Capítulo 4.
Vi el color de tus ojos,
no pude evitarlo, me enamoré en el acto.
Escuché el sonido de tu risa,
no pude evitarlo, me enamore de inmediato.
No eres un diez, eres un cien
y por más que siga intentando,
no me siento suficiente.
Lucharé, pelearé,
siento que estamos destinados,
no me rendiré, te tendré.
—10/100, Four Chips.
Frankie Howard.
Me despierto con los nervios y la ansiedad a millón, hacía mucho tiempo que ambas emociones no se mezclaban de tal manera para una gira.
Nuestra vida mediática siempre fue ochenta por ciento en el mundo, veinte por ciento en casa. Por eso trataba de disfrutar cada minuto en Toronto. Ayer me había despedido de mamá, lloró mucho, me pidió que estuviera más tiempo en casa. Amaba a mis padres, pero su pacificidad a veces me provocaba urticaria, necesitaba salir, necesitaba las fiestas, mis hermanos entendían muy bien eso.
Tomo mi teléfono de la mesita de noche encontrándome con mensajes en el grupo de la familia, sonrío al leer los de mamá y papá, la despedida de Francis y Fitz me hace reír a carcajadas. Francis y Fitz tienen veinte y diecisiete, eran unas versiones más pequeñas de mí, cosa que odiaban que dijera, sin embargo, supieron aprovechar muy bien la fama de su hermano mayor, Francis tenía una novia cada mes y Fitz... arrasaba, no les aplaudía, pero tampoco los criticaba, después de todo yo tampoco era un santo.
Les respondo de vuelta asegurándoles que les escribiría apenas pisará el suelo inglés.
Londres, Inglaterra, la primera fecha de la gira, empezaríamos por Europa, luego ligeras vacaciones navideñas, para después volver a los Estados Unidos y Latinoamérica.
Me levanto de la cama estirándome por la ligera tortícolis que me había provocado la mala posición en la que dormí, agradecí internamente a los dioses porque Teresa estaría con nosotros. Teresa era nuestra masajista personal, pocos lo saben, pero necesito de sus manos después de cada presentación y no, no hablo en doble sentido. Las manos de Teresa son magia cuando masajea mis hombros y espalda, lo mejor de todo eran las agujas de acupuntura, antes me reía de aquello, ahora no puedo vivir sin las pequeñas agujetas, tampoco sin Teresa.
Sin Teresa no hay gira, punto.
Me encuentro a Dustin leyendo muy concentrado en la cocina mientras comía una de sus manzanas. Entro silencioso, preparándome para el ataque, y ¡bum! Conecto mi dedo índice en sus costillas. El pobre casi se atraganta con un pedazo de manzana.
—¡¿Me quieres matar?!
—Siendo sincero, si nos secuestraran y encerraran en un sótano y el secuestrador nos dijera que solo tres de nosotros podríamos salir y uno debe morir en manos de nosotros, entonces votaría por Chris, tranquilo, estás a salvo de mi mente asesina—Dustin no está enojado, es más, se ve bastante divertido—. ¿Qué?
—Acabas de describir un capítulo de Criminal Minds, estoy tan orgulloso—se seca una lágrima imaginaria.
—Estás enfermo, ¿de verdad recuerdas todos los capítulos de esa serie? ¡La terminamos hace un año!
Dustin esquiva mi mirada, se veía culpable. Verlo así me hace comprenderlo.
—¡Te la estás viendo de nuevo!
—¡Entiéndeme! Es la mejor serie de crímenes, todo lo que veo no me llena, prefiero solo ver al doctor Reid sacando conclusiones y a Emily ser el mejor personaje de la serie.
Dejo a Dustin discutir sobre los personajes de la serie de crímenes y camino en dirección al baño para ducharme.
Una hora después estamos en el aeropuerto, ya he firmado unas veinte servilletas, tomado unas treinta fotos y regalado un millón de sonrisas. No me molesta hacerlo, sin embargo, tenía sueño y solo quería relajarme en el avión.
Pero mis sentidos se despiertan al notar como los que faltaban hacen su camino por la entrada del aeropuerto. Chris, Emine y Faith arrastran las pequeñas maletas de su equipaje. Todos nos saludamos, Faith no se acerca a nadie, solo nos regala una sonrisa.
—¡Estamos listos!—Exclama Austin.
Hacemos nuestro check-in, pasamos por migración hasta llegar al área de espera, pero esa no es nuestra parada final. Una señorita nos traslada hasta donde partiría el avión privado.
Definitivamente no extrañaba los vuelos comerciales, después de obtener el avión de la banda todo fue para mejor con respecto a los aeropuertos.
—Es la primera vez que volaré en un avión privado —escucho decirle Vanessa a las chicas. Ella estaba repleta de emoción —. No me arrepiento de haber aceptado venir.
Vanessa fue invitada infinidades de veces a nuestras giras, pero su antigua enemistad con Mark le impedía venir. Ahora, las ironías de la vida, seguro se unen al club de la milla mientras estemos en el aire.
—Mi familia tiene un avión privado, así que no es muy nuevo para mí—dice Emine un poco tímida, no me sorprende, la chica sudaba billetes.
Faith por su parte no dice nada, su mirada está un poco perdida, parecía miserable, por lo que no tardo en acercarme a ella.
—¿Estás bien?—digo en voz baja, Faith finalmente despierta.
—Sí, solo que no me gustan los aviones.
Lo sabía, la única vez que viajó con nosotros tuvo un ataque de pánico antes de despegar.
—Todo estamos aquí para ti, si te sientes mal o estás asustada solo tienes que decirlo.
—Gracias, Frankie—susurra con una pequeña sonrisa.
Todavía veía el miedo en sus ojos, empeoró cuando una vez en la pista, el avión estaba frente a nosotros.
Dejo a todos subir primero, me quedo fuera, Dustin me lanza una mirada antes de terminar de subir riéndose por lo bajo. Solo él lo sabía, al igual que Faith le tenía un miedo mortal a volar. Bueno, nada más al hecho de despegar. Mi tía, una de las hermanas de mamá, había fallecido en un accidente de avión. Esa era una de las razones por las que mamá lloraba cada vez que salía de gira, odiaba la idea de perderme también de esa manera.
Saco mi teléfono y busco entre los contactos a mamá, es mi pequeño ritual antes de volar. Tres tonos después ella contesta.
—¿Cariño?
—Estoy a punto de subir al avión —La escucho tomar aire y exhalar temblorosa —. Estaré bien.
—Te amo, Frankie.
—Yo también te amo, estoy seguro de que todo irá bien—le digo contento, mostrar seguridad en mi voz la hace tranquilizar un poco.
Escucho una risita débil al otro lado del auricular.
—Avísanos cuando llegues por favor.
—Lo haré.
Me despido y subo al avión, ya todos están sentados, gran parte del equipo viaja en clase ejecutivo en vuelos comerciales, solo los más cercanos compartíamos el avión.
Me encargo de echarle una mirada a Faith, pero esta se encuentra siendo apoyada por Emine, por lo que tomo asiento en la parte posterior, como siempre, junto a Dustin.
—¿Necesitas una pastilla para los nervios?—se burla en voz baja, haciendo que se ganara un golpe en la cabeza de mi parte—. ¡Frankie! Mierda eso dolió.
—¿Quieres otro?
—Idiota.
Todos sabían que Frankie Howard no molestaba durante el ascenso de un avión. Todos me echaban miradas para asegurarse que estaba bien, pero luego, trataban de protegerse de mis constantes molestias. Una vez despegábamos, me ponía muy aburrido. Los viajes largos eran a un peor, me moría del aburrimiento.
Poco tiempo después el piloto nos está dando instrucciones y en cuestión de minutos estamos despegando. Mis puños se cerraron hasta ponerse blancos, mantuve mis ojos en ellos hasta que finalmente el jodido avión se estabilizó y nos permitieron quitarnos los cinturones.
—¿Todo bien?—escucho decir a Emine.
Me levanto un poco de mi asiento para ver a una pálida Faith asentirle a su amiga.
Me levanto de mi asiento y caminó rápidamente por el pasillo hasta ponerme al frente, todos me observan, las chicas un poco extrañadas. Puedo notar como Mark rueda los ojos y Chris bosteza, Dustin por su parte se une poco después a mi lado.
—¡Señoras y Señores! Dios, por fin puedo decir señoras, nunca hay chicas en este vuelo—me dice Dustin por lo bajo—. Estamos iniciando un nuevo ciclo, una nueva gira, tendremos mucho trabajo, pero también mucha diversión.
—No dejemos que el trabajo nos derrumbe, este es nuestro sueño, no olvidemos eso. Esto no es solo trabajo, es nuestra pasión —las chicas están sorprendidas de nuestra intervención. Austin, Chris y Mark parecen aburridos, han escuchado este mismo discurso un millón de veces—. Así que, si quieren emborracharse hasta el culo, ¿qué hacemos?
—Vamos a un bar, uno siempre se queda sobrio a vigilar—responden los chicos al unísono, como unos robots, las chicas no dicen nada.
—Si quieren fumarse un porro, ¿qué hacemos?
—Las drogas son malas, papi Austin nos regaña, mejor tomarse una cerveza—de nuevo todos respondieron al mismo tiempo, incluso yo.
—Y lo más importante, ¿si quieren sexo?
Nadie dijo nada, Dustin me observa un poco incómodo. Luego recuerdo por qué, las chicas seguían observando todo con atención.
—Bien, podemos modificar eso un poco, no creo que nos traiga mala suerte. Todos repitan después de mí. Si quiero sexo, buscaré a mi novia, si ella lo desea lo haremos, sino, mi mano es mi mejor amiga—Cuando ninguno responde hago un gesto con mi mano, finalmente reaccionan y responden—. Si no tengo novia, puedo hacer y deshacer, pero las fans están prohibidas.
Los chicos de nuevo hablan.
—Bien, ahora, quisiera agregar unas palabras para nuestras invitadas. Sean bienvenidas a la mejor puta gira en la que estarán en su vida. Por favor, si alguien llega a molestarlas infórmenos de inmediato, son nuestras invitadas más preciadas, queremos que sobre todo se diviertan y que disfruten cada uno de nuestros destinos. ¿Dustin?
—Por el poder que nos confiere ser miembros de Four Chips, nos declaro finalmente una banda en gira.
Aplaudimos, Austin aguantándose las carcajadas, Mark echándole miraditas a Vanessa y Chris aplaudiendo sin ganas.
Dustin es el primero en caminar por el pasillo, luego lo sigo. Todo está en silencio, hasta que es la voz de Faith la que hace romperlo.
—¿Alguien me puede explicar que rayos acaba de pasar?
¡Hola, hola!
Les traigo un capítulo cortito, bastante introductorio, para que conozcan un poco más sobre Frankie y las tradiciones de la banda <3
Capítulo dedicado a leonmadeleine <3 Mil gracias a todos por el apoyo.
Nos estamos leyendo :)
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