Hoy me he despertado con un estado de ánimo mejor, creo que tener a Frankie me ayuda bastante a eso. Lo he sacado un rato, aunque en momentos lo tomo en mis brazos pues su cogera no le permite caminar mucho. Creo que se ve mucho mejor y eso me alegra. Me alegra estar haciendo esto. Tal vez en realidad es un acto egoísta para sentirme bien conmigo mismo. Creo que la caridad esconde un poco de eso. De egoísmo. Pero creo también que dentro de todos los actos egoístas, es de los mejores.

Hace unos meses cuando planeé con detenimiento como y cuando sería mi momento de morir. Pensé en hacer esa lista de las cosas que me gustaría hacer antes de quitarme la vida. Ya sabes, viajar, montar en bicicleta una última vez, ir a un bosque, aventarme de paracaídas, cosas así. Pero no la hice. Pensé que eso sólo alargaría más todo y eso tal vez podría hacerme cambiar de opinión. Entonces decidí que no. Mejor investigué como hacerlo, dejé todo planeado para el día, cada cosa en su lugar. Dejé de comunicarme con mi familia, con mis amigos; mis pocos amigos, con Camila. Ayudó mucho no tener trabajo, nadie preguntando por mi ausencia. Creo que cada cosa se fue poniendo en su lugar para que todo resultara.

Hoy tengo ganas de pintar, probablemente sea mi última pintura.

Así que me dirijo al cuarto que ocupaba para esto y me quedo ahí, mientras Frankie, con mucho más movilidad, se pasea por toda la casa. Tomó el lienzo y lo recargo en el caballete y agarro los diferentes colores que ya sumergí en el aceite, los agarro con los dedos y me doy cuenta que será la última vez que experimente esa sensación en mi cuerpo.

Siento un rayo que me atraviesa.

Pinto, pinto y pinto, lo que se me va ocurriendo y va tomando forma de paisaje, un paisaje muy sombrío. Sigo pintando y es como si e tiempo se detuviera, como si no existiera nada más y por ese momento me siento realmente pleno.

Y feliz.

Han pasado más de cinco horas y ya ha caído la noche, solía pasarme eso pintando, se me iba todo el día haciéndolo y no me daba cuenta. Ni siquiera he comido y tampoco le he dado de comer a Frankie. Voy hacia la sala donde Frankie en el suelo está durmiendo y me disculpo aunque ni siquiera me escuche. Traigo la bandeja y decido que la dejaré ahí, para que coma cuando lo deseé. Me preparo un sandwich, lo cierto es que no tengo mucha hambre. Me siento en el sofá y prendo la televisión. No le presto atención a la pantalla pero necesito ruido.

De nuevo, vuelvo a irme a mis pensamientos, a recordar. Recuerdo mis años en la Universidad, ahí me sentía bien, tomando mis clases de pintura. Recuerdo esas clases, a mis profesores, a mis compañeros y a mis amigos. Recuerdo las fiestas cada fin de semana. No iba a todas pero si fui a muchas. Recuerdo el alcohol y lo mucho que bebí en esa época, creo que fui alcohólico. Y ayudaba, bueno ayudaba a anestesiarme. Pero no ayudaba a lo demás. Me alcoholizaba y faltaba a la primera hora de la clase del día siguiente. Trataba de embriagarme en viernes, pero a veces los sábados teníamos cursos y era horrible. Entonces, trataba de embriagarme en sábado, pero el domingo era aún más horrible. Tuve amigos que lo hacían casi todos los días, otros consumían drogas. Decían que eso era muy de artistas. Yo llegué a probarlas pero nunca me hice adicto. Aún no sé porque.

Recuerdo también las visitas a museos y lo mucho que esto me gustaba. Recuerdo a las chicas con las que salí, nunca nada serio porque ellas decían que la Universidad no era para eso, era para divertirse. Y cuando una quiso algo serio, la engañé. Sí, no me siento orgulloso de eso. Le rompí el corazón y ella me quería en verdad. Brooke, la vi llorar. Pero yo era un idiota en esos momentos.

Escucho que Frankie despierta y comienza a comer. Moría de hambre. Me pregunto si cuando estaba con esos monstruos comía. Estoy casi seguro que no. Y vuelvo a tener la sensación de ir a buscarlos, eso sería en verdad algo bueno para hacer por última vez. Hacerlos pagar por el maltrato a Frankie. Romperles una pierna y luego otra. Hacerles cada cosa que le hicieron a él. Me gustaría en verdad saber quien o quienes le hicieron todo eso. Pagaría por eso.

Observó que Frankie termina de comer y me levanto para abrir la puerta y salir. Lo observo mientras hace sus necesidades y me parece grandiosa la manera en la que se ha recuperado en tan poco tiempo. Y después estará mucho mejor, y eso me hace sentir bien.

Entramos de nuevo y vamos a la recamara, estoy demasiado cansado como todos los días, me quito la playera y el pantalón quedando sólo en boxer y me recuesto en la cama. Frankie intenta subirse pero la cama es alta para él y para su pata lastimada y lo ayudo. Me recuesto en la almohada y pienso que sólo faltan tres días para acabar con todo, esta vez en verdad.

Poco a poco, mis ojos se van cerrando. Quisiera que ya no se abrieran de nuevo, pero sé que mañana tendré que enfrentar un día más.