Sabía a lo que me enfrentaba;

una pobre ilusión, una falsa mirada.

El verdadero tú había muerto,

y con él, todo mi afecto.

El cuerpo sin vida que veía no era más que una carcasa vacía.

Porque eso eras tú; una alma en sequía.

Hidratarte con otros querías.

Y como yo pude zafarme de tu presencia, reviviste para saciar mi ausencia.

Tuviste que morir para que yo lograra comprenderlo.

Fuiste tonto al creer que te podrías comer mi cerebro.

Ahora sólo importaba yo.

Si quería ser feliz, tenía que suprimir mi amor...

LA VENGANZA DEL MUERTO VIVIENTE

Tomé la decisión de asesinarte a sangre fría, y me percaté de que mi corazón ya no latía. Tenía tu cuerpo entre mis brazos, ¿pero en qué me había convertido, sino en un monstruo inhumano?

Tu plan no tenía remedio, y fui yo el que terminó degustando tu cerebro.

Sin embargo, no me siento culpable. Porque fueron muchos los que corrieron un destino lamentable. Sí..., todos esos de los que te alimentaste antes de que me encontraras. Y que ahora los estaba sacando de tus entrañas.

Esta es la venganza del muerto viviente, un ser al que no le importó morir para arruinarte vilmente.

FIN.