- ¿se puede saber qué es esto? –alega molesta la mujer, tirando varios papeles en el escritorio de paula - ¿Cuántas veces van hoy? Entiendo que te cueste volver al trabajo, pero esto ya es demasiado

-yo...

- ¿yo que? –inquiere furiosa –que seas la esposa del dueño de esta empresa no significa que vaya a pasar por alto este tipo de fallas, fuera de estas puertas eres la esposa de Ryan Carter o la señora Carter, como más te guste que te llamen, pero aquí solo eres una empleada mas ¿entendió?

-entiendo, pero yo jamás he pretendido que pase por alto mis errores por ser la esposa de...

- ¿no? –inquiere mirándola con frialdad –pues ese pésimo informe que me acabas de dar me dice todo lo contrario, tal parece que el puesto que tenías como directora de filial solo fue gracias a las influencias de tu marido y nada mas

-directora, se está extralimitando –intercede un moreno bastante conocido –paula demostró con creces que el puesto de directora de filial le fue otorgado por sus méritos y capacidades, así que no hable de lo que no sabe

- ¿de verdad? –toma los papeles que había puesto en el escritorio de paula y los estampa con fuerza en el pecho del moreno - ¿y este pésimo informe que significa? Por ningún lado se notan sus cualidades o capacidades, ni siquiera un pasante cometería tantos errores

Cuando el moreno está a punto de responderle a la mujer, paula se levanta de su silla

-lo siento, tienen razón, es un pésimo informe, le prometo que tendré más cuidado y....

-si aún no estaba en completa capacidad para trabajar debió quedarse en casa, ya que a diferencia de usted todos los que estamos aquí no tenemos un marido influyente

En el momento que la mujer se da la vuelta para dirigirse a su escritorio, se encuentran de frente con varios ojos indiscretos que se encontraban presenciando aquel altercado, pero aquellos mirones vuelven rápidamente a sus labores en el instante que la mirada penetrante de su jefa se posa sobre ellos.

Una vez todos han vuelto a sus labores, un moreno de sonrisa resplandeciente se cuadra frente al escritorio de paula

-un día a la vez, si –sisea al mismo tiempo que coloca un chocolate en el escritorio su amiga

-gracias, Matt –sonríe con cierta tristeza en su rostro

Al ver el rostro afligido de su amiga, Matt no lo duda dos veces y sujeta la mano de su amiga y salen a hurtadillas de la oficina, una vez en el ascensor oprime rápidamente el botón del estacionamiento y espera pacientemente junto con paula hasta que las puertas del ascensor se vuelvan abrir. En el momento que las puertas se abren ambos salen del ascensor tomados de las manos y en un completo silencio.

- ¿Qué es lo que pasa? No es normal que cometas este tipo de errores, y a diferencia de lo que dijo lucia tu eres alguien muy capaz –le hace una señal con la mano a su amiga para que lo deje terminar de hablar –Y no quiero un: no es nada, estoy bien, solo es imaginación tuya, quiero la verdad y solo la verdad, ¿entendido?

Antes de hablar paula suelta un pequeño suspiro - ¿has oído ese refrán que dice: tanto va el cántaro al agua hasta que al fin se rompe?

- ¿Qué es lo que quieres decirme con eso? –inquiere, arqueando una de sus cejas

-yo... yo.... –hace una pequeña pausa para intentar poner en orden todo lo que quiere decir

- ¿paula? –acaricia suavemente la mano de su amiga –sea lo que sea que te esté haciendo sufrir puedes decírmelo, no soy un gurú como lisa y tal vez no tenga la respuesta adecuada para lo que sea que te esté atormentando, pero estoy aquí para escucharte así que confía en mi.... –antes de que pueda decir algo más paula rodea sus brazos alrededor de la cintura de Matt, ante aquel acto tan repentino la sorpresa en el rostro de Matt no se hace esperar –paula...

-creo que Ryan siente algo por su amiga –suelta aquellas palabras con cierto tono abatimiento y su rostro completamente hundido en el pecho de su amigo

- ¿Qué? –entrecierra el ceño –pero, ¿de que esta...? Espera, tiempo fuera –coloca ambas manos sobre los hombros de su amiga y la aleja un poco para intentar ver su rostro –¿Por qué crees algo así?

- ¿Por qué creo algo así? –alega al mismo tiempo que se aleja de su amigo –tal vez sea por todo lo que paso desde el día de su cumpleaños

-si hablas del aquel beso en la mejilla que ella le dio, solo fue eso, un beso de amigos, así que no cuenta como...

-no estoy hablando de ese supuesto beso en la mejilla–lo fulmina con la mirada –estoy hablando de todo lo que ha estado pasando desde que esa mujer apareció, no existe un solo momento del día en el que ella no lo llame o que ellos se encuentren supuestamente para hablar de negocios, esa mujer no ha hecho otra cosa que estar apareciendo a cada momento, siempre con la excusa diferente, pero está claro que sus intenciones son otras, a ella le gusta Ryan

-vamos paula, que a ella le guste Ryan no tienen por qué preocuparte, él te ama a ti y eso es algo que se ve a simple vista así que...

-pues en estas últimas semanas no puedo ver ese amor que tú dices que se puede ver a simple vista–manifiesta un poco afligida – además desde su cumpleaños Ryan se ha estado portando extraño conmigo

- ¿Cómo extraño? –inquiere dando unos cuantos pasos hacia ella

-cada vez que estamos solos o demasiado cerca el uno del otro él me evita utilizando una tonta excusa, sin contar con ese estúpido prendedor de corbata que...

- ¿prendedor de corbata? –repite un tanto confundido

-no se lo quita, todos los días lo usa, en cambio el reloj que yo le regale ni una sola vez se lo ha puesto, a pesar de que dijo que le había gustado no se lo pone, en cambio ese estúpido prendedor que ella le dio no se lo qui....

- ¿y eso como te hace sentir? –inquiere interrumpiéndola de golpe – Me refiero al hecho de que Ryan se esté comportando distante contigo, ¿Qué sientes?

-yo.... –comienza a jugar con sus dedos al mismo tiempo que intenta concentrarse en aquel sentimiento de malestar que la ahoga –es como...como, no sé cómo expresa.... –es lo único que puede decir antes de que su amigo la tome entre sus brazos y comienza a estrujar poco a poco su delgado cuerpo contra el de él - Matt.... –vocea, ya que a medida que su amigo intensificaba cada vez más aquel abrazo, paula sentía como el aire se iba haciendo cada vez más escaso, tanto así que intento alejarlo, pero le resultó imposible mover aquella montaña de músculos –Matt, no puedo, yo....

- ¿es así o mucho peor? –comenta sin dejar de estrujar el cuerpo de su amiga contra el suyo –¿Cómo es?, ¿dime?

-e-es...es m-mucho m-mas... mucho m-mas i-insten...intenso –masculla

- ¿de verdad?

-s-si.... –asiente

- ¿y que más sientes? –inquiere dejando poco a poco aquel infernal abrazo

Paula se toma unos segundos para recuperar el aire que se había escapado de sus pulmones

-angustia y a la misma vez me atemoriza la sola idea de que esa mirada llena de tanto amor ya no sea para mí, ¿y si al final de canso de mí? Puede ser, ¿no? Al fin y al cabo, fui yo quien lo rechazo al principio, fui dura con él, tal vez su paciencia llego al límite y se cansó de esperar que yo lo recordara o que me diera cuenta de que sus sentimientos hacia mi eran real...–sus palabras se cortan en el instante que su cuerpo se encuentra rodeado por los grandes y fuertes brazos de su amigo

-ambos son tal para cual –suelta un gran suspiro – ¿Por qué será que a los seres humanos nos cuesta tanto hablar con sinceridad?

- ¿de qué...?

-así como te sientes ahora él se ha estado sintiendo todos estos meses, así que, en vez de ahogarte en un vaso de agua, habla con él y dile cómo te sientes, veras que todo se arregla...

- ¿tú crees? –inquiere, fijando sus orbes sobre los de su amigo

-claro –sonríe –ya te dije que no soy un gurú como lisa en estas cosas del amor, pero si estoy seguro de que hablando las cosas se pueden arreglar, así que deja de pensar en tonterías sobre esa mujer, ¿de acuerdo?

La mujer se limite asentir un par de veces, mientras que Matt se limita a mirarla con una sonrisa de oreja a oreja. Ambos estaban tan concentrados en aquella platica que ninguno se percató de la presencia de Ryan, quien a pesar de encontrarse lo suficientemente lejos como para poder saber de lo que ambos hablaban, se encontraba lo suficientemente cerca como para ver como Matt y su esposa habían salido tomados de las manos de aquel ascensor, y la forma tan familiar con la que ambos se tocaban.