Jungkook POV

La mirada penetrante de Jimin se vuelve más intensa que de costumbre. No puedo averiguar qué la provoca, solo que cuando se concentra en mí, tengo que apartar la mirada.

─Así que... esta persona. Anon7136. ¿Has intentado contactar con él?─pregunto.

─¿Por qué?

¿No es obvio?

─Para ver lo que puedes descubrir.

─Dudo que vaya a monologar como un villano de acción cursi.

─Nunca se sabe. ─Recojo su teléfono de donde ha descansado entre nosotros─. ¿Tienes una cuenta?

Jimin duda un segundo antes de acercarse y desbloquear su teléfono. Su mano roza la mía durante apenas una fracción de segundo, pero es suficiente para provocar pequeños escalofríos en mi piel.

─Debería estar registrado.

Sí. App. Me desplazo hasta que lo encuentro, y luego navego hasta la publicación. El pequeño botón de "enviar mensaje" está justo al lado del nombre de Anon, y lo pulso antes de hacer una pausa.

─Umm... ¿qué debemos escribir?

─¿Te importa detallar todo tu plan completo para nosotros?

Le dedico una mirada fulminante.

─No ayuda.

─No creo que este plan sea útil en absoluto.

Admito que es una posibilidad remota, pero no es que tenga mejores ideas. Mi pulgar golpea el lateral de su teléfono mientras intento pensar en qué escribir.

─Hola, Anon ─murmuro mientras tecleo las palabras─. Soy Jimin, el presidente de Sigma Beta Psi. He visto tus mensajes y esperaba que pudiéramos charlar. ─Miro a Jimin en busca de aprobación.

Agita la mano. ─Envíalo.

Después de pulsar "Enviar", hay un largo y angustioso momento en el que miro la pantalla, esperando que algo cambie. No lo hace.

─Anticlimático ─ríe Jimin.

Mis labios se levantan por un lado.

─La mayoría de las cosas contigo lo son.

─¿Qué? ─Hace un ruido de asfixia─. Los dos sabemos que eso es completamente una falacia.

Y aunque podría morirme por burlarme de él de esta manera, mis nervios palpitan de excitación.

─¿Lo sabemos? ¿Realmente lo sabemos?

Él gime.

─No me hagas decirlo.

─¿Decir qué?

─Eso...

La odiosa notificación de su teléfono interrumpe la respuesta que estaba a punto de enviarme. Mieeerda.

─¿Es Anon? ¿Qué ha escrito? ─me pregunta recordándome que, oh sí, tengo su teléfono.

Toco los mensajes y encuentro el que ha enviado.

ANON71C6: ¿Por qué?

─Está siendo difícil. ─Suspiro─. No es diferente a otra persona que conozco.

─Maldita sea, Kook, gracias por la indirecta.

─¿Quién ha dicho que me refiera a ti? ─le respondo.

─Mi ego. ─Su codo cruza la consola central para darme un codazo─. Tal vez quieras dejar de hacer tantos halagos, o me llevaré una impresión equivocada.

Su cálida voz me inquieta. La mejor decisión es ignorarlo y centrarme en estos mensajes, lo que ya es bastante difícil de hacer con el olor de Jimin inundándome literalmente.

Yo: Estás haciendo unas afirmaciones atrevidas y si alguna de ellas es cierta, quiero investigarla.

ANON71C6: Todas son ciertas. Has tenido tiempo de investigarlas y no lo has hecho.

Ahora se te acabó el tiempo.

Yo: No creo ni por un segundo que tengas pruebas, de lo contrario ya habrías acudido al decano.

ANON71C6: ¿Cómo sabes que no estoy esperando mi momento? Tal vez sólo quiero molestándolos.

Jimin hace un ruido de ahogo con su garganta cuando leo esa respuesta y me arrebata el teléfono.

─Que mierda.

─¿Qué vas a escribir?

─Voy a decirle unas cuantas mierdas. Por supuesto que sí.

─Quizá me equivoque, pero no creo que hable si haces eso.

─No creo que piense hablar de ninguna manera. ─Los dedos de Jimin vuelan por el teclado, y después de pulsar Enviar, inclina el teléfono hacia mí.

Yo: ¿Ese es todo tu plan? Jodernos. Porque tengo que decir que estás haciendo un trabajo terrible.

ANON71C6: Está claro que te ha asustado si me mandas mensajes.

Yo: No me asustan los imbéciles como tú.

ANON71C6: Vete a la mierda, no soy un imbécil.

Yo: Entonces, ¿quién eres?

ANON71C6: ¿No te gustaría saberlo?

Yo: Bueno, esto ha sido divertido. Disfruta del sótano de tus padres mientras el resto de nosotros estamos aquí disfrutando de nuestras vidas.

ANON71C6: No tienes ni idea, hombre.

¿Cómo sabes que no soy otro hermano de fraternidad que ha acabado con tu falta de adherencia a los parámetros?

La cabeza de Jimin se levanta de nuevo.

─¿Parámetros otra vez? Eso no puede ser una coincidencia, ¿verdad?

Levanto las manos como si me rindiera, mostrando que no tengo mi teléfono.

─¿Ahora crees que no fui yo?

─Ya lo creía.

Esa confesión no debería hacerme tan feliz como lo hace. Me aclaro la garganta.

─Bien. Bueno. Eso fue un callejón sin salida.

Tararea, los ojos se desenfocan por un segundo.

─¿Qué tal esto?

Yo: Parámetros, ¿eh? Sólo hay una persona que conozco que usa esa palabra y más vale que no seas tá en quien estoy pensando.

ANON71C6: ¿Y qué si soy él?

Yo: Te voy a patear el culo. Sólo nombra una hora y un lugar.

ANON71C6: Realmente tengo miedo.

Yo: ¿Por qué nos eliges a nosotros, de entre todas las fraternidades de la lista?

ANON71C6: Porque no me gustan. ¿No era eso obvio?

Yo: ¿Por qué? ¿Uno de mis hermanos te ha robado la novia? ¿Se ha orinado en tu cerveza? ¿De dónde viene esta mierda?

ANON71C6: Es porque son todo palabrería. Los Sigmas esperan que sus lacayos de mierda hagan lo que les dicen sin rechistar. Ese tipo de poder es peligroso.

Yo: Ahh... ¿así que por eso no te enfrentas a mí?

─¿Qué estás haciendo?

Jimin se encoge de hombros.

─Si este imbécil está tan hambriento de poder como está actuando, su orgullo no le permitirá alejarse de un desafío.

─No hay forma de que quiera que sepas quién es.

─Supongo que ya lo veremos. ─Jimin asiente hacia donde ha llegado una respuesta.

ANON71C6: Me enfrentaría a ti cualquier día de la semana.

Yo: Apuesta tu dinero ahí.

ANON71C6: Bien. Me reuniré contigo.

Te haré saber quién soy. Me importa una mierda porque no cambiará nada. Hay una pequeña sala de reuniones en el edificio del decano, justo al final, que nunca se usa. Te veré allí a las diez. La entrada trasera del edificio estará abierta. No te molestes en traer a ninguno de tus hermanos de fraternidad contigo.

Jimin de recuesta en su silla y deja escapar un largo suspiro.

─Entonces, eso es raro, ¿verdad?

─Muy raro. A mí... no me gusta.

─¿Tenemos alguna opción?

─Por supuesto que podemos elegir. Quiero decir, ¿el edificio del decano? ¿Y si nos pillan?

─¿Y qué pasa si Anon está?

En realidad, es un buen punto. Si podemos llegar temprano, tal vez explorar el lugar antes de que quien sea esta persona aparezca, seremos capaces de montar un plan una vez que sepamos a qué nos enfrentamos.

─¿Quizás lleguemos muy temprano, como a las ocho, y nos escondamos? Entonces podremos averiguar quién es sin que nos vea.

Se da golpecitos en los labios mientras piensa, y tengo que esforzarme para no prestarles atención.

─Eso podría funcionar. Una vez que sepamos quién es, podemos...

─¿Ir al decano?

─¿Y romper la regla de oro?

Es todo lo que puedo hacer para no poner los ojos en blanco.

─No queremos que su atención se centre en nada negativo que hayamos hecho. No somos nosotros. En todo caso, estamos siendo responsables al denunciarlo.

─Ese es un buen punto.

Sin embargo, no puedo dejar de sentirme inquieto.

─Sigo pensando que nos han tendido una trampa.

─Oh, sin duda. ─Asiente, pero eso no le impide devolver el mensaje.

Yo: Allí nos vemos.