Capítulo 03.
Jungkook esperaba a que Seokjin llegara con su café habitual, no tuvo un buen inicio, el día empezó siendo una total y rotunda mierda para el alfa, desde temprano su madre estuvo llamándole para seguir insistiendo en que llegara a casa y que llevara a un omega a la cena del 24.
Además, su edificio fue tan adornado que parecía el mismo polo norte, gente y más gente en las calles ocasionando tráfico, miles de luces por toda la jodida ciudad que gastaban sus ojos.
Jongin le pasó la llamada y maldijo internamente cuando empezaron una acalorada discusión.
—¿Kook?
—Adelante, Seokjin.
El omega caminó con cuidado por la oficina, ya que se encontraba completamente oscura.
—Aquí está tu café —lo dejó junto a la mesa ayudando al alfa a incorporarse—. No fue una buena mañana, ¿no es así? —afirmó viendo el estado del pelinegro.
—Fue una jodida mañana.
—¿Ya comiste? —preguntó preocupado.
—Sí, gracias por preguntar.
—¿Tomaste alguna pastilla para el dolor?
—Así es, pero no han sido de mucha ayuda.
—Te agendaré una cita con el médico.
—Dirá lo mismo de siempre —bufó—. Busque paz, coma bien y bla-bla-bla.
—No sé qué más podemos hacer por ti —se lamentó el omega comprendiendo al alfa.
—Nada, todo está bien, ¿algún inconveniente en la empresa?
—Deiji de recursos humanos, ¿la recuerdas?
—Claro, Lee Deiji, la alfa embarazada.
—Exacto, su esposo mandó un recado diciendo que entró en labor de parto.
—Supongo que son buenas noticias —comentó alegre.
—Por supuesto, ya me encargué de enviar un presente, el problema es que ella era la encargada de la decoración de la empresa.
—¿Decoración?
—Sí, Jungkook, ponto será Navidad, ¿recuerdas?
—Puta mierda —se frotó las sienes—. Que no se haga nada este año, simple.
—No puedes decir algo como eso, ¿cómo te atreves?
—Me ahorraré disgustos...
—Nada de eso, es la época que todos esperan para pasarla bien.
—Bien, ¿qué tienes en mente?
—Hace unos días cuando fui a dejar el aroma al señor Cho, me topé con unos decoradores, si deseas puedo contactarlos.
—¿Eran buenos?
—Me dejaron sorprendidos y sabes que difícil es eso.
—Perfecto, encárgate de todo, si necesitas algo me avisas.
—Muy bien —se levantó yendo por unos calmantes.
—Iré a llamar dentro de un momento, Namjoon se encargará de todo, no te preocupes.
—Gracias —respondió ya recostado con un tipo gorro que sacó de la mini nevera que Jungkook tenía en su oficina. Era de mucha ayuda para menguar sus migrañas.
✧✦✧
Jimin se encontraba anotando algunos cambios que debía hacer para una inauguración de un hotel, desde la ubicación de muebles hasta el color de las paredes.
El teléfono sonó, de inmediato lo tomó respondiendo.
—Hola...
—Hola, ¿habló con Jimin o Taehyung, de Fantasy?
—Así es, saluda Jimin, ¿con quién tengo el gusto?
—¿Qué tal Jimin? Soy Seokjin, no sé si te acuerdes de mí, te conocí en el evento de la empresa del señor Cho.
—Claro que sí, es un gusto saludarte, dime, ¿qué puedo hacer por ti?
—Gracias, te llamaba para saber si tienes espacio disponible, trabajo en una perfumería y nos encantaría que hagas tu magia.
—Con gusto, ¿algún evento en especial? —preguntó anotando todo en una agenda.
—Por el momento no, solo necesitamos decoración navideña, ya falta poco y no hemos podido hacer nada por este lugar.
—Perfecto, solo me avisas que día para verificar si no tenemos alguna cita agendada.
—Que sea cuando tú puedas, ¿qué te parece?
—Bien, permíteme —revisó el calendario—. Mañana estoy libre, si están seguros de trabajar con nosotros, entonces podríamos iniciar cualquier día de esta semana, solo que sea por la tarde o noche.
—Perfecto, te espero por la tarde, puedes preguntar por mí o por el jefe de la empresa, el señor Jeon.
—Está bien, no te preocupes.
—Gracias, Jimin, muchas gracias por aceptar.
Se despidieron y el alfa anotó las fechas en su agenda para tener seguro el día. Por el momento ha salido de los eventos más grandes, únicamente tenía unas cuantas cenas para algunas empresas y Taehyung se hizo cargo de muchas de ellas.
Se dejó caer después de unos momentos de llamadas y confirmaciones de banquetes y algunos pedidos de licores solicitados.
La puerta sonó —Adelante...
—Señor, Park.
—Hola, Lia, ¿qué sucede?
Algo sonrojada, pestañeó sacando el aire que estaba atorado en su pecho —Yo me preguntaba si usted iría a almorzar.
—No me di cuenta de que ya era tarde.
—Lo es —sonrió.
—Aún debo de hacer algunas cuantas cosas.
—Bien... yo solo, ¿desea algo?
—Sí, ¿serías tan amable de conseguirme alguna ensalada?
—Claro —dijo emocionada.
El alfa iba a sacar su billetera —No, señor, déjeme invitarle —sonrió algo apenada.
—Lia...
—Es como agradecimiento, mi alfa y yo estamos muy agradecidas con usted y con el señor Kim por darnos la oportunidad de trabajar en su empresa.
—No digas eso, han sido muy buenas, Yeji es un gran elemento para el equipo.
Sonrojada la omega sonrió orgullosa y feliz por la forma que su jefe se expresaba de su alfa.
—Gracias, ahora estamos viviendo en un apartamento más grande y todo ha ido bien.
Él sonrió enternecido recordando el día que las conoció, Yeji estaba preocupada porque ambas trabajaban en un restaurante haciendo servicios de limpieza, no recibían buenos tratos y la paga no era ni el mínimo, la omega se encontraba llorando porque alguien intentó propasarse con ella, era tan pequeña y delicada.
Algo en él se conmovió al ver a la alfa y omega cuidarse mutuamente y no dudó en acercarse, ambas con algo de miedo aceptaron la tarjeta y al siguiente día estaban en las puertas de su empresa preguntando por él y de ahí el resto es historia.
—Que sea la última vez, ¿bien? No quiero causar malos entendidos con tu alfa.
—Fue ella la de la idea, ella lo hizo con el señor Kim —ajustó sus gafas en el puente de su nariz.
—Entonces que así sea, agradécele por mí —sonrió.
—Muy bien, gracias por aceptar, señor.
—No me llames señor...
—No se ofenda, es solo respeto.
—Claro que no, si gustas que sea así, pero si puedes llamarme Jimin, te lo agradecería —hizo un pequeño levantamiento de hombros mostrando su sonrisita.
La omega salió y Jimin continuó con su trabajo, al rato ella llegó muy feliz dándole el recipiente más una bebida, el alfa agradeció y regresaron a sus trabajos.
Pasó la tarde y su alfa amigo regresó de la ida al médico con su omega, Taehyung le insistió ir a cenar así que le acompañó agradecido de no estar solo estos días.
Al llegar un ambiente lindo, cálido y muy navideño lo recibió. El omega de Taehyung, era según el más fanático de la Navidad que el mismo castaño.
Se acercó saludándolo con un fuerte abrazo, él le sonrió dándole la bienvenida. Pasaron al comedor y Taehyung se encargó de servir la cena.
Los tres sentados tomaron sus manos agradeciendo por la comida en la mesa, Hoseok pidió por todos aquellos que no tenían y rogó para seguir ayudando a quien lo necesitaba.
Era algo que los tres hacían, iban a las calles o a los albergues a dejar alimentos o utensilios de limpieza, algo que practicaban seguido, así fue como Taehyung conoció a su omega.
—¿Cómo te fue en las terapias? —preguntó luego de cenar esperando por el postre.
—Bien, gracias por preguntar, estar sentado en esta silla es algo complicado, pero el doctor dice que he progresado, ¿verdad, amor?
—Así es, mi Hobi es el más fuerte —Taehyung venía con un pastel en manos, beso la frente de su omega—. Y es por eso que estamos celebrando.
—Me alegra escucharlo, ya verás que pronto andarás de nuevo.
—Cuando logré caminar con el bastón casi lloré de felicidad, pensé que nunca podría hacerlo, pero gracias a mi lindo alfa todo ha sido tan fácil y sencillo —los ojos del alfa se llenaron de lágrimas, tomó la mano de su omega y depositó un tierno beso en él.
—Es por ti, y estoy muy orgulloso.
Jimin los admiraba tanto, hace apenas unos meses el omega sufrió un percance en su trabajo, quedó paralizado de la cintura hacia abajo, fue un golpe duro para su amigo, pero ambos fueron fuertes y han logrado superar la situación.
Hoseok en sus últimas sesiones ha usado bastón para caminar y dejar poco a poco la silla, aún se le dificultaba, así que seguía al pie de la letra con las indicaciones que sus médicos le daban.
Al terminar ayudó a limpiar la mesa, dejó a la feliz pareja y fue a casa, al recordar la cita de mañana un nuevo sentimiento le emocionó y no sabía el porqué, su alfa se encontraba feliz sonriendo sin ningún sentido.
✧✦✧
Al llegar la tarde del siguiente día, el alfa aparcó llegando a la dirección que Seokjin le había indicado.
Bajó del auto ajustando su ropa abrigadora, el frío era un poco más fuerte, caminó y sonrió al instante cuando vio a un pequeño grupo de personas, en su mayoría omegas y betas, cantando en las calles, dando el ambiente perfecto a la tarde fría.
Siguió su camino hasta estar frente, un amable señor le abrió la puerta, Jimin quedó embelesado por el tamaño de la empresa y el complejo de oficinas que estaban en los otros dos niveles de arriba, era lujosa, estética, con un recibidor muy amplio, y muchos finos acabados de madera, estando en la planta baja apreció los ventanales de cristal que dejaban ver la gran ciudad.
Su mente empezó a maquinar muchas ideas para realizar, e inmediatamente imaginó una decoración tradicional, por lo regular este tipo de empresas siempre buscaban la Navidad elegante en colores como azul y plateado, pero las terminaciones de madera y el olor fuerte a caoba le hizo pensar en la Navidad tradicional.
Se acercó a la secretaria preguntando por el omega, ella le informó que no se encontraba en la empresa. Entonces el alfa solicitó ver al dueño, amablemente la beta le pidió subir al segundo piso indicándole donde se encontraba el elevador —Al llegar se encontrará con el secretario personal del señor Jeon, dígale que lo envía el señor Kim y lo dejará pasar sin problema —la beta indicó amable.
—Gracias —sonrió dirigiéndose a donde la recepcionista le indicó.
Desde que puso un pie en el elevador su corazón empezó a palpitar rápidamente, su alfa de nuevo empezó a sentirse inquieto.
Las puertas abriéndose y el típico sonido de llegada le hicieron ver que se encontraba en el piso indicado.
Salió caminando por un pasillo y de inmediato se encontró con muchos empleados caminando de un lado a otro. Preguntó por la oficina del jefe y amablemente un alfa le señaló el camino.
Se dirigió hasta llegar frente a un escritorio con un omega detrás de él.
—Buenas tardes —saludó amable.
—Si diga —el omega detrás de la computadora no le dirigió la mirada.
—Tengo una cita con el señor Jeon, el señor Kim me envió.
El omega le vio achicando los ojos —¿Motivo de su visita? —algo arrogante preguntó.
—Decoraciones.
El omega frunció el ceño, viéndole como si fuera algo ridículo, tomó el teléfono —Aguarde un segundo —pidió.
—Muy bien —respondió amable, girando y trazando muchas ideas en su mente, se acercó a la orilla apreciando la planta baja, desde ahí se imaginó un enorme árbol con muchos regalos debajo de él. Algunos listones enrollados en el barandal de las gradas que estaban al lado y...
Fue interrumpido por el omega que seguía viéndole extraño —Puede pasar.
—Gracias.
Se acercó a la puerta, un olor picante rozó su nariz haciéndole cerrar los ojos, canela y café espeso, dio tres golpes sobre la fina madera.
—Adelante —escuchó una voz que le hizo temblar las piernas, su alfa algo inquieto lo hizo sentirse algo ansioso.
Suspiró nervioso.
Giró el pomo, su corazón latió más rápido escuchando el clic de la cerradura.
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