Querido amor de mis sueños:

Te conozco, pero a la vez no te conozco. Te siento, pero al mismo tiempo te ignoro. Lloro porque no puedo ver tu rostro. Estoy contigo cuando cierro mis ojos, pero al abrirlos te pierdo, porque al final eres solo eso: un producto de mi gran imaginación. Me duele pensar que eres todo lo que necesito, pero que jamás tendré. ¿Puedo acaso pensar que existes? ¿Estás a mi lado, pero soy ciega a tus ojos cual arcoíris porque no conozco su color? ¿Seré acaso sorda al sonido de tu voz? Te busco entre todos los rostros, aunque sin saber verdaderamente qué encontraré. ¿Lo haces también? ¿Me buscas aunque parezca loco al hacerlo?

La lluvia cae al escribir estas palabras, el espacio se hace pequeño mientras la pesadez del aire embarga mis pulmones, y se burla de mí en un ligero susurro a mi oído. Puedo ver cómo las lágrimas caen por mis mejillas sin importarle siquiera que estén ahí. ¡Quiero gritar! Cuando recuerdo los besos que nunca nos dimos, las palabras jamás pronunciadas, todo aquello que jamás existió y no sé si existirá. ¿Tendrá Dios un plan para nosotros? ¿Crees tú que él puede escucharme llorar? Encuentro consuelo al orar por las noches, pidiéndole que me deje conocerte si es que existes. Le ruego que no te apartes de mí, porque el "no saber" es por ahora todo lo que tengo.

¡Quiero preguntarte tantas cosas, hombre de mis sueños! ¿Crees en el amor irreal? ¿Crees en lo que siento? ¿Existirá un destino? Suelo pensar que estamos solos, tú y yo, fuera de los profundos tormentos que embargan a la sociedad, en un lugar donde no hay miedo, agonía, ni tristeza; un lugar donde existe este amor, existente pero a la vez no. Soy soñadora, como te habrás dado cuenta, sueño todas las noches contigo, con algo mejor. Quisiera que todos se sintieran como yo me siento, pero a la vez no. Necesito sacarte de mi cabeza, ¿pero sabes? No quiero hacerlo.

¡Ay, amor de mis sueños! ¡Ay, amor mío! ¿Dónde estás? ¿Por qué no vienes a mí? Abrázame con fuerza antes de que las frías aguas del lago me consuman por completo, antes de que llore gracias a las insolencias del viento. Te busco, te espero como la esposa de un marine que mira al cielo todas las noches, sabiendo que su amado y ella se encuentran bajo las mismas estrellas. Y en el caso de que no seas real, ¡oh, amor mío!, te veré en el próximo sueño.

Por siempre tuya,

La chica que ya no quiere ser solo parte de un sueño.

PD: Hasta que te pueda ver.