Pasas horas pensando en qué camino tomar.

Bifurcaciones encuentras en todo lugar.

El tiempo vuela y vuela, crees que nunca lo vas a lograr.

Y los días transcurren como una condena, mientras tú sólo te dejas llevar.

Pero lo cierto es que no hay ninguna respuesta.

Fuimos elegidos para sufrir.

Al final todo es una apuesta.

Sin embargo, en tus manos está el resignarte o ser feliz.

No hay bien o mal,

no hay paraíso después de la muerte.

No hay ninguna salida,

o eso es lo que te dice tu mente.

¿Sabes cuál es la decisión correcta?

Cualquiera.

Entre todas las que tienes, coge una y aférrate a ella.

Si fracasa, es porque lo hiciste mal.

Incluso una hormiga puede plasmar su huella.

Todos tenemos el poder de voltear la mesa.

No elijas la decisión correcta.

Elige una, y hazla la correcta.