Origen de Claude y Jean - El Funeral
El funeral de su padre había sido una de las experiencias más extrañas de la vida de Claude. Por un lado, estaba entristecido por la pérdida, y dolido por haber presenciado la muerte de su progenitor, en primera persona. Por el otro, estaba feliz de verse libre de todos los problemas que él significaba.
George nunca había sido un buen hombre, mucho menos un buen padre.
Y aunque varios de sus familiares estarían más que dispuestos a defender su honor y afirmar lo contrario, Claude no era uno de ellos. Su fallecida madre – que en paz descansara- no era una de ellos. Diablos, ¡Ni siquiera el desgraciado de su hermano lograría apoyar a alguien tan cruel y egoísta como el señor Chassier!
Hablando de la plaga, Jean no paraba de mirarlo. Desde que ambos entraron a la iglesia aquella mañana, sus ojos claros se habían mantenido clavados en él. Y ahora que el ataúd estaba siendo removido del templo y llevado a un carruaje, para ser desplazado al cementerio, Claude entendió el porqué.
Quería charlar con él.
- ¿Me darías un momento de tu día?
- Ya te dije que no quiero oír nada sobre lo que tú y esa... mujerzuela quieran decir.
- Esa mujerzuela es tu esposa. Más respeto.
- La respetaría si hubiera tenido la decencia de serme fiel. – Claude señaló, con una rabia mal disimulada. – Ahora vete. Ya dije que...
- Ella se arrepiente de lo que hizo.
- Pero sigue viviendo contigo.
- ¿Cómo podría volver a tu lado? ¿Después de todas las cosas horribles que le dijiste?
- ¿Y por acaso me equivoco en estar furioso?
- No, pero...
- Jean. – Claude lo cortó. – Pediré el divorcio y eso ya está decidido. Ustedes dos podrán vivir su linda fantasía romántica bien lejos de mí. ¿Qué más pueden querer?
- Tu perdón.
- ¡Ha! – el hombre soltó una risa resentida y giró sus ojos azules al carruaje fúnebre. – Observa bien ese ataúd, hermano mío... Porque solo cuando mi cuerpo descanse en él, y mi alma sea reunida con el Padre, será cuando te entregaré mi perdón. Mientras yo viva, ambos no lo tendrán nunca. – volvió a mirar a Jean. - ¿Me hago claro?
Claude no esperó por una respuesta. Cojeó junto a su bastón hacia el vehículo, se subió al pescante, sentándose al lado del cochero, y se marchó de la iglesia sin mirar atrás.
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Este fue EL cuento que me hizo ganar una nota super alta en lenguaje y que hizo a mi profesor decir "deberías ampliar esta historia"... Lo que me llevó a escribir una novela de ficción histórica de 1700 páginas :D
Pero en fin, tomen... más concepts del año 0
Ah, sí... ¿Y ya he mencionado que en el manuscrito perdido Jean en realidad no se va a la cárcel, sino que es encerrado en un manicomio?... :D
Y aquí la portada original del manuscrito perdido (Borré mi nombre real, pero el resto no ha sido alterado):
Ese era el título original de Traición y Justicia jeje
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