Cinco.
(Hola, en la actualización pasada no llegaron a la meta de comentario, pero como ya lo tenía escrito decidí subirlo de una vez.
Espero que les guste, no se olviden de comentar y votar❤️
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'Cause it's a beautiful night, we're looking for something dumb to do
Hey baby, I think I wanna marry youIs it the look in your eyes or is it this dancing juice?Who cares, baby, I think I wanna marry you, oh
La pelirroja y la rubia salieron de la cafetería llenas de confusión, mirando cómo las personas se detenían a ver la escena mientras la canción seguía sonando, el bullicio se hizo presente al igual que diversas voces de los presentes.
James se acercó cada vez más hasta donde estaban las mujeres, tenía una expresión que reflejaba su nerviosismo por lo que estaba a punto de hacer ante la mirada fija de Itziar que parecía tratar de saber que planeaba, le dedicó una pequeña sonrisa sin mostrar los dientes.
I'll go get a ring, let the choir bells sing like, ooh
So what ya wanna do? Let's just run, girl
If we wake up and you wanna break up, that's cool
No, I won't blame you, it was fun, girl
La canción de Bruno Mars continuaba de fondo sin parecer detenerse.
James se detuvo frente a Arwen mirándola con ojos brillantes, la pelirroja seguía sin entender qué estaba sucediendo, pero en ese momento todos los ojos se posaron sobre ellos.
—¿Itziar? —llamó el azabache con una pequeña sonrisa con voz temblorosa—...desde el momento en que te vi...supe que eras la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida. No puedo, ni quiero imaginar mi futuro sin ti, eres mi todo.
Itziar se puso tan roja como su cabello y bajó la mirada, sintiendo la presión de la multitud que los rodeaba, silbando o causando más ruidos esperando a que ella dijera algo.
No sabía cómo responder, pero antes de que pudiera decir algo, James sacó una pequeña cajita de su bolsillo y se arrodilló frente a ella.
—¿Te casarías conmigo?
Preguntó mientras la multitud aplaudía y animaba para tener una respuesta positiva por parte de la mujer.
Amalie miró a su amiga quien se quedó congelada sin saber qué decir o hacer, procesando todo lo que estaba sucediendo.
Itziar se encontraba sin palabras, mirando como el Potter abrió la caja para dejar ver un anillo con un pequeño diamante que brillaba bajo la luz del sol que los golpeaba dejando ver que pronto el clima mejoraría.
—¿Ca-casarnos?
Cuestionó ante la mirada verde fija en ella.
James sonrió asintiendo.
—¿No crees que sería buena idea? Tú trabajas y yo también, llevamos varios años juntos, quizá ya sea hora de dar ese paso.
Lo miro sin estar nada segura de esa idea, el matrimonio era algo demasiado importante y serio como para solo tomarlo a la ligera, sin embargo, el azabache no parecía pensar lo mismo.
No estaba segura de sí era el momento adecuado o si estaba lista para dar ese gran paso.
Pero, las miradas insistentes seguían sobre ella, James la miraba fijamente con ojos rebosantes de emoción a expensas de una respuesta que esperaba fuese favorable para él.
—Itziar —volvió a llamar James al ver que la pelirroja no respondía—, te amo más que a cualquier cosa en este mundo —se puso de pie dando unos cuantos pasos para poder acariciarle el rostro—...quiero pasar mi vida contigo, ¿te casarías conmigo?
Volvió a repetir con voz fuerte y clara para que se escuchara claramente lo que había preguntado.
Itziar continuaba atónita, lo único que podía escuchar era la canción de Bruno Mars que continuaba sonando de fondo, no sabía que decir.
Aunque ella amaba a James, no estaba segura de sí estaba lista para dar ese paso, para casarse.
Además, la gente rodeándola y mirando todo con ojos atentos la hacía sentir incómoda.
Sin embargo, la multitud comenzó a ovacionar y a animar a Itziar a aceptar la propuesta de James.
Finalmente, aunque estaba indecisa, después de varios minutos, Itziar cedió ante la presión social y asintió con la cabeza suavemente.
Una enorme sonrisa adornó el rostro de James que de inmediato la abrazo para besarla, mientras los aplausos y silbidos llenaron el lugar uniéndonos a celebrar el compromiso de los jóvenes magos.
James estaba lleno de alegría, pero Itziar no podía evitar sentirse un poco abrumada ante todo lo sucedido.
Amalie miró a su amiga dándose cuenta que no parecía muy feliz con eso, pero prefirió no decir nada al ver como la pelirroja le lanzó una mirada para que guardara silencio.
Aunque se sentía feliz por estar comprometida con James, Itziar se preguntaba si había tomado la decisión correcta o su la presión social la había llevado a tomar una decisión precipitada.
Todos hablaban de cómo el primogénito del niño que vivió acababa de proponerse a su novia de años, alababan su valentía de hacerlo frente a todos a mitad del callejón Diagon, diciendo que era un digno Gryffindor que no parecía temer de ser rechazado.
Pero, no todos compartían esa idea, como dos varones de ojos grises que miraron toda la escena a través de la ventana de Sortilegios Weasley que daban una mirada directa a la cafetería Azus, presenciando cada escena.
—Vaya —la voz del padre de ambos los hizo voltear—, sí que me ha sorprendido James, nunca creí que hiciera algo...tan...llamativo.
Mencionó sin estar demasiado seguro de cómo referirse a eso. Regulus y George Sirius no evitaron soltar una risa al escuchar las palabras de su padre.
—Bueno, a ese niño siempre le ha gustado llevarse toda la atención—mencionó George Weasley causando que su hermano asintió dándole la razón—, creo que era evidente que haría algo así para pedir matrimonio...aunque...recurrir a la presión social es algo...
—¿Bajo? —cuestionó George Sirius alzando la ceja derecha—...es James, no sé qué les sorprende.
Se encogió de hombros, Fred y George no tenían nada en contra del primogénito de Harry y Ginny Potter, ya que era su sobrino, pero sabían muy bien que no se llevaba con ninguno de sus hijos y siempre terminaban en peleas, especialmente con Regulus John.
—Siento que hacer una propuesta de esas con tanta gente en frente es demasiado estresante para la otra persona —Fred comentó viendo como entraba más gente que seguían conversando de lo mismo—, espero que ustedes nunca hagan lo mismo.
Les sentenció para ir a atender en compañía de su gemelo.
Fred no era muy partidario de esa especie de declaraciones, al menos de estar seguro de la respuesta de la otra persona, quizá él lo haría con su esposa, pero conocía muy bien la respuesta lo que no la presionara u orillaría a hacer algo que no quisiera o con lo que no se sintiera cómoda.
—Sí que nuestro adorado primo hizo su buena jugada —mencionó Regulus viendo a la pareja de recién comprometidos—, no sé cómo es que la cabello de tomate aceptó, al parecer no es tan lista como se dice.
George Sirius soltó una risa contenida y negó.
—James siempre ha sido arrogante y presumido —miro a donde su hermano, James se encontraba lleno de felicidad y aires de grandeza tras la propuesta—, realmente no pensaba que Itziar acepta, después de lo que pasó entre ustedes —lo miró fijamente y Regulus comprendió a lo que se refiere—, creí que lo dejaría...
—Solo fue cosa de una noche —sentenció de forma seria y apartó la mirada de la ventana para ver a su hermano—, sin embargo...no sé, no me siento muy cómodo sabiendo que James le es infiel a Itziar y ella aceptó casarse con él.
Frunció el ceño, George Sirius lo observó y puso los ojos en blanco.
—No sé...me refiero...ella también fue infiel si lo ves de cierta manera —miró a su hermano, él que sintió que era una mirada de acusación—...y tú participaste en esa infidelidad, está bien que James lo hizo y que no te agrada, pero ella termino siendo como él.
No tenía nada en contra de la pelirroja, quizá le resultaba molesta, pero fue de eso era una persona cualquiera para él, pero tampoco la podía ver como la víctima cuando ella había hecho lo mismo, fuera por la situación que fuese.
Y también miraba con acusación a Regulus, ya que el azabache siempre había dicho que estaba en contra de la infidelidad y terminó haciéndolo.
—Sí...lo sé —Regulus suspiro—...pero, es incómodo saber que James le es infiel y se va a casar.
George Sirius se encogió de hombros.
—Si tanto te molesta, deberías decírselo o bien, dejar que tanto Itziar como James se embarquen en un matrimonio basado en mentiras y engaños.
Le restó importancia para apartar la mirada de inmediato cuando se topó con los ojos azules de Amalie que miraron hacia la ventana de donde ellos miraban toda la escena.
Trataba de evitar toparse o hablar con ella, mantener contacto cero para poder superar ese enamoramiento que tenía con ella, sabiendo que después de como trato a su hermana no podría volver a verla de la misma forma, menos conociendo su amistad con Inara.
Decía eso, pero siempre de una u otra manera sus ojos terminaban sobre ella, queriendo retroceder el tiempo y que las cosas fueran como en Hogwarts.
Decidió sacar esos pensamientos para poner atención en los conflictos de su hermano.
—Tienes razón —sentenció el azabache—, se lo diré, hablaré con Itziar y ella tomará su decisión, finalmente solo ella puede hacerlo.
Dijo con seguridad esperando encontrar alguna manera de hablar con la pelirroja y decirle la verdad, no era muy de su agrado la francesa, pero tampoco le gustaba la culpa que recorría su pecho al saber que si no le decía ella terminara en un matrimonio lleno de engaños, algo que no le deseaba a nadie.
George Sirius miró a su hermano y asintió para irse a acomodar otras cosas desde un lado donde no pudiera ver a Amalie, esperando que de esa manera sus sentimientos desaparecieran de una vez por todas, que su pecho dejara de doler cada que pensaba en ella y en lo que pudieron tener alguna vez.
Se notaba la felicidad en el callejón Diagon por esa noticia, la gente felicitaba a las parejas de prometidos que solo agradecer y sonreían, la gente en el callejón hablaba sobre lo que sería esa boda, teniendo la esperanza de que los invitaran, ya que, si se trataba de la boda del primogénito de los Potter, sin duda sería una boda enorme llena de lujos y gente poderosa.
Miró a su jefa, no sabía si estar feliz por ella o no al notar esa expresión que reflejaba incomodidad en cada uno de sus movimientos.
—Vaya...no pensé que James fuera a comprometerse tan pronto.
Dalila miró a su lado encontrándose con un platinado que miraba todo con sorpresa y curiosidad.
—No esperaba que Itziar aceptara.
Confesó la morena con una pequeña mueca.
—Llevan mucho tiempo juntos, el amor hace eso.
—Yo no me casaría ahora —sentenció Dalila—...y menos con alguien como James —Scorpius la miró sin comprender—...me refiero...a que no es como que le pueda ofrecer algo a Itziar...digo la apoya en la cafetería, pero no es como que tenga otro trabajo o que la ayude económicamente o de otra manera...
Scorpius suspiró, sabía que James no era exactamente una persona trabajadora o que se hubiera esforzado en obtener algo más o hacer un nombre por sí mismo, sino que siempre se respalda con ser el primogénito del niño que vivió, creyendo que merecía todo solo por ser él, cuando las cosas no eran de esa manera.
—Tal vez una vez casados cambie —comentó con esperanza el Malfoy —...las personas cambian.
—No lo sé, no me da buena espina este matrimonio.
Scorpius quería aprovechar el ambiente lleno de alegría y romanticismo que se había formado tras una propuesta de matrimonio, aunque Dalila no parecía muy feliz con eso.
Trago saliva temiendo la respuesta.
—Oye, Dalila —llamó con el rostro rojo por lo que iba a pedir, sabiendo que muy probablemente lo rechazaría.
—¿Qué pasó?
Lo miro, aún parecía ser cosa que intimidaba un poco al Malfoy.
—Yo...eh...en el trabajo de mi hermano...bueno Alexander me dio unos boletos para el concierto de una orquesta mágica —sentía como la lengua se le trataba con cada palabra decía, temía ahogarse con su propia saliva—...es mañana...así que... ¿quieres ir?
Dalila lo miró por unos segundos, disfrutando de ver como tenía el rostro rojizo, sin embargo, temía que él solo la viera como una de sus conquistas, sólo como otra chica más del ciento que tenía tras él.
Pero, por un momento las palabras que Anired alguna vez le dijo mientras estaba ebria en la boda de Kaira y Robert vinieron a su mente:
"¿Y qué másh da? ...si te arriesgash puede que reshulte algo bien...me refiego...Scorpius no es como creegs...deberrias de darle una oportunigas de demostrartee que no es un mujegiego como togos creen...si te gustag como tru le gustags deberias de hacerlo...no vaya a serc quie despies te arrepientags"
La azabache estaba demasiado tomada, pero había entendido lo que trato de decirle y si, probablemente se arrepentiría si lo seguía rechazando por temor a que fuera un mujeriego como todos decían, porque Scorpius no siempre iba a estar detrás de ella, llegaría un momento en el que se aburriría de tantos rechazos.
Dalila sonrió y asintió, Scorpius la miró sin poder creerlo.
—Me gustaría ir —la sonrisa iluminaba sus ojos—...me encantaría ir contigo, Scorpius.
Y el Malfoy no pudo evitar sonreír aún más lleno de emoción y dándole miles de planes para esa noche a la que ya deseaba que llegara.
⚜⚜⚜
—Primera Planta: Ministro de Magia y Personal de Apoyo.
Al escuchar como el elevador informó al piso que había llegado, salió de este, sentía las manos temblar y el corazón latir con vehemencia sin explicar porque estaba de esa manera.
Camino por el largo pasillo, solo una vez había estado en ese lugar, pero por otras circunstancias, pero justo ahora había sido mandado a llamar por la ministra de magia.
Le tenía una gran estima a Anirak y no comprendía porque lo citó en la oficina cuando finalmente pudo decirle que fuera a su casa o en cualquier otro lugar, lo que causaba que sus nervios aumentaran al no estar preparado a lo que se enfrentaría.
—Buenas tardes...
Saludo a la secretaría de la ministra o al menos pensaba que se trataba de ella ya que estaba afuera de la oficina.
—Buenas tardes —lo miró con curiosidad y luego pareció reconocerlo—... ¿Eres el chico D'Acanto? —Maxence trago saliva y asintió—...vaya, es cierto que eres idéntico a el Director de Seguridad Mágica —le dedicó una amable sonrisa e hizo un movimiento de cabeza señalando la gran puerta de madera—, adelante, la ministra te espera.
—Gracias, con permiso.
Murmuró y antes de entrar se limpió el sudor de las palmas de la mano contra el pantalón, debido a los nervios sentía casi hiperventilar.
Con el corazón pesado, abrió la puerta de manera lenta y se adentró a esa enorme oficina.
Era espaciosa, ventanales grandes y muebles finos.
Era impresionante.
En el centro, justo debajo de un gran ventanal se podía observar un escritorio donde se hallaba una mujer sentada a la que reconoció de inmediato.
La oficina estaba impregnada de una tensión palpable que se volvió más grande al ver los ojos de la mujer que veían con una mirada combinada entre preocupación y molestia.
—Siéntate, Maxence.
Le dijo suavemente, pero con firmeza.
Maxence sin dudar obedeció tomando asiento en una silla que se encontraba frente al escritorio.
—Hola—saludo con una pequeña sonrisa tratando de ocultar su nerviosismo—... ¿Cómo estás?
Fue lo único que se le ocurrió preguntar en esos momentos de tensión.
—Bien, gracias —le extendió un pequeño refractario de fino cristal quitando la tapa dejando ver unas pequeñas galletas—... ¿por qué no tomas una?
—Gracias.
Murmuró tomando una galleta para ver que tenía forma de conejo, no evitó recordar aquel cumpleaños que pasó en Hogwarts donde tuvo su primera conversación normal con Anired, era un recuerdo que atesoraba demasiado.
A pesar de pensar en eso, no podía evitar seguir nervioso al estar en ese lugar, cientos de veces había hablado con Anirak, a quien le tenía confianza y demasiado cariño, pero justo en esos momentos sentía que no sería una conversación casual.
La azabache miró al menor y soltó un pequeño suspiro, se daba cuenta que estaba nervioso, los ojos azules lo demostraron al no verla y detenerse en cualquier otro lado.
—Maxence —llamó mirándolo, el alemán se removió en la silla como si quisiera que esta se lo tragara—...siempre he tratado de no meterme en las relaciones de mi hijos, incluso cuando Anired estaba con Deyan trate de mantenerme al margen y por eso fue que te pedí que me dijeras si veías algo extraño—el rubio asintió recordando su primer encuentro con la matriarca de los Black-Weasley—, y normalmente no me entrometería en lo que tú y Anired tienen o tuvieron...pero, estoy preocupada y demasiado cansada de la situación.
—¿Anired está bien?
Cuestiono dándose cuenta que la mayor al parecer sabía muy bien lo que pasó la última vez que vio a la menor, de eso ya había pasado un poco más de una semana en la que no había podido hablar con Anired.
—Físicamente si, igual su salud es buena...pero, emocionalmente...no, trata de actuar como si nada pasara para no preocuparnos, sin embargo me preocupa el hecho de actividades que está aceptando hacer, aparte de sus sesiones de fotografía aumentó su horario de clases de ballet y de gimnasio, retomo el piano, también inició con su especialidad en venenos mágicos, sumando que acepta ir a cualquier reunión o fiesta a la que la invitan... no es que me moleste eso, pero me preocupa el hecho de que apenas y duerme, casi no descansa —soltó un suspiro que reflejaba toda la preocupación que guardaba en su pecho—, es como si no quisiera tener tiempo libre para nada, siento que en cualquier momento va a tener un colapso.
Maxence bajo la mirada apenado, ya que era quizás él quien provocó todo eso, la conocía y era una forma de escape y muro que estaba formando, enfocarse en cientos de cosas para no pensar en lo sucedido aquella noche, para no pensar en él.
—Pero, no te cite para contarte mis preocupaciones, quiero pedirte algo. —de repente el rostro de Anirak se volvió más serio al igual que su tono de voz
—Sí, lo que sea.
Respondió rápidamente pensando que se trataría de un favor sencillo o algo referente al trabajo.
—Maxence, aléjate de mi hija—pidió la mayor manteniendo la mirada sobre, su rostro reflejaba cansancio al igual que dolor por pedirle algo como eso—, ya no busques más a Anired.
Las palabras de Anirak cayeron como un balde de agua helada sobre él, de inmediato alzó la mirada para verla con sorpresa y confusión.
Nunca esperó que ella le pidiera algo como eso, siempre fue de las personas que más lo apoyaron para que estuviera con Anired.
—¿Qué?
Fue lo único que pudo preguntar sintiendo la galleta atorada en la garganta.
Habría esperado que fuera Fred quien le dijera eso o incluso los hermanos de Anired, pero nunca Anirak, quien siempre lo apoyó y aconsejó.
—Maxence, al inicio creí que las cosas entre ustedes serían distintas, por fin veía a Anired feliz, ilusionada con estar a tu lado —explicó mirando lo afligido que se encontraba el rubio, la expresión estaba marcada en su rostro por más que trataba de disimularlo—, pero...siempre termina llorando, siempre termina herida y el motivo es siempre el mismo...siempre es por ti, Maxence, y créeme no quería pedirte esto...pero, ya estoy cansada de ver como sufre—trago saliva—, cuando le dijiste todas esas cosas horribles lo deje pasar porque sabía que tú estabas pasando por un muy mal momento...pero, ahora...ya no, Maxence, sé que no debo de entrometerme porque finalmente es decisión de ella —se sentía mal por decirle esas cosas, finalmente ante sus ojos era un niño que había sufrido durante casi toda su vida, pero no quería dejar que Anired siguiera de esa manera—...si tú no sientes lo mismo que Anired, si no correspondes a sus sentimientos...por favor, no la busques más...no la ilusiones nuevamente para después romper su corazón, Maxence, si no estás seguro de lo que sientes, por favor, aléjate de ella...ya no la quiero ver mal...ya no la quiero ver ilusionada por algo que tú no le vas a dar.
Maxence se daba cuenta que Anirak le hablaba como una madre preocupada por su hija, sabía cuánto amaba a Anired y que quería evitarle todo el sufrimiento posible, quería evitar que la volviera a pasar mal como cuando estuvo con Deyan.
El alemán se mantuvo callado, formando un silencio entre ambos que pareció eterno.
Maxence titubeó por unos segundos, pero finalmente habló.
—¿Y...y si siento lo mismo que Anired por mí?—cuestiono esperanzado a que Anirak cambiara de opinión, que no le prohibiera ver a Anired—...¿Y si te prometo que no la volveré a hacer sufrir?—los ojos grises lo miraron escuchando lo que tenía que decir—...sé que la he hecho sufrir muchas veces por culpa de las tontería que he dicho o he hecho, y no sabes cómo me arrepiento por saber que la pasa mal, lo que menos he querido es que sufra...ese día...el día que Anired me dijo que...que me amaba...me asuste ¿sí?—trago saliva al confesar eso frente a la madre de la chica que tan loco lo volvía—...no supe qué responder...siempre he sentido que nadie me amaría, era algo que yo no merecía, pero de repente Anired llega e ilumina mi vida, y cambia todo por completo...me asusta no... no cumplir con sus expectativas y que se decepcione de mi como tantas personas lo han estado.
Anirak lo miró escuchando sus palabras atentamente.
—¿Y si en lugar de no darle una respuesta le hubieras explicado eso?
Maxence soltó un suspiro echando la cabeza hacia atrás con frustración.
—No sabía cómo decirlo... todo me... sorprendió...no esperaba que Anired me lo dijera...no esperaba que Anired me amara—su rostro estaba rojizo y su cabello tenía una tonalidad rosada—...Anirak —llamó—...por favor...por favor... no pidas que me aleje de ella...arreglare las cosas...te-te juro que no volverá a llorar o a sufrir por mi cuenta —aseguro de manera segura demostrando que hablaba seriamente—...no volveré a hacerla sufrir, lo juro...pero, no me pidas que me aleje o que deje de buscarla, arreglare las cosas con Anired —pidió afligido porque Anirak le pidiera que se alejara de la azabache menor, sabiendo que esa decisión tendría demasiado peso—...por favor, Anirak...
Anirak se sobo el puente de la nariz.
—Maxence...solo no la ilusiones esta vez, por favor —pidió mirándolo—...aclara tus sentimientos y si no correspondes a lo que siente, déjala por favor.
Maxence asintió prometiendo silenciosamente que no volvería a lastimar a Anired de ninguna manera.
Se sentía avergonzado con Anirak y consigo mismo al darse cuenta de todas las veces que la había hecho sufrir o llorar, sí que era un reverendo idiota que dañaba a lo que más le importaba.
Solo esperaba tener una nueva oportunidad para arreglar las cosas de manera definitiva.
[...]
Para él el amor nunca había sido una prioridad, claro que lo sentía, amó mucho a su madre, amó a su abuelo y amaba a su hermana, y quizá poco a poco comenzaba a tener un cariño especial por Lyssandre, un cariño al que podría referirse como el amor de un hijo a un padre.
Pero, fuera de eso, nunca había amado a nadie, o al menos eso era lo que pensaba hasta ese entonces.
Sabía que Anired provocaba sentimientos extraños en él desde el primer momento en que la conoció y poco a poco se volvió su todo, llegando a procurarla más que a su propia vida.
Estaba asustado por admitir ese sentimiento tan fuerte que lo golpeaba por completo, asustado por aceptar que ella lo amaba y por aceptar lo que él sentía por la chica de ojos grises que se había vuelto su mundo entero.
Asustado por aceptar lo que todo eso conllevaba.
Un suspiro escapó de sus labios para terminar de colocarse el pijama, ese día realmente no había hecho nada, más que estar en el departamento viendo películas en la enorme televisión que se hallaba en la cómoda sala de estar después de haber hablado con Anirak, aún su conversación persistía en su mente, sabiendo que, si volvía a dañar a Anired, ella se opondría a cualquier clase de relación.
Comprendía porque le decía eso, ya que no era la primera vez que la hacía sufrir o llorar debido a sus acciones, pero quería remediar todos esos errores.
Había tratado de hablar con Anired por medio de llamada, pero lo mandaba directamente a buzón y lo bloqueo de toda red social donde pudiera contactarla, inclusive del Instagram que tenía como figura pública, trató de contactarla mediante el número de trabajo, pero su asistente, la morena que al parecer lo odiaba, siempre le decía que Anired no estaba o que se encontraba en alguna sesión de fotos.
Pensó en ir a su casa, pero en esos momentos no tenía ni cara para ir y mucho menos las palabras que decir, sentía que con cualquier cosa arruinaría las cosas más de lo que ya estaban.
Se dejó caer en la cama viendo el techo, Lyssandre le dejó la recamara principal, era enorme con una cama King size que resultaba sumamente cómoda, las paredes eran de una tonalidad entre crema y blanco, nunca fue muy bueno con los colores, pero resaltaba el color azul de las sabanas y cortinas, los muebles como el ropero y la mesa de noche, al igual que la base de la cama eran negros resultando una combinación elegante.
Estaba cómodo, le gustaba tanto el departamento como su casa que se encontraba cerca del callejón Diagon, no le molesta vivir en cualquiera de los dos.
Puso la cabeza en la suave almohada y tomó la manta para cubrirse con un mar de pensamientos en la cabeza que todos terminaban sobre la misma persona:
Anired Georanne Black-Weasley.
A la que no podía dejar de pensar y extrañar como un loco, su corazón dolía cada vez que pensaba en ella.
Tratando de reconocer sus verdaderos sentimientos, se dio cuenta que estaba completamente enamorado de la azabache, era sorprendente, pero maravilloso saber que era la primera vez que se enamoraba y de una forma tan intensa, de una manera en la que nunca se imaginó estarlo.
Pero, ¿desde cuándo estaba enamorado?
Con esa pregunta en la cabeza sus párpados comenzaron a sentirse demasiado pesados, dejando que su cuerpo se relajara por completo cediendo a un profundo sueño...
Se encontraba completamente aburrido y cansado de estar en ese viejo colegio, la mayoría de jóvenes brujos que estudiaban era gente rica y pudiente que siempre hacía notar a la familia que pertenecía, se daba cuenta como a los que decían ser llamados "sangre pura" recibían un trato distinto, especialmente por parte de los de Durmstrang donde todos parecían ser de ese tipo, excluyendo a los hijos de muggle o que fueran mestizos, en Hogwarts no era tan notable, pero mientras más se iba adentrando era más evidente.
Especialmente por ese castaño insoportable:
Deyan Granger-Krum.
Había notado como hacía menos a cualquier persona, tratando de pasar por encima de todos y el director de Durmstrang siempre parecía defenderlo.
Maxence siempre odio a las personas de ese tipo.
Pero, no negaría que había ciertas personas que podían salvarse de eso, que hasta ahora habían sido más amables de lo que estaba acostumbrado.
Justo como el peli plata frente a él que bostezaba escuchando al semi gigante que les daba clase, no ponía mucha atención realmente.
Se habían adentrado a ese lugar que llamaban el bosque prohibido caminando por unos metros hasta detenerse frente a un muelle que daba a las orillas más profundas del lago negro.
—En este lugar conocerán a las Sirenas —explicaba con una sonrisa Hagrid—, deben de saber que no son criaturas amistosas por lo que es mejor no molestarlas —el semi gigante se hallaba emocionado, Maxence podía ver como algunas chicas de Beauxbatons y Hogwarts parecían compartir emoción, mientras los alumnos de Durmstrang tomaban su distancia manteniendo un rostro estoico y lleno de aburrimiento—...bien, en lo que sacan sus libros y lo abren en la página trescientos ocho yo iré por algunas cosas que necesito, por favor no se acerquen a la orilla del lago y no hagan mucho ruido.
Pidió para retirarse trotando, Maxence soltó un bostezo viendo de reojo a su hermana y amiga pelirroja que trataban de mirar al lago buscando ver tal vez una sirena, sabía que Amalie se interesaba mucho en las criaturas mágicas por lo que su curiosidad era más que normal.
—No es un tema que me interese —comentó Scorpius recargándose en el mismo árbol que el alemán—, pero me parece interesante.
Tenía poco de conocer al Malfoy, pero podría decir que era con quien más se llevaba en esos momentos, compartían cosas en común lo que había ayudado a que siempre tuvieran algo de qué hablar, aparte que era la persona que le contaba un poco más sobre la azabache que tanto disfrutaba molestar.
Sabía su nombre: Anired Georanne.
Un nombre extraño que nunca en su vida había escuchado, pero que le quedaba tan bien a ella, Scorpius le contó que era un juego de palabras entre los nombres del matrimonio Black-Weasley y los nombres de la ministra francesa y su esposo, los cuales eran familia.
Se interesó por ella desde la primera vez que la vio en ese tonto partido de Quidditch, últimamente descubrió que disfrutaba mucho de molestarla con apodos, era todo lo contrario a las chicas que antes había conocido.
No salía llorando, por el contrario, le contestaba con algo peor o lo amenazaba con golpearlo, aunque viéndola, era seguro que sus golpes no dolieran.
Era una niña más baja que él, delgada y frágil, la que cualquier cosa la podría dañar.
—Quieres ser sanador, ¿no? —el Malfoy asintió—...bueno, era evidente, toda tu familia lo es.
Scorpius le había contado que sus dos padres eran sanadores que trabajan en San Mungo, una clínica para gente mágica al parecer, ubicada en Londres.
Le daba curiosidad por ver cómo sería una clínica mágica y si sería demasiado distinta a las del mundo muggle.
—¿Y tú ¿Ya sabes que harás al graduarte?
Maxence frunció los labios pensando qué respuesta dar, realmente no tenía ni idea de lo que haría una vez que se graduara porque nada parecía gustarle o interesar lo suficiente como para especializarse en eso.
Iba a dar una respuesta vana, cuando los gritos y el bullicio causó que voltearan a la orilla del lago.
—¡Laila se cayó al lago!
Gritaban varias chicas de Beauxbatons mientras se quedaban paradas en la orilla del lago sin saber qué hacer, ya que era muy probable que las sirenas no las dejaran entrar.
Maxence reconoció a la chica, era una de sus compañeras de Beauxbatons, alguna vez le pasó una tarea, pero fuera de eso no se hablaron más.
—¡Alguien llame al profesor!
Pidió un alumno de Ravenclaw mientras los alumnos de Durmstrang solo se apartaron viendo la escena con aburrimiento, incluso llegó a escuchar la risa de Deyan, la castaña castrosa y otro chico que no reconoció, se burlaban de la adolescente que cayó al lago viendo como el agua comenzaba a moverse.
Maxence se acercó con Scorpius, pero nadie parecía lo suficiente valiente como para saltar al lago a tratar de ayudarla viendo como el agua se movía con más rapidez, temían lo que saliera del lago negro, porque tal vez no solo sería una de las horribles sirenas si no una criatura peor.
—¡Tenemos que hacer algo! —comentó Amalie, pero al igual que Maxence no sabía que hacer—... ¿Con magia no la podemos sacar?
—Si es una sirena se pondrá violenta y podría ahogarla—comento un chico de ojos castaños y cabello pelirrojo, que reconoció con Stefan Denvers, era primo de Scorpius o familiar de alguna manera—, debemos de llamar al profesor o a alguien más, iré a buscar a Hagrid.
Informo para salir corriendo por donde se había ido el semi gigante, todos se encontraban llenos de preocupación, pero nadie estaba dispuesto a saltar por ayudarla a pesar de que ella buscaba como salir, las aguas turbulentas no se lo permitían.
Maxence solo observaba desde el muelle, no era estúpido, no arriesgaría su vida, estaba bien que quería morir, pero no de esa manera.
Y todos los demás parecían de esa manera, demostrando que de una u otra forma eran egoístas, ni siquiera los amigos más cercanos a Laila intentaban hacer algo más que lanzarle una cuerda que de nada sirvió, si seguía de esa manera era evidente que terminará ahogándose.
Pero, para Laila fue probablemente como un rayo de esperanza cuando escucho unos pasos rápidos, alguien corría con gran velocidad.
Maxence solo pudo ver una mancha negra a su lado que tomó una de las cuerdas y sin dudarlo saltó al lago, todo fue tan rápido que no pudo ver de quien se trataba hasta que escucho más voces y miro como Scorpius iba con otros dos adolescentes a tomar la cuerda que se jalo rápidamente.
—¡Anired! ¡¿Estás loca?!
Era un rubio más chico que él, lo había visto en el comedor, iba en Hufflepuff y era normal que estuviera con la azabache que disfrutaba molestar.
—¡Jala la cuerda!
Ordenó el hermano de Scorpius tomando la cuerda.
Maxence trataba de procesar las cosas rápidamente viendo como jalaban la cuerda y la Black-Weasley logró amarrar de la cintura a Laila para que los varones la ayudaran a subir.
Todo pasaba tan rápido y el lugar estaba lleno de ruido que el alemán solo logró ver como la azabache causó una explosión con magia dentro del agua para poder salir del lago con ayuda del hermano de Scorpius y de Zed.
Anired cayó de rodillas frente a él tosiendo el agua que había tragado.
—¡Pog Meglin! —exclamó Laila temblando mientras sus compañeras la ayudaban—...¡Me has salvado!
Comentó acercándose a la azabache mientras le agradeció una y otra vez, Anired solo trataba de escupir toda el agua sucia que había tragado.
—¡¿Qué pasó?! —Hagrid y Stefan habían llegado corriendo—... ¡Le dije que se mantuvieran lejos del muelle! —exclamó viendo a las chicas—, ¡rápido, lleven a sus compañeras a la enfermería! —miro como algunos alumnos ayudaban a Laila mientras Anired era ayudada por Scorpius—... ¡Anired, Zed y Alexander! ¡¿Qué hacían dentro del bosque prohibido sin permiso?!
Zed solo se quedó en silencio mientras Alexander, quien parecía ser más extrovertido decidió hablar.
—Estábamos caminando a las afueras en busca de un gusarajo que se nos escapó —explico rápidamente—, ya que es la tarea de mañana queremos encontrarlo cuando escuchamos los gritos y bueno...el resto es historia.
—Anired... ¿Te das cuenta de lo peligroso que fue saltar al lago? ¡Las sirenas pudieron ahogarse!
Anired miro a Hagrid con una de sus mejores sonrisas convincentes.
—Pero...estoy bien, no me pasó nada...
Hagrid suspiro y le hizo una seña a Scorpius para que llevara a la menor a la enfermería.
—Diez puntos para Slytherin, ante la valentía demostrada.
Las serpientes sonrieron ante lo último que dijo Hagrid, si pensó que con le gemelos en sus años de Hogwarts tuvo demasiado trabajo ni decir de la actualidad que estaban sus hijos estudiando, siempre debía de estar demasiado al pendiente o esos mocosos acaban dentro del bosque prohibidos y siempre liderados por la azabache, que al parecer era idéntica a su padre en más de un aspecto.
Maxence observó a Anired, dándose cuenta de que no solo era bonita, inteligente si no que demasiado valiente, nadie más se atrevió a saltar por una desconocida más que ella, sin esperar nada a cambio.
En ese momento, algo dentro de Maxence cambió por completo, si su interés y curiosidad eran grandes, ahora parecían interminables, quería saber más de Anired, conocerla más...
Simplemente algo dentro de él, algo que nunca había sentido comenzaba a hacerse mucho más fuerte...
Maxence algo adormilado y sintiéndose demasiado tranquilo con ese sueño, se obligó a abrir los ojos cuando su celular sonó.
Soltó un bostezo y a través de la ventana pudo observar que aún era noche, el cielo seguía oscuro por lo que con extrañeza tomó el celular que se hallaba en el buro junto a la cama.
Tuvo que parpadear varias veces al leer la notificación del mensaje:
Anired.
Era ella, tragó saliva y todo el sueño desapareció por completo.
Con manos temblorosas abrió el mensaje finalmente.
—¿Eh?
Fue la única expresión llena de sorpresa que salió de sus labios, sintiendo la garganta seca al ver la fotografía que le acababa de mandar.
Parpadeo unas veces y nuevamente la volvió a ver sin creer de lo que se trataba,
Como si se tratase de un resorte se levantó de la cama de manera inmediata y fue al armario para buscar que ponerse.
No podía sacar la fotografía de su mente.
Debía de ir a buscarla de inmediato, aunque por lo que podía ver no estaba en su casa.
Maldijo mientras trataba de idear cómo saber en dónde estaba.
Agito la cabeza quitándose la playera del pijama para tomar una nueva, las mejillas se le pusieron rojas al volver a ver la fotografía que Anired le mandó, iba a escribirle cuando su en línea desapareció.
Comenzó a marcarle, pero sus llamadas se fueron a buzón de voz y los mensajes que le envió no fueron leídos.
Definitivamente debía de encontrarla.
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¡Hola!
¿Qué les ha parecido este capítulo?
¿Creen que Regulus sí le diga todo a Itziar? ¿Itziar le creerá?
¿James e Itziar se casarán?
¿George Sirius logrará olvidar a Amalie?
¿Cómo le irá en su cita a Dalila y Scorpius?
¿Anirak permitirá que Maxence se vuelva a acercar a Anired?
Con el sueño de Maxence, quise dar a entender que fue en ese momento en el que se enamoró de Anired, cuando la conoció fue como un "amor o crush a primera vista", pero en ese momento dejó de verla como una niña bonita, si no como algo más, ¿les gusto?
¿Qué creen que le haya mandado Anired a Maxence?
¿Dónde estará Anired y por qué Maxence se habrá puesto de esa manera?
En fin, me gustaría leer sus teorías.
Nos leemos en la próxima actualización♥
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