precioso y morboso que lo dijera en esa situación.
Los labios de Maxence volvieron al fino cuello dejando un camino de saliva hasta sus clavículas, mientras bajo los dedos dejando que el pulgar se encarga de frotar el pequeño, pero demasiado sensible clítoris que parecía querer más, mientras llevaba los dedos índice y medio por los pliegues vaginales hasta llegar a la virginal entrada de Anired.
Sin dejar de frotar el clítoris rozo la cavidad de Anired con el dedo medio no sin antes llenarlo de los propios fluidos de la Black-Weasley sobre él, ella se estremeció ante eso por lo que Max alzo la mirada para verla a los ojos.
—Meteré uno si quieres—murmuro viendo como Anired estiraba la mano para apagar las luces de cortesía del vehículo dejando completamente oscuro siendo iluminados por la luz pública en la noche llena de neblina, al menos la calle se encontraba vacía y nadie los vería haciéndolo—...si no te gusta no lo hare.
Anired asintió.
—Está bien...me gusta mucho como se siente—murmuro al sentir como los traviesos dedos de Maxence se seguían encargando de su húmeda vagina—...hazlo...
Max sonrió viéndola fijamente para frotar y hacer un poco de presión contra la apretada entrada de Anired, la azabache cerro los ojos con fuerza, después de unos segundos logro meter un poco de su dedo sintiendo como las paredes vaginales lo envolvían y todo se tornaba más húmedo.
Movía el pulgar con maestría tratando de que se relajara para poder mover el dedo, bajo los labios para darle cortos besos.
—Si te duele, lo sacare...
Anired no respondió para mover la cadera contra su dedo de manera suave como tantas veces lo había hecho cuando se frotaba contra el pene del alemán.
—Bueno, si no quieres no lo saco.
Anired abrió los ojos y negó.
—Estoy bien, muévelo.
Max asintió para besarla y comenzar con pequeños movimientos circúlales alternándolos con suaves estocadas que cada vez se volvían más fácil gracias a los fluidos vaginales de la menor,
Los gemidos inundaban el vehículo mientras los cristales se empañaban.
Cuando entre el dedo de Maxence había sentido un poco de dolor y ardor, pero poco a poco comenzó a acostumbrarse y a disfrutarlo, amaba sentir como acariciaba su clítoris y como resbalaba dentro de ella alternando con movimientos circulares, mientras se preguntaba cómo se sentirá el pene del rubio embistiéndola de esa manera, el solo pensar en eso provoco que tensará las piernas un poco resultando aliviante al sentir el dedo de Max.
—Max—ronroneo Anired contra su oído— ¿Y si metes otro?
Cuestiono moviéndose contra su mano deseando sentir algo más que la satisficiera.
Max llevo su mano libre a la mandíbula de la menor para alzarle el rostro y acariciarle el labio inferior con el dedo pulgar.
—Que hambrienta eres, mein herz—respondió con una voz ronca que dejaba notar lo excitado que se encontraba—...me encantas.
Murmuro y trago saliva con fuerza al sentir los labios de Anired envolviendo su dedo pulgar, paso lentamente la lengua de manera circular rodeándolo para succionar y rozar suavemente los dientes repitiendo el mismo movimiento que resulto demasiado erótico para Maxence, deseando haber encendido la luz para ver la escena.
—Hago lo que desees...
Murmuro el rubio moviendo el dedo dentro de ella para rozar el segundo, siguió de esa forma por unos segundos para sacarlo y volver a humedecer ahora ambos dedos con los fluidos de la azabache, rozo nuevamente la entrada formando círculos y causando una pequeña presión preparándola para entrar.
Una vez que la sintió relajada sumergió los dedos ganando un agudo gemido así que atrapo los carnosos labios de Anired para besarla de forma profunda y húmeda, comenzando a mover los dedos, sus embestidas eran suaves sin dejar de frotar el clítoris provocándole más placer.
Aumento la fuerza de las embestidas cuando ella comenzó a mover la cadera pidiendo más, el sonido de sus dedos entrando y saliendo se escuchaban junto con los jadeos de ambos.
Las paredes vaginales se contraían cuando Anired apretaba el vientre y se movía dando incluso suaves saltos en los que Maxence tensaba los dedos para que lo disfrutaba más, gracias a la tenue luz gozaba de la imagen de Anired echando la cabeza hacia atrás y jadeando su nombre, deseando que fuera su pene el que entraba de esa manera en ella, el bóxer le apretaba demasiado que estaba seguro que podía correrse con solo verla de esa manera.
Lamentablemente esa escena no duro mucho ya que escucharon un claxon pitándoles y como un vehículo les echaba luces.
—Mierda...
Chillo Anired cuando se golpeó la cabeza con el capote del auto al levantarse tan rápidamente, Maxence no evito reírse para sacar los dedos completamente mojados.
—¿Te lastimaste?
Pregunto viendo cómo se pasaba al asiento de copiloto, no escondió su sonrisa al ver como las piernas le temblaban y las apretaba probablemente tratando de brindarse un poco de placer en el momento que encendió las luces del auto.
—Estoy bien—murmuro viendo los dedos de Max y se puso completamente roja—...perdón...
Dijo mordiéndose el labio inferior, Max sin comprender dirigió la mirada a donde veía Anired para ver que tenía rastros de fluido y sus dedos estaban manchado de color carmesí.
—¿Te herí? ¿Fui muy brusco? —cuestiono preocupado.
—No...no—se puso más roja para verlo y abrir la guantera sacando unos klenex—...ya sabes...algunas veces sangra cuando algo entra...
—¿Segura que no te lastime?
Tomo el klenex que le extendió la menor para limpiarse los dedos de mala gana porque deseaba probar a lo que sabía Anired, sin embargo, estaba muy seguro que si lo hacía con la sangre resultaría incómodo para la azabache frente a él.
—Segura, en las primeras veces suele sangrar—se encogió de hombros—...me gusto y me hubiera gustado continuar con más...
Confeso y Max sonrió aún más, le gustaba cuando ella decía lo que disfrutaba o lo que no, porque de esa manera sabia como darle lo que ella deseara.
—Podemos continuarlo cuando quieras, mein herz...
Le dio un corto beso que la menor respondió, después de separarse ella se acomodó el pantalón y cinturón.
—Definitivamente quiero continuarlo.
Se sonrieron para colocarse los cinturones sabiendo que ya era hora de que volvieran a sus casas.
⚜⚜⚜
—¿Estas completamente segura?
Cuestiono el hombre mayor viendo a su joven hija.
—Papá, si estoy segura —respondió por quinta vez—, ya tengo todo listo, incluso vi lo del local y las cosas que debo de comprar.
—Pero, cielo—la mujer que tanto se parecía a la pelirroja la miro con un puchero— ¿Por qué no te quedas aquí? En Francia puedes abrir tu propia repostería y cafetería, esos lugares son muy populares por aquí.
Itziar paso la mano entre su cabello suspirando para hacerse el cabello hacia atrás.
—Mamá, por eso mismo, en Francia ya hay muchos lugares que se tratan de lo mismo—explico con una pequeña sonrisa comprendiendo la preocupación de sus padres ya que se iría a una nueva ciudad completamente sola—, en Londres no hay ese tipo de negocios por lo que podre ampliar mi mercado, aparte ustedes siempre han dicho que siga mis sueños.
—Sí, amor...pero...es que te iras...
Murmuro el señor Arwen dando un suspiro.
—Pero, no estamos lejos, les prometo que vendré a visitarlos...
—¿Cuándo te iras?
La mujer mayor se puso de pie para sentarse a lado de su hija y abrazarla.
—Tengo que ir la próxima semana para ver lo de los muebles y comprar las cosas que me hacen falta—abrazo a su madre—, podrían ir conmigo, así será más fácil todo.
—Tienes razón—el padre de Itziar sonrió dejando que pequeñas arrugas se formaran en sus ojos—, podemos pedir vacaciones e ir unos días contigo para ayudarte a arreglar todo.
Itziar sonrió entusiasmada ante la idea, por fin, después de todo el tiempo y esfuerzo lograría abrir su amada cafetería y repostería, que soñó por mucho tiempo.
Lo mejor de todo, es que su novio, James Potter, logro conseguir un local justo en el callejón Diagon, el callejón mágico más popular donde seguramente podría expandir su nuevo negocio.
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¡Hola!
¿Qué les pareció el capítulo?
Bueno, creo que ahora comienzan a entender un poco más los traumas de Maxence por culpa de su abuela, jiji.
Como verán, ya empieza lo "hot" en los capítulos, porque al parecer no pueden controlar sus hormonas, jiji.
¿Qué piensan de Inara? ¿Creen que si sea mala o solo sea la percepción de los mellizos?
Les dejo una foto de ella, elaborada por DariAr19
Ahora, continuamos con las ultimas finalistas, ya saben que gana quien tenga más comentarios de hoy al viernes, y en la próxima actualización se viene la decisión final, jiji.
· Nombre: Mary Jenell Daugherty Adach
· Fecha de Cumpleaños: 17 de septiembre 2006
· Colegio: Hogwarts
· Casa: Gryffindor
· Color de cabello: Castaño medio
· Color de ojos: café oscuro
· Carácter/personalidad: es muy divertida, ocurrente y estudiosa pero bastante emocional, así como introvertida por lo cual le cuesta trabajo hacer nuevos amigos, es muy reflexiva y autocrítica por ser muy perfeccionista además de siempre intentar ser mejor persona.
· Profesión: Estudiante/Quiere ser aprendiz de sanador/Enfermera
· Pasatiempos/cosas que le gustan: Ama Bailar (lo hace desde los 6 años), caminar por los jardines y sentarse a leer/estudiar en las orillas del lago negro, le encantan las fresas con crema.
· Fortalezas: Tiene muy buena memoria, es muy responsable y organizada, inteligente, perseverante, buena para escuchar y ayudar a los demás.
· Cosas que odia y debilidades: Odia la falsedad, las injusticias y los aderezos. Su principal debilidad es su falta de confianza
· Suele auto sabotearse todo el tiempo con su ansiedad, tiene dificultad para relacionarse con personas nuevas.
· Mejor amigo/compañero: Alysa Jordan-Jhonson "JJ" (compañera de cuarto).
· Mascota: Agaporni
· Introducción de personaje: Mary Jenell Daugherty Adach es una bruja mestiza, hija única, su madre es muggle y su padre es trabajador de oficina en Gringotts, su familia es de clase media aunque nunca le ha faltado nada tanto material como amor, atención y tiempo de calidad, estudiante de Hogwarts seleccionada en la casa de Gryffindor así como su padre, resalta en clases como herbología, DCAO e historia de la magia, no es muy sociable pues es algo que siempre le ha costado pero su compañera de cuarto JJ ha sido de las pocas personas con las que puede hablar libremente y disfruta de su compañía, desde el primer año ha estado muy interesada en Scorpius pero nunca se ha atrevido a tan siquiera saludarlo a pesar de compartir algunas clases con él, sueña con tener una familia unida como la suya y ser enfermera en San Mungo.
· Personajes con los que le gustaría interactuar y porqué: Alysa JJ, porque quiera ayudarla a recuperar a su mejor amigo, así como animarse a vivir el amor con Lorenzo, Anired, para compartir el gusto por los postres y porque es uno de mis personajes favoritos, Itziar porque me gusta su personalidad, Zed porque se me hace alguien súper tierno y muy comprensivo, así como una persona en la que puedes confiar y ser escuchada.
· Interés amoroso: Scorpius Malfoy
· Personaje odiado y porqué: Deyan Granger-Krum, por la manera en la que quiere conseguir "éxito" a costa de los demás y lo falso y mala persona que es además de que demuestra lo horrible que puede llegar a ser alguien con tal de lograr su propio beneficio, y James Potter, siento que suele ser demasiado despectivo y arrogante al siempre tratar de ser mejor que Regulus.
· Pareja favorita y porqué: Anirak y Fred, principalmente porque ellos son el vivo ejemplo de que las relaciones sanas no son sinónimo de "perfección", son algo que se construye a base del tiempo y de los errores que cometes y como en vez de ser uno contra otro, tratan de ser ellos contra el problema, las relaciones sanas se desarrollan a lo largo de conversaciones incómodas, discusiones, desacuerdos, altos y bajos y con mucho esfuerzo y dedicación de ambas partes, además te dejan y les dejan muy claro a sus hijos que una relación no siempre es 50/50 a veces uno da 10 y el otro 90 y así es como se logra llegar a un amor sano, duradero y verdadero.
· Usuario de Wattpad: aphticelablack
· Físico basado en: Madison Pettis
· Nombre: Samantha Alesia Ruiz
· Fecha de cumpleaños: abril 20 2006
· colegio: Hogwarts (nueva) antes iba en ilvermony
· Color de cabello: café claro
· Color de ojos: verde bajito (tipo café verdoso)
· Carácter/personalidad: es una combinación de extrovertida e introvertida, muy risueña y pone los sentimientos de los demás primero que los de ella, un poco egocéntrica, pero a veces le gana un poco la inseguridad, sarcástica a mas no poder, pero no es manera grosera, ansiosa, pero mucho, graciosa, muy inteligente, pero duda demasiado de sí misma, habla muy rápido y tiene la voz ronca, observadora.
· Profesión: medimaga
· Pasatiempos, cosas que le gustan: amante de los animales (especialmente los perros), le gusta jugar Quidditch, ver películas y series, salir con sus amigos, leer (le encanta), andar en patineta.
· Cosas que odia/debilidades: confía demasiado rápido en la gente, de comida aguacate, no confía ni espera mucho de sí misma tampoco, un poco distraída, terca, no tiene paciencia y se enoja muy rápido, tiene muchos ataques de pánico, y es un poco depresiva.
· Fortalezas: independiente, ágil, atenta, inteligente y ve cosas que no muchas personas ven a la primera, metamorfomoga (casi nadie lo sabe y casi no lo usa), memoria fotográfica, rápida, buena en hechizos y pasiones es de lo que más se le da, sabe controlar su magia sin barita.
· Mejor amigo/compañero: rebeca Brown
· Mascota: una pequeña yorkie llamada mía es una kneazle tiene la capacidad de resolver problemas por su cuenta sin ayuda o enseñanza al igual que ver si las personas son confiables o no (aunque sean animagos)
· Una breve introducción sobre ella: Samantha es algo risueña y hace reír a cualquiera ya sea con sus chistes con un humor un poco negro o con sus comentarios sarcásticos, pierde a cualquiera hablando tan rápido y con sus ataques de hablar en su idioma natal el español, tiene una ansiedad que ni ella se explica por qué y unos daddy issues que no sabe si los tiene porque le gustan puros señores o por que su padre murió cuando ella era una niña de 4 años.
· Personajes con los que le gustaría interactuar y por qué: le gustaría llevarse con Anired y llevarse muy bien tal vez mejores amigas o algo así (si quieres tu decide mas eso) también se quiere llevar bien con Alexander y sed ya que están en unas clases con ella y se ven divertidos al igual que Anired, y Stefan se ve que es lindo y muy buena persona y ella lo que busca es hacer amigos en esa nueva escuela.
· Personas que le pueda atraer y por qué: aparte de Scorpius le atrae un poco Theodore de Ravenclaw (lo acabo de inventar) es inteligente y muy guapo al igual que carismático, pero ella no sabe del horrible ataque de ira que este personaje puede tener y lo peor es que a él no le importa desquitarse con alguien inocente
· Personaje que odiara y por qué: james Potter desde su llegada a Hogwarts le ha hecho la vida imposible por sus bromas estúpidas y por lo presumido que es de ser hijo del elegido, también una que otra vez se ha burlado de Samantha por tener un poquito de acento a su idioma natal
· Pareja favorita y por qué: Fred y Anirak amo su pasión y amor por el otro y como matarían por verse felices también amo lo real que es su relación también me encanta la relación de Anired y Maxence como el mecanismo de coquetear de Maxence era molestarla y como ella fue cediendo a los encantos de Maxence poco a poco
· Actriz que se basa su físico: Olivia Rodrigo
· Usuario de wattpad: mattheoriddle_wiffe
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