Jungkook POV

Actualizo la página de The Dirt, pero parece que los rumores se han acallado finalmente. Menos mal. Dije que ayudaría y que mi casa estaba a bordo, pero temía que me metieran en el lío.

La casa Kappa es conocida por ser benefactora. Nos unimos a la diversión, nos involucramos en la política de la fraternidad, pero sobre todo estamos aquí por esa oportunidad de construir conexiones antes de lanzarnos al resto de nuestras vidas.

Y para algunos de nosotros, el resto de nuestras vidas se acerca rápidamente.

Me cuesta recordar la conversación que tuve con Jimin. Todo lo que sé es que fue liberador decir las palabras en voz alta. Por lo que saben todos los miembros de mi familia, incluidos mis padres, y por lo que sabe todo el mundo en la universidad, soy Jeon Jungkook, futuro abogado penalista. Destinado a un gran bufete de abogados.

La idea me revuelve el estómago.

En lugar de eso, por primera vez... quizás desde siempre... dejé que mi mente vagara. En una gran aula, con caras que me miran fijamente, dispuestas a escuchar cada una de mis palabras. Pienso en la planificación de mi plan de estudios y en la elección de materiales de referencia. Tampoco sé qué quiero enseñar. Sé lo suficiente sobre derecho como para hablar de ello en sueños, pero eso no aviva el fuego de la pasión en mi interior.

Y Jimin cree que soy apasionado.

Aun así, corto mis pensamientos antes de que puedan profundizar más. Estoy a punto de graduarme. Tendré mi licenciatura, y luego eso es todo. Jimin se irá a quién sabe dónde y yo me dirigiré a Cornell. Ni siquiera mi primera universidad, pero más importante, tampoco la del abuelo. Si dependiera de él, iría a Harvard. Un verdadero Jeon. Si fuera por mí, habría aceptado la oferta de la Universidad de Fordham. Pero sé cómo comprometerme. Cornell es de la Ivy League y tiene una buena reputación por el nivel de trabajo pro bono que hacen. Al menos estaré ayudando a la gente, aunque no sea de la manera que yo quiero.

Sin embargo, el abuelo no presumirá de su nieto graduado en Cornell.

Matar a la abuela habría sido preferible a rechazar Harvard en su mente.

La familiar presión en mi pecho aumenta al pensar en mi familia. Mi primo Mingyu se graduó como el mejor de su clase y está en camino de convertirse en senador; algunos de mis otros primos son médicos e ingenieros. Jihye es arquitecta, algo de lo que el abuelo se burla. Le ofrece constantemente dinero por ser otra artista hambrienta con un título inútil. No importa el proyecto de viviendas comunitarias que ha diseñado. Ella podría estar ganando millones y sin embargo no tendría importancia.

Todo es cuestión de apariencia. Jihye debería encabezar la recaudación de fondos de la comunidad y administrar la casa, no aceptar un trabajo común en la ciudad.

Yo, maletín en mano, traje de diseño, apartamento en un piso alto, y mi esposa haciendo el papel que se supone que debe hacer una mujer...

El sexo con una mujer es caliente, pero ¿pasar mi vida con una?

Románticamente, no hay atracción ahí.

─Argh. ─Entierro la cara en mi mano, ignorando el sabor metálico que se acumula en mi lengua, y me fuerzo a respirar un poco. Sin embargo, los pensamientos amargos no dejan de invadirme. Quiero desconectar y no concentrarme, pero Jimin está ocupado toda la tarde y luego tiene entrenamiento temprano, así que ni siquiera puedo enviarle un mensaje. Tengo amigos, pero ninguno de ellos lo entendería.

Juro que mi traje y mi corbata ya me están estrangulando, y entonces, en el peor momento posible, el nombre de mi padre aparece en la pantalla de mi teléfono.

─Mierda...

Si no contesto, seguirá llamando ya que ha pasado una semana o más desde la última vez que hablamos.

Todavía tengo el pecho apretado mientras respondo.

─Padre.

Se ríe. ─Hijo.

─¿Cómo estás?

─Bien... ¿Por qué el tono?

¿Por qué la gente me sigue preguntando eso? ─No hay tono. Mi voz no tiene ningún tono.

─Ese es el problema. ─Hace una pausa─. ¿Está todo bien?

─Estoy bien.

─Ah-ah. ¡Minhyun, nuestro hijo está deprimido!

─¿Qué? Yo no...

─Jungkook... ─El tono cálido de papá entra en la línea a continuación y me hace gemir.

─No estoy deprimido.

─¿Te están afectando las presiones del estudio?

─No hay presión. Todo está bien. Yo estoy bien. Esto... esto es... ─ Intento soltar un largo suspiro, pero se atasca en algún lugar de mi garganta.

─¿Ataque de pánico? ─Susurra Papá y luego levanta la voz─. Jungkook, ¿te has estado saltando tu meditación?

Levanto los ojos al techo, pidiendo fuerzas. ─He estado ocupado.

─Empezar el día con una meditación es una buena forma de despejar la mente y relajarse...

─Algo menos de tres meses ─retoma mi padre─. Lo has hecho muy bien hasta ahora, y ambos estamos muy orgullosos de lo lejos que has llegado.

No es nada que no hayan dicho antes, pero el pinchazo detrás de los ojos me hace fruncir el ceño. Y no son lágrimas de felicidad. Son lágrimas de frustración. Quiero ser sincero. Quiero decirles que toda esta carrera de Derecho parece un billete de ida a grandes hipotecas y una casa más grande, dos o tres hijos y una esposa cubierta de diamantes. Es un estereotipo ridículo, pero cuando me imagino a mi abuelo, no está lejos de la verdad.

Es un futuro que he visto cientos de veces, pero entonces se añade otra capa, y una nueva realización golpea. Yo, sentado en una casa de lujo, con mi mujer al lado, viendo a Jimin ganar el oro en la televisión. Viendo esa sonrisa. Su alegría. No volver a ser parte de eso.

─Oh, mierda, eso duele.

─Ah... ¿qué?

Me sobresalto al oír la voz de mi padre. ─¿Qué?

─Has dicho que te duele. ¿Qué te duele?

Mierda. Lo dije en voz alta.

─No me duele nada. ¿De qué estás hablando? ─El silencio en la línea es pesado.

─¿Tenemos que ir? ─pregunta papá en voz baja.

─No. Es casi la graduación. Es que no he... dormido tanto. Y luego los estudios y los exámenes... Voy a hacer tiempo para meditar, lo prometo.

No están convencidos. Incluso sin decir nada, sus pensamientos son claros.

─Estás haciendo tiempo para los amigos, ¿no? ¿Saliendo y divirtiéndote?

─¿Qué es divertido? ─Bromeo y me arrepiento inmediatamente.

─Jungkook...

─Está bien. Estoy bromeando. Tengo a todos mis hermanos, y vamos a fiestas la mayoría de las semanas ─al menos ellos─, y es divertido, y todo está bien.

─Son cinco ─dice la voz apagada de mi padre.

─Pero no seis ─responde papá.

─¿Qué son cinco? ─pregunto.

─Deberíamos visitarte.

─No. Dios, no. Por favor, no.

─Ooh, había fuego en esa respuesta ─dice papá─. ¿Qué estás ocultando?

─Nada. Es que... estoy ocupado...

─Está nervioso ─murmura mi padre─. ¿Estás viendo a alguien?

─Sí, el nombre de él es Derecho Penal, y hemos pasado muchas noches juntos...

─Dijiste de él.

─Ah, sí...

─Normalmente, cuando haces esa broma, la ley es un ella. ¿No es así, Dae?

─Tienes razón. La ley suele ser su amante...

─¿Necesito recordarles a ambos que la ley no tiene género y no es una persona real...?

─¿Quién es él? ─pregunta Papá.

¿Dónde está la fuerza que pedí? A la mierda. No puedo decirles lo desesperadamente que me deprime pensar en mi futuro, así que podría darles algo.

─Jimin.

─¿Jimin? ¿Park Jimin? ¿El presidente de Sigma Beta Psi? ─Y por supuesto mi padre sabe exactamente quién es. No fue a YU cuando era más joven, pero estuvo en otra rama de Kappa, y todavía tiene esa necesidad de cotilleo de fraternidad tan arraigada.

─Sí. Pero han jurado guardar el secreto. Esa parte es importante.

─Lo prometo ─dicen ambos. Y después de todo lo que me contó Jimin, de ninguna manera habría dado su nombre si no tuviera un ciento diez por ciento de confianza en que mis padres se lo guardarían. Se involucran demasiado y son un poco raros, pero a diferencia del resto de mi familia, no ven los chismes como moneda de cambio. Y con el abuelo como es, tampoco van a sacarme del armario a toda prisa. Mi padre sabe lo que es ser descubierto antes de estar preparado.

─Así que... ─comienza Papá. Sé que quieren detalles o alguna explicación de cómo y cuándo sucedió, pero los mantengo en la oscuridad en eso.

─Casi todo el último año ─digo─. Pero no es serio. Estamos desahogándonos y divirtiéndonos un poco antes de que terminen las clases.

─Bien por ti ─dice mi padre.

─Estamos muy orgullosos de ti ─añade papá─. Y te apoyamos completamente. Con cualquier cosa o persona. Nada hará que te queramos menos.

Que es exactamente lo que deberían haber dicho los padres de papá cuando salió a la luz, en lugar de cortarle el paso. Sonrío.

─Gracias. Por no hacerme dudar nunca.

Colgamos y me quedo sentado un momento, dándome cuenta de que puedo volver a respirar. Los pensamientos en espiral se han ido, y todo lo que queda es esta libertad que me llena.

Quiero ver a Jimin.

Tal vez había restado importancia a lo que sentía ante mis padres, pero no mentí. Nos estamos divirtiendo y experimentando. El plazo de tiempo que nos queda empieza a parecer muy, muy pequeño, y perder semanas sin vernos no es un lujo que tengamos.

A la mierda.

Si todo va a seguir un plan establecido en el momento en que salga de aquí, quiero una última oportunidad para ser egoísta. Un tiempo para mirar atrás y recordar cada vez que las cosas se vuelvan demasiado duras y claustrofóbicas.

Jimin puede ser eso para mí.

No importa cómo me sienta, no hay ninguna posibilidad de que haya una relación, aunque sólo sea por el hecho de logística y que personalmente estamos en áreas de la vida muy diferentes. Así que, ¿por qué reprimirse?

¿Por qué hacerme el tímido y actuar como si no lo quisiera?

En un arrebato de determinación, agarro mi portátil y busco sexo gay. Lo he visto en el porno, y mis padres me dieron una versión muy torpe de una charla sobre sexo seguro, pero no conozco los detalles. Lo que probablemente debería hacer si quiero hacerlo. Pronto.

Compruebo todo lo que necesito para prepararme y ser pasivo para alguien, luego tomó las llaves, me meto en el coche y me dirijo a un sex shop que está a diez minutos.

No tenía ni idea de que estas cosas existieran en persona, pero mierda, me alegro de que existan.

Aunque me sonroje como un idiota todo el tiempo que estoy allí. Canalizo parte de la confianza que llevo a mis reuniones semanales con Jimin y mantengo la cabeza alta.

Vergonzoso, pero vale la pena.

Por una vez, estoy consiguiendo lo que quiero.