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Frans ¦ Día 1.

Frisk amaba ver como la nieve caía lentamente frente a su ventana y cada copo bajaba sin intenciones de cesar pero ni aumentar su velocidad, se quedaba viendo minutos interminables con mil ideas fluyendo por su mente, actividades que se pueden hacer en aquellos climas tan friolentos, desde bajar desde trineos por las dunas que se formaban en las calles hasta hacer hermosos muñecos de nieve que posiblemente quedaran como los típicos que puedes ver en las series animadas.  También a quien invitar a esa salida, a sus amigos, familiares, ¡Todo sería perfecto después de casi un año sin nevadas!

Apenas tenía trece años, y la última vez que habría apreciado la nieve a todo su esplendor era en el mismo subsuelo en donde la barrera fue destruida gracias a ella y por supuesto al apoyo de los monstruos. Porque las cosas no se lograban fácilmente sola, siempre hay un esfuerzo mayor al decidir si optar el camino solitario o acompañado. Muchas cosas eran mejor a compañía de otro, que cada uno merecía una oportunidad y esa mentalidad ayudó a Frisk en conseguir lo que quería.

Alegre de que los copos de nieves ya cubría sin piedad todo el suelo con su opalino color bajó de su pequeño balcón interior con un ventanal, adornado con muchas almohadas de distintas formas y colores pasteles, para bajar con avidez por las escaleras y llegar donde su "madre" Toriel, sí, ella había decidido quedarse con la antigua reina del subsuelo.

-- ¡Má! ¡Má! --Vociferaba dando pequeños brincos cerca de la aludida.

Toriel se hallaba leyendo un libro con tapa verde, sonreía tranquilamente hasta después de ser interrumpida en su lectura, cambiando su expresión a una amable dispuesta a escuchar las emociones de su hija adoptada.

-- Calma mi niña. ¿Que sucede?

-- ¡Ya hay mucha nieve! ¿puedo salir puedo salir? ¡Ya hice mis deberes! Tengo la habitación ordenada y tengo mi ropa arriba estirada.

Frisk sonreía infantilmente, no hacía falta recordar que esos climas la entusiasmaban demostrando la actitud que normalmente ocultaba en su rostro casi impasible y tímido, siendo menor tenía madurez y una visión de la realidad estable y superior al promedio. La monstruo mayor se limitó a reir por lo bajo, le enternecía esa actitud.

-- Puedes ir, no te olvides de ponerte los guantes.

Eso solo intensificó la emoción de la menor, quien agradeciendo se abrazó a Toriel y posteriormente salir volando a su habitación. Tomando sus cosas y contactándose con cierto esqueleto para pasar el rato.

"¡Sans!" Habló apenas el tono se detuvo descolgando la llamada.

" heya, veo que estás animada."

" ¿No es obvio? ¡Hay nieve! "

" yo creía que estaba nevando arena, me muero de calor. "

" No tiene sentido que nieva algo que no sea nieve, Sans"

" heh. ni yo. welp. si preguntas por mi hermano está haciendo un entrenamiento especial con Undyne, uno especial para la fría nieve humana, dicen que es más fría que en Snowdin. "

" La única diferencia es que si no se aprovecha... ¡Se derretirá!  ¿Me puedes ir a buscar? podemos pasar el rato juntos haciendo muñecos de nieve."

" ¿quieres que te secuestre sin permiso de Tori? woah, kid, no pensaba que tenías esas manías a tu edad."

" Saaans. "

" ok. ok. puedo tomarme un descanso ahora, te espero abajo. "

La joven humana sonrió una vez se finalizó la llamada, se había quitado un guante para poder marcar, y ante la impaciencia no se pensó dos veces qué le faltaría, llegó a bajar casi tropezándose por las escaleras. Se despidió de su madre y apenas al abrir la puerta fue bloqueada por alguien parado en la entrada.

-- ¡Ouch! --Dijo en un pequeño quejido, pues pareció como si un hueso duro hubiera sido azotado contra su frente.

-- qué impactante tu nueva forma de saludar. --Dijo entonces el culpable de un posible chichón.--. No te impactes así contra mí, me puede dar un impacto en el alma ..

Frisk se rió sin poder evitarlo, y sin hacer mucho se abrazo al esqueleto para salir corriendo pateando la nieve del suelo, aún las ocurrencias abordaban en su mente. ¿A Sans le molestaría si lo tapaba en la nieve como si fuera enterrarlo en la arena? ¡O podía usarlo como la cabeza del muñeco de nieve! Aunque tendría que encontrar la manera de pegarle la nariz... Apreciaba como la nieve aún caía con lentitud llegando a caer en su rostro cuando elevaba el rostro sintiendo cada copo en su delicado rostro, suspirando para relajar su hiperactividad.

Sans se había quedado con las manos en sus bolsillos también imitando el gesto de la pequeña humana, le gustaba tener que ver la emoción de su amiga cuando a veces se mantenía reservada respecto a sus sentimientos, solo cuando se sentía en confianza lo hacía, o sola, pero cuando algo realmente le llegaba en el corazón no le importaba gritar a los vientos su afición. Eso al esqueleto se le antojaba curioso, Frisk a veces podía ser una caja de sorpresas si la perdías de vista por escasos minutos, si quería alguien conocerla, tenías que de verdad espiarla.

Se acercó a ella con un paso tranquilo y relajado, porque moverse no le apetecía en un clima especial para acobijarse y tomar ketchup caliente, pero tampoco deseaba quitar la ilusión a la menor, valía la pena sacrificarse por su dulce sonrisa.

-- entonces. --Dijo tomando atención de una calmada Frisk que no tardó a volver a sonreír emocionada.-- ¿vamos a dormir sobre la nieve? es mi deporte favorito en este época.

-- A menos que quieras ser enterrado siiiin razón alguna por nieve en exceso a pesar de que no es posible que la nieve te cubra por completo inesperadamente.. ¡Por supuesto! Me gustaría saber quien duerme más.

-- qué terror. prefiero entonces ser un conejo, creo que ellos invernan en esta época.

Pareció que a Frisk se le prendió un foco por la idea que tuvo. Y con energías saliendo cual pequeño con mucho azúcar buscó -seguida por Sans- un montículo de nieve, entre las calles para encontrar la combinación de sus ideas.

-- Haré una cueva para ti. Y dormirás en ella.

-- cool.

Asi mismo se arrodilló frente la montaña de nieve para comenzar a cavar como si tratara de imitar algún perro escarbando para encontrar su hueso perdido o de algun dinosaurio, sin embargo cuando se empeñó a colocar su mano contra la fría capa de nieve pegó un agudo quejido de dolor.

-- ¡A-Ah! Está muy.. ¿Fría?

-- cuidado con quemarte.

-- No. No es eso...

Frisk quedó arrodillada en el pavimento mientras se llevó los dedos a la boca para alguna forma soportar el frío de sus falanges, y ahí entró en cuenta de lo que sucedía. No tenía el guante puesto.

Por supuesto, se le había olvidado por la emoción de poder jugar, y ahora no podía volver a menos que ya no saliera otra vez, su mamá estaría muy preocupada si como poner la mano en la nieve te enfermara mortalmente.

Ella aceptaba eso, sabía que los monstruos no se enferman tan seguido como los humanos y la preocupación no estaba de sobra, comprendía si la regañaban, pero ahora mismo no deseaba irse a casa, apenas habían salido para obtener tiempo que con su preciado amigo. No quería desaprovechar el día.

Su mano estaba roja y temblorosa, hasta sintió como se dormía, el frío le calaba los huesos y era un chiste perfecto para Sans quien sabía que no se iba a preocupar demás, es más, la llevaría contra de su voluntad volver.

Indispuesta sintió como el esqueleto se inclinaba para revisar el estado de la mano fémina, tomándola entre sus huesudas manos para examinar, se encogió de hombros después de suspirar brevemente y levantó con un impulso a Frisk.

-- veo que has olvidado tu guante... es una lastima, realmente quería dormir en tu cueva... ¿Pero debes volver no?

-- ¡no quiero! --Contestó rápidamente cruzándose de brazos.-- He esperado por mucho que nieve un sábado para poder estar contigo y jugar con el clima estable, no quiero perderme este día contigo.

Sans se había erguido vagamente observando con una pequeña sonrisa a la menor, realmente a él le gustaba que le dedicaran esas palabras especialmente por ella, era muy tierno, y siempre iba a ser sincero, esa pequeña hacia que su alma dejara de doler por un buen rato.

Tenia que pensar de forma rápida como aprovechar el tan ansiado día de Frisk, pero tampoco debía de arriesgarse a que su temperatura bajara y se le cayeran los dedos, a veces la biología humana eran tan complicada..

-- ¿has alguna vez caminado por todo la extensión de los bosques? --Preguntó Sans después de dejar en suspenso a la menor.-- Creo que podemos caminar por ahí y ver la naturaleza a su esplendor.

-- Realmente.. Nunca.. Con nieve.

Ellos vivían temporalmente cerca de los montes en un gran pueblo humilde que aceptó a los monstruos, poco a poco se iban a la gran ciudad mientras aún los humanos trataban de aceptarlos, por ende, cerca de ellos habían varios bosques que podían ser hermosos por la rica diversidad de flora, Frisk normalmente paseaba ahí pero ahora en invierno no le llamaba la atención, aunque era una propuesta interesante para pensar que eran fugitivos escapando entre los árboles para esconder su preciado amor de amantes, con suspenso, con intriga..

Tenía que dejar de leer drama.

Sonrió a medias, no veía eso tampoco una solución para que se le pasara el frío de mano, la nieve estaba hasta en los bolsillos de su ropa suponiendo que era mejor optar por tenerlo a la interperie que un sector concentrado de agua tan fría como la del mar.

-- Es una interesante idea. --Dijo tranquilizando sus gestos y siendo la Frisk que todos conocían, calmada, reservada y algo tímida, a veces diplomática.-- Pero no veo como me ayudará a no congelarme.

-- heh. Me alegra que preguntes.

Sans examinaba discretamente las expresiones de la humana, era un ligero defecto de Frisk, a veces podía leer lo que pensaba, y sabía que todo era relacionado a los libros. Le iba a dar el gusto, aunque estuviera sufriendo por tener que caminar seguramente más de una hora.

Asi que con sutileza, extendió su mano hasta donde la menor con tal caballerosidad que por poco se arrodillaba para contraer matrimonio, algo normal de Sans cuando se tomaba las cosas como broma.

-- iremos tomados de las mano para que no pierdas calor. descuida. están tibias tanto rato en los bolsillos.

Frisk se ruborizó ligeramente, pues le daba cosquillas en el estómago cada vez que hacía algo así con Sans, hasta una vez se dieron un beso infante, esos cuales tapaba con una de la manos el camino de sus bocas, solo por juego, y eso de caminar todas de las manos era hermoso, se sentía segura, podía sentir como sus temores se iban lentamente.

Aceptó tomando de su mano con la descubierta, sintiendo un escalofrío por la contextura de los huesos ajenos, eran diferentes a una mano normal, no era rugosa, era lisa, y estaba tibia, muy cómoda.

Extendiendo su sonrisa le siguió el paso que comenzó a dar a dirección al pequeño bosque, sin soltarse ni una vez, Frisk había pasado una tranquila tarde junto a su mejor amigo, dejándose llevar entre los árboles, pensando que en un futuro, se escaparía con él siendo amantes, casados, con hijos.

Frisk ya tenía su futuro escrito en su mente.

¦ Tomados de las manos.

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