•°•~CINCUENTA Y SIETE~•°•
-Toma -le dijo Zane acercándose.
Cole despegó la mirada del periódico y se encontró con que el rubio sostenía una cuchara.
-¿Qué?
Zane le sonrió, mirándolo con sus orbes azules.
-Prueba esto y dime si está salado -le tendió la cuchara con un líquido humeante.
-¿Me vas a dejar probar antes de que termines? -le preguntó incrédulo.
-¿No puedo pedir la opinión de mi novio? -le sonrió.
El pelinegro apartó la cuchara.
-Buen intento, pero eso es trampa -lo señaló con una mirada pícara.
Zane rodó los ojos.
-Bien -bufó y pareció darse por vencido.
En seguida se fue de nueva cuenta a la estufa, Cole se acomodó en la mesa y siguió leyendo.
Minutos después Zane regresó y se puso a su par. Cole se levantó de la mesa.
-¿Terminaste? -le dijo a la vez que lo tomaba por la cintura.
-No sé -respondió -Tu dime.
El rubio le echó las manos al cuello y le plantó un beso que Cole le correspondió con mas rapidez. Se besaron hasta quedarse sin aire.
-Tramposo -murmuró Cole sobre sus labios.
Zane sonrió victorioso.
-Nunca dijiste que yo no podía probar la sopa y luego besarte -soltó una risita -¿Y bien?
-El beso, perfecto -dijo volviendo a besarlo.
-¿Y la sopa?
-Le falta sal.
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