Capítulo 22
Entonces, ya ambos divisan aquel pequeño cartel improvisado que estaba clavado al lado de un rosal.
"Sección de preparativos para fiesta de la Primavera."
Algo le decía a Izuku, que estos próximos días serán muy divertidos.
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Fiesta de la Primavera II
Preparativos iniciales
Los preparativos iban como viento en popa, cada habitante emocionado por la llamada fiesta de la primavera. Un evento muy conocido en donde usualmente llegaba tanto visitante que apenas y se podía caminar. Un evento clave en la economía y también para la diversión luego de un largo año de esfuerzo.
Pero, aún si la gran mayoría de las personas están centradas en sus actividades para avanzar en la Fiesta de la Primavera, hay cierto rubio ceniza que en realidad no le importaba mucho.
Katsuki parecía lo suficientemente entretenido y concentrado en otro tipo de ambiente. Aprovechando que el pecoso estaba ido en sus propios asuntos logro escabullirse para explorar el lugar, así, había acabado paseándose de manera incesante por los árboles de aquel parque.
Y en realidad era algo que disfrutaba.
Su olfato percibe un olor dulce, es entonces que se acuclilla y observa un rosal radiante.
—Deku no las tiene. —dice al instante en que aproxima su mano para extraerla de raíz. —Ahora sí las tendrá. —añade en cuanto observa tres rosas en sus manos, permitiéndose seguir oliendolas.
El césped está fresquito y húmedo, lo disfruta con mayor intensidad al estar descalzo. Se siente verdaderamente revitalizante.
Su rostro niveo y mirada se alza apuntando sobre las pomposas nubes mientras mueve sus dedos de los pies entre el césped y tierra húmeda, siendo completamente embriagado por aquel aroma.
Sí, definitivamente sería una mañana provechosa.
— ¡Kacchan!
Bakugou quita su mirada de las nubes y observa como a la lejania el pecoso corre hacia él. Bakugou le espera.
— ¡Kacchan! —reitera ahora a su lado y con una bota negra en su mano.
Bakugou mira la bota por un segundo y luego observa sus esmeraldas otra vez, esperando a que hablara.
Izuku Midoriya alza la bota. — ¡Por favor, no dejes tiradas tus botas por la calle! —indica.
Había estado ocupado verificando sus datos de inscripción antes de comenzar a trabajar cuando Bakugou había desaparecido. Lo único que pudo encontrar en su búsqueda fue aquella bota abandonada a un par de metros de donde había estado anteriormente.
Izuku observa los pies de Bakugou que se encuentran completamente descalzos y lanza un suspiro a la vez que posiciona ambas manos sobre sus caderas, frunciendo levemente sus cejas aceitunadas. —Dios, Kacchan, no me digas que has perdido la otra... —dice al instante en que desliza su diestra por su cabello verdoso mientras observa hacia todas las direcciones. — ¿En dónde la has dejado?
Bakugou le mira aburrido. —No sé. —dice acuclillandose observando el camino formado por hormigas que escalan en un tronco. —Una de ellas lleva una hoja más grande que ella. —dice observando el sobreesfuerzo del insecto.
Izuku ríe nervioso a la vez que rasca su mejilla pecosa. —Kacchan, podrías, uh... ¿¡Escucharme!? —exclama el pecoso saliendo lentamente de sus casillas. — ¡Esas botas eran de excelente calidad! —chilla.
Katsuki rodó los ojos con pesadez. — ¡Ya te dije que no sé! —exclama, sin quitar su mirada escarlata de aquellas hormigas.
Izuku lanza un suspiro rendido. —Pero si tú no lo sabes menos lo sabré yo... —dice dejando la bota a un lado y acuclillandose a su lado. — ¿Qué es lo que observas tanto?
—Hormigas. —responde Bakugou concentrado en ellas. —Se esfuerzan tanto y tan despreocupadamente sin saber que yo puedo matarlas en cualquier momento. —dice posicionando su dedo en medio del camino, obligandolas a rodearlo para seguir avanzando.
Izuku mira atento. —Estar viendolas contigo me hace recordar... —susurra.
— ¿Recordar qué? —pregunta Bakugou.
—Las hormigas son el insecto más inteligente sobre la tierra aún si son así de pequeñas y vulnerables.
— ¿Qué las hace tan inteligentes? —pregunta el rubio sin quitar la vista de aquella que camina con su hoja gigante.
—Poseen muchísimas células cerebrales en su pequeña cabeza, para ser más exacto, tienen aproximadamente 250 mil células. —menciona Izuku, con su mano en el mentón observando a aquellas hormigas que corrían para evitar sus muertes.
Bakugou desvía su mirada de las hormigas para ahora observar a Izuku a su lado, tan cerca que podía sentir su propia respiración. — ¿Y qué es una célula?
Izuku sonríe ante la curiosidad de Bakugou, al menos significaba que no lo estaba aburriendo con sus datos científicos. —Velo como la unidad casi más pequeña que nos conforma pero que al mismo tiempo es la que se encarga de mantenernos con vida. Ahora imagina un millón de ellas trabajando duro para que podamos respirar, comer y simplemente existir.
Cada vez que Izuku comenzaba a hablar de eso que tanto le gusta, Katsuki le mira atento. Katsuki sabe que Izuku ama hablar de esas cosas, porque sus esmeraldas brillan más de lo habitual.
Izuku mantiene su mirada sobre las hormigas mientras continúa. —Oh, también son muy veloces. Pueden correr hasta ocho centímetros por segundo, es como, uhmm… —suelta posicionando su mano sobre su mentón en busca de un ejemplo correcto. —Es como si tú corrieras a una velocidad totalmente anormal y llegases a una ciudad algo lejana, en una hora. ¡Ah, y además! —exclama sonriente a la vez que gira su mirada para ahora observar las escarlatas se Bakugou sobre él.
En un principio Izuku no lo entiende, pero al observar aquel par de pupilas se detiene de inmediato bajando su mirada y acomodando su camisa, quedándose completamente callado por unos segundos. —Perdona, no quisiera aburrirte con mis ñoñerías. —dice, acostumbrado a que las personas se alejaran de él en cuanto comenzaba a expresarse.
Bakugou acerca su mano hasta el mentón del pecoso, levantandolo lenta y suavemente, obligandolo a mirarle a los ojos otra vez. — ¿Y además? —inquiere esperando y notando como levemente las mejillas pecosas adquieren un leve tinte rojizo. —No te dije que te detuvieras, Deku. —insiste, dejando su mentón libre a la vez que se acomoda en el césped.
Izuku siente como de pronto Katsuki comienza a tocar sus piernas. — ¡¿Q-qué es lo que—
— ¡Estiralas! —exclama Bakugou tratando de hacerlo él, Izuku las estira y el rubio de inmediato apoya su cabellera rubia ceniza en sus piernas.
Katsuki ama apoyar su cabeza en las piernas de Izuku, eran suaves y amables, como él.
— ¿Bueno y además? —inquiere esperando la continuación de su relato.
Izuku parpadea para entonces continuar, esta vez muy nervioso ya que no esperaba que Katsuki quisiera apoyarse sobre sus piernas frente a la sede de preparativos. —¡A-ah, bueno! —exclama mientras rasca su mejilla pecosa. —Uh... Creo que lo olvidé. —añade avergonzado.
— ¿¡Hah!? —exclama Bakugou abriendo sus escarlatas irritado. — ¡Hace apenas un segundo estabas hablando sobre eso, Deku! —exclama el rubio indignado.
Izuku lanza una risa nerviosa. —Ya sé, ya sé... —dice avergonzado. — ¡Ah, este es mi dato curioso favorito! —suelta recordando al instante en que posa su mano sobre los suaves cabellos dorados de Bakugou. —Escucha esto, las hormigas, son los únicos insectos que pueden enseñar o dar instrucciones. Son conocidos como unos maestros excelentes, que instruyen a las hormigas novatas de manera eficaz.
—Ehh... —suelta Bakugou cerrando sus ojos. — ¿Y cómo es que los humanos saben tantos detalles acerca de un insecto tan pequeño que no se puede comunicar con ustedes? Me huele a basura. —susurra relajándose cada vez más ante las caricias del pecoso en su cabellera.
Izuku lo medita un rato. —Pero así es la ciencia, supongo que lo han investigado lo suficiente para descubrir hechos concretos que lo demuestren. —responde.
—Entonces los hechos demuestran que tú podrías ser una hormiga.
Izuku parpadea ante esa conclusión. — ¿Eh?
—Eres esa hormiga que estaba cargando una hoja más grande que su propio cuerpo. Una hormiga torpe y muy esforzada. —dice al instante en que abre sus ojos y la busca para señalarla. —Mira, esa es.—indica señalando con su dedo índice a la pequeña hormiga que desde un comienzo, no había querido matar. —Esa hormiga es torpe, y muy esforzada, como tú. Además, ella quiere llevarse toda la carga para que las demás puedan caminar tranquilas. —dijo, girando su mirada escarlata hacia Izuku, quien estaba ahora a su lado a nada de distancia, observando detenidamente el caminar de la hormiga.
Sentía el roce de su hombro con el del peliverde, y le gustaba.
—Ehh… —susurra el pecoso ensimismado en la hormiga, que caminaba sin cesar con la hoja.
—Además te gusta enseñar, eres como un libro abierto, Deku.
Izuku sonrió con ternura y se giró de manera lenta para observar al rubio que ahora mantenía su mirada sobre la hormiga. —Soy una hormiga torpe, y tu eres una hormiga salvaje, como aquella mira. —señaló esta vez el peliverde, Katsuki dirigió su mirada con curiosidad hacia aquella hormiga.
Era una hormiga que corría sin cesar por todos lados y levantaba las patas, aparentemente, según lo que se podía apreciar, estaba muy molesta.
Katsuki chasqueó la lengua sin dudarlo apenas divisó la hormiga, lanzándole una mirada molesta a Izuku, quien se reía de manera leve.
—Es broma, es broma. —susurra, no hacía falta hablar normal estando tan cerca de su compañero.
— ¡Oigan, chicos!
Ambos se giraron de inmediato para divisar a Kirishima sonriente acercándose veloz hacia ellos.
El pelirrojo llega con una sonrisa radiante posicionando una de sus manos sobre sus caderas. — ¡Hombre, no dejes tiradas tus botas por los mesones, las terminarás perdiendo! —Exclama con la bota agarrada firmemente en su mano derecha.
Izuku suspira aliviado. —Con que ahí estaba... —dice levantándose al mismo tiempo en que se sacude. —¡Kirishima–kun, gracias! Hace apenas unos minutos estaba buscándola. —aclara tomando la bota y dejandola junto a la otra de manera ordenada. —Muy bien Kacchan, ya fue suficiente de descanso, debemos ir a trabajar. —dice esta vez sonriéndole, mientras le extendía las botas.
Katsuki no tiene más opción que levantarse también, es entonces que coge de las rosas que en un inicio había arrancado para extenderselas a Izuku. —Ten, para que también las veas en nuestro jardín. —dice al instante en que comienza a avanzar junto a Kirishima. — ¿Y qué se supone qué tenemos que hacer? —inquiere con sus manos entrelazadas tras su nuca perdiendose junto al pelirrojo.
— ¡Tenemos que continuar con las decoraciones! —exclama el pelirrojo. —Como Kaminari sabe de carpintería se nos hará mucho más fácil.
—Kacchan... —susurra Izuku enternecido viendo como la silueta de Bakugou desaparece rápidamente, con aquellas rosas pegadas en contra su pecho. —Gracias. —susurra mientras las huele de forma sutil con una sonrisa.
...
— ¡Golpear, golpear! —dice Kaminari Denki con el sudor recorriendo por su sien. — ¡Si algo me enseñó muy bien mi padre es que no hay mejor manera de golpear que imaginar a quien más odias siendo la madera! —dice sonriente mientras acaba de martillar un mesón.
Bakugou Katsuki alza una ceja al instante que se cruza de brazos. — ¿Y a quién se supone te imaginas? —inquiere.
Kaminari Denki detiene sus martillazos. —A nadie. —suelta al instante en que empequeñece sus ambares. —Por el momento... —susurra.
— ¿Y cómo sabes cuando odias a alguien?
Kaminari se mantiene pensativo por un segundo. —Hmm... Simplemente lo sientes hermano.
—Quieres despedazarlo. —responde Kirishima llegando con cuero negro sobre su espalda. —Con solo ver su silueta o escuchar su voz te irrita lo suficiente para sentir deseos de golpearlo. —continúa el pelirrojo con sus escarlatinas molestas.
Katsuki Bakugou escucha atento aún de brazos cruzados. —Entonces odio a muchas cosas. —responde observando como Izuku trabaja arduamente a la lejanía barnizando una escultura de madera.
—Son conceptos diferentes. —responde Kaminari. —Odiar un momento u objeto en específico es diferente a odiar a algún sujeto, supongo. El nivel de odio crece tanto que sientes que no puedes controlarlo fácilmente. —dice mientras continúa martillando. —Cuando adolescente odié tanto a un sujeto porque era mejor en todo lo que yo hacía, y me trataba de torpe. Se burlaba se mí, y yo por otro lado me sentía muy inferior a él.
Kirishima le escucha atento. — ¿Y entonces qué pasó?
—Nos golpeamos lo suficiente para no querer volver a vernos jamás. Es Monoma. —dice observando a Kirishima.
Kirishima parpadea incrédulo. — ¿¡Monoma!? Hmmm... Dicen que se mudó a la región vecina luego de problemas familiares. —apresura a responder.
Katsuki rueda los ojos, esta conversación ya se estaba transformando en aburrimiento absoluto, es por eso que da la media vuelta rumbo a hacer algo productivo.
Es en ese momento en que nota a dos hombres intentando levantar un gran pilar. Es por eso que no demora en intervenir y posicionar el pilar entre su cuello y hombro derecho. — ¿Hacia dónde lo necesitan llevar? —inquiere.
Ambos sujetos sonríen acostumbrados de la buena voluntad de las personas que suelen vivir en el pueblo.
—Hacia el mercadillo, vamos. —indica el castaño quien lleva la delantera, así, los tres avanzaron hacia el lugar notando como todas las personas abren el paso para no estorbar.
— ¡Aquí estará bien, a las tres! —exclama a la vez que posicionan el pilar sobre otro que ya habían llevado previamente. —Gracias fortachón, nos has aliviado muchísimo el trabajo. —apresura a decir.
Katsuki solo rasca su cabeza, no sabe muy bien qué responder al respecto. —Si tienen otro puedo seguir ayudando, allá adentro es aburrido. —dice honesto provocando que ambos lancen una carcajada.
—Seguro más tarde te necesitaremos, ánimo con estar ahí dentro.
Katsuki lanza un suspiro pesado de sus narices, realmente no quería volver. Es por eso que procura simplemente dárselas de observador en el mercadillo, caminando tranquilamente por el lugar.
— ¿¡Izuku-kun está ahora ayudando en el taller central!? —exclama de pronto Uraraka Ochako a todo pulmón dejando de lado las frutas que estaba ordenado. — ¡Tsuyu-chan, debo ir a saludarlo! —insiste.
Katsuki pausa su caminata de inmediato y observa el cómo con un par de intercambios con una chica de cabellos negros, la castaña desaparece de su visión.
Bakugou mantiene su mirada fija hacia su próximo destino. —Es hora de volver al taller. —susurra de forma pesada y amenazante.
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Holis, ¡estoy muy alegre de estar aquí! Esperando que estén super, paso a informar que a partir se esta semana, todos los jueves habrá actualización, a ver si así avanzamos más rápido.
¡Buenas noches! ❤
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