Las preguntas nublan mi mente,
¿por qué esto me pasa a mí?
La presión se forma en mi pecho,
me impide respirar.
Entiendo por lo que pasas,
a mí me pasa igual.
Agacharme, poner mi cabeza entre mis piernas, tratar de respirar,
ahogarme en una tina con hielo,
y preguntarme una vez más,
¿la ansiedad me está matando?
Quizás.
Solo siento que la ansiedad está acabado conmigo,
me golpea cuando menos lo espero,
ataques de pánico uno tras otro
y a veces no soy fuerte
por lo que me dejo llevar.

—Ansiedad, Four Chips.

FAITH JAMES.

Empieza tocando unos suaves acordes en la guitarra prestada, sin mirar realmente a ella o a las personas que enfocan los flashes de sus cámaras por debajo de sus narices, pareciera que está mirando hacia mí, pero es poco probable, así que imagino que no tiene un frente claro de visión. La intro se alarga nada más con el sonido de la guitarra, hasta que finalmente se acerca al micrófono.

Es posible que no me creas,
yo no lo haría si fuera tú,

pero la primera vez que te vi fue diferente para mí y puedo jurar que para ti también.

Fue inevitable no deleitarme con el color de tus ojos,
fue inevitable que mis vellos no se erizaran con el sonido de tu risa,
tan irreal como crees que suena
aquella vez también fue mi primera vez.

Tengo la mala fama,
tú eres la dulce del grupo,
somos como imanes
el negativo y positivo que se atraen.

Fue aquella vez,
Que sentí mi corazón latir diferente,
que no dormí por tenerte en mi mente.
Fue aquella vez,
que supe que era diferente,
miré a tus ojos y se sintió bien.
Fue aquella vez,
Que tomé tu mano, supe que estaba seguro y que no te quería soltar.
Solo fue un segundo, en aquella vez,
la tarde de aquel otoño, frente a la mesa redonda,
a los ojos de todos, que supe que te quería ver otra vez.

Pero no lo hice, quizás te intimidaba,
quizás no creías que mis sonrisas hacia a ti eran reales,
no me querías cerca.

Sin embargo me volví acercar años después,
aquella noche fría en tu casa,
en el balcón en donde luchabas la peor batalla.
Cuando me enteré que un monstruo acechaba tu sueños,
me juré luchar a tu lado,
para destruir al villano del cuento.

Yo sé que tengo la mala fama
y tú eres la dulce del grupo oh ohh
Pero somos como imanes
y hasta donde recuerdo, el negativo y el positivo se atraen.

Fue aquella vez,
que sentí mi corazón latir diferente,
que no dormí por tenerte en mi mente.
Fue aquella vez,
que supe que era diferente,
miré a tus ojos y se sintió bien.
Fue aquella vez,
que tomé tu mano, supe que estaba seguro y que no te quería soltar.
Solo fue un segundo, en aquella vez,
la tarde de aquel otoño, frente a la mesa redonda,
a los ojos de todos, que supe que te quería ver otra vez.

Fue aquella vez...

Frankie rasga su guitarra por última vez y el público explota en aplausos y gritos. No sé en qué momento el kneipe se había llenado tanto, pero estaba a reventar, solo sabía que tenía a Phil a mi lado custodiándome por pedido de Frankie y que el guardaespaldas parecía estar llamando a un mayor equipo luego de que la cosa parecía querer descontrolarse.

La letra de aquella canción me sorprendió, no solo por el hecho de que era romance en su estado puro y Frankie no solía escribir romance, sino también, porque tenía muchas similitudes... a mí.

Mi corazón late de tal manera que pienso que voy a tener un ataque, mis manos sudan y mis mejillas puede que estén a punto de explotar más aun al ver como Frankie trata de acercarse hasta aquí. Phil tiene que dejarme por un segundo para tratar de salvarlo.

Como dije, había nuevos comensales, en su general chicas que trataban de conseguir un pedazo de Frankie mientras este parecía reir divertido de la situación.

Me sobresalto cuando siento una mano sobre mi hombro, asustada me doy la vuelta encontrándome con Pier, quien parece algo enojado, quizás por encontrarme aquí sin su protección.

—Sígueme.

—Pero Frankie...

—Lo veremos en el auto—zanja él tomando mi mano.

Prácticamente me está arrastrando entre el mar de gente, cosa que me pone nerviosa. Chris por lo general se aseguraba de que cuando saliera conmigo fuera lo más incógnito y privado posible para evitar aglomeraciones, no me gustaban, a él mucho menos, era de las pocas veces que había tenido que ser custodiada entre cientos de personas para poder salvarme.

—¡Mira, Walda, es la hermana de Chris!

Camino mucho más rápido por delante de Pier hasta que finalmente estoy a salvo en la parte trasera del auto a la espera de que Frankie pueda salir del local.

Pier se queda fuera del auto, custodiando mi puerta, algunas chicas se acercan curiosas tratando de ver quién está detrás de los vidrios polarizados, pero entre ese hecho y la oscuridad de la calle no se les facilita la tarea.

Diez minutos después Frankie está fuera del kneipe con una horda de fans a su alrededor tratando de conseguir una foto. Frankie nunca pierde su sonrisa frente a los fans, jamás, siempre está ahí, sonriendo de par en par aun cuando se encuentre sofocado, de nuevo la sorpresa me llena al ver que no está nada contento, su ceño fruncido evidentemente marcado indica que no está feliz.

Cuando finalmente logra subir al auto lo primero que hace es disculparse.

—Lo lamento, Faith, debimos irnos cuando aquellas chicas me descubrieron, no pensé que sería tan desastroso—toma mi mano y la estrecha viéndose realmente arrepentido—. No debí tocar, de verdad, lo siento, Faith.

—Es difícil ser tú —digo en cambio en voz baja mientras me encojo de hombros.

Era difícil ser un Four Chips, lo había visto casi todos los días en Chris, lo vivía siendo la hermana de este.

Frankie suspira un poco cansado y luego mira hacia los hombres en la parte delantera del auto quienes no de veían muy contentos.

—Gracias por salvarme el trasero como siempre, Phil—El guardaespaldas gruñe en respuesta sin quitar su mirada de la carretera —. Gracias por asegurar a Faith, Pier.

—Es mi trabajo, pero quiero que sepas algo, Chris va a querer tus bolas para cenar.

Frankie parecía agotado, por lo que cierra sus ojos con fuerza recostándose aún más en el respaldar de su asiento. Pier tenía razón, cuando Chris se enterara ardería Troya y no sería muy bonito, ni para Frankie ni para mí.

Pero por los momentos eso era la último que pasaba por mi cabeza, de nuevo mis pensamientos se dirigieron a la canción que Frankie tocó en el kneipe, por lo que nerviosa toco su hombro haciendo que uno de sus ojos se abra y vea hacia mí mientras el otro permanece cerrado.

—¿Desde cuándo escribes romance?

Frankie sonríe ladino elevando una de las comisuras de sus labios.

—No lo hago muy a menudo, no tengo una musa para el romance—responde con un poco de indiferencia —. Por eso se las dejamos a Mark, su musa es Vanessa, por lo que escribe mucho romance como podrás pensar.

—Se te da bien, deberías... Uhm... Seguir intentándolo.

Frankie lo medita mientras asiente distraído.

—Penny dijo lo mismo.

Me remuevo incómoda en mi asiento recordando a la más reciente ex de Frankie, Penny Cooper, una organizadora de eventos residenciada en Nueva York con la que Frankie prácticamente tuvo que arrastrarse hasta que finalmente ella aceptó tener una cita con él.

No sabía que había pasado entre ellos dos, pero por lo que escuché de las conversaciones que los chicos tenían mientras aún vivía en casa con Chris es que parecía funcionar lo de aquellos dos y quizás era el momento de que el pene de Frankie finalmente tuviera una dueña, pero como dije no funcionó, no por mucho tiempo al menos.

Frankie rara vez tenía novias desde que lo había conocido, a diferencia de Dustin quien sí formalizaba sus relaciones a los tres días de haber conocido a una chica nueva. Frankie tenía mujeres, aventuras, follaamigas, no novias, por lo que él llamando a Penny su no novia oficial hace meses atrás había sido toda una sorpresa.

—Pues Penny es bastante sabia si piensa lo mismo que yo—comento y luego pregunto desinteresada mirando mis uñas—: ¿Es una de tus amigas?

Necesito una manicura urgente, pero no es que disfrute mucho ir a la estética, casi nunca lo hacía.

Cuando no escucho respuesta por parte del bajista levanto la mirada encontrándome con sus brillantes ojos grises.

—¿Qué?

Parecía divertido.

—Penny es una de mis amigas—confirma, sonaba como si quisiese reír, pero al final agrega—: de hecho, salimos juntos por un tiempo.

—Me lo imaginé.

—¿A qué te refieres con eso?

Me muerdo la lengua antes de responder con total sinceridad, por lo que adorno un poco mi respuesta.

—A que has tenido algún tipo de relación... directa con tus amigas—Como si fuera posible Frankie se veía aún más divertido.

—Eso no es cierto, nosotros somos amigos y la única relación... directa que he tenido contigo ha sido resolver un crucigrama

—Entonces supongo que soy la excepción.

—Me gusta que seas una excepción, así no tienes que ponerte celosa con mis otras amigas.

Espera, ¿qué?

—No estoy celosa de tus amigas—le aclaro sin importarme de que Phil y Pier estén sentados frente a nosotros escuchando nuestra conversación.

—Sí, seguro.

—Es más, no me importa con quién te juntes por ahí.

—Sí, tienes muuuuucha razón.

—¡Deja de responder con sarcasmo!—me quejo enojada.

—¡¿Yo?! ¡¿Con sarcasmo?! ¡¿Por quién me tomas, pequeña James?!

—Arg, eres imposible —me cruzo de brazos y volteo hacia la ventana para ignorarlo, pero no me pierdo su risita.

Poco después estamos bajando del auto en la parte trasera de nuestro hotel para pasar por nuestra entrada secreta. Tanto Frankie como yo guardamos silencio una vez él saco su perorata de celos.

No estoy celosa, solo tenía curiosidad sobre aquella chica. Por lo que entendía Frankie y ella habían terminado en buenos términos porque este aún la consideraba una amiga.

Una vez estamos dentro del elevador, Frankie presiona nuestro piso y luego se pone frente a mí.

—Ven, sopla en mi cara.

—No voy a soplar en tu cara—me niego horrorizada.

Frankie solo sigue haciendo gestos hacia su nariz.

—Pareces sobria a pesar de que tomaste como una guerrera las cervezas artesanales del kneipe, pero necesito saber cómo está tu aliento.

—No lo hare.

—Faiiiith—canturrea alargando mi nombre para animarme a soplar en su nariz, pero aún me rehúso—. ¡Vamos! Hazlo por una pobre alma que acaba de meterse en problemas y no quiere tener más de ellos.

Es muy probable que sea todo un descubrimiento que Frankie tenga ojos del gato con botas, incluso hizo ese gesto con sus manos como si estuviera suplicándome.

Me rindo.

—¡Bien!—Frankie festeja y luego espera que suelte un poco de mi aliento.

Soplo fuerte, Frankie inhala y vuelvo a sellar mis labios después de dejar una nube de mi aliento con olor a cerveza en aire, pero era una excusa.

Frankie roza sus labios con los míos, es tan mínimo, pero lo siento, el contacto de su labio inferior con el mío.

El timbre del elevador suena, él se aleja y me sonríe.

—¿Qu-ué f-fue...?

—Ah, estaba comprobando algo.

—¿Q-ué...?

—Ya sabes, que querías una cita tanto como yo. ¿Recuerdas lo que te dije? Si fuera una cita tendría que besarte.

Mi boca estaba abierta de par en par, Frankie camina de espaldas saliendo del elevador llevándome con él ya que tenía sus dedos enredados con los míos.

—¿Me be-besaste?

Frankie parecía enternecido por mis palabras mientras que su sonrisa de un millón de dólares está en su máximo esplendor.

—Cuando te bese de verdad, Faith, lo sabrás.

No puedo formular ni una palabra, lo único que logra romper mi burbuja de impresión es ver a un enojado Chris a las espaldas de Frankie acercarse a nosotros por el pasillo del hotel.

asdfghjkl ¿morimos? No, todavía no porque queda mucha historia y asuntos por resolver, pero podemos tener un mini infarto por este momento.

Espero que les guste el capítulo de hoy.

Nos estamos leyendo <3