Me vuelvo.
Entonces esa mujer sabia me dijo que el polvo no podía volverse a juntar.
La cosa es que yo por ti me vuelvo agua, vapor o aire y esas cosas no se pueden atrapar...
Ni con tus manos ni con las de nadie más.
Supongo que es tu recompensa al fin de cuentas...
Supongo que no entiendes, que no lo sabes.
Hay acciones invaluables que no por ello se vuelven reliquia.
Tú volviste vestigio mi buena voluntad. Arrancaste algo que se tenía que quedar.
Y ahora me vuelvo pedazos rotos.
Rotos y cansados de juntarse.
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