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Capítulo 35

— ¡Todoroki-kun! —exclama Izuku corriendo hasta él con todo a lo que le dan sus piernas.

Todoroki Shoto se observa pálido, y sus piernas tiemblan. Se levanta como puede y se aproxima hasta Izuku. —M-Midoriya, hay algo importante que—

Y es en ese instante en que el joven cae inconsciente, e Izuku logra retenerlo entre sus brazos. — ¡Todoroki!

El hombre que le acompaña se levanta, dejando ver una gran estatura y masa muscular. —Mi maestro ha venido hasta aquí para informarle algo muy importante. —señala Inasa con su rostro serio.

Shinsou está muerto y ahora vienen por ti, Midoriya Izuku.

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Es el adiós a nuestro hogar

Por cada día que pasa, más evidente es que su mundo feliz y perfecto está cercano a su fin.

El rostro inconsciente y sucio de Todoroki Shoto no era más que una confirmación de que había llegado la hora de asumir la realidad de una vez por todas.

Izuku Midoriya no sabe qué pensar, solo entiende que el tiempo se había acabado.

Ahí, dentro de su hogar, específicamente en la sala de estar estaban todos en una clase de reunión improvisada.

—Atravesamos toda la frontera, el maestro no lo soportó. —habla Inasa esta vez sentado en el sofá color crema, mientras el pecoso pasa un paño húmedo limpiando el rostro de Todoroki tendido en el sofá más grande.

El par de escarlatas analizan al forastero con detenimiento. — ¿Y por qué tú sí? —inquiere Bakugou apoyado en la pared de brazos cruzados, mientras Tokoyami permanece sentado en el suelo con sus ojos cerrados y brazos cruzados, apoyado en la pared más lejana.

Inasa le mira honesto con su capa oscura y sucia aún cubrir sus cortos cabellos pelinegros, entonces se quita la capucha. —Soy un androide. —responde con tranquilidad. —Carezco de ese tipo de necesidades básicas que necesitan los humanos para sobrevivir.

Izuku le analiza detenidamente mientras continúa con el paño húmedo sobre el rostro de Todoroki.

Sus extremidades tienen conexiones nerviosas metálicas reemplazadas por el conducto venoso que es observable inclusive si tiene piel cubrir. Su ojo derecho es completamente robótico ajustable según los requerimientos que necesite. Además, posee un gran tamaño y masa muscular que le es útil para obtener una gran defensa y fuerza.

—Asumo que vienen de la gran ciudad de ser así. —interviene Tokoyami abriendo sus ojos con sutileza analizando al androide. —Todo científico proviene de allá teniendo en cuenta que es el único lugar en donde permiten el uso de tecnologías de alta gamma.

Inasa observa al hombre oscuro. —El maestro era de la gran ciudad, pero hemos estado por años en Cryosinova. —informa instantáneo regresando su mirada hacia Todoroki. —Shinsou también estaba con nosotros, pero la gobernación actual hace dos años ha estado alterada respecto a los científicos.

— ¿En qué sentido? —inquiere Izuku con su rostro serio dejando a un lado el paño, ya habiendo acabado con la limpieza de la piel de Shoto.

—Existe un rumor que ha recorrido la gran parte del mundo consciente, exceptuando el Exilio. —explica Inasa reacomodándose en el sofá. —Dicen que existe un experimento potencialmente peligroso para la gran ciudad y que su activación podría conllevar al caos.

Bakugou e Izuku se miran de forma cómplice de inmediato en cuanto Inasa menciona aquello.

Inasa continúa. —Desde que los gobernadores se enteraron, han estado capturando a todo científico que encuentran. Una vez los capturan, los asesinan.

Izuku abre sus esmeraldas con horror. — ¿Por qué?

—Porque representan una amenaza por sus conocimientos científicos. —agrega neutral. —Shinsou fue capturado hace tres meses, desde entonces nos hemos puesto en movimiento. Asumimos que está—

Los ojos de Inasa abren en cuanto Todoroki se comienza a remover y se lanza sobre él. — ¡Maestro! —exclama con evidente preocupación encimandose. — ¿¡Se siente mejor ahora!?

Todoroki Shoto se remueve con fragilidad y se levanta lentamente en cuanto abre con lentitud sus ojos. —Sí... —suelta instantáneo sentándose en el sofá mientras Inasa le extiende agua fresca. —Gracias. —añade bebiendo con dificultad y con su voz arenosa, con su mano apoyando su cabeza.

Es entonces que sus heterocromáticos fijan sobre el par de esmeraldas que están frente a él.

—Midoriya, capturaron a Shinsou. —suelta el joven mientras bebe agua. —Existe una alta probabilidad de que ahora esté muerto. Y ahora vienen por ti.

Los ojos de Izuku abren al instante en que tocan la puerta.

El ambiente tenso ante la reciente confesión de Todoroki genera que las miradas se fijen en la puerta como si se tratara del horror mismo.

Todos niegan a abrirla y solo se quedan ahí, en silencio con sus corazones palpitar.

Y los golpes continúan incesantes.

—Tch. —suelta Bakugou directo a abrir pero Izuku se levanta y lo frena de inmediato tomándolo del brazo.

—Espera. —susurra Izuku a su lado.

Cada vez golpean la puerta de forma más insistente. Más fuerte.

Todos se miran entre sí nerviosos y las escarlatas de Bakugou no hacen más que fruncir impacientes.

Izuku mantiene el agarre firme y le niega abrir.

Y de pronto, bajo la puerta aparece una carta.

Esperan largos minutos y una vez sienten que los pasos se alejan, Izuku libera a Bakugou de su agarre.

Izuku no lo duda, se aproxima hasta el sobre blanco y la abre. En cuanto la lee su rostro palidece. —Es... Una invitación de la gran ciudad.

—Llegamos justo a tiempo. —lanza Todoroki tocando su cabeza. —Midoriya, ellos ya saben que tú existes. Deberás irte de aquí cuanto antes.

Un remolino caótico emerge en Izuku como si todo se tratara de una especie de pesadilla. El golpe de realidad lo siente como un balde de agua fría.

Las consecuencias de los actos de sus progenitores habían llegado hasta su puerta.

De manera inevitable recuerda las palabras de Aizawa, y no podrían tener más sentido ahora.

«Sólo peleen y no permitan que los duerman. Ya les dije, el Exilio peligra, ya no habrá tiempo para vivir una vida feliz.»

El rostro de Izuku se muestra pálido y al borde de la crisis.

—Aún no. —interfiere Bakugou mientras posa su mano tras el cuello de Izuku intentando entregarle calma, a sabiendas de que el pecoso se encuentra alterado. —Debemos dejar a nuestros animales seguros. —añade entregándole una leve caricia con su dedo de forma descendente en el cuello del pecoso.

Izuku golpea con sus palmas sus mejillas pecosas, reaccionando al roce de Bakugou. —Sí, Kacchan tiene razón. —suelta decidido presionando sus puños, acercándose al ventanal comprobando que el sol está rumbo a esconderse. —Todoroki-kun, vamos a casa del maestro, ahí es donde decidiremos qué hacer.

—Hombre pájaro, tú también vendrás. —agrega Bakugou mirándole serio. —También eres importante para el plan.

Tokoyami le mira por un segundo y acaba asintiendo, reincorporandose. —El día del juicio se acerca. —suelta con sus orbes sombríos.

Nadie entiende a qué se refiere de forma específica, pero le creen. Están todos tan centrados en avanzar que solo accionan, no hay tiempo para más preguntas ni arrepentimientos.

Inasa toma a Todoroki y le ayuda a subir a la carreta. Las gallinas, Pato, la vieja vaca Sussie, la pequeña oveja y señor Pickles se desplazan con sus caras asustadas sin entender del todo qué sucede.

Tokoyami también sube a la carreta y la asegura cerrándola, ahora con un montón de plumíferos acurrucados sobre el forastero heterocromático.

Los animales de Midoriya no entienden porqué están abandonando su hogar de siempre, pero obedecen.

Todoroki observa con neutralidad el brillo del cabello peliverde que está frente a él, quien camina a un lado del rubio ceniza, mientras siente cómo la carreta es levantada y comienza su movimiento por Inasa. —Veo que lo lograste, Midoriya. —suelta observando detenidamente a Bakugou, quien guía a Sussie con la soga.

Izuku le mira y le sonríe mientras guía a la pequeña oveja a su lado. —Sí, y lo disfruté mientras pude, hehe. —responde Izuku esta vez observando a Bakugou, con sus ojitos llenos de brillo. —El día que casi pierdo la esperanza, fue justamente cuando él despertó. —añade señalando el día en que Bakugou regresó a su vida.

—Ustedes hablan mucho y yo no entiendo una mierda. —interviene el rubio ceniza con malhumor mientras Tokoyami murmura quien sabe qué cosas en otro idioma.

—Oh, es cierto. —responde Izuku cayendo en cuenta de que no había explicado nada. —Todoroki-kun es mi amigo de la infancia. Lo conocí para cuando llegamos por primera vez con el maestro.

Bakugou clava su mirada en el rostro neutral de Todoroki tras de él, mientras Pato se acurruca bajo la capucha del heterocromático. — ¿Y tú qué?

Shoto le mira sin comprender. — ¿De qué?

Bakugou rueda sus ojos con irritación. — ¿También eres un estúpido nerd como Deku? Ya sabes, de crear mierdas.

—Sí, soy un científico. —responde Shoto al instante en que Inasa le mira con sorpresa.

— ¿Soy una mierda para usted, maestro? —inquiere con dolor.

Shoto parpadea un segundo en cuanto ve el rostro doloroso de Inasa mirarle. —No.

Inasa suspira con alivio mientras Shoto observa el rostro sombrío de Tokoyami seguir murmurando. —Dijeron que eres importante para el plan, ¿también eres científico?

—Soy un brujo negro. —responde Tokoyami instantáneo. —No sé de qué forma podría ser de ayuda pero si Bakugou quiere que vaya, entonces iré.

— ¿Y qué es lo que murmuras? —inquiere Todoroki curioso. — ¿Qué idioma es?

Tokoyami omite la primera pregunta. —Latín.

Todoroki se pregunta por qué es que no respondió lo primero, pero no insiste y sólo observa a Pato entre su pecho y demás gallinas acurrucadas entre sus piernas.

—Cómo se nota que son tus animales, Midoriya. —añade Shoto sorprendido por el cariño y confianza que le entregan a un completo desconocido.

Izuku les mira con dulzura mientras sus ojos se ven completamente tristes.

Y la vieja vaca Sussie muge con amplio dolor, mientras observa como su casa se hace cada vez más y más pequeña, mientras Bakugou la guía con la soga. 

────────༺༻────────

Luego de atravesar el bosque, aprovechando que aún era el atardecer y el camino estaría despejado de los temibles Nofferius, llegaron al hogar de Aizawa, quien les miró con amplia sorpresa.

El pelinegro permanece apoyado a las afueras de su casa oscura, de brazos cruzados mientras les observa llegar.

— ¿Es la semana de los reencuentros? —inquiere apático observando a Todoroki bajar de un salto. —También te creí muerto.

Todoroki le mira neutral y se inclina con una reverencia. —Pronto lo estaré si no nos movemos, maestro. —añade pasando sin más a la casa como si jamás se hubiera ido.

Aizawa lanza un suspiro. —Sigues igual de comunicativo que siempre. —dice al instante en que observa a un hombre grande frente a él, quien se ve aparentemente inquieto y nervioso.

Inasa tensa todos sus músculos, en postura de una especie de militar. — ¡¡Mi nombre es Inasa, soy el guardián del maestro, e-es un honor para mí conocer al maestro de mi maestro!! ¡¡Gracias por la oportunidad de estar aquí!! —exclama haciéndole amplias reverencias seguidas.

Todoroki retrocede un par de pasos y le mira neutral. —Inasa, ven aquí.

— ¡Ah, sí! —exclama el nervioso hombre. — ¡¡C-con su permiso!!

Aizawa lanza un suspiro agobiado, entonces alza una ceja observando a un sujeto sombrío mirarle serio a apenas centímetros de él, invadiendo claramente su propio espacio personal.

—... ¿Y tú eres? —inquiere Aizawa observando a Tokoyami de pies a cabeza.

—Yo soy inevitable. —suelta Tokoyami mirándole serio y sin parpadear.

Aizawa de forma inmediata le observa con hastío. — ¿Ah?

—Es el hombre pájaro. —responde Bakugou seguro mientras le da un empujón con su pie a Tokoyami hacia dentro. —Es parte del plan y es mi amigo. —añade mientras le da una palmada en la espalda de Aizawa y pasa también.

Aizawa alza una ceja y repite. —Un hombre pájaro... —murmura.

Un tic nervioso nace bajo su ojo izquierdo. — ¿En qué momento mi santuario se convirtió en una especie de guardería, Midoriya Izuku? —inquiere con malhumor e impaciencia captando a su última víctima.

—Hehe...

Es lo único que sale de los nerviosos labios de Izuku mientras rasca su nuca.

Aizawa simplemente lanza un suspiro rendido, señalando con su dedo a sus espaldas. —El campo de atrás, reúne a tus animales con los míos.

— ¡¡Sí, muchas gracias!! —exclama Izuku moviéndose de inmediato con todos sus animales.

Mientras Izuku permanece activo atrás del terreno, todos los demás ya estaban sentados en la sala de Aizawa.

Entonces Bakugou recuerda que Tokoyami también tiene animales, todos particularmente de color negro. — ¿No los resguardaras? —inquiere curioso sentado a su lado de brazos cruzados.

El de ojos sombríos le mira un segundo. —Hace más de un mes que me he preparado para el día del juicio, ellos están a salvo. —suelta al instante en que Izuku entra y cierra la puerta, acomodándose en el último sofá disponible.

Momentos después, Aizawa había sido puesto al día con los sucesos.

—Entonces, parece ser que Shinsou pasó a mejor vida, ¿huh? —inquiere Aizawa meciendo su copa de vino. —Les dije que los de la gran ciudad no han dejado de moverse, pero aquí parecía que todos simplemente querían vivir una vida feliz. —añade ácido observando a Izuku de manera sutil. — ¿Qué es lo que planean hacer, mocosos?

—Uhm, bueno... La verdad es que no tenemos un plan. —responde Izuku honesto reacomodandose en el asiento.

—Sí, yo solo me dediqué a huir e informar lo sucedido, tampoco sé qué más hacer. —agrega Todoroki.

Aizawa lanza un suspiro mientras agarra su cabeza con las dos manos. — ¿Y tú? ¿Alguna idea? —inquiere observando a Tokoyami.

—Mis familiares solo me han dicho que el día del juicio final se acerca. —responde serio. —Vendrá un mar de fuego, muy pronto. —añade.

Aizawa le mira incrédulo. — ¿Ah? ¿Qué demonios eres tú?

—Soy un brujo negro y vidente. —responde neutral.

—Esto no puede estar pasando... —susurra el científico apoyando su cabeza tras su asiento.

— ¡El hombre pájaro no miente! —exclama Bakugou instantáneo. — ¡Podrá ser un imbécil que no sabe comunicarse como la maldita gente, pero jamás una especie de charlatán!

—Mira quién lo dice... —susurra Izuku y Aizawa al unísono.

— ¿HAH? ¿¡Tienen algún maldito problema, perras!?

— ¡¡Hablarle así al maestro de mi maestro es una insolencia!! —exclama Inasa infartante. —Maestro de mi maestro, por favor no lo escuche.

—Dime Aizawa, ¿quieres? —suelta Aizawa con fastidio. —Bien... Supongo que haré la cena. —añade con pereza. —Más vale que de aquí a media hora tengan alguna idea de qué hacer, todos ustedes, mocosos de mierda. —lanza en un gruñido bajo mientras su silueta se desvanece en la cocina.

—Entonces... ¿Qué haremos? —inquiere Izuku al borde de la crisis.

Bakugou Katsuki azota su palma contra la rodilla de Izuku con fiereza, generando que el pecoso sobresalte y el cenizo se levanta con decisión. — ¿Que qué haremos?

— ¡¡LE ENSEÑARÉ A TODO ESTE MUNDO DE LOCOS QUIÉN ES EL QUE REALMENTE MANDA AQUÍ!! —exclama encendido con su mano sobre sus caderas. — ¡¡ESO ES LO QUE HAREMOS!!

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