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Capítulo 2: Hora De Chocolate

La suave brisa acariciaba su piel, mientras que los rayos de sol la mantenían en temperatura. Hacía dos años que vivía en esa pequeña ciudad. La primera vez que llego pensó que era un espectáculo de la naturaleza.

Ubicado en las faldas de la , lo que le añadiría los elementos naturales peculiares de la faja litoral era la espesa fauna y flora que abrigaba a las montañas que rodeaban a la pequeña ciudad.

Ella amaba estar en ese lugar. Claro que al principio lo odió con toda su alma, pero por sus estudios y sobre todo por su familia, había decidido ir a vivir en las Havsberg. Todo por estar cerca de sus abuelos.

Eva se encontraba muy concentrada en su bosquejo. Siempre que tenían sueños tan reveladores o que la dejaran tan exaltada. Escribía de ellos o solo lo dibujaba. En esta ocasión escribir no fue suficiente para sacarse de su cabeza ese mundo tan extraordinario que había conocido.

Era la tercera vez que soñaba con ella siendo una cazadora.

Y las dos últimas veces, lo que había soñado se había cumplido. No exactamente igual, pero si había muchas cosas que la perturbaba. Sobre todo porque ni Vania y mucho menos Gaia, le contestaban el teléfono. Lo cual era raro porque nunca dejaban de atender una llamada suya.

Cierto que ya no se veía como antes. Pero esa no era razón para desentenderse de sus mejores amigas. Sus hermanas del alma. Estaba inquieta y eso se notaba por el constante movimiento de su pie izquierdo, que no dejaba de dar saltitos en su sitio.

Miro fijamente su dibujo antes de ponerse a sombrearlo y darle vida como a los otros cuatro que ya había acabado esa misma tarde. Solo dos horas le tomo para dibujar y darles color a los personajes de su sueño.

Una Vania, con ropa ajustada de color morado muy oscuro. Gaia con un traje similar pero de color vino tinto casi negro. La hermosa imagen de un tigre de bengala negro y franjas blancas. Le parecía tan fascinante. Y no pudo faltar el inquietante y perturbador oso grizzly.

Justo estaba por darle vida a su "autorretrato" cuando una llamada la interrumpió. Era su amiga Isabel quien aparecía en la pantalla de su teléfono.

-Holo Is-dijo apenas descolgó la llamada.

-Holo Ev.

Isabel era la única persona en todo el mundo que le decía "Ev" según ella, era su forma de marcarla. De decirle al mundo; ¡Ey! Evangeline es mi amiga y soy la única con el derecho de decirle Ev. Nunca olvidaría el día que le dijo esas mismas palabras.

- ¿Qué haces?-curioseó Isabel.

-Estoy en mi receso largo, dibujando.

Hubo un leve silencio al otro lado de la línea.

- ¿No soñaste conmigo, verdad?-indagó.

Evangeline solo pudo reír por su pregunta.

-Ev, hablo en serio-lloriqueó-Mira que la última vez que soñaste conmigo me caí de las escaleras.

Su amiga solo podía reír y reír. No le diría nada por un rato solo para hacerla sufrir.

-Solo dibujas cuando sueñas cosas fuertes-le recordó y con voz preocupada dijo- ¿fue grave?

-No, no soñé contigo y sí, fue un poco intenso.

-Bueno, olvidemos esto-cortó Isabel-lo importante es que no soñaste conmigo.

-Tan linda, siempre preocupándote por los demás-ironizó Evangeline.

- ¿Que quieres qué te diga? Soy como soy y nadie lo puede evitar-contestó Isabel- por cierto ¿A qué hora sales?

Eva sé lo pensó por un momento.

-Tengo dos clases más. Pero creo que estaré libre en tres horas.

-Bueno, las chicas estarán en la cafetería por si te nos quieres unir-dijo su amiga.

-Claro. ¿Nos vemos a las siete?

-Perfecto. Nos vemos más tarde.

Una vez que se despidió de su amiga, tomó todos sus materiales y los guardó en su bolso para dirigirse a clase de ilustración. En su cuarto semestre de diseño, ya veía materias como Práctica Profesional y Taller Identidad. Esa última era la materia con más horas en la semana.

Medio la fastidiaba las seis horas que monopolizaba de ella cada semana. En cambio las otras materias mencionadas e Ilustración no clamaban tanto su tiempo. Sin contar las clases que le daban en varios de los club que ofrecía la universidad. Amaba tanto los clubes de Diseño Editorial Experimental y Serigrafía que eran materias electivas. En cambio Manga y Prototipo 3D eran las de autodesarrollo que eligió para ese semestre.

Colocándose una chamarra de cuero de color marrón sobre su franela gris, para cubrir su cuerpo del frío que hacía comúnmente en el salón de clases. Con pasos rápidos pero firmes con sus converse de blue jeans, iguales a sus pantalones de mezclilla.

Entró al aula correspondiente antes de que el profesor cerrara la puerta con seguro. Una vez todos los alumnos estaban en sus respectivos puestos o por lo menos todos los que pudieron llegar a tiempo, dio como señal al profesor para iniciar su charla habitual.

- El ilustrador es el profesional capaz de definir conceptos y mensajes verbales en imágenes correspondientes a las exigencias de los proyectos asignados...

Que profesor más flojo y poco creativo. Pensó. Eso ella lo había leído en el pensum de su carrera hace ya dos años atrás. Por lo menos pudo haber inventado algo mejor para que sus alumnos se sientan más interesados en esa materia. Olvidándose completamente de su profesor flacuchento, que tenía más entradas que un estadio de baseball. Decidió que le regalaría más de su tiempo a la ilustración que estaba a medio terminar.

Sacando de su portafolio el bosquejo de su "yo más agresiva y sanguinaria" se dispuso a sombrear y delinear con su lápiz 2HB. Solo para marcar trazos y luego después modificarlos con su otra pluma 6B ponerle líneas más gruesas y tonalidades obscuras. Ya después le haría sombras y luces con los carboncillos en casa.

Las horas entre clases pasaron volando, llevando a su fin el ciclo de su jornada estudiantil. Guardando todos sus útiles en su morral negro. Emprendió el camino al estacionamiento de campus y trató nuevamente de llamar a sus dos amigas. Ocupado.

Concluyó que intentaría más tarde, ya que no podía estar manejando en carretera y estar pendiente del teléfono al mismo tiempo. Lo guardó en el bolsillo de su chamarra de cuero a la vez que sacaba las llaves del carro.

Un viejo Buggy de color rojo, donde difícilmente cabían cuatro personas la esperaba al lado de un Jeep cuatro por cuatro verde. Lanzó su mochila en la parte trasera mientras abría la puerta de su vehículo, encendiéndolo y esperando solo unos minutos para calentar el motor del mismo.

Conduciendo el camino dobló a la izquierda en la entrada de la universidad, tomando la avenida principal de la pequeña ciudad, llegó directamente a la cafetería en donde la esperaban sus extravagantes amigas. Dejó estacionado el auto al frente del establecimiento.

Se formó una sonrisa autentica que cubría casi todo su rostro cuando vio a sus amigas en la mesa de la esquina. Tomó nuevamente su mochila y se la colgó del hombro. Acercándose cada vez más a la tienda con temática de chocolate derretido.

-No inventen-exclamó Evangeline-. Pero si están todas aquí.

-Y tú llegas tarde como siempre-dijo la responsable Diana.

-Lo siento chicas pero tenía examen y usé hasta el último minuto de clase para terminarlo.

-Corazón, dejemos de hablar de clases, exámenes y de esa educación de mierda que no quiere evolucionar-intervino Isabel-mejor cuéntanos ¿Qué soñaste?

Después de dictar su orden a la mesonera, se enfoco en sus amigas y les contó de la A a la Z todo lo que había soñado. Desde ella siendo una versión moderna de Xena la princesa guerrera. Y como ella terminaba persiguiendo a un oso hecho de huesos y escombros del bosque. Hasta llegó a mostrar los dibujos.

Confesó apenada que ya era la tercera vez en tres noches seguidas que soñaba con ese lugar, siendo ella una especie de cazadora. Y no solo de vampiros, sino también de hombres lobos y otras cosas que en ese momento no lograba recordar, pero lo que más la extrañaba era que cada sueño fuera la continuación del anterior.

Una vez término de explicar espero atentamente el veredicto de sus acompañantes. El silencio dominaba el lugar. Cuando estaba a punto de entrar en una crisis nerviosa, Oscary fue la primera en hablar.

- ¿Ningún vampiro sexy te clavó los dientes en una área prohibida?

- ¡Oscary!-reprendieron y alabaron todas al unisóno.

- ¿Qué? Saben que no miento. Si sueñas con vampiros mínimo debes tener tú momento horny con el más sexy de ellos.

-Siiiii-chilló Andy, con carita pícara- ¿Y con esos abdominales de acero?

-Con manos grandes y venas gruesas para lamerlas-concordó Isabel.

Evangeline se hundió en su silla apenada por el giro de la conversación.

-Yo amo las venas gruesas en sus brazos fuertes y musculosos-canturreó Andy, la drama queen del grupo.

-Qué locura-murmuró Diana conteniendo una risita.

Evangeline quiso morir, su disfuncional grupo de amigas empezó a bombardéala de preguntas sobre vampiros sexis y si creía que Jack y la Eva de sus sueños tuvieran una oportunidad.

¿Es en serio? Pensó.

O sea, por lo que podía recordar de sus sueños se aborrecían. Imposible que hubiera amor entre ese par. En qué demonios pensaba la gente que era bueno que una pareja que se la pasen peleando pudieran quedar juntos. Evangeline en busca de ayuda enfocó con su mirada a Graine y Luce.

La segunda se encontraba muy enfrascada leyendo su ejemplar de Cumbres Borrascosas; como para prestar su atención al ambiente lleno de hormonas que se encontraba en la mesa. Conectando con la mirada de Lyria en busca de apoyo se dio cuenta que esta ya planeaba una forma de escapar.

-Meh. Demasiadas hormonas en el aire. Me voy -se despidió de cada una de las chicas y cuando llegó a Evangeline, una sonrisa de disculpa se dibujaba en su rostro-Lo siento Lin. Pero sabes que me aburro cuando se ponen así-señaló con su barbilla al grupito de hormonadas que seguían discutiendo sobre sueños eróticos con vampiros y hombres lobos. Volvió su rostro a ella con simpatía-Suerte.

-Gracias.

Graine un ser completamente raro y único. Era un híbrido entre floja y alguien muy aplicado. Esa descripción tan contradictoria solo la entendería ella misma y sus amigas. Tan perezosa para darle clik a un link. Como tan aplicada para trasnocharse y terminar un trabajo a las cinco de la mañana, dormir una hora e ir a clases a las ocho. Le gustaba hablar del herpes como si fuera la octava maravilla del mundo. Y aun así era la única persona que aborrecía hablar de torsos y hombres semidesnudos, según porque ella era asexual.

Degustando su capuchino y unas galletas de chocolate, decidió no darle más importancia al sueño y compartir con sus amigas. Quienes seguían hablando sobre sueños húmedos y la falta de ellos. Entre anécdotas y chistes malos, pasaron las horas dándole fin a la velada.

Andy tomó la responsabilidad de dejar a Oscary y a Diana en casa, ya que las dos eran las más pequeñas del grupo. Eran unas jóvenes índigos. Por esa razón se juntaban con gente un poco mayor a ellas.

Evangeline se había ofrecido en llevar a Luce y a Isabel ya que las dos vivían relativamente cerca. Había dejado ya a la primera en su casa sana y salva. Cuando su teléfono sonó a medio camino de la casa de Isa. Pudo ver que se trataba Fernando, el hermano de Gaia quien llamaba. Orilló su carro en la carretera para contestarle.

-Hola, Mindo-saludó como tantas veces le decía de niño.

-Hola, Eva. Te llamo para saber cómo llegó mi hermana-preguntó el hermano menor de su amiga.

- ¿Cómo de que llegó? Gaia no me ha llamado ni nada.

-Ella y Vania iban a darte una sorpresa-silencio-se suponía que estarían hace horas allá.

-Ev. ¿Estás bien? ¿Pasó algo?-quiso saber Isabel. Que todavía estaba en su carro.

-Sí, espera un momento-le pidió a su amiga para retomar la llamada- ¿Me dices que ellas habían salido para acá y no han llegado?-Fernando le confirmo nuevamente la información-¿Y nada que te llaman o que contest-una llamada entrante de un número desconocido interrumpió su interrogatorio-Mindo, espera un momento. Te pondré en espera-haciendo lo que dijo. Contesto la otra llamada-uh. ¿Diga?

-Buenas noches. ¿Hablo con el acudiente de Vania Wilde?

-Buenas noches. Sí, Con ella habla.

Evangeline miro con preocupación y ansiedad a Isabel.

-Le hablamos del hospital central St. Marie, para informarle que su familiar se encuentra internada en nuestras instalaciones. Se necesita de su presencia para proceder con el seguro de la paciente.

- ¿Co-Como? ¿Pero qué ha pasado?

-Al parecer ella y otra joven, de la cual todavía no tenemos identificación, colisionaron con otro automóvil. Si sabe quien la acompañaba. Por favor informarnos para proceder con ella también.

Una vez que le dio los datos que necesitaban de Gaia culmino su llamada, se encargo de darle la desagradable noticia a Fernando y le rogo que esperara nuevamente su llamada. Debía saber en qué condiciones estaban ambas antes de alarmar a los padres de la rubia. Sin contar que era peligroso que viajarán hasta donde ella se encontrara a altas horas de la noche. De Vania no había a quien avisar porque su único familiar, o por lo menos el único que la quiso había fallecido hace un par de años tras. Solo la tenía Evangeline y a su familia.

Evangeline se tomó unos minutos para tranquilizarse. No dejaba de llorar y culparse. Debía guardar la calma o de lo contrario no podría llegar en una pieza al hospital.

- ¿Quieres que llame a tu mamá?-preguntó Isabel, colocando su mano en el hombro de su amiga para consolarla.

Asintió llorosa.

- ¿Quieres que te acompañe?- propuso mientras llamaba a la madre de Evangeline.

Sollozando Evangeline volvió a asentir.

- ¿Quieres que maneje?-Isabel preguntó una vez que había finalizado la llamada con la señora Russell.

-No. Yo puedo-respondió mientras se limpiaba las lagrimas-dame un minuto ¿sí?

Una vez que se calmo. Dio vuelta en U para tomar un atajo al hospital central. Les tomó solo diez minutos llegar a él, normalmente Evangeline no era muy amiga de la velocidad, pero la situación lo ameritaba. Dejando a Isabel en el estacionamiento, para que se encargara de poner el techo y los seguros al carro. La casi pelirroja corrió como alma que lleva el diablo hasta la recepción del centro médico.

***

Había esperado a su hermana por más de una hora. Siendo ella una maniaca de la puntualidad. Eso lo había extrañado. Se suponía que ella lo iría a buscar en la terminal de autobuses en la ciudad vecina. Hoy debía ser un día feliz.

Después de tres años fuera de la ciudad regresaría para vivir con su hermana, en la ciudad que lo vio nacer. Había estudiado todo ese tiempo en el extranjero, becado por sus buenas calificaciones la alcandía de Havsberg, le había proporcionado la oportunidad de expandir sus conocimientos.

Más no esperaba que su día se tornara gris y sin sentido cuando una llamada del hospital le informaba de que su hermana mayor había tenido un accidente automovilístico. Donde otras dos personas más habían resultado gravemente heridas.

Solo le había tomado cinco minutos encontrar un taxi que lo llevará lo más rápido posible con su hermana. Según la llamada las cosas no pintaban nada bien para su hermana. Le dolía. Eran solo ellos dos contra el mundo. Perderla significaría que su alma se partiría en mil pedazos.

El taxi no había terminado de llegar a la entrada del hospital cuando Bastian ya le había arrojado el efectivo al conductor y se bajaba del auto aún estando en movimiento. Sin importarle nada entró después de una chica con una tez color miel y abundante cabello castaño rizado. Quien se unió con otra joven.

Se acercó en recepción al lado de las señoritas. Sin perder tiempo en cortesías y esa mierda de protocolos. Preguntó por el estado de su hermana a la enfermera mayor que se encargo de entregarle una serie de papeles y lo ponía al tanto de la situación de su familiar. La otra enfermera un poco más joven, se le quedo mirando intensamente mientras batía sus pestañas.

- ¿Me vas a decir de una vez en donde debo firmar para ir a ver a mis amigas o seguirás de resbalosa?-gruñó Evangeline. Llamando la atención de Bastian.

Ahora que la veía bien podía notar, sus ojos fríos y llenos de determinación como el hierro. Rojos por el llanto. Su cabello castaño rojizo, que se encontraba en un desordenado moño. Por no decir nido de pájaros. Su piel blanquecina y sus rojos y rellenitos labios.

-Disculpe. Solo debe firmar aquí, llenar esto de aquí y volver a firmar acá abajo-susurró abochornada la enfermera por haber sido pillada. No solo por la histérica en frente de ella, sino también por la jefa de enfermeras.

-Discúlpame a mí también, ando un poco alterada no debí levantar la voz-se disculpó Evangeline mientras terminaba de firmar- ¿Eso es todo?

-Es es todo. Si me sigue la llevare hasta el área de terapia intensiva.

Hipnotizado y curioso las siguió con la mirada hasta perderlas de vista. En realidad fue cuando la enfermera frente a él lo trajo nuevamente al mundo en el cual se había perdido hace unos segundos.

- ¡Joven!-la señora soltó una risita cuando él la enfoco un poco confundido- ¿va a querer ir a ver a su hermana? Ya sus papeles están en orden y el Dr. Ferrer lo está esperando.

-Claro. Muchas gracias ¿A dónde debo ir?

- ¿Sophia, puedes llevar al joven D' Lion con el doctor Ferrer?-preguntó la señora a una enfermera que estaba cruzando el pasillo justo en ese momento.

-Por supuesto, igual voy hacia allá. Sígame joven.

Bastian solo asistió, perdiéndose en los confusos pasillos del hospital y rogando que no sea tarde para él y su hermana.

***

En la sala de espera Evangeline reposaba su cabeza en los hombros de Isabel. Permitiéndose llorar sin remordimientos, ya podía dejar salir todo el tormento que habitaba en su ser.

Es mi culpa se decía continuamente.

-No es tu culpa-la consolaba Isabel-, deja de decir eso.

- ¿Es que no escuchaste lo que dijo la doctora?-Evangeline se irguió para ver si Isabel dudaba de sus palabras. Una vez que comprobó que no había duda, con voz trémula dijó- ¿Vanea con fractura en su pierna izquierda y una contusión en la cabeza?

-Es solo casualidad Ev. Por favor tranquilízate-la abrazó Isabel a la vez que la mecía.

- ¿Y Gaia? Es demasiada casualidad. ¡Se ha roto varias costillas! ¡Está viva de milagro! Por poco y muere ¿No entiendes? ¡Es mi culpa! Yo lo soñé y ellas sufren las consecuencias.

Unos minutos antes, una doctora que se encontraba de guardia le informo de el estado de salud de sus amigas y de cómo había sigo el accidente que por poco le cuesta la vida a ellas y a la otra mujer con las que se habían estrellado.

Al parecer el camino estaba un poco resbaladizo, motivo por el cual que les dificulto a ambos carros cuando trataron de esquivarse mutuamente en una curva pronunciada. El transporte en donde venia la otra mujer había perdido el control.

Ambos carros se habían ido por un barranco. Vania y Gaia apenas y pudieron saltar de carro, mientras que la otra mujer no tuvo tanta suerte. Estas al haberse salido de el carro igual sufrieron los daños de su temeridad.

Su carro había caído muchos metros de donde las habían encontrado. Suerte para ellas porque el mismo había explotado. Si no hubiera sido por su instinto pudieron haber muerto calcinadas.

Vania había caído en mala posición y por la velocidad en la que caída se había fracturado. Un sauce amortiguó su caída causándole un fuerte golpe en la cabeza. En cambio su otra amiga que había caído unos metros más abajo. Solo su caída fue frenada cuando su torso impactó con la corteza do un árbol, rompiéndose unas de sus costillas. Las primeras cuarenta y ocho horas eran cruciales para todas.

Por suerte no se había perforado un pulmón o sufrido un paro respiratorio. Le había dicho la doctora Duncan.

- ¿Evangeline? ¡Eva! Hija, aquí estoy- su madre se derrumbó en el suelo y abrazó a la mayor de sus hijas-perdona que tardáramos tanto.

-No pasaba ni un solo taxi-su hermana se unió al abrazo con los ojos cristalizados igual que su madre y su hermana mayor- Un señor nos dio el aventón hasta aquí.

-Ev, voy a la cafetería-le dio unas palmaditas antes de ponerse de pie-les traeré té de manzanillas y valeriana.

-Gracias-logró decir entre la manta de músculos y afecto que era su hermana y su madre.

Pasaron la noche en hospital. Evangeline luchaba constantemente para mantener los ojos abiertos y no caer en la garras de Morfeo. No quería soñar, no quería saber antes que nadie que pasaba. Pero era una lucha imposible. Sus ojos la traicionaron llevándola en la inconsciencia.

*-*-*-*-*-*-*

Glosario:

2HB y 6B: Tipos de lápiz; 2hb para bosquejos y 6b para líneas gruesas.

Buggy: Es un modelo de carro. Pueden visualizarlo en el multimedia. (Buggy de Evangeline es convertible" Tiene un techo de una tela especial que ella misma debe poner y quitar)

Xena la princesa guerrera: (en inglés, Xena: Warrior Princess) es una serie de televisión de culto originalmente emitida entre el 15 de septiembre de 1995 y el 18 de junio de 2001. La serie, ambientada en la Antigua Grecia, narra las aventuras de Xena (Lucy Lawless) y Gabrielle (Renée O'Connor), dos grandes guerreras e inseparables amigas que luchan contra las injusticias de la época.

Horny: Que está caliente (excitada sexualmente)

La ciudad en donde reside Evangeline, esta inspirada en dos hermosos paisajes de mi país, Venezuela. Esos dos son; Ocumare de la costa y Choroni del estado Aragua.

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Nota de autor. 20-08-21

Este capítulo fue subido a esta plataforma por primera vez en el 2016.

Hoy decidí volver a tener el capítulo visible para honrar esa amistad que leyeron aquí. Las chicas de hora de chocolate, son amigas que hice aquí en Wattpad y personas que llevo tatuadas en el corazón. 

De esas personitas, había planeado agregarlas poco a poco en los capítulos que tenía pensado hace tiempo para esta novela. Pero el tiempo, las falta de ganas, me llevó a no seguir. Espero encontrar el día para continuarla.

Agradezco haber tenido el honor de compartir tanto con ustedes. Infinitamente agradecida.

HDC

IsabelArboleda
ZelaBrambille
DianaMN
GraineHesse
OscaryArroyo
giel18
lucemp
lachicacupido
mhazunaca

Aunque algunas tenemos mayor contacto que otras, las distancia o la vida nos ha separado de alguna forma. Estoy feliz de que fueran, sean y que sigan siendo parte de mi vida.

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