Sin ánimo de ofender
Es irónico que personas como tú me digan que no tengo empatía;
tú eres el que no entiende a los demás.
Te la pasas criticando vidas,
ni siquiera puedes ponerte en su lugar.
¿Tanto te cuesta pensar antes de hablar?
¿No puedes ver más allá de tus narices?
Vociferas disparates como un animal.
Tu retraso te imposibilita procesar lo que dices.
No importa cuánto te lo explique, jamás lo vas a entender.
Eres tan estúpido que tu cerebro no lo va a retener.
¿Mentes débiles los que tienen pensamientos suicidas?
Tienes suerte de nunca haberlo experimentado.
Seguramente alguna vez te has sentido sin salida,
pero el vacío nunca te ha acariciado.
Eres el típico imbécil que cree tener la razón,
tu arrogancia sobrepasa cualquier noción,
no te das cuenta que perteneces al montón,
y la ignorancia será tu triste perdición.
Te embriagas para mitigar tus desdichas.
Al final quedas viendo destellos.
De ese vicio jamás te desencaprichas,
¿así que, quién tiene una mente débil, tú o ellos?
¿Quién es el que vive una vida reprimiendo lo que siente?
¿Ocultando su esencia e ignorando qué es ser fuerte?
¿Siendo un cobarde ante lo que piensa la gente?
¿Dejándose humillar de alguien que nunca escapa de su mente?
Pero, oye: no se odia al pecador, sino al pecado.
No me molestas tú, sino tu estupidez.
Te entiendo, debe ser difícil tener un cerebro truncado.
Y disculpa, es sin ánimo de ofender.
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