Era lunes por la mañana, y aún recuerdo las miradas de todos cuando entré por la puerta principal de la escuela.

Morgan con sus ojos bien abiertos viéndome sorprendida y Twenty sonrió y me cerró un ojo con pillería. Lisa me barrio con la mirada de arriba abajo y Nicole fingió no prestarme atención, pero me percate que me miró con el rabillo del ojo. Nick solo alzó una ceja, y Samantha, quien se colgaba de su brazo, solo rodeo los ojos con su distintiva cara de fastidio.

Yo caminaba a paso firme con la cabeza en alto, la vista fija al frente y una sonrisa en la cara. A mi lado estaba Lukas, tomándome de la mano. Intercambiamos miradas, cuando sus ojos se encontraron con los míos en sus labios se dibujó una sonrisa de complicidad, y yo le devolví el gesto, ahora Lukas y yo compartíamos la misma sonrisa.

Jason se acercaba a nosotros, se veía ansioso —¡Hey! Lukas —exclamó a modo de saludo rápidamente, él era amigo de Lukas y también era parte del equipo de americano. Al parecer Jason no notó mi presencia, debe ser porque es alto como una garrocha y para él yo soy un liliputiense. —Ah, hola —soltó sin siquiera mirarme.

—¿Qué hay Jason? —habló Lukas animoso.

—Pásame la tarea —Le pidió a Lukas, aunque más bien sonaba como una orden. Miré el reloj y faltaban 3 minutos para que el timbre sonara anunciando el inicio de clases ¿Cómo pretendía hacer una tarea en tan poco tiempo?

—¿Cuál tarea? —preguntó Lukas confundido. No puede ser, siempre me pareció que Lukas era muy disciplinado.

—¿Cómo que cual tarea? —le reprochó Jason. —Se supone que tú eres mi amigo "el responsable", yo no la hice porque confié en que tú la harías. Me has fallado —dijo con exagerada decepción.

Jason me miró de manera acusadora, seguramente él se hizo la idea de que yo había influido en Lukas, pero no.

—Lo olvidé por completo —respondió Lukas entre risitas, me miró fugazmente y se mordió el labio inferior, con ese sutil gesto daba por confirmando lo que su amigo pensaba. Jason me observó con el ceño fruncido, ante sus ojos yo había sido culpable de su irresponsabilidad.

—Jóvenes, vamos a clase —dijo un profesor regordete que traía puesto un traje muy ajustado y un sombrero que no alcanzaba a cubrir su calva por completo. Creo que era profesor de matemáticas y su nombre era Jacob, aunque la mayoría lo llamaba Humpty Dumpty. Un apodo que me parecía poco creativo.

—Espero que haya hecho la tarea señor Jason —Su tono era acusador, como si los hubiera escuchado.

—Bueno verá, la verdad... —balbuceaba Jason, planeando en su mente alguna excusa.

—¿Pandilleros robaron su tarea? —dijo sarcástico—. ¿O su padre la confundió con sus papeles del trabajo? ¿Acaso su casa se incendió otra vez?

Jason se encogía más de hombros ante cada frase que decía el profesor, caminaba tras él como niño regañado.

Lukas me besó en la mejilla y se fue con Jason siguiendo a el profesor —Te veo al rato —dijo bajito. Avanzó sin soltarme la mano y tiró suavemente de mi brazo como si quisiera llevarme con él, di unos pasitos en su dirección y siguió caminando, jalando de mi brazo hasta que solo estábamos enganchados de los dedos. Lukas me liberó de su agarré para seguir su camino y me sonrió.

La profesora Isabella siempre llega tarde, me acerqué a Morgan y a Twenty que platicaban muy divertidos, recargados en la pared afuera del salón.

—Así que ¿Lukas y tú son novios? —dijo Twenty al tiempo que me daba ligeros codazos en las costillas—. Con razón vi que el viernes te fuiste con él después del partido...

—Vamos Twenty —Nick lo interrumpió—. Ya que por fin viniste a la escuela no vayas a querer saltarte las clases.

—Solo quería enterarme del chisme —rezongó Twenty. —Lukas y Ruth andan —Subía y bajaba las cejas juguetón.

—Sí, ya me enteré —manifestó con indiferencia el pelinegro.

Twenty se acercó más a nosotras, colocó una mano sobre mi hombro y la otra en el de Morgan, y nos susurró al oído —Bueno, bueno luego me cuentan —dirigió su vista hacia Nick y habló en voz alta con un tono burlón—. Porque parece que Nick amaneció de mal humor hoy.

Nick se llevó a Twenty con él. Morgan y yo nos quedamos riendo.

—Ahora sí, cuéntame todo —dijo sugerente Morgan—. Hasta los sucios detalles.

—No hubo nada sucio —declaré sonrojada.

—Bueno, pero dime —habló haciendo un puchero.

—¿Qué quieres saber? —le pregunté—. Apenas comenzamos a salir.

—Necesito saber todo —reclamó con determinación—. El viernes cuando me despedí de ti, aun eras soltera.

—Bien. El viernes fui a verlo jugar y después del partido me acompaño a casa. El sábado nos quedamos de ver en el parque, hablamos y me lo pidió —le resumí lo mas importante, omití ciertos detalles porque no me gustaba dar salto y seña de lo que hago.

—¿Cómo te lo dijo? —me interrogó.

—Fue más o menos así. Estábamos sentados en el suelo, tomó mis manos y me dijo: —Ruth — carraspeé e intenté hacer mi voz mas grave y profunda como la de un chico—, Ruth quiero que tus manos encajen con las mías, quiero acariciar tu rebelde cabellera, quiero mirar tus ojos lo más cerca que pueda, quiero llevarte en bicicleta a cualquier lugar que se nos ocurra, quiero pedirte tantas cosas, pero no lo haré. Solo te pediré que seas mi novia. 

—¡Ay, que romántico! —exclamó con sus manos puestas en las mejillas y la voz más melosa que de costumbre.

—Lo sé —Suspiré lentamente. —Lukas es increíble, aunque un poco cursi —reí.

—Tú tienes suerte de encontrar a un chico como Lukas —comentó con gentileza—. Yo aun no encuentro al chico de mis sueños —se lamentó.

—Oye, puedo ayudarte con Nick —dije para animarla—. Ya no está con Amber.

—¿Nick? ¿No lo notaste? —soltó esperando una respuesta de mi parte, yo la miré confundida sin saber a qué se refería y ella siguió hablando—. Últimamente pasa mucho tiempo con Samantha, quizá ya está saliendo con ella.

—No puede ser —mascullé y me llevé ambas manos a la cabeza peinando mi flequillo hacia atrás—. ¡Qué tonto! 

Espero que no sea verdad, porque Samantha no me gusta para Nick. Sé que no debería entrometerme en la vida privada de los demás... 

—¿Por qué te molesta? —preguntó Morgan sacándome de mis pensamientos.

—No me molesta, pero Samantha es como mi némesis —señalé. Yo no tenía nada contra Samantha, hasta que ella comenzó a culparme de todos los males que la achacaban.

—¿Es porque ella salió con Lukas? —me cuestionó.

—No, eso no tiene casi nada que ver —respondí, aunque un poco sí. No comprendía porque Lukas se había fijado precisamente en ella. 

—Buenos días —Nos saludó la maestra de literatura. Era una mujer rondando los 60, era pequeña de estatura y su cabello era completamente negro y usaba corte pixie. En una mano sostenía su café, en la otra llevaba una pila de libros.

—Morgan leí su composición, muy bonita —declaró la maestra. Ella se veía orgullosa por las palabras de la maestra, y yo le di una palmadita en la espalda.

—Ruth —resopló—. La suya parecía una canción de Rap.

—¿Por qué? —solté de malagana. No quería entrar en controversia, pero me había esforzado en escribir, y según yo era un verso decente.

—Mucha rima y poca métrica —respondió con seriedad.

—Entiendo —musité, me encogí de hombros y entré al salón. No tenía más que decir, la profesora de literatura tenía razón, me enfoque más en las rimas de mis versos que en la cadencia. Quizá yo no tenga futuro como escritora o poetiza, y lo mío sea rapear. Además, la idea de convertime en rapera era más tentadora, considerando que las ganancias de los raperos eran superiores a las de los escritores.

Me pase toda la clase ideando un nombre de rapera. En mi opinión, el nombre garantiza un cincuenta por ciento del éxito. Ahora sonaba como Elton inventando estadísticas estúpidas que serían imposibles de medir. 

Hola queridos lectores,

Semana ocupada, muchas cosas que hacer y el tiempo corre.

Esta historia es una locura, ya perdí el control, yo quería que fuera corta pero no se puede. Discúlpenme. Estoy dándoles pistas poco a poco porque pronto saldrá una bomba. Espero que estén prestando atención.

PD: les deje una bonita canción arriba.

Saludos cósmicos. Nos vemos en el siguiente capitulo.