"Veo a las personas quejarse a mi alrededor por la situación actual. Molestas porque no son capaces de viajar como tenían planeado y en lugar de ello están obligadas a quedarse encerradas en casa y sufrir de un encierro obligado.

Bueno, ¡Bienvenidos a mi vida! Lo que ustedes están experimentando en estos momentos es algo que yo he vivido todos estos años. Solo que ustedes lo viven en carne y yo lo he experimentado de forma mental.

Pero al menos ustedes tienen suerte. Porque pueden escapar de sus hogares y respirar aire puro durante horas antes de volver. Porque pueden distraerse dentro de sus casas y aprender cosas nuevas si se lo proponen.

¿Pero yo? Yo vivo con cadenas atándome a estos sentimientos de impotencia e infelicidad. Sentimientos que no me abandonan más que unos minutos y luego vuelven a torturarme. Una tortura a la que, desgraciadamente, ya me he acostumbrado.

¿Se quejan por no poder salir de casa? Sería peor si su condena la llevaran en su mente a todas partes."