Suplicio
Qué agotado me haces sentir.
Boicoteas mi armonía; no la dejas fluir.
¿Para qué vuelves si no quieres nada?
Déjame descansar, estoy harto de tus puñaladas.
¿Es que acaso tú no te cansas?
Por favor, dejemos de discutir; me darán náuseas.
Ya lo hablamos muchas veces;
si no te gusta mi actitud, ahí está la puerta.
Detente, no empieces;
han sido tantos debates que ya perdí la cuenta.
¿Seguro que no me quieres cambiar?
¿Entonces por qué mencionas cosas que te gustaría modificar?
Tal vez estas palabras te irradien:
JAMÁS te complaceré a ti ni a nadie.
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