Queridos Jesús y Daniel:

Una vez más vengo a deciros algo que quizás debáis saber. Jesús, tú siempre tan cariñoso y agradable con cada fan que abrazas. Daniel, tú siempre tan cohibido y frío pero tan ardiente y afable por dentro, porque aunque las demás no lo vean, al menos yo sí lo veo. Los dos sois iguales, cada uno con sus defectos y sus virtudes pero sois iguales en diversos aspectos. Por ello, quiero pediros que no os derrumbéis por nada, vuestra resplandeciente sonrisa vale más que mil palabras, sois el ejemplo a seguir de muchísima gente y tenéis que seguir luchando por vuestros sueños porque, como bien definen en una de sus canciones, somos tú y yo, no los demás, las malas lenguas que sabrán; por eso jamás os rindáis, siempre estaremos a vuestro lado. No os preocupéis por las que se van, quizás no hayan descubierto el cielo que abrís con una simple sonrisa que ilumina los días más grises.

También vengo a daros las gracias, y sé que os preguntáis el porqué. Muy simple. Sois un sueño hecho realidad, ¿recordáis cuando os dieron el disco de platino de Mil y una noches? Porque yo sí lo recuerdo, pero también recuerdo que las lágrimas empaparon vuestras mejillas al igual que las mías. Recuerdo que tú, mi querido Daniel Oviedo, no eras capaz de asimilar lo que sucedía y derramaste un par de lágrimas porque hasta tu corazón estaba llorando, pero de felicidad; en cambio tú, mi adorado Jesús Oviedo, te emocionaste al darte cuenta de que habéis llegado demasiado lejos gracias a un apoyo incondicional que quizás no veáis, un apoyo que siempre estará con vosotros.

Nunca olvidéis quién os ha llevado a la cima pero tampoco olvidéis que os queremos, tanto que daríamos cualquier cosa por haceros sonreír cada día. Nunca dejéis de soñar, pues quien no sueña, no alcanzará la felicidad. ¡GRACIAS!

Este texto hecho por mí fue utilizado para llevar a cabo un proyecto que consistía principalmente en llegar al corazón del dúo Gemeliers. Os dejo adjunto el vídeo en YouTube.