Yo sin ti y tu sin mí

no es buena idea,

no es posible.

¿Podrías imaginarlo?

Un mundo en donde no nos hemos cruzado,

¿es incluso posible?

Es un mundo distópico,

porque yo sin ti y tu sin mí,

no es buena idea,

no es posible.

— Distopía, Four Chips.

Frankie Howard.

Paris, Francia, era la última fecha de nuestra gira por Europa antes de volver a Toronto por navidad y no sabía si estaba feliz o triste de volver a casa pasado mañana por la noche. La extrañaría y daría todo para que viniera con nosotros a la continuación de la gira en Norteamérica y Latinoamérica. Europa se había sentido genial con Faith James en cercanía, incluso se había convertido en un ritual que la hermana pequeña de Chris me acompañara en mis crucigramas, tendría que descargar una nueva aplicación ya que la actual estaba pronto de acabarla.

Me recuesto en la barra del balcón para mirar el atardecer con la torre Eiffel de testigo, era tan... horrible. No podía entender como la gente alucinaba tanto con la torre Eiffel, incluso los franceses no parecían amar aquella cosa. Sin embargo, lo fue todo ver a Faith emocionada en la mañana al pasar por la horrorosa torre al llegar a París, Vannesa y Emine no se quedaron atrás, ellas querían parar, pero Austin refunfuñón hizo acto de presencia y dijo que podríamos salir por la noche, con nuestro equipo de seguridad, dijo eso último mirándome con advertencia. Ya no habría más escapadas fortuitas para mí en lo que quedaba de gira.

Por primera vez, luego de varios años visitando Paris, vi a la horrorosa torre Eiffel como algo precioso y único, era tonto, Dustin siempre se burlaba por las muecas que hacía al Austin obligarnos a tomar una foto grupal en los campos Elíseos con la torre a nuestras espaldas, pero hoy, después de mucho tiempo, estaba deseando que llegara el momento de tomar esa foto y que las chicas estuvieran ahí con nosotros.

El teléfono suena en mi mano y lo llevo a mi oreja sin verificar quien llamaba.

—Si puedes traerme un chocolate caliente seré el hombre más feliz del planeta tierra—susurro aún observando el atardecer, sin importarme a quien le habría dicho tal tontería.

—Cuando vengas a Nueva York te llevaré a un local venezolano que está de moda, venden churros rellenos y chocolate caliente—instantáneamente sonreí al oír la voz femenina, escucharla siempre me subía los ánimos —. ¿Te apuntas?

—No estoy seguro, mi correa de perro rabioso está más corta que nunca.

—¿Perro rabioso? Pero si eres un cachorrito, Frankie—Ella se burla y debo aguantarlo, porque tiene razón, no tengo nada de perro rabioso—. ¿Dónde estás ahora?

—¿Quieres adivinar?

—Dame una pista—pone su usual voz de todo negocios, por lo que acepto en darle pistas.

—Ay una torre espantosa frente a mis ojos.

Una noche, luego de ver una película en su apartamento ambientada en Paris, le confesé mi aversión a la torre Eiffel, discutimos durante horas sobre los pros y los contras de tener una torre como esa en medio de una ciudad, ella también llegó a la conclusión de que la Torre Eiffel era una cosa terrible y que jamás debió ser construida, luego pasamos a la estatua de la libertad, la pobre señora de verde tampoco tuvo muchos comentarios positivos.

—Oh, París, cuanto te envidio, mis vistas en estos momentos son Stella y Blake meterse mano como si no hubiera un mañana.

—¡Necesitas sanar tu corazón! —escucho a la conocida voz del locutor al otro lado del teléfono, su comentario me hace reír, a ella también.

—Nunca pensé que fueras un voyeur, Penny.

—Hay cosas que nunca llegaste a conocer de mí, Frankie Howard.

Tenía razón, aunque conocía miles de cosas de Penélope Cooper y ella conocía miles de cosas sobre mí, todavía no sabíamos el cien porciento del uno y el otro.

A veces pienso que habría pasado si Penélope Cooper y yo le hubiésemos dado nombre a lo que teníamos. ¿La habrían abordado de la misma manera que a Faith? Lo más seguro, aunque físicamente Penny era lo que la sociedad pensaba que era perfecto, calientes curvas, un trasero de infarto y bonita sonrisa, pero por más hermosa y caliente que Penny fuera ella siempre se consideró un patito feo tímido que no merecía nada especial. O al menos, así se sintió por años, junto a su exnovio abusivo, hasta que Stella, su mejor amiga, le diera un puñetazo luego de que este golpeara a Penny.

—Estás pensando lo mismo que yo, ¿verdad?—su voz parecía lejana.

Penny y yo teníamos esta rara conexión de saber lo que el otro estaba pensando, sentí hace mucho tiempo esa misma conexión con alguien, Janicka, quizás por eso me sentí tan obligado a ayudarla con su problema de drogas, no quería esa vida para ella, no quería que fuera ella la que estaba detrás de las cartas obsesivas tras la banda y al final, por más que no quería cosas, por más que quise protegerla, no pude hacerlo, murió.

Quieres salvar a todos, Frankie y a veces es imposible hacerlo, dijo Penny cuando le confesé que había llamado a Killer, no sabía las razones, pero sabía por quién lo había hecho.

Quise salvarla a ella también, de su hermetismo, su timidez, de que volviera a estar con otro hombre abusivo, pero por más que pensara que me estaba enamorado de ella, no era así, nunca sentí lo mismo con Penny, no era como me sentía con Faith.

—¿Qué crees que estoy pensando?

—En Faith.

—¿Estoy pensando en ella?

—Estás pensando que quieres golpear a todas las personas que están diciendo cosas horribles sobre ella en redes sociales—Bingo, seguía nuestra conexión —, también piensas que habría pasado si nosotros hubiésemos llegado a algo más. ¿Lo habría soportado? ¿Faith aguantará tal acoso? ¿Podré confesarle a Faith que me enamoré de ella sin quererlo?

—¿Estoy enamorado?

—No lo sé, Frankie, tampoco sé cómo arreglar la metedura de pata que hiciste—Penny como siempre se escucha divertida por adivinar mis pensamientos —. ¿Chris que te dijo?

—Chris me pidió que lo arreglara—me defiendo.

—Solo que no lo arreglaste, lo empeoraste.

—Gracias, Penny—el sarcasmo brota de mí.

La chica ríe más divertida que nunca y no puedo evitar sonreír, la risa de Penny siempre me había parecido preciosa.

—Ahora me dirás que no puedo salvar a todo el mundo, ¿no?

—No, la verdad es que no. He visto los comentarios y yo misma quiero golpear a todos los que hablan horrible de ella. Solo... no seas tan impulsivo, Frankie.

—Mark dice que impulsivo es mi segundo nombre.

—Mark tiene razón, pero debes mantener la mente fría por un maldito segundo antes de hacer algo que realmente pueda manchar más las cosas.

Eran las ocho de la noche cuando empezó nuestra caminata del hotel hacia la terrorífica torre Eiffel. Estaba animado, mi charla con Penny resultó entre nostálgica y extrañable, no podía esperar a verla cuando volviéramos a Nueva York.

Todos se dieron cuenta de mi extraño comportamiento, la pequeña sonrisa en mi rostro, mis manos ocultas en los bolsillos de mi chaqueta y lo más extraño, mi silencio.

—¿Qué hiciste?—Austin me detiene agarrando mi brazo, mientras los demás se adelantan

Mi sonrisa se ensancha.

—¿Papá Austin está preocupado por su bebé?

—Frankie—dice con advertencia.

Me deshago del agarre y sigo mi camino con Austin siendo una extensión de mi cuerpo.

—No me pasa nada, estuve hablando hace un rato con una vieja amiga y me dijo algunas cosas que me pusieron pensativo.

Austin parece no creerme, pero lo deja pasar.

Cuando llegamos al inicio de los campos Elíseos, Austin nos obliga a tomar nuestra foto grupal debajo de la espantosa torre Eiffel. Siento a kilómetros a Dustin burlarse, él más que nadie sabía que no me gustaba.

—¡Chicas, intégrense! Sera una bonita foto.

Vanessa se coloca entre Mark y Chris, Emine entre Chris y Dustin y Faith entre Dustin y yo.

—¿Te pasa algo?—pregunta ella alejándonos del grupo una vez la foto estuvo tomada.

No respondo.

Observamos como las parejitas se toman su tiempo en sus fotografías y a algunos fans acercándose al darse cuenta de que somos nosotros, pero extrañamente Faith y yo parecemos estar en una burbuja, por lo que aprovecho esa burbuja al máximo.

Tomo su mano y la arrastro conmigo, caminamos por largos minutos a solas, tomados de las manos, sin que nadie se nos acerque, la burbuja haciéndonos cada vez más invisibles y una vez estuvimos a los pies de la torre hice lo que jamás pensé que haría en mi vida. Nos compré unas entradas porque subiría la horrorosa torre Eiffel con Faith a mi lado.

Impulsivo es mi segundo nombre.

¿Cuál era la verdadera razón de que la Torre Eiffel me pareciera tan espantosa?

Penny y yo llegamos a una conclusión bastante importante: La altura.

Creo que Frankie demuestra lo mucho que le importa Penny <3 Mi plan inicial al iniciar Four Chips fue unir a Penny y a Frankie, pero con el tiempo mis ideas cambiaron, sin embargo, ella es bastante importante. ¿Por qué? ¿Qué creen ustedes?

Dedicado a Andy <3 Me alegra que la historia te esté gustando tanto :)

Nos estamos leyendo :)